Crónica Nacional
MIRANDO PASAR LOS
HECHOS
por Víctor Eduardo
ORDÓÑEZ
CRECE EL DESPRECIO
POPULAR POR LOS DEMÓCRATAS
Somos quizás
demasiados insistentes al decir iguales cosas, hacen más de 150 años desde
ámbitos Nacionalistas Católicos. Pero es lógico que el compatriota que no
aprende nada o muy poco, así proceda por tanto fue intencionadamente formado.
Existe la muy oculta “maquinita” que todo esto provoca. Los integrantes
fundamentales de estas causas: los medios de comunicación y los vividores
“políticos”, surtido con todo pillo que
deambula por la patria, agobiando con su preparada dialéctica, veterana en
integrar “modelos”, mentirosos e inadecuados inaplicables a distintas
necesidades de buenas costumbres. Modelo llaman ahora, si, para que todo
direccione hacia el rumbo equivocado y confuso. Los sucesos de la Argentina
decadente están lejos de ser casuales. Han sido y siguen siendo CAUSALES, por lo
que aparenta como ser un hombre aferrado a tropezar constantemente con la misma
piedra y vivir encantado al ver una misma película ciento de veces. Durante el
siglo pasado se ha corrido siempre la misma suerte. En Junio del 2001 Eduardo
Ordoñez hacía recordar hechos políticos, educativos, económico y hasta
delictivos. Hoy 2016, “pasada la reciente década ganada”…..¿pasada mmmmm?
creemos importante reiterar tan sabios artículos.
Administrador: http://elquijotesiglo21.blogspot.com.ar/
A PESAR de las
evidencias y de los reclamos unánimes de la sociedad, la clase política
argentina se muestra remisa a reformarse no sólo para achicar sus propios
gastos -que pagamos todos- sino mejorar su composición humana. En el mejor de
los casos pondrá parches al sistema que le ha hecho prosperar a expensas de los
que no la integran hasta volverse literalmente insoportable y hará creer que
algo va a cambiar; en el ínterin seguirá viviendo en su burbuja democrática y
satisfaciéndose con el temblequeante funcionamiento del senado que no se reúne,
de diputados que se pelean o de los jueces que esperan instrucciones y guiños.
El hecho es que el desprestigio del estamento partidocrático alcanzó al Estado
y ya lo paraliza. Esto se comprueba por el verdadero estallido social que
aflige al país y no sólo por la acción de los piqueteros -virtual gimnasia de
la actividad que vendrá- sino que se manifiesta en cada ocasión en que
cualquier suceso conmociona a un barrio o a una ciudad o un malestar colectivo
quiere expresarse. La sociedad evidentemente desconfía de sus mandatarios
(supuesto que lo sean) y prefiere dejar de lado los mecanismos que formalmente
deberían servirle para hacer sentir sus quejas y plantear sus pretensiones:
como ser los órganos de control de los servicios públicos, los procuradores del
pueblo y afines que pululan por todas partes, los propios diputados inhallables
a la hora de legislar, los concejales municipales escondidos al momento de
atender las necesidades vecinales. Se ha montado desde hace casi 20 años una
complicada estructura estatal sobre la base de una doble ficción -la
representación popular y el ejercicio de un poder controlado por la sociedad-
que paradójicamente intenta cumplir con estos supuestos al tiempo que los de
cuida y margina. En otras palabras, que la democracia -aun vacilante de que
disponemos- es inviable de hecho (nosotros que también de derecho) por lo menos
mientras no se adecente y se vuelva más sincera consigo misma. No ya los
canales de representación -obturados desde el principio y por principio- sino los
de comunicación entre gobierno gobernados se encuentran clausurados y esto es
lo que está haciendo crisis.
Otra prueba
irrefutable de esa trabazón interna es la postura del gobierno de negociar con
los piqueteros como si ellos tuvieran algún mandato legítimo para hacerlo: lo
que revelaría que en la práctica el íntegro ordenamiento institucional
argentino habría perdido vigencia y caído en desuso porque los matones de la
izquierda estarían sustituyendo a todos los funcionarios, electivos o no,
encargados por ley de actuar en nombre de la soberanía popular según ortodoxia-
O sea que el impulso de los hechos reales está tirando abajo la complicada
aunque inútil construcción levantada a lo largo de un siglo y medio de
imaginación y de hipocresía.
ESTROPICIOS DEL «PLAN
CAVALLO»
Con respecto a la suerte del modelo Cavallo es
indiscutible que está echada y que ya nada puede esperarse de él porque sus
mejores resultados ya fueron obtenidos y pasaron, la derrota de la
hiperinflación y el alejamiento de la inflación simple, con más de medio siglo
de vida en la historia argentina. No fue poco pero, atento al desproporcionado
precio que hubo que pagar y que se seguirá pagando (la destrucción del aparato
productivo, la virtual disolución del estado como operador económico, el
desempleo más implacable que se recuerde, y, en especial, la instalación
permanente de los factores de decadencia, de distorsión y de desnacionalización
de la economía) el balance en última instancia es mortal. Hemos de reforzar
esta idea: el Modelo sirvió para colocar las bases de la decadencia permanente
y renovada de la Argentina porque al mismo tiempo que impide el crecimiento
fomenta su decadencia, simultáneamente con el endeudamiento asegura su
dependencia, junto con el ahuyentamiento de las inversiones procura la
descapitalización.
Es decir que se trata
de un círculo perfectamente vicioso donde el perjuicio genera el perjuicio y
donde todas las consecuencias son natural y voluntariamente perversas. Porque
no es casualidad que todos los ministros -los de Menem y los de De la Rúa-
vengan fracasando, prisioneros y servidores del mismo plan al que alguno se
atrevió a introducir retoques y afeites para prolongarlo y mejorarle el aspecto
cada vez más genuinamente demoníaco y, en especial, para mantener despiertas
las esperanzas e ilusiones de algunos sectores de la sociedad que alguna vez
creyeron que se iban a favorecer con la apertura, la desprotección aduanera y
las libres leyes del mercado (o Mercado, porque en la Argentina del siglo XXI
esta palabra es la única que se escribe con mayúscula). Lo peor y lo que
asombra es que. habiéndose desfondado ante los ojos de todos -de los pocos
beneficiados y de las muchas víctimas de la estratagema de los acreedores- el
Plan siga en pie y nadie piense seriamente en cambiarlo por las raíces,
intentando una nueva empresa emancipadora. Por eso es que se ha llamado, en un
gesto espontaneo y desesperado, al propio autor y al ideólogo del Plan,
disciplinado burócrata del Fondo. Domingo F. Cavallo, nombre siniestro que pasará
a la historia de los argentinos con el mismo baldón de traidor a la patria con
que deben ser recordados aquel Rodríguez Peña que hizo huir a Beresford, a
Manuel García que entregó la provincia oriental, aquel Roca que se regocijó con
el ingreso de la Argentina al imperio británico y tantos otros que fueron ante
todo mercaderes. Aquí no hay salida mientras se mantengan los ejes del plan y
sus efectos se reproducirán y empeorarán con el paso del tiempo. El déficit
fiscal -producto gemelo de la recesión y de la pésima gestión recaudadora-
actúa como el émbolo de esta dinámica al revés, negativa, que nos congela y nos
frustra. A Cavallo no se le ocurrió más que aumentar los impuestos como si
hubiera espacio para ello en una economía agotada; con el resultado que la
evasión aumentó y la incapacidad de pago al exterior -que es lo que al gobierno
le importa-también y nos aproximamos al temido y mítico default. Pero como en
este sistema todo va concatenado, para un estado que no paga o paga mal la
situación se le empeora porque al no despertar confianza, los intereses por los
préstamos que recibe son más caros y de esta manera la deuda se torna
impagable. Recurrió entonces a dos procedimientos para salir de la coyuntura,
uno ofrecer como garantía los fondos de las futuras recaudaciones -medio
aceptado por los gobernadores justicialistas sin mayores reservas- y otro lo
que se dio en llamar "megabono" que no pasa de una refinanciación
consistente en una postergación de los vencimientos inmediatos; es pro-bable
que de llevarse a la práctica los servicios a pagar serán bastante superiores a
la tasa de mercado y que se ubicarán por lo menos en el 15%. Mientras tanto el
propio Cavallo se esfuerza en descomprimir la situación dándole un respiro a
algunas actividades, como la automotriz -permanente beneficiaria- y la textil.
Todo lo cual indica una peligrosa falta de rumbo o, peor aún, la adopción de
varios que se contradicen entre sí porque por un lado aprieta y por el otro
exime. El hecho es que el propio Cavallo -presentado y recibido como el
superman salvador- se ha enredado en su plan y caerá víctima de sus
condicionamientos.
BODAS DE CÁRCEL
Se casó por fin, Menem
y lo hizo a su estilo: tosco, desagradable, lujurioso, de mal gusto y con
papelones por doquier; un clima que envolvió a todos, empezando por la novia,
una blonda y escasamente límpida animadora chilena, probable cazafortunas que
viene transitando el continente desde hace algún tiempo. El episodio no debe
pasar de eso, un momento de la picaresca nacional donde se dieron cita varios
factores vigentes, desde la farándula prostituida a la que tan adicto fue
siempre el ex presidente hasta la presencia de algunos de sus incondicionales
como Kohan y Hernández y la ausencia de otros más condicionales como Corach y
De la Sota. Otros no pudieron asistir por enojosas razones de fuerza mayor.
Tampoco estaban ausentes los que se enriquecieron con el contrayente (no todos
porque hubieran sido demasiados) y los que aspiran a lograrlo para el caso de
un retorno en el 2003, como lo anuncia con más entusiasmo que convicción.
En la fiesta sobrevoló
el fantasma de la eventual prisión del ex presidente que no pudo quedar al
margen de los abultados delitos imputados a él y a- varios de sus ministros y
al impávido general Balza. Es triste pero también es significativamente
simbólica la celebración en tales condiciones y en tales circunstancias de unas
bodas pecaminosas, laicas y posiblemente delictivas ya que los contrayentes
habrían cometido delito de bigamia. Es vergonzoso que esto le pueda ocurrir a
un ex presidente argentino pero hay que admitir -no tolerar- que el acceso al
poder de Menem y la troupe que lo acompañó significó un punto de inflexión en
la política nacional ya que se abrió la puerta a lo peor y más basto de la
sociedad a los pragmáticos y a los inescrupulosos, a los recién llegados, a los
argentinos por casualidad que nunca terminaron de desligarse de sus oscuras
raíces, esos que llevan en el pecho grabada su impronta de la mafia.
AUSTERIDAD REPUBLICANA
Por su parte los
senadores, arquetípicos miembros y representantes de la dirigencia política, se
otorgaron un indebido aguinaldo de más de $ 3.000 cada uno, con el único
argumento que se trataba de un derecho adquirido ya que se venía realizando
desde hace tiempo. Callaron unos, balbucearon otros pero nadie se avergonzó ni
se arrepintió, resistiendo hasta el final la posibilidad de renunciar al
beneficio. Tampoco los legisladores porteños, la mayoría provista por una
izquierda tan desenfadada y hambrienta como el rea del arco político al que
-decía había venido a corregir. En cambio, los diputados nacionales -quizá más
flexibles o más temeros» ante el clamor público- prefiriere declinar el
privilegio. En octubre habrá elecciones parlamentaria pero los candidatos,
cualesquieran sean, no serán mejores. No sólo no tanto porque el sistema sea
básicamente el mismo que permite que lleguen los peores sino porque la casta
partidocrática no da más de sí, de hecho no puede mejorarse sino por la
desaparición. Y como no están dispuestos sus integrantes a aniquilarse
volviendo al anonimato que protegía al país d sus fauces, esta desdichada Argentina
se seguirá deshaciendo entre sus dedos y sus molares. La propia Elisa Garrió
-mujer inventada por la misma izquierda que imagino a Graciela Fernández
Meijide a la que se le encomendó reemplazar una vez agotada ésta- hablo con
dura claridad cuando les pidió a sus colegas de actividad que "dejen de
robar". Es verdad que hoy están de moda estos desaire públicos (habrá que
ver si los sostienen en privado) pero si se lo utiliza y no son respondidos
como el pudor mínimo lo requiere, es porque dan rédito. Es todo tan confuso en
nuestra política que la transgresión, así sea verbal, presta imagen de
decencia. El nuevo invento mediático de la izquierda junto al siempre lloroso
padre Farinello. Elisa Garrió puede ahora cantar algunas de las verdades de
barquero porque está en la etapa en que todo se le permite, está en el llano
donde puede emplear un discurso agresivo, mientras apriete en sus dedos un
rosario probable mente nunca rezado, discurso que abandonará, como hizo su
antecesora en la figuración, cuando disponga de una cuota de poder y empiece el
fastidioso trajinar d« intercambios. •