miércoles, 25 de febrero de 2015

El papel de los “moderados” en la decadencia de las costumbres


El papel de los “moderados” en la decadencia de las costumbres

Leí tiempo atrás, en un diario chileno, un artículo de opinión titulado: “Aprender del pasado”.
Los “moderados”, miran el día de hoy, y no quieren ver el día de mañana. A cada nueva osadía se estremecen un poco, y se adaptan enseguida, formando la convicción de las cosas no irán más lejos
El autor decía que los conservadores del Siglo XX habían cometido el error de no ser más abiertos y de no haber aceptado entonces cosas como el fin de la censura; el control de natalidad, por medio de anticonceptivos; el aborto, llamado “terapéutico”, que anteriormente había sido legal, etc. Los acusaba asimismo de haber descalificado las campañas de prevención del SIDA; de haberse opuesto a la equiparación de los hijos legítimos a los ilegítimos, en fin de haberse escandalizado con debates sobre temas como el de la eutanasia o de las uniones homosexuales.
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El autor parece ver una gran coherencia entre todas estas cosas, y un error en no aceptarlas, lo que nos habría impedido de entrar antes en un mundo más “abierto”.
No nos detendremos a refutar todas estas cosas, sobradamente reprobadas por la moral católica, sino que nos centraremos en explicar cómo fue posible que los “conservadores” de hoy ya no compartan los mismos valores o principios de sus antepasados.
Para explicar esta evolución, comentaremos un caso típico: la revolución indumentaria que se inició a comienzos del Siglo XX.
Al final de la I Guerra Mundial y bajo la influencia norteamericana, las mujeres comenzaron a cortarse el pelo a la garçonne, las faldas subieron, las mangas se encogieron.
Esta primera embestida encontró una reacción; y las faldas y mangas volvieron casi hasta el punto de partida.
En una nueva arremetida, la revolución indumentaria recuperó con sus audacias el terreno perdido, y apareció de nuevo la reacción. Pero se observa que la audacia era siempre mayor que la reacción, de donde las modas fueron progresando en un avance de dos pasos hacia adelante y uno para atrás. Así, hasta llegar a lo que se puede ver hoy en día en tantas playas o incluso en nuestros centros urbanos.
¿Hasta donde llegarán las cosas?
Los “moderados”, miran el día de hoy, y no quieren ver el día de mañana. A cada nueva osadía se estremecen un poco, y se adaptan enseguida, formando la convicción de las cosas no irán más lejos
Ellos deben quedar indignados con estos comentarios, por considerarlos frívolos; como si el pudor fuese una frivolidad…
Se dice que no hay peor ciego que el que no quiere ver. ¿Hasta donde nos conducirá la actitud de todos estos “moderados” que caminan hace tanto tiempo de espaldas al abismo?
¿De qué abismo se trata? Del abismo que Nuestra Señora anunció en Fátima, en 1917, haciendo una especial referencia a las modas inmorales. Ella afirmó que, si el mundo moderno no se convierte y hace penitencia, “Rusia esparcirá sus errores por el mundo…Varias naciones desaparecerán”, etc.
De hecho, se podrá pensar que el comunismo se acabó. Si bien es cierto que ha quedado patente su fracaso, similar a un spray agotado pero que ya esparció sus errores: la destrucción de la familia, por medio del divorcio, del aborto, las uniones libres, etc., como los que el articulista preconiza. Estos objetivos son los que hoy el socialismo “renovado”… acompañado por los “derechistas” renovados van imponiendo a Occidente y al mundo.