Tipo de cambio y commodities
Luego
de tiempos muy convulsionados en lo financiero que complicaron el tema
inflacionario, el cual no se pudo solucionar desde que asumió la actual
gestión gubernamental en 2015 a la fecha y que derivó en una
hiperinflación relativa como consecuencia de ser 10 veces superiores a
la media mundial, tal fue esto que la corrida cambiaria de fines de
abril hasta mediados de mayo terminó en una crisis financiera para la
cual el gobierno optó en recurrir al Fondo Monetario Internacional (FMI)
solicitando un préstamo de alto acceso por U$S 50.000 millones a pagar
recién a partir de 36 meses posteriores de cada uno de los respectivos
desembolsos.
Desde ese momento a hoy el tipo de cambio sufrió ya 3
modificaciones, la primera que lo depositó en los $ 25 desde los $
20.50, una segunda que culminó a mediados de junio en $ 28 y la actual
que al viernes finalizó cerca de $ 30 incluso con las subastas del BCRA
que en un principio serían de U$S100 millones diarios a casi $ 1 menos
que el valor de cotización. Sobre estas subastas debemos recalcar que
fueron suficientes en las primeras cuatro y cuando sus operadores
conocidos se dieron cuenta que podrían realizar muchísimas diferencias
comenzaron a exigir mayor flujo de billetes fue que consiguieron el
jueves U$S 150 y U$S 300 millones el jueves y el viernes,
respectivamente.
En cuanto a las perspectivas del tipo de cambio
es de esperar que se acerque a los $ 31 por dólar estadounidense como
consecuencia de llegar su punto de equilibrio que en el esquema de libre
flotación que rubricó el gobierno con el FMI no es ni más ni menos que
el valor técnico que surge de dividir la base monetaria, que en este
caso se le debe adicionar el total de LEBACS al circulante financiero
–puesto que son de tan fácil liquidación y con períodos menores a 12
meses, que se transforman en efectivo circulante-sobre la totalidad de
las reservas del BCRA con los U$S15.000 millones arribados del FMI como
anticipo del Préstamo rubricado.
Como consecuencia de la crisis
financiera autoinflingida por el gobierno se llega a una crisis política
que se nota en la salida de 3 funcionarios de alto nivel como ser el
Presidente del BCRA y los Ministros de Producción y Energía, encadenada a
ella comienza el proceso de crisis social evidenciada en el paro
general de la CGT del 25/6 que no es un paro aislado sino el comienzo de
un plan de lucha que se profundizará si el gobierno no toma las señales
emitidas por los sindicatos y el sector PYME que son los más golpeados
por esta crisis.
A manera de corolario de lo anterior, el nuevo
Ministro de Producción encabezó una negociación que cerró con
empresarios de Brasil por medio de la cual van a comprar 2.5 millones de
toneladas excedentes de trigo en 2018 y 5.5 millones de toneladas en
2019. El tema con ello es que el excedente de cosecha de este año es de
4.5 millones y alrededor de 2 millones de toneladas iban a ser enviadas
al mercado local para tratar de bajar los valores de hoy en la calle de
la bolsa de harina. Ante esta realidad y conociendo nuestra
idiosincrasia es complicado que hoy se pueda mandar algo a mercado
interno existiendo la posibilidad de venderlo a valores internacionales y
no tener la obligación de liquidar la exportación en un plazo no menor a
10 años como ocurre en la actualidad; por ello podríamos estar en
condiciones de esperar que el kilo de pan antes de fin de año se sitúe
próximo a los $ 100 de seguir con este tipo de políticas económicas.
Fabián Medina