jueves, 3 de noviembre de 2011
PERÓN Y EL ABORTO
Con la vuelta del Gral. Juan Perón al poder, pone en marcha lo
que se llamó el Plan Trienal para la Reconstrucción y la Liberación
Nacional (1974-1977) del gobierno peronista, en él se advertía sobre el
peligro de la caída demográfica de la población argentina, situación que
contrastaba con las características demográficas del resto de los
países latinoamericanos (Plan Trienal, 1973).
Un informe oficial, presentado por Perón a los dirigentes peronistas provinciales, demostraba que Argentina estaba siendo sometida a un “sutil plan exterior del largo alcance para despoblarla de hombres y mujeres en edad útil”, apoyado en una campaña psicológica y material que promovía las esterilizaciones femeninas (Clarín, 1974).
Un informe oficial, presentado por Perón a los dirigentes peronistas provinciales, demostraba que Argentina estaba siendo sometida a un “sutil plan exterior del largo alcance para despoblarla de hombres y mujeres en edad útil”, apoyado en una campaña psicológica y material que promovía las esterilizaciones femeninas (Clarín, 1974).
Para contrarrestar esta situación, el gobierno oficiaría medidas que permitieran cumplir con el objetivo de alcanzar los 50 millones de habitantes en el año 2000.
El 28 de febrero de 1974, Perón firma el Decreto 659/74 que disponía el control de la comercialización y venta de productos anticonceptivos, junto a la prohibición de desarrollar actividades relacionadas, directa o indirectamente, con el control de la natalidad.
La medida recomendaba, además, realizar un estudio sobre el tema y una campaña de educación sanitaria que destacara a nivel popular, los riesgos de someterse a métodos y prácticas anticonceptivas.
Esta “amenaza que compromete seriamente aspectos fundamentales del destino de la República” se consideraba fruto del accionar de “intereses no argentinos” que desalentaban la consolidación y expansión de las familias, “promoviendo el control de la natalidad, desnaturalizando la fundamental función maternal de la mujer y distrayendo en fin a nuestros jóvenes de su natural deber como protagonistas del futuro de la Patria” (Decreto 659,1974).