Lunes 30 de Julio de 2018
El New York Times alerta sobre la base construida por el ejército chino en la Patagonia
El prestigioso periódico norteamericano sostiene que la supuesta "base espacial" de la provincia de Neuquén podría esconder fines de espionaje y asegura que "China expande su influencia en América Latina"
Con una altura similar a un edificio de 16 pisos, la antena de 450
toneladas contrasta con el inhóspito paisaje patagónico de la pequeña
localidad de Bajada del Agrio, en Neuquén. Construida por el ejército chino en tiempo récord y concebida en el más absoluto secreto, la estación "espacial" china generó suspicacias y fundadas sospechas desde sus inicios, tal como publicó Infobae en reiteradas oportunidades.
Y es que, con un costo de 50 millones de dólares, el dispositivo
principal de la supuesta estación de control de la misión espacial china
podría tener múltiples usos militares y de espionaje, algo que -según publica este sábado el New York Times– genera intranquilidad tanto en los pobladores locales como en líderes de la región e, incluso, en Washington.
La estación, que comenzó a operar en marzo, "es uno de los símbolos más
llamativos del largo impulso de Beijing para transformar a América
Latina y configurar su futuro para las generaciones venideras", sostiene
el periódico estadounidense. Supuestamente, tiene como finalidad
principal dar apoyo a la expedición china hacia el lado oculto de la
luna, una empresa ambiciosa que los funcionarios argentinos apoyan, tal vez con cierta ingenuidad.
La misión hacia el otro lado de la luna, que nunca se enfrenta a la
Tierra, tiene fecha de lanzamiento programada para este año, y si se
concretara podría despejar el camino hacia la extracción de helio 3, que
algunos científicos creen que podría proporcionar una fuente de energía
limpia y revolucionaria.
El predio de 200 hectáreas está bajo el control de Satellite Launch and Tracking Control General (CLTC),
una división de las fuerzas armadas chinas que explotará durante los
próximos 50 años la base. También la ubicación surgió luego de meses de
negociaciones secretas entre la provincia de Neuquén y el gobierno
chino, que culminaron con la firma de un acuerdo en noviembre de 2012
por el cual el gobierno comunista dispondrá de las tierras sin pagar
alquiler.
El proyecto surgió como parte de las negociaciones secretas que la
Argentina mantuvo con China durante la presidencia de Cristina Kirchner,
en momentos es que el país necesitaba desesperadamente inversiones y el
conflicto con los holdouts limitaba el acceso a los mercados
internacionales de crédito. Eran años en los que la sequía limitaba
además el ingreso de divisas, hasta que apareció un "swap" de monedas
milagroso, acompañado por un amplio programa ferroviario. "Pero mientras
extendía una mano de ayuda, China comenzó las negociaciones secretas
que condujeron a la estación de control espacial y satelital en la
Patagonia", cuenta el periódico.
Más allá de las especulaciones, lo seguro es que la antena mejora la
capacidad de China de realizar tareas de inteligencia en el hemisferio,
además de tener muchos usos estratégicos. Para Frank A. Rose, secretario
de Estado adjunto para el control de armamentos durante la
administración Obama, China desarrolló una sofisticada tecnología para
bloquear, interrumpir y destruir satélites en los últimos años. "Una
antena gigante es como una aspiradora gigante", dijo Dean Cheng, un ex
investigador del Congreso que estudia la política de seguridad nacional
de China, al Times. "Lo que están absorbiendo son señales, datos, todo
tipo de cosas".
El vocero del Pentágono, teniente coronel Christopher Logan, explicó
que el Ejército estadounidenses está evaluando las implicaciones de la
estación de monitoreo china, mientras que las autoridades chinas
rechazaron las solicitudes de entrevistas sobre la base y su programa
espacial.
El avance chino desató un debate sobre los riesgos que implica la
alianza estratégica. Según el Times, "China ha estado llevando a cabo
discretamente un plan propio de gran alcance en toda América Latina".
Así, la construcción de la base se da un contexto de crecimiento
exponencial del comercio, el rescate a gobiernos latinoamericanos en
apuros y la construcción de monumentales obras de infraestructura,
además del fortalecimiento de la cooperación militar. Es decir, enormes
cantidades de recursos destinado a varios países de la región
-principalmente, Brasil, Argentina, Venezuela, Ecuador, Uruguay y
Bolivia-, que durante la primera década del siglo XXI estuvo bajo
gobiernos populistas deseoso de mostrarse distantes de los Estados
Unidos, muchas veces sin realizar una evaluación de los costos actuales y
futuros que eso implica.
Aun con el giro hacia el centro que varios países han hecho en los
últimos años, la expansión china en la región no ha sido puesta en duda.
Y es que no sólo el comercio se ha más que duplicado en una década:
China también ha otorgado decenas de miles de millones de dólares en
préstamos, que en casos como el de Ecuador estuvieron respaldados por
las reservas petroleras, una decisión del ex presidente Rafael Correa
que los fiscales creen que podría haber perjudicado los intereses
nacionales, por lo que se encuentran actualmente investigando esos
contratos.
China "ayudó a la región a tener su mayor crecimiento desde los años
70", le dijo Kevin P. Gallagher, economista de la Universidad de Boston,
al Times, que agrega que "la alianza dio sus frutos, ayudando a
impulsar a América Latina al tipo de tasas de crecimiento que envidiaron
Europa y Estados Unidos".
Para el especialista Evan Ellis, profesor de estudios latinoamericanos
en el Army War College de los Estados Unidos, "se llega a un punto en el
que no se puede negar la posibilidad de que las fuerzas chinas operen
desde bases en la región".
Poco después de haber sido nombrado a fines de 2015, el embajador argentino en China Diego Guelar
dijo que renegociaría el acuerdo de la estación espacial porque el
anterior gobierno "había regalado demasiado", al no especificar que la
base podría usarse solo para fines pacíficos y "en cualquier momento
podría convertirse en una base militar".
Si bien los chinos acordaron la base de uso únicamente para fines
civiles, los pobladores de Bajada del Agrio, la ciudad más cercana a la
estación, tienen miedo de un posible uso militar.