El Retiro de la
Iglesia
- V
— ¿Creen ustedes que
antes del fin vendrá una gran apostasía?50 — Eso es de fe —intervino Mungué— .
San Pablo lo dice y Nuestro Señor mismo afirmó: "Cuando Yo vuelva, ¿creéis
que hallaré fe en la tierra?"*1 — ¿Creen ustedes que una apostasía general
sería posible si la Iglesia estuviera vigente, llena de pureza, de justicia, de
caridad y de luz? Es imposible. La gran apostasía hace concebible la gran
persecución; pero la gran apostasía no es concebible sin una contaminación...
—Siempre ha existido contaminación — dijo la señora— y existirá, según la
parábola de la cizaña: "hasta el tiempo de la siega..." —Justamente —
dijo el viejo— y hacia el tiempo de la siega es cuando el lolio, que esa planta
y no la cizaña ni el abrojo indicó el Divino Maestro, es cuando el lolio se
parece más al trigo... — ¡Ojo! — dijo Mungué— la Iglesia siempre se distinguirá
, de las sectas, por sus cuatro notas: una, santa, católica y apostólica.
Los Papa de Benjamin
Benavides, Parte III, Capitulo VI. 50 Sobre la Gran Apostasia, ver //
Tesatonicenses 2, 3-11. 11 Lucas 18, 8,
—Ni los faros se ven
bien en tiempo de niebla —pronunció sibilinamente el rabino... —jEso es herejía
protestante! —acusó Fulgencio— ¡El error de la Iglesia invisible! El viejo lo
miró en silencio un instante, y prosiguió: — La condición del mundo cuando
vuelva Cristo será análoga a la que tenía cuando lo dejó. El Rey de los
Profetas para ver al mundo futuro, desde aquel montículo de Jerusalén desde el
cual se veía el Templo, y ¡ay! el Calvario, no tuvo más que mirar su propia
situación presente, ponderarla con amargura, y ampliarla en todas direcciones
[„.] — ¿De modo que entrará a reinar el fariseísmo en la Iglesia, como antafto
en la Sinagoga? —dije yo alarmado— . La promesa de Cristo de asistencia perenne
a su Iglesia y su conducción por el Paráclito... eso parece destruirla de raíz.
—Y la destruye —dijo el Mónaco —¿Por qué? — dijo el rabino— . Las mismas
promesas o parecidas fueron hechas a la Sinagoga por los profetas; y justamente
en el punto en que esas promesas estaban por fallar, envió Dios a su Hijo para
mantenerlas; el cual dijo: "En la cátedra de Moisés se sentaron los
escribas y fariseos; haced pues todo lo que os dijeren, pero no hagáis conforme
a sus obras."®1 Pues la doctrina no faltó nunca; faltó el ejemplo. — Pero
eso es sumamente peligroso de predicar —dijo Mungué—, porque el pueblo perderá
la confianza en la Jerarquía. — Yo no lo predico: solamente lo temo — dijo
mansamente el judío.
” Mateo 23, 2-3.
—Es que no lo debe
decir siquiera, ni pensar, ni soñar — dijo Fulgencio. —En nombre propio, no
—dijo él— . Pero soñarlo ¿y quién pondrá puertas al soñar? Ya lo soñó Juan en
el Apokalypsis, según creo. —¿Dónde? —desafió Mungué. — En cuatro lugares: la
Iglesia de Laodicea53, la Segunda Bestia*4, la Medición del Templo55 y la Gran
Ramera**. — ¡Pamplinas! — dijo Fulgencio— . "Clara non sunt explicanda cum
oscuris." Esos lugares son oscuros; la promesa de Cristo es clara. El
judio dejó caer los brazos con desaliento y se puso con aire cansado a hojear
su Biblia. — ¿Qué demonios es propiamente el fariseísmo? —dije yo, — ¿Pues no
lo conoce usted? — dijo el judío, cansado— . Está en los Evangelios. —En el
Eletichus contra fariseos, Mateo, Capítulo 23 —dijo el teólogo. — En todo el
Evangelio —bramó el viejo— Cristo no hizo más que luchar contra el fariseísmo.
"Non sum missus nisi ad oves quae perierunt domus Israel." Fui
mandado para las ovejas de Israel que perecieron. — ¡Qué exageración! — gritó
Flor de Lino— . ¿Y los milagros? ¿Y la doctrina? ¡Eso es lo principal de la
vida de Cristo! —¿Cuál fue la empresa personal de Cristo? su hazaña y su
trabajo, Ló que unifica toda su acción? ¿Cuál fue el corazón de Cristo, si él
fue un hombre de corazón? Ciertamente no fue una dulzura blandengue, un
sentimentalismo melancólico, blanducho y llorón hacia los hombres, y aun hacia
los animales, como lo pintan hoy, incluso las estatuas de los templos, d'après
Renan o d'après Tolstoi — dijo el viejo— . M 3, 14-22. M 13,
11-18, M 11, 1-2. ** 17 pass.
Ésa no fue la personalidad de Cristo, no fue
su corazón. — Nosotros somos devotos del Corazón de Jesús —dijo el monje— como
el que más. — ¿Cuál fue pues su-personalidad? — interrogó el teólogo Mungué...
— La lucha contra el fariseísmo^ ase "pecado contra el Espíritu
Santo" que le impedía su manifestación mesiánica y hería terriblemente su
amor a los hombres y a los pobres y a los débiles... sin contar su amor al
Padre —y a la Verdad. Ésa es la clave de su carácter, quizá la principal, la
que engloba todos los rasgos de su espléndida personalidad humana — declaró
Benya— . Yo sé lo que es el fariseísmo, aunque no lo sepa definir — añadió— .
Lo he probado en mi carne. — ¡Pamplinas! El fariseísmo se acabó. — Nunca
—asestó Benya— . Ni ¿se acabará. ¿Qué-es.io que puede producir la Magna
Tribulación, la peor prueba, si no el Magno Peca do, f el peccatum ad mortem37
que efectivamente infirió la muerte al que era la Resurrección y la Vida?
"Si eres deveras Hijo de_ Dios, baja de la cruz y creeremos en TÍ"*B
— dije yo con un vago temblor. — En efecto, ésa es la. esencia del fariseísmo
—Benya se volvió hacia mí con una sonrisa aprobatoria— . Crueldad, soberbia
religiosa y resistencia a la Fe. Pero Cristo desde la cruz pudiera
responderles: "Creed en Mí y bajaré de la cruz." En efecto, cuando los judíos crean en Él, y
los gentiles hayan caído en el pecado de muerte, bajará Cristo de su larga
Cruz, que es toda la historia de ta Iglesia. Juan 5, 16. w Mateo 27, 40-42,
— Ésta conversación no me interesa —dijo
Fulgencio. — El fariseísmo viene a ser como... los fariseos son
"relieíosos profesionales"'... como el profesionalismo de la religión
— dije— , recordando una frase de Gustavo Thibon, en todo caso —reflexionó el
viejo— . A ver si Podemos describirlo por sus grados: El primero: la religión
se vuelve meramente exterior... El segundo: la religión se vuelve profesión, métier,
gagne— pain. El tercero: la religión se vuelve instrumento de ganancia, de
honores, poder o dinero. — ¡Es como una esclerotización de lo religioso, un
endurecimiento o decaimiento progresivo! —saltó el teólogo.”
M 'Si Bertrand Russell
dice que la fe es un acto de voluntad o de sentimiento y no un saber, está un
poco justificado:$n muchos que profesan tener fe, puede no haber verdadera / í
.J Y o estoy convencido que hay mucha gente que practica una religión, incluso
sacerdotes, que no tienen fe verdadera. Es terrible en el sacerdote ese proceso
por el cual la afirmación vital que es la fe se transforma en oficio, se va convirtiendo
insensiblemente hojarasca, palabrería v conceptos. sostenido todo por un
interés. Bernanos ha descrito ese proceso en su nóvela La Impostura, los
místicos le llaman 'tibieza' y el Apóstol 'fe muerta': fe sin martirio, 'sin
sufrimiento, sin incomodidad. Y así, con multitudes de 'almas muertas' se ha
formado en el mundo una gran superchería, la mística ha descendido a política,
y la Iglesia parece a muchos un imperialismo más, un partido político o una
gran sociedad anónima para la exportación del Cristianismo en latas."
(Castellani, Psicología Humana, Capft. XI • Las Ideas, Jauja, Mendoza, 1997, p.
296).
—Y después una
falsificación, hipocresía, dureza hasta Ia^Gruetdad... —dije yo. —Jesucristo en
el Evangelio condenó a los fariseos — machacó fray Florecita— y con eso basta.
El judío se había quedado como absorto. Después prosiguió con una voz hueca y ronca...
—Yo tiemblo de decir lo que oso apenas pensar... Mi corazón tiembla delante de
Dios como una hoja de árbol al pensar en el misterio del fariseísmo. Yo no
puedo indignarme como el Divino Maestro; yo, miserable gusano, le tengo miedo
—y de hecho se estremeció bruscamente todo su cuerpo, y dos lágrimas asomaron a
sus ojos. — Los otros grados —prosiguió— ya son diabólicos. El corazón del
fariseo primero se vuelve corcho, des- puésjpiedra, después se vacía por
dentro, después lo ocupa el demonio. "Y el demonio entró en éí'U dice Juan
de Judas, El cuarto: la religión se vuelve pasivamente dura; insensible,
desencarnada. El quinto: la religión se vuelve hipocresía: el "santo"
hipócrita empieza a despreciar y aborrecer a los que tienen religión verdadera.
El sexto: el corazón de piedra se vuelve cruel, activamente duro. El séptimo:
el falso creyente persigue de muerte a los veros creyentes, con saña ciega, con
fanatismo implacable... y no se calma ni siquiera ante la cruz ni después de la
cruz... "Este impostor dijo que al tercer día iría a resucitar"; de
modo que, oh Excelso Procurador de Judea... Guardias al sepulcro,60
611 En El Evangelio de
Jesucristo (Homilía del domingo décimo después de Pentecostés), Castellani da
estos siete grados: 1) La
—Bien, eso pasó una
vez y no volverá más... —dijo Fulgencio— . La hipocresía no prospera hoy dia en
la Iglesia de Cristo. ¡Está la gracia de Dios! —Dios lo quiera! —dijo Benya— .
Pero ésta no es hipocresía vulgar: es diabólica, profunda, inconsciente casi.
"Corruptio optimi pessima", es la corrupción de lo mejor, de la
religiosidad, cosa que no tiene remedio, como la sal que pierde su salinez. La
hipocresía somera que pintó Molière, por ejemplo, es casi inofensiva. Tartufo
es un vulgar estúpido. Lo otro es mortífero. Cuando en la Iglesia ha salido un
ramo de fariseísmo, Dios lo ha curado, pero alguien lo ha pagado con su sangre,
desde Cristo hasta Juana de Arco* y hasta nuestros días. ¡El proceso de
Bartolomé Carranza! ¡Y el caso de Jacinto Verdaguer! No digo que estos últimos
no tuviesen sus defectos y faltas, los tenían y aun grandes, como Savonarola;
pero dieron la vida en el fondo por repugj, nar al fariseísmo. Se entabla una
lucha trágica entre la moral viva y la moral desecada, entre la mística real y
las "mística convertida en política", que el hebreo alemán Max
Scheler ha estudiado bastante bien en una monografía bastante buena... cuyo
título he olvidado... ¡ah, sí! El Conflicto Trágico en la Moral. Justamente Max
Scheler lo estudia en Cristo. Vence la moral viva — hasta ahora— y siempre;
pero sucumbe el que la lleva en sí como una vida y una pasión.
religión se vuelve
exterior y ostentatoria. 2) La religión se vuelve rutina y oficio. 3) La
religión se vuelve negocio o “granjeria”. 4) La religión se vuelve poder o
influencia, medio de dominar al prójimo. 5) Aversión a los que son
auténticamente religiosos. 6) Persecución a los que son religiosos de veras, 7)
Sacrilegio y homicidio.