Ya
podemos decir que hay un escándalo en las campañas del PRO en el 2015 y
en el 2017, en los dos casos a cargo de Edgardo Cenzón, ex ministro de
espacio público de CABA con Macri como jefe de gobierno, quien era el
recaudador del dinero negro de la obra pública en la Ciudad y luego pasó
a ministro de obras públicas de la gobernadora Vidal durante 2016,
cuando renunció sospechosamente sin motivos, pero ahora se puede deducir
por qué fue.
En efecto, Edgardo Cenzón era el recaudador de las
comisiones de la obra pública concedida por el macrismo que, si bien es
mucho menor a la de los K, es un delito igual y es lavado de dinero para
financiar campañas electorales por las constructoras beneficiadas, en
la cual el presidente Macri tiene una larga experiencia junto a su padre
como constructores de obra pública.
Sorprende que los grandes
medios de comunicación no se ocupen de este grave delito, porque
demuestra claramente que el PRO es el kirchnerismo con buenos modales,
pero igual de corrupto, aportando dinero negro a nombre de personas
reales que niegan que lo hicieron o que son pobres que no tenían medios
de hacerlo.
Guillermo Cherashny