miércoles, 21 de marzo de 2018

CABILDO Nº 16/3º-JUNIO 2001-MIRANDO PASAR LOS HECHOS- CRECE EL DESPRECIO POPULAR POR LOS DEMÓCRATAS


Crónica Nacional

MIRANDO PASAR LOS HECHOS

por Víctor Eduardo ORDÓÑEZ

CRECE EL DESPRECIO POPULAR POR LOS DEMÓCRATAS


Somos quizás demasiados insistentes al decir iguales cosas, hacen más de 150 años desde ámbitos Nacionalistas Católicos. Pero es lógico que el compatriota que no aprende nada o muy poco, así proceda por tanto fue intencionadamente formado. Existe la muy oculta “maquinita” que todo esto provoca. Los integrantes fundamentales de estas causas: los medios de comunicación y los vividores “políticos”,  surtido con todo pillo que deambula por la patria, agobiando con su preparada dialéctica, veterana en integrar “modelos”, mentirosos e inadecuados inaplicables a distintas necesidades de buenas costumbres. Modelo llaman ahora, si, para que todo direccione hacia el rumbo equivocado y confuso. Los sucesos de la Argentina decadente están lejos de ser casuales. Han sido y siguen siendo CAUSALES, por lo que aparenta como ser un hombre aferrado a tropezar constantemente con la misma piedra y vivir encantado al ver una misma película ciento de veces. Durante el siglo pasado se ha corrido siempre la misma suerte. En Junio del 2001 Eduardo Ordoñez hacía recordar hechos políticos, educativos, económico y hasta delictivos. Hoy 2016, “pasada la reciente década ganada”…..¿pasada mmmmm? creemos importante reiterar tan sabios artículos.
Administrador: http://elquijotesiglo21.blogspot.com.ar/


A PESAR de las evidencias y de los reclamos unánimes de la sociedad, la clase política argentina se muestra remisa a reformarse no sólo para achicar sus propios gastos -que pagamos todos- sino mejorar su composición humana. En el mejor de los casos pondrá parches al sistema que le ha hecho prosperar a expensas de los que no la integran hasta volverse literalmente insoportable y hará creer que algo va a cambiar; en el ínterin seguirá viviendo en su burbuja democrática y satisfaciéndose con el temblequeante funcionamiento del senado que no se reúne, de diputados que se pelean o de los jueces que esperan instrucciones y guiños. El hecho es que el desprestigio del estamento partidocrático alcanzó al Estado y ya lo paraliza. Esto se comprueba por el verdadero estallido social que aflige al país y no sólo por la acción de los piqueteros -virtual gimnasia de la actividad que vendrá- sino que se manifiesta en cada ocasión en que cualquier suceso conmociona a un barrio o a una ciudad o un malestar colectivo quiere expresarse. La sociedad evidentemente desconfía de sus mandatarios (supuesto que lo sean) y prefiere dejar de lado los mecanismos que formalmente deberían servirle para hacer sentir sus quejas y plantear sus pretensiones: como ser los órganos de control de los servicios públicos, los procuradores del pueblo y afines que pululan por todas partes, los propios diputados inhallables a la hora de legislar, los concejales municipales escondidos al momento de atender las necesidades vecinales. Se ha montado desde hace casi 20 años una complicada estructura estatal sobre la base de una doble ficción -la representación popular y el ejercicio de un poder controlado por la sociedad- que paradójicamente intenta cumplir con estos supuestos al tiempo que los de cuida y margina. En otras palabras, que la democracia -aun vacilante de que disponemos- es inviable de hecho (nosotros que también de derecho) por lo menos mientras no se adecente y se vuelva más sincera consigo misma. No ya los canales de representación -obturados desde el principio y por principio- sino los de comunicación entre gobierno gobernados se encuentran clausurados y esto es lo que está haciendo crisis.

Otra prueba irrefutable de esa trabazón interna es la postura del gobierno de negociar con los piqueteros como si ellos tuvieran algún mandato legítimo para hacerlo: lo que revelaría que en la práctica el íntegro ordenamiento institucional argentino habría perdido vigencia y caído en desuso porque los matones de la izquierda estarían sustituyendo a todos los funcionarios, electivos o no, encargados por ley de actuar en nombre de la soberanía popular según ortodoxia- O sea que el impulso de los hechos reales está tirando abajo la complicada aunque inútil construcción levantada a lo largo de un siglo y medio de imaginación y de hipocresía.

ESTROPICIOS DEL «PLAN CAVALLO»

 Con respecto a la suerte del modelo Cavallo es indiscutible que está echada y que ya nada puede esperarse de él porque sus mejores resultados ya fueron obtenidos y pasaron, la derrota de la hiperinflación y el alejamiento de la inflación simple, con más de medio siglo de vida en la historia argentina. No fue poco pero, atento al desproporcionado precio que hubo que pagar y que se seguirá pagando (la destrucción del aparato productivo, la virtual disolución del estado como operador económico, el desempleo más implacable que se recuerde, y, en especial, la instalación permanente de los factores de decadencia, de distorsión y de desnacionalización de la economía) el balance en última instancia es mortal. Hemos de reforzar esta idea: el Modelo sirvió para colocar las bases de la decadencia permanente y renovada de la Argentina porque al mismo tiempo que impide el crecimiento fomenta su decadencia, simultáneamente con el endeudamiento asegura su dependencia, junto con el ahuyentamiento de las inversiones procura la descapitalización.

Es decir que se trata de un círculo perfectamente vicioso donde el perjuicio genera el perjuicio y donde todas las consecuencias son natural y voluntariamente perversas. Porque no es casualidad que todos los ministros -los de Menem y los de De la Rúa- vengan fracasando, prisioneros y servidores del mismo plan al que alguno se atrevió a introducir retoques y afeites para prolongarlo y mejorarle el aspecto cada vez más genuinamente demoníaco y, en especial, para mantener despiertas las esperanzas e ilusiones de algunos sectores de la sociedad que alguna vez creyeron que se iban a favorecer con la apertura, la desprotección aduanera y las libres leyes del mercado (o Mercado, porque en la Argentina del siglo XXI esta palabra es la única que se escribe con mayúscula). Lo peor y lo que asombra es que. habiéndose desfondado ante los ojos de todos -de los pocos beneficiados y de las muchas víctimas de la estratagema de los acreedores- el Plan siga en pie y nadie piense seriamente en cambiarlo por las raíces, intentando una nueva empresa emancipadora. Por eso es que se ha llamado, en un gesto espontaneo y desesperado, al propio autor y al ideólogo del Plan, disciplinado burócrata del Fondo. Domingo F. Cavallo, nombre siniestro que pasará a la historia de los argentinos con el mismo baldón de traidor a la patria con que deben ser recordados aquel Rodríguez Peña que hizo huir a Beresford, a Manuel García que entregó la provincia oriental, aquel Roca que se regocijó con el ingreso de la Argentina al imperio británico y tantos otros que fueron ante todo mercaderes. Aquí no hay salida mientras se mantengan los ejes del plan y sus efectos se reproducirán y empeorarán con el paso del tiempo. El déficit fiscal -producto gemelo de la recesión y de la pésima gestión recaudadora- actúa como el émbolo de esta dinámica al revés, negativa, que nos congela y nos frustra. A Cavallo no se le ocurrió más que aumentar los impuestos como si hubiera espacio para ello en una economía agotada; con el resultado que la evasión aumentó y la incapacidad de pago al exterior -que es lo que al gobierno le importa-también y nos aproximamos al temido y mítico default. Pero como en este sistema todo va concatenado, para un estado que no paga o paga mal la situación se le empeora porque al no despertar confianza, los intereses por los préstamos que recibe son más caros y de esta manera la deuda se torna impagable. Recurrió entonces a dos procedimientos para salir de la coyuntura, uno ofrecer como garantía los fondos de las futuras recaudaciones -medio aceptado por los gobernadores justicialistas sin mayores reservas- y otro lo que se dio en llamar "megabono" que no pasa de una refinanciación consistente en una postergación de los vencimientos inmediatos; es pro-bable que de llevarse a la práctica los servicios a pagar serán bastante superiores a la tasa de mercado y que se ubicarán por lo menos en el 15%. Mientras tanto el propio Cavallo se esfuerza en descomprimir la situación dándole un respiro a algunas actividades, como la automotriz -permanente beneficiaria- y la textil. Todo lo cual indica una peligrosa falta de rumbo o, peor aún, la adopción de varios que se contradicen entre sí porque por un lado aprieta y por el otro exime. El hecho es que el propio Cavallo -presentado y recibido como el superman salvador- se ha enredado en su plan y caerá víctima de sus condicionamientos.

BODAS DE CÁRCEL

Se casó por fin, Menem y lo hizo a su estilo: tosco, desagradable, lujurioso, de mal gusto y con papelones por doquier; un clima que envolvió a todos, empezando por la novia, una blonda y escasamente límpida animadora chilena, probable cazafortunas que viene transitando el continente desde hace algún tiempo. El episodio no debe pasar de eso, un momento de la picaresca nacional donde se dieron cita varios factores vigentes, desde la farándula prostituida a la que tan adicto fue siempre el ex presidente hasta la presencia de algunos de sus incondicionales como Kohan y Hernández y la ausencia de otros más condicionales como Corach y De la Sota. Otros no pudieron asistir por enojosas razones de fuerza mayor. Tampoco estaban ausentes los que se enriquecieron con el contrayente (no todos porque hubieran sido demasiados) y los que aspiran a lograrlo para el caso de un retorno en el 2003, como lo anuncia con más entusiasmo que convicción.

En la fiesta sobrevoló el fantasma de la eventual prisión del ex presidente que no pudo quedar al margen de los abultados delitos imputados a él y a- varios de sus ministros y al impávido general Balza. Es triste pero también es significativamente simbólica la celebración en tales condiciones y en tales circunstancias de unas bodas pecaminosas, laicas y posiblemente delictivas ya que los contrayentes habrían cometido delito de bigamia. Es vergonzoso que esto le pueda ocurrir a un ex presidente argentino pero hay que admitir -no tolerar- que el acceso al poder de Menem y la troupe que lo acompañó significó un punto de inflexión en la política nacional ya que se abrió la puerta a lo peor y más basto de la sociedad a los pragmáticos y a los inescrupulosos, a los recién llegados, a los argentinos por casualidad que nunca terminaron de desligarse de sus oscuras raíces, esos que llevan en el pecho grabada su impronta de la mafia.

AUSTERIDAD REPUBLICANA

Por su parte los senadores, arquetípicos miembros y representantes de la dirigencia política, se otorgaron un indebido aguinaldo de más de $ 3.000 cada uno, con el único argumento que se trataba de un derecho adquirido ya que se venía realizando desde hace tiempo. Callaron unos, balbucearon otros pero nadie se avergonzó ni se arrepintió, resistiendo hasta el final la posibilidad de renunciar al beneficio. Tampoco los legisladores porteños, la mayoría provista por una izquierda tan desenfadada y hambrienta como el rea del arco político al que -decía había venido a corregir. En cambio, los diputados nacionales -quizá más flexibles o más temeros» ante el clamor público- prefiriere declinar el privilegio. En octubre habrá elecciones parlamentaria pero los candidatos, cualesquieran sean, no serán mejores. No sólo no tanto porque el sistema sea básicamente el mismo que permite que lleguen los peores sino porque la casta partidocrática no da más de sí, de hecho no puede mejorarse sino por la desaparición. Y como no están dispuestos sus integrantes a aniquilarse volviendo al anonimato que protegía al país d sus fauces, esta desdichada Argentina se seguirá deshaciendo entre sus dedos y sus molares. La propia Elisa Garrió -mujer inventada por la misma izquierda que imagino a Graciela Fernández Meijide a la que se le encomendó reemplazar una vez agotada ésta- hablo con dura claridad cuando les pidió a sus colegas de actividad que "dejen de robar". Es verdad que hoy están de moda estos desaire públicos (habrá que ver si los sostienen en privado) pero si se lo utiliza y no son respondidos como el pudor mínimo lo requiere, es porque dan rédito. Es todo tan confuso en nuestra política que la transgresión, así sea verbal, presta imagen de decencia. El nuevo invento mediático de la izquierda junto al siempre lloroso padre Farinello. Elisa Garrió puede ahora cantar algunas de las verdades de barquero porque está en la etapa en que todo se le permite, está en el llano donde puede emplear un discurso agresivo, mientras apriete en sus dedos un rosario probable mente nunca rezado, discurso que abandonará, como hizo su antecesora en la figuración, cuando disponga de una cuota de poder y empiece el fastidioso trajinar d« intercambios. •