MIRANDO PASAR LOS HECHOS
por Víctor Eduardo ORDÓÑEZ
VINIERON PARA ROBAR
ES tal la decadencia argentina que pareciera
que no se pueden evitar los papelones en las altas esferas. Menem, por ejemplo,
impedido de acceder a la luz pública por culpa de una enojosa resolución
judicial, debe valerse de su segunda mujer -persona de su misma estirpe,
farandulera, vacua y casquivana-para mantener un mínimo de imagen. Como tampoco
puede convocar multitudes (que no tiene), esta actual compañera de ruta reunió
a sus contados seguidores en un restaurante de nuevos ricos en Puerto Madero
donde los aleccionó con palabras presuntamente pronunciadas por su marido (en
realidad, fueron recortadas aquí y allá por sus escribas) y dibujando el perfil
de un hombre ubicado entre el santo y el héroe.
Luego se dirigió a tierra más
segura, La Rioja, donde reunió, gracias a que aun dispone de una cierta
estructura, a un mayor número de gente que también recibió una desconocida
sabiduría del ex presidente con citas intercaladas desde San Agustín hasta
Nietzsche; la farsa llegó más lejos porque a la señorita Bolocco se la disfrazó
con un cuidado estilo Eva Perón con el obvio propósito de mezclar en el
inconsciente colectivo ambas figuras y, en especial, las del propio Perón y
Menem acercando y poniendo en paralelo sus infortunios y tropiezos. Es el
postrer intento de usufructuar al fundador, el manotón de ahogado a la espera
que los tribunales decidan su suerte por delitos comunes.
EL POBRE "CHUPETE
de la Rúa. por su parte, tampoco se priva de
sus furcios y resbalones; hombre poco hábil para moverse -menos en este tiempo
en que se requiere para ser político la plasticidad de un cómico de la legua-
decidió para rescatar su figura de las honduras del desprestigio y, peor aun,
del ridículo, declararse pobre al punto de tener que pedir dinero a sus amigos;
tanta es su honestidad emparentada en línea directa, según se nos quiere
convencer, con la de Elpidio González! Nadie, por supuesto, le creyó y muchos
se mostraron molestos por este nuevo intento de tomadura de pelo de parte del
presidente y de sus asesores. Es lástima que nos haya tocado un presidente así;
tal vez la clase política no pueda proporcionarnos otro mejor. Pero en una
época en que nos estamos empezando a avergonzar de nuestra medianía y a asustarnos
de nuestra incapacidad para superar una crisis que es total, la presencia de un
hombre mediocre que se comporta como una caricatura de sí mismo, es francamente
desalentadora y no es una invitación a mejorar.
DE TAL PALO...
Cañero
el Joven, nombrado Ministro por su posición dentro de una izquierda que tentada
por las mides del poder no se decide a volver a su espíritu transgresor, se
animó, no obstante, a desairar a su jefe y comprándolo. se trasladó a Salta
pata negociar con los muchos de ellos pide terroristas. Negoció de igual a
igual con delincuentes buscadas por la policía, los entusiasmó en su lucha y
los alentó en su comportamiento penal luego volvió con el hecho consumado como
niño travieso que, desafiante, comparece ante el padre que lo perdona porque
este padre consiente y consensúa todo. Repite así la actuación de aquella clase
partidocrática -que no ha variado mucho, excepto por la acción de nuestra
hermana, la muerte- que entreabrió la puerta de la legitimidad primero y de la
legalidad después a la subversión.
Las palabras de Balbín -"la violencia de
arriba justifica la violencia de abajo"- resonaron en Cafafayate y en la
Capital y seguirán extendiéndose -melifluas y equívocas- como un reguero de
pólvora que no tardará en arder y en explotar.
MALA "JUEZA"
A este propósito, la muy flexible jueza
Servini de Cubría -siempre impoluta en su personaje de funcionaria
políticamente correcta astada a la disciplina que le viene de la era menemista-
ordenó la detención del, a pesar de todo, capitán Alfredo Astiz, en
cumplimiento de un pedido de no se sabe qué colega italiano; a la magistrada le
constaba que el procedimiento es irregular y antijurídico y a solicitud
jurídicamente aberrante y sin embargo, se comportó como lo que es, una
oficialista imperturbable para lo que guste mandar, accediendo a lo que no corresponde
por derecho. No paró mientes en el hecho de que su actitud conformista, si bien
satisface a los apetitos de una izquierda rabiosa -que ella no se atreve a
desoír- coloca una bomba de tiempo en la base del orden legal argentino. Un
supuesto delito que se habría cometido por un argentino en territorio argentino
sobre ciudadanos también argentinos, no autoriza su enjuiciamiento ante un
tribunal extranjero, ni siquiera a la luz de los ecuménicos y equívocos pactos
que el país firmó permitiendo la introducción de un hasta ahora desconocido
derecho transnacional surgido de los foros levantados en Europa por la
socialdemocracia. Servini de Cubría -que parece no llevarse bien con el
uniforme que supo portar su marido- hizo más de lo que se pidió, en ejercicio
de esa euforia que suele atacar a los conversos y ordenó la detención
innecesaria del capitán Astiz incurriendo en prejuzgamiento y aun en
prevaricato. Es una mujer muy jugada con el poder de turno al que siempre
respetó y obedeció (lo que es una condición indispensable para trabaja en el
fuero federal). Se está ante un nuevo abuso y una nueva declinación del poder
judicial, aunque el gobierno con todo acierto no avaló a esta mala jueza.
CARICATURAS
Por su parte el vengativo Alfonsín -en tardía
y postrer vindicta a lo que le hizo Cavallo cuando en 1989 bloqueó su gobierno
disuadiendo a los prestamistas e inversores extranjeros para que no trajeran
capitales al país, con lo que consiguió que en febrero de ese año le estallara
el dólar, perdiera las elecciones y tuviera que irse precipitadamente- mientras
parloteaba en Lisboa con sus entrañables correligionarios socialistas del resto
del mundo, instruyó a uno de sus principales operadores, el gobernador del
Chaco, Rozas, para que disparara sobre el menos correligionario De la Rúa y,
por elevación, contra su ministro Cavallo. Preguntado el funcionario provincial
si el presidente había renunciado o pensaba hacerlo contestó con calculada
elusión que el primer magistrado estaba desbordado por las circunstancias.
Ruckauf no se mostró menos decidido al
momento de echar leña al fuego y se preguntó en público (interrogante que viene
atenazando desde antes de su asunción a miles de argentinos bien informados) si
De la Rúa está en condiciones de seguir gobernando, supuesto que lo hubiera
hecho hasta ahora.
Lo cierto es que el gobierno es tan endeble
que no puede soportar siquiera una oleada de humorismo barato; una tosca
caricatura televisiva y unos pocos chistes gráficos lo conmovieron hasta los
tuétanos y aunque nos encontremos en una era mediática en la que casi todo en
política es imagen, el extremo de sensibilidad a que llegó la actual
administración ante este humor corrosivo pero simplón demuestra que detrás de
su estructura partidaria -no obstante hallarse extendida por todo el país- no
hay nada. Por supuesto, de la Alianza queda poquísimo, si algo queda y ello a
pesar de los escasos deseos de ambas miembros de romper el disfrute del poder
compartido.
¿SERÁ JUSTICIA?
El juez Urso sentenció al ex presidente
Menem, a su ex cuñado Yoma, a los ex ministros González y Di Tella y al ex
comandante del Ejército Balza y a otros personajes menores por los feos delitos
de asociación ilícita, malversación de fondos y afines. La causa que ya lleva
varios cuerpos, la sentencia que cubre más de 400 fojas, y la propia naturaleza
de la misma, impiden su consideración pormenorizada pero parecería que se va
haciendo justicia. Ante todo por las pruebas manejadas por el magistrado que
trascendieron y que parecen indicar que en el caso se actuó con manifiesto
dolo; hubo una abusiva utilización del poder (recuérdese que todo se dio en el
marco de un régimen de impunidad y de prepotencia característico del
menemismo), un formidable perjuicio para el Esta-do (en especial para el
Ejército) y una indispensable complicidad desde los niveles más altos a los más
bajos. Todo, según esta versión judicial de los hechos, ocurrió como un
ordenado acople, una sinfónica distribución de funciones dirigida sino pensada
por el entonces presidente apenas llegado a la función en 1989. Cada uno
cumplió, por acción u omisión, con el papel que le fuera adjudicado para
perpetrar este negocio millonario todavía no cuantificado. Ha caído de esta
manera solo una parte de la casta política a la que cabe agregar casi unos 40
funcionarios más de la administración justicialista también procesados y
algunos arrestados, lo que permite hablar de un modus operandi permanente e
inalterable: Menem y su gente llegó para robar. Lo que no exime a otros
integrantes del mismo estamento, por ejemplo Cavallo, firmante de los decretos
secretos, que zafa por razones de Estado porque méritos propios para ser
juzgado tiene. Sin embargo, no somos optimistas porque la corrupción es muy
extensa y, aún que contenida acá y disimulada allá, tiende a reaparecer y a manifestarse
en la primera ocasión que se presente, tal el caso de las comisiones pagadas
innecesariamente a un grupo de bancos privilegiados para la colocación
de los bonos del "megacanje".
Pero en esta situación de terror nadie se
atreve a pedir cuentas con lo que la crisis crea también su propio espacio de
impunidad tal como sucedió con las privatizaciones. •