¿30.000? "cifra inventada"
Graciela Fernández Meijide. Madre terrorista desaparecido. Secretaria Conadep y Asamblea Permanente de Derechos Humanos.
Fernández Meijide: «La cifra de 30.000 desaparecidos en Argentina fue un invento de los exiliados en España»a exministra y miembro de la Comisión para los Desaparecidos afirma que solo se han podido documentar 7.954 casos.
El debate sobre el número de desaparecidos durante la última dictadura argentina (1976-83)
sigue sin cerrarse. Pasaron 40 años del golpe militar del 24 de marzo
de 1976 y, según quien hable, arroja una cifra u otra. En la etapa de
los Gobiernos del matrimonio Kirchner se declaró oficial el número de
30.000, pero la Comisión para la Desaparición de Personas (CONADEP)
creada por el presidente Raúl Alfonsín comprobó 7.954 casos. “¡Cómo que no se sabe! Claro que se sabe, son todos los publicados por la Conadep”, exclama Graciela Fernández Meijide,
miembro de aquella comisión, exministra de Acción Social del Gobierno
de Fernando de la Rúa y madre de Pablo, el hijo que, con 17 años, los
militares borraron de la faz de la tierra.
Autora de “Historia
íntima de los derechos humanos en Argentina” Meijide averiguó de dónde
salió y a quién se le ocurrió la idea de poner sobre la mesa el número
de 30.000 desaparecidos. “Los exiliados en España
habían formado la Comisión Argentina de Derechos Humanos. Entonces, no
existía la figura de desaparición forzada. Eduardo Luis Duhalde me contó
allí que pusieron ese número para poder apelar a la figura de genocidio y denunciar lo que estaba pasando”.
Duhalde,
nombrado posteriormente Secretario de Derechos Humanos en el gobierno
de Néstor Kirchner, decidió convertir la ficción en versión oficial y
colocó la cifra de 30.000 en un nuevo prólogo que escribió, por delante
del de Ernesto Sábato, en el Nunca Más, el libro que recoge, con nombres
y apellidos, a todas y cada una de las víctimas del régimen militar.
“¿Dónde están los nombres de esos veinte mil más? ¿Dónde sus familias y
las denuncias?. Colocan las placas vacías porque no pueden poner un
nombre”, comenta en alusión al parque de la Memoria de Buenos Aires que visitó Barack Obama.