LA VERDAD OCULTA TRAS “EL NUEVO MODELO DE TERRORISMO”
Si hay algo que caracteriza a las sociedades actuales, es nuestra increíble capacidad para distraernos con todo aquello que es accesorio y no esencial.
Hay una expresión popular que define perfectamente este defecto cada vez más común: “los árboles no nos dejan ver el bosque”
Pues bien, en la sociedad actual, no nos limitamos tan solo a perder la perspectiva del bosque, discutiendo sobre todos y cada uno de los árboles que nos encontramos en el camino, sino que perdemos horas y horas discutiendo sobre el color de cada hoja que vemos, o elaboramos tertúlias y sesudos estudios filosóficos relativos a una rama que hemos encontrado tirada en el suelo.
Vivimos en la sociedad de la distracción continua y del bombardeo de información irrelevante y eso nos lleva constantemente a perder de vista lo que se oculta realmente detrás de cada uno de los sucesos que nos rodean.
Por ejemplo, estos últimos días, hemos oído hablar de varios atentados en Alemania, que han causado varias víctimas.
El más destacado fue un tiroteo masivo en Munich, Alemania, que provocó al menos 10 muertos.
La versión oficial nos habla de un joven alemán de origen iraní de 18 años, que armado con una pistola mató a 9 personas y finalmente se suicidó.
La versión oficial no establece vínculos con Estado Islámico, y sí deja abierta la puerta a que el ataque pueda haber tenido tintes xenófobos (algo un poco contradictorio en un alemán con origen extranjero).
Según las primeras informaciones, el joven habría estado sometido a tratamiento psiquiátrico, habría sufrido bullying en la escuela e incluso habría sufrido una depresión. Todo ello habría contribuído teóricamente a generar en él un estado mental inestable que le empujara a realizar esta matanza, en la que ha disparado básicamente sobre adolescentes, lo que podría indicar que sus acciones tuvieron un componente de venganza por su situación personal.
Bien, hasta aquí un resumen muy rápido de las informaciones “oficiales” sobre el ataque.
No vamos a entrar en más detalles sobre ello.
Quien quiera conocer los detalles sobre el asunto (o más bien dicho, las características del producto que le están vendiendo), que entre en cualquier medio de masas y lo lea.
El hecho de que el ataque no tuviera una raíz islamista, sirvió para que rápidamente los medios lo desvincularan de otros ataques recientes perpetrados por yihadistas, que a su vez, también se desvinculan de los ataques contra la policia perpetrados en EEUU por parte de afroamericanos.
Los periodistas, en las tertulias y en los medios, tratarán de convencer a la población de que no existen vínculos entre unos casos y otros en lo que hace referencia a las causas, pero verán ustedes como establecerán un vínculo sutil que los unirá a todos: el concepto de “individuo loco o radicalizado” y su “fácil acceso a las armas” a través de las redes “poco controladas” de Internet.
La realidad es que todos estos casos, aunque no parezcan tener relación entre sí, forman parte de un mismo plan.
Todos están vinculados entre sí íntimamente y buscan un objetivo común, con independencia de que el atacante sea negro, blanco, de derechas, inmigrante, vinculado a Estado Islámico, etc…
Para empezar, debemos detectar un conjunto de pautas que se repiten sistemáticamente en prácticamente todos estos ataques…
PAUTAS REPETITIVAS
-PRIMERA: PROBLEMAS AL CONTAR AGRESORES
La primera pauta de todos y cada uno de los últimos ataques que hemos visto estos últimos meses (por ejemplo, Orlando, Dallas, Baton Rouge, Niza o Múnich), es que cada vez que hemos sabido de ellos a través de los medios de comunicación, en todos los casos, los medios nos han indicado inicialmente que “había varios atacantes”, repitiéndose en muchos casos la frase “al menos 3 tiradores…”.
Es sistemático.
En el caso de Munich, lo hemos podido ver otra vez: inicialmente se habló de 3 asaltantes con armas largas que atacaron un centro comercial. Lo mismo sucedió en los ataques contra la policia en Dallas y Baton Rouge, lo mismo en el tiroteo en la discoteca gay de Orlando. Incluso en el ataque de Niza, se habló de varios tiradores que disparaban contra la policia, e incluso que inicialmente, iban disparando desde el camión mientras atropellaban a la gente.
Finalmente, en TODOS estos casos, la versión final es que un solo individuo solitario, enajenado, enloquecido, ha realizado la matanza.
¿De dónde salen las precipitadas versiones iniciales que siempre hablan de varios atacantes?
Es lógico deducir que surgen de los rumores iniciales. Y estos rumores iniciales, se basan en testimonios aislados recogidos sobre el terreno y no contrastados.
Así pues, tenemos a presuntos testimonios iniciales que hablan de varios asaltantes y que sospechosamente, siempre están equivocados. Quizás se trate de un fenómeno psicológico que lleve a que cuando la gente está en estado de pánico, crea ver más fuentes de peligro que las que hay en realidad.
Pero es muy, muy sospechoso que siempre el error se produzca de la misma manera.
Nunca oímos hablar en la versión inicial de “un atacante que ha abierto fuego” y que al final resulte que eran 3 atacantes.
Esto puede invitar a pensar que en algunos de estos ataques, quizás se produjeron algunas “intervenciones adicionales”…
-SEGUNDA: UN LOCO SOLITARIO CON PROBLEMAS PSICOLÓGICOS
Aquí reside la clave de todo el asunto.
Mientras la gente se distraerá en las posibles causas de los ataques o en la posible vinculación con terroristas o con determinadas ideologías o razas, y discutirán horas y horas sobre conceptos políticos, la clave de todo el asunto, que vincula todos y cada uno de estos casos, radica en el concepto base que inconscientemente nos están inoculando.
El problema es el INDIVIDUO.
Fíjense con mucha atención en cómo nos meten el concepto en la cabeza: es como si fuera una moda.
Es la nueva moda que tratan de vendernos en los medios de masas, bajo el eslogan marketiniano de “Lobo Solitario”.
Si lo analizan, verán que el concepto “Lobo Solitario”, es un “producto” que nos están vendiendo.
Fíjense bien.
El concepto base que nos “venden”, es el de “individuo solitario, aislado socialmente, que enloquece y ataca indiscriminadamente a las masas”.
Para venderle ese producto a las masas, hace falta ponerle un nombre atractivo (naming), y ese nombre es el de “Lobo Solitario”, un nombre evocador, que enraiza inconscientemente con el cerval temor a los lobos (depredadores) de los humanos y lo relaciona con el temor al que no sigue los dictados de la mayoría, de las masas (el solitario).
Tengamos en cuenta también, lo que es un lobo: un antepasado del perro que no ha sido debidamente “domesticado”.
¿Se dan cuenta de los mecanismos de manipulación y programación mental inconsciente que hay en todo ello?
Lo que en realidad están haciendo, es “vendernos” un nuevo modelo de enemigo: el INDIVIDUO que no sigue al rebaño.
No importa si es un afroamericano vengativo, un joven resentido o un yihadista fanático (que ha sufrido una “Radicalización Express”, otro concepto de márketing y venta, que merecería un análisis aparte).
Todos ellos son INDIVIDUOS SOLITARIOS resentidos con la sociedad.
-TERCERA: TODOS TIENEN PROBLEMAS PSICOLÓGICOS
Y por último, la tercera pauta, tan importante como la anterior: resulta que todos los atacantes, tenían problemas psiquiátricos.
Los tenía el atacante de Orlando, los tenían los dos veteranos de guerra afroamericanos que volvieron traumatizados de sus misiones y atacaron a la policia en Dallas y Baton Rouge, los tenía el atacante de Niza, lo tiene el joven resentido del tiroteo en Munich, lo tiene el terrorista de la bomba en el restaurante de Ansbach.
Es curioso ver que todos han tenido problemas psicológicos, todos han acabado en manos de psicólogos y psiquiatras, todos han acabado tomando medicamentos psiquiátricos y todos han acabado MATANDO COMO LOCOS.
La pauta se repite: tienen problemas psicológicos pero no le hacen daño a nadie; acto seguido, van al psiquiatra, les dan medicamentos y el resultado es que acaban provocando una matanza.
Es decir, no cometen agresiones graves hasta que no interviene un psiquiatra y toman medicamentos…entonces se vuelven locos y matan indiscriminadamente ¡Y nadie dice nada sobre ello! ¡Ningún “periodista” se atreve a insinuar el posible efecto pernicioso que han tenido los medicamentos psiquiátricos sobre todos estos tipos!
Pero tampoco debería sorprendernos…nadie puede esperar apenas nada de los periodistas, pues es sin lugar a dudas la profesión que más bajo ha caído en todo el mundo en las últimas décadas.
LA INQUIETANTE CONCLUSIÓN FINAL
Así pues, juntemos todas las piezas, ignoremos lo que es maquillaje (las motivaciones políticas o ideológicas de cada uno de los ataques) y vayamos a lo fundamental.
La clave del asunto es que la maquinaria del Sistema está afinando su modelo de represión futura y está focalizando exactamente dónde va a aplicar el control exhaustivo y la vigilancia.
Al inocularle a la sociedad el concepto de “Lobo Solitario”, lo que se está buscando es redefinir la escala represiva y la magnitud del control social, para aplicarla sobre todos los individuos.
Hasta ahora, el concepto abstracto de enemigo del que las autoridades debían “protegernos para garantizar nuestra seguridad”, tenía forma de grupo o colectivo concreto. Los enemigos antes eran los comunistas, los anarquistas, los yihadistas, los terroristas de tal o cual grupo, etc…
Para detectarlos o luchar contra ellos, la vigilancia, el control y la represión de las autoridades, se aplicaba a nivel social sobre grupos o ideologías y de allí, esa represión se desplazaba “hacia abajo”, hasta que afectaba a los individuos concretos afiliados a tales grupos o ideologías.
Ahora no, ahora el objetivo son los individuos sueltos, con independencia de su afiliación.
Y las consecuencias de este cambio son casi inconcebibles.
Para definir mejor a lo que nos referimos, permítanme hacerlo a través de una metáfora visual, que nos ayudará a comprender mejor lo que se avecina.
UNA FORMA DE VISUALIZARLO
Para definirlo con una metáfora visual, imaginen por un momento que ustedes son “la autoridad”.
Ustedes están en una habitación donde por el suelo hay desparramados centenares de frutos secos (nueces, pistachos, avellanas, almendras, piñones, anacardos…), todos mezclados, formando grandes montones y que conforman lo que es “la sociedad”.
En un momento determinado, usted, la autoridad, decreta que las almendras son “un enemigo público”, debido a que muchas de ellas son amargas debido a que contienen cianuro, lo que las convierte en un “peligro para la salud”; entonces empieza a buscarlas entre la montaña de frutos secos mezclados, las empieza a separar y a reunirlas en un montón aparte, el montón de los “frutos secos peligrosos”; y entonces, cuando las tiene bien aisladas, las machaca con una pesada maza, por ser “venenosas”.
Analicemos lo que ustedes han hecho en su papel de autoridad: básicamente, lo que ustedes habrán hecho, es perseguir el concepto “almendra”.
Los otros frutos secos (avellanas, anacardos, nueces, etc…), ya sabían que ellos no eran “almendras”. No formaban parte de ese colectivo, y aunque puede ser que en su afán por acabar con las almendras malvadas, usted haya acabado machacando por error alguna “avellana inocente”, todo ello será considerado lógico y respetable si conduce al final a acabar con esas “despreciables almendras venenosas”.
Pero la clave del asunto está en la escala represiva que la autoridad ha aplicado.
Usted, actuando como la autoridad, ha clasificado en diferentes grupos a todos los frutos secos, y ha sido mediante esa clasificación que usted ha aplicado un control y una represión.
Usted ha machacado a todas las almendras por pertenecer al “grupo almendras” y al hacerlo, ha acabado machacando a todas y cada una de las almendras individuales, incluídas todas aquellas que no eran amargas y que han sufrido un triste destino por el simple hecho de ser almendras.
La represión se ha aplicado al grupo y se “ha desplazado hacia abajo”, hasta acabar repercutiendo en los individuos incluídos en dicho grupo.
Así es como ha funcionado la represión hasta ahora por parte de la autoridad, durante siglos y milenios.
Pero ahora, parece estar naciendo un nuevo método represivo, en el que el concepto “Lobo Solitario” resulta clave.
Ahora, la autoridad nos dice que el mal no reside en “las almendras amargas”, sino que cualquiera de los frutos secos que hay amontonados, puede “ser amargo” y representar un “grave peligro para la salud”.
En los últimos atentados, hemos visto a diferentes “frutos amargos sueltos y de diferentes índoles” (afroamericanos, ultraderechistas, yihadistas, enajenados de todo pelaje…).
Ahora el enemigo ya no son específicamente las almendras. Puede ser un anacardo, o una avellana, o una nuez. Puede ser cualquiera, con independencia de su tipo.
Pronto todos los frutos secos se mirarán con recelo los unos a los otros, A ESCALA INDIVIDUAL, preguntándose angustiados: “¿Cuál de estos frutos secos de apariencia normal y saludable que me rodea estará en realidad amargo sin que yo lo sepa?”
La magnitud del enemigo a controlar, ha dejado de ser el grupo (el ejemplo de las almendras), para pasar a ser el individuo, (cualquier fruto seco).
Y el foco del problema, no está en su apariencia, sino en si es “amargo” o no.
Y como estamos viendo en la realidad, el concepto “amargo” significa “tener problemas psicológicos”.
Unos problemas que empujan a individuos concretos a realizar matanzas.
Si seguimos con la metáfora de los frutos secos, ¿Cómo va a saber la autoridad si un fruto es amargo o no? La única forma de saberlo, sería ABRIENDO SU CÁSCARA Y PROBÁNDOLO.
Es decir, MIRANDO DENTRO DE SU CABEZA, para saber si tiene problemas psicológicos o no.
¿Entienden ahora la magnitud real de lo que está sucediendo?
Se ha redefinido la escala del enemigo a controlar, vigilar y reprimir, pasando del grupo al individuo.
Y se ha definido el foco del problema que debe detectarse: el interior de la cabeza de los individuos.
Así pues, lo que en realidad estamos viviendo, aunque nadie se lo diga en una tertulia televisiva, ni se lo diga ningún académico sesudo que ha escrito mil libros y tratados, es una transición de fase en la escala y el foco de la represión de la autoridad y de la vigilancia.
Estamos pasando de los viejos modelos de represión social basada en grupos, a un nuevo nivel de represión sobre los individuos y sobre sus mentes, a ESCALA INDIVIDUAL.
Una nueva confirmación de lo que venimos advirtiendo incansablemente en el blog de la Gazzetta del Apocalipsis: la auténtica y única guerra que vivimos y que realmente importa, es la guerra contra el concepto de individuo y el intento de anulación de la conciencia individual.
Porque como ya hemos repetido diez mil veces, el desarrollo de la conciencia individual es lo único que puede destruir al Sistema. Por eso, el Sistema hace todo lo posible por reducirla a la nada.
La situación en la que estamos ahora, pues, es que la autoridad intenta convencernos a todos de que estamos rodeados de potenciales frutos amargos y que es necesario abrir todas las cáscaras de todos los frutos, para descubrir, uno por uno, cuáles son venenosos y cuáles no lo son.
No están inoculando estos conceptos, para que empecemos a aceptar la nueva escala de control, vigilancia y represión del futuro.
Quizás ahora no pueden saber exactamente cuáles son los frutos amargos, porque no disponen de la tecnología necesaria para detectar, fruto por fruto, cuáles son amargos y cuáles no.
Pero esa tecnología está en desarrollo, y se está trabajando para que cuando esté disponible, todo el mundo ya haya aceptado que va a aplicarse.
Ahora quizás solo dispongan de algún “detector de olores”, capaz de detectar los sutiles aromas que desprenden los frutos amargos. Es lo que conocemos como psiquiatría moderna y de momento, debe limitarse a ir advirtiendo a las autoridades cuando, de forma casual y entre el montón de frutos, detecta a algún “fruto amargo”.
Pero poco a poco, se desarrollarán los dispositivos necesarios para detectar uno por uno todos los frutos amargos que haya en un montón, solo de una ojeada, para poder aislarlos convenientemente.
De momento, lo que viviremos en los próximos tiempos (unos años), es un modelo mixto de represión, en el que se mezclará la persecución de colectivos concretos, con una creciente persecución y detección de individuos considerados “conflictivos y peligrosos”.
Nos hablarán de conceptos como “contagio social o psicológico”, con la intención de identificar a los individuos solitarios, antisociales o con “problemas psicológicos”, como si fueran focos de infección que deben ser detectados antes de que infecten a los demás.
Y a medida que la tecnología de detección, amparada en los constantes avances de la neurociencia, permitan ir detectando presuntas pautas cerebrales perniciosas entre los individuos, iremos abandonando el viejo concepto de persecución colectiva (perseguir a las almendras), por el nuevo modelo de persecución individualizada, bajo el pretexto de detectar “problemas psiquiátricos que conduzcan a conductas violentas”.
Estamos a punto de entrar en la era dorada de la represión; durante siglos, todos los tiranos del planeta han soñado con crear una realidad como la que se avecina.
Y en breve, su sueño se materializará, gracias al avance de la tecnología.
Desgraciadamente, mucha gente seguirá distrayéndose con los detalles superficiales, sin percatarse de que el nivel de esclavitud al que nos aproximamos es prácticamente inimaginable…
GAZZETTA DEL APOCALIPSIS