La farsa y la impotencia de un intendente que dice que nos paga Costa
02/09 – 12:30 – Facundo Prades siente un grado de impotencia sublime frente a una administración municipal en la que no logra hacer pie. Ahora “amenaza” con iniciar acciones judiciales a la Nación y la provincia (¿?). Mientras tanto, tiene la comuna incendiada, la ciudad sucia, la gente en la calle y clausura los hipermercados de su patrocinador político: Eduardo Costa, quien, supuestamente y de acuerdo a las declaraciones del Intendente, nos paga para que critiquemos su gestión. (Por Rubén Lasagno)
Facundo Prades, intendente de Caleta Olivia, fue en su momento una de las figuras políticas más promisorias de la provincia; de raíz Radical, siempre pareció enfrentarse desde la cómoda butaca de opositor, ya sea al FPV como al presidente de su propio partido, Eduardo Costa. Tanto Fm News como OPI fueron, durante varios años, la plataforma mediática desde donde el caletense disparaba munición gruesa a quien quisiera escucharlo, sencillamente porque los otros medios de Santa Cruz y especialmente los dos diarios (papel) de Río Gallegos, no le regalaban ni un solo centímetro de espacio para que les arruinara la relación con el gobierno o le escupiera el negocio de la pauta publicitaria con el dueño de los HIpertehuelches.
En la radio de nuestros amigos como en este portal, dijo lo que quiso y jamás fue censurado. A Prades le consta que nunca hemos recibido ni un solo peso de pauta de Costa, el gobierno, municipalidad o quien fuera y mucho menos le hemos pedido algo y que jamás se le condicionó, recortó o censuró ni una sola palabra, aún cuando las cosas que decía, tanto de Córdoba y Cotillo (de quienes nunca más se acordó de hablar después del 15 de diciembre de 2015) y de Eduardo Costa y Mariana Zuvic, eran de un calibre realmente compatible con munición antiaérea, que lograba un efecto devastador en el electorado. Con un poco de cada cosa (medios, mensaje, discursos y denuncias) Prades logró posicionarse como el elegido de zona norte que sonaba para hacer “la gran limpieza” que se necesitaba en Caleta Olivia y meter presos (al menos denunciarlos penalmente) a los odiados ex intendentes que tanto lo desvelaron mientras fue oposición.
Ni bien asumió en diciembre, la primera medida de gobierno que tomó, a pesar de la profunda crisis financiera que atravesaba, fue subir los sueldos a más de 35% de los funcionarios que llegaron con él, pretendiendo que era el dream team de la política y por lo tanto, como luminarias provenientes de la actividad privada, si no cobraban bien o más, no podría contar con ellos. Muchos protestaron, pero muchos, también, pensaron que tal vez fuera “un gasto necesario”.
Además de no denunciar a nadie, ni acordarse del paso desastroso de Fernando Cotillo y acordar con Córdoba en el proceso de traspaso del mando, al punto que familiares de éste forman parte del actual gobierno municipal, más asesores y ex funcionarios del gobierno corrupto del ex intendente, Prades convalidó el ingreso de (se estima) más de 300 personas desde que asumió. Lo que parecía iba a ser una administración transparente y “de lápiz rojo”, terminó siendo más de lo mismo o peor, porque trató de jugar a dos puntas; se olvidó que su extracción era Radical, le chupó las medias a la gobernadora K (a la que siempre criticó de la peor manera), se enfrentó con el gobierno nacional, luego le fue a pedir plata, cuando se la dieron le agradeció a la provincia y a Eduardo Costa que le puso la valija para su campaña, le dio la espalda armando una pretendida “línea interna”, que claro está, nunca podrá prosperar electoralmente con un líder que tiene un comportamiento tan errático políticamente, por ser elegante en la calificación.
Con esta “antipolítica” llevada a cabo por Prades, Caleta Olivia se ha quedado sin “amigos”, pero también sin fondos. Cuando escuchábamos las alabanzas de Facundo Prades a la gobernadora, quien le tocó la cabeza en una reunión para calmar el ímpetu independentista del político norteño, dijimos que el joven Radical había caído en las redes del engaño del FPV, cuyos referentes se diferencian del resto de la clase política, por no tener códigos y mucho menos, apegarse a las promesas y al cumplimiento de la palabra. Y así fue.
Hoy Prades ha quedado en medio de un mar de incertidumbre, desde Nación no lo miran, porque cuando quisieron ayudarlo no cumplió con las premisas que le marcaron y desde la provincia le dan vuelta la cara, aún cuando le dijeron ¡Dale para adelante, que te apoyamos!. ¡Por supuesto, es Radical, que se joda!, mascullan desde Alcorta con Alicia mirando por el rabillo del ojo y haciendo una sonrisa enigmática, tipo La Gioconda. Prades no se dio cuenta a tiempo de la estrategia K; ya es tarde. Kirchner sueña con que el complejo panorama social de Caleta, haga entrar a su gobierno como el salvador de esa comunidad reacia a confirmar los votos del oficialismo, después de las salvajes administraciones de Cotillo y Córdoba que llevó a la ciudadanía a pesar que con Prades lo sanearía. Pero en este momento, muchos caletenses se preguntan si era mejor enfrentarse o mantenerse dentro de la línea política del gobierno provincial en vez de haber votado a un jefe político de la ciudad, que no se sabe con quién está.
Resumido así, digamos que Prades no la tiene fácil ni mucho menos. No puede pagar sueldos, debe aguinaldo, se vienen más sueldos y el próximo aguinaldo, tiene el municipio tomado, la gente en la calle, no recauda y nadie le atiende la puerta ni le abre la billetera. Haciendo eje en su “independencia” política, ataca a todos y es lo menos político que se pueda concebir hoy en Santa Cruz; esto hará que en poco tiempo más, sus mismos colaboradores más cercanos, empiecen a dejarlo solo.
Dice que Eduardo Costa le largó la mano (pero para la campaña le dio una gran mano), que Alicia no lo atiende (pero cuando estuvo con ella se deshizo en elogios y promesas) y que Nación no le responde (cuando se juntó con el Ministro de Economía, le “exigió” soluciones y no cumplió ningún requerimiento). Ahora, ya sin discurso ni a quien echarle la culpa por la pésima gestión que lleva a cabo, sale a decir que va a denunciar penalmente a provincia y nación, como si eso tuviera algún viso de realidad y sirviera para solucionar el problema que tienen los empleados municipales. Como si luego de denunciarlos, se va a arreglar sus falta de fondos y pagará en tiempo y forma. Como si nadie supiera que en esta provincia esas denuncias son absolutamente inocuas, nunca llegan a nada y ni siquiera habrá un juez que se ocupe de ella. ¿O no sabe Prades que en este país y en la provincia se han vulnerado las constituciones (provincial y nacional), no se ha obedecido a la CSJ y la justicia provincial está absolutamente cooptada por la política. Es raro, porque eso era lo que siempre pensó y dijo cuando hablaba desde al oposición.
Como Prades está contra todos, en medio de una ciudad plagada de un hedor inaguantable por rebasamiento de las cloacas, la basura que no se levanta en las calles, veredas deterioradas, calles intransitables, mandó a “inspeccionar” el Hipertehuelche de su referente y financista político, Eduardo Costa y se lo cerró porque los inspectores encontraron “roedores”. ¿Qué pasaría ahora si Costa licenciara al personal por 3 meses (por ejemplo) con la excusa de “desratizar” sus negocios? ¿A quién le echaría la culpa Prades cuando los 150 o 200 empleados de los Hiper fueran a quejarse en la puerta del municipio y tal vez sumarse al reclamo de los municipales a los que no les paga? ¿No es esto, confundir lo público con lo privado y usar a la función para otros fines que no son, precisamente, recomponerle la vida al vecino?.
Prades, también, dijo en medios municipales, digitales y otros lugares donde el verborrágico intendente ha dejado fluir su verba (incluyendo con amigos comunes), que a OPI Santa Cruz le paga Eduardo Costa y en ese universo de excentricidades, también involucró a la emisora Fm News, dos medios que al menos en independencia editorial, ni él ni el oficialismo pueden cuestionar, al menos con pruebas a partir de las cuales podamos sentarnos a hablar. Decir barbaridades y mentiras, es fácil; comprobarlas es lo que vale y lo hace serio.
Es decir, dice lo mismo que piensa el FPV y parecido a lo que piensa Eduardo Costa y Mariana Zuvic, solo que ellos sostienen que cuando los criticamos, el que nos paga es el FPV. Claramente, son todos iguales. Evidentemente alguien se está quedando con el importe de nuestra factura. Estamos investigando y cuando encontremos a quien se queda con nuestro dinero, lo denunciaremos, como lo hizo Prades. Sin embargo nuestro mayor problema es que tanto unos como otro, hablaran bien de nosotros. Mientras nos ataquen, es porque algo bueno estamos haciendo. Nunca los necesitamos para vivir.
Al Intendente de Caleta Olivia se le han cerrado tanto los caminos de su gestión y está tan encapsulado en el salsipuedes en que se ha constituido su administración, que no puede discernir entre lo conveniente y lo inconveniente. Dispara dardos sin sentido sin percibir que políticamente, se autoinflinge un daño irreparable. No puede manejar la coyuntura y el dream team convocado por él, lo mira pidiéndole explicaciones. Prades no tiene forma de dibujar una realidad que lo supera. Los empleados municipales en las calle se lo recuerdan día a día.
Vendrán tiempos difíciles y Facundo Prades, como muchos políticos en Santa Cruz, deberán rever sus políticas, sus gestiones y sus posturas. A veces, no es solo gritar desde la tribuna de la oposición, sin saber lo que se es capaz de hacer en la gestión. Son dos realidades distintas. Ya no basta con hacerse el distraído o dilapidar culpas en todo el entorno. Hay que ver, realmente si cada uno es capaz de lo que se propone o se revela como un incompetente más, cuando se dispone. (Agencia OPI Santa Cruz)