domingo, 26 de julio de 2020

PONTÍFICES HIPÓCRITAS Y SACRÍLEGOS.

Pontífices hipócritas y sacrílegos. Por Cosme Beccar Varela

Estamos sufriendo en estos momentos el astuto plan del demonio que aplican los pérfidos para tiranizar a los hombres, hacerles perder la fe, sumirlos en la angustia y en la desesperación. Nunca ocurrió en el país ni en el mundo una obra de más refinada crueldad ni de la más descarada mentira. En el número anterior de «La botella al mar» publiqué una carta de un grupo de científicos dirigida a Fernandez, el usurpador presidencial, en la cual se ponen en descubierto las mentiras en las que se basa la «cuarentena» de cuatro meses (por ahora) que paraliza el país y lo lleva a la quiebra, la desocupacion y el hambre.

Parece que hubiera escrito en el aire porque excepto dos o tres lectores, nadie se dió por enterado del asunto, a pesar de su enorme gravedad. En resumen, esa carta y los siete artículos anteriores de «La botella al mar» denuncian la falacia de toda esta tragicomedia y la total falta de seriedad de los datos en que se basa la continuidad de este encarcelamieto de toda la población. Baste decir que las cifras de contagiados y muertos por el virus son entregadas todos los días por una funcionaria del ministerio de salud a cargo del asesino abortista Ginés, pero jamás suministra una prueba o algún dato que permita confirmar esas cifras a pesar de lo cual, estúpidamente, la gente les cree y justifica la destrucción de sus libertades y de la economía del país como si fuera un fenómeno natural e inevitable.
Un hecho más que sospechoso de toda esta farsa es que no se ha nombrado ningún grupo de científicos independientes que examinen las noticias del abortista Ginés.
En el mundo, es la presión de la OMS, presidida por un comunista etíope, amigo y asiduo visitante de la China comunista en la que empezó el supuesto flagelo, con todo el peso de la ONU que lo respalda, la que presiona para que los gobiernos se sumen a la tiranía de sus respectivos pueblos con la misma falta de pruebas serias y nula intervención de verificadores independientes.
Lo peor es que toda esta orquestación diabólica, está avalada y sostenida por el mismo Papa que ha cerrado las iglesias y dejado a los católicos sin misas, ni Sacramentos y sin auxilio espiritual. Bajo el poder de este siniestro detentor de la sede de San Pedro cobran actualidad las palabras que dijo la Santísima Virgen a la Venerable Sor María de Agreda a principios del siglo XVII:
«Despierta en tu corazón lastimoso llanto de que en la Iglesia santa tengan muchos sucesores los pontífices hipócritas y sacrílegos, que con título fingido de piedad condenaron a Cristo (N: dicho en el curso de las revelaciones sobre el inicuo juicio de Anás contra Nuestro Señor)…»
¡Dios quiera que hubiera muchos católicos que lloraran la tiranía del Papa Bergoglio y rezaran para que Dios la haga cesar y elegir un Papa santo!  Mientras eso  no ocurra seguirá la tiranía que padecemos, salvo una intervención milagrosa de la Santa Madre de Dios que nos cuida y protege.