Como una manera de aportar más elementos a la discusión existente
entre buenos católicos acerca de la democracia, rescato este artículo de
Carlos Sacheri, publicado en La Nueva Provincia en 1972.
Pido especialmente que se repare en lo que nuestro inolvidable amigo
escribe en los párrafos sobre “Democracia y orden natural”, en los que
parece dejar en claro que el problema de las formas de gobierno es
secundario y que cualquiera de ellas es legítima en tanto y en cuanto
procure el bien común.