Diez años en el pabellón de la muerte
“Esta
polipatología supra referida, se encuentra detallada en el informe
elevado al HT con fecha 08.01.15, firmado por el Dr. Daniel M. Velarde,
Médico, especialista en Nutrición y Diabetes, del elenco profesional del
H.P.C., C.P.F. I, Ezeiza. Del mismo surge que Miguel Osvaldo
Etchecolatz padece de HTA, deterioro cognitivo leve a moderado, cáncer
de próstata, hipertrofia prostática, patología vascular periférica,
hipoacusia post traumática, síndrome vertiginoso, ACV en 1999 con
hemiparesia derecha y tratado en la primera quincena de enero en
nosocomio extramuros, por cuadro de deshidratación e infeccioso urinario
con hematuria y leucocitosis con triple esquema ABT endovenoso al que
no respondió inicialmente. En la ocasión en urocultivo se detectó
enterococcus faecalis, lo cual señala contaminación por falta de
higiene, frecuente, pese a las precauciones que puedan tomarse- en
medios hospitalarios e institucionales.” Dr. Mariano Castex, Médico Forense. Informe sobre estado de salud de Miguel Etchecolatz.
En
marzo del año 2009, un informe del Servicio Médico del Complejo
Penitenciario Federal II (Marcos Paz) elevado a la Dirección del
Servicio Penitenciario Federal- con copia al juez de ejecución- referido
a la salud del Comisario Miguel Etchecolatz decía: “sufre
adormecimientos e insensibilidad en partes del cuerpo y cara
consecuencias de un accidente cerebro vascular anterior. También sufre
de disminución visual, pérdida progresiva auditiva e insuficiencia
cardiaca. Padece también de un tumor maligno prostático…”, para seguir
después: “No obstante, ante la posibilidad de descompensación [que puede
sufrir el interno] y teniendo en cuenta la situación geográfica del
complejo donde está alojado y la gran distancia a los centros de alta
complejidad para llevar a cabo eventuales derivaciones, se debe
considerar la posibilidad que pueda ser alojado en otra unidad que
presente un acceso más rápido a los centros referidos, cumpliendo el
Complejo Penitenciario federal I (Ezeiza) con esos criterios…” Hoy,
siete años después, el informe forense del Dr. Castex, no solo avala lo
dicho por el Servicio médico del penal, sino que demuestra claramente
que estos años de prisión sólo sirvieron, abandono de persona mediante,
para que el proceso de deterioro de la salud del comisario Etchecolatz
siguiera sin ser interrumpido por una atención médica correcta.
Quizás
por ser uno de los primeros condenados su juez de ejecución -Carlos
Rozanski, persona que en su infamia nada tiene que envidiarle al juez
estrella del nazismo: Roland Freisler- se ensañó con él y no tengo duda
alguna que sus seguidores ideológicos lo siguen haciendo. Si no
estuviera de por medio la vida de un hombre y su salud, podríamos decir
que lo que ha sucedido con Miguel Etchecolatz es parte de un rastrero
vodevil. Obligado a pedir permiso hasta para ir a rezar en determinadas
hora a la Capilla del penal un Viernes Santo se le prohibió ir a la
misma pues creían -los ignorantes del poder judicial- que era un
subterfugio para que el P. von Wernich, compañero de prisión,
aprovechara a decir misa. Nadie le explicó a estos ignaros que un
Viernes Santo ni siquiera el Papa puede decir misa.
Durante estos
años, no se le escatimó a Miguel Etchecolatz ningún agravio. Cuando años
atrás los “barrabravas” de Quebracho fueron detenidos en Marcos Paz por
algún tipo de trapisondas comunes a ellos los empleados de la
secretaría de DD. HH.- que debían tomarle declaración por sus denuncias
de maltrato- con la complicidad de algunas lacras del SPF, los hicieron
coincidir en una sala donde el resultado fue el previsto, el Comisario
Etchecolatz molido a palos y durante un tiempo la hazaña fue festejada
en las oficinas de la secretaría. Esta ordalía no se volvió a repetir
porque los “quebrachos” fueron liberados con honores y la paliza había
sido de tal consideración que el SPF tuvo que labrar un sumario.
También,
para injuriarlo aún más, se aprovecharon sus salidas a diversos
hospitales para que médicos “del palo”, avisados por los alcahuetes de
la secretaría de DD.HH. tomaran los recaudos necesarios para “escrachar”
al Comisario Etchecolatz. Es pueril creer que el cambio de gobierno ha
mejorado condiciones de detención y abolido los malos tratos que reciben
los presos políticos, este kirchnerismo “bien educado” que hoy tenemos
ha olvidado incluso, la buena educación en los que al área de DD.HH. se
refiere.
Me cabe el derecho de decir esto- que el Comisario
Etchecolatz es un condenado a muerte al que sus verdugos no se animan a
ponerle la soga en el cuello- porque nadie ignora que sistemáticamente
se le impide, pese a su crítico estado de salud y a sus ochenta y cinco
años de edad, acceder al arresto domiciliario; o cuando se le niega,
invariablemente, la posibilidad de visitar a su esposa en su lugar de
residencia ya que ella no puede desplazarse hasta Marcos Paz debido a su
delicada salud, secuela de un atentado terrorista.
Quisiera
terminar este escrito con las palabras: ¡si escuchan, habrá justicia!;
pero esa es una frase que suena a joda en la argentina del “cambio”.