martes, 28 de agosto de 2018
Bergoglio no descansa - Alejandro Sosa Laprida
Miles
Christi - 27/08/2018
Cito
a Francisco durante su conferencia aérea[1]
en su viaje de regreso de Irlanda, el domingo 26 de agosto, en la cual se negó
a calificar el aborto como un pecado, rehusando referirse a él como una ofensa
contra Dios, reduciendo la cuestión a un plano puramente natural y
antropológico:
"Sobre el aborto ustedes
saben qué pensamos. El problema del aborto no es un problema religioso.
Nosotros no estamos en contra del aborto por religión, no. Es un problema
humano", dijo, tajante. "Y debe estudiarse desde la antropología.
Analizar el aborto partiendo desde el hecho religioso es pasar por encima el
pensamiento. Yo nunca permito que se comience a discutir donde está el problema
del aborto y se comience desde el hecho religioso. Es un problema
antropológico, es un problema humano", insistió.
Ése
es el discurso humanista, naturalista y antropocéntrico que se introdujo en la
Iglesia a partir del CVII. Hablar fundándose en la autoridad de una
"revelación divina" extrínseca a la mente y a la experiencia humana
es algo que ya no puede sostenerse, pues menoscabaría la "madurez de
conciencia" del hombre contemporáneo, lo cual es, huelga aclararlo,
modernismo puro...
Cito
otro pasaje de la misma conferencia de prensa, en relación con la
homosexualidad:
"Cuando se le preguntó
qué le diría a un padre a quien su hijo le anunció que quiere ir a convivir con
una persona del mismo sexo, Francisco contestó con apertura. "Primero le
diría que rece. No condenar, dialogar, entender, hacer espacio al hijo y a la
hija. Hacer espacio para que se exprese. Nunca diré que el silencio es un
remedio. Ignorar al hijo y la hija con tendencia homosexual es una falta de
paternidad y maternidad. 'Tú eres mi hijo, tú eres mi hija, como sos,
hablemos'. Y si el padre o la madre no pueden, pidan ayuda, pero siempre en el
diálogo, porque ese hijo y esa hija tienen derecho a una familia."
Es
decir que al hijo que está por amancebarse con un sodomita solamente se le debe
decir "tú eres mi hijo muy amado, lo importante para mí es que te sientas
escuchado y que encuentres siempre en esta casa un espacio en el cual puedas
expresarte libremente."
Según
Francisco, que este hombre diga a su hijo que lo que está por hacer es algo muy
malo, un pecado gravísimo, abominable ante los ojos de Dios, y que quienes
tales cosas practican no entrarán en el reino de Dios, citándole el capítulo
primero de la Carta a los Romanos, por ejemplo, sería sin dudas un ejercicio
"irresponsable" y "autoritario" de la paternidad, carente
de la apertura al diálogo y de la sensibilidad misericordiosa de la que deben
dar muestras los padres "modernos", situándose lejos de toda
"condena" traumatizante y sin caer en aquella "crueldad"
retrógrada de expresar una reprobación franca y clara, por la cual se busca
hacer reaccionar la conciencia moral del hijo extraviado.
Bergoglio
sugiere, entonces, que no debe censurarse el proyecto de "concubinato
sodomítico", y menos aún, impedirlo. Lo único que puede hacer el
desdichado padre en tan tremenda circunstancia es aceptar el deseo perverso de
su progenitura descarriada y permitir que se concrete el acto inmundo, pero
dejándole en claro, eso sí, que él podrá sentirse siempre a sus anchas en la
casa paterna, en donde dispondrá de una total libertad de expresión para narrar
sus desvaríos sentimentales y sus lamentables andanzas contra natura, sin ser
jamás perturbado ni juzgado por una familia incapaz de hacerle ver claramente
que su comportamiento es algo no sólo éticamente reprehensible, sino merecedor
de la condena eterna, desde una perspectiva espiritual y sobrenatural. Y esto,
debido a una concepción errónea de la caridad cristiana y en virtud de una
desnaturalización diabólica de la misericordia divina, ésa que se complace en
enseñar desvergonzadamente y sin solución de continuidad Jorge Mario Bergoglio
desde hace ya más de cinco años…
Para
concluir, he aquí una noticia de gran importancia, relacionada con la
"mafia gay" que opera en la Iglesia de los USA y con el encubrimiento
de la misma por la jerarquía eclesial de ese país, e incluso, por el mismo
Vaticano. Se trata de una extensa carta abierta escrita por Monseñor Vigano, ex
nuncio apostólico en los USA de 2011 a 2016, en la cual acusa con nombre y
apellido a varias figuras prominentes de la jerarquía eclesiástica americana,
por perversión sexual a algunos, por encubrimiento, a otros. Pero lo principal
es que incluye en la acusación por protección y encubrimiento al mismo
Francisco, al cual exhorta a abdicar del supremo pontificado.
Es
muy sugestivo notar que el muy popular sitio "conservador" Church Militant, el cual nunca, durante los cinco años del pontificado de Francisco,
se había atrevido a publicar algo en su contra, se hizo eco inmediatamente de
la carta de Vigano, a través de varios artículos[2]
en los que apoya abiertamente el pedido de renuncia de Francisco.
De
todos modos, además de estimar improbable que este evento vaya a provocar la
renuncia de Bergoglio, la realidad es que la misma, de producirse, no
significaría nada en cuanto a la cuestión de fondo, que reside en la ruptura
doctrinal efectuada por Vaticano II, en las subsiguientes reformas y en todo el
magisterio post conciliar, de inequívoca línea liberal, ecuménica y modernista.
Por otro lado, el hecho de pretender que Francisco deba renunciar a causa de
este escándalo -mayúsculo, por cierto-, pasando por alto sus innumerables
herejías y blasfemias debidamente documentadas[3]
perpetradas a lo largo de su calamitoso "pontificado", constituye una
incoherencia manifiesta...
[3] https://www.catolicosalerta.com.ar/bergoglio2018/anathema-sit-bergoglio-sp.pdf https://www.catolicosalerta.com.ar/bergoglio2018/con-voz-de-dragon-extracto.pdf
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