AÑO 10
CAPITULO XXI (FINAL)
A LOS ARGENTINOS DEL AÑO 2.000
Hemos deseado vivir hasta terminar este libro, porque creíamos que escribirlo era una buena acción. Y lo seguimos creyendo.Lo hemos escrito en servicio de Dios y de la Patria. Esto significa en defensa de la Verdad.Hemos llegado con optimismo al final de esta nueva historia de Mayo, . tratando de cumplir con las dos leyes principales de la Historia, . según el sabio Pontífice León XIII. Esas leyes son:
1º No atreverse a mentir. . Podríamos habernos equivocado, pero, a sabiendas, . no hemos estampado ninguna mentira.
2º No temer decir la verdad. . No hemos vacilado nunca ante ninguna de esas verdades que son peligrosas de expresar porque contradicen la historia oficial, . en muchos puntos falsa.
En esto les llevamos ventaja a no pocos historiadores profesionales, . que aunque no digan mentiras, . no se animan a decir ciertas verdades.
La historia no
es una cosa baladí. . La historia es
la patria misma. Si desde hace 150 años la vienen "dirigiendo", . es porque quieren que la patria sea
infiel a su origen. Quieren hacerla apostatar de su vocación
histórica.
Nos han
presentado sistemáticamente a la Revolución de Mayo con tres características:
—Como una obra
de librepensadores, o sea anticatólica y antimilitarista.
—Y de enemigos
de España, nuestra Madre patria. —Y de revolucionarios inspirados en la
Revolución francesa, . vale decir jacobinos o demagogos.
Con ello
desfiguran la fisonomía de la patria, . que fue desde el día de su nacimiento:
1º Católica, aunque hoy harto envenenada por el
liberalismo, por el marxismo y por esa puerta de todas las
herejías: el catolicismo
liberal. Una patria construida, desde sus comienzos, por militares que le infundieron
amor al sacrificio y a la jerarquía. . . . A nada tenía tanto horror el Padre
de la Patria, San Martin, como al desorden. Había que evitarlo a cualquier
precio.
2º Hispanófila. La historia argentina es una continuación de
la española. A pesar de que hoy la Argentina es un crisol de razas y se mezclan
aquí todas las que hay en el mundo, tan fuerte es su entraña hispana, que ha logrado fundir un solo pueblo que, cuando no está infectado de marxismo, se
mantiene fiel a su idioma y a
su vieja estirpe, . y ama y cuida los únicos puntales que sostienen la patria, . su Iglesia y sus Fuerzas Armadas, sanas
todavía.
3º El jacobinismo de la Revolución Francesa, .
que Mariano Moreno intentó implantar en nuestra tierra, . fue un yuyo dañino,
que murió con él. Han querido
resucitar su sanguinaria, antimilitarista y anticatólica escuela, . so pretexto de democracia y desde hace
más de 100 años están trabajando en ello las logias masónicas y no pocos de sus
compañeros de ruta", como decía Lenin. . Y actualmente asistimos a una vocinglera
conjuración para sofocar toda expresión que haga conocer la honesta verdad de
Mayo. . Querrían aprovechar este aniversario para salvar el fetiche tambaleante
de Mariano Moreno.
Este libro es
un ensayo de historia independiente, . fundado
en los mismos viejísimos materiales que se han leído con ligereza y algunas
veces con malicia o no se han leído nunca. Ya nos imaginamos la indignación que
suscitará. . Se nos dirá o se pensará, sin hacernos el honor de decírnoslo, . que, no siendo nuestro oficio el de escribir
historias, carecemos de competencia para rectificar las de ellos, que viven de
ordeñar la historia.
Efectivamente, . no somos profesionales de la historia, . pero ésa es una ventaja.
No estamos
comprometidos a mantener prejuicios por miedo de atropellar tantos lugares
comunes, . canonizados como dogmas.
Por ejemplo, no
estamos comprometidos a sostener que la revolución de Mayo fue una espontánea
explosión del pueblo de Buenos Aires. . Preferimos decir la verdad:
fue una revolución militar, . a la que el
pueblo se asomó apenas para mirar, . cuando ya estaba consumada.
No nos preocupa
la edad que tenga el error. En
historia no hay prescripción en favor de la impostura; y aunque se haya repetido un millón de
veces, durante 150 años y enseñado
en las escuelas y hasta grabado en placas de bronce, una mentira no asciende un peldaño en
la categoría de la verdad.
Sigue y seguirá
siendo mentira, hasta que la desbarate un escritor que escriba
claro, con buena letra española, sepa lo que dice y no tenga miedo.
Es casi seguro
que ese historiador no será un profesional sino un diletante, contra el cual se levantará toda la cofradía, para aplicarle los cien vituperios del Herem, la terrible excomunión de los judíos.
No importa. Sus cóleras y sus gritos serán como los silbidos
de los muchachos cuando pasan de noche por un cementerio: silban para espantar a los fantasmas.
Hay quienes
viven de "medias verdades y aun de mentiras completas, en la media luz o en las tiniebla absoluta. De tal manera se han acostumbrado a
caminar" tanteando en la penumbra de las mentiras convencionales, . que
una verdad plena, categóricamente expresada, los encandila y hasta los enoja.
Envejecidos en
su obscuridad se vuelven ciegos del todo cuando se les muestra un documento que
rectifica algún punto en que tienen comprometida su opinión. . No hay que
esperar que se retracten. Es más fácil negar la luz que la propia
infalibilidad.
Por lo tanto no
aceptarán nunca que otros descubran cosas nuevas en sus papeles viejos.
Hace algún
tiempo el Consejo Nacional de Educación encomendó a una comisión interna de
entre sus profesores, especialmente
de historia, la preparación de un plan para desarrollar el
patriotismo en los niños de las escuelas argentinas. . . .
Tenemos graves dudas
sobre el patriotismo que puedan desarrollar los maestros comunistas de que
están infestadas nuestras escuelas.
El plan se
confeccionó y como expresión de motivos contenía estas líneas visiblemente
multitudinarias: "Que comprenden (los escolares), que sientan, que vivan la ardiente argentinidad
de Moreno, de Rivadavia, de
Alberdi, de Sarmiento, de Mitre, de Avellaneda. . ."
Uno se pregunta
azorado qué puede esperar la cultura argentina cuando la juventud está dirigida
por pedagogos que así manipulean la historia.
Según ellos, ni San Martín, ni
Belgrano, ni Pueyrredón, ni Las Heras, ni
Güemes deben ofrecerse a la juventud como modelos de "ardiente argentinidad".
. Para ellos, ésos no fueron patriotas, aunque hicieron la patria, de que otros se
están aprovechando.
¿Por qué esa
tirria, esa pertinaz ojeriza
contra los héroes máximos de nuestra historia? ¿Por qué ese afán de exhibir
como modelos a personajes incomparablemente más pequeños y algunos harto
discutibles?
Porque aquellos
fueron militares y éstos son "héroes civiles". San Martín, Belgrano, Pueyrredón, Las Heras, Güemes, libraron batallas; mientras que
Moreno, Rivadavia, etc., etc. , se diluyeron en palabras, palabras,
palabras.
Excluyamos de
la lista a Mitre a Avellaneda, cuyo
patriotismo es en verdad un gran ejemplo, Pero los otros, Moreno, Rivadavia, etc. , ¿pueden ser propuestos
por principales modelos de ardiente argentinidad?
¡La historia
para los historiadores! es el
grito de guerra con que los profesionales acometen al intruso.
Nada más
contrario al progreso intelectual que esta especie de doctrina Monroe, que pretende convertir la historia en un campo
cercado con alambradas de púas, para exclusiva explotación, de los que se han declarado sus
dueños.
Con tan absurda
resistencia a toda luz que venga de afuera, . se eternizan las imposturas y
adquieren personalidad las más fofas y a veces las más perniciosas patrañas.
No son los
historiadores profesionales, . casi siempre colegas de academia, . los que
suelen desvanecer los infundios.
Unas veces la
cortesía, . otras el temor a las represalias, los obligan a transitar entre ellos con
cautela, sin chocarse gravemente.
Alguna vez, .
ciertamente, después de alguna conferencia, . suelen volver a su casa con un guardabarros
abollado o un farol roto.
Averías leves, que no alteran la regla de convivir
sin complicarse la vida.
Las
rectificaciones realmente útiles para el adelanto de la historia, suelen venir
de loS diletantes, . que se
"infiltran" en el coto cerrado, libres de esos prejuicios y de esas
consignas que zumban en los oídos de los profesores: Hay que ponderar a Moreno, el numen de
la Revolución! ¡Cuidado con
Rivadavia, el más grande héroe civil de la patria! ¡Atención con Sarmiento!
Estos próceres
son sagrados. Un historiador
profesional se reconoce por la benevolencia con que los trata.
"La
experiencia, escribe Goethe, comprueba que los diletantes han contribuido
mucho al progreso de la ciencia, porque ellos llegan más a menudo que
el especialista a una; de esas cumbres desde donde se divisa el panorama, sino en su tonalidad, al menos en
su mayor parte". Y
Schopenhauer se declara convencido de que "las mayores cosas se debieron a
los diletantes, no a los especialistas retribuidos". . . . (M
CHAMBERLAIN, H. S., La Cénese du 19 siécle (París, Payot), página 1390.
En otro pasaje
Goethe sintetiza así su pegamiento:
"Demasiado saber engendra la
esterilidad".
El autor del
cual tomamos tales citas hace este comentario: "Yo creo que el verdadero diletante es
una necesidad de nuestra cultura actual. Ni el sabio, para que su ciencia sea
vivificada, ni el profano, para
que su vida se fecundada por el saber configurador, sabrían
suplir al diletante, el
intermediario natural entre la vida y la ciencia... Entiendo por diletante al
individuo que se ocupa de un objeto por amor, por pasión, sin ningún propósito interesado y egoísta.
"Kant, que
se abrevó toda su vida en las fuentes del saber y que hizo la diaria
experiencia de lo que cuesta el aprender, proclama lealmente que una gran
erudición es susceptible de debilitar el buen criterio.
'Eso proviene,
en parte, del cansancio de la
memoria, en parte del hecho de que la esfera de los intereses se estrecha
excesivamente, a lo cual debe
agregarse la influencia desmoralizadora que ejerce, sobre la generalidad, el
hábito de pontificar sin riesgo de ser contradicho". . . . CHAMBERLAIN,
obra citada, página 1392.
La intolerancia
consentida y prepotente de los "especialistas" es uno de los mayores
obstáculos para el progreso de las ideas, pues como dice el autor que acabamos de citar, "basta una sola celebridad para atajar
todas las ideas nuevas, originales y fecundas que proceden de colegas menos
notorios y para suscitar una generación de admiradores hipócritas y de
orgullosas mediocridades". . . . Ibídem página 1393.
Es hora de
redimir la historia patria de las omisiones y de las exageraciones que la
desacreditan. . Una de ellas,
tan grave que tiene ya caracteres de impostura, es la historia de Mariano Moreno, pequeña figura inflada por el
liberalismo.
Después de
conocer sus confusas ideas tales como surgen, no de las insustanciales declamaciones
de sus panegiristas, sino de sus
propios documentos, uno se
convence de que si los hombres de Mayo se hubieran dejado guiar por el
pretendido numen de la Revolución,
habríamos tenido que esperar la
emancipación no de las fuerzas propias sino de las ajenas, o seguiríamos siendo
factoría extranjera.
Pero como se
sospechaba que hubiera sido masón,
cosa rarísima en aquellos
tiempos, y que ahora se nos afirma desembozadamente, el liberalismo, a pesar de la insuficiencia orgánica del
personaje, se ha empeñado
tenazmente en presentárnoslo como al numen de la Revolución, para que las logias algún día
pudieran sostener, esgrimiendo su retrato, que la masonería fue la promotora
de nuestra independencia.
i Parece que ha
llegado ese día!
Recientemente
(febrero de 1960, la "Gran Logia de Libres y Aceptados Masones"
(Argentina) se ha dirigido al gobierno nacional reclamando participación en la
organización de los festejos del sesquicentenario de la Revolución de Mayo, por
razón de que: "Ninguna institución tiene más títulos
que la masonería argentina para preciarse de ser la promotora de aquel hecho. .
."
Casi todos los
diarios importantes del país han acogido la novedad sin ninguna reserva, señal de que lo que habría hecho reír a carcajadas a
nuestros próceres, como Saavedra, Belgrano, Pueyrredón, verdaderos constructores de aquel
Mayo de 1810, no causa ahora mayor impresión, porque 150 años de historia
dirigida nos han hecho olvidar grandes verdades y aprender no pocas mentiras.
Tal es el juego
en que han caído hasta historiadores de buena fe, que, por cierto, nunca leyeron ni la Representación de los
Hacendados ni ninguno de los dos libros del fraterno biógrafo. Se contentaron con ver las cosa por los ojos de los muertos.
Pero este libro
nuestro, que descubre ese ardid de guerra fría, no dejará de ser irritante y blasfemo antes de
medio siglo.
Por eso lo
dedicamos a los argentinos del año dos mil. Y si lo publicamos ahora es porque alguno de
ellos debe de haber nacido ya.
Buenos Aires,
mayo DE 1960.
INDICE
1º Una historia nueva con materiales
viejos
2º
Nuestra Revolución no debe nada a la francesa
..;
3º
La Revolución de Mayo fue una revolución militar
4º
Cómo nació la leyenda
5º
Las 6 ocasiones de Saavedra y algunas de Moreno
6º
Por qué entró Moreno en la Junta
7º
¡Cuán pocos han leído la Representación de los Hacendados!
8º
¿Comprendió Moreno la Revolución?
9º
El: bautismo de sangre
10º Loé 9 hazañas que realizó
11º El fundador de la democracia
argentina
12º Supresión de honores al presidente
13º Embajador del rey Fernando VII
14º El
padre del periodismo argentino
15º La página negra de la historia
militar argentina
16º El inicuo "Plan de
operaciones"
17º
La fundación de la Biblioteca Nacional
18º
El desesperado argumento del "puño
y letra"
19º
¿Quién fue pues, el fundador?
20º
Escándalo de fariseos
21º
A los argentinos del año 2000