Las falsedades de los mayores medios españoles en su cobertura de Ucrania
Estoy preocupado y francamente
indignado con la cobertura mediática de la situación en Ucrania por
parte de los mayores medios de comunicación españoles (incluyendo
catalanes), que está alcanzando niveles dignos del Tea Party de EEUU.
Sé que es una acusación fuerte, pero me
baso en el siguiente hecho. Cada mañana, cuando me levanto, leo algunos
de los mayores rotativos de EEUU y de Europa, y luego leo la prensa
española. Además de ello, tengo amigos en Alemania y en el este de
Europa que publican en sus blogs lo que está ocurriendo en aquellos
países.
Y creo que es muy preocupante el enorme
sesgo que aparece tanto en la prensa más importante basada en Madrid
como en la basada en Barcelona, en las que se está demonizando al
Presidente Putin como el responsable de lo que ocurre en Ucrania,
atribuyéndole unas ansias expansionistas y un intervencionismo en aquel
país que es la causa de la gran crisis que podría abocar a una guerra
entre los países de la OTAN y Rusia para parar este expansionismo,
liderada por el primero para parar las ansias imperialistas del segundo.
Una campaña idéntica aparece en la
televisión. Por ejemplo, el otro día en TV3 el “economista de la casa”
explicó las consecuencias económicas que creará en Europa el
imperialismo del Sr. Putin.
En EEUU, los portavoces de la Guerra
Fría, con la hipocresía que los caracteriza, y presentándose una vez más
como defensores de la libertad, están intentando por todos los medios
reavivar un complejo militar-industrial (contra el cual el Presidente
Eisenhower alertó) que estaba de capa caída con la retirada de las
tropas estadounidenses en Afganistán.
El senador republicano John McCain,
máximo exponente de este complejo, y defensor de las intervenciones en
Kosovo e Irak (las dos claramente violaciones del derecho
internacional), ha exigido al Presidente Obama que ponga bases de
misiles orientados hacia Rusia en Polonia y en la República Checa. Hoy
hay un intento claro de crear, de nuevo, una histeria (y no hay otra
manera de decirlo) colectiva, demonizando al Presidente Putin, al cual
el “economista de la casa” de TV3 equiparó nada menos que con Hitler.
Ya indiqué en otro artículo que creo
haber sido uno de los intelectuales que ha criticado más a la Unión
Soviética, habiendo sido declarada persona non grata por el gobierno
Breznev. Y también he escrito muy críticamente sobre lo que está
ocurriendo en Rusia, que dista mucho de ser una sociedad democrática.
Ahora bien, tiene que también denunciarse la enorme manipulación
que está ocurriendo para justificar unas políticas que son, además de
erróneas, profundamente peligrosas, y que nos pueden llevar a un
auténtico desastre.
En esta demonización de Putin y el
gobierno ruso se ignoran y ocultan hechos básicos, tales como que fueron
EEUU y la UE los que estimularon el golpe contra un gobierno que había
sido democráticamente elegido, siendo sustituido por un gobierno en el
que los nazis (los herederos de aquellos que habían invadido la Unión
Soviética durante la II Guerra Mundial) eran un fuerza dominante,
eliminando el carácter oficial del idioma ruso en aquellas partes de
Ucrania donde tenía carácter de oficial, iniciándose una persecución
violenta de los ucranianos de cultura e idioma ruso, todo ello enmarcado
en una hostilidad clara hacia Rusia. Todo esto no lo inició el gobierno
ruso.
Y, para mayor ofensa a las autoridades
rusas, estos hechos culminaban toda una serie de acciones tomadas por
EEUU y por la UE para continuar la expansión de la OTAN (máximo
organismo militar fruto de la Guerra Fría) hacia el Este, expansión que
ha tenido como objetivo rodear a Rusia de bases militares y de misiles
en contra suya.
Como bien han señalado el unificador de
Alemania, el cristianodemócrata Sr. Helmut Kohl, así como también el
canciller socialdemócrata Helmut Schmidt, Rusia ha sido puesta en una
situación insostenible, a la defensiva y acorralada. Rusia no podía
tolerar que Ucrania se convirtiera ahora en otra base militar de la
OTAN, de la misma manera que el gobierno Kennedy en EEUU no podía
tolerar una base militar soviética en Cuba.
En realidad, la hostilidad y
expansionismo de la OTAN hacia el Este eran claramente provocadores. No
ha sido Rusia la que se estaba expandiendo hacia el Oeste. Han sido EEUU
y la UE los que se han estado expandiendo hacia el Este. Era totalmente
predecible y lógico que Rusia apoyara el alzamiento de la población de
Crimea, la mayoría rusófona, cuando mediante el referéndum se separó de
Ucrania y pidió su anexión a Rusia.
Fue el ministro de Asuntos Exteriores
ruso el que propuso la reunión de Ucrania, EEUU, la UE y Rusia, que
alcanzaron un primer acuerdo sobre Ucrania. De nuevo, los medios
españoles han informado de forma muy insuficiente sobre dicho acuerdo.
La propuesta rusa recogía el establecimiento de una nueva Constitución
ucraniana, de carácter federal, que respetaría la autonomía de las
distintas regiones de Ucrania, y muy en especial de aquellas en las que
la mayoría de la población sea rusófona.
Dicha constitución restablecería el
ruso como el segundo idioma oficial de toda Ucrania, y definiría el
Estado de Ucrania como neutral, sin que perteneciera a ningún bloque
militar. Y el gobierno ucraniano expulsaría a los nazis de su gobierno.
Por parte rusa, el gobierno ruso reconocería al nuevo gobierno
ucraniano, proveería de nuevo gas a precio reducido a Ucrania,
reactivando las relaciones económicas con aquel país, desmovilizando a
su vez sus tropas en las fronteras con Ucrania, y el ministro ruso de
Asuntos Exteriores incluso abrió la posibilidad de que la nueva Crimea
tuviera una relación especial con el Estado de Ucrania. Gran parte de
estas propuestas fueron aceptadas en el acuerdo, que es un buen acuerdo,
alcanzado en Ginebra entre Ucrania, EEUU, UE y Rusia.
Como era de esperar, los favorecedores
de la Guerra Fría (que son muchos) ya han protestado que Occidente ha
cedido a favor de Rusia y que el tema central, el supuesto expansionismo
del Presidente Putin, no se ha tocado. Y ahora se está ya indicando que
Rusia no ha respetado los acuerdos, cuando los que fueron asesinados
recientemente, después del acuerdo, fueron los ucranianos de habla rusa,
es decir, los aliados de Rusia.
Pero mientras tanto el lector español
ha estado sujeto a una avalancha ideológica en la que detalles como los
que he indicado, tanto en los artículos anteriores como en este, apenas
se conocen en España.
Es un indicador más de que los
mayores medios de información españoles tienen más la misión de
persuadir que de informar. La ausencia de auténtica pluralidad en estos
medios (que se está reduciendo todavía más) es uno de los mayores
problemas que tiene la democracia española, y de ello, como es lógico y
predecible, ni siquiera se habla en los medios.
Vicenç Navarro/ Público