viernes, 27 de febrero de 2015

El Papa y Julián Domínguez conversan sobre un indulto en las causas que afectan a CFK


El Papa y Julián Domínguez conversan sobre un indulto en las causas que afectan a CFK

Papa y Julián Domínguez
Hay un tema que apasiona a los argentinos hace tiempo y se discute en mesas de café, restaurantes, reuniones informales y embajadas extranjeras, y es tratar de imaginar si la presidente entregará la banda presidencial el próximo 10 de diciembre de este año. Y no se refieren estas charlas a una interrupción del orden constitucional y ni siquiera a un adelantamiento de las elecciones presidenciales, que algunos analistas políticos creen posible aunque no probable, debido a una eventual crisis económica por la falta de dólares.
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Más teniendo en cuenta que el gobierno pensaba emitir bonos 2024 por 2.000 millones de dólares con los bancos JP Morgan y Deusche Bank, quienes fueron desalentados por el juez Thomas Griesa, que tiene jurisdicción sobre el default argentino. Estamos entonces hablando del marco de una relativa normalidad institucional, es decir, que las elecciones se celebren en la fecha convenida y que el 10 de diciembre el gobierno traspase el poder al presidente electo.

Final cambiado

Pero hay operaciones que pueden cambiar el final. En efecto, el embajador argentino ante la Santa Sede, Eduardo Valdez, estaría conversando con un representante del papa Francisco para que la presidente y Amado Boudou renuncien el 8 ó 9 de diciembre. Lo mismo haría el que sigue en la línea sucesoria, el senador Gerardo Zamora, presidente provisional del Senado, y asumiría entonces la presidencia de la Nación el presidente de la Cámara de Diputados Julián Domínguez, de estrecha relación con el Santo Padre. Entonces, antes de la entrega de la banda presidencial, Domínguez dictaría un indulto en todas las causas en las cuales la presidente y su familia están imputados o eventualmente procesados por delitos contra la administración pública o bien lavado de dinero. Los indultos presidenciales en nuestro país siempre fueron muy generosos y aun en causas que todavía estaban en proceso, como en el caso de José Ibáñez, a quien el presidente Hipólito Yrigoyen indultó por el delito de hurto, cuya condena no estaba firme, y también se recuerdan los dictados por el presidente Carlos Menem, que beneficiaron a militares y ex guerrilleros, pero luego los Kirchner excluyeron de los mismos a los delitos de lesa humanidad. Obviamente, un indulto para delitos de corrupción dictado por Domínguez sería escandaloso, salvo que sea bendecido por su Santidad, en aras de la pacificación de los argentinos en el inicio de un nuevo gobierno democrático. Algo no fácil de sostener, porque las diversas convenciones internacionales contra la corrupción, a las cuales Argentina adhiere, se oponen terminantemente a esta salida.