POR EL DR. ANTONIO CAPONNETTO
"¡El
sufragio universal es la mentira universal! "..."Del sufragio
universal se ha hecho arma de partido; bajo este punto de vista ni
nombrarlo nos dignaríamos. Pero el sufragio universal es hoy, más que
todo, base de un sistema filosófico en oposición a los sanos principios
de derecho y de Religión [...] y constituye la esencia de lo que se ha
querido llamar derecho nuevo, como si el derecho fuese tal si no es
eterno". Se trata, en suma, de una "sucia quisicosa", cuyo punto de
partida es "admitir como dogma filosófico la infalibilidad de las
turbas".
Félix Sarda y Salvany, La mentira universal, mayo, 1874.
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..."una democracia que llega al grado de perversidad que consiste en atribuir en la sociedad la soberanía al pueblo".
San Pió X, Notre charge apostolique.
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..."la vida de las naciones se halla disgregada por el culto ciego al valor numérico".
Pío XII,
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La organización política mundial, del 6 de abril de 1951,
"El Estado liberal, jacobino y democrático edificado sobre el hombre egoísta y el sufragio universal, han permitido que la riqueza del poder Soberano de la Nación haya sido reemplazado por el poder de la riqueza sin Dios y sin Patria. La plutocracia internacional a la sombra de la llamada soberanía popular, mediatiza a los poderes públicos y explota a las naciones". "La soberanía popular comporta una real subversión atea y materialista, por cuanto sustituye a la soberanía divina, y se postula como un principio absoluto e incondicionado"...
Jordán Bruno Genta
Félix Sarda y Salvany, La mentira universal, mayo, 1874.
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..."una democracia que llega al grado de perversidad que consiste en atribuir en la sociedad la soberanía al pueblo".
San Pió X, Notre charge apostolique.
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..."la vida de las naciones se halla disgregada por el culto ciego al valor numérico".
Pío XII,
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La organización política mundial, del 6 de abril de 1951,
"El Estado liberal, jacobino y democrático edificado sobre el hombre egoísta y el sufragio universal, han permitido que la riqueza del poder Soberano de la Nación haya sido reemplazado por el poder de la riqueza sin Dios y sin Patria. La plutocracia internacional a la sombra de la llamada soberanía popular, mediatiza a los poderes públicos y explota a las naciones". "La soberanía popular comporta una real subversión atea y materialista, por cuanto sustituye a la soberanía divina, y se postula como un principio absoluto e incondicionado"...
Jordán Bruno Genta
CAPITULO-1-
(VIII)
(VIII)
Las reaccines de dos hombres de bien
Las reaccines de dos hombres de bien
Cuando este breve ensayo que acaba de leerse vio la luz, las reacciones fueron las previsibles. No me refiero a la de aquellos amigos que respaldaron con entusiasmo la fidelidad,a la recta doctrina, instándome a ensanchar y a dar forma de libro a este informe; ni me refiero tampoco a los muchos lectores-principalmente jóvenes sacerdotes- que agradecieron la clarificación de un tema en el que cierta Jerarquía se ha decidido a traicionar la ortodoxia, como en tantos otros. Me refiero específicamente a los involucrados en mis páginas.
Así,
el joven Germán Flores publicó en su blog la totaliladad del escrito
con una disposición rectificadora y agradecida que lo honra, pues no ha
sido la suya una adhesión majadera o sumisa a mis argumentos, sino una
recepción cálida y solidaria, inquisitiva en ocasiones -pidiéndome
mayores honduras en ciertos puntos- o reajustando sin ambages el
enunciados de sus propios conceptos, en otros.
El intercambio epistolar que he mantenido a posteriori con él -y que con similar honradez hizo público en su blog chestertoniano- me resultó particularmente fecundo, pues amen de permitirme abundar en detalles colaterales ligados a la cuestión central, dejó ver a un hombre de bien, con convicciones propias y con la inteligencia abierta a la enmienda intelectual tanto como al descubrimiento y a la aceptación de la verdad entera. Dios conserve su humildad, su sentido del humor y su capacidad reflexiva.
En cuanto a Enrique Broussain, me remitió dos cartas (durante la primera veintena de septiembre de 2007. Llevan ambas el sello de su hidalguía, de su dolor imprescriptible de patria y de Iglesia, de su capacidad rumiadura y penitente. Consideró con generosidad lo mío como "un excelente escrito, el cual obviamente comparto", excepto -me advierte- cuando lo nombro a "Ratzinger", a quien -corno ya aclaráramos- no considera Pontífice legítimo.
De su mensaje del 18 de septiembre -el más largo de los dos, lleno de esperanzadoras y tensas referencias biográficas de carácter privado que debo callar, y de confortadores y finos elogios que guardaré también, y que no son los que se estilan mundanamente- extraigo además estos conceptos, pues merecen ser compartidos:
"De particular interés me ha resultado, vista mi ignorancia en el asunto, su análisis de la opinión de filósofos de la antigüedad greco-latina, quienes ya enseñaron que 'la democracia es forma impura de gobierno y corrupción de la República. Lo desconocía; pero el alumbramiento que usted trae propone el argumento de modo aún más decisivo, tornándolo irrefutable. Coincido con sus palabras: la democracia 'es una perversión intrínseca que hace posible la profanación y el sacrilegio, conspirando contra los mismos lazos sagrados en que se sostiene la ciudad'; de la Ciudad Católica, si entendemos el sujeto enfocándolo desde nuestra posición en la Historia, contribuyendo a ello el conocimiento que poseemos sobre el mysterium iniqaitatis cuando se manifiesta entre nosotros el homo peccati filtus perditionis. 2 Tes. 2; el hombre 'nuevo' judeo-masónico, cuyos más siniestros elementos conforman aquel cuerpo moral que se ha expandido por doquiera, como un nefasto y agobiante tumor" [... ]
'Democracia e impiedad revulsiva se suponen recíprocamente en cada tramo de la historia.' Ciertamente así es, y así lo comprobamos en la fetidez del ambiente que nos rodea. Por doquiera inmundicia, ateísmo, blasfemia, estulticia y traición. ¿Y dónde, los 'requetés de Navarra'? No ha sido casual mi memoria de Lubisz Milosz, uno de los poetas trágicos de la penumbra envenenada, junto a Trakl y Diño Campana. 'E ancora ti chiamo Chimera.' O la desolada frase del poeta pagano: 'E de subito, sera.' Y aunque sí es realmente de noche no es quimera nuestra expectación y esperanza en la segunda venida del Señor. No es quimera el dulce y esplendente manto de Notre Dame que alivia nuestros dolores en la dwagarradora oscuridad del último martirio: el de la soledad del alma de los últimos fieles, ahora que la iglesia se esconde como jamàs la carne y la incredulidad. Qué misterio este ultimo misterio (...)
Es asi 'quienes alcanzan la gloria celeste no son los partidócratas que amontonan los votos de la plebe, sino los que se consagran a la patria en veladas de sabiduría o en
epopeyas de gloria' mas primero han entregado su alma y con ella sus pecados a la Misericordia, que les dispensa el Sacrificio sacramental y les da a comer el Cuerpo y la Sangre de Cristo (...) los umbrales de la metahistoria la eternidad comienza a emerger como himnos entre los mefíticos calambres de plagas y las fíalas. Guénon escribió alguna vez que en los últimos días todos los errores del pasado se harían visibles y cohexistirían, en la agonía del 'ciclo.' Gran axioma es éste para los dias que corren: la idea de la soberanía popular es demoníaca. La democracia no es sino la historia de una pseudo religión. Producida en los alambiques talmúdicos, cocida en las translogias. e inyectada en las mentes y corazones del hombre natural -quien, por cierto, es enemigo de Dios- que se reconoce en ella a causa de la imbecilidad innata del pecado. La democracia es fruto de la carne, y por ello conlleva la muerte: La subversión contra la Vida, al decir de San Agustín, Nuestro señor Jesucristo, esta Vida.
La turbamulta del fin no será engañada por un Anticristo que se haga pasar por santo varón y mesías caritativo y bondadoso. No. Será un ser bestial, cruel, completamente impuro y satánico, pues así lo querrán estas masas, previamente corrompidas, como lo soñaran Weishaupt y Nubius y lo concretaran los seguidores dellos. Por doquiera se observan los rasgos feos, deformes, semihumanos, subhumanos, de criaturas envilecidas cuyos rostros u cuerpos comienzan (como dócilmente ipelidos por el horror) a presagiar el infierno que los engendra y los domina, y desde ellos hiede(...) La plebeyidad es lo opuesto a la delicada constitución de Cristo y la majestad arquetípica de María, la Segunda Eva.
El intercambio epistolar que he mantenido a posteriori con él -y que con similar honradez hizo público en su blog chestertoniano- me resultó particularmente fecundo, pues amen de permitirme abundar en detalles colaterales ligados a la cuestión central, dejó ver a un hombre de bien, con convicciones propias y con la inteligencia abierta a la enmienda intelectual tanto como al descubrimiento y a la aceptación de la verdad entera. Dios conserve su humildad, su sentido del humor y su capacidad reflexiva.
En cuanto a Enrique Broussain, me remitió dos cartas (durante la primera veintena de septiembre de 2007. Llevan ambas el sello de su hidalguía, de su dolor imprescriptible de patria y de Iglesia, de su capacidad rumiadura y penitente. Consideró con generosidad lo mío como "un excelente escrito, el cual obviamente comparto", excepto -me advierte- cuando lo nombro a "Ratzinger", a quien -corno ya aclaráramos- no considera Pontífice legítimo.
De su mensaje del 18 de septiembre -el más largo de los dos, lleno de esperanzadoras y tensas referencias biográficas de carácter privado que debo callar, y de confortadores y finos elogios que guardaré también, y que no son los que se estilan mundanamente- extraigo además estos conceptos, pues merecen ser compartidos:
"De particular interés me ha resultado, vista mi ignorancia en el asunto, su análisis de la opinión de filósofos de la antigüedad greco-latina, quienes ya enseñaron que 'la democracia es forma impura de gobierno y corrupción de la República. Lo desconocía; pero el alumbramiento que usted trae propone el argumento de modo aún más decisivo, tornándolo irrefutable. Coincido con sus palabras: la democracia 'es una perversión intrínseca que hace posible la profanación y el sacrilegio, conspirando contra los mismos lazos sagrados en que se sostiene la ciudad'; de la Ciudad Católica, si entendemos el sujeto enfocándolo desde nuestra posición en la Historia, contribuyendo a ello el conocimiento que poseemos sobre el mysterium iniqaitatis cuando se manifiesta entre nosotros el homo peccati filtus perditionis. 2 Tes. 2; el hombre 'nuevo' judeo-masónico, cuyos más siniestros elementos conforman aquel cuerpo moral que se ha expandido por doquiera, como un nefasto y agobiante tumor" [... ]
'Democracia e impiedad revulsiva se suponen recíprocamente en cada tramo de la historia.' Ciertamente así es, y así lo comprobamos en la fetidez del ambiente que nos rodea. Por doquiera inmundicia, ateísmo, blasfemia, estulticia y traición. ¿Y dónde, los 'requetés de Navarra'? No ha sido casual mi memoria de Lubisz Milosz, uno de los poetas trágicos de la penumbra envenenada, junto a Trakl y Diño Campana. 'E ancora ti chiamo Chimera.' O la desolada frase del poeta pagano: 'E de subito, sera.' Y aunque sí es realmente de noche no es quimera nuestra expectación y esperanza en la segunda venida del Señor. No es quimera el dulce y esplendente manto de Notre Dame que alivia nuestros dolores en la dwagarradora oscuridad del último martirio: el de la soledad del alma de los últimos fieles, ahora que la iglesia se esconde como jamàs la carne y la incredulidad. Qué misterio este ultimo misterio (...)
Es asi 'quienes alcanzan la gloria celeste no son los partidócratas que amontonan los votos de la plebe, sino los que se consagran a la patria en veladas de sabiduría o en
epopeyas de gloria' mas primero han entregado su alma y con ella sus pecados a la Misericordia, que les dispensa el Sacrificio sacramental y les da a comer el Cuerpo y la Sangre de Cristo (...) los umbrales de la metahistoria la eternidad comienza a emerger como himnos entre los mefíticos calambres de plagas y las fíalas. Guénon escribió alguna vez que en los últimos días todos los errores del pasado se harían visibles y cohexistirían, en la agonía del 'ciclo.' Gran axioma es éste para los dias que corren: la idea de la soberanía popular es demoníaca. La democracia no es sino la historia de una pseudo religión. Producida en los alambiques talmúdicos, cocida en las translogias. e inyectada en las mentes y corazones del hombre natural -quien, por cierto, es enemigo de Dios- que se reconoce en ella a causa de la imbecilidad innata del pecado. La democracia es fruto de la carne, y por ello conlleva la muerte: La subversión contra la Vida, al decir de San Agustín, Nuestro señor Jesucristo, esta Vida.
La turbamulta del fin no será engañada por un Anticristo que se haga pasar por santo varón y mesías caritativo y bondadoso. No. Será un ser bestial, cruel, completamente impuro y satánico, pues así lo querrán estas masas, previamente corrompidas, como lo soñaran Weishaupt y Nubius y lo concretaran los seguidores dellos. Por doquiera se observan los rasgos feos, deformes, semihumanos, subhumanos, de criaturas envilecidas cuyos rostros u cuerpos comienzan (como dócilmente ipelidos por el horror) a presagiar el infierno que los engendra y los domina, y desde ellos hiede(...) La plebeyidad es lo opuesto a la delicada constitución de Cristo y la majestad arquetípica de María, la Segunda Eva.
De más está decir que concuerdo y
continúo escuchando la voz del Magisterio Romano en las admirables enseñanzas
de León
XIII, Pío IX, Pío XI, y Pío XII, y que bien claro
está que la democracia,
-más
particularmente como ésta salió del ghetto y de la logia con la Revolución
en el siglo XVIII-,
ha sido y es el instrumento eficaz en manos de la
Sinagoga de Satanás, y su fin no es otro que
el de destruir la Ciudad Cristiana, instalando el Reino de Satanás. La Satania Universal.
Por ello preferimos
la Verdad en soledad al error en compañía.
Velo armas junto a Usted en tal soledad, tan sola. Como usted, el Sagrado
Corazón está en mi estandarte. Para mí también es preferible partir, y estar con Cristo. En
tanto, cordialmente suyo. Laus Christo el María. E. B.»
No creo que
convenga acotación
alguna a texto tan significativo y bello. Acaso la de sugerirle al lector que
retenga en la memoria
semejante altura, para que no desfallezca su ánimo al constatar las bajezas de
los otros involucrados en el debate. Pero la cuestión reclama su
propio acápite, si no por sentido didáctico, al menos para evitar la
contaminación del honor con la sandez.