Ante las destrucciones de estatuas
LES ABRIERON EL PECHO PARA EXTRAERLES EL CORAZÓN
Noticias como éstas hay de a miles, pero los grandes diarios no las publican.
Aprovechando que últimamente ahora, a algunos súper-valientes, se les da por profanar o destruir estatuas de héroes o santos en EE.UU.,
venga esta noticia del año pasado para no perder la memoria del paraíso
terrenal en el que se vivía antes de la llegada de España. Y anotemos:
los sacrificios de niños se daban (como ahora nomás con el aborto), en
el mismo siglo XV, siglo en que España vino a salvarnos de la barbarie.
Que no te la cuenten…
P. Javier Olivera Ravasi, SE
Fuente: Infocatolica
Un
equipo de investigadores dirigido por Gabriel Prieto, de la Universidad
Nacional de Trujillo (Perú), ha descubierto el mayor sacrificio masivo
conocido de niños y llamas en el Nuevo Mundo. Tuvo lugar en el siglo XV
de nuestra era, antes de la llegada de los españoles al continente
americano.
(CGP/InfoCatólica) En el siglo XV, más de 140 niños y 200 llamas fueron sacrificados en el sitio arqueológico de Huanchaquito-Las Llamas, ubicado cerca de la ciudad de Trujillo en la costa norte del país.
Los sacrificios humanos y de animales eran típicos en una variedad de culturas antiguas,
a menudo realizados como parte de rituales funerarios, arquitectónicos o
espirituales. Sin embargo, se conoce muy poca evidencia de esta
práctica en la costa norte de Perú. El sitio de Huanchaquito-Las Llamas
era parte del período de Chimú, una cultura dominante en la costa
peruana en el siglo XV.
Entre
los años 2011 y 2016, los investigadores realizaron una serie de
campañas arqueológicas que revelaron cientos de cuerpos enterrados en un
área de aproximadamente 700 metros cuadrados. «Se trata de una serie de niños (de seis a ocho y 11 a 15 años) y
camélidos jóvenes (menores a un año) que fueron sacrificados como parte
de una ceremonia hecha por los Chimu alrededor de 1400-1450 d.C»,
explica a DiCYT el investigador principal. Los restos fueron datados por radiocarbono y también se obtuvo evidencia anatómica y genética.
Las marcas de corte que atraviesan los esternones y las costillas desplazadas sugieren que tanto a los niños como a las llamas se les pudo haber abierto el pecho, posiblemente durante la extracción ritual del corazón.
La comparación entre los diferentes cráneos ha revelado distintas formas de modificación craneal, lo que sugiere que los niños pertenecían a distintos grupos étnicos y procedían de diferentes regiones geográficas.
Una
gruesa capa de barro en las sepulturas sugiere que esta matanza masiva
fue precedida, y quizás inspirada, por una gran tormenta o inundación.
«Creemos que se hacían ofrendas de niños y camélidos jóvenes para
aparentemente frenar las lluvias que azotaban la costa norte peruana
alrededor de 1400-1450 d.C», subraya Prieto.
Los autores señalan que este sacrificio supuso claramente una gran inversión de recursos para la cultura Chimú.
A través de estudios futuros, esperan entender mejor el ritual a través
de sus víctimas, analizando las historias de vida y los orígenes
culturales de los niños sacrificados.
«El hallazgo abre una ventana para entender la violencia ritual y rol que cumplieron los niños en el pasado prehispánico sudamericano.
Estamos investigando un nuevo sitio con el apoyo de National Geographic
Society, la Universidad Nacional de Trujillo y el Fondecyt-Peru para
continuar expandiendo nuestro conocimiento sobre las poblaciones
infantiles en el pasado, entender su movilidad a través de estudios
isotópicos, estudio de ADN para determinar sexo y también familiaridad o
grupos familiares al interior de los niños sacrificados, etc», avanza
Prieto.