Albino muestra contundentemente que en Argentina los lesionados
cerebrales por la desnutrición -lesionados de por vida-, son millones, y
que estamos rodeados no sólo del hambre, también de la lesión cerebral
irreparable... El médico y pediatra, escribe para decirnos que ya es
hora de despertarnos del sueño que padecemos, pues antes de que un niño
desnutrido cumpla dos años, su cerebro aún es rescatable pero
transcurrido ese lapso, la lesión cerebral será posiblemente, de por
vida; por tanto, hay que prevenir actuando urgentemente, porque en su
defecto hipotecaremos el futuro.
Hoy, la deserción escolar, tan publicitada por la prensa como problema social, es causada, en primer lugar, por el daño cerebral de la desnutrición: hay niños aptos para sumar y restar, pero no para multiplicar y dividir... y menos aún para comprender el teorema de Pitágoras. Por eso es que hay desnutridos aptos sólo para concluir los estudios primarios, mientras que otros, con el cerebro tal vez menos averiado, pueden avanzar algo en los estudios secundarios, pero jamás serán universitarios.
Albino ya ha publicado junto al Dr. Fernando Mönckeberg el libro Desnutrición: el mal oculto, pues experimentaba la necesidad de avisarnos que quien deserta de la escuela, más que vago o carente de autoestima, la mayoría de las veces es un simple desnutrido. Y por eso debemos terminar con esta enfermedad. Es consciente de que esta enfermedad debe ser abordada con diversas terapias, y una de ellas consiste en enfrentar la desvirtuación de la sexualidad. Los chicos desnutridos suelen ser fruto del abandono, el cual tiene una de sus incuestionables raíces en el sexo promiscuo y sin compromiso, que genera masivamente hijos no deseados --todo desnutrido suele ser un niño que vino al mundo sin ser deseado-.
Hoy, la deserción escolar, tan publicitada por la prensa como problema social, es causada, en primer lugar, por el daño cerebral de la desnutrición: hay niños aptos para sumar y restar, pero no para multiplicar y dividir... y menos aún para comprender el teorema de Pitágoras. Por eso es que hay desnutridos aptos sólo para concluir los estudios primarios, mientras que otros, con el cerebro tal vez menos averiado, pueden avanzar algo en los estudios secundarios, pero jamás serán universitarios.
Albino ya ha publicado junto al Dr. Fernando Mönckeberg el libro Desnutrición: el mal oculto, pues experimentaba la necesidad de avisarnos que quien deserta de la escuela, más que vago o carente de autoestima, la mayoría de las veces es un simple desnutrido. Y por eso debemos terminar con esta enfermedad. Es consciente de que esta enfermedad debe ser abordada con diversas terapias, y una de ellas consiste en enfrentar la desvirtuación de la sexualidad. Los chicos desnutridos suelen ser fruto del abandono, el cual tiene una de sus incuestionables raíces en el sexo promiscuo y sin compromiso, que genera masivamente hijos no deseados --todo desnutrido suele ser un niño que vino al mundo sin ser deseado-.