AÑO 10
CAPÍTULO XIV
EL PADRE DEL PERIODISMO
ARGENTINO
La verdad es que este pálido prócer de la historia argentina, que ha acaparado casi toda la gloria de la Revolución, no pensó nunca ser numen de nada.
Su aspiración de buen padre de familia —bonus pater vir, como decían los romanos— fue vivir en el seno de los suyos, . en el sosiego de sus libros, labrándose una desahogada posición, con su clientela de ricos propietarios y curas en pleito con su obispo. . A lo menos así nos lo pinta su primer biógrafo.
Pero como después de muerto, a los siete u ocho meses de vida pública, lo han hecho estandarte de una tendencia sus panegiristas se encuentran en el compromiso de agregarle algunos hechos más eminentes, . atribuyéndole escritos que no escribió, palabras que no pronunció, hazañas que no realizó.
No queremos decir que haya nacido bajo el signo de la mentira, . ya que él no es culpable de las opulentas biografías que le han fabricado cuando él ya no estaba en condiciones de protestarlas.
Esto le ha
ocurrido merced no a las calidades, sino a las deficiencias de su temperamento. Lo
han semiendiosado los que no lo conocieron porque es el hombre de aquellos
tiempos heroicos, que mejor conjuga las tres negaciones modernas.
Se le atribuyen
los tres odios que agitan al mundo actual: odio "a la casta militar",
odio a la religión". . . A la religión
católica, se entiende. Las otras religiones, protestante, luterana, calvinista,
judía, mahometana, ortodoxa, ni siquiera
el espiritismo ni el, paganismo y mucho menos el ateísmo, con sus
diversas supersticiones, preocupan a los librepensadores. Solamente la
católica, es decir, la religión verdadera es la que consideran peligrosa.
. . . odio a la jerarquía.
Por lo menos el
odio a la jerarquía, especialmente la de los reyes, parece que no lo tuvo tan arraigado, ya que
fue contertulio y asesor o consejero del Virrey hasta las vísperas mismas de aquel 25 de
Mayo, que sólo conoció al anochecer; . y fue partidario del Rey hasta el día
mismo de su muerte en alta mar, como que tal desgracia lo sorprendió llevando
en el bolsillo, además de 20.000 pesos fuertes, que le había hecho entregar
Saavedra, una credencial de
Embajador del Rey de España ("el amado Fernando", lo
llama él en cierto documento transcripto aquí), para ante el Rey de Inglaterra,
Jorge III, que entonces era gran amigo de España.
¡El amado
Fernando! Subrayemos esta palaciega expresión que más de
una vez hallaremos en los papeles firmados por el fundador de la democracia
argentina.
Sus panegiristas
sólo citan de él frases airadas y copetudas, . a menudo inventadas por ellos o
escritas por otras plumas; pero su lirismo tenía vibraciones enternecedoras
cuando se refería a su amado Señor.
Lo que sus
biógrafos quieren no es relatar su vida sino inventarle una arrogante figura, .
que corresponda al grandioso papel que después de muerto debe
desempeñar.
Quieren hacerlo
pasar por el "espíritu de la Revolución de Mayo" y en
efecto, lo es para una cantidad de gentes muy alejadas entre sí, al parecer,
como los laicistas, o los masones, o los comunistas y hasta los anticuados
energúmenos que querrían "ahorcar al último rey con las tripas del último
fraile". Sin contar con los
católicos liberales, tímidos y atolondrados compañeros de ruta de
los comunistas.
Para todos
ellos Moreno encarna lo que llaman "espíritu de Mayo".
Como ese falto
espíritu de Mayo que se pretende insuflar en la historia argentina, tiene que
fundarse en alguna cosa que haya dicho el numen, a
cada paso se nos ofrecen gerundianos aforismos, frutos verbales de aquel
cerebro prodigioso: . Moreno afirmó. . . Moreno dijo. . . Moreno escribió. . .
Cuando se cita
a Isaías o a San Pablo o a San Agustín, todo orador o escritor solvente, indica el
pasaje del Antiguo Testamentó, o
la Epístola, o el Libro de donde extrajo lo citado.
Pero los que
citan a Mariano Moreno, . temen darnos esos detalles, no sea que entremos en curiosidad de
confrontar la cita y descubramos que proviene de un discurso o arenga que él
nunca pronunció (porque la oratoria no era su fuerte) o de un artículo de La
Gaceta, que otro colega escribió (porque tampoco el
periodismo fue su vocación).
Le atribuyen no
solamente los artículos más sonoros de La Gaceta, . sino hasta la fundación del
periódico mismo, lo cual les permite
consagrarlo como el padre del periodismo argentino.
Cuando se nos
refiere que el miércoles 1º de abril de 1801 apareció en Buenos Aires el
Telégrafo Mercantil, Rural, Político, Económico e Historiógrafo del Río de la
Plata, . nuestro primer periódico impreso, . fundado por el abogado español don
Francisco Antonio Cabello y Mesa, . su
Director hasta fines de 1802, creemos que es verdad, porque tenemos la
referencia de personas responsables, que han investigado el punto y escriben
de primera mano, en excelente prosa castellana, limpia de afeites sin oquedades
ni ditirambos. . . ÁNGEL RIVERA y RAÚL QUINTANA, Aparición de los géneros periodísticos en
la época colonial (Buenos Aires, 1945, Imprenta Coni, página 31. . .
Fueron sus
principales redactores, Belgrano y Vieytes . . . RIVERA y QUINTANA, citado en página
134. . .
El Correo de
Comercio vivió diez meses bajo el gobierno de la Junta de Mayo, más tiempo, que bajo el gobierno del Virrey.
. No puede negarse que fue un periódico
argentino, reconocido y hasta elogiado por la Junta de Mayo en el decreto de
fundación de La Gaceta,
Hasta aquí
estamos seguros de lo que se nos relata. . Desgraciadamente la obra de Rivera y
Quintana termina ahí, . porque su propósito ha sido historiar solamente el
periodismo colonial. . El acierto con que lo ha realizado nos
hace lamentar que no alcanzara a cubrir por lo menos el período de la
Independencia. Con su información in tergiversable hubiera
hecho imposible el nacimiento del nuevo dogma, . que quieren imponernos, de que Mariano
Moreno fue el primer periodista argentino. . Fundador y Director de La Gaceta de Buenos Aires, nuestro
primer periódico. .Dicho dogma, echado a
rodar hace un siglo y medio por Manuel Moreno, pero nunca tomado verdaderamente
en serio, . se ha consolidado recientemente gracias a que lo ha prohijado el
Círculo de la Prensa de Buenos Aires, . entronizando en su sala de honor un
gran retrato del numen, a quien se
le declara padre de los periodistas argentinos.
Con esto solo,
sin ningún argumento, debemos acatarlo.
Negarlo es hoy
una herejía tan grave como aquella otra que hace veinte años causó tanta
alharaca en el cotarro, cuando
nosotros afirmamos que Mariano Moreno no fue el fundador de la Biblioteca
Nacional.
Pues bien, pese al retrato y sin temor a la nueva
excomunión que nos arrojarán, declaramos que eso también es falso. . Para
probar la falsedad nos basta echar un vistazo al decreto del 2 de junio de
1810. . por el cual el primer gobierno patrio dispuso
fundar un periódico oficial. Es
claro que si había de ser oficial, no podía ser resolución de un particular.
En sus
considerandos dice la Junta: "El Pueblo tiene derecho a saber la
conducta de sus Representantes. . . Para el logro de tan justos deseos ha
resuelto la Junta que salga a luz un nuevo periódico semanal con el título de
Gazeta de Buenos Ayres, el cual sin tocar los objetos que tan
dignamente se desempeñan en el Semanario de Comercio [el
Correo de Comercio] anuncie al
público las noticias exteriores e interiores que deban mirarse con algún
interés.
"En él se
manifestarán igualmente las discusiones oficiales de la Junta con los demás
Jefes y Gobiernos y el estado de la Real Hacienda.
"La Junta, a más de incitar a los sabios de estas
Provincias para que escriban sobre tan importantes objetos, los
estimulará por otros medios que les descubran la confianza que pone en sus
luces y en su celo.
"Todos los
escritos relativos a este recomendable fin, se dirigirán al señor Vocal, Doctor Don Manuel
Alberti, quien cuidará privativamente de este ramo, agregándose por la secretaría las noticias
oficiales" . . . . Registro Oficial de la República Argentina, tomo 1, página
30, Gazeta de Buenos Ayres N°1, 7 de junio de 1810.
Se establecen,
pues, tres puntos: 1º que fue la
Junta de Mayo la fundadora de La Gaceta; 2º que se trataba de un periódico oficial,
nuevo, es decir: no prohijaba un periódico fundado antes por nadie; 3º que
lo ponía bajo la dirección del Vocal, Doctor Don Manuel Alberti, quien cuidaría
privativamente de este asunto y a quien se le dirigirían todos los escritos. Así pues, ningún colaborador (de los que la
Junta invitaba a escribir) se manejaría por su cuenta, sino que le enviaría a
él sus colaboraciones.
En aquellos
tiempos no se estilaba llamar director al Jefe de un diario, pero sin llamarlo de ningún modo se fijan sus
atribuciones que ejercería privativamente.
Según el
Diccionario de la Real Academia Española y según el sentido de la lengua que
todos poseemos (más o menos) el adverbio privativamente significa "con
exclusión de todos los demás".
Y qué papel
tenía Moreno, cuyo solemne retrato decora hoy el Círculo de
la Prensa como padre del periodismo argentino?
¡Ninguno! El
decreto no lo alude en ninguna forma.
En cambio la
Junta, que no lo reconoce fundador, ni lo nombra director del periódico, lo
designa luego, en otro documento, redactor, en compañía de Castelli y de
Belgrano.
Como la
redacción de La Gaceta era anónima y todos los artículos se publicaban sin la
firma del autor, es imposible saber quién los escribió.
Los señores
panegiristas, que desde hace cuatro o cinco años nos
recuerdan casi diariamente que hay que honrar a Moreno como
al Fundador y primer Director de La Gaceta no ignoran este decreto, pues mencionan
la fecha de su publicación,
7 de junio, y han hecho declarar tal fecha
como el "Día del periodismo", . que cada año todos los diarios del
país solemnizarán absteniéndose de aparecer.
Si a pesar de
conocer el decreto continúan sosteniendo la anterior falsedad violan a
sabiendas la primera ley de la Historia,
según el Pontífice León XIII, que
encerró en afortunada síntesis el precepto de Cicerón. La
hemos impreso en la cubierta de este libro y no queremos volver a imprimirla
aquí porque abochorna; pero ellos deben volver a leerla porque es
saludable.
Han violado
también la ley natural de dar a cada uno lo que le corresponde, que en derecho romano se expresa con este
aforismo: suum quique tríbuere.
Nuestra ley
civil no autoriza la averiguación de quién sea el padre carnal de una criatura. Pero en nuestro caso, sin andar en búsquedas
prohibidas, surge por sí sola esta verdad: el verdadero
padre del periodismo argentino es Víeytes, que había fundado en 1802 el
Semanario de Agricultura, publicado hasta 1807.
Pudiera
discutirle el honroso título de padre de nuestro periodismo aquel abogado
español, fundador del
Telégrafo Mercantil en 1801, . el primer periódico impreso en el Río de
la Plata; pero si hemos de referirnos
solamente a periodistas argentinos, , a nadie, ni siquiera a Belgrano, que
colaboró en el Telégrafo en 1801, . le corresponde ese honor.
Sin embargo, .
el retrato de Vieytes no figura en ninguno de los lugares en que se honra al
padre del periodismo argentino. . Le han arrebatado esa paternidad para
atribuírsela al imaginario fundador de La Gaceta de Buenos Aires, . que ni la
fundó, . ni la dirigió, ni apenas colaboró en ella.
Algunos
historiadores, . advirtiendo lo absurdo
de sostener esta pretendida hazaña de Moreno, se retiran a posiciones menos
comprometidas y se contentan con afirmar que fue "el alma de La
Gaceta".
Las diversas
metempsícosis del prócer, . que unas veces se encarna aquí, . otras allá, y
siempre es el alma de algo insigne,
son fabulosas y además
inverosímiles.
Se dice que una
persona es el alma de alguna institución,
cuando concentra en sí toda o
casi toda la labor y supera y desborda con su propia actividad la acción de sus
colaboradores. ¿Hizo esto Moreno en La Gaceta? , Veámoslo con cifras escuetas, pero
elocuentes. . Desde el 7 de junio de 1810, en que apareció por primera vez
hasta el 12 de setiembre de 1821, en que la suprimió Rivadavia, . publicáronse
810 números. Ajustando más el cálculo:
Desde el 7 de
junio de 1810, . hasta el 17 de diciembre del mismo año, fecha más allá de la
cual no hay que pensar que escribiera nada, . pues preparaba su viaje a Europa,
. se publicaron 29 números ordinarios, 23 extraordinarios y 3 suplementos.
Estos 55
números contienen 209 artículos, de los que su hermano Manuel, . que conocía a
su personaje, sólo ha recogido 2, . como de su redacción. (Ya
demostraremos que uno de esos artículos fue de Belgrano). El doctor Pinero, que no lo conocía, le
atribuye 19, pero sin explicarnos en qué se apoya, pues
aparecieron sin firma de autor.
Si mientras
vivió, colaboró tan poco, . es seguro
que después de muerto no mejoró su aporte; a menos que se diga que durante doce
años envió a La Gaceta sus artículos de ultratumba por intermedio de una mesita
de tres patas. . ¡Era tan sobrehumana la actividad de este
hombre!
Pero nuestros
católicos abuelos no eran dados al espiritismo. Y de este parsimonioso redactor, de
quien no se sabe de cierto que escribiera casi nada, vienen a decirnos que fue el alma, etc. . Si éstos que tal cosa propalan fueran de
verdad periodistas y leyeran lo que con seguridad sabemos que fue labor de
aquella pluma, . comprobarían que no
hay estilo menos periodístico.
Ampuloso, aburrido, de
penosa sintaxis y mechado de citas clásicas, . entremezcladas con alusiones
pueriles y fanfarronadas de chisperos, .
no merecía ciertamente el honor que ha logrado, de figurar en algunas
antologías de clásicos argentinos.
En prueba de
que no exageramos, he aquí algunas perlas tomadas de una Orden de
la Junta, . sobre "ruptura de hostilidades con Montevideo", fechada el 13 de agosto del mismo año, . que
lleva solamente las firmas de Saavedra y de Moreno.
La paternidad
del prócer sobre esta pieza es más segura que la de cualquiera de los artículos
de La Gaceta que le atribuyen. . . Por lo menos en ella está su firma. . Véanse
algunos pasajes. Arrumacos a Fernando 7º.
"La
Capital había jurado solemnemente la fidelidad a su amado monarca el Señor Don
Fernando 7º y la guarda constante de sus augustos derechos, . . y desafía al
mundo entero a que se descubra en su conducta un sólo acto capaz de comprometer
la pureza de su fidelidad..."
Es el tono
meloso y a la vez pendenciero de la Representación de los Hacendados en que
también se desafía al mundo a que se busque en los criollos señales de
vacilación en su fidelidad.
Pedantismo
clásico.
"Haber
visto renovada la mediación de Filipo."
"La
república, dice Cicerón en la oración 47 por Sextio,
etc."
Grotesco.
"Aunque se
perdiere la esperanza de repetir las campañas en el café de Marcos, se
embarcarían en su buque, bien provistos de municiones de boca."
Risible.
"La misma
campaña que su inexperiencia cubrió de nuestros cadáveres en el ataque de los
ingleses. . . . Gaceta de Buenos-Ayres, 16 de agosto de 1810.
Que Moreno
hable de nuestros cadáveres, refiriéndose a los valientes criollos que
murieron en las invasiones inglesas, se pasa de cómico, porque su cadáver siguió viviendo lejos de los
campos de batalla, donde caían cadáveres ajenos.
Nada sería que
los panegiristas se hubieran inventado este semidiós para su uso privado. . Lo
intolerable es que habiéndose apoderado de la dirección de la enseñanza de todo
el país, . obliguen a nuestros escolares a absorber todo ese viento, . para que
en el 7 de junio de cada año, . tengan que volver los chicos desesperados a sus
casas a pedir a sus padres quejes ayuden a fraguar un deber enalteciendo al
Fundador de La Gaceta, . al Fundador de la Biblioteca Nacional, . al Fundador
de la democracia, al Padre del periodismo argentino...
Esta labor
pertinaz de adulteración de la historia tiene aspectos cómicos, porque no es empresa lucida ni fácil inflar a
un prócer; pero también los tiene tristes.
Volvemos a
decirlo, poco o nada nos importaría la vida fabulosa de
Mariano Moreno, si no fuera que la han imaginado con el
propósito inconfesable de socavar los cimientos católicos de nuestra patria, fundada, como toda nación de origen hispánico, en
la verdad, en la jerarquía y en la libertad.
En otras
palabras: en la religión católica, . en
el ordenamiento social y en la voluntad de vivir libres, conforme a tradiciones seculares, valiéndonos de las fuerzas armadas para
mantener todo eso que es lo mejor de la historia argentina, continuación de la historia de España.
Al aprovecharse
del jacobinismo frenético, si bien postizo, de
Mariano Moreno para convertirlo en precursor,
pretenden dar a este sentimiento
carácter de cosa venerable, haciéndolo arrancar nada menos que de las entrañas
de la Junta de Mayo.
Algunos han caído
de buena fe en esta conjuración antinacional.
No lo dudamos y para ellos
escribimos.
Además con esta
fábula quieren borrar o por lo menos retacear la gloria de los verdaderos próceres
de Mayo.
Si uno solo de
ellos es el gran obrero, el numen,
el pensamiento, el
alma de aquella Revolución ¿qué les queda a los demás? Ser unos fantoches, que
él manejó, y que si de algo sirvieron fue porque se
dejaron manejar por él. Él en los siete u ocho meses que vivió después
del 25 de Mayo, les dio "el puntapié inicial" y ellos siguieron
rodando por la historia, conforme a la dirección que él les imprimió.
"Puntapié
inicial" que a 150 años de distancia se nos quiere imprimir también a
nosotros, que ya no estudiamos la historia en los libros
de esos señores.
Contra esa
pertinaz falsificación, que es al mismo tiempo una defraudación a
nuestros héroes y una desfiguración de la fisonomía de la patria, hemos escrito y si Dios nos da vida seguiremos
escribiendo.
Mariano Moreno, más que el padre del periodismo argentino, es
el hijo del periodismo liberal, que lo ha inventado, lo ha canonizado y lo ha
entregado a la adoración de los que no creen en Dios, pero creen en estos semidioses de papel.