MACRI O EL REGRESO DE PONCIO PILATO (El Blog de Cabildo)
¿Qué
clase de decoroso resultado puede esperarse del debate parlamentario si la
sensibilidad construida por los medios de comunicación, para poner un ejemplo
lacerante, favorece y promueve como una opción saludable la eliminación de la
vida por nacer?
Como
si lavase una culpa anticipada, Mauricio Macri ha declarado que no está a favor
del aborto y que asume la posición de la Iglesia en defensa de la vida, pero considera un deber
político proponer una solución legal a la presunta mortandad de las mujeres más
vulnerables.
A
riesgo de que su anodina y exasperante gestión de gobierno se hunda
definitivamente en el abismo, y buen aprendiz de los hipócritas cálculos
democráticos, decidió instalar el tema, aguardando que el debate dure hasta el
comienzo del Mundial de Rusia. ¡Con la pelota rodando durante treinta días,
todo crimen se olvida y las más aflictivas
traiciones y villanías pasan como juego de niños!
Recuerdo
haber escrito, hace dos años y cuando este gobierno de CEO’s comenzaba a regir
en nuestra Patria, que a Macri lo caracterizaba una “filosofía pragmática”,
entre otras máculas constatables. Predicar filosofía de Mauricio es una grave
deshonra para Platón y Aristóteles. Lo sé. Pero permítaseme por un instante la “contradictio
in terminis”.
¿Qué
clase de decoroso resultado puede esperarse del debate parlamentario si la
sensibilidad construida por los medios de comunicación, para poner un ejemplo
lacerante, favorece y promueve como una opción saludable la eliminación de la
vida por nacer? ¡Los medios de comunicación cuyas vestiduras rasgan de continuo
en vistas de la objetividad informativa!
¿Creerá
Macri en la fuerza moral de eslóganes mercenarios como la “libertad de
pensamiento” y “de expresión” para que los defensores de la vida puedan
persuadir con la verdad a las sordas huestes de homicidas que buscan solo
aniquilar? ¡Huestes largamente entrenadas en la sofística discriminación de
pretender defender una vida, ocultando el grito silencioso de quien pugna por
nacer!
¿Qué
triunfo de la verdad, y de la vida, pudiera esperar nuestro presidente,
contrario al aborto, cuando las razones en favor de la vida más débil e
inocente importan nada para quienes “el derecho de la mujer” es una fe religiosa
que no admite argumentación alguna?
O
es un imbécil, o es un perverso. No hay otra alternativa para el presidente
Mauricio Macri. Ahora bien, si se trata de un demócrata convencido ambos
calificativos son perfectamente intercambiables.
Aún
contrario al aborto, si fuese enteramente cierto de este hijo del Colegio Newman
y de la Universidad Católica Argentina, será el primero y el máximo responsable
del primero y del último aborto legal que tenga lugar en nuestra Patria, de
aprobarse la despenalización.
Como
el fatídico Poncio Pilato, quien no quería condenar a Cristo, pero la horrenda
tentación de “quedar bien” con los poderes del mundo, la debilidad contumaz de
una autoridad sin altura y sin hondura, lo arrastró inexorablemente a la más
trágica decisión de la historia humana.
Ernesto Alonso