INVESTIGACIÓN SOBRE LA SÁBANA SANTA
Nuestro amigo Hernán Buteler nos envía una traducción del trabajo
publicado por La Contre-Réforme Catholique sobre el Santo
Sudario,realizada por él mismo con la colaboración de su hija Amalia
Buteler. El original fue publicado en el N° 250 de Noël de 1988 de “La Contre-Réforme Catholique”.
Estamos muy agradecidos y publicamos
tan interesante trabajo. Ofrecemos el documento PDF, Pero damos en
primer lugar la primera página, en esta entrada.
A continuación el índice del trabajo e introducción:
En 1988, después de tres años de investigaciones, Fray Bruno
Bonnet-Eymard, miembro del Congreso Científico de Turín, rehabilitó
científicamente el Santo Sudario de Turín, venerable reliquia y esfinge
auténtica de Nuestro Señor Jesucristo muerto y resucitado.
Éstas son las tres partes del trabajo: LA PREHISTORIA ORIENTAL DE LA RELIQUIA, por Fray Bruno Bonnet-Eymard ESTUDIO CRÍTICO: ANATOMÍA Y FISIOLOGÍA DEL SUDARIO por el Dr. Pierre Mérat -LA FÍSICA Y LA QUÍMICA DEL SANTO SUDARIO por Fray Bruno Bonnet-Eymard
Éstas son las tres partes del trabajo: LA PREHISTORIA ORIENTAL DE LA RELIQUIA, por Fray Bruno Bonnet-Eymard ESTUDIO CRÍTICO: ANATOMÍA Y FISIOLOGÍA DEL SUDARIO por el Dr. Pierre Mérat -LA FÍSICA Y LA QUÍMICA DEL SANTO SUDARIO por Fray Bruno Bonnet-Eymard
Traducción de Hernán y Amalia Buteler.
Documento completo en PDF
Primera Parte LA PREHISTORIA ORIENTAL DE LA RELIQUIA por Fray Bruno Bonnet-Eymard
Damas y caballeros, A la pregunta crucial planteada por el Abad de Nantes, mi venerado maestro y padre, quien se sacrifica hasta convertirse en el abogado del diablo, esta noche, para excitar nuestros espíritus, tengo solo una respuesta: ni la sindonología, ni la tradición inmemorial de la Iglesia están afectadas y mucho menos perturbadas por el supuesto “veredicto del 13 de octubre”. Este veredicto se basa en una datación del carbono 14, entre 1440 y 1210. ¡Pero el Santo Sudario existía antes de 1210! ¡Mucho antes! Lo demuestro de cien maneras, remontando el curso de esta fascinante historia tan lejos como pueda, hasta el Origen verdadero del Santo Sudario, prueba de la muerte y de la resurrección del Señor. EN OCCIDENTE: LA CUSTODIA DE LA PRECIOSA SANGRE Pero, antes de contar esta prehistoria oriental de la Reliquia, remarquemos hasta qué punto su historia occidental, aunque está perfectamente documentada, se desconoce. O desfigurada a propósito, no lo sé, por una especie de monstruosa negación. ¿Cómo calificar de otra manera, en efecto, la pretensión del cardinal Ballestrero de inscribirse en la pura tradición de la Iglesia al mismo tiempo que rompe precisamente con “la actitud expresada desde siempre con respecto al Santo Sudario” por los Soberanos Pontífices? Según Benedicto XIV, ellos “han demostrado que la tan insigne reliquia del sagrado Sudario que se conserva en la ciudad de Turín es la misma en la que Cristo Señor estuvo envuelto”1. Es en virtud de esta certeza que el papa Sixto IV (1471-1484) otorga a la capilla del Castillo de Chambéry el título de “Santa Capilla del Santo Sudario”, con indulgencias y privilegios, y reclama por la santa Reliquia los homenajes y la adoración debidos a la Cruz, en consideración a la “verdadera sangre del Cristo mismo” con la que está teñido2. En 1506, Julio II autorizaba el culto público rendido al “Lienzo mismo en el que el Señor Jesucristo fue envuelto y depositado en la tumba”. Fija la fiesta anual el 4 de mayo, con oficio y misa propios, y prescribe también veneración y adoración en los mismos términos que su santo predecesor, por la “verdadera sangre del Cristo mismo” que todo el mundo puede ver con sus propios ojos sobre este Sudario3. Es inútil multiplicar las citas. Tal es, establecida por quinientos años, “la actitud expresada” por todos los papas modernos que acordaron nuevas indulgencias o confirmaron las anteriores o aprobaron las lecciones del oficio o prodigaron otros honores al Santo Sudario de Turín. De este modo, fomentaron de mil maneras la devoción de los pueblos hasta los papas contemporáneos, desde San Pío X hasta Juan Pablo I, cuyo advenimiento permitió finalmente hacer la ostentación de 1978 que atrajo a tres millones y medio de peregrinos congregados en Turín para venerar y adorar al Santo Sudario. LAS VACILACIONES DEL ANTIPAPA Cien años antes de Sixto IV, es cierto, el antipapa Clemente VII no expresa la clara certeza tan firmemente anunciada luego por todo el linaje de pontífices romanos. Sin embargo, hay que señalar que el mismo papa Sixto IV no (1) De servorum Dei beatificatione et canonizatione, citado por Noguier de Malijay, resuelve la cuestión de la “figura o representación”, para explicar la imagen, que dejó en suspenso Clemente VII. Se contenta con afirmar la presencia de la “verdadera sangre del Cristo mismo”, lo que no hace el papa de Aviñón, sin duda porque él no había visto los “vestigios” con los propios ojos. De allí sus vacilaciones y variaciones de una “bula” a la otra que todos los historiadores serios han explicado perfectamente, con la única excepción de Ulysse Chevalier, cuyos prejuicios modernistas hacían imposible establecer la cronología más elemental de los documentos. En cuanto a la “Memoria de Pierre d’Arcis”, su autenticidad es dudosa. No está fechada, ni firmada, y su estilo no es el de los prelados de la época. Los documentos de Clemente VII no le hacen ninguna alusión. En todo caso, el autor de esta carta miente descaradamente, y alega una investigación de Henri de Poitiers, puesto que en los archivos no hay huellas de una carta de dicho obispo, ni de la pretendida comisión de investigación, ni mucho menos de las confesiones anteriores del “pintor”. En cambio, una carta en la que Henri de Poitiers confirmaba la fundación de la colegial de Lirey tiene fecha el 28 de mayo de 1356. ¿A quién harán creer que el prelado que envía a los canónigos de Lirey esta carta afectuosa de aliento en 1356 estaba en conflicto con ellos en 1355? Entonces, si este Sudario no ha sido pintado en 1355, ¿de dónde viene? EN GRECIA (1205-1350) Procedamos de manera regresiva. Durante la primera mitad del siglo XIII, el Santo Sudario se encuentra en Grecia, quizás en posesión de los Charpigny, esta noble familia franco-griega de la Morée, con la que la familia de Charny se aliará a principios del siglo XIV, cuarenta años antes de las primeras ostensiones del Santo Sudario en Lirey. En todo caso, Agnès de Charpigny, dama de la Vostitza, es quien llevó seguramente esta “santa reliquia” a Francia5. Precisamente, esta dama se casó con Dreux de Charny, hijo primogénito de Geoffroy, señor de Lirey. Antes de Lirey se encuentra, entonces, Vostitza, en el golfo de Lepanto, al este de Patras. Y antes de Vostitza, se encuentra Atenas. Esta etapa está bien establecida y convierte en vanas las hipótesis que tienden a identificar al Santo Sudario de Lirey con el de Besançon6, cuando no es con el Baphomet de los Templarios7. Al día siguiente de la toma de Constantinopla por los Cruzados (1204), el Santo Sudario es transportado a Atenas. El sobrino del emperador Isaac II Ángelo se queja por ello al papa Inocencio III y reclama, entre todos los tesoros robados a su tío, “aquello que es santo”, las reliquias y, “entre ellas, objeto sagrado entre todos, el Sudario” que se encuentra actualmente “en Atenas” (1205)8. Es allí donde lo ha venerado Nicolás de Otranto, abad del monasterio de Casole, en compañía del legado Benedicto de Santa Susana9. EN CONSTANTINOPLA (944-1204) En vísperas de la toma de la ciudad por los Cruzados (abril 1204), Robert de Clari visitó en Byzance el “sydoines la ou nostres sires fut envelepes” [sic]. El caballero picard afirma que “on i pooit bien veir le figure notre seigneur” [sic]10. Le Saint Suaire de Turin, ibíd., p. 8788. — (3) Bref del 21 de abril 1506, ibíd., p. 88. — (4) Cf. Joseph Du Teil, París, 1929, p. 88. Autour du Saint Suaire de Lirey, — (2) De sanguine París, 1902, p. 9Christi, 18; Paul de Gail, citado por Benedicto XIV, Histoire religieuse du linceul du Christ, FranceIbíd., p. 20, 108. Empire, 1974, — p. 146 (7) Ibíd., p. 20– 148; Luigi Fossati, 21. — Lirey, controversia sull’ autenticita dellaa Sindone (8) Ibíd., p. 20. — (9) Daniel C. Scavone, The Shroud of in Torino e la Sindone, Alfeda, 1978, p. 6168. — Turin in Constantinople: the documentary evidence, (5) SS I, p. 108. — (6) artículo que aparece en Byzantinische Zeitschrift 81 (1988), cuyo autor, profesor de historia en la universidad de Indiana del Sur, ha querido comuni carme las pruebas. positivos que proporciona sobre la permanencia del Santo Sudario en Constantinopla como por la vigorosa refutación que opone Artículo notable tanto por los datos a las fantasías de Currer Briggs en “El Sudario y el Grial” ( The Shroud and the Grail, CRC 250 Noël 1988 Nueva York, 1987). — (10) SS I, p. 2122, 13 8.5 1
Damas y caballeros, A la pregunta crucial planteada por el Abad de Nantes, mi venerado maestro y padre, quien se sacrifica hasta convertirse en el abogado del diablo, esta noche, para excitar nuestros espíritus, tengo solo una respuesta: ni la sindonología, ni la tradición inmemorial de la Iglesia están afectadas y mucho menos perturbadas por el supuesto “veredicto del 13 de octubre”. Este veredicto se basa en una datación del carbono 14, entre 1440 y 1210. ¡Pero el Santo Sudario existía antes de 1210! ¡Mucho antes! Lo demuestro de cien maneras, remontando el curso de esta fascinante historia tan lejos como pueda, hasta el Origen verdadero del Santo Sudario, prueba de la muerte y de la resurrección del Señor. EN OCCIDENTE: LA CUSTODIA DE LA PRECIOSA SANGRE Pero, antes de contar esta prehistoria oriental de la Reliquia, remarquemos hasta qué punto su historia occidental, aunque está perfectamente documentada, se desconoce. O desfigurada a propósito, no lo sé, por una especie de monstruosa negación. ¿Cómo calificar de otra manera, en efecto, la pretensión del cardinal Ballestrero de inscribirse en la pura tradición de la Iglesia al mismo tiempo que rompe precisamente con “la actitud expresada desde siempre con respecto al Santo Sudario” por los Soberanos Pontífices? Según Benedicto XIV, ellos “han demostrado que la tan insigne reliquia del sagrado Sudario que se conserva en la ciudad de Turín es la misma en la que Cristo Señor estuvo envuelto”1. Es en virtud de esta certeza que el papa Sixto IV (1471-1484) otorga a la capilla del Castillo de Chambéry el título de “Santa Capilla del Santo Sudario”, con indulgencias y privilegios, y reclama por la santa Reliquia los homenajes y la adoración debidos a la Cruz, en consideración a la “verdadera sangre del Cristo mismo” con la que está teñido2. En 1506, Julio II autorizaba el culto público rendido al “Lienzo mismo en el que el Señor Jesucristo fue envuelto y depositado en la tumba”. Fija la fiesta anual el 4 de mayo, con oficio y misa propios, y prescribe también veneración y adoración en los mismos términos que su santo predecesor, por la “verdadera sangre del Cristo mismo” que todo el mundo puede ver con sus propios ojos sobre este Sudario3. Es inútil multiplicar las citas. Tal es, establecida por quinientos años, “la actitud expresada” por todos los papas modernos que acordaron nuevas indulgencias o confirmaron las anteriores o aprobaron las lecciones del oficio o prodigaron otros honores al Santo Sudario de Turín. De este modo, fomentaron de mil maneras la devoción de los pueblos hasta los papas contemporáneos, desde San Pío X hasta Juan Pablo I, cuyo advenimiento permitió finalmente hacer la ostentación de 1978 que atrajo a tres millones y medio de peregrinos congregados en Turín para venerar y adorar al Santo Sudario. LAS VACILACIONES DEL ANTIPAPA Cien años antes de Sixto IV, es cierto, el antipapa Clemente VII no expresa la clara certeza tan firmemente anunciada luego por todo el linaje de pontífices romanos. Sin embargo, hay que señalar que el mismo papa Sixto IV no (1) De servorum Dei beatificatione et canonizatione, citado por Noguier de Malijay, resuelve la cuestión de la “figura o representación”, para explicar la imagen, que dejó en suspenso Clemente VII. Se contenta con afirmar la presencia de la “verdadera sangre del Cristo mismo”, lo que no hace el papa de Aviñón, sin duda porque él no había visto los “vestigios” con los propios ojos. De allí sus vacilaciones y variaciones de una “bula” a la otra que todos los historiadores serios han explicado perfectamente, con la única excepción de Ulysse Chevalier, cuyos prejuicios modernistas hacían imposible establecer la cronología más elemental de los documentos. En cuanto a la “Memoria de Pierre d’Arcis”, su autenticidad es dudosa. No está fechada, ni firmada, y su estilo no es el de los prelados de la época. Los documentos de Clemente VII no le hacen ninguna alusión. En todo caso, el autor de esta carta miente descaradamente, y alega una investigación de Henri de Poitiers, puesto que en los archivos no hay huellas de una carta de dicho obispo, ni de la pretendida comisión de investigación, ni mucho menos de las confesiones anteriores del “pintor”. En cambio, una carta en la que Henri de Poitiers confirmaba la fundación de la colegial de Lirey tiene fecha el 28 de mayo de 1356. ¿A quién harán creer que el prelado que envía a los canónigos de Lirey esta carta afectuosa de aliento en 1356 estaba en conflicto con ellos en 1355? Entonces, si este Sudario no ha sido pintado en 1355, ¿de dónde viene? EN GRECIA (1205-1350) Procedamos de manera regresiva. Durante la primera mitad del siglo XIII, el Santo Sudario se encuentra en Grecia, quizás en posesión de los Charpigny, esta noble familia franco-griega de la Morée, con la que la familia de Charny se aliará a principios del siglo XIV, cuarenta años antes de las primeras ostensiones del Santo Sudario en Lirey. En todo caso, Agnès de Charpigny, dama de la Vostitza, es quien llevó seguramente esta “santa reliquia” a Francia5. Precisamente, esta dama se casó con Dreux de Charny, hijo primogénito de Geoffroy, señor de Lirey. Antes de Lirey se encuentra, entonces, Vostitza, en el golfo de Lepanto, al este de Patras. Y antes de Vostitza, se encuentra Atenas. Esta etapa está bien establecida y convierte en vanas las hipótesis que tienden a identificar al Santo Sudario de Lirey con el de Besançon6, cuando no es con el Baphomet de los Templarios7. Al día siguiente de la toma de Constantinopla por los Cruzados (1204), el Santo Sudario es transportado a Atenas. El sobrino del emperador Isaac II Ángelo se queja por ello al papa Inocencio III y reclama, entre todos los tesoros robados a su tío, “aquello que es santo”, las reliquias y, “entre ellas, objeto sagrado entre todos, el Sudario” que se encuentra actualmente “en Atenas” (1205)8. Es allí donde lo ha venerado Nicolás de Otranto, abad del monasterio de Casole, en compañía del legado Benedicto de Santa Susana9. EN CONSTANTINOPLA (944-1204) En vísperas de la toma de la ciudad por los Cruzados (abril 1204), Robert de Clari visitó en Byzance el “sydoines la ou nostres sires fut envelepes” [sic]. El caballero picard afirma que “on i pooit bien veir le figure notre seigneur” [sic]10. Le Saint Suaire de Turin, ibíd., p. 8788. — (3) Bref del 21 de abril 1506, ibíd., p. 88. — (4) Cf. Joseph Du Teil, París, 1929, p. 88. Autour du Saint Suaire de Lirey, — (2) De sanguine París, 1902, p. 9Christi, 18; Paul de Gail, citado por Benedicto XIV, Histoire religieuse du linceul du Christ, FranceIbíd., p. 20, 108. Empire, 1974, — p. 146 (7) Ibíd., p. 20– 148; Luigi Fossati, 21. — Lirey, controversia sull’ autenticita dellaa Sindone (8) Ibíd., p. 20. — (9) Daniel C. Scavone, The Shroud of in Torino e la Sindone, Alfeda, 1978, p. 6168. — Turin in Constantinople: the documentary evidence, (5) SS I, p. 108. — (6) artículo que aparece en Byzantinische Zeitschrift 81 (1988), cuyo autor, profesor de historia en la universidad de Indiana del Sur, ha querido comuni carme las pruebas. positivos que proporciona sobre la permanencia del Santo Sudario en Constantinopla como por la vigorosa refutación que opone Artículo notable tanto por los datos a las fantasías de Currer Briggs en “El Sudario y el Grial” ( The Shroud and the Grail, CRC 250 Noël 1988 Nueva York, 1987). — (10) SS I, p. 2122, 13 8.5 1
Descargar documento completo