jueves, 1 de febrero de 2018

La Tablada, la impunidad de Gorriarán Merlo y sus secuaces terroristas

La Tablada, la impunidad de Gorriarán Merlo y sus secuaces terroristas













La Tablada, la impunidad de Gorriarán Merlo y sus secuaces terroristas

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Escribe: David San Román (*)
“Voy a morir defendiendo el cuartel, ustedes recupérenlo”. Teniente Coronel (PM) Horacio Fernández Cutiellos
Comenzaba el año 89 y el terror nuevamente se presentaba ante el pueblo argentino. A 30 años de los primeros asaltos a destacamentos policiales por parte de organizaciones guerrilleras, una última emboscada atacaba un cuartel militar. “Ejército de Liberación Nacional-Movimiento Peronista de Liberación” o “Uturuncos” fueron los primeros allá por 1959 en el sudoeste de Tucumán; luego, el MTP Movimiento Todos por la Patria, cerraría un sangriento capítulo en la historia argentina el 23 de enero de 1989, en Buenos Aires.


Entre el 59 y el 89 pasaron por el territorio argentino 17 organizaciones guerrilleras, que por medio de la guerrilla armada buscaron derrocar la Constitución Nacional e imponer un sistema totalitario marxista, tal como el que impera hoy todavía en Cuba. Actuaron sin distinción de gobiernos, bajo presidentes constitucionales y de facto, atacando y secuestrando empresarios, bancos, civiles, militares, policías, jueces y cualquier fuente que le pudiese dar rédito económico, de armamento o de poder por medio de la extorsión.












Teniente Coronel (PM) Horacio Fernández Cutiellos.
Enrique Haroldo Gorriarán Merlo fue quien fundó el MTP Movimiento todos por la Patria, en 1986, y encabezó el ataque al Regimiento de La Tablada, partido de La Matanza, en Buenos Aires, el 23 de enero de 1989. Había participado de la fundación del ERP en 1970, que terminó constituyéndose como la guerrilla de izquierda más activa. En 1971, el gobierno militar del Tgrl. Lanusse, a raíz de una propuesta del Dr. Jaime Perriaux, había creado la Cámara Federal en lo Penal (CAFEPE) para juzgar el terrorismo interno. Para el 15 de agosto de 1972, los más de 100 encarcelados en el Penal de Rawson planificaron una fuga masiva en la que asesinaron al guardia cárcel Gregorio Valenzuela. Según confesó Fernando Vaca Narvaja (Montonero hoy en libertad, miembro del FPV y abuelo de la hija de Florencia Kirchner), 135 presos intentaron escapar: 110 no lo lograron, 19 fueron detenidos en el aeropuerto mientras lo sitiaban y 6 lograron el cumplido: Mario Santucho, Roberto Quieto, Mario Osatinsky, Domingo Mena, Enrique Gorriarán Merlo y él.
Desde la cárcel se dirigieron al aeropuerto y secuestraron el vuelo 811 de Austral, volaron hacia Chile donde los esperaba el socialista Salvador Allende y luego viajaron a la Cuba de Fidel Castro. A los pocos meses, Gorriarán Merlo volvería a Argentina y alcanzaría la comandancia del ERP. Fue él quien el 19 de enero del 74 encabezó el ataque al Regimiento 10 de Caballería Blindada y al Grupo de Artillería Blindado 1 pertenecientes a la Guarnición Militar de Azul. Salió del país en el 76 con rumbo a Checoslovaquia y volvió en el 77 para ayudar a escapar a unos compañeros. Participó del derrocamiento del presidente nicaragüense Anastasio Somoza en 1979, y en una emboscada fue quien lo mató al año siguiente. Volvió al país en el 81 para organizar una guerrilla en territorio jujeño que finalmente no prosperó. En 1986 reclutó esquirlas del desarmado ERP y formó el MTP Movimiento todos por la Patria.
Eran las 06:20 hs. del lunes 23 de enero de 1989 cuando un camión de “Coca-Cola” robado, con autos detrás, embistió el portón principal del Regimiento de Infantería Mecanizado 3 “Gral. Belgrano” de La Tablada, atropelló al centinela y abrió un combate que se extendió hasta el día siguiente.  El 2do. Jefe de Regimiento a cargo de la unidad, el Mayor Horacio Fernández Cutiellos, se estaba afeitando cuando escuchó la entradera y, asistido por un subalterno, desde la ventana de la jefatura comenzó a repelerlos desde el primer momento. Minutos después, mientras alertaba al Comando de la X Brigada de Infantería Mecanizada por medio de una llamada telefónica, dijo a su superior: “Voy a morir defendiendo el cuartel, ustedes recupérenlo…”. Habían pasado 3 horas de tiroteo cuando el My Fernández Cutiellos salió a la galería y se posicionó detrás de una columna para buscar nuevos blancos. No se dio cuenta, pero detrás de él quedó “Farfán”, Roberto Sánchez, ex-miembro del ERP, quién le tiró por la espalda. Tras reaccionar, el 2do. Jefe de Regimiento logró arrastrarse hasta la puerta de su oficina y, allí, un último balazo en el pecho lo pasó a la Eternidad. La Policía Bonaerense había estado presente desde los primeros minutos del asalto y junto con los efectivos del EA que estaban dentro impidieron al MTP apoderarse de armamento y munición militar. Cerca del mediodía, unidades del Ejército Argentino, al mando del Gral. Br. Arrillaga, iniciaron las operaciones para la recuperación del Regimiento, que se constituyó como el Bautismo de Fuego de la Infantería Mecanizada del Ejército Argentino. Los últimos cuadros terroristas se rindieron ante la Fuerza Nacional el martes 24 de enero.
Dieron su vida: Teniente Coronel (PM) Horacio Fernández Cutiellos, Segundo Jefe de Regimiento; Teniente Primero Ricardo Rolón; Suboficial Principal Ricardo Esquivel; Sargento José Albornoz; Sargento primero Ramón Orue y los Soldados Roberto Taddía, Leonardo Díaz, Héctor Cardozo y Domingo Julio Grillo; Comisario García y Sargento Soria, ambos de la Policía Bonaerense.

Los miembros de la guerrilla condenados; pero en el 2000, el presidente De la Rúa les redujo las penas a todos. Duhalde, en 2303, decretó una amnistía para todos los presos de La Tablada. Gorriarán Merlo murió en libertad en 2006.

Los miembros de la guerrilla erpiana, devenida en el MTP, fueron juzgados y condenados; pero en el 2000, tras una huelga de hambre de 46 días, el presidente Fernando de la Rúa les redujo las penas a todos, excepto a Gorriarán Merlo. Luego, en el 2003, Duhalde decretó una amnistía para todos los presos de La Tablada. Gorriarán Merlo murió en libertad en el 2006. Otros subversivos, de tantos que están libres son: Carlos Kunkel, Montonero, fue funcionario de Néstor Kirchner y es actual diputado del Frente para la Victoria; Miguel Bonasso, Montonero, diputado del Partido Justicialista en el 83 y del FPV del 2003 al 2011; Horacio Verbistsky, participó de manera directa en dos atentados: puso una bomba vietnamita con poder equivalente a 20 kilogramos de trotyl en el estacionamiento del Edificio Libertador -sede del Ministerio de Defensa y del Comando General del Ejército- a una cuadra de la Casa Rosada y fue quien la detonó por control remoto, y en el ataque a la Superintendencia de la PFA. Además de estar libre, con Página 12 maneja gran parte de la opinión pública. ¡Un terrorista opera libremente la opinión pública!
En las antípodas de esa libertad mal habida, a fecha de hoy, ya murieron 389 Presos Políticos; muertes ignoradas por la sociedad, por el periodismo, por la Iglesia y por los tres poderes de esta republiqueta. Los Presos Políticos Argentinos tienen más de 70, más de 80 y más de 90 años, muchos enfermos, sin juicio ni sentencia. Pero están presos, y algunos superan ya los 10 años sin tener juicio ni condena. Ellos son Policías, Militares, Jueces, Abogados que, cumpliendo su deber, enfrentaron al terrorismo que asediaba contra la Constitución Nacional y que acechaba la Libertad de la República Argentina. Los lejanos y eternos juicios, si es que algún día empiezan, están plagados de irregularidades: tienen como protagonistas a terroristas, Verbistky declaró en el juicio de la “Operación Independencia” -Operación militar decretada por Isabel Martínez de Perón cuando era presidente contra la “Compañía Ramón Rosa Giménez” del ERP en Tucumán-, el Tribunal Oral Federal del juicio “Megacausa III” de Santiago del Estero estuvo integrado por los erpianos María Alicia Noli y José María Pérez Villalobo; toman como testigos a personas que al momento del “delito” tenían menos de dos años de edad, el ruido de un zapato comprueba la “culpabilidad” del acusado, llevan a declarar a personas con demencia, los testimonios se basan en “me lo contaron” o en “construcciones de la memoria”, el fiscal reconoce un falso testimonio pero no anula la declaración porque es “una pequeña mentira…”.
La sociedad argentina, ¿será algún día pasible de Verdad?, ¿pasible de Justicia?, ¿pasible de Lectura Completa?
La sociedad argentina, ¿será algún día capaz de aborrecer la mentira?, ¿capaz de aborrecer la corrupción?, ¿capaz de aborrecer el robo?, ¿capaz de aborrecer el soborno?
La sociedad argentina, ¿será algún día capaz de rechazar al criminal?, ¿capaz de rechazar al político infractor?, ¿capaz de rechazar a la “justicia” que condena a un inocente o suelta al delincuente?
La sociedad argentina, ¿entenderá algún día que la Libertad no se logra firmando papeles?, ¿que la Paz no se logra con un Tratado?, ¿que el terrorismo no perdona?, ¿que al terrorismo no se lo combate en una mesa?
¿O será que continuará inmolándose con la obsecuencia, complicidad parsimoniosa, y ciego acomodo a los tiranos de turno?
(*) 23 de Enero de 2017 – A 28 años
Centro de Estudios Salta
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