Dr. CESAR AUGUSTO LERENA
Estos Acuerdos se firman en base a
supuestos “…principios de igualdad y beneficios mutuos…”, y en verdad se
trata de la entrega de nuestros recursos naturales, hasta que se hayan
agotado y con ello se genere el cierre de las empresas nacionales, el
desempleo, la despoblación de todos los puertos del litoral marítimo y
la desocupación de las áreas estratégicas de la nación, como el
territorio Patagónico, el Atlántico Sur, las Islas Malvinas, el canal
del Beagle y la Antártida Argentina.
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China con 51,5 millones de
toneladas anuales es el primer productor y exportador mundial de
productos pesqueros; es decir, produce 50 veces más que Argentina. Por
lo tanto será un mercado menos de Argentina. Las capturas chinas en el
mar argentino no sólo habrán impactar directamente en lo
económico-comercial, sino que éstas capturas habrán de actuar sobre el
equilibro biológico de las especies en el mar argentino y con ello, este
impacto negativo alcanzará sobre estas y otras especies que capturan
las empresas nacionales.
Señores, hay unos 95.000 buques
pesqueros en el mundo, de los cuales 40 mil son Chinos, la mayoría
ubicados en el área austral; deberíamos estar muy preocuparnos por este
desequilibrio, donde la Argentina tiene sólo unos 500 buques pesqueros,
que siendo un número sobredimensionado para el recurso máximo
sostenible, no alcanza para ocupar todo el mar argentino, cuyo control
está limitado a tres buques de la Prefectura Naval.
La política
de este gobierno, instrumentada por el entonces Secretario Moreno, de
exigirles a los importadores que exporten lleva también a concentrar el
negocio en unos pocos, al igual que lo que ocurre en materia de granos y
con ello a la pérdida de rentabilidad del industrial argentino. El
gigante asiático está en condiciones de quedarse con toda la actividad
pesquera argentina.
Si la Argentina tuviese vocación o capacidad
de controlar el mar, que no la tiene. Si la Argentina tuviese una
situación política, económica y soberana de fortaleza, que no la tiene,
otro podría ser el escenario, y seguramente no firmaría este Acuerdo
claudicante. Como con los Acuerdos de entonces con la URSS se acordará
el ingreso de algunos buques pesqueros chinos y pescarán cientos de
buques mellizos sin control alguno o con un supuesto control que encubra
la corrupción. Derogar los acuerdos con la URSS, que se prolongaron por
años, fue una difícil batalla política, de intereses económicos y una
clara demostración de la debilidad negociadora de Argentina. Derogar los
Acuerdos con China, en una Argentina soja-dependiente, será un misión
imposible, con un país colonizado, sin empleo argentino y devaluados y
depredados sus recursos naturales. Será mar arrasado.
En
un país soberano y serio no hay excedentes pesqueros para entregar a
terceros: toda la proteína la obtiene racionalmente el Estado Nacional
para alimentar bien a su pueblo; y más aún si en su población hay altos
índices de pobreza”. El acceso al recurso pesquero es un derecho de
tercera generación.
Este no es un Acuerdo Chino. Este es un verdadero cuento chino, donde el pez grande se come al chico.
Ex Secretario de Estado – Asesor en el Honorable Senado de la Nación del Senador Fernando Pino Solanas, febrero 24 de 2015