AÑO 10
CAPÍTULO VI
POR QUE ENTRÓ MORENO EN LA
JUNTA
Hemos llegado
al 25 de Mayo de 1810. . . La Revolución está triunfante y va a comenzar la
guerra de la Independencia, que durará 14 años.
Hemos visto
cuál fue la parte de Mariano Moreno en su preparación. Con una sola palabra
podemos resumirla:. . . ninguna.
Probablemente
en esa época ni siquiera imaginaba una patria libre. Era un sincero partidario
del Rey absoluto.
El yugo de la
servidumbre, según él mismo lo dice en la Representación de los Hacendados,
sólo es insoportable para los que padecen miseria,. . . y él no la padecía,
pues como nos lo refiere su hermano, atravesaba el período más próspero y feliz
de su vida.
Quizás por eso
mostróse hostil en todo momento a la independencia.
Mostróse hostil
cuando sé confabuló con Álzaga para derrocar a Liníers,. . . acusado de criollismo,
a fin de que fuera suplantado por una Junta de peninsulares,. . . en la que él
entró como secretario.
No está de más
repetirlo: a no haber sido la fulmínea intervención de Saavedra,. . esa primera
conspiración de Álzaga hubiera impedido o demorado muchos años la
Independencia.
Mostróse
hostil, cuando aconsejó a Cisneros benevolencia para con" los españoles
procesados por esa rebelión y no aconsejó lo mismo para con los criollos de
Chuquisaca y La Paz,. . que por idéntico delito fueron desterrados o ahorcados.
Mostróse hostil
ya en plena víspera de la Revolución de Mayo,. . en ese trabajo tan elogiado y
que casi nadie ha leído, de La Representación de los Hacendados, donde hay
expresiones increíbles en la pluma de un argentino.
Llega a
sostener allí que Buenos Aires prefiere seguir siendo colonia, y que para los
americanos la peor injuria es suponerlos incómodos bajo el dominio español,. .
. pues "han derramado su sangre por una dominación que aman y
veneran". . . (página 82). . ., y "no se atreverían a sacudir un yugo
ligero y suave para buscar una independencia que les privaría de la protección
de su Madre". . . (página 83). . ., y aun "se glorían de haber dado
constantemente lecciones de su subordinación a los mismos europeos". . . (página
84). . . .
Mostróse
hostil, cuando incitó al Virrey Cisneros a proceder conforme "a la
prudente máxima" que el Supremo Consejo en los tiempos de Carlos 5º
impartió al Licenciado La Gasea: "Guárdese la tierra para el Emperador mi
Señor y gobiérnela el diablo". . . (página 22). . . queriendo decirle:
"Apele Vuecelencia a cualquier medida de gobierno, que siempre será buena,
con tal de que impida el que cundan ideas de emancipación en el
Virreinato".
El examen del
expediente que se formó con motivo de las franquicias comerciales,. . comprueba
que lo que nos han enseñado en el colegio sobre "la enorme
influencia" de La Representación de los Hacendados en la Revolución, es
historia mendaz.
No sólo no
ejerció ninguna,. . sino que desagradó a sus mandantes,. . los Hacendados,
quienes se desprendieron de Moreno y encargaron a Castelli y Azcuénaga, que los
representaran en actuaciones posteriores, como se advierte examinando el
expediente. . . De esto no hablan jamás
los panegiristas de Moreno;. . porque semejante actitud de los Hacendados
demuestra el desentono de la tan ponderada Representación con la voz que sonaba
ya en la conciencia de los patriotas.
Mostróse hostil, en la noche del 22 de mayo,. . cuando pretendió justificarse, alegando haber votado, no por convicción, sino por complacencia;. . y doblemente hostil, cuando temeroso de comprometerse demasiado,. . desapareció del escenario; y todavía más, cuando de nuevo se asomó a la calle y al saber lo que otros habían realizado,. . se puso a cavilar si era justo que las colonias se independizaran del yugo "ligero y suave".
Para quien
había dicho que los criollos amaban y veneraban la dominación española
(Representación de los Hacendados,. . . página 82). . . y que la carga de la
servidumbre sólo es insoportable cuando el siervo padece miseria. . . (página
83). . ., tal aspiración a la independencia en los habitantes del Río de
la Plata que no la padecían, realmente resultaba injustificada.
Mas para
Saavedra o Belgrano,. . . Pueyrredón o
Rodríguez Peña, que estaban arriesgando la horca, aquella duda era inconcebible
en un argentino. Hemos visto anteriormente que ya los criollos comenzaban a
llamarse argentinos.
El 25 de Mayo
de 1810, una vez consumado el movimiento libertador,. . ningún argentino
"ni ebrio ni dormido", podía sin traicionar a la naciente patria
ponerse a sopesar la legitimidad de la Revolución, . .porque eso equivalía a
negar que la nueva nación tuviese derecho a vivir.
Y sin embargo
Moreno, cuando lo hallaron "entretenido en conversaciones
indiferentes", y le dieron la noticia de la más sagrada de nuestras
revoluciones, se puso a discutir su legalidad y a lamentar su tranquilidad
perdida, si aceptaba la secretaría de la Junta. . . ¡Adiós mis libros, . .adiós
mi dulce hogar!
Nos imaginamos
que estas cosas que venimos diciendo,. . apoyándose a cada paso en los mismos
viejos documentos tan citados como poco leídos, serán para muchas personas de
buena fe una revelación. . . Así lo fueron para nosotros cuando las leímos por
primera vez.
¿En qué forma
se explica que este Moreno disconforme u hostil resultara elegido secretario
del nuevo gobierno?. . .
Ningún
historiador contemporáneo ha podido, hasta ahora revelarnos sin copiar a alguno
de los historiadores clásicos, cómo se formó la Segunda Junta Gubernativa, que
conocemos con el errado título de Primera Junta.
Y es porque han querido desconocer la verdad:. . . que la lista de los candidatos que por mandato de los militares y de los pocos civiles revolucionarios tenía que adoptar el Cabildo para que formaran la Junta de Mayo, . . se confeccionó en los cuarteles, con intervención directa de Saavedra.
Esta lista fue
luego firmada por más de 400 vecinos,. . en su gran mayoría militares, con no
pocos frailes,. . para que no tuviera tan subido calor castrense y tal como
salió fue llevada al Cabildo que no introdujo en ella ninguna enmienda, ni la
introdujo el pueblo que poco después escuchó su lectura en la plaza Mayo y la
aclamó tal como se la leyeron. . . Esa es la verdad.
La versión que
atribuye a Beruti el haberla redactado en un rapto de inspiración, es fantasía
pura.
Si Antonio Luis
Beruti lo hubiera hecho, como eso habría sido un blasón para su digno apellido,
en alguna carta,. . en algún documento suyo encontraríamos tal noticia. No
hemos hallado rastro de tal cosa. . . Pero hace bastantes años, tuvimos ocasión
de obtener de un distinguido hijo del doctor Dardo Rocha, permiso para sacar
copia de cierto importante manuscrito perteneciente a la biblioteca de su
ilustre padre, titulado Memorias curiosas o Diario de Juan Manuel Beruti,. . .
extensísimo relato que luego hicimos publicar en la Revista de la Biblioteca
Nacional, que nosotros habíamos fundado a fin de hacer conocer antiguas piezas
inéditas interesantes para la historia.
Pues bien, Juan
Manuel Beruti era hermano de Antonio Luis. Si éste, en verdad, hubiera sido el
que confeccionó la lista de los miembros de la Junta, de ninguna manera lo
hubiera olvidado en el minucioso y larguísimo Diario, donde refiere menudamente
los sucesos de aquellos días, perfectamente conocidos por él.
Tiene
pormenores sobre la formación de la Junta,. . pero ni una sola palabra que
autorice a creer lo que algunos historiadores afirman, sin prueba ninguna, como
de costumbre). . . Revista de la Biblioteca Nacional, Nº 31, página 167.
Beruti, amigo
de Moreno y adversario de Saavedra, jamás hubiera puesto a Saavedra el primero
y a Moreno precisamente el último.
El doctor Levene, cuya opinión es de mucho peso, da
del nombramiento de Moreno una versión original.
"En cuanto al nombre de Moreno —dice— aparte de
su reputación como letrado y autor de La Representación de los Hacendados. . .,
existen documentos que permiten afirmar que los ingleses tuvieren intervención
en los sucesos del 25 de Mayo, circunstancia que acaso haya decidido
favorablemente con respecto a la personalidad de Moreno". . . LEVENE,
RICARDO, Ensayo histórico sobre la Revolución de Mayo, tomo 2, página 87, nota.
O en otras palabras: los ingleses, agradeciendo a
Moreno el apoyo que les había prestado en el asunto de las franquicias comerciales,
lo hicieron elegir miembro de la Junta.
No
disimularemos nuestra decepción. . . Aunque suele decirse que los ingleses han
tenido en épocas diversas grande influencia sobre algunos políticos nuestros,.
. . no nos parece verosímil que ya el primer gobierno argentino resultara
manipuleado por ellos. Nos han ponderado tanto lo democrático de aquella
primera elección, que la noticia de este autor nos causa verdadera congoja.
Y nos resistimos a creerla...
Si la
complicada elección hubiera sobrevenido meses después, la explicación tendría
más visos de certeza, pues podríamos pensar que los ingleses quisieron
agradecer algo de mayor sustancia que La Representación de los Hacendados,. . .
y sería aquel misterioso y secretísimo Plan de gobierno, que Moreno redactó
para uso de la Junta, aunque después no se aplicara.
Efectivamente,
en el artículo 49, inciso 7 de ese Plan, Moreno propone ceder a Inglaterra la
isla Martín García para que poblándola como una pequeña colonia y puerto franco
a su comercio, disfrute de ella como reconocimiento de gratitud a la alianza y
protección que nos hubiese dispensado en los apuros de nuestras necesidades y
conflictos". . . Escritos de Mariano Moreno, con un prólogo por NORBERTO
PINERO. (Buenos Aires, imprenta de Pablo E. Coni, 1896), página 516.
Pero habiendo
ocurrido los sucesos de Mayo meses antes de que existiera el Plan, la
explicación no se justifica, afortunadamente, porque nada gana la dignidad de
la nación con que los extranjeros aparezcan influyendo en la elección del
"alma de la Primera Junta".
Nuestra
explicación es más razonable y menos deslucida para el prócer.
Moreno entró en
la Junta, no por la confianza que tuvieron en él los ingleses,. . . ni los
criollos, sino. . los peninsulares.
En el Buenos
Aires de 1810, el partido español era más fuerte, a causa de sus posiciones y
riquezas, que el criollo; y los patriotas comprendieron que convenía no
exasperarlo con una total exclusión del gobierno, para no producir una reacción
peligrosísima, tal vez fatal en los comienzos.
A eso respondió
el hecho, tantas veces comentado, de que la nueva nación siguiera invocando la
autoridad de Fernando 7º y que sus ejércitos pelearan contra los soldados
españoles, bajo la misma bandera española.
Y a eso
respondió también la designación de Mariano Moreno, criollo de nacimiento, pero
en ideas más godo que muchos peninsulares, que el año anterior (1809) había
formado parte de la Junta de Álzaga, como secretario de ella.
Además de
Moreno, considerado por lo menos españolizante, fueron designados para formar
la Junta de Mayo dos peninsulares de verdad, Matheu y Larrea.