domingo, 1 de julio de 2018
ABORTO E IMPERIALISMO
MAURICIO PILATO:
LA EPOPEYA DEL GUSANO
“Maula, que cobarde te arrugaste;
Maula, que solo te crees valiente
cuando una noche de farra
te ves enfrente de una mujer”
(“Maula”, Adolfo Mondino-Víctor Soliño)
En estos días de mediados de Junio de 2018, la sociedad argentina se vió
agitada por el debate propuesto por el presidente Macri acerca de la
despenalización del aborto. Bien, esta aberración incomprensible puede llegar a
aclararse si nos remitamos a sus inicios. Bien, podemos comenzar recordando lo
anunciado por Paul Vulcker en 1993, quien era entonces presidente
norteamericano de la comisión trilateral, en la reunión anual de la
organización: ya en 1979, propuso cuando era jefe de la Reserva Federal estadounidense
lo que llamó “La desintegración
controlada” de la economía mundial. El objetivo de esta política lo
reafirmó luego el presidente del Citibank John Reed en 1990, en declaraciones a
la revista brasileña “Veja”, declarando
los banqueros una guerra contra los principios en que siempre se ha basado el
orden mundial, refiriéndose a los de la civilización cristiana occidental. Y
las premisas del proyecto fueron:
1) Que permanezca incólume el dominio del FMI sobre la economía mundial, de
tal manera que toda actividad económica se rija por la usura y su compañero
inseparable, el malthusianismo.
2) La sustitución de la soberanía por el globalismo. Es decir, la
eliminación del Estado Nacional como forma de organización social de la vida
humana. Pues bien, el temario global que el establishment anglo norteamericano
logró imponer como política oficial de Estados Unidos el conocido como “Proyecto Democracia”, que fue
anunciando como su política oficial por el presidente Ronald Reagan en un
discurso ante el Parlamento Británico el 8 de junio de 1982. La tesis del Proyecto
Democracia se había esbozado en el informe final del Grupo de Trabajo sobre la
gobernabilidad de las democracias de la Comisión Trilateral, emitido en 1975.
En encargo que recibió el Proyecto Democracia en 1982 fue organizar redes
transnacionales que, operando bajo el nombre de “Democracia” pudiesen controlar
el Nuevo Orden Mundial previsto por los anglo norteamericanos, lo que significa
aceptar los dictados del FMI y las premisas ideológicas y políticas del Nuevo Orden
Mundial: fin de la soberanía, promoción del malthusianismo, fanatismo
ambientalista y Derechos Humanos y a quien se animara a oponerse se le tachaba
de autoritario.
Bien, volviendo al tema de la ley de despenalización del aborto, el Sr.
Macri se encontró ante una brava disyuntiva: al no tener bolas no se animó a
oponerse a los deseos de sus amos de Nuevo Orden Mundial, y tampoco para ser el
que aprobó el asesinato de innumerables niños por nacer, y optó por la solución
más democrática. Tirar la pelota a afuera y dejar que lo decida un debate, así,
nadie es responsable, por no haber puesto el moncho, y todos se pierde en el
anonimato del número. Hace 2000 años otro personaje de similar envergadura
moral también se lavó las manos y dejó en otros la decisión de cometer el
crimen más infame.
A todo esto, el presidente de Estados Unidos Richard Nixon, firmó el 10 de
agosto de 1970 una directriz, ordenando un estudio, definiendo al aumento de la
población de tercer mundo como una amenaza para la Seguridad Nacional de los Estados
Unidos; el estudio es conocido como Memorando
de estudio de Seguridad Nacional nº 200, preparando bajo la supervisión de Sir Henry Kissinger, esboza las
repercusiones políticas y económicas internacionales del crecimiento
demográfico e incluye recomendaciones para tratar con asuntos de población en
el exterior, particularmente en los países en vías de desarrollo. El informe
nombra a 13 “países clave” en lo que
los Estados Unidos tienen un interés político y estratégico especial que
requiere imponer una política de control o reducción de la población.
De paso, el documento subraya la necesidad de “educar” a los líderes del tercer mundo susceptibles de “ideas peligrosas” sobre el desarrollo
económico. Kissinger insiste en que la necesidad de reducir la población es
indispensable al plan secreto de Estados Unidos, y que éstos pueden minimizar
las acusaciones de imperialismo de su apoyo a las actividades demográficas y
recomienda una ofensiva propagandística mundial, mediante una mayor énfasis de
la prensa popular y otros programas de educación y motivación demográfica de la
ONU por ejemplo. Y también advierte que estas actividades no deben dar a los
países menos desarrollados la apariencia de ser una política de los países
industrializados contra aquéllos.
Bien, en definitiva, la base del estudio estriba en que, el desabastecimiento
significa que la economía estadounidense requerirá cantidades cada vez mayores
de minerales del exterior, especialmente de los países menos desarrollados. Y
ese hecho aumenta el interés de Estados Unidos en la estabilidad política,
económica y social de los países abastecedores y la reducción de las presiones
demográficas mediante la reducción del ritmo de nacimientos puede aumentar las
posibilidades de dicha estabilidad, la política demográfica deviene intrínseca
al suministro de recursos y a los intereses económicos de Estados Unidos.
Vicente Cadenas
El blog de Cabildo