Invap y Megaminería: se repite la historia de destrucción
Hija
del Plan Nuclear de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) en
los ‘70, como proveedora al igual que IMPSA, CONUAR, FAE, DIOXITEK y
ENSI, para las obras que requería, evolucionó desde entonces
diversificando el negocio nuclear en diferentes áreas de negocios:
espacial y gobierno; industrial y energías alternativas; TICs y
servicios tecnológicos, todo ello con recursos propios, sin recibir
subsidios y compitiendo con las principales empresas de alta tecnología
del planeta. Tras dar barquinazos en sucesivas crisis del país, Invap
emergió fortalecida a lo largo de los 40 años de historia que cumple el
jueves 2, cumpleaños al que llega con 1420 empleados, de los que 85% son
profesionales y técnicos altamente especializados. Arrancó con un
capital inicial, actualizado a hoy, de aproximadamente US$ 300 mil, y su
patrimonio neto es de alrededor de US$ 55 millones.
Factura por año el
equivalente a US$ 200 millones. La demora en construir el satélite
“Arsat 3” dispuesta desde el Ministerio de Comunicaciones de Oscar Aguad
pone en riesgo el 40% de la planta de personal, afectada a la Gerencia
Aeroespacial. El gobierno nacional le tiró algunos contratos de
reactores y trabajos para TDA, el BCRA le adelantó créditos, pero “la
tijera no deja de pasar por los costos desde comienzos de año”. Lo
acusaban a Macri de querer mandarlos a lavar los platos, pero lo único
que definió es que quería a la empresa “como proveedora de servicios
tecnológicos” para la NASA, los franceses y empresas privadas como Dow o
Grobocopatel, con las que ya comparte proyectos, “inaudito”. Además el
gobierno Cambiemos en la “megaminería” no sólo ha roto con el modelo que
el cristikirchnerismo había aceptado, sino que decidió profundizarlo y
agravarlo.
Aunque suelen señalarse las rupturas políticas y
económicas del actual gobierno respecto del anterior, en no pocos campos
priman las continuidades y aún peor, se apuesta al reforzamiento. Uno
de ellos, que está tomando mayor estado de gravedad, se refiere a la
megaminería. La quita de retenciones a las mineras auguró mayores
exenciones a una actividad ya de por sí favorecida por un generoso marco
regulatorio. La apuesta por la profundización del modelo megaminero fue
acompañada por la sorpresiva designación de Sergio Bergman como
Ministro de Ambiente, cuya temprana confesión acerca de que “no tenía
conocimiento técnico en el área ambiental”, parecía ser una mala broma,
sostienen Maristella Svampa y Enrique Viale. A ocho meses de su
designación, lo que podía ser leído como efecto de una política en línea
con el histórico desprecio que por la problemática ambiental han venido
mostrando los diferentes gobiernos, en realidad evidencia un hecho
premeditado, una estrategia asentada en el rol de “dialogador” del
ministro. Todo parece indicar que Bergman tiene a su cargo la tarea de
hacer ingresar la megaminería, allí precisamente en las provincias donde
hay resistencia social. En los hechos esto significa que el Ministro de
Ambiente se convirtió en un virtual Ministro de Minería de la Nación.
Así, promociona la actividad como “una política de Estado”, afirma “que
hay que desplegar a la minería” y que “hay que debatir” sobre el tema.
Estas declaraciones fueron realizadas en Chubut, donde está prohibida la
actividad por una norma provincial desde hace trece años.
Todos
los gobiernos sostienen con ligereza que no ha habido debates sobre
megaminería en el país. Hoy le toca al macrismo recurrir a la estrategia
de la negación de la historia. En realidad, los debates acerca del
carácter insustentable de este tipo de minería se vienen dando al compás
de las luchas, a partir de 2003, con la lucha pionera de Esquel, y
luego en diferentes territorios provinciales: en los lugares de trabajo,
en la calle, en las escuelas, en las universidades públicas. Sin tales
debates, resultaría muy difícil explicar los procesos ciudadanos que
desembocaron en la prohibición legal de este tipo de minería en siete
provincias. Por otro lado, preocupa el desdichado derrotero de la Ley de
Glaciares (que empezó con un veto presidencial a pedido de la minera
Barrick en 2008). Dicha ley, aprobada en 2010, prohíbe expresamente la
actividad minera en ambientes glaciares y periglaciares y define
legalmente ambos ecosistemas. En la actualidad, el IANIGLIA, organismo
oficial encargado de hacer el inventario de glaciares, pretende
sustituir las taxativas definiciones legales de “glaciares” y “ambiente
periglacial” por nuevas definiciones, creadas en un “reglamento” que
reduce notablemente las superficies a proteger. Dicha redefinición
favorece a la minera Barrick al dejar fuera de la protección, por
ejemplo, un glaciar (Toro 1), donde se haría el tajo del megaproyecto
Pascua Lama. También quedaría fuera todo el ambiente periglacial de la
mina Veladero, donde se produjo el brutal derrame de cianuro de
septiembre pasado. Además de no resistir el mínimo examen de
constitucionalidad (un “reglamento” no puede contradecir a una ley), de
continuar con esta actitud, tanto el Ministro de Ambiente como los
funcionarios del IANIGLA podrían incurrir en los delitos penales de
“falsificación de documento público” (el inventario lo es) y de
“falsedad ideológica”, entre otros.
Las 40 velitas de la torta de
cumpleaños de la empresa estatal rionegrina Invap Sociedad del Estado,
nacida y criada en San Carlos de Bariloche, se soplan el jueves 02/09 y
no hará falta apagar la luz, porque todo este año ha sido de tinieblas
por haber tenido que someter a “ajuste el modelo de gestión de
tecnología y competitividad que incubó desde el comienzo”, con la con la
creación de equipamiento nuclear y la extensión de su prestigio
internacional a la fabricación de satélites y la industria aeroespacial.
La celebración sorprende a INVAP en pleno “intento de adecuar su
estructura a la fuerte baja en los niveles de actividad”, ya que no
logró cobrarle a la administración de Mauricio Macri una deuda de $
1.000 millones que contrajo el gobierno de Cristina Kirchner, se
encuentra frenado el desarrollo de Arsat-3, y no aparecen nuevos
contratos con el Estado Nacional -su principal cliente-. La consecuencia
son “fisuras en la cadena de pagos a proveedores”, que es el otro
eslabón del entramado industrial y la sinergia, que promueve el
desarrollo tecnológico de Invap, y que involucra a empresas de todo el
país. Apenas si logró hace poco que la banca pública le concediera
créditos hasta US$ 13,5 millones para el desarrollo de tecnología
aplicada. En esa línea, días después, el Gobierno nacional contrató la
construcción de radares, destinados a pronosticar lluvias capaces de
provocar inundaciones. Poco antes de esos desembolsos devengados, las
autoridades de Invap eligieron el silencio ante el congelamiento del
emblemático proyecto satelital.
Previamente, para amortiguar
posibles despidos en masa, reasignó personal de la Gerencia Aeroespacial
que iba a trabajar en el Arsat-3 para otros proyectos. ¡No es poco, ya
que se trata del 40% de los 1.300 empleados que tiene en total Invap!
Fuentes íntimas revelaron a la página web CIC “que durante los últimos 3
meses el personal jerárquico cobró su salario de manera desdoblada y,
en diferido (?)”. Y en el último mes, ese pago en tramos se efectuó
fuera de término. Asimismo, esgrimieron como otro indicador de la
compleja situación financiera que atraviesa la firma rionegrina la
suspensión del habitual revalúo salarial de todo el personal, fijado
cada 3 meses. Esta vez, esa actualización salarial simplemente se
postergó hasta este mes. Ya el pasado abril “se despidió por lo menos 50
trabajadores en la sede Bariloche”. Las cesantías fueron simultáneas, y
corresponden al área de servicios tecnológicos, lo que INVAP justificó
aduciendo “motivos particulares”. Esas sigilosas desvinculaciones se
habían concretado pocos días después del anuncio de la paralización de
la construcción del satélite geoestacionario Arsat-3, por no poder
“autofinanciarse” con la comercialización de Arsat- 1 y Arsat-2, según
argumentaron las nuevas autoridades de la firma estatal Arsat. Los
técnicos fueron desplazados de sus cargos, pese a que el gobernador
Alberto Weretilneck aseverara -a través de un comunicado oficial- que no
habría despidos en Invap. El personal, ante el panorama que se presenta
por delante, no está para festejos, sobre todo en momentos en que se
evalúan forzosos retiros voluntarios, advierte CIC. Antes bien enfrenta
la histórica veda a la actividad sindical que rige en la empresa y
comienza a organizarse y definir acciones. Estiman que, para fines de
año, la problemática se profundizará y, según sus propios cálculos,
“podrían perderse cientos de fuentes laborales” en Invap, confiaron a
CIC.
El gobernador Weretilneck, sin embargo, no es tan pesimista.
En el marco de una entrevista radial nacional, consultado sobre la
situación financiera actual de Invap, respondió: “No, bien, bien.
Obviamente con las cuestiones presupuestarias y de déficit fiscal que
hay, que hacen que los pagos no sean lo que tienen que ser, pero en
términos políticos, la empresa no está teniendo inconvenientes”,
admitió, ambivalente el gobernador. Volviendo a la causa
megaminería/Barrick (o sea a las similitudes CFK-MM) por último, vale la
pena destacar la encerrona en la cual se encuentra la población de
Jáchal, luego del derrame de cianuro. La vía judicial fue sellada luego
de que la Corte Suprema de Justicia de la Nación desviara oportunamente
la investigación penal hacia la complaciente justicia de San Juan, donde
ahora duerme en un cajón del juzgado de Jáchal. Pese a ello, los
jachalleros probaron otra vía institucional, la más democrática:
impulsar una consulta popular para que el pueblo decida. Tampoco se lo
permitieron: por presiones de sectores mineros y del propio gobernador
sanjuanino, Sergio Uñac, la ordenanza fue sepultada en el Concejo
Deliberante. Como aviso, el pasado 25 de mayo, al menos 20 vecinos que
participaban de una manifestación, terminaron demorados en la comisaría
local, acusados de diversas contravenciones. Garantizada la impunidad,
no se puede votar ni protestar contra Barrick, la minera responsable del
peor incidente ambiental que tenga registro la minería argentina.
En
suma, “¡el nuevo oficialismo repite y empeora la historia!”, cerrando
las vías de la institucionalidad a los reclamos socioambientales más
urgentes de las poblaciones. En el Invap, asimismo, tampoco es que estén
cruzados de brazos: en este momento Invap tiene contratos de provisión
nuclear con organizaciones de Arabia Saudita, Argelia, Brasil, India y
Venezuela. ¡Y cada vez más países incluyen la opción nuclear en su
matriz energética! En los últimos años se registró un crecimiento
significativo en los requerimientos del Estado Nacional a través de la
CNEA, Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), Arsat S.A.,
Ministerio de Defensa, Ministerio de Seguridad, Subsecretaría de
Recursos Hídricos, Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) y
empresas de petróleo y gas. Entre los contratos en ejecución se
destacan: a.) la ingeniería de los reactores nucleares multipropósitos
RA-10 para la CNEA, y RMB para Brasil y centros de medicina nuclear
también para CNEA; b.) los satélites de observación de la Tierra:
SAOCOM, SARE y SABIA-Mar para CONAE. C.)Para Arsat, el 3er. satélite de
comunicaciones -ARSAT 3- (delayed, como se diría en la pizarra de un
aeropuerto) y d.) la implementación de la Plataforma Nacional de
Televisión Digital Terrestre.
E.) Para el Ministerio de Defensa
los radares primarios y secundarios de vigilancia del espacio aéreo. D.)
Para la Subsecretaría de Recursos Hídricos, los radares meteorológicos,
entre los más importantes. Por otra parte, desarrolla y produce, desde
hace varios años, diferentes equipos aerogeneradores y componentes
asociados, así como también turbinas hidrocinéticas, sistemas médicos y
otros. En la visita a la planta de Bariloche realizada en los primeros
meses del año, el presidente Macri dejó un claro mensaje: que quería ver
a la empresa como proveedora de servicios y desarrollo de tecnología
que funcione en sociedad con empresas privadas como Grobocopatel, la
NASA o Francia. ¿Qué sucederá con todos los proyectos que desarrolló
Invap en estos años, como radares, satélites y reactores nucleares, por
encargo del Estado Nacional? ¿Qué será de los 1.400 empleados actuales?
Previo a los ’90, durante la presidencia de Raúl Alfonsín -y por presión
estadounidense (la misma que atacó el proyecto Cóndor de la FAA)
resistida por el presidente-, atravesó una crisis que la obligó a
reducir en un 75% la plantilla de personal, de 1.100 a 320 personas; los
empleados cobraban en tramos, incluso, algunos llegaron a colaborar con
recursos propios en la compra de insumos para no detener la producción.
No
se quedaron en el achique sino que salieron a buscar contratos en el
exterior para sobrevivir. No les fue mal entonces: Australia contrató la
construcción de un reactor, que fue un espaldarazo internacional del
que se siguen cosechando dividendos y prestigio en tecnología nuclear.
“Los científicos australianos hablan maravillas de ese reactor en cuanto
congreso mundial asisten, y esa es la mejor propaganda que habrá
influido para que la empresa francesa Areva haya tenido la iniciativa de
sumar su potencia a la capacidad específica que ha demostrado
Argentina, a fin de ir a la licitación en Sudáfrica juntos con una
oferta más competitiva. No es así en todas las licitaciones. Habíamos
ganado una hace 6 años en Holanda, compitiendo contra los coreanos y los
franceses, ese proyecto se reavivó y de nuevo estamos compitiendo con
ellos”, dijo hace poco el gerente general Héctor Otheguy, quien está en
el cargo desde 1992. Teniendo dos (2) gerentes en 40 años Antes que él
ocupaba esa silla el fundador Conrado Varotto, quien en 1972 les dijo a
un puñado de colegas, todos muy jóvenes y entusiastas, egresados del
Instituto de Física Dr. José Balseiro (IB creado en la primera mitad
delos 50 del siglo pasado), al regresar de un viaje de estudio a Estados
Unidos: “Tenemos que hacer cosas que sirvan”, recordó Cacho Otheguy, y
agregó: “Recién recibidos, hacíamos los primeros pasos en ciencia básica
y no es que eso no servía, al contrario. Varotto nos mostró el camino
por la ciencia enfocada hasta llegar al desarrollo tecnológico, aplicar
los pasos anteriores a algo concreto e inmediato, que es lo que
terminamos haciendo”.
Así, los jóvenes científicos montaron una
oficina en una de las pequeñas habitaciones que compartían de a dos (2)
los estudiantes del Balseiro, en el Centro Atómico Bariloche (CAB), y la
empresa nació el 01/09/1976 en el complejo de la Comisión Nacional de
Energía Atómica (CNEA) en el kilómetro 9 de la avenida que une el centro
de la ciudad de Bariloche con el Hotel Llao Llao. Se llamó
Investigaciones Aplicadas -de ahí su nombre actual- y era esa oficina,
los laboratorios prestados por el CAB y el equipamiento que financiado
por la provincia de Río Negro, desde entonces propietaria del 100 % de
su patrimonio. “Nacimos como una empresa “incubada” por la CNEA, que nos
dio un enorme apoyo y facilitaba sus instalaciones. La provincia, que
siempre nos apoyó, aportó el primer capital para equipamiento y nos
pusimos en marcha”, agregó Otheguy. Empezaron fabricando esponjas de
circonio (elemento de uso en aplicaciones nucleares) y fueron creciendo
con distintos desarrollos hasta que en 1982 fabricaron el primer reactor
atómico de investigación, el RA-6, en el CAB, ambos productos para la
CNEA. Después vinieron otros desarrollos nucleares entre los que se
destacó la venta a Australia del reactor de investigación OPAL, y la
vertiginosa carrera en la industria aeroespacial, con la fabricación de
satélites de observación y de comunicaciones, y radares para el control
aerocomercial y de seguridad de fronteras. El directivo estimó que INVAP
nació con un capital de US$ 200.000 y hoy el patrimonio total es de US$
50 millones de la misma moneda. Eran una decena de físicos y hoy son
1.420 empleados directos, entre científicos, técnicos, profesionales y
otros roles.
Además crearon varias firmas subsidiarias y
tercerizan trabajos a 150 empresas en Bariloche y el resto del país. En
2010 inauguraron la sede central, en donde concentraron casi todas las
actividades, que con el crecimiento de la empresa estaban repartidas en
20 dependencias, la mayoría en Bariloche. Desde 2002 la empresa
cuadruplicó su tamaño y capacidad. Pasó de una facturación anual de US$
35 millones a US$ 200 millones de la misma moneda en el ejercicio 2015 y
estiman que para el 2016 se repetirá dicha cifra. “Nunca tuvimos un
presupuesto estatal, vivimos de lo que vendemos y reinvertimos todas las
utilidades. Varotto la organizó así y sigue funcionando de esta
manera”, sostuvo. Varotto comandó la empresa hasta 1999 cuando se
trasladó a Buenos Aires convocado para crear y presidir -hasta ahora- la
Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), multiplicó las
capacidades de Argentina, se asoció en proyectos con la NASA y la
Agencia Espacial Europea, y colocó al país en la vanguardia de las 8
naciones más desarrolladas en este ámbito. Para INVAP la ida de su
hacedor y poderosa locomotora no significó un hecho traumático sino por
el contrario el impulso definitivo: “Varotto pasó de ser nuestro jefe a
nuestro principal cliente, y siempre con la misma filosofía, de hacer
todo lo que hacemos por el desarrollo de la República Argentina”,
concluyó Otheguy.
¡Solos en la madrugada: Invap no reconoce
competidores nacionales en las principales áreas de negocios que cubre!
En el ámbito internacional compite con las grandes empresas que
desarrollan tecnología nuclear con fines pacíficos, tales como Areva,
AECL, Siemens (abandonó el negocio en 2011), Kepco, entre otras. Tanto
en Egipto como en Australia INVAP ganó las licitaciones públicas e
internacionales correspondientes al diseño, construcción de reactores
nucleares de investigación y producción de radioisótopos. Haber ganado
la licitación en Australia muestra el nivel competitivo de la tecnología
nuclear nacional, porque es un proyecto llave en mano de un centro
nuclear cuyo valor hoy es de us$ 300 millones. Es la mayor exportación
de alta tecnología de una planta llave en mano, vendida al contado.
Otheguy explica qué tiene en común el polirrubro tecnológico que abarca
INVAP: nuclear, satelital, radares, equipamiento médico, televisión
digital. “Se trata de la ejecución concreta de proyectos complejos y
cuanto más lo son, menos competidores tenemos. En Argentina, ninguno. Y
la tecnología de gestión de esos proyectos nos permite pasar de uno
nuclear a uno satelital. Y esa tecnología nos permite poder firmar un
contrato hoy, ponerle un precio fijo en base a una oferta, a un estudio,
y decir que dentro de 6 años va a haber una instalación nuclear, como
fue el caso de Australia o de Egipto, que va a cumplir ciertas
características bien precisadas y ciertos parámetros de operación, la
performance, es como si uno dice voy a hacer un avión que tiene que
volar a tantos metros de altura, a tal velocidad, consumir tanto
combustible por kilómetro, tiene que llevar tantos pasajeros. Para toda
esa especificación se está en el día cero. Y se promete en seis años
tenerlo en calidad, en tiempo y en el costo”.
“¿Qué es lo que
tiene en común todo lo que hacemos: nuclear, satelital, radares,
equipamiento médico, televisión digital? En general se trata de la
ejecución concreta de proyectos complejos y cuanto más lo son, menos
competidores tenemos. En Argentina, ninguno. Y la tecnología de gestión
de esos proyectos nos permite pasar de uno nuclear a uno satelital. Y
esa tecnología nos permite poder firmar un contrato hoy, ponerle un
precio fijo en base a una oferta, a un estudio, y decir que dentro de
seis años va a haber una instalación nuclear, como fue el caso de
Australia o de Egipto, que va a cumplir ciertas características bien
precisadas y ciertos parámetros de operación, la performance, es como si
uno dice voy a hacer un avión que tiene que volar a tantos metros de
altura, a tal velocidad, consumir tanto combustible por kilómetro, tiene
que llevar tantos pasajeros. Para toda esa especificación se está en el
día cero. Y se promete en seis años tenerlo en calidad, en tiempo y en
el costo”, se explaya. “Todos los países tienen no una, varias empresas
de este tipo, pero son muy pocas las que tienen la diversidad de áreas
que tenemos nosotros. Las hay grandes en lo espacial pero que no son
nucleares. Lo mismo al revés. Hay sinergia entre los proyectos y hay
cierta posibilidad de especialistas (ingenieros, técnicos, armadores de
equipos electrónicos) que lo hacen para la parte nuclear también lo
hagan para la parte espacial”, completa.
Coyunturas al margen,
Invap se desarrolló como una empresa estatal que funciona bajo la lógica
de una privada, y el estandarte de la meritocracia disciplinante, que
inculca con fervor a su cohesionado personal. Tener que apelar a emisión
de obligaciones nacionales para financiar el crecimiento en un mercado
de capitales en el que participan bancos privados, estatales, Anses,
requiere como condición presentar en la Bolsa balances trimestrales,
auditados, aprobados por la CNV y hechos públicos. Además de cumplir con
las normas internacionales de información financiera desde los tres a
cuatro años que empezaron. “Vistos como empresa, estaríamos entre las
mejores del ámbito privado en cuanto al gerenciamiento y el manejo
administrativo-financiero”, afirma Otheguy. Les cuestionan los grupos
sindicalizados que los recién llegados a la firma estatal sean recibidos
con contratos de confidencialidad: tienen vedado divulgar detalles
sobre el salario, condiciones laborales y proyectos. Todo dato alusivo a
la empresa y sus actividades, es información clasificada. Prohibición
de sindicalización; excesivas jornadas de trabajo; salarios asimétricos y
discrecionales; ausencia de paritarias; incentivo económico en horas
extras. Meritocracia, el nuevo trending topic de vieja
concepción liberal, que procura la equidad por mérito propio, y no la
igualdad por acción del Estado como distribuidor del ingreso.
¿Cuáles
son en estos campos las diferencias entre Mauricio Macri y Cristina
Fernández? Yo al menos no veo ninguna, por el contrario veo
profundización de los desarrollos tecnológicos y una entrega abusiva y
degradante del suelo nacional y sus riquezas a manos extranjeras son
“vuelto alguno” para la Patria. ¡Vamos mal!
Ex Subsecretario de Estado