viernes, 29 de noviembre de 2019

LIBRE EXAMEN Y CONUNISMO

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LIBRE EXAMEN Y COMUNISMO
Jordán Bruno Genta 1960
Al Profesor Hiram Zaboni
Esclarecido alumno y amigo fiel.

PREFACIO Este libro se propone demostrar que el Comunismo y, en particular, el Comunismo marxista, se reduce a una cuestión religiosa fundamental. Las contradicciones económicas, sociales, políticas e ideológicas Que utiliza profusamente la Propaganda —Capitalismo y Comunismo, Democracia y Comunismo, Libertad y Comunismo^, carecen de toda significación real y verdadera. Su invención y propagación responde al exclusivo propósito de desorientar y dividir a las victimas, haciendo que se enfrenten y se anulen entre si.
La única contradicción real, realísima, es la que existe entre Catolicismo y Comunismo. Toda la cuestión reside en Cristo y María, en Cristo y la Iglesia Romana que es todo uno y es toda la Verdad creadora y redentora.
El Comunismo tiene su principio en la negación de la Verdad y en la posición del Libre Examen, que ha sustituido la teología de Cristo por una seudo filosofía de la libertad y del Progreso indefinidos.
Todo anticomunismo que se apoye en la democracia, en la libertad, en el capitalismo o en un nacionalismo panteísta, está condenado irremisiblemente a servir a la expansión del Poder Comunista.
El lector dirá si en estas páginas se logra demostrar que la única solución es la restauración de todas las cosas humanas en la Verdad y en la Realeza de Nuestro Señor Jesucristo.
Agradezco a mi eminente amigo, el Sr. Nicolás Sachnowsky, gran señor ruso ortodoxo e imperial, la valiosa colaboración que me ha prestado con su estudio agregado como apéndice. Mi cátedra privada de filosofía ofrece este libro como un nuevo testimonio de sus modestos empeños de la Verdad y de la Patria.
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JORDAN BRUNO GENTA
Buenos Aires 1º de Mayo de 1960
CAPITULO UNO
¡QUE ES EL COMUNISMO!

El Comunismo es una empresa satánica contra Dios y contra la naturaleza creada y redimida por el Verbo de Dios. Su objetivo concreto y final es la destrucción de la Civilización Cristiana; su verdadero móvil, un incurable resentimiento nihilista.
Se equivocan gravemente quienes pretenden interpretar al Comunismo como un fenómeno asiático. La verdad es que no procede del Oriente, sino del seno mismo de la Cristiandad Occidental y por obra de cristianos renegados, al menos sus primeros ensayos históricos. El actual predominio judío en la dirección comunista y en la explotación financiera, se explica por
el proceso de descristianización de las naciones occidentales, bajo la influencia desintegradora del Libre Examen.
Para los cristianos reformadores que se rebelaron contra la autoridad de Roma y su Cátedra de la Unidad, cayendo en la anarquía y en la separación, vale la tremenda imputación de San Juan a los Judíos:
"Estaba en el mundo y el mundo fue hecho por EL, pero el mundo no le conoció. Vino a los suyos y los suyos no le recibieron".
Después de mil quinientos años de acción redentora y civilizadora de la Iglesia de Cristo, hubo cristianos que la desconocieron, rechazaron e intentaron destruirla. Las gentes y las naciones apartadas del Divino Reformador, comenzaron a seguir a los reformadores improvisados que brotaban como hongos de todas las clases sociales, particularmente de las menos distinguidas y cultivadas; otros tantos "Cristos" demasiados humanos, nivelados en la vulgaridad que osaron confundirse con el único Cristo, verdadero Dios y Hombre verdadero.
Consumada la máxima subversión, confundida la Palabra de Dios con la de un hombre cualquiera que se cree iluminado de lo alto, todas las otras subversiones y confusiones que están comprendidas en la primera, se van a seguir inexorablemente. Sí todo el mundo es, en principio, sacerdote y lleva el Evangelio en su corazón, también puede sentirse rey, sabio, artista, general, magistrado, educador, empresario, etc.
¿No es, acaso, el Comunismo esta suma de subversión y confusión, de negación y perversión?
¿No consiste la comunidad de los bienes espirituales y materiales en esta completa igualdad?
Quiere decir que el Libre examen es el principio del Comunismo.
Pueden los luteranos y otras yerbas del protestantismo hacer declaraciones anticomunistas, tal como las hiciera el propio Lutero contra el Comunismo anabaptista de su época; pero esa oposición por extrema que sea, no cambia en lo más mínimo, la verdad de que el Libre Examen conduce necesariamente al Comunismo, porque es el principio de la Revolución permanente contra toda distinción y jerarquía.
En vano se querrá detener el curso de las variaciones del protestantismo, del idealismo filosófico, de los proyectos de constitución civil o de las reformas sociales.
En vano pretenderá Descartes frenar a sus discípulos de la duda metódica —fórmula técnica del libre examen—, previniéndoles que "no aprobaría de ningún modo a esos espíritus turbulentos e inquietos que no siendo llamados ni por nacimiento ni por fortuna al manejo de los negocios públicos, no dejan jamás de maquinar alguna nueva reforma; y si yo imaginara que en este escrito hay algo que me hiciera sospechoso de esta locura, lamentaría mucho que fuese publicado. Jamás mi designio ha ido más allá de la reforma de mis propios pensamientos".
Ocurre que Lutero es precursor tanto de Tomás de Münzer, ideólogo del Comunismo anabaptista, como de Renato Descartes, padre de todas las formas del idealismo moderno, incluso del materialismo mecanicista de Russoe y del materialismo histórico de Marx.
Aunque el criterio escolar contrapone el materialismo al idealismo, la verdad es que el primero en cualquiera de sus formas, no es más que una construcción mental sin fundamento en la esencia de las cosas; o mejor, basada en una subversión del orden esencial que sólo puede ser fingida idealmente, construida dialécticamente por un pensamiento dividido del ser.
El gran humanista español, Juan Luis Vives, testigo y comentador de la Revolución comunista anabaptista de la Baja Alemania, nos
ha dejado un esquema, del proceso dialéctico que desde el Libre Examen aplicado a la Verdad de Fe, lleva hasta la comunidad de los bienes materiales; un esquema objetivamente válido para todos sus ensayos históricos, incluso para explicar la revolución comunista mundial de nuestros días:
"En otro tiempo, en Alemania, las cosas de piedad estaban de tal suerte constituidas que se mantenían firmes y estables ... Mas alguien advino que se atrevió a discutir algunas, al principio moderada y medrosamente, muy luego sin rebozo... para negarlas, suprimirlas o rechazarlas, mostrando tanta seguridad como si el objetante hubiese bajado del cielo conociendo los secretos designios de Dios, o se tratase de coser un zapato o un vestido...
De las discrepancias de opiniones surgió la discordia de la vida... y entonces, a los que habían suscitado la guerra en el fementido nombre de libertad e injustísima igualdad de los inferiores con los superiores, sucedieron los que decretaron, pidieron y exigieron no ya aquella igualdad, sino la comunidad de todos los bienes".
Con esta síntesis luminosa, inicia Vives su opúsculo acerca "De la Comunidad de los Bienes", escrito en latín, el año 1535, en la ciudad de Brujas donde residía. La revolución comunista acababa de ser aplastada a sangre y fuego en Münster (Westfalia) ; ciudad que durante más de un año había soportado un régimen pavoroso de terror, despojo y exterminio, bajo la tiranía de los amigos del pueblo, el panadero Juan Matthys y el sastre Juan de Leyden, precursores de Hébert y Saint Just, de Lenín y Trotsky, de Stalin y Khrushchev, de Calles y Obregón, de Azaña y de Negrín.
El esquema de Vives describe las etapas de un proceso ideológico y político que se ha venido repitiendo en diversos escenarios históricos con diversa amplitud y duración; pero que se inicia invariablemente con la Crítica de la Religión, sigue con la Crítica de las jerarquías intelectuales, políticas y sociales, para finalizar con la Crítica de la, propiedad privada y la pretendida implantación de
la Comunidad de los bienes. Si conquista el Poder en alguna nación, su política exclusiva es el terror, la expropiación y el exterminio de todos los que son alguien o tienen algo. No puede proceder de otro modo mientras obedece a la dialéctica comunista, esto es, a la violencia infinita contra la naturaleza de las cosas y su orden de distinciones y jerarquías.
La Encíclica "Qui Pluribus" de Pío IX, denunciaba hace más de un siglo, al Comunismo como una "nefanda doctrina" ... tan contraria al derecho natural, la cual una vez admitida llevaría a la radical subversión de los derechos, bienes y propiedades de todos y aún de la misma sociedad humana". Pío XI, en su definitiva Encíclica sobre el Comunismo ateo del año 1937, no solo repite la condena de su ilustre predecesor sino que lo declara "intrínsecamente perverso".
No contradice en absoluto la verdad de esta imputación de empresa anti divina y antinatural, la existencia de la poderosa Unión Soviética que dura y crece sin interrupción desde hace más de cuarenta años. Aparte de que el éxito no es criterio de verdad en el mundo histórico y de la notoria eficacia del mal en los acontecimientos humanos, debe advertirse que los dirigentes soviéticos —Lenín, Stalin, Khrushchev— se han preocupado menos por ser fieles a la línea estricta del nihilismo comunista que por la consolidación del Estado o Dictadura del Proletariado.
La Historia Universal documenta la influencia decisiva del Poder político en la propagación de la verdadera Fe o de las falsas creencias: la conversión de Constantino hizo cristiano al Imperio Romano; los príncipes alemanes que abrazaron la Reforma, afianzaron el protestantismo en sus súbditos; el triunfo político de la Revolución Francesa ha contaminado de laicismo masónico a todas las naciones católicas.
No podía escapar a los Jefes bolcheviques la importancia decisiva para la Revolución Comunista, de disponer de un centro político de irradiación y dirección del Movimiento en el mundo entero. De ahí que se dedicaran a consolidar y potenciar el Poder Soviético, haciendo de Moscú la capital del proletariado universal y la Jerusalén del nuevo Mesías, de quien ya habla Vives en el opúsculo citado: "Alcanza de Dios una nueva naturaleza y, entonces, podrás conseguir esa comunidad de bienes que te has fingido en la mente, y ese Mesías que estás esperando: abominable impiedad de que no hablaré por ahora"
Bajo la sugestión del Gran Tentador, los Jefes del Comunismo remedan los caminos de Dios en su preparación providencial del Imperio Romano para recibir a la Iglesia de Cristo; ellos preparan la nueva Ciudad imperialista que va a recibir y a coronar al Anticristo.
Se comprende que hayan tenido que hacer ciertas concesiones a la naturaleza, a sus límites y exigencias jerárquicas para tener Fuerzas Armadas realmente poderosas, familias sanas y prolíficas, equipos idóneos de técnicos, empresarios e investigadores, rendimientos elevados, administración eficiente del Estado, etc., etc. Y desde la última guerra mundial no han vacilado en restablecer la Iglesia Ortodoxa 1 y la Idea de Patria con ciertas tradiciones monumentales de la Historia Rusa; claro está, todo regulado e instrumentado por el Poder político en vista del Imperio Mundial.
La acción comunista rigurosa se emplea en el exterior para ablandar, arruinar y desintegrar a las futuras víctimas; esto aparte de los millones de esclavos nivelados en la miseria y en los trabajos forzados en el inmenso espacio de la U.R.S.S. y de sus aliados.
Pero ese formidable Poder Soviético que está devorando las naciones con la misma facilidad que los espacios siderales, se ha levantado en el desprecio de la Palabra de Dios y de las palabras
esenciales. Es un Estado sin religión ni metafísica, prodigio de la técnica científica que usan los émulos modernos de Simón el Mago para desafiar al pobre Cristo.
Cuando se derrumbe esa mole colosal no quedarán nada más que miserables despojos; ni una sola palabra de esas que serán siempre recordadas; ni una sola obra ejemplar y señera que despierte la admiración y merezca ser imitada por las generaciones futuras; esto es, nada que sea universal, eterno, clásico, definitivo en el valor, como nos ha dejado la vieja Rusia Imperial.
No entiende absolutamente nada de Comunismo, el que no ve que la cuestión fundamental no reside en la economía, ni en la organización social, ni en la política, ni en la filosofía, sino en. la religión; más precisamente, en la negación de Cristo y de la Iglesia que -prolonga la Encarnación en el tiempo.
Tan sólo el enfoque teológico, cristológico, ilumina el trasfondo satánico del movimiento comunista y nos da la clave de su expansión arrolladora en las -almas y en las naciones cristianas, o mejor, descristianizadas por el libre examen.
'" Aquí es oportuno aclarar que las potencias capitalistas y financieras no se oponen realmente, ni se han opuesto jamás al Comunismo. Por el contrario, sin su apoyo y complicidad no habría triunfado la Revolución Rusa ni la Unión Soviética sería hoy una potencia mundial; ni tampoco se propagaría impunemente en las naciones del mundo todavía libre. Es que el Judaísmo, la Masonería y el Comunismo son tres manifestaciones ideológicas de la misma negación y del mismo odio al Divino Redentor, es decir, el nihilismo radical inspirado por Satanás.
Esto nos permite comprender la coincidencia final y la colaboración obligada de la Plutocracia con el Comunismo, de la Banca con el Soviet: niegan, odian y tienden a lo mismo; luego son lo mismo.
Nos recuerda San Agustín que "el alma enamorada de su poder, olvida el bien universal y se desliza hacia el interés privado, aspirando a ser lo más, decrece; por eso se dice que la avaricia es la raíz de todos los males". La 'avaricia es, justamente, la raíz de la Plutocracia y del Comunismo, los dos grandes males de la sociedad contemporánea.
El libre examen es avaricia intelectual, subjetivismo de la Verdad teológica, metafísica y moral, suficiencia del propio juicio con desprecio de toda autoridad. En lugar de la ironía socrática que lleva a la conciencia de la propia ignorancia o de la humildad como principio de Sabiduría, el derecho a la duda universal, de juzgar toda palabra divina y humana; el derecho de reservarse exclusivamente para sí, de aceptar o rechazar toda autoridad exterior.
Lo que no ha sido examinado y aprobado por el único y su yo, no es verdadero, ni bueno ni bello ni justo, comenzando por el Bautismo de los párvulos; para que sea válido es preciso, que lo apruebe el interesado y se lo haga administrar voluntariamente, tal como hacían los anabaptistas que protagonizaron la primera revolución comunista del Occidente Cristiano.
Extrema avaricia y la más culpable ésta de la inteligencia cuyo bien es la Verdad que está en el alma que la atesora pero sobre ella; "en ti sobre ti", como enseña San Agustín.
Si es paradójica la expresión, no hay otro modo más adecuado de significar la trascendencia de la Verdad en el alma que la posee: posesión íntima, cabal, personalísima del bien universal e indivisible,, el más comunicativo y participable de todos los bienes.
El alma que está en la Verdad no es "una mónada sin ventanas hacia afuera", encerrada en si misma y aislada; por el contrario, está abierta y en comunicación con Dios y con las otras almas. Es el alma en estado docente; sabe escuchar y puede dialogar.
La Verdad es una, indivisible, inmutable; idéntica a través de la diversidad de las lenguas, razas, nacionalidades, épocas, idiosincracias y otras peculiaridades. La Verdad es docente de suyo; por eso Cristo, la Verdad de Dios, es el Maestro. Y sus discípulos para enseñar a las gentes tenían necesidad de que el Maestro instituyera una Cátedra que continuara la unidad y la integridad de su magisterio divino. Esa Cátedra de definición es la roca sobre la que está edificada su Iglesia.
¿Cómo hubiera podido permanecer intacta la Verdad de Dios sin la Cátedra de Pedro en medio de ]as necesidades y miserias, de las tentaciones y perversiones humanas?
¿Cómo hubiera podido permanecer una e inmóvil a través de la multitud de los criterios individuales y de las mudables edades y circunstancias?
¿Cómo hubiera podido llegar esa misma Palabra hasta Lutero, mil quinientos años después de haber sido enseñada por Dios hecho hombre?
Pero el fraile triste, arrebatado por Satanás, se instituyó a sí mismo en la Cátedra de Dios y creyó que su juicio era más, mucho más que el de los Papas y Obispos, que el de los teólogos y filósofos. Ni la Cátedra romana, ni los Concilios ecuménicos, ni los Padres y Doctores de la Iglesia, "ni las ridículas reglas de los lógicos", ni las "fantasías de los filósofos, ni el viejo Aristóteles", tienen la autoridad de su sentimiento interior y de su propia, experiencia para establecer la validez de un testimonio, de una afirmación o de una sentencia. "Ni el Papa, ni un Obispo, ni hombre alguno, declara Lutero, tienen el derecho de imponer una sola sílaba al cristiano sin su consentimiento". Y con respecto a la Palabra misma de Dios, concluye: "puesto que todos somos sacerdotes no se nos puede negar la facultad de discutir y juzgar lo justo y lo infinito según la Fe".
Así es como la Palabra que es "Camino, Verdad y Vida", se arroja a los perros para que sea despedazada por el arbitrio, la ignorancia, el resentimiento y la vulgaridad de la jauría de los intelectuales y manuales sueltos.
Le debemos a Lutero la primera Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, esto es, del libre examen aplicado a las cosas de Dios :
"Libertad del individuo y derecho de cada cual a guiarse por la experiencia de su propio espíritu".
"... Si has recibido la Palabra por la Fe, considera cumplidos todos los preceptos y considérate a ti mismo libre en todo"..
"... Todos los sacramentos quedan entregados a tu libertad personal".
Estas fórmulas entre las innumerables que se pueden citar bastan para identificar al hombre emancipado de toda autoridad espiritual que se complace en su verdad; el único que cree tener el Evangelio de Dios encerrado en su corazón y que se llama a si mismo, "Evangelista por la Gracia de Dios" (Lutero).
En lugar del Papa legítimo, sucesor de Pedro, se auto-proclaman el papa Lutero, el papa Münzer, el papa Zwinglio, el Papa Calvino y tantos otros papas cuantos se sienten inspirados y llamados de lo alto.
El libre examen es, pues, el origen de esta horrenda confusión de Cristo y de la autoridad delegada por El, con cada uno de los innumerables "cristianismos" particulares, sus evangelistas, apóstoles y papas, improvisados en el delirio del fin del mundo y del principio del milenio a cargo de cualquiera de los falsos cristos. Esto nos explica el febril empeño de los comunistas anabaptistas alemanes, durante el proceso de su revolución social entre 1524 y 1535, por apresurar el cataclismo escatológico del milenio; empeño
análogo al de los bolcheviques de hoy, dedicados a acelerar la inevitable catástrofe social que se continuará con el paraíso comunista.
La subversión de lo divino y sobrenatural promovida por la dialéctica del libre examen, tenía que continuarse necesariamente con el arrasamiento de todas las distinciones y jerarquías naturales en lo político y social, tal como nos ilustra el sutil ingenio de Vives:
"¿Qué diré de la dignidad, del honor, del Imperio? Suprime hoy los senadores, los cónsules, el príncipe y mañana existirán por cada doce senadores suprimidos, doce mil; por cada dos cónsules, dos mil; y mil príncipes por el que suprimieras".
Y por esta pendiente se llega finalmente a la negación de la propiedad privada, la distinción y jerarquía externas de la persona y sostén de la libertad familiar.
Sobre las ruinas acumuladas por la Revolución Comunista, "cuando todos hayan adquirido las cualidades colectivas, en aquella condición utópica de una sociedad sin ninguna diferencia de clases, el Estado político que ahora se concibe sólo como instrumento de dominación capitalista sobre el proletariado, perderá toda su razón de ser y se disolverá" (Pío XI) ; tendrá lugar entonces el salto a la libertad, previsto por Engels y al Estado administrador de hombres habrá sucedido un Estado administrador de cosas.
Claro está que para esa nueva época de una humanidad que no tiene necesidad de Cristo porque va a disfrutar de una felicidad real aquí abajo, el Libre Examen ha venido preparando un hombre nuevo en los últimos cuatro siglos.
Es todavía Vives quien nos habla en su inapreciable opúsculo, de este hombre nuevo que reclama la comunidad de todos los bienes: "Crea, pues, hombres nuevos y entonces esa República de Platón, no solamente zaherida por los filósofos sino rechazada por la naturaleza misma de las cosas, podría tener existencia. Porque con los hombres tales como son y con las pasiones que les mueven, en vez de la comunidad se obtendrán- odios, discusiones, pendencias, contiendas y guerras, ya que nuestra naturaleza repudia la comunidad de bienes, la re huye, la repele".
En lugar del hombre viejo renovado por la sangre de Jesucristo y por la gracia santificante, el hombre del pecado enamorado de su libertad y de su poder, que se finge en estado de salud perpetua (Bondad Natural), con un buen sentido ilimitado y una libertad enteramente dueña de sus actos, capaz de osarlo todo.
Lutero es también el precursor del hombre nuevo, con su famosa tesis de la justificación por la sola Fe, sin las obras; de que el hombre no es libre para el bien y la razón no alcanza verdaderamente lo espiritual ("La Libertad del Cristiano").
Aparentemente hace radicar la salvación en el mérito exclusivo de Cristo; pero, en verdad, divide la ciencia y la vida temporales de la Fe y de la Iglesia de Cristo. Si ya estamos justificados o condenados y nada significan nuestras obras para la salvación o perdición en la eternidad, esta, vida de aquí abajo nada tiene que ver con la, vida de allá arriba. El único punto de incidencia es la experiencia íntima de la Fe que para lo único que sirve es para la piedra libre del pecado: "Sé pecador, un verdadero pecador y peca de firme, pero cree más firmemente todavía".
Esta vida no es un lugar de prueba, sino que la voluntad humana es como una cabalgadura que puede estar montada por uno de dos jinetes. Si va Dios en la silla, el hombre quiere y dispone según Dios. Si va el diablo, el hombre quiere y marcha como al diablo se le antoja. No está en sí mismo optar por uno u otro y ofrecerse a él. Ambos jinetes luchan entre si hasta que uno de ellos prevalece sobre el caballo. "Si alguno me ofreciese la libertad de la voluntad yo la rechazaría".
Aparentemente este maniqueísmo desembozado se presenta como una justificación del "no poder hacer otra cosa" que seguir al principio bueno o malo que nos lleva por donde quiere; pero, en rigor, es la piedra libre del pecado que decíamos: del vive como quieras o como puedas.
De aquí a la negación del pecado no hay más que un paso; y otro más para convertir la negativa en afirmativa y proclamar la Bondad Natural del hombre.
El judío Baruch Spinoza, un siglo después de Lutero, desarrolló en su "Tratado Teológico-Político", la ética del hombre nuevo que hace del egoísmo la ley natural, la manifestación espontánea de su naturaleza divina, es decir, necesariamente buena.
"El Poder de la naturaleza es, en efecto, el poder mismo de Dios que ejerce un derecho soberano sobre todas las cosas.
El derecho de cada uno se extiende hasta donde alcanza su poder. Y como es una ley general de la Naturaleza que cada uno se esfuerce por mantenerse en su estado, sin tener en cuenta más que a sí mismo, es decir, su propia conservación.. . .. . Así, cualquiera que esté obligado a vivir bajo el único imperio de la naturaleza tiene el derecho de realizar lo que juzga útil... de apropiarse por todos los medios, sea por fuerza, sea por astucia, sea por súplicas, o por todos los demás que juzgue oportunos, lo necesario para la satisfacción de sus deseos; y a tener por enemigo a aquél que se lo estorbe" (Capítulo XVI).
Como se advierte a primera vista, se está lejos aquí de condenar al egoísmo, expresión pura de la avaricia. Por el contrario, esta inclinación viciosa se propone como ley de la naturaleza individual, como la tendencia misma de su ser cuya satisfacción es la felicidad.
En el siglo XVIII, llamado de las Luces, se completa la imagen del hombre nuevo, enteramente prefabricado; sus rasgos fundamentales son cuatro: 1º) suficiencia del juicio individual, conforme a la tesis cartesiana de que "el buen sentido es la cosa mejor repartida del mundo"; 2°) la bondad natural que cubre la cínica deificación spinoziana del egoísmo, fingiendo que "siempre son rectos los primeros movimientos de la naturaleza" (Russó) ; 39) la igualdad completa de todos los hombres que "por ley natural, son tan iguales como los animales de cada especie" (Russó) ; 49) el progreso indefinido, sin fin, de la humanidad.
He aquí la ficción del hombre nuevo que es el supuesto de todas las ciencias de la conducta que se vienen construyendo desde entonces: ética, psicología, política, ciencias sociales y jurídicas, pedagogía, economía e historia contemporáneas.
Son ciencias de la realidad humana que desconocen el Pecado Original y sus consecuencias penales, así como la Divina Redención y la acción de la Gracia. Todas ellas planteadas sobre una falsa conciencia de si mismo, que explica también la falta de autenticidad en casi toda la literatura y manifestaciones artísticas de nuestro tiempo. Dostoievski y Nietzsche han sido los que más lúcida e implacablemente han denunciado esa gran falsificación de la ciencia y de la vida, consumada en los dos últimos siglos.
En la perspectiva de la nueva ciencia del hombre nuevo, la historia de las sociedades "no descubre otra cosa que la violencia de los poderosos y la opresión de los débiles" (Rousseau) ; o "la historia de cualquier sociedad hasta nuestros días es la historia de la lucha de clases. . . opresores y oprimidos en oposición constante" (Marx y Engels).
El pasado del hombre viejo es una historia de violencia e iniquidad que corrompió su estado original, —"nace bueno y la sociedad lo corrompe"—; ahora recuperado en el hombre nuevo que despierta a la conciencia de la inhumanidad del antiguo régimen con su división de clases y sus aborrecibles desigualdades. La tarea perentoria del hombre nuevo es la reforma social, arrasando el viejo
régimen hasta sus cimientos y proyectando otro enteramente nuevo, una constitución civil que preserve la igualdad natural e impida la reaparición de las antiguas distinciones y jerarquías.
Russó ha dejado en "El Contrato Social", las bases de esa constitución civil o estructura jurídica de la Democracia abstracta, mecánica y mayoritaria. El "Manifiesto Comunista" de Marx y Engels, publicado en 1848, no es otra cosa que el plan ejecutivo de la Democracia jacobina y así lo declara expresamente:
"El primer paso de la revolución obrera es la constitución del proletariado en clase dominante, la conquista de la democracia".
"El proletariado se valdrá de su dominación política para despojar a la burguesía de todo .capital, para centralizar todos los medios de producción en manos del Estado".
Es obvio que la democracia basada en el sufragio universal o soberanía popular, es el medio de promover la sub-versión legalmente; esto es, lograr que los dirigidos, los subalternos, los inferiores que deben obedecer, pero que son la gran mayoría, gobiernen a los que naturalmente deben mandar y que son ínfima minoría.
El Contrato Social que confiere al Estado un poder absoluto sobre sus miembros, es el camino abierto al proletariado organizado para que llegue a ser democráticamente ( e! soberano. Que se respete en algunos casos, el derecho de las minorías, es una concesión accidental que no hace al fondo del problema.
Claro está que no es nunca la masa proletaria, el titular de la soberanía, sino el equipo de agitadores profesionales que se hace elegir por ella. Así es como los más vulgares y abyectos aduladores de la multitud, usurpan el lugar propio de las legítimas superioridades.
En cuanto al resultado, no existe diferencia alguna entre los agitadores profesionales que llegan por la vía democrática y los que conquistan el poder por la violencia como los protagonistas del Terror Jacobino en la Francia revolucionaria: Hébert, Chaumette, Lebon, Marat, Saint Just, Robespierre, etc, etc. Lo mismo da una República Popular que una Dictadura del Proletariado.
El Comunismo marxista se ha planteado, desde el principio, en el escenario de la Historia Universal; pero su trayectoria dialéctica se ajusta estrictamente al esquema de Vives. Sus maestros y directores principales, Carlos Marx y Federico Engels, se iniciaron con la crítica negativa de la Religión, atacando concreta y directamente a Cristo y a su Iglesia Católica. Sus primeros ensayos ideológicos reproducen y comentan la crítica materialista que el hegeliano de izquierda, Luis Feuerbach, maestro de ambos, expone en su obra "La Esencia del Cristianismo".
En el próximo capítulo, vamos a demorarnos en el examen de los argumentos principales de esa crítica que Marx resume en su breve "Introducción a la Crítica de la Filosofía, del Derecho de Hegel", escrita en 1844; y Engels en su opúsculo: "Luis Feuerbach y el Fin de la Filosofía Clásica Alemana", cuya redacción original es de los años 1845-6. Es oportuno destacar que estas dos exposiciones sumarias, junto con las Tesis sobre Feuerbach de Marx, son lecturas imprescindibles para la inteligencia cabal del Comunismo bolchevique de Marx, Lenín, Stalin y Khrushchov.
Después de la crítica de la Religión Católica, la dialéctica materialista pasa a la negación de toda filosofía del ser y del orden inmutable de las esencias y del fin último: "no hay nada definitivo, absoluto, consagrado; en todo pone de relieve lo que tiene de perecedero y no deja más que el proceso ininterrumpido del devenir y del perecer, una trayectoria en ascenso sin fin, desde lo más bajo a lo más alto, cuyo reflejo en el cerebro pensante es esta misma filosofía".
Se comprende que el propósito exclusivo de esta crítica negativa, es justificar la destrucción de la Civilización Greco-romano- cristiana puesto que "todo lo que existe merece perecer" (Engels).
Es que la dialéctica materialista o materialismo dialéctico no es un método de investigación científica, sino el instrumento ideológico para la expropiación y el exterminio, tal como lo declara el propio Marx: "la comprensión positiva de lo existente incluye la inteligencia de su negación... es necesariamente crítica y revolucionaria".
En este proceso de la negación infinita o del infinito negativo, el Comunismo Marxista después de la Religión y de la Filosofía, emprende la crítica del Derecho que abarca todas las formas del ethos social. Las distinciones y jerarquías naturales, comenzando por la autoridad política, no son más que superestructuras ideológicas dependientes de las condiciones materiales existentes en la sociedad; esto es, reflejo de la estructura económica y de la ley económica del desarrollo histórico-social. Marx expone en "El Capital" con gran aparato científico, su perversa "teoría de la explotación", en base a la apropiación por parte del patrono del exceso de servicios y rendimientos que presta el obrero (plusvalía), más allá de los equivalentes a su sustentación y a la producción de su potencial de trabajo. Esta forma de explotación del hombre por el hombre, inherente al sistema burgués, se concreta en una diferencia y oposición radicales de clases sociales, es decir, opresores capitalistas y proletarios oprimidos. El Estado con sus magistrados, sus Fuerzas Armadas, sus guardianes, sus educadores, no es otra cosa que el instrumento de los privilegiados para asegurar la tranquila explotación de la masa proletaria. Y la Religión es "el opio del pueblo", un instrumento más de opresión.
Paralelamente a la expropiación de los proletarios se inicia la de los capitalistas menores, por la centralización de los capitales.
Cada capitalista liquida a muchos otros. "La centralización de los medios de producción v la socialización del trabajo llegan a un punto en que son incompatibles con la envoltura capitalista. Esta se rompe. Suena la hora postrera de la propiedad capitalista. Los expropiadores son expropiados. . . expropiación de algunos usurpadores por la masa del pueblo".
Y así es como en el extremo desarrollo de las leyes económicas inmanentes a la misma producción capitalista, cuando la miseria, la opresión, la servidumbre, la degradación y la explotación han alcanzado su punto culminante, se opera el tránsito inevitable, más o menos catastrófico, a la sociedad sin Religión, sin Patria, sin clases, sin familia y sin propiedad privada; esto es, la utópica sociedad comunista sin ninguna de las instituciones divinas ni naturales de la Tradición. Y el tránsito hacia el régimen de la comunidad de todos los bienes, se puede hacer, repetimos, tanto por vía democrática como por vía revolucionaria. Lo mismo es una república popular que una dictadura del proletariado.
Esta sumaria exposición de la ideología comunista nos evidencia que a los comunistas no les interesa en absoluto la Verdad porque La Verdad es lo que es; y ellos no aceptan que la Verdad sea lo que es, sino lo que se hace y se es capaz de hacer. No les interesa la identidad esencial sino el hecho consumado, el éxito experimental.
Ya lo expresó claramente Marx en sus "Tesis sobre Feuerbach":
"La cuestión de si el pensamiento humano alcanza la-Verdad objetiva, no es una cuestión teórica sino práctica".
La ideología marxista no es, pues, una teoría científica, ni un método de investigación, ni nada que tenga que ver con el conocimiento y la verdad. Es exclusivamente lo que decía Lenín cuando se preparaba para despojar y asesinar a millones de rusos: "una guía para la acción". Una guía para la acción nihilista; una seudofilosofía, que no interpreta el mundo, sino que pretende
transformarlo, o mejor, arrasar todas las jerarquías espirituales y naturales.
Y este es el fantasma anunciado por el "Manifiesto Comunista" que comenzó a recorrer Europa hace más de un siglo y que hoy se pasea triunfante por el mundo entero.
Las democracias occidentales con su laicismo masónico, sus libertades anárquicas, su exaltación numérica de los inferiores y su vulgaridad irremediable, constituyen la vía ancha que lleva, quieras que no, al Comunismo ateo y bolchevique.
Nietzsche vio con torturante lucidez los tiempos que están llegando:
"Sacrificar a Dios en aras de la Nada; este paradójico misterio de una crueldad, fue reservado para la generación que viene y todos nosotros estamos en el secreto".
He aquí la respuesta a la pregunta que encabeza este primer capítulo, cuyo largo análisis ha tenido por objeto demostrar que el Comunismo es el sacrificio de Dios en aras de la Nada; o lo que es igual, nihilismo satánico.
A modo de síntesis y como confirmación, la más autorizada, de la interpretación objetiva de las ideas y de los acontecimientos expuestos, se transcribe un notable pasaje de la Encíclica "Diuturnum Illud", de León XIII:
"Las consecuencias de la llamada Reforma comprueban este hecho. Sus jefes y colaboradores socavaron con las piquetas de las nuevas doctrinas, los cimientos de la sociedad civil y de la sociedad eclesiástica y provocaron repentinos alborotos y osadas rebeliones, principalmente en Alemania. Y esto con una fiebre tan grande de guerra civil y de muerte que casi no quedó territorio alguno libre de la crueldad de las turbas. De aquella herejía nacieron en el siglo pasado una filosofía falsa y el derecho nuevo,
la soberanía popular y una descontrolada licencia que muchos consideran como la única libertad. De aquí se ha llegado a esos errores recientes que se Comunismo, socialismo y nihilismo, peste vergonzosa y amenaza de muerte para la sociedad civil." (Año 1881 )
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LIBRE EXAMEN Y COMUNISMO CAPÍTULO II

SIGNIFICADO DEL COMUNISMO MARXISTA Y DE LA REVOLUCIÓN RUSA EN LA HISTORIA UNIVERSAL 

El Comunismo Marxista inicia su acción revolucionaria en Occidente, con el "Manifiesto Comunista", redactado y publicado por Carlos Marx y Federico Engels, el año 1848. Su ideología inspira la Revolución Bolchevique de Lenín que triunfa en Rusia a fines del año 1917 (Revolución de Octubre). Y es en el año 1960, la más poderosa y la más eficaz de las armas que emplea Khrushchov para demoler desde su propio interior y con la insensata colaboración de sus propias víctimas, a cada una de las naciones cristianas.
El Comunismo Marxista no es meramente la comunidad de los bienes; no se reduce a un programa de socialización de la propiedad y de los medios de producción, conforme a una 'supuesta ley de desarrollo de la economía capitalista. Esto no es siquiera lo primero y principal en la ideología marxista que en un siglo de difusión ha conseguido contaminarlo todo en las almas y en las instituciones. Y si se quiere poner remedio a esta enfermedad universal antes de que sea demasiado tarde, será menester previamente asumir conciencia de que:
1º: El comunismo marxista, (bolchevismo) no es una amenaza, sino que nos está dominando ya.
2°: La Rusia de Krushchov es el único Estado donde el comunismo marxista ya no rige.
No es una paradoja, sino una verdad manifiesta como se verá a continuación
El Comunismo Marxista o Bolchevismo como todo comunismo es la idea de una negación, de una crítica, de una revolución; pero no se trata de una negación relativa o algo que no es como debiera ser, ni una crítica para enmendar errores, ni una revolución para volver a su forma lo que se ha deformado. Es la negación absoluta del orden existente desde su raíz, la crítica nihilista de la Religión y del Estado, la revolución contra el cristianismo y contra la patria.
Finalmente y como lógica consecuencia de las negaciones anteriores, es también la negación de la propiedad privada y el planteo "científico" de una socialización, futura de la riqueza, en la forma de un desenlace necesario de la economía, capitalista.
Y para la realización de esta negación, para impulsar esta Revolución, la fuerza pasional es el odio rencoroso, o mejor, el resentimiento, esa rabia que, contenida, devora la propia alma, y desatada, furiosamente, destruye todo lo que tiene forma y está arriba. Y ese proceso de negación y de destrucción se configura según el esquema trazado por Vives. Teníamos, pues, que el Comunismo Marxista consiste en: 1º. La crítica de la Religión Católica. 2º La crítica del Estado. 3º La crítica de la Propiedad privada.
Crítica de la Religión; En su breve ensayo "Para una crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel", publicado en París en 1844, Marx hace suya la crítica materialista de la Religión. Sobre la base de que el hombre es lo más alto para el hombre y de que "en la fantástica realidad del cielo" no encuentra más que "un reflejo de sí
mismo", concluye que: "El hombre hace la religión y no ya la religión hace al hombre".
Y el hombre se fabrica en la religión una realización fantástica de sí mismo, cuando está privado de una verdadera, realidad humana.
"La miseria religiosa es a un tiempo la expresión de la miseria real y la protesta contra ella. La religión es el sollozo de la criatura oprimida, es el significado real de un mundo sin corazón, así como es el espíritu de una época privada de espíritu. Es el opio del pueblo.
La eliminación de la religión como ilusoria felicidad del pueblo, es la condición para su felicidad real. El estímulo para disipar las ilusiones de la propia condición, es el impulso para eliminar un estado que tiene necesidad de las ilusiones. La crítica de la religión desengaña al hombre, el cual piensa, obra, compone su ser real como hombre despojado de ilusiones, que ha abierto los ojos de la mente; que se mueve en torno de sí mismo y así en torno de su ser real. La religión es meramente el sol ilusorio que gira alrededor del hombre hasta que éste gire en torno de sí mismo".
Marx, niega, pues, el carácter sobrenatural de la Religión, resolviéndola en una ilusión de felicidad que el hombre se promete para un supuesto más allá después de la muerte, mientras no es capaz de una felicidad real aquí abajo. El reino de Dios no es de este Mundo y la promesa de su Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, es esa felicidad ilusoria del más allá que desenmascara la crítica de la Religión, según el Comunismo ateo y materialista de Carlos Marx.
Pero ha llegado el tiempo en que el hombre ya no tiene necesidad de ilusiones para vivir y va al encuentro de su felicidad real en un paraíso terrestre que nos anuncia Marx, el profeta de la nueva religión de la humanidad; y que edificará con sus propias manos, el nuevo Mesías: el proletariado. El Dr. Rodolfo Mondolfo, erudito profesor italiano y autorizado apologista del Marxismo, contratado
por la Universidad Oficial, nos ilustra sobre la acción redentora del nuevo Mesías: "Para Marx y para Engels, existe toda una clase, la que por su condición histórica de inhumanidad, está impulsada dialécticamente a la afirmación de la humanidad; y es el proletariado, en tanto —bien entendido— haya alcanzado su conciencia de clase. ..
El paso de la negación presente de la humanidad a la futura negación de la negación, no puede operarse de otro modo que con la lucha; el primer postulado del humanismo reside, pues, en el odio a la burguesía (encarnación de la opresión inhumana); su afirmación histórica está en la revolución".
Y para mayor precisión, Mondolfo agrega todavía: "El humanismo realista que encarna la clase proletaria, asume la superación de la auto enajenación religiosa y de los prejuicios de la nacionalidad, para alcanzar las condiciones de vida humana que niega la realidad actual a la clase trabajadora y la reivindicación de la Humanidad".
Quiere decir que el proletariado consciente, unido y solidario del mundo entero, sin Dios y sin Patria, va a redimir a la humanidad de la servidumbre y del dolor, por medio de la crítica del Estado y de la crítica de la propiedad privada, puesto que "cuando el proletariado anuncia la disolución de todo el orden hasta ahora existente, expresa sólo el secreto de su ser, puesto que él es la práctica disolución de ese orden de cosas".
Examinemos los supuestos ideológicos de esas críticas marxistas:
Se supone que todo está sujeto al cambio, a un perpetuo devenir.
No hay eternidad, nada que sea eterno en el cielo ni en la tierra. No hay Dios ni hay esencias en los seres existentes; esto" es, no hay formas ni tipos fijos, nada que sea definido e inmutable.
Si todo está sumergido en el torrente del devenir universal, entonces, no hay ser, ni unidad, ni verdad, ni bondad absolutos. Y
todo tiene que ser visto y estimado en una perspectiva de sucesivos desplazamientos, de llegar a ser para dejar de ser, de la caducidad irremediable del existir, de la contradicción y de la revolución infinitas.
Por esto es que el marxista Lenín insiste en que "todos los límites en la naturaleza y en la Sociedad, son variables y hasta cierto punto convencionales".
De ahí que el mismo Lenín, siguiendo fielmente a su maestro, subraya de inmediato que: "Nuestra teoría no es un dogma sino una guía para la acción".
Más bien, debiera decir que es una guía para \a revolución, ,para acelerar el derrumbe y la liquidación de todo el orden existente.
Desde que para el Comunismo no hay eternidad, tampoco hay nada que sea eterno en la idea del Estado. Stalin, resumiendo el pensamiento de Marx, Engels y Lenín al respecto, nos dice que: "El Estado surgió sobre la base de la división de la sociedad en clases hostiles, surgió para mantener sujeta a la mayoría explotada, en interés de la minoría explotadora. Los instrumentos del Poder del Estado se concentraban principalmente, en el Ejército, en los órganos de sanción, en el servicio de espionaje, en las cárceles".
Quiere decir que para el Comunismo Marxista, el Estado no es la sociedad perfecta donde el hombre alcanza normalmente ' la suficiencia de la vida; no es el lugar natural del hombre; una exigencia de su naturaleza racional y libre, no es la Patria en forma, donde el bien propio del individuo es indivisible del bien común, tal como se concibe clásica y tradicionalmente en Occidente.
Para la crítica nihilista del Marxismo, esta idea clásica del Estado no es más que pura ideología, reflejo de los intereses de la clase dominante y explotadora.
No se ve ni se estima lo mismo desde arriba, desde el privilegio y las prerrogativas de la dirección, de la fortuna, de la vida segura y confortable; que desde abajo, desde las privaciones e incertidumbres de los que tienen que trabajar y obedecer.
Todo esto es demasiado sencillo, demasiado fácil y muy adecuado a la sensibilidad viciada de la época; pero todo esto no es más que una ficción retórica y una repugnante adulación. El Comunismo Marxista no define al Estado, no dice lo que es; para lo cual ha descartado lo que es y ha supuesto que no hay esencias. Tan sólo pretende seducir a los pobres, a los humildes, a los subordinados en todas las actividades sociales.
Claro está que hay abusos e injusticias que deben ser reparados; pero la adulación marxista no clama contra esos abusos sino que hace de la injusticia, una conducta obligada,' una necesidad dentro del orden existente. No lucha, en con-secuencia, por una Restauración de ese orden sobre sus fundamentos tradicionales, si se ha corrompido o desquiciado. No, nada de reparaciones ni de restauraciones, lo que el Comunismo quiere es la destrucción del orden existente, radical y absolutamente.
Por esto es que apoyándose en los abusos del Capitalismo y en los vicios del mando, arremete contra todas las jefaturas y jerarquías, contra el Estado mismo presentándolo a los ojos de la multitud, del personal subalterno de todas las empresas y funciones sociales, como una organización del poder para estabilizar en la servidumbre y en la opresión, a la parte más numerosa de la sociedad, la única que trabaja y produce, Id eterna víctima de una minoría privilegiada.
La autoridad política, como toda otra especie de autoridad natural (la del Jefe de familia, la del educador, la del superior jerárquico en la milicia, la del empresario, etc.) rio es una cosa razonable y justa, imprescindible para ordenar a la multitud en la unidad del fin común. La crítica nihilista del Marxismo dirá que esa es la retórica
de la clase privilegiada; pero que desde el punto de vista de los que soportan esa autoridad y su instrumento de coacción— las Fuerzas Armadas— no es más que el producto y la manifestación del carácter inconciliable de las oposiciones de clase (Lenín). Así es que la adulación marxista para concitar el odio y la rabia de la multitud que desempeña tareas subalternas lo mismo en las fábricas que en el cuartel, les repite con la insistencia de la gota que horada la roca: las divisiones y las jerarquías de clases resultan de la explotación del hombre por el hombre, de los más por los menos, de los dirigidos por los que dirigen. Y esos pocos privilegiados que dirigen y disfrutan se valen a su vez, "de una fuerza pública que no coincide con la población espontáneamente organizada como fuerza armada" (Engels); esto es, se valen de Fuerzas Armadas profesionales (militares y policiales) distanciadas del pueblo. Y la adulación marxista para terminar de saturar las almas de odio y de rabia contra^ el Estado y las Fuerzas Armadas, les promete que en la futura sociedad comunista sin clases, no habrá Estado ni jerarquías, ni Fuerzas Armadas, sobre el -pueblo ni contra el pueblo, como ha ocurrido hasta el día de hoy. No habrá más que una administración de bienes materiales, "un Estado administrador de cosas" (Engels).
Hacer que los pobres, los humildes, los manuales, los que obedecen, se sientan miserables, se sientan humillados y ofendidos; hacer que se llenen de resentimiento contra todas las jerarquías espirituales y sociales; enfurecerlos hasta la ceguera y lanzarlos a la destrucción lenta o rápida, directa o indirecta, de todo el orden existente, desde los mismos cimientos, desde la estructura moral del alma hasta la quiebra de La disciplina en el trabajo, en la escuela, en el cuartel.
He aquí la obra corrosiva de esta adulación marxista que se viene realizando en forma pública o subterránea, por medio del Partido Comunista y de los activistas emboscados.
Y todavía los envuelve y los seduce con este canto de sirena:
—Uds. ahora no son nada; no valen ni representan nada en este régimen de iniquidad. Pero las contradicciones que lleva en su entraña, harán que se destruya a sí mismo y sobre sus ruinas se levantará el futuro régimen comunista, donde ustedes serán todo, disfrutarán de todo y lo representarán todo.—
La ideología marxista no es una teoría, tampoco una verdadera política. Es una adulación, una tentación seductora, pero no irresistible, que viene sacando de quicio a los humil-des, a los pebres, a quienes hace olvidar que "nadie es tan pobre, ni tan desheredado que no tenga a cada instante, el medio de hacer bien a otra criatura sin interés, por ella misma, por un puro movimiento de amistad" (Ciaudel). Los saca de su conciencia cristiana que juzga a la riqueza como la más pequeña de todas las grandezas, para hundirlos en una falaz y rencorosa conciencia de clase por la cual se juzgan miserables.
Y esa diabólica tentación los va despojando de todos los bienes que han recibido de Dios, de su Patria, de su familia, de sus amigos; les deja el alma vacía de todas esas cosas preciosas que atesoraba en la conformidad de su pobreza; la humildad, la sobriedad, la paciencia, la disposición para la vida esforzada y por sobre todo, el temor de Dios y el amor de los suyos y de su tierra. Así es como van a ingresar en la legión de los miserables llenos de odio, saturados de resentimiento contra todo lo que existe y tiene mando.
A esta destrucción interior, a esta desmovilización moral de los obreros, de los campesinos, de los soldados y suboficiales, de los hijos y de los jóvenes- estudiantes, los Comunistas la denominan: conciencia de clase.
Repárese una vez más, en que esta conciencia marxista de Clase se edifica sobre la contradicción llevada al extremo para engendrar un odio igualmente extremo.
La maniobra dialéctica del Marxismo consiste en presentar las diferencias de grado como contradicciones, las distinciones de categorías que se integran en la unidad jerarquizada, como oposiciones extremas que se excluyen absolutamente entre sí. En lugar de una escala gradual donde cada peldaño es indispensable en su lugar, dos extremos, uno arriba y otro abajo; y el de abajo, el excluido del banquete de la vida, hartándose de odio y de rabia, niega y quiere destruir al que está arriba.
Un ejemplo es la crítica de la religión: El comunismo Marxista presenta ante los ojos de los simples, la felicidad prometida en la otra vida como una ilusión consoladora a fin de que se resignen en su desgracia efectiva y se mantengan quietos frente a unos pocos privilegiados que gozan del paraíso en la tierra. De ahí que en esa conciencia marxista de clase, "la Religión es el opio del pueblo" y el sacerdote "un vil instrumento del poder".
.. Otro ejemplo es la crítica del Estado: El Comunismo marxista presenta al Estado ante los ojos de los pobres y de los subordinados, como la organización jurídica de la explotación de ellos que son los más, por una minoría de burgueses explotadores; y al Poder Ejecutivo del Estado como "un comité para la dirección de los asuntos de la burguesía" (Manifiesto Comunista). Las Fuerzas Armadas por su parte, no son más que el instrumento del poder, forjado en el divorcio del pueblo y en contra del pueblo para mantenerlo en servidumbre.
De ahí que en esa conciencia marxista de clase, el Estado es la opresión estabilizada del pueblo y las Fuerzas Armadas son los verdugos del pueblo.
Y ahora un tercer ejemplo que no hemos desarrollado antes, la crítica de la propiedad privada. Como en los precedentes, dos términos extremos que se contradicen y excluyen absolutamente: unos pocos que todo lo poseen y muchos, muchísimos que no poseen nada; una minoría de capitalistas que se reduce cada vez más, a medida que se opera la inevitable concentración del capital; y una mayoría de proletarios que se aumenta cada vez más, a medida que se opera la inevitable "miserabilización" de la sociedad.
La dialéctica sofística de Marx empeñada a fondo en "El Capital", presenta a la famosa sentencia socialista de su adversario Prudhon, la propiedad es un robo, como una conclusión "científicamente demostrada".
La llamada acumulación primitiva de los futuros empresarios capitalistas, en la primera fase de desarrollo de la Sociedad moderna, ha sido el fruto de la rapiña, del robo violento.
Las ganancias que obtienen los capitalistas en sus empresas, resultan de la apropiación del excedente de valor —plusvalía— que produce el obrero sobre el salario percibido. Y esta explotación del obrero es una consecuencia necesaria del mecanismo de la estructura económica; de tal modo que mientras subsista la forma de economía capitalista, el obrero será explotado, será despojado, será una víctima, sean cuales fueren los sentimientos y disposiciones éticas de sus patronos.
Quiere decir que los propietarios tienen que desaparecer para que se liberen los proletarios de la condición de explotados. He aquí la contradicción funcionando con los términos extremos que se excluyen absolutamente entre sí.
Y Marx agrega, además, que les propietarios van a desaparecer necesariamente, por la ley misma del desarrollo capitalista: "La centralización de los medios de producción y la socialización del trabajo llegan a un punto en que son incompatibles con la envoltura
capitalista. Esta se rompe. Suena la hora postrera de la propiedad capitalista, los expropiadores son expropiados"
No sólo está, comprendida en la conciencia marxista de clase, la posición del propietario como la de un ladrón que se apropia quieras que no, de lo que pertenece al asalariado como fruto de su trabajo; también incluye la seguridad absoluta de que los expropiadores serán expropiados y que este desenlace se cumplirá tan fatalmente como "un proceso natural".
Así es como se intensifica el odio y se potencia la voluntad de lucha en el alma de aquellos a quienes el Comunismo Marxista, hace que se sientan miserables, que no son nada en la Sociedad actual pero que van a serlo todo en la Sociedad Comunista del futuro. Y esta es su conciencia de clase: con-ciencia ficticia y falaz de que la contradicción es la "ley" de todo lo que tiene apariencia de un orden; y de que los que constituyen la negación, los que están abajo, son las víctimas "irremediables mientras dura ese orden aparente. De ahí su odio y su rabia contra los que están arriba hasta el extremo de querer su aniquilamiento; y por último, su voluntad fanática de llevar a cabo esa destrucción por todos los medios de la astucia y de la violencia revolucionarias.
Negligencia dirigida, derrotismo, sabotaje, agitación y huelgas continuas; sugerencia constante de ganar más y de trabajar menos, de ganar igual en cualquier categoría de trabajo, de estudiar menos y abreviar los caminos para llegar; estímulo del ocio vulgar y vicioso, de la literatura pornográfica y teratológica, de la "ciencia" freudiana; tendencia a suprimir distinciones y distancias en todas las jerarquías, a disminuir el respeto de la autoridad y a relajar toda disciplina; manoseo y vulgarización de las palabras elevadas, de los nombres  "El Capital".
Más ilustres y de todo lo que lleva el sello de la grandeza; cultivo de las supersticiones más groseras y de los ídolos populares más insignificantes, etc.
He aquí algunos de los medios que los cerebros dirigentes del Comunismo inventan, utilizan o estimulan en esa conciencia de clase, para ablandar, debilitar y corromper las almas y las naciones.
A esta altura de la exposición, estamos en condiciones de explicar lo que, al pronto, pudo interpretarse como una afirmación paradójica:
La Rusia de. Krushchov es el único Estado donde el comunismo marxista ya no rige.
Vamos a empezar por la justificación de la dictadura del proletariado o Estado de los que en su conciencia de clase odian al Estado, anticipada por Lenín en su obra "Estado y la Revolución" escrita poco antes de imponer su Revolución Bolchevique en Rusia.
"Ahora bien, en la transición del Capitalismo al Comunismo, la represión es todavía necesaria, pero ya es la represión de una minoría de explotadores por la mayoría de los explotados. Es necesario todavía un aparato especial, una máquina especial para la represión, el Estado; pero este es ya un estado de transición, no es ya un Estado en el sentido estricto de la palabra, pues la represión de una minoría de explotadores por la mayoría de los esclavos asalariados de ayer es algo tan relativamente fácil, sencillo y natural, que costará muchísima menos sangre que la represión de las sublevaciones de los esclavos, de los siervos y de los obreros asalariados; que costará mucho menos a la humanidad. Y este Estado es compatible con la extensión de la democracia a una mayoría tan aplastante de la población, que la necesidad de una máquina especial para la represión comienza a desaparecer; como es natural, los explotadores no pueden reprimir al pueblo, sin
una máquina complicadísima que les permita cumplir este cometido, pero el pueblo puede reprimir a los explotadores con una "máquina" muy sencilla, casi sin "máquina", sin aparato especial, por la simple organización de las masas armadas (como los Soviets de Diputados, Obreros y Soldados, digamos, adelantándonos un poco).
Finalmente, solo el Comunismo suprime en absoluto la necesidad del Estado... Nosotros no somos utopistas y no negamos, en modo alguno, que es posible e inevitable que algunos individuos cometan excesos... Pero, en primer lugar, para esto no hace falta una máquina especial, un aparato especial de represión esto lo hará el mismo pueblo armado, con la misma sencillez y facilidad con que un grupo de personas civilizado, incluso en la sociedad actual, separa a los que se están peleando... Y en segundo lugar sabemos que la causa social más importante de los excesos... es la explotación de las masas, la penuria y la miseria de éstas. Al suprimirse esta causa fundamental, los excesos comenzarán inevitablemente "a extinguirse". No sabemos con qué rapidez y graduación, pero sabemos que se extinguirán. Y, con ellos se extinguirá también el Estado.
La amplitud de esta cita obedece a la oportunidad que le brinda al lector atento confrontar ese estado de transición sin máquina especial de represión y con tendencia a extinguirse inevitablemente que -anuncia Lenín como la dictadura del proletariado a implantarse en Rusia, con lo que ,ha venido siendo y ha llegado a ser el Estado surgido de la revolución rusa, la U.R.S.S. de Lenín, Stalin y Krushchov.
Resulta que ese Estado de transición fue desde el primer día, bajo la mano férrea de Lenín, un Estado absoluto, absorbente, imperialista que desde el centro moscovita, se fue imponiendo sobre las nacionalidades periféricas que integraban el Imperio de los Zares, a través de una guerra sangrienta y despiadada contra
los Rusos Blancos y los Ejércitos de las Potencias interventoras. El lema bolchevique de Lenín era entonces: "que el 90 % del pueblo ruso perezca para que el 10 % viva hasta presenciar la Revolución Mundial".
En el año 1918, el mismo Lenín en su trabajo sobre "las tareas inmediatas del Poder Soviético", fijaba las siguientes consignas de lucha:
"Todo para el frente", tales son las tareas de la retaguardia; desde el momento que la guerra ha resultado inevitable todo para la guerra, y la menor negligencia y falta de energía deben ser castigados según las leyes del tiempo de guerra".
Y lo más significativo y lo más aleccionador para nosotros occidentales, es que el Estado Soviético, ha desarrollado exclusivamente una, política de guerra, desde que se constituyó, a la vez que por medio de las Internacionales Comunistas ha venido fomentando el pacifismo y la lucha contra los Estados fuertes; y la militarización de la vida —una política de guerra total— esto es, una política basada en el peligro permanente de sedición interna y de agresión externa.
El Estado en la máxima tensión de su ser y en la exigencia máxima de todas las energías, del individuo en todas las actividades sociales: en el Trabajo, en la Escuela, en el Cuartel.
En la Unión Soviética, a esa exigencia de rendimiento máximo en la actividad que cada individuo desarrolla, se la denomina: Stajanovismo.
Lenín, en el pasaje que hemos reproducido, nos anticipa en el futuro Estado de transición, apenas unos milicianos armados para reprimir excesos; pero la verdad es que tanto Lenín como sus sucesores han disciplinado al grado absoluto, todas las actividades, imponiendo el gobierno despótico de una minoría (los miembros del Partido Comunista) a una inmensa mayoría
esclavizada o poco menos; han desarrollado las Fuerzas Armadas profesionales (Ejército Rojo) en una magnitud gigantesca. Y las fuerzas policiales, públicas y secretas, constituyen un poder inmenso y el principal sostén del frente interno de la U.R.S.S.
Y el Comunismo Marxista ¿qué papel juega en el Imperio Soviético, el más extenso y poblado de la Historia Universal?
La conciencia de clase, esa guía infalible de la acción revolucionaria, ¿qué lugar ocupa en el alma de esos cientos de millones de subordinados que trabajan en las fábricas, en los koljoses, en las minas, que estudian en las escuelas o se adiestran en los cuarteles del inmenso Imperio Euroasiático?
El Comunismo Marxista no juega ya ningún papel en la vida real de la Rusia Soviética y la conciencia de clase no tiene el menor lugar en el alma de los súbditos esclavizados.
Es un programa irrealizable de vida, un imposible absoluto, porque su contenido es la negación de lo que es, la crítica nihilista de la naturaleza del hombre; y sabemos desde Platón que todo lo que va en contra de la naturaleza de las cosas, fracasa.
Él hombre no puede existir sin Religión, sin Estado y sin propiedad privada; y la conciencia marxista de clase e¿ la crítica de la Religión, del Estado y de la Propiedad privada.
El hombre es un animal religioso, adorante, cuando no adora al verdadero Dios se entrega a un ídolo, endiosa algo que no es divino, por ejemplo, al Estado, al Poder, personificado en un hombre, Lenín o Stalin. En lugar del amor a Dios se pretende inculcar el amor al que personifica el poder; en lugar del temor de Dios, la multitud crece en el terror del poder. Y el propio Stalin, cuando el Poder Soviético estuvo en peligro inminente de ser destruido por los Ejércitos dé Hitler, no apeló al materialismo ateo para movilizar al pueblo escarnecido por su yugo; pero invocó al viejo Dios de la
Cristiandad y a la Santa Rusia y a los gloriosos generales de la Patria antigua.
El hombre es un animal político; necesita del Estado para su existencia normal de hombre. Y en Rusia, en lugar del Estado de transición y sin máquina especial de seguridad, nos encontramos ante un súper Estado, ante un Estado monstruoso, un Estado-Dios.
El hombre es un animal que necesita normalmente poseer un patrimonio suficiente para ser libre. Y en Rusia, hay una minoría dirigente que posee un patrimonio más que suficiente y una gran mayoría que padece una servidumbre irremediable, desposeída de todo patrimonio y que rinde al máximo bajo el terror.
Tienen razón los comunistas puros como Kravchenko, Kalinov o "El Campesino", cuando sostienen que en Rusia no impera el Comunismo Marxista. No sería la U. R. S. S. la mayor y más terrible amenaza que ha padecido la civilización europea en la Historia Universal, si en ella estuviera vivo el Bolchevismo; y la conciencia de clase gravitase en alguna medida, sobre la multitud que trabaja y obedece.
Pero el comunismo marxista, el bolchevismo, es el arma más eficaz del Poder soviético para ablandar, debilitar y destruir a las naciones del frente occidental en el período de la guerra fría; y para montar en el interior de cada una de ellas, el caballo troyano, de cuyo vientre saldrán extranjeros y nativos renegados para abatir a sus defensores, en la hora de la guerra revolucionaria total.
 
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LIBRE EXAMEN Y COMUNISMO

CAPÍTULO III

ETAPAS HISTORICAS DEL COMUNISMO MARXISTA 

La Conspiración Comunista Mundial que ya ha conquistado el poder en la mitad del mundo y está en el intento de devorarse a las naciones restantes, inauguró hace poco más de un siglo su propaganda ideológica y su acción social en forma, definida, planificada y sistemática; exactamente, con la publicación del "Manifiesto Comunista" de Carlos Marx y Federico Engels, en febrero de 1848, pocos días antes del primer ensayo europeo de revolución social proletaria, iniciado en París y rápidamente propagado a otras capitales y ciudades del continente. Claro está que el Manifiesto de la Liga, de los Comunistas no tuvo influencia alguna en dichos movimientos, cuya inoperancia y fracaso se debió, según Marx a su falta de preparación y organización en los realizadores que no comprendieron la necesidad previa en toda empresa revolucionaria de masas obreras y subordinados: la misión en base a intereses y naciones comunes, la conciencia, de clase y la lucha de clases, de acuerdo con la consigna que finaliza el Manifiesto Comunista:
"Proletarios de todos los países, uníos."
Quiere decir que la revolución socialista y obrera de 1848, fue una experiencia ingenua y enteramente malograda en sus efectos; pero resultó aleccionadora para los agitadores profesionales de las masas, por cuanto permitió comprobar la absoluta esterilidad de esas formas utópicas, declamatorias y sensibles de socialismo premarxista, así como la necesidad de que los obreros se dieran perentoriamente una organiza don de clase, una conciencia de clase y una acción de clase. Y esta ha sido la tarea que se impusieron Marx y Engels junto con sus incondicionales en todas las naciones, hasta llegar a la fundación en el año 1864, de la Primera Internacional de trabajadores.
La existencia de esta Asociación Internacional de Trabajadores fue efímera —se disolvió en 1872—; pero sirvió para echar las bases de
una organización de los obreros, más todos los subordinados y desplazados sociales, para la defensa de los intereses comunes de clase y la reivindicación de los derecho de clase —la clase-víctima de los desheredados y explotados—, que hacen caso omiso de fronteras espirituales y nacionales. De tal modo que dicha conciencia marxista de clase, una vez que se apodera de la mente y del corazón de los humildes, los lleva a olvidar o a repudiar sus deberes religiosos y patrióticos, en favor de supuestos deberes de clase; esto es lo que los convierte en sujetos sin Dios y sin Patria, para quienes el más próximo, el más cercano, el verdadero "compatriota" y camarada, es otro miembro de la clase, sea cual fuere su Religión y su Patria.
La consecuencia histórica de esta propaganda ideológica y de la acción aglutinante de la primera Internacional obrera •'fue la revolución de la Comuna de París, el año 1871; y también fue la causa inmediata de la disolución de esa empresa preliminar de la conspiración comunista mundial, destinada a falsificar y desquiciar la psicología de los obreros y de los subordinados en todos los países del mundo.
Aprovechando el desconcierto y la desmoralización provocados por la guerra franco-prusiana del 70, tan desastrosa para Francia, los dirigentes de las masas proletarias de París, se adueñaron violentamente del Poder y procedieron a liquidar todas las jerarquías existentes; en otros términos, se entregaron a la destrucción rápida e implacablemente de todo el aparato estatal para reemplazarlo por otro de origen y constitución proletarios" — los dirigidos se convirtieron en dirigentes, a la manera de lo que ahora se denomina Dictadura del Proletario—. El ensayo no duró más que dos meses hasta ser aplastado por una enérgica reacción nacional, pero dejó una enseñanza provechosa para los futuros intentos, cada vez más maduros de experiencia y mejor preparados.
Marx fue el encargado de extraer la lección revolucionaria de la Comuna, hábilmente utilizada después en las experiencias rusas de 1905 y de 1917:
Con un primer decreto los dirigentes de la Comuna de París, suprimieron la milicia permanente y la reemplazaron por el pueblo armado; esto es, por milicianos rojos. Quiere decir que la primera medida consistió en la liquidación del Ejército. A continuación se implantó la República proletaria; por medio del sufragio universal se eligió "naturalmente" a una mayoría de representantes conocidos de la clase obrera.
La Comuna procedió también a la liquidación del clero, "el instrumento espiritual de opresión", y decretó la confiscación de todos los bienes de la Iglesia.
Con el fin de destruir totalmente el aparato estatal del . antiguo régimen, se procedió a la elección popular de los magistrados judiciales.
Es así como los tres poderes del Estado pasaron a las manos de los obreros o de sus naturales representantes y, según el comentario demagógico de Marx, legislaron, gobernaron y administraron justicia "modesta y concienzudamente".
He aquí el primer ensayo organizado de los comités de obreros, campesinos y soldados que reaparecerán, más tarde, en todas las insurrecciones armadas del Comunismo.
Los crímenes y brutalidades perpetrados por los dirigentes y las masas soliviantadas de la Comuna de París, determinaron medidas extremas de represión por parte de los gobiernos europeos en contra de la Internacional Obrera, interiormente dividida por el choque entre comunistas y anarquistas; todo lo cual provocó su disolución en 1872.
Pero la Conspiración Comunista Mundial continuó su propaganda ideológica y su acción gremial en todas las Naciones de Occidente: sólo que adoptando una nueva técnica para atenuar la impresión de horror que dejaron los sucesos de la Comuna. Se revistió de formalidad democrática, legalista y partidaria, apareciendo con una máscara de moderación y de colaboracionismo en los regímenes parlamentarias y progresistas.
Dentro de las nuevas características del Movimiento Comunista se fundó en el año 1889, la Segunda Internacional obrera, con motivo de un congreso de trabajadores celebrado en París. Y en el espíritu de sus directivas y decisiones, se fundaron los partidos socialistas marxistas en todas las naciones de Europa y América, inclusive en nuestro país (año 1896). A la sombra protectora de las libertades democráticas, sus representantes electorales constituyeron las izquierdas de los Parlamentos burgueses e impulsaron un reformismo legal que fue tiñendo de rojo marxista las instituciones del Estado y el espíritu de la nación, tanto más fuertemente cuando mayor influencia fueron ganando en la vida pública de cada país.
Para que se tenga una idea de esta infiltración parlamentaria del comunismo sin Dios y sin Patria, será suficiente recordar un ejemplo de nuestra Argentina. El fundador del partido Socialista y su principal representante, Dr. Juan B. Justo, varias veces diputado y senador de la Nación, podía escribir impunemente, sin que se produjeran reacciones ni sanciones públicas que : "Las banderas no tienen importancia... de cualquier color, la bandera no sirve sino para sugestionar y arrastrar inconscientes". "La Vanguardia", junio 10 de 1909).
La conspiración comunista mundial no pudo asumir un aire legalista en la Rusia de los Zares por las características antidemocráticas del régimen; y por esto es que mantuvo una acción clandestina y
revolucionaria cuya corriente más eficaz fue el bolchevismo o partido bolchevique, dirigido por Lenín.
En el año 1905, la desmoralización de la Nación y la crisis económica agudísima que provocó la derrota de Rusia en su guerra contra el Japón, fueron la ocasión favorable para la insurrección violenta de las masas que inauguró los comités de obreros y de soldados en el ejercicio del Poder. A pesar de haber sido ahogada en sangre, fue el primer ensayo general de una Revolución Comunista en Rusia y como recuerda Lenín, sin esta experiencia previa no hubiera sido posible el golpe victorioso de octubre de 1917.
La idea del Poder soviético surgió en 1905, para constituirse en realidad política moscovita a partir de 1917, en continua expansión hacia el imperio del mundo.
Sobre las ruinas del Poder Ruso de los Zares, levantó Lenín el Poder Soviético administrado despóticamente por los Jefes y miembros del Partido Bolchevique. Se trata de un Poder que empezó gravitando sobre todas las Rusias, con el nombre de Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas —U.R.S.S. —; y que conducido con férrea mano por Lenín primero, Stalin y Krushchev después, se extiende pesadamente sobre mil millones de súbditos colectivizados en este año 1960. Pero su límite de expansión es el mundo entero.
Hasta 1917, esto es, hasta la Revolución Rusa triunfante y la instalación del Poder Soviético, la Conspiración Comunista Mundial se desarrolló como una propaganda ideológica del materialismo marxista y como una lucha de clases en pro de reivindicaciones proletarias que se extendió a todas las naciones cristianas. Desde 1918 y, sobre todo, desde la constitución de la Tercera Internacional obrera o komintern, en Moscú —año 1919— la conspiración comunista mundial tiene un centro político de dirección e irradiación que es el Poder soviético.
Tan solo la necedad o la complicidad pueden desconocer que a partir de la Revolución Rusa no existen movimientos ni partidos comunistas o comunizantes que no se encuentren bajo el control de Moscú.
Más todavía, aunque el propósito de los dirigentes de un movimiento comunista que se desarrolla fuera de la órbita directa de la U.R.S.S., fuera mantenerse al margen de su línea de fuerza mundial, terminaría siempre por coincidir objetivamente con ella. Poco importan las intenciones de los dirigentes circunstanciales de la idea; la subjetividad particular y contingente no cuenta en absoluto cuando en el campo objetivo de la Historia Universal, juegan fuerzas definidas y arrolladuras que arrastran en su movimiento y suman a su eficacia, todos los esfuerzos que coinciden ideológicamente y tienden al mismo fin en cada una de las naciones.
En el día de hoy, todo militante o simpatizante del Comunismo, tenga o no conciencia de ello, está al servicio del imperialismo Soviético y su jefe único y exclusivo es Krushchov.
Subrayemos que toda actitud personal o colectiva en el seno de una nación, inspirada por la ideología marxista, colabora con el Poder Soviético y concurre quieras que no, al logro de sus objetivos internacionales.
El planteo de la conquista del Poder por el Comunismo responde en todas partes, a la estrategia de Lenín en la Revolución Rusa. Claro está que dentro de una estrategia invariablemente se consienten tácticas diversas, según el momento y las circunstancias; así, por ejemplo, cuando fracasa la acción directamente revolucionaria, el Comunismo se procura compromisos o alianzas circunstanciales con otras fuerzas políticas, cuyos, objetivos inmediatos coinciden con los suyos. Lo importante es no quedar nunca solo y aislado, tanto en el campo de la política interna de una Nación, como en el campo de las luchas internacionales.
De ahí su táctica del frente popular o alianza con los •partidos democráticos en contra del Fascismo o del Nazismo que utilizó ampliamente en los años anteriores y durante la 2^ Guerra Mundial; y, en la actualidad, su táctica del frente nacional o alianza con las fuerzas nacionalistas en contra del Imperialismo Yanqui.
Siempre se trata de lo mismo: valerse de aliados circunstanciales para seguir adelante en su tarea demoledora del orden existente o para aplastar las reacciones que se levantan en su contra.
Por esto es que en Abril de 1944, Stalin disolvió la Tercera Internacional —-Komintern—, como un gesto deferente hacia sus aliados en la guerra; pero, en rigor, porque ya no tenía aplicación su consigna del frente popular y se imponía un cambio de táctica para volverse en contra de sus ocasionales aliados democráticos, haciendo que los partidos comunistas legalmente instalados en las naciones no comunistas, levantasen la bandera antimperialista en defensa de la soberanía nacional y de la paz.
Y en esta finalidad inmediata, se fundó en Varsovia en el año 1947, una Cuarta Internacional roja pero de nuevo tipo, el Kominform, con los partidos comunistas de las diversas naciones europeas, americanas y asiáticas para luchar contra el Imperialismo Yanqui y por la liberación nacional.
Hemos anticipado que estas tácticas móviles y oportunistas de lucha se aplican en función del mismo e invariable plan estratégico, urdido por Lenín y seguido tenazmente por Stalin y Krushchov, bajo la inspiración del fundador del movimiento, Carlos Marx.
Lenín ha formulado con precisión militar dicho plan, cuyo equivalente en la guerra es la estrategia de la aproximación indirecta:
Hay que aplazar las operaciones hasta que la desintegración moral del adversario facilite un golpe aniquilador.
Solo que los dirigentes soviéticos plantean la misma guerra internacional para sus fines revolucionarios, puesto que la guerra no es para el comunismo más que la continuación de su revolución por otros medios.
Lo fijo e invariable en la acción comunista mundial, dirigida y controlada por el Poder Soviético desde 1917, es la, dislocación moral de todos los otros poderes espirituales y políticos existentes. En la paz y en la guerra, se trata siempre de ablandar, debilitar, descomponer, desquiciar, por todos los medios de propaganda ideológica y de acción social, la economía, la educación, las jerarquías naturales, la fe, y la moral de las naciones.
La insurrección comunista es una máquina que no se siente, que no hace ruido a pesar de su trabajo continuo de demolición en las almas y costumbres de los pueblos. No se siente ni hace ruido hasta que consigue desmoralizar y desmovilizar las almas y las colectividades.
El acto final es: "El puñetazo a un paralítico". El puñetazo de Trotsky, el táctico de Lenín, a la nación rusa paralizada por la Guerra, la masonería y el bolchevismo el 25 de octubre de 1917 Bolchevizar quiere decir, justamente, la acción comunista que tiende a paralizar la vida de una Nación y a reducir a la impotencia a sus fuerzas de resistencia, a fin de que una pequeña minoría férreamente disciplinada pueda asestar un golpe decisivo al paralítico y adueñarse del Poder, tal como ocurrió en la Revolución Rusa: Lenín y los dirigentes Bolcheviques eran una ínfima minoría en la inmensa Rusia, pero constituían un bloque monolítico y decidido, como para darle el golpe de gracia a la República del socialista Kerensky que en pocos meses de demagogia y subversión de todas las jerarquías espirituales, civiles y militares, había terminado de postrar definitivamente a la antigua Rusia de los Zares.
La obra principal de Lenín fue la creación del partido bolchevique; esto es, la perfecta organización de un grupo de revolucionarios profesionales —entre los cuales se encontraban Stalin y Trotsky—, poderosamente armado con la ideología marxista y sus consignas demoledoras, lo mismo de la cultura que de la economía de las naciones. Y con dicho partido bolchevique, arrasó todo el aparato estatal existente en Rusia y fundó sobre la base del autoritarismo y la disciplina más absoluta, el nuevo Poder Soviético que Stalin supo consolidar y extender sobre la mitad del mundo.
Por cierto que el Poder Soviético cuya ocupación principal es bolchevizar a los otros poderes de la tierra, está perfectamente inmunizado contra el virus bolchevique. Es un Poder rígidamente jerarquizado y organizado hasta la regulación de los detalles más ínfimos, cuya 'unidad monolítica personifica el Zar Rojo, ayer Stalin, hoy Krushchov —y cuya administración minuciosa está a cargo de una minoría dirigente— los miembros del Partido. Y el resto de los pueblos sometidos la inmensa multitud comunizada bajo el régimen del terror y del crimen, trabaja sin descanso para levantar la pirámide de un poderío gigantesco.
A la vez que se potencia hasta el absolutismo, el Poder Soviético se consagra a debilitar y anarquizar el Poder en los otros Estados por medio de la conspiración comunista mundial. Tiene razón Curzio Malaparte cuando nos advierte en su libro sobre la "Técnica del Golpe de Estado" que: "Stalin es el único hombre de Estado que ha sabido sacar provecho de la lección de octubre de 1917. Si los comunistas de todos los países de Europa deben aprender de Trotsky el arte de apoderarse del Poder, la verdad es que de Stalin deben aprender los gobiernos liberales y democráticos, el arte de asegurar la defensa del Estado contra la táctica de la insurrección comunista"'.
El temor de fortalecer demasiado la autoridad en todos los órdenes —espiritual, político, militar, educacional, familiar, etc.—, es la
contribución más eficaz al triunfo de la Revolución Comunista en las Naciones cristianas y a la expansión del Poder Soviético.
Fortalecer el principio de autoridad y el espíritu de subordinación, restaurar las jerarquías naturales y el sentido de responsabilidad personal, son los expedientes indispensables para detener el proceso de bolchevización en las almas y en las naciones, en la propia alma y en la propia patria.
Una legión de activistas emboscados —nativos y extranjeros— infiltrados en las diversas actividades sociales desarrolla por todos los medios ideológicos posibles —directos o indirectos—, una tarea destinada a socavar, debilitar, "sabotear" la vida de la Nación. No actúan, en general, con el rótulo de Comunistas ni hablan como militantes o simpatizantes siquiera; pero tienden siempre a desmoralizar a los que trabajan con fe en la Patria, a sembrar el escepticismo y la duda, a convertir en derrotistas y resentidos, a sus compañeros de tarea, por ejemplo.
De esta manera van configurando la traición mental y la desmovilización ética en el ciudadano que cede a esta, influencia negativa y disolvente.
Y junto a la acción clandestina y disimulada que desarrolla el activista lo mismo en las Fuerzas Armadas que en la Universidad o en un sindicato obrero, está el proselitismo manifiesto de los militantes y simpatizantes del Comunismo Internacional y de la Unión Soviética, presentada como la "Patria Universal del Prolectariado".
Repárese en el hecho de que toda publicación Comunista o comunizante cuando no entona las más fervientes loas a la Unión Soviética y a su conductor, guarda un expresivo silencio al respecto, a la vez que ataca implacablemente al imperialismo Yanqui y a su "intención" de arrastrar al mundo a una nueva guerra. De donde resulta que tan solo el que defiende incondicionalmente a
la U.R.S.S. está en la línea de los intereses y aspiraciones de la clase obrera, así como de la preservación de la paz en la tierra.
Por otra parte, la Unión Soviética no oculta al resto del mundo su función rectora del Comunismo Internacional y su propósito del bolchevización de las naciones que escapan a su dominio y contralor políticos. Así como por ejemplo, en la edición del 15 de septiembre de 1948, de "El Bolchevique" órgano político y doctrinario del Comité Central del Partido Comunista Ruso, se lee esta clara y terminante declaración:
"Las leyes generales de la transición del Capitalismo al Socialismo, reveladas por Marx y Engels, contrastadas, aplicadas y desarrolladas por Lenín y Stalin sobre la base de la experiencia del Partido Bolchevique y del Estado Soviético, son obligatorias en todos los países.
El gran experimento histórico del partido bolchevique es una guía para la acción de los comunistas y de los trabajadores de todos los países".
El subrayado nos pertenece; hemos querido destacar como los propios dirigentes soviéticos son, a la vez, los empresarios del Comunismo Internacional, origen, paradigma y ejemplo de toda acción revolucionaria marxista, a través de la experiencia bolchevique de la Revolución Rusa de 1917.
No es posible engañarse acerca de la inevitable subordinación de los movimientos comunistas o comunizantes que se desarrollan en cualquiera de las naciones occidentales, a la dirección Soviética. Con la aplicación, en cualquier grado y medida, de las consignas marxistas para resolver los problemas sociales, se coincide necesariamente con la línea objetiva de la acción soviética en el orden internacional.
Cabe concluir sin temor de equivocarse que:
No se puede ser comunista o simpatizar con las soluciones marxistas en el terreno económico, social o espiritual, sin estar, quieras que no, al servicio del imperialismo soviético.
El imperialismo soviético es incomparablemente más peli-groso y más fuerte que el imperialismo económico y financiero, por cuanto no busca, en primer término, el dominio sobre los bienes materiales de las naciones sometidas; su poder absorbente y totalitario apunta, sobre todo, a lo sustancial del hombre y de los pueblos, a su alma y a su ánimo.
El Poder Soviético o imperialismo comunista quiere antes al hombre mismo que aquello que le pertenece al hombre; quiere la vida misma de la Nación antes que los bienes exteriores que la Nación posee.
Por esto es que no puede haber transacción, ni compromiso, ni tregua posible con el Comunismo internacional cuyo centro de Poder reside en Moscú. Tal como acabamos de leer en sus propias declaraciones oficiales, su meta es la Revolución Comunista en el mundo entero y el sometimiento de todas las naciones al Poder Soviético.
Es notorio que dentro de las fronteras con la Unión Soviética y de los países Europeos y Asiáticos que están detrás de la cortina de hierro, no se toleran disidencias y ni siquiera la más leve oposición al pensamiento oficial. No se transige con nada ni con nadie, y por medio del más despiadado terror policial se impone la unanimidad moral.
Pero ese mismo Poder Soviético ordena a los Partidos Comunistas que controla en las demás Naciones, procurar toda clase de alianzas y compromisos con otros partidos —sean democráticos y liberales o reaccionarios—, de acuerdo con las conveniencias de cada momento.
Todo lo que el Poder Soviético prohíbe absolutamente en su jurisdicción, lo propicia democráticamente en la jurisdicción de los otros Estados. Y para disimular su absoluta falta de escrúpulos en el juego de su política internacional, Stalin en el año 1944, como ya hemos referido, dejó aparentemente el timón de la Revolución en las otras naciones, disolviendo el Komintern. Desde entonces la Conspiración Comunista Mundial viene adoptando una supuesta forma nacional y aparece en cada uno de los países, como portaestandarte de la soberanía y paladín de la causa de la Patria en contra del agresor imperialista.
Los partidos comunistas han sido declarados "mayores de edad" y se ha resuelto que la Revolución Mundial se haga a través de revoluciones nacionales que se irán realizando en el momento y en la forma que los agentes locales estimen conveniente. Y por esto es que los mismos comunistas que hasta ayer renegaban de la Patria y de sus símbolos sagrados, levantando la bandera roja del rencor y entonando la Internacional por las calles de nuestra ciudad; ahora se revisten de fingido patriotismo, emplean los colores nacionales y entonan el Himno Nacional, convocando a la unión de todas las fuerzas antiimperialistas, defensoras de la soberanía y amantes de la Paz para luchar contra los "chacales sanguinarios de la guerra" que en el día de hoy, serían los democráticos anglosajones, como hace diez años habrían sido los nazis alemanes y los fascistas italianos.
Claro está que para cambiar de frente y pregonar las consignas que se repudiaban un momento antes, con ese descaro absoluto y esa cínica impudicia, se requiere profesar la ética de la traición o del oportunismo materialista que no reconoce ninguna valla ni límite alguno en la conducta. Es la doctrina que Lenín enseñaba a los conspiradores bolcheviques, amonestando a los tímidos que no osaban saltar todos , los cercos.
"Esas gentes, si todavía no saben que todos los límites en la naturaleza y en la sociedad, son variables y hasta cierto punto convencionales, no tienen cura posible a menos que se sometan a un estudio prolongado".
Ningún límite moral, ningún freno de la acción, ningún temor de Dios ni escrúpulo alguno de conciencia, ninguna fidelidad ni sentido del honor: he aquí el "estilo" de la revolución comunista que amenaza la, existencia misma de la Patria, de la familia y de la dignidad personal. He aquí la "moral" de los enemigos contra quienes debemos luchar en defensa de todo lo que es sagrado y venerable. 
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LIBRE EXAMEN Y COMUNISMO
CAPÍTULO IV
EL COMUNISMO MARXISTA EN LA POLÍTICA NACIONAL

Hemos explicado que desde que los bolcheviques de Lenín y Stalin, conquistaron el poder en Rusia en el año 1917 —Revolución de Octubre— comenzaron a dejar de ser bolcheviques; y, a la vez, que se dedicaban a consolidar y fortalecer el nuevo Estado, planificaron la bolchevización del resto del mundo.
Moscú resultó ser así la capital de un Estado cada vez más poderoso, absorbente y expansivo; pero también la capital de la "Patria del proletariado universal", la esperanza de todos los subordinados (obreros, campesinos, soldados, intelectuales desclasados, jóvenes escolares). El amo del Poder Soviético es, al mismo tiempo, el Jefe Supremo de todos los Partidos Comunistas que actúan en los otros Estados; por ejemplo, el Partido Comunista de la Argentina.
Nada más elocuente al respecto que cualquiera de las proclamas de los Comunistas Argentinos, cuyas consignas finales en los días que corren, son invariablemente las que siguen:
"Viva la Paz. Abajo la Guerra. Viva la política de Paz de la Unión Soviética, que encabeza el campo mundial de la paz, y su abanderado el gran Khushchov.
"Abajo la guerra política de los imperialistas yanquis y sus satélites".
La penetración del Comunismo Marxista en nuestro país, comprende dos etapas claramente delimitadas: antes y después de 1917.
Antes de 1917, el Comunismo Marxista y el Comunismo Anárquico —rama disidente de la Primera Internacional Marxista, constituida en Londres en 1884— fueron introducidos por obreros e intelectuales extranjeros desplazados de sus países de origen por las luchas sociales. La verdad es que "las ideas de los movimientos obreros y revolucionarios de Francia, Alemania, España e Italia influenciaron grandemente al movimiento obrero y revolucionario de nuestro país. Las ideas y las experiencias de esos países fueron traídas a la Argentina por obreros revolucionarios y hombres progresistas, muchos de los cuales habían salido de sus respectivos países huyendo de la persecución contra revolucionaria, después de haber participado en movimientos revolucionarios que fueron derrotados".
La difusión del Marxismo y de su conciencia de clase hasta la Revolución Rusa estuvo a cargo del Partido Socialista, fundado en Buenos Aires en 1896 por el Dr. Juan B. Justo, como consecuencia de la Segunda Internacional reunida en París, el año 1889.
Claro está que esta propaganda ideológica y la acción gremial, no encontró eco alguno fuera de los centros cosmopolitas de la República y no trascendió al Interior.
Aparte de los obreros, extranjeros en su mayoría, la influencia marxista se hizo sentir especialmente en los medios intelectuales, escritores, periodistas, profesionales, integrados por argentinos en
primera o segunda generación. La escuela oficial en sus diversos grados, resultó impotente para asimilar a un claro y firme espíritu de la nacionalidad a los hijos de inmigrantes, por su orientación laicista y cosmopolita.
Y es de suma importancia para precisar el carácter de la influencia marxista en esta primera etapa, destacar que sus mentores no actuaban dirigidos desde un centro de poder Apolítico, desde un Estado extranjero en marcha hacia el imperio del mundo. Se trataba, sí, de una acción internacional dirigida por cerebros ocultos, para preparar la Revolución Comunista en todas las naciones, pero no era el cumplimiento de mi plan a servicio notorio de la expansión de un gran poder extranjero de un imperialismo totalitario que. quiere, todo el hombre y su alma antes que sus riquezas.
La situación cambia radicalmente después de 1917. A partir del Lenín de la Revolución Rusa y de la constitución del Poder Soviético, el Comunismo Marxista (Bolchevismo) pasa a ser un instrumento del imperialismo soviético.
Los nuevos Zares Rojos —Lenín primero, sus discípulos Stalin y Krushchov después— una vez en el poder y consecuentes con esa lógica de la contradicción dialéctica -"el álgebra de la Revolución" la llama Lenín— cambiaron la perspectiva de la conciencia de clase, por la perspectiva del Poder, de estar arriba.
No podía ser de otro modo, si el Poder de los nuevos amos quería consolidarse y acrecentarse cada vez más.
El Comunismo Marxista, el Bolchevismo, acababa de probarse como el arma ideológica más eficaz de todos los tiempos para destruir el Poder, no solo en Rusia, sino a través de las tremendas conmociones sociales que se produjeron simultánea-mente en todo el mundo, incluso en nuestro país, desde 1917 hasta 1922.
Si el Comunismo Marxista o Bolchevismo es un arma destructora del Poder, ningún Poder constituido por los bolcheviques, por más rojo que sea su emblema, por más hoz y martillo que use en lugar del cetro y de la espada, querrá bolchevizarse; esto es, destruirse. Lenín en el Poder tenía que ser la contradicción misma de Lenín contra el Poder; tenía que ser cada vez más anti bolchevique en Rusia para consolidar y acrecentar su Poder; y cada vez más bolchevique fuera de Rusia para ablandar, debilitar y destruir el Poder de los otros.
He aquí el significado preciso que tiene para las naciones cristianas, también para nosotros, el comunismo marxista a partir de 1917.
Quiere decir que en nuestro país, uno de los más desprevenidos del mundo, se viene cumpliendo desde hace más de 40 años, un proceso de bolchevización dirigido desde Moscú y al servicio del imperialismo soviético. Por supuesto que el Comunismo de Lenín, Stalin y Krushchov ha aprovechado el terreno abonado por sus predecesores marxistas en la Argentina e incluso, el Partido Comunista se constituyó, a fines de 1917, con un grupo disidente del Partido Socialista.
Desde que Lenín fundó la Tercera Internacional (Komintern) en Moscú, a comienzos de 1919, los comunistas y comunizantes de la Argentina han actuado estrictamente, bajo las directivas de la política soviética. Y lo que es más importante y de la mayor gravedad, desde entonces han venido incorporándose al país y participando en todas sus actividades ideológicas, económicas, sociales y políticas, agentes especiales y especialmente preparados para la acción comunista: ¿los activistas.
Los verdaderos activistas, sean extranjeros o nativos, no son conocidos como comunistas ni tienen relación visible con el Partido Comunista ni con la Embajada Soviética; pero son los principales agentes del ablandamiento, del debilitamiento y de la destrucción
en los talleres, en las industrias, en el agro, en los medios de transporte, en las escuelas y universidades, en los cuarteles, en todos los medios culturales y sociales, etc.
La acción comunista, tanto la visible del partido que ahora actúa en la legalidad, como la invisible de los activistas, se ha intensificado en nuestro país durante los últimos años.
Si bien Stalin, en acto de aparente buena voluntad hacía sus aliados de la última Guerra Mundial, disolvió las oficinas del Komintern en el año 1943; la verdad es que multiplicó las actividades del Comunismo y la obra de bolchevización de las naciones europeas y americanas, aprovechando la situación idílica del momento. Y cuando dispuso abiertamente asumir la ofensiva en todos los terrenos, fundó en Varsovia la Cuarta Internacional Comunista (Kominform), el año 1947.
Fijadas las condiciones en que viene actuando el Comunismo marxista en nuestro país, se trata de anotar los síntomas de su influencia disolvente en las almas y en las instituciones, principalmente en las Fuerzas Armadas, sostén fundamental de la Patria y del Estado.
Con respecto a la política interna y externa en los otros Estados, incluso en el nuestro, a pesar de que hasta 1946 estuvieron rotas las relaciones oficiales, el Comunismo ha maniobrado sagazmente de la izquierda revolucionaria a la alianza con los partidos democráticos del centro; incluso ha cultivado la política de mano tendida hacia los católicos, aprovechando su aburguesamiento en muchas partes. Y en determinado momento, pactó con el nazismo de Hitler, después de haber iniciado en 1935 la política de los frentes democráticos y populares, en contra del fascismo y del nazismo. Finalmente retornó a la alianza con las potencias democráticas en 1941, para iniciar en 1945 la más implacable ofensiva en su contra y en todos los terrenos.
El objetivo final de la política soviética es siempre el mismo: acrecentar su poder y debilitar el poder de los otros. La flexibilidad táctica se concierta perfectamente con la inmovilidad del fin; se trata de encontrar en todas las situaciones, aliados ocasionales en el campo enemigo para batir su fuerza o su resistencia más firme en ese momento; y de no quedar nunca solo frente al adversario, ni aislado de las corrientes que prevalecen o que pueden ser utilizadas.
En medio del auge de su idilio con el frente de las democracias, el Comunismo obtuvo la legalidad en nuestro país, y poco después se reanudaron las relaciones con la Unión Soviética. Sería un gravísimo error estimar la fuerza alcanzada por el comunismo en la Argentina en base al número de sufragios obtenidos en las elecciones de los últimos años.
La influencia Comunista no se limita al radio de acción del Partido, sino que se extiende a todos los órdenes de la vida nacional por intermedio de sus activistas emboscados y de una legión de simpatizantes que militan en otros partidos o carecen de filiación política.
La estructura ética de las almas —virtuosa o viciosa— se refleja ampliada y objetivada en la conducta social, en el lenguaje, en los usos y en las costumbres públicas.
Es evidente que asistimos a una desmovilización ética de:
1º) La familia tradicional: matrimonio civil, indiscriminación de los hijos, divorcio vincular, extensión pavorosa de la libertad sexual y de los vicios contra natura.
2º) La escuela y la universidad: laicismo escolar, Reforma Universitaria, izquierdismo intelectual y artístico, imperio de la vulgaridad y de la mediocridad en los estudios, sueldos miserables a los educadores.
3°) La economía nacional y el trabajo productivo: A pesar de todos los beneficios y protecciones obtenidos, se advierte una tendencia generalizada, a trabajar menos y a ganar más; también a la nivelación de los salarios en todas las categorías de trabajo, conforme al lema marxista de la lucha de clases: todo trabajo es trabajo humano igual. Si agregamos el desarrollo del ausentismo, la multiplicación de los actos de sabotaje y de las huelgas, el trato desaprensivo de los automotores y de los demás vehículos de las empresas nacionalizadas, tenemos un cuadro poco alentador que se traduce en una merma de la producción y en una desmoralización del trabajador idóneo, junto con un proceso de desintegración de la Economía Nacional. El cuadro se completa con la piedra libre de la especulación financiera y la entrega de las riquezas nacionales a la plutocracia Judía Internacional.
4º) Las Fuerzas Armadas: Es notorio un alejamiento progresivo de la juventud argentina de la carrera de las armas, lo que determina una crisis de la selección y una debilidad en las vocaciones que atenta contra el espíritu militar. Prosigue la desmovilización moral y material de los cuadros de jefes, oficiales y suboficiales. Se plantea el desarme de las naciones latinoamericanas, so pretexto de reducción de los gastos y de que no habrá más guerras entre americanos. La campaña de desprestigio de las Armas Nacionales está en pleno auge.
Pero el hecho más significativo es el desarrollo creciente de una mentalidad anti militar y anti heróica en las generaciones argentinas que van llegando; y el criterio netamente bolchevique de que estar en filas, es estar esclavizado.
Finalmente, así como hemos señalado una tendencia hacia la nivelación de salario en las diversas categorías de trabajo, se acusa un intento sutil de acortar las distancias jerárquicas entre superiores y subalternos.
No es la propaganda comunista ni la acción de los activistas emboscados que producen todas estas formas de desmovilización intelectual o moral y otras más que se usan; pero las estimulan, sostienen y agudizan con habilidad suma e implacable tenacidad. Tampoco es el Comunismo Marxista el que ha inventado los vicios contra natura, ni las supersticiones más degradantes, ni literaturas abyectas pero las fomenta y las financia en procura de su único objetivo: bolchevizar a las naciones cristianas; debilitar y destruir el Poder en Occidente para servir al crecimiento del Poder Comunista.
Y, por último, mientras sus activistas trabajan astuta, y febrilmente para completar la desmovilización de Occidente, la Unión Soviética más poderosa y más dominadora que nunca, se presenta a la cabeza del movimiento de liberación de los pueblos oprimidos y explotados por el imperialismo yanqui y como el denodado defensor de la soberanía nacional.
Su política habilísima del momento, tiende a conseguir la alianza de los nacionalistas de los países coloniales o semi coloniales para constituir en cada uno de ellos, un frente nacional de lucha por la soberanía y para defenderse del imperialismo capitalista.
El Partido Comunista que es nada más que la parte visible de la acción que desarrolla el Comunismo en la Argentina, surgió a raíz del triunfo bolchevique en la Revolución Rusa.
El 25 de octubre (7 de noviembre en el nuevo calendario) de 1917 se produjo el asalto al poder del grupo bolchevique encabezado por Lenín; y a pesar de constituir una pequeña minoría entre los socialistas revolucionarios de Rusia, su disciplina y audacia los hizo prevalecer.
Bolchevique es una palabra rusa que equivale a mayoritario en castellano; se opone a Menchevique que se traduce por minoritario; es la denominación que se dio a los representantes de la mayoría
del partido social-demócrata ruso fundado por Plejanov en 1898, los cuales provocaron una escisión en su segundo Congreso, realizado en Londres en 1903.
Claro está que los bolcheviques solo fueron mayoría como su nombre indica, en dicho Congreso del Partido Marxista Ruso que actuaba en la clandestinidad, por cuya razón celebraba sus Congresos fuera de Rusia; pero en el año 1917 apenas era un grupo reducido y sus dirigentes principales, Lenín entre otros, regresaron del extranjero en abril para conquistar el poder antes de finalizar el año; unos pocos miles de bolcheviques se adueñaron de un país inmenso con 140.000.000 de habitantes.
Desde entonces, bolchevismo es sinónimo de comunismo. Así como la propaganda dirigida desde Moscú y auspiciada por los partidos comunistas, identifica la política internacional de la Unión Soviética con el comunismo marxista y el bolchevismo de Lenín.
El desarrollo del Comunismo en nuestro país, refleja con precisión las etapas del Comunismo marxista hacia la revolución mundial.
Hasta 1917, la penetración ideológica del Comunismo Marxista y del comunismo anárquico (rama disidente de la 1* Internacional marxista de trabajadores, constituida en 1864) estuvo a cargo de intelectuales y obreros extranjeros que fueron llegando al país con las corrientes inmigratorias, procedentes de Italia, España, Francia, Alemania, etc.; en muchos casos obligados a expatriarse por las medidas de represión contra la agitación social producida por los grupos ,marxistas y anarquistas.
En el Capítulo 19 del "Esbozo de Historia del Partido Comunista de la Argentina". Publicado por la Comisión Central del Partido Comunista, con motivo del 30 aniversario de su existencia en el país —Editorial Anteo—, se destaca este hecho de la introducción del Comunismo en sus diversas manifestaciones —socialismo
marxista, anarquismo, anarco-sindicalismo—, por obra de extranjeros corridos de sus países de origen.
"Quizás más que en ningún otro país, el movimiento obrero y revolucionario de la Argentina se ha nutrido de hombres e ideas de otros países... las ideas de los movimentos obreros revolucionarios de Francia, Alemania, España e Italia influenciaron grandemente el movimiento obrero y revolucionario de nuestro país. Las ideas y las experiencias de esos países fueron traídas a la Argentina por obreros revolucionarios y hombres progresistas, muchos de los cuales habían salido de sus respectivos países, huyendo de la persecución contrarrevolucionaria, después de haber participado en movimientos revolucionarios que fueron derrotados".
Es interesante destacar que desde la época de los revolucionarios comunizantes de 1848 en Europa, cuyo foco inicial fue la Comuna de París —recordemos que en el año 1848, se publicó el "Manifiesto Comunista"—, llegaron al país intelectuales de tendencia socialista, como D. Alejo Peyret, que ocuparon cátedras en Institutos oficiales de educación y contribuye-ron a la formación de sucesivas generaciones argentinas.
El profesor Peyret actuó como representante argentino en el Congreso Obrero realizado en París, el año 1889, de donde surgió la 2º Internacional (la primera fue disuelta en 1876) y que resolvió la celebración del 19 de mayo a partir de,1890.
La acción ideológica y gremial de los intelectuales y obreros extranjeros se concretó a fines del siglo pasado y a comienzos del actual, con la fundación del Partido Socialista en 1896 —en el espíritu de la 2* Internacional marxista—; en la de la Federación Obrera Regional Argentina (F.O.R.A) en 1901, de tendencia anarquista procedente del grupo disidente de la 1^ Internacional dirigido por el ruso Bakunín.
Hasta el año 1917 inclusive, el Partido Socialista y la F.O.R.A. aparte de algunas expresiones sindicalistas de menor significación, fueron los movimientos de tendencia comunizante y disolvente de la nacionalidad por su carácter anticristiano y antipatriótico, que gravitaron sobre obreros e intelectuales argentinos, pero teniendo siempre su sostén primordial en las colectividades extranjeras radicadas en las grandes ciudades.
Si bien el Partido Socialista ha actuado desde su fundación, dentro de la legalidad y en forma pública, habiendo tenido representación casi continua en el Congreso de la Nación, en lo que va del siglo, su influencia ha sido decisiva en la etapa anterior a 1917 para la difusión de la ideología marxista —fundamento de la Revolución Comunista Mundial— en los estratos obreros y pequeños-burgueses de las ciudades, así como en los grupos profesionales: universitarios, escritores, periodistas, etc.
Subrayemos ante todo, que el núcleo fundador del partido Comunista —se denominó primero Partido Socialista Internacional— fue una fracción disidente del Partido Socialista. Sus representantes más caracterizados, Rodolfo Ghioldi, Victoria Codovilla, César y Juan Ferlini, José F. Penelón, Carlos Pascali, Ricardo Cantoni, Rodolfo Schmidt, Pablo López, etc. convocaron a los afiliados socialistas a un Congreso que se realizó los días 5 y 6 de enero de 1918, en Buenos Aires. Y ese fue el Congreso Constitutivo del Partido Comunista, surgido justamente de su solidaridad plena con la Revolución Bolchevique de Lenín, en contra de la posición anti bolchevique de los principales dirigentes y del grupo de parlamentarios socialistas, con el Dr. Juan B. Justo a la cabeza.
Este primer Congreso Comunista formuló votos para que la Internacional Obrera se reconstruyera sobre la línea radical y revolucionaria del marxismo bolchevique, y llamó "La Internacional" al periódico oficial del nuevo partido.
Esta disidencia en el seno del Partido Socialista, no debe inducirnos al error de creer que los socialistas anti bolcheviques y los socialistas bolcheviques (comunistas) difieren esencialmente, por importantes que sean sus antagonismos en la práctica. Son igualmente marxistas, ateos, materialistas e internacionalistas; cultivan el miento odio rencoroso a la Iglesia Católica, a la Patria y al Ejército.
Nada mejor para ilustrar el juicio al respecto, que citar algunos textos del principal y más autorizado representante del Partido Socialista en la Argentina, Dr. Juan B. Justo, varias veces Diputado y Senador de la Nación. En el tomo II de sus obras completas, titulado "Internacionalismo y Patria", leemos lo siguiente:
"A la patria que algunos miran como una entidad rigurosamente delimitada, tradicional, sagrada, de un misticismo que embrutece y aplasta, se opone el concepto absoluto de la humanidad, toda solidaria e igual...
En cuanto a las banderas no tienen importancia, de cualquier color, la bandera no sirve sino para sugestionar y arrastrar inconscientes. . .
¿Para qué ese color que habla a los sentidos y excita los instintos de los hombres, sino porque no se quiere hablar la inteligencia?
"La Vanguardia", (Junio 10 de 1909).
"Y los héroes". . . deben recordarse con honor, ante todo los de las actividades fundamentales, los introductores en el país, de las especies animales que hoy criámos y de los vegetales que hoy cultivad/nos, los hombres que han revolucionado los transportes, los que han refinado las razas, los que han aclimatado entre nosotros las prácticas del comercio moderno. 'Ellos han colaborado con suprema eficacia en la obra nacional, y el mérito de los héroes del gobierno y de la milicia, que deben recordarse también ha estado en preparar el terreno para la acción decisiva de los otros.
"La Enseñanza de la Historia en la Escuela Primaria", (Mayo 10 de 1916).
"Somos el pueblo más internacional de la tierra... y porque lo somos el Partido Socialista argentino es el verdadero partido internacional argentino".
(En el Congreso Socialista extraordinario de 1917).
Como se ve, la idea de Patria, de la Bandera, del héroe, de la milicia no puede ser más negativa, más vil ni más derrotista que en estas precisiones socialistas del Dr. Justo. Los socialistas bolcheviques o comunistas coinciden absolutamente en este lenguaje, aunque puedan disimularlo circunstancial-mente por razones tácticas, tal como ocurre en estos momentos en que pretenden aparecer como campeones de la soberanía. Nacional en contra del Imperialismo Yanqui; tarea central del momento, de «acuerdo a la línea de acción que Moscú venía señalando desde 1944 (todavía en plena guerra) y que a fines de 1947, concretó la nueva Internacional Comunista (Kominform) reunida en Varsovia.
El planteo de una evolución democrática, más o menos pacífica e incruenta, hacia la socialización o colectivización de la propiedad tal como se proponen los partidos socialistas frente al planteo revolucionario del Comunismo, tal como se intentó en Rusia y Lenín definió como línea de acción al constituirse la 3º Internacional, no es una diferencia de fondo. Los mismos principios y los mismos fines sostienen unos y otros; la misma concepción del destino y de la vida del hombre y de la sociedad, tal como se expone en la ideología de Marx y de Engels, los grandes planificadores de la Revolución Comunista; esto es, de la destrucción de las Naciones Cristianas y de todo el orden existente. Para socialistas y comunistas, igualmente marxistas:
El Dios de la Fe, la Patria y su bandera, el Estado y el Ejército, las jerarquías sociales, la familia cristiana, el alma espiritual, no hacen
a la, esencia del hombre; no son más que superestructuras ideológicas e instrumentos mentales o sociales para estabilizar y justificar la explotación de la multitud de los desposeídos por los pocos que lo poseen todo.
"Para Marx y para Engels existe todo una clase, la que por su condición histórica de inhumanidad está impulsada dialécticamente a la afirmación de la humanidad y es el proletariado".
El hombre para el marxismo, es un animal super evolucionado con necesidades biológicas apremiantes que tiende a satisfacer para su conservación y su placer; y que solo puede lograrlo en sociedad con otros hombres. Pero hasta ahora todos los regímenes sociales históricos no han sido más que formas sucesivas de explotación de la mayoría por la minoría. Siempre encontramos, dicen los marxistas, una clase explotadora y una clase explotada.
"El humanismo realista que encarna la ciase proletaria, asume la superación de la auto enajenación religiosa y de los prejuicios de la nacionalidad para alcanzar las condiciones de vida humana que niega la realidad actual a la clase trabajadora y la reivindicación de la humanidad".
Quiere decir que para socialistas y comunistas marxistas, el hombre real y verdadero, no es el hombre histórico; ni la sociedad real, verdaderamente humana, es la sociedad que constituye nuestra Patria y el Estado Nacional a que pertenecemos.
El hombre real y verdadero es un sin Dios y sin Patria, ciudadano de la Humanidad, nacido, criado y formado en la futura sociedad comunista, donde podrá satisfacer plenamente todos sus apetitos y estará libre de las malas pasiones que torturan su alma y hace que torture a sus semejantes.
Los socialistas pretenden alcanzar esa nieta por una evo-lución progresiva dentro del régimen democrático de la sociedad; tal es el espíritu de la 2º Internacional, instaurada en París, el año 1889.
La posición de la nueva Internacional Comunista, en cambio, considerando que los acontecimientos mundiales han superado el programa de la 2a., sostiene la tesis del Lenín acerca de la dictadura del proletariado, expuesta en su libro "El Estado y la Revolución", escrito en Helsingfors en agosto de 1917.
Su tesis es la siguiente:
El Estado en la sociedad de clases, es un instrumento de opresión. Suprimidas las clases por la Revolución proletaria, el Estado se convierte en un simple administrador. Pero no es posible pasar sin transición del Estado dominador al Estado administrador. Se necesita un período de transformación que deberá cumplirse por medio de la Dictadura del Proletariado, cuya tarea primordial será aplastar para siempre a la clase explotadora a fin de preparar el advenimiento de la verdadera Sociedad Comunista o Estado Socialista.
Esta es la tendencia bolchevique o comunista que se impuso con Lenín5en la Revolución Rusa. Y sobre la base de su programa triunfante se organizó la 3ra. Internacional, el Komintern (Internacional Comunista) cuyo órgano ejecutivo se instaló en Moscú para dirigir y unificar la acción de todos los partidos comunistas que se constituyeron en los diversos países del mundo, inclusive en el nuestro, con motivo del triunfo bolchevique en la Revolución Rusa.
EL KOMINTERN
El 24 de enero de 1919, el diario "Isvestia" de Moscú, publicó el texto de la convocatoria para reunir El lº Congreso de la 3º Internacional Revolucionaria, en la que se declara:
"La guerra y la revolución demuestran con evidencia meridiana que es completo el fracaso de los antiguos partidos socialistas, no menos que la obra de la democracia social, y que cuanto quedaba de la 2º Internacional ha naufragado con esos grupos... A la vez van delineándose los elementos que deberán constituir la verdadera Internacional Proletaria.
...Entendemos que la nueva Internacional debe tomar como punto de partida las siguientes promesas que constituirán su programa. Han sido elaboradas de conformidad con los conceptos de la unión espartaquista alemana y del partido comunista ruso.
Pasamos por un período de disolución y ruina del sistema capitalista en el mundo entero, que implica el fracaso de toda la clase burguesa. El Capitalismo será aniquilado con todas sus contradicciones.
La tarea que se impone al proletariado consiste en el súbito apoderamiento de los medios gubernamentales. La conquista del Poder sufre como condición esencial, la destrucción del mecanismo gubernativo burgués para sustituirlo con el sistema del Poder proletario.
El nuevo sistema gubernativo debe ser una reencarnación de la dictadura que asuma la clase obrera, incluyendo en ésta a los campesinos pobres y a los desheredados de aldeas y villorios. El nuevo Poder debe ser arma e instrumento para la eliminación sistemática de las clases poseyentes, mediante su expropiación.
La Socialización se entenderá como supresión de la propiedad privada y entrega de los bienes al Estado proletario, para que sean administrados por la clase obrera.
...Este es el punto esencial de nuestro programa para el momento actual.
La consolidación de la obra revolucionaria socialista y la organización de su defensa contra el enemigo interior y exterior, exigen que sostengamos al proletariado de las otras naciones y hacen absolutamente necesario desarmar a la burguesía y a sus agentes, armar y movilizar a la masa proletaria.
La situación internacional reclama una aproximación íntima entre las diversas partes componentes del proletariado universal, y la alianza sólida entre los países donde triunfe o haya triunfado la Revolución proletaria.
Las condiciones fundamentales de la lucha reclaman acciones en masa del proletariado, hasta que llegue el día de la acción armada contra el poder gubernativo del Capital..."
Los delegados reunidos en la conferencia comunista internacional, desde marzo de 1919, resolvieron constituirse en Tercera Internacional, asumiendo el nombre de Internacional Comunista (en ruso, Komintern). Su organismo ejecutivo quedó radicado en Moscú y produjo un manifiesto dirigido al proletariado del mundo entero, en el que se refirman los mismos puntos de la convocatoria y se exhorta a luchar en todos los países por intermedio de los partidos comunistas, para producir la revolución e instaurar la Dictadura del Proletariado El "Manifiesto Comunista", publicado 72 años antes por Marx, terminaba con un llamado a la unión de todos los trabajadores del mundo: "Proletarios del mundo, uníos".
Este manifiesto de la 3ra. Internacional que se afirma en continuidad con el primero, finaliza con el llamado a la unión de los proletarios de todas las naciones para provocar la Revolución mundial: "Proletarios de todos los países: Unios en la lucha contra la barbarie imperialista, contra la monarquía, contra las clases privilegiadas, contra el Estado y la propiedad burguesa, contra todas las especies y formas de opresión social o nacional. Unios bajo las banderas de los Consejos de Obreros, bajo las banderas de la lucha revolucionaria para la conquista del poder y para la
organización de la Dictadura del Proletariado, bajo las banderas de la 3ra. Internacional."
Las proyecciones de este programa de acción revolucionaria mundial en nuestro país, surgido de la 3º Internacional se tradujeron- en la fundación del Partido Comunista y en una serie de grandes huelgas obreras que culminaron en la llamada Semana Trágica, enero de 1919. El Gobierno de la Nación debió recurrir al Ejército para reprimir las revueltas proletarias, cuyo carácter violento y terrorista amenazaba paralizar la economía de las grandes ciudades y principalmente los medios de transportes.
La aparición del activismo comunista encuadrado en las consignas de la 3º. Internacional (El Partido Comunista de la Argentina fue considerado fundador de la 3º Internacional, en cuyo Congreso de marzo de 1919 se hizo representar por la Seccional de Italia, intensificó y extendió por todo el país, la gimnasia revolucionaria de las huelgas. Aparte de los acontecimientos mencionados, recordamos la serie de grandes huelgas ferroviarias entre 1917 y 1919 y la violenta revuelta de los peones en la Patagonia de 1921.
La huelga es un principio de sedición y un arma de guerra, del proletariado, disciplinado por el marxismo; obtengan o no lo que piden justa o injustamente los huelguistas, dure mucho o poco, siempre es un "sabotaje" de la producción y un aumento de miseria. Por esto es que los Comunistas han sistematizado este procedimiento de acción directa y de ejercitación en la lucha de las clases.
Socialistas y comunistas junto con los radicales y demócratas cristianos, han coincidido recientemente en la incorporación del Derecho de Huelga en la Constitución del Estado, so pretexto de democracia. Haberlo logrado significa la instauración de la anarquía como ley fundamental.
Si bien el objetivo final perseguido por los Comunistas en el país, lo mismo que ocurrió con los movimientos revolucionarios que tuvieron lugar en Europa, no pudo ser alcanzado. Si bien la fase revolucionaria del programa bolchevique (se denominó también maximalista) de la 3º Internacional fue conjurada en todas partes fuera de Rusia, se produjo una bolchevización de la mentalidad en las clases dirigentes, principalmente en los universitarios e intelectuales, aparte de su irradiación en las masas urbanas.
En Europa, se produjeron reacciones extremas —Fascismo Italiano, Nazismo Alemán; etc.— para contener y superar al Comunismo y la bolchevización de las naciones.
En nuestro país, alejado de la guerra y de los grandes focos de incendio, se consiguió estabilizar la situación dentro del cause ordinario; pero el Comunismo obtuvo un éxito importante y de consecuencias permanentes y progresivas en el campo de la Inteligencia y de la Cultura: la bolchevización de la Universidad Argentina con la Reforma Universitaria, del año 1918.
En el "Esbozo de Historia del Partido Comunista en la Argentina", los Comunistas se jactan con razón de haber inspirado y dirigido ese movimiento de subversión jerárquica y de envilecimiento de los estudios superiores, por cuanto los estudiantes obtuvieron el derecho de intervenir en la Dirección de la Universidad y en la elección de los profesores, aparte de la multiplicación de los turnos de exámenes, la asistencia libre y otras franquicias igualmente desquiciadoras.
Quiere decir que los que no saben y deben someterse a la disciplina de aprender, fueron revestidos con una máscara de fingida autoridad para dirigir y mandar. Los maestros resultaron así, cada vez más, hechura de los aprendices y todo su afán fue en adelante halagar a los estudiantes, salvo las excepciones que confirman la regla.
Los comunistas no consiguieron entonces adueñarse de las fábricas y de la Administración Pública para imponer consejos de obreros y soldados para la dirección técnica y administrativa; pero se adueñaron de nuestras Universidades, imponiendo la participación de los dirigidos en la dirección de la misma; y, en rigor, la exclusividad de la dirección por cuanto la disciplina fue sustituida por la adulación.
Las consecuencias de la Reforma Universitaria después de 42 años, son la bolchevización de la clase dirigente argentina y el gobierno exclusivo de las izquierdas.
Entre los dirigentes del movimiento reformista del 18, se destacaron notorios comunistas, socialistas y masones —todos marxistas—, como Deodoro Roca,, Gregorio Hermán, Enrique Barros, Julio V. González, Gabriel del Mazo, el estudiante Aníbal Ponce, Paulino González Alberdi y, sobre todo, el Dr. José Ingenieros, como la figura más representativa de la inteligencia 'argentina bolchevizada y de la nueva Universidad de la Reforma.
Es preciso destacar que todavía hoy, las obras de José Ingenieros son las más leídas por la juventud universitaria argentina y continúan siendo un éxito de librería. " En noviembre de 1918, José Ingenieros en una conferencia resonante, explicó la trascendencia histórico-nacional del movimiento bolchevique y de la Revolución Rusa.
Ingenieros, a la manera típicamente marxista, sostenía un internacionalismo "científico", según el cual: "La existencia de la especie humana y su repartición en nacionalidades es un accidente de la evolución biológica y carece de finalidad"
Confróntese esta pretendida conclusión científica de Ingenieros que hace de la Patria un mero accidente sin finalidad, con el Todo por la Patria, de los cuarteles.
Cabe señalar que en todo este proceso de agitación social, especialmente en el campo obrero, que se desencadenó en el país entre los años 1917 y 1922, los comunistas marxistas (bolcheviques y socialistas), contaron con la colaboración activísima de los comunistas anárquicos de la F. O. R. A., ,así como de otros grupos sindicalistas.
Desgraciadamente para nosotros, la derrota de los movimientos bolcheviques y la reacción fascista en algunos países de Europa, fue arrojando a nuestras playas desde 1922 hasta 1939, oleadas sucesivas de dirigentes comunistas, socialistas y anarquistas, expulsados o exilados de Italia, Alemania, Portugal, España, etc. Esto aparte del envío organizado de numerosos activistas después de la 2º guerra mundial. Confundidos entre los inmigrantes. Y nos queda por destacar todavía, el gran porcentaje de judíos refugiados, 'muchos de los cuales son bolcheviques o resentidos sociales, en todo caso, elementos peligrosos para la seguridad del Estado.
A partir de 1922, la 3º Internacional comenzó a variar la táctica de lucha y las formas de penetración comunista en los Estados Capitalistas. Este cambio fue impuesto por las nuevas circunstancias internacionales; la crisis de postguerra comenzó a ceder a una normalización de las economías nacionales y la reacción nacionalista comenzó a hacerse sentir fuertemente en Europa.
Lenín, mientras hacía propagar el veneno marxista por todo el mundo, se dedicaba a estudiar a Clausewitz. Y atento, como antes Marx y Engels, a que una cosa es la interpretación económica de la historia para uso de los imbéciles del mundo entero, y otra cosa, la estrategia y la táctica en la* guerra-, produjo la variante necesaria en la acción comunista internacional para adaptar la lucha a las nuevas condiciones, dentro de las posibilidades concretas y
manteniendo invariable la dirección hacia el objetivo final: la revolución destructora de todo el orden existente.
Lenín tiene en cuenta para la línea de guerra, que "la doctrina marxista no es un dogma, sino una guía para, la acción”
Por esto es que los comunistas se jactan de que “lo grandioso del leninismo-stalinismo, es haber aplicado con maestría las normas de la estrategia y táctica militar a los conflictos sociales".
La nueva situación mundial imponía como variación táctica para la consecución del mismo objetivo final, dejar el propósito de revolución inmediata, buscando la alianza con las fuerzas y tendencias sociales no comunistas pero que aspiran a mejorar sus condiciones materiales de vida o que no quieren dejar de vivir a gusto y se muestran hostiles a toda disciplina y jerarquización de la existencia. Lo importante era para el Comunismo Internacional no quedar aislado ni a la zaga de los acontecimientos sociales y políticos del país. Por ello es que siguiendo la línea que Dimitrov expuso después en "Problemas del Frente Único y del Frente Popular" y que aprobó definitivamente el Congreso General del Komintern —realizado en Moscú en agosto de 1985—, se adoptó la táctica de formar con las fuerzas democráticas:
Los frentes populares, para luchar por la paz, contra el fascismo y contra el imperialismo.
Quiere decir que para impedir o contener las reacciones totales contra el Comunismo, el Comunismo propició y obtuvo en muchos países europeos y americanos, también en nuestro país, la constitución de un Frente Democrático o Popular, para sostenerse a sí mismo y seguir avanzando hacia su objetivo, con la protección y el apoyo de las fuerzas democráticas y los partidos burgueses, so pretexto de la lucha común por el mantenimiento de las libertades individuales y de los Derechos del Hombre.
Y así tenemos funcionando todavía una "Liga por los Derechos del Hombre", de notoria filiación comunista.
Se trataba entonces de valerse de "las masas organizadas y dirigidas por elementos burgueses o pequeños-burgueses", esto es, de los grupos democráticos para combatir la reacción nacionalista, absolutamente incompatible con el comunismo dirigida a su aniquilamiento completo, del tipo fascista o nazi. Obtenida la alianza frente populista o democrática, Dimitrov señala a los comunistas que deben colocarse a la vanguardia del movimiento y ayudar políticamente a las masas a ir superando sus dudas y vacilaciones para alcanzar "un grado superior de conciencia y de actividad revolucionaria"; se sobreentiende que bajo la dirección del bolchevismo.
En la 3º Conferencia Nacional del Partido Comunista, realizada en Avellaneda en octubre de 1935, se declaraba: "Nuestro Partido propiciará la lucha por un gobierno de concentración democrática, que con un programa democrático dé satisfacción a las reivindicaciones más urgentes de los obreros y campesinos".
Durante los años 1936, 1937 y 1938, la aplicación de la táctica del frente único y del frente popular se fue desarrollando como ayuda a los rojos en la Guerra Civil Española. Así en agosto de 1937, se realizó el 1º Congreso Argentino de Organismos de Ayuda a la República Española, de donde surgió la F.O.A.R.E. (Federación de Organismos de Ayuda a la República Española).
El partido Comunista de la Argentina publicó y difundió en el país, la Constitución Soviética de 1936, que conforme a la nueva táctica presentaba una estructuración democrática? y socialista.
La política soviética dirigida por Stalin, sucesor de Lenín en el comando absoluto de la Revolución, aparecía en el papel, orientada en el sentido de la Democracia pura y de sus sagradas libertades y Stalin afirmaba en esa circunstancia: "Hoy, en que la turbia oleada
del fascismo cubre de lodo el movimiento de la clase obrera y arrastra por tierra las aspiraciones democráticas de los mejores elementos del mundo civilizado, la Constitución Soviética será el acta de acusación contra el fascismo, el testimonio de que el Socialismo y la democracia son invencibles".
La constitución del frente único y frente popular de la Democracia, en las naciones de América, se consolidó y acrecentó bajo el contralor comunista, cuando Hitler dispuso en 1941, la invasión de Rusia y se selló la alianza militar de la U.R.S.S. con las grandes potencias anglo-sajonas.
Hasta el año 1945, es decir, hasta el fin de la Guerra*, duró el idilio democrático-comunista. Exactamente hasta que el Comunismo consiguió la colaboración decisiva de Estados Unidos e Inglaterra, la eliminación de la reacción nazi-fascista en Europa y de la fuerza japonesa en Asia.
En el año 1944, Rusia y sus filiales comunistas del mundo entero declararon disuelto el Komintern, como acto de fidelidad democrática y de aparente renuncia a actuar en casa ajena; pero no fue más que un gesto simbólico. A medida que se fue acercando el desenlace de la 2da. Guerra Mundial y que Stalin obtenía decisivas ventajas políticas y estratégicas en Teherán y en Yalta, se fue perfilando una nueva orientación en Moscú para la acción comunista de postguerra, la cual se concretó en septiembre de 1947, con la constitución en Varsovia de lo que hoy es una Cuarta Internacional Comunista, el "Kominform".
EL KOMINFORM
Triunfante la Revolución Rusa en 1917, Lenín retoma, según hemos establecido en las páginas anteriores, los lineamientos fundamentales de la estrategia marxista, para impulsar y dirigir la acción revolucionaria en el resto de las naciones, por medio del
Komintern y desde un centro 'político Racional y cada vez más imperialista.
Moscú pasa a ser, desde ese momento, la central del Comunismo en el mundo entero, la capital mundial del proletariado; los comunistas y comunizantes de la Argentina, por ejemplo, reconocen a Krushchov como jefe supremo, así como antes reconocían a Lenín y después a Stalin.
Y ese poder político y militar ha ido creciendo en unidad, en solidez y en fuerza expansiva, hasta ser uno de los centros de poder con significación mundial en el día de hoy.
Es importante observar que la primera guerra mundial finalizó con el triunfo de la revolución bolchevique en Rusia; y que la segunda guerra mundial ha terminado con la elevación del Imperio Soviético al rango de primera potencia, con un dominio absoluto sobre el inmenso territorio euroasiático y sobre mil millones de seres humanos, rígidamente encuadrados en un régimen autoritario y rígido, extremado hasta el despotismo de un oriental. Esto aparte del "caballo troyano" que tiene montado en cada una de las naciones cristianas, con los activistas, militantes y simpatizantes del Comunismo que trabajan en la sombra (infiltrados en las otras fuerzas sociales o confundidos entre las fuerzas de resistencia), o a la luz del Partido Comunista, cuya legalidad amparan las Constituciones democráticas.
Esto nos permite comprender el significado de la constitución del Kominform y sus proyecciones internacionales. Reunidos en Varsovia en septiembre de 1947, nueve representantes de las principales potencias Comunistas y de los principales partidos Comunistas del mundo occidental, resol-vieron la nueva política unitaria del Comunismo mundial. El representante de Rusia, camarada Andrey Dzanov, definió la nueva línea de acción que deben seguir los partidos y los activistas comunistas en todas las naciones; es lo que se conoce como "La Declaración de Varsovia".
La consigna fundamental ya no es como en 1936: "Por la paz y contra el fascismo".
Ahora es: "Por la paz y contra el Imperialismo Yanqui".
Entonces se trataba de constituir el frente popular o democrático; ahora se trata de formar el Frente Nacional para la defensa de la Soberanía Nacional contra los avances del Imperialismo Yanqui.
Antes era la alianza preconizada por el Komintern con las fuerzas democráticas y burgueses en contra de los nacionalistas y reaccionarios de tipo fascista; ahora el Kominform propicia la alianza del Comunismo con los nacionalistas enemigos del imperialismo, en contra de las fuerzas democráticas y burguesas, que sirven al imperialismo capitalista de Nueva York.
Claro está que los Comunistas no hablan del Imperialismo soviético que ya domina medio mundo y amenaza devorarse al resto, con un sentido absorbente y absoluto que busca al hombre entero, que quiere a todo el hombre; su alma más todavía que sus riquezas.
Por el contrario, la Unión Soviética, es presentada como libertadora de las naciones y azote de los opresores del mundo.
De ahí los términos de la Declaración de Varsovia, donde se contienen las directivas del Kominform:
"En las condiciones actuales los países imperialistas, como los Estados Unidos, Inglaterra y los Estados que los siguen, son enemigos peligrosos de la independencia nacional y de la autodeterminación de los pueblos, mientras que la Unión Soviética y los países de la nueva democracia constituyen una muralla segura en defensa de la igualdad de derechos y de la autodeterminación de los pueblos".
Y en otro pasaje, se referían a la misión histórica de los partidos comunistas que es ponerse "al frente de la resistencia al plan americano de servidumbre"; y deben tratar de unir sus esfuerzos
sobre la base de una plataforma antiimperialista y democrática, movilizando a su alrededor a todas las fuerzas democráticas y patrióticas del pueblo".
Fieles a estas directivas de la Central del Kominform, esto es, de Moscú, los comunistas de la Argentina, se fijaron el siguiente plan táctico:
"Los Comunistas Argentinos actúan y luchan en la plena seguridad del triunfo de sus objetivos mediatos e inmediatos, pues comprenden que para ello, para hacer triunfar sus ideales, es preciso que supediten todas las demás tareas a la tarea central del momento, cual es la de contribuir con su esfuerzo '• a impedir que los imperialistas, y, en particular, los imperialistas yanquis, logren expandirse en América Latina y en el mundo entero, haciendo peligrar así nuestra independencia económica, la soberanía de nuestro país y la paz mundial.
Los Comunistas Argentinos supeditan todas las demás tareas a la tarea central de reunir a todas las fuerzas democráticas y antiimperialistas en un frente de liberación nacional y social para conseguir una Argentina grande, próspera, feliz y soberana".
Se trata, pues, para la Unión Soviética en su marcha hacia el Imperio del mundo, de liquidar uno tras otro a sus enemigos valiéndose en cada caso, de aliados circunstanciales reclutados entre sus próximas víctimas.
El Comunismo Internacional —su ideología atea y materialista, su poder para suscitar el odio y el resentimiento en las almas, su acción destructora en todos los órdenes de la vida nacional—, es el instrumento para confundir, dividir, ablandar y desmoralizar a las Naciones de Occidente, a fin de convertirlas en fácil presa del Poder Soviético, del Imperio Rojo que se moviliza al máximo de sus fuerzas, mientras se dedica a desmovilizar a sus enemigos por medio de la acción de los Partidos Comunistas y de los activistas
emboscados en todas las actividades sociales que emplean las diversas formas directas o indirectas de influir negativamente en las almas, anarquizar la economía nacional y socavar las instituciones fundamentales de la Patria: supersticiones, doctrinas exóticas, vicios, sabotaje, terrorismo, etc.
Repárase en el hecho de que la acción del Comunismo se desarrolla impunemente a favor del régimen democrático y de sus libertades abstractas. Todas las fuerzas desintegradoras —judaismo, masonería, plutocracia financiera y Comunismo marxista—, tienen en la democracia el medio legal para su penetración y expansión en las naciones cristianas; en nuestra Patria inclusive. 
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LIBRE EXÁMEN Y COMUNISMO
CAPÍTULO QUINTO
EL COMUNISMO MARXISTA EN LA ECONOMÍA NACIONAL
 La acción del Comunismo sobre la economía nacional y, en particular, sobre las condiciones del trabajo y de los trabajadores,. . se funda en el mito marxista de la explotación necesaria, inevitable, impersonal del obrero por el patrono, dentro del régimen capitalista de la producción. Según la llamada teoría de la plusvalía que Marx expone en "El Capital" —su obra culminante de prestidigitador y embaucador insuperable—, el patrón se queda con una parte del valor que produce el trabajo del obrero;. . y este despojo es tan irremediable como la caída de los cuerpos,. . en la estructura económica sobre la cual se levanta la sociedad burguesa. . . Quiere decir que el beneficio del empresario capitalista no es más que un robo cuya comisión no puede evitar toda vez que suscribe un contrato de trabajo, . . aunque pague exactamente la fuerza de trabajo depositada bajo la piel del obrero, porque éste produce un plus valor sobre lo necesario para su
subsistencia material;. . y dicho excedente pasa a poder del empresario.
. . Marx pretende demostrar "científicamente" en su teoría de la plusvalía, la sentencia de Proudhon:. . "la propiedad es un robo"; a la vez que suscitar en el alma de las "víctimas" de la explotación, un odio implacable y un resentimiento feroz en contra no sólo del empresario —propietario—, sino de todo el orden social y político existente que lo condena irremisiblemente.
Claro está que nadie se atreve en el día de hoy, ni siquiera los representantes de la clase dirigente que va a ser arrasada por la revolución del proletariado; nadie se atreve, repetimos, a declarar públicamente que si se distribuyera todo el beneficio patronal, incluso toda la renta del capital invertido en la Nación, apenas aumentaría en algunos centavos el jornal obrero. Y esto únicamente en el improbable caso de que se mantuviera el nivel de la renta y del costo de la producción. Decímos improbable por no decir imposible, puesto que suprimido el empresario-propietario, tiene que ser reemplazada en la dirección de la fábrica, de la granja, de la mina, etc., por una numerosa y costosísima burocracia. Las experiencias colectivistas demuestran hasta la fecha que sin la mediación del terror, disminuye y empeora la producción, a la vez que aumentan fabulosamente los costos.
Es lógico que así sea, si se tiene en cuenta que la colectivización de la propiedad y de los medios de producción constituyen un atentado contra la naturaleza humana y sus inmutables exigencias; de donde resulta que sólo por la violencia extrema, del terror y del crimen aplicados impunemente, es posible obtener un rendimiento más o menos satisfactorio, tanto en la dirección burocrática responsable, como en la mano de obra.
La propiedad y la iniciativa privadas, junto con el amor a la ganancia y la complacencia en la posesión, son normalmente insustituibles. Es natural al hombre la afirmación de su voluntad de
ser en la posesión de bienes exteriores y, sobre todo, un patrimonio familiar que le proporcione seguridad e independencia,.,., incluso frente al mismo Estado. Y por esto es que cuando se tiende o se llega a la implantación efectiva de la comunidad de los bienes y de la socialización del trabajo, se empobrece y se anarquiza vertiginosamente la economía nacional hasta precipitar la miseria y el caos. Ante la inminencia de la miserabilización general o en medio de la catástrofe que ha llegado en lugar del paraíso prometido, los empresarios del Comunismo no tienen otro recurso para insistir en su programa contra natura que el empleo de la violencia. Solamente el terror como sistema exclusivo de gobierno, administrado por un contralor policial de la vida de las personas en todos sus aspectos e intimidades, puede ahogar las inevitables reacciones para volver al orden natural y hacer que los hombres sean eficaces en el trabajo y en las condiciones puestas en ejecución.
Lo grave es que buena parte de la propaganda anticomunista y antisoviética que se usa, principalmente de procedencia norteamericana,.,., es equívoca y contraproducente. Y puede agregarse: peligrosamente equívoca y contraproducente en absoluto. No se ataca ni se refuta a la doctrina comunista, como fundamentalmente errónea, antinatural e impracticable en condiciones normales;.,.,. tampoco se la ¡condena como intrínsecamente perversa, porque sus creadores y corifeos han sido diabólicamente inspirados por el odio a Dios y a todo lo que es de Dios en el hombre; esto es, por un resentimiento nihilista, incurable y feroz..,., Por el contrario, dicha propaganda comienza por hacer el más cálido elogio de Marx y de Engels, así como de los propósitos del movimiento ideológico y social que ellos organizaron y orientaron. Así, por ejemplo, leemos en la página 20 de la edición española del libro de G. Couts y N. Lodge, "El País de los Ciegos" (Barcelona, 1951) :
"La Revolución Rusa inspiró esperanzas universales porque muchos la consideraron no meramente una revolución rusa, sino también como inicio de una bienhechora revolución que daría la vuelta a la tierra..,.,. Y la Unión Soviética ha continuado inspirando estas esperanzas a los no informados porque fue hija de aquella revolución. Y reivindica ser la única heredera del más poderoso y noble movimiento popular del siglo XIX y principios del 20:.,., El socialismo revolucionario internacional. Fundado por Marx y Engels, y elaborado por grandes pensadores y dirigentes políticos de muchos países, este movimiento vio la salvación de la Humanidad en la inevitable subida al Poder de las clases trabajadoras de todas las naciones. Concebido de modo que completara la obra iniciada por las Revoluciones inglesa, norteamericana, y francesa, trató de combinar una grave y realista síntesis única de todas las tendencias liberadoras y humanizadoras del acervo humano. Vio la guerra, la miseria y la injusticia contemporáneas como fruto necesario del funcionamiento de las instituciones capitalistas, y extendió ante los pueblos de la Tierra la visión de un Mundo de paz, justicia, seguridad y plenitud. Y prometió abolir de una vez para siempre, la secular explotación del hombre por el hombre.
Con el transcurso de los años, este movimiento alcanzó gran fuerza moral y política en la mayoría de las naciones de Europa y proyectó con más o menos intensidad sus radiantes reflejos en todos los continentes..,.,., Conquistó el idealismo de la juventud, acució el sentimiento de rectitud de muchas personas significadas por su bondad y su grandeza, y hasta tocó el corazón de reyes y emperadores".
Hemos prolongado la cita para que se aprecie debidamente una muestra típica de la literatura que los norteamericanos dedican a combatir el comunismo soviético..,., Cabe preguntarse, por lo tanto, si Lenín o Stalin, La Pasionaria o Togliatti, Codovilla o Puiggros, harían una profesión de fe más definida y un elogio más exaltado de
la doctrina comunista,.,., de sus fundadores y del movimiento iniciado a mediados del siglo pasado y que hoy domina la mitad del mundo y tiende a dominar el resto.
Ocurre que el Comunismo Marxista es verdadero, bueno, generoso, justiciero y progresista, una síntesis de todo lo mejor que han aportado los movimientos humanistas anteriores; pero Lenín primero, después Stalin y ahora Khrushchov, han desviado, deformado y desnaturalizado la Revolución Rusa del año 1917 que fue la culminación del "más poderoso y noble movimiento popular del siglo XIX y principios del 20".,.,. Quiere decir que los dirigentes soviéticos han traicionado la idea y han convertido en instrumento de sus ambiciones personales de Poder, la Revolución de Octubre, erigiéndose en siniestros Zares Rojos, herederos aprovechados de los antiguos déspotas del sufrido pueblo ruso y animados por el designio de los más audaces entre ellos: el dominio del mundo.
No puede darse una estulticia mayor ni una colaboración más eficiente a los planes del enemigo como la del libro que comentamos, a pesar de su excelente documentación y su ordenada distribución para un sostenido efectismo sobre el público lector.
La verdad es que no existe contradicción alguna entre el comunismo ideológico de Marx y la realización comunista con la Unión Soviética.,.,., Los dirigentes máximos del Imperio de la Hoz y del Martillo son tan adictos y fieles al "Manifiesto Comunista" de 1848 y al movimiento de las Internacionales obreras, como los autores de "El País de los Ciegos"; pero una cosa es la propaganda ideológica de una utopía revolucionaria y la acción demoledora del orden existente en su nombre; y otra cosa, la pretensión de realizar su fantástico programa de mitos impracticables por cuanto suprimen o prescinden de la naturaleza humana.,.,. Se comprende fácilmente que Lenín y Stalin hayan tenido que apelar al terror y al crimen, cada vez más implacablemente, para llevar adelante la
colectivización de los bienes, de las actividades y de las almas de las gentes sometidas a su "Dictadura del Proletariado".
No sólo no han traicionado el programa comunista, sino que son los más consecuentes y tenaces ejecutores de la absurda ideología elaborada por Marx y Engels para la destrucción de Occidente.
La falsedad y la perversidad está en la idea comunista antes que en la práctica del comunismo dentro del plano natural. Y todas las violencias, extorsiones y crímenes que se documentan en el país de los ciegos, no son más que los resultados inevitables de una política de lo imposible.
La comunidad de los bienes materiales es naturalmente impracticable, porque la propiedad privada es una necesidad natural en el hombre. Una sociedad sin clases es naturalmente irrealizable porque lo natural es la jerarquía para que haya unidad en la multitud;.,., no puede haber orden alguno sin dirigentes y dirigidos, sea cual fuere la actividad o función social que se considere..,.,. La política real y verdadera es el arte de lo posible; pero el Comunismo es el programa de lo imposible, mitología pura, utopía retórica y terror práctico: nihilismo puro.
Conclusión: la ideología comunista de Marx a través de la lucha de clases y de la propaganda subversiva de las Internacionales obreras y de los partidos de izquierda, conduce necesariamente al terror soviético; y el terror soviético a favor de procesos internos análogos a los que se han desarrollado en Rusia y en las diversas naciones que han ido cayendo bajo su dominio, amenaza con extenderse al mundo entero.
Claro está que en la U.R.S.S. y en los países que están detrás de la cortina de hierro, la comunidad de los bienes y la sociedad sin clases, sólo rige para la inmensa multitud de los sometidos por el terror a un trabajo de esclavos y a una existencia miserable. Pero sobre ese mundo comunizado de los sin clase y sin patrimonio
alguno, se levanta el monstruoso Poder Soviético, las forzadas y estrictas jerarquías de los administradores del terror que integran el partido comunista bolchevique ruso, con sus 6 millones de afiliados (La Unión Soviética por si sola, tiene un mínimo de 200 millones de habitantes),.,., su Comité Central de 72 miembros,.,. su Politburó de 14 y su mecanismo complejísimo; y esta clase dirigente de comisarios, funcionarios, mariscales, directores de industria, escritores y artistas, etc. Es la realidad política decisiva en la U.R.S.S.
Quiere decir que el Estado Soviético que se denomina Dictadura del Proletariado para despistar,.,., es una estructura de dominio férreamente jerarquizada que culmina en un "supremo y absoluto jerarca; esto es, en un zar rojo que ejerce una autoridad personal sin límites y sin escrúpulos.
Es notorio, pues, que no se trata de un Estado bolchevizado, nivelado, socializado, anarquizada e impotente, como fue el Estado democrático y socialista de Kerensky, sino de un poder rígidamente jerarquizado, personalizado, centralizado y unificado hasta la unanimidad moral absoluta.
El partido Comunista Bolchevique Ruso se consagró a bolchevizar, ablandar, nivelar, miserabilizar, anarquizar, al Poder Zarista primero y después al Poder Social democrático ; pero una vez constituido en Poder se hizo necesariamente antibolchevique respecto de sí mismo para continuar su obra de bolchevización de los otros Poderes existentes en el mundo por medio del Komintern, del Kominform, de los partidos comunistas nacionales, de los frentes populares y de los actuales frentes nacionales que se organizan contra la oligarquía, el Imperialismo Yanqui, y por la Paz.
LAS CONSIGNAS COMUNISTAS PARA BOLCHEVIZAR LA ECONOMÍA NACIONAL Y EL TRABAJO PRODUCTIVO
La acción comunista en la etapa preparatoria de la conquista del Poder, tiende a socavar el aparato estatal existente en una nación, por medio de una tenaz e implacable crítica ideológica de todo principio y de toda forma, fijos e inmutables, envenenando las almas en el resentimiento nihilista contra las jerarquías naturales so pretexto de combatir los falsos e injustos privilegios. Y a la vez que extiende e intensifica su propaganda atea, materialista y niveladora, estimula, organiza y dirige, en forma directa o indirecta, la lucha de clases en favor de la masa proletaria, víctima hasta el día de hoy de la explotación capitalista, oligárquica e imperialista, carne de fábrica y carne de cañón.
Aparentemente se trata de notorias y justas reivindicaciones de salarios y de mejores condiciones de trabajo que nadie puede discutir siquiera y que los dirigentes y activistas comunistas encaran con el criterio que expuso Codovilla, por ejemplo, en su informe ante la sexta conferencia nacional del partido comunista realizada en Buenos. Aires, los días 24, 25 y 26 de noviembre de 1950.
"La lucha por las pequeñas reivindicaciones inmediatas es de importancia fundamental en el período actual.
En este período en que es preciso establecer la unidad de acción para conquistar las reivindicaciones económicas y sociales de los trabajadores... es preciso aplicar con más decisión y más audacia que nunca la línea unitaria del 11º Congreso del Partido y encontrar los diversos caminos de acercamiento, tanto de las masas trabajadoras como de los dirigentes honrados, peronistas y no peronistas, a fin de luchar en común por sus necesidades urgentes que son: conseguir aumento de salarios y sueldos, detener el alza del costo de la vida, asegurar trabajo para los desocupados y reconquistar las libertades democráticas, defender la paz y la libertad y la independencia nacional".
Y en la plataforma electoral del Partido Comunista para las elecciones federales del 11 de noviembre de 1951, se fijaron las siguientes consignas generales en el punto IX:
"Por la constitución de Comités Unitarios de la Clase Obrera y del Pueblo para luchar por sus reivindicaciones.
Por la unión del Pueblo Argentino en un amplio y poderoso frente nacional, anti oligárquico, antiimperialista y pro paz, que sirva de base de sustentación a un gobierno democrático y popular que asegure a nuestro país, el progreso, el bienestar social, la Independencia Nacional y la Paz".
Desde el punto de vista de los resultados prácticos de la bolchevización de la mentalidad, de la economía y del trabajo nacionales, no interesa que el proceso se haga en nombre del Partido Comunista y de la línea preconizada por el Kominform, o en nombre de grupos tácticamente segregados del Partido y del Kominform y que se manifiestan en contra de sus antiguos camaradas, o en nombre, incluso, de un movimiento que se declara anticomunista. Lo que sí interesa es que el proceso de anarquización de la economía, de crisis en la producción y en la disciplina del trabajo, junto con la desmovilización ética de los trabajadores y la extensión del derecho a la pereza, se cumpla hasta el extremo de provocar una verdadera catástrofe nacional que sea propicia a la insurrección armada y al asalto del Poder por los agentes de Moscú.
La experiencia de las luchas de clases en todas partes y en el propio país, nos documenta que son tres las consignas marxistas que se aplican en la bolchevización de la economía nacional y de los trabajadores:
1º Todo trabajo, es trabajo humano igual.
2º El régimen de trabajo propio de la fábrica urbana es norma única y exclusiva para toda especie de trabajo social-mente útil, lo mismo
para las explotaciones agrícolas que en los transportes marítimos o fluviales.
3º Ganar más y trabajar menos.
Repetimos que no interesa en absoluto,.,., quién sea el que lleva a la práctica o hace practicar dichas consignas: tampoco la etiqueta partidaria o sectaria en cuyo nombre se aplican. Lo importante, lo decisivamente importante para el éxito final de la gran Conspiración Comunista, es que lleguen a aplicarse efectivamente a la economía nacional y se vayan imponiendo.,.,. -en el espíritu de las masas y en las relaciones del trabajo. No faltan, inclusive, quienes siembran esa mala semilla en nombre del cristianismo, del patriotismo y de la pacificación de las almas y de las naciones; pero la cosecha le pertenece invariablemente a los agentes comunistas del Poder Soviético.
Veamos el significado de cada una de las consignas marxistas de la lucha de clases y sus consecuencias prácticas en el terreno económico, social y político:
1º Todo trabajo, es trabajo humano igual.
Se trata notoriamente de una forma de resolución de la jerarquía en nivelación, de la calidad en cantidad; o en otros términos, de la reducción de todas las especies y categorías de trabajo a un denominador común, necesariamente material, cuantitativo, impersonal, indiferente a todo sentido de responsabilidad y competencia.
Según la "teoría del valor" que Marx expone en "El Capital", el valor de cambio de una mercancía expresa la mayor o menor cantidad de trabajo igual, medido por las horas empleadas en su producción.
Quiere decir que toda la razón del valor en el mercado, es la fuerza humana materializada en el producto.
"El trabajo que constituye la sustancia del valor es trabajo humano igual, gasto de la misma fuerza humana de trabajo. . . cada una de estas fuerzas individuales de trabajo es igual a cada, una de las demás, en tanto que posee el carácter de una fuerza social media de trabajo y funciona como tal. . . El tiempo de trabajo socialmente necesario es el tiempo de trabajo exigido para producir un valor de uso (un artefacto útil) en las condiciones normales de la producción para una sociedad dada y en el término medio social de habilidad o intensidad de trabajo".
El valor de cambio, en consecuencia, es igual a cantidad de trabajo sin distinción ni calificación ningunas; es la medida de la fuerza gastada en horas de trabajo no importa cual trabajo ni la especie, ni la categoría, ni la responsabilidad de ese trabajo.
Esto significa que en el mercado del trabajo, tiene igual valor el trabajo-hora de un peón que el de un obrero calificado, el de un técnico o el de un director de industria. Y en el mismo sentido, vale igual el trabajo-hora de un profesional que el de un simple manual, el de un maestro de oficio que el de un aprendiz.
Bastará pasar revista a los contratos y laudos de trabajo que se han venido estableciendo para medir hasta que punto esta nivelación de salarios y sueldos en las diversas categorías de trabajos y de trabajadores, se impone a lo largo y a lo ancho de la Patria.
. . .La aplicación de la consigna Comunista se registra, también, en toda exigencia obrerista de igual trato para la misma categoría en el escalafón, sin estímulo alguno para el que trabaja más y mejor.
. . .Y esta proletarización o bolchevización del trabajo y de los trabajadores llega en el extremo de su acción, hasta nivelar el trabajo dirigente con el trabajo dirigido, al jefe responsable con el más irresponsable de los peones, bajo el falso e inicuo supuesto de que todo trabajo, es trabajo humano igual.
. . .Tal es el significado de esta consigna marxista que tanto terreno lleva ganado entre nosotros. Sus consecuencias liquidadoras para la economía nacional y preparatorias de la subversión bolchevique se aprecian fácilmente:
a) Desmoralización general de los trabajadores y abandono progresivo de la natural aspiración a lo mejor.
b) Disminución y descalificación crecientes de la producción.
c) Desorden y desacierto en todo el proceso de la economía nacional.
2º El régimen de trabajo propio de la fábrica urbana es norma única y exclusiva para toda especie de trabajo social-mente útil.
Esta segunda consigna marxista que los dirigentes profesionales y los activistas emboscados procuran por todos los medios, incorporar en toda lucha o acción reivindicatoría de los derechos del proletariado, tiene consecuencias igualmente desastrosas para la economía nacional y, en especial, para el orden, rendimiento y eficiencia del trabajo.
Nada más antinatural y, por lo tanto, más contrario a razón ni más perturbador en la práctica, como pretender implantar en el trabajo agropecuario o en el transporte fluvial marítimo, un régimen de labor y descanso, de horarios y turnos, de discriminación de tareas y previsiones, tomando como pauta y modelo el que es propio de una fábrica en la ciudad. Es una verdadera locura y un procedimiento bolchevizador de eficacia insuperable, asimilar el trabajo del agro o el trabajo del mar al trabajo urbano; esto es, exigir las mismas condiciones de trabajo o muy semejantes para un peón de campo o tripulante de buque que para un obrero manual de la ciudad.
Se trata, una vez más, de un proceso nivelador, uniformador, arbitrario y artificioso, que pretende reducir las diferencias específicas a un denominador común por medio de una abstracta generalización. La consecuencia práctica inmediata de la aplicación de esta consigna marxista, es la disminución progresiva y acelerada de las actividades agropecuarias, principalmente en las explotaciones medianas y pequeñas, porque ningún chacarero, granjero, tambero o quintero puede afrontar el costo o las obligaciones que comporta tener peones. De ahí la liquidación paulatina que se viene observando en nuestro país de las chacras, granjas, tambos y quintas, junto con el éxodo de los pequeños empresarios con sus familias y de los jornaleros hacia las grandes ciudades.
El resultado final es que la economía del país se ve amenazada por una crisis de producción de cereales, carnes, leche y productos lácteos, legumbres y hortalizas, sin precedentes. La aplicación sistemática de la segunda consigna bolchevique ro es el único factor; pero si una de los principales en la preparación de la catástrofe que nos amenaza.
Por otra parte, la imposición en los trabajos vinculados a la navegación de un régimen análogo al de las fábricas, obliga a embarcar tripulaciones mucho más numerosas que las requeridas normalmente. De ahí un aumento exagerado, innecesario y sumamente perjudicial de los costos de la explotación de la marina mercante, a lo cual se suma una discriminación minuciosa de las labores de cada una de las innumerables especialidades que se cumplen a bordo.
Es así como se elevan pavorosamente los fletes y se encarecen las mercancías que se importan o exportan. Y lo peor es el aumento progresivo del déficit en la marina mercante que no puede evitarse, entre otros factores, por el régimen de trabajo antinatural y antieconómico.
39 La acción comunista se vale todavía de un tercer recurso para precipitar la crisis moral y material en el terreno de la economía y del trabajo, que completa los dos primeros y se resume en la consigna: "ganar más y trabajar menos".
La lucha de clases que solo parece impulsada por la obtención de justas reivindicaciones y del pleno derecho de los trabajadores asalariados a una buena vida humana, se concreta en la conquista real de mejores remuneraciones (aumento de la capacidad de consumo en el obrero) pero sin la necesaria •compensación de trabajar más ni mejor. Por el contrario, asistimos a la exigencia renovada de reducir cada vez más la jornada de trabajo y el nivel de rendimiento, hasta convertir a los obreros en saboteadores sistemáticos de la producción y en los autores de su propia miserabilización, a través del desorden, de la inflación y de la incertidumbre futura.
No es el derecho al trabajo, sino el derecho a la pereza el que se pone en evidencia en renovados petitorios obreros de inspiración marxista. Nunca se comprometen los obreros a producir más y mejor, pero la verdad es que sus planteos, concretos y el logro de sus pretensiones hábilmente sugeridas, por el cerebro bolchevique que actúa en la sombra, hacen que-el trabajador asalariado sea irónicamente el que menos trabaja en el día de hoy.
Y no puede ser de otro modo, mientras la lucha por las reivindicaciones obreras resulta sometida directa o indirectamente a la influencia comunista, cuya finalidad no es, como hemos documentado, el mejoramiento de las condiciones mora-les y materiales del proletariado, sino la catástrofe económica para precipitar el aniquilamiento del orden existente con todo su aparato estatal, para imponer la llamada dictadura del proletariado; un despotismo y un terror local en dependencia absoluta del Poder Soviético, tal como ya ocurre en la mitad del mundo.
Conclusión: Teniendo en cuenta las tres consignas examinadas, será fácil diagnosticar, en cualquier momento, la gravedad que reviste la enfermedad bolchevique de la economía y del trabajo en nuestro país.
Y por otra parte, la presencia y la acción del Capitalismo financiero, sin Dios y sin Patria, impersonal y anónimo, con su voracidad insaciable y su explotación inicua tanto del trabajo de los productores como de las riquezas nacionales, sustraídas al Bien Común, sirve de pretexto a la agitación comunista del proletariado y exaspera el resentimiento social. Pero no se crea que la plutocracia internacional, integrada por judíos en su mayor parte, es antagónica del comunismo-internacional. Por el contrario, son dos nítidas e inconfundibles expresiones del Anticristo, cuyo vínculo secreto es la Masonería, la Sinagoga de Satanás; y cuyo objetivo común y final es la destrucción del Orden Cristiano. 
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LIBRE EXAMEN Y COMUNISMO


CAPÍTULO VI

EL COMUNISMO MARXISTA EN LAS FUERZAS ARMADAS DE LA NACIÓN

Lenín escribió en los meses de agosto y septiembre de 1917, esto es, en las vísperas de la Revolución de Octubre que lo llevó al Poder con los bolcheviques, un folleto titulado: "El Estado y la Revolución", donde recoge la experiencia revolucionaria de la Comuna de París de 1871, a través de la crítica autorizada de Marx y Engels y con miras de aprovecharla para su propio ensayo de gran envergadura.
El capítulo 79 de la obra, que debía versar sobre la experiencia de las Revoluciones Rusas de 1905 y 1917, tuvo que ser aplazado definitivamente porque su autor se convirtió en actor principal del proceso que se venía desarrollando en Rusia desde comienzos del año 1917. ….Y la verdad es que le resultó "más agradable y más provechoso vivir la experiencia de la Revolución que escribir acerca de ella", tal como declara el mismo Lenín en las palabras finales de la primera edición de su opúsculo que apareció en Petrogrado, el 30 de noviembre de 1917.
Claro está que Lenín comentó ulteriormente y en forma amplísima,….. la propia experiencia revolucionaria hasta su muerte a comienzos de 1924; y así como la crítica de Marx y Engels le sirvió de guía para la acción, Stalin y Khrushchov no han hecho más que retomar el camino de su antecesor para proseguir la tarea de la Revolución Comunista mundial,…. como lo demuestran los "Fundamentos" y las "Cuestiones de Leninismo" en el primero y las agresiones impúdicas del segundo.
Pero lo importante y lo que interesa decisivamente retener es que en la experiencia de la Comuna de París se da en pequeño,…. dentro de un marco fácilmente accesible en sus dimensiones de espacio y tiempo, el esquema fundamental de la Revolución Rusa y de sus proyecciones mundiales actualmente en plena ejecución, como proceso de bolchevización de las naciones todavía no comunistas.
Por eso es que vamos a resumir la exposición de Marx acerca de la guerra civil en Francia,… a través de las citas y observaciones de Lenín:
Comenzamos por el final:…. esto es, por recoger "la observación extraordinariamente profunda de Marx de que:…. La destrucción de la máquina burocrática-militar del Estado es condición previa de toda revolución verdaderamente popular.
Lenín completa este pensamiento práctico de su maestro,… agregando que: destruir, romper esta máquina,…. tal es el verdadero interés del "pueblo", de la mayoría de los obreros y de la mayoría de los campesinos; tal es la condición previa para una alianza de los campesinos pobres con los proletarios,… sin cuya alianza la democracia sería precaria, y la transformación socialista, imposible.
Hacia esta alianza se abría camino, como es sabido la Comuna de París,… si bien no alcanzó su objetivo por una serie de causas de carácter interno y externo. ••.. Esto significa que la tarea común de los asalariados y dirigidos, de los subordinados de todas las actividades sociales,…. es suprimir al parásito y reemplazarlo por algo nuevo.
Para que se tenga una idea clara y precisa de lo que significa en la Revolución Comunista Mundial,…. la experiencia de la Comuna de París de 1871, nada mejor que reproducir los pasajes más importantes de la obra de Marx que Lenín cita con ese mismo fin:
"En el siglo XIX, se desarrolló,… procedente de la Edad Media, el poder centralizado del Estado, con sus órganos omnipresentes: el ejército permanente,… la policía,… la burocracia,… el clero y la magistratura…. Con el desarrollo del antagonismo de clases entre el capital y el trabajo,… el poder del Estado fue adquiriendo cada vez más el carácter de un poder público para la opresión de la clase obrera, el carácter de una máquina de dominación de clase. .. Después de la Revolución de 1848-1849, el poder del estado se convierte en un arma nacional de guerra del capital contra el trabajo. El segundo Imperio lo consolida.
La antitesis directa del imperio y de la comuna, era la forma definida de aquella república.
Y para alcanzar esa "forma definida" de repúblicas sin clases,… el primer decreto de la Comuna fue:
"La supresión del ejército permanente para sustituirlo por el pueblo armado".
…El programa del nuevo "Estado sin clases", aparte de esta primordial y decisiva abolición de las Fuerzas Armadas,…. en su carácter de Institución Permanente, fija e inmutable, con su estructura jerárquica,…. su espíritu de obediencia y abnegación disciplinada del propio yo por fidelidad a la Patria;…. dicho programa, repetimos, se caracterizó por una serie de medidas liquidadoras de todo el orden hasta entonces existente, a través de la subversión, de la nivelación y de la confusión extendidas a todas las actividades sociales, lo que ahora denominamos, un proceso de bolchevización completa de la Nación y del Estado:
1º La Comuna de París estaba a cargo de un grupo de consejeros municipales elegidos por sufragio universal,… los cuales eran responsables y podían ser relevados en cualquier momento. Por supuesto que la mayoría de sus miembros eran obreros, o mejor, dirigentes obreros.
2º La Policía fue convertida en instrumento de la Comuna,…. responsable ante ella y revocable en todo momento.
3º Los funcionarios de las otras ramas de la administración pública quedaron reducidos a la misma situación que la Policía.
4° Todos los funcionarios desde los miembros dirigentes de la Comuna hasta los empleados más ínfimos,… tenían que desempeñar su cargo por el salario de un obrero. He aquí una forma sintomática de nivelación comunista que responde a la consigna: todo trabajo es trabajo humano igual; cuyo propósito es furiosamente clasista en el sentido de rebajar y confundir a los directores y jefes responsables con los dirigidos y manuales de mínima o ninguna responsabilidad en la tarea.
5° Una vez suprimidos el ejército permanente y la policía,… junto con la majestad de la autoridad y los privilegios del mando, que se
consideraban instrumentos de la fuerza material del antiguo poder,… la Comuna se apresuró a destruir también la fuerza de opresión espiritual, el poder de los curas.
6º Y, por último,… los magistrados y demás funcionarios judiciales perdieron toda independencia moral y material, así como su carácter de inamovilidad, siendo elegidos mediante el sufragio popular para ser los instrumentos más serviles de la demolición del orden antiguo y del aniquilamiento,…. bajo forma de proceso judicial, de los miembros de las clases dirigentes…. La simple enumeración de las medidas liquidadoras de la máquina estatal anterior que registra la experiencia revolucionaria de la Comuna de París,… nos advierte que "la democracia, llevada a la práctica del modo más completo y consecuente que puede concebirse, se convierte de democracia burguesa en democracia proletaria, de un Estado…. (fuerza especial para la represión de una determinada clase) en algo que ya no es un Estado propiamente dicho". (Lenín).
Quiere decir que el proceso lógico, consecuente e inevitable de la democracia pura que se define como un gobierno de la mayoría,… de la masa, del "pueblo",… concluye en el gobierno de los representantes de los dirigidos, de los subordinados en todas las actividades sociales que son los más,… el mayor número de los ciudadanos. De donde por la vía violenta de la insurrección armada o por la vía pacífica del sufragio universal, se llega al poder de los más contra los menos o de los representantes de las masas de obreros, campesinos, suboficiales y soldados contra los dirigentes,… empresarios,… directores o jefes, que marca la etapa de la Comuna o dictadura del proletariado, cuyo lema es:
Todo el Poder a las masas y abolición de todas las jerarquías, o lo que es igual, liquidación del cuadro de jefes y oficiales, y su reemplazo por el comité de suboficiales y soldados o "pueblo armado";…. liquidación consiguiente de todas las jerarquías administrativas y judiciales,…. nivelando todas las calidades y
responsabilidades de las funciones rectoras con el trabajo y el salario de un obrero;…. elección popular de los cargos y revocabilidad permanente de los mismos.
Claro está que esta violencia extrema contra el orden y las jerarquías naturales —aunque se cumpla sin violencias aparentes— supone un poder fuerte, coactivo y despótico; esto es, un Estado o dictadura del proletariado que el Comunismo estima como una necesidad transitoria para someter por la violencia a sus adversarios,… hasta que todos los hombres se habitúen a observar las reglas de la convivencia social sin violencia y sin subordinación;…. entonces, el Estado cesará de existir para siempre, cumpliéndose el objetivo final del Comunismo: "mientras el proletariado necesite todavía del Estado,…. no lo necesitará en interés de la libertad, sino para someter a sus adversarios,…. y tan pronto como pueda hablarse de libertad, el Estado como tal dejará de existir".
Y Lenín insiste en la obra que comentamos,…. "El Estado y la Revolución", citando a sus maestros Marx y Lenín, en la idea fundamental que "va como un hilo de engarce a través del pensamiento marxista, a saber: que la república democrática es el acceso más próximo a la dictadura del proletariado".
Ejemplos históricos: de la República democrática de Kerensky en Rusia, se pasó a la "Dictadura del Proletariado" de Lenín y de Stalin.
Otro ejemplo: la República democrática de Alcalá Zamora en España, se fue deslizando rápidamente hacia la "Dictadura del Proletariado" de Largo Caballero y de Negrín.
Y en épocas más recientes,…. en estos años de postguerra, podemos citar algunos ejemplos típicos de "evolución democrática" hacia la dictadura del proletariado, bajo la presión del Ejército Rojo: Polonia, Rumania, Bulgaria, Hungría,
Checoeslovaquia, etc. En América, podemos citar los casos recientes de Guatemala, Bolivia, Cuba, etc.
En todos los casos habidos y en los que pueden presentarse en el futuro inmediato,…. vemos o veremos reiterarse en sus líneas fundamentales de acción, la experiencia revolucionaria de la Comuna de París…. Y el síntoma claro e inequívoco de la bolchevización del orden existente y de su aparato estatal para sustituirlos por una dictadura del proletariado,…. como etapa necesaria de violencia organizada y sistemática, es la destrucción del ejército permanente, la subversión de la jerarquía militar o la desmovilización del cuadro de jefes y oficiales…. No hace al fondo de la cuestión que el proceso de liquidación de las Fuerzas Armadas se realice en forma violenta y de golpe o en forma pacífica y progresiva;…. tampoco si tiene lugar por una acción que opera desde abajo y desde afuera, o desde arriba y desde adentro.
Tal como enseña la experiencia de la Comuna de París en 1871 y todas las revoluciones que se han venido consumando a su imagen y semejanza,…. en el plan de la gran Conspiración Comunista Mundial,… todas las otras subversiones y liquidaciones que siguen a la de las Fuerzas Armadas, constituyen una secuela inevitable de esa crisis de la jerarquía militar que es el fundamento y sostén de las demás jerarquías sociales.
La acción comunista se concentra en ese objetivo antimilitarista por cuanto sabe que el resto de su obra, destructora y nihilista contra todo el orden existente, no es más que añadidura una vez que se ha logrado la desmovilización ética y material de las instituciones armadas de la nación……
Todos los medios directos e indirectos de propaganda ideológica,…. todas las seducciones y tentaciones para desmoralizar a los jefes y oficiales o para soliviantar al personal subalterno, se emplean sutilmente en esta tarea anti-ejército que es por antonomasia, la
tarea de la anti patria ya que se refleja vitalmente sobre las otras instituciones sociales y estatales.
El antimilitarismo de la mente y del corazón es la conspiración esencial contra la Patria,…. porque incide sobre sus mismos fundamentos en el alma de los ciudadanos y en primer término;…. de los defensores naturales del Estado. Se comprende que así sea, puesto que la milicia es la escuela de la obediencia y del respeto,… la escuela modelo en el orden temporal. , Todas las virtudes específicas del soldado —subordinación, coraje, paciencia, sobriedad, lealtad, honor y devoción por la Patria—, se reúnen y se completan en el respeto, principio subjetivo del orden y de la jerarquía en todo y fundamento inconmovible de la Sociedad y del Estado.
"¿Qué es el respeto?,…. mezcla de estima y sumisión para con una autoridad moral ante la cual nos inclinamos espontáneamente, es la base de toda sociedad y el sello de toda civilización. Sin respeto, la voluntad no se somete sino con ayuda de la violencia,…. y las naciones oscilan sin cesar entre la rebeldía y la tiranía. Con el amor y la fe, es una de las primeras potencias del mundo".
Fuera del respeto no hay verdadera disciplina social en ningún terreno;…. no queda más que la violencia extrema,… el crimen y el terror, para mantener un orden aparente; una jerarquía falaz y artificiosa para asegurar la marcha de los negocios públicos.
El comunismo trata hábilmente de confundir la mente con su prédica materialista y de envenenar el corazón de los ciudadanos,… principalmente de los subordinados, para reemplazar en las almas,… el amor y el respeto por el odio y el resentimiento nihilista. Pero no puede herir decisivamente a la Nación ni al Estado,… mientras no ha logrado infiltrarse en el alma del soldado y subvertir la jerarquía militar, porque "el soldado es el respeto viviente de la autoridad,… cuando por doquiera en nombre de la libertad,… se la menoscaba y se la insulta; es el respeto viviente de la jerarquía,
cuando por doquiera se la destruye,…. en nombre de, la igualdad; es el respeto viviente de la disciplina,… cuando por doquiera reinan la anarquía y el desorden; es el respeto viviente del deber, cuando por doquiera, con la palabra "derecho" en la boca,… se maldicen todos los deberes, guardián del fuego sagrado que en todas partes se extinguía,… ha conservado el culto de esas leyes augustas que son a la vez base, columna y coronamiento de todo grande edificio social".
De ahí que el camino de la Revolución Comunista no queda allanado hasta que se obtiene la bolchevización completa del espíritu militar, sustituyendo la mentalidad jerarquizadora por una mentalidad niveladora que todo lo explica haciéndolo venir de abajo…. El hábito materialista de la inteligencia lleva inevitablemente al desprecio de la jerarquía y a la pérdida absoluta del respeto.
La influencia ideológica y pedagógica que logra estructurar una mentalidad anti militar en el hombre que asume el Estado militar,… no tiene necesidad de ostentar etiqueta comunista, y hasta puede disimularse con nombres elevados,… incluso con el nombre de Cristo; pero si consigue prevalecer sobre las almas, reemplazando la educación para la muerte por una educación para vivir a gusto, entonces la desmovilización ética, del cuadro de jefes y oficiales está asegurada, junto con la, "fiebre envidiosa" y niveladora en el personal subalterno. Y la crisis de las Fuerzas Armadas se convierte en crisis misma de la Patria, la cual se precipita como una fruta madura en las manos de los dirigentes del proletariado y del personal Subalterno de la milicia, esto es, en manos de los agentes del Comunismo marxista-leninista de Khrushchov.
Mentalidad anti militar quiere decir una mentalidad atea, materialista, pragmática, liberal, igualitaria, pacifista, internacionalista, clasista, partidista…. No se requiere mucho esfuerzo para comprender la aberración que significa la institución de ese
modo de pensar en un hombre de armas,… cuya, vida debe estar enteramente ceñida por el servicio de Dios y de la Patria y el respeto de todas las jerarquías espirituales y naturales.
Acabamos de recorrer el itinerario de la Revolución Comunista, en sus etapas principales y lógicamente necesarias a través de las sucesivas experiencias históricas que reproducen ampliado el modelo de la Comuna de París de 1871,… Y hemos visto el lugar preponderante que tienen las Fuerzas Armadas en este proceso de liquidación de las Patrias,… puesto que ellas son las murallas infranqueables e irreductibles,… el sostén mismo de la Patria y de las otras instituciones del Estado,… hasta que la acción corrosiva del Comunismo consigue infiltrarse y adueñarse de la mente del soldado,… confundiendo sus ideas y debilitando el respeto. En este sentido, debemos tener presente en todo momento,… al encarar estas cuestiones decisivas para el destino de la Patria y de las Instituciones Armadas que:
"Lo que caracteriza ese desprecio de la jerarquía es retroceder siempre un paso cuando se requiere subir siempre un escalón". (Shakespeare).
Estamos por consiguiente, en condiciones de diagnosticar de un modo seguro y preciso, la infección bolchevique en las Fuerzas Armadas y los avances del mal en un momento dado:
Nos bastará con apreciar la fuerza o el relajamiento del respeto en los que mandan y en los que obedecen: ….a la vez que contar los escalones que se ha subido o bajado en la jerarquía.
Apenas comienzan a ceder los derechos propios del mando y los deberes rigurosos de la subordinación,…. so pretexto de que ¿los tiempos han cambiado, se quebranta la disciplina militar y se acorta la distancia jerárquica hasta rodar por la pendiente de la nivelación. El respeto se cambia en adulación del superior y en resentimiento del inferior hasta que el espíritu de subversión
precipita a las Fuerzas Armadas en la inquietud infinita y en la impotencia material.
"El ejército es la Patria viviente"…. De ahí que el debilitamiento o la anulación del carácter militar compromete la existencia misma de la Patria,… por cuanto la deja a merced del pequeño grupo, férreamente disciplinado,… jerarquizado y decidido, de dirigentes comunistas que se han venido preparando para la toma del poder e instaurar la dictadura del proletariado. El traspaso del Poder puede hacerse por una insurrección armada en un momento dado o por un proceso más o menos gradual y pacífico dentro de la Democracia que se va cumpliendo con la declinación de los antiguos dirigentes y el ascenso de los nuevos,…. investidos de la representación de la masa obrera y campesina y del personal subalterno.
Pero siempre se trata del plan básico de la Comuna de París: destrucción del aparato burocrático y militar del Estado llamado burgués,… y liquidación material de la anterior clase dirigente — jerarquías civiles, militares y eclesiásticas— condenada sin excepciones como clase explotadora e instrumento del capitalismo Imperialista.
La infiltración comunista en las Fuerzas Armadas se realiza como en todos los órdenes de la vida nacional, por dos procedimientos distintos:
Iº Una acción directa que en estos momentos se cumple en modo análogo al trabajo (antimilitarista),… ejecutado por medio de los jóvenes militantes del Partido —Federación Juvenil Comunista—,…. que se incorporen a la conscripción o trabajen como obreros o empleados en talleres y oficinas de las Fuerzas Armadas.
La propaganda se hace entre los conscriptos,… suboficiales e incluso entre los oficiales, en la forma que el profesor Carlos M. Silveyra expone y documenta en el capítulo XI de su libro "El Comunismo en la Argentina", publicado en 1937. El tiempo
transcurrido desde entonces, no comporta variaciones en este tipo de propaganda que no es,… a nuestro juicio la que reviste mayor importancia y peligrosidad,… pero que es preciso vigilar y prevenir cuidadosamente.
2°: Una acción indirecta que se realiza bajo la dirección del Kominform camuflado de "blanca paloma",… con su gran ofensiva de paz en el mundo entero; esto aparte, de la intensa y múltiple propaganda ideológica no comunista: herejías, supersticiones, doctrinas perversas o groseras,… desviaciones morales y todas las formas de confusión mental y de nihilismo del carácter,… destinada a liquidar el espíritu militar, el orgullo de estar en filas y de vestir el uniforme de los defensores de la Patria, el entusiasmo y la vocación de la milicia.
Se advierte un cambio sensible en el lenguaje de los empresarios de la Revolución Comunista mundial….. Ya no declaman la huelga,… el sabotaje,… la insurrección armada,.. la violencia extrema. Por el contrario, no quieren que se derrame una sola gota de sangre; y tienen acentos delicados para la Patria y las mejores tradiciones del "humanismo".
El único lobo feroz y sanguinario es el imperialista yanqui y todos los esfuerzos de los partidarios de la paz encabezados por Moscú, deben consagrarse a impedir que desate la guerra; para ello hay que desmilitarizar las almas y las naciones.
Y la verdad es que asistimos a una crisis de las vocaciones militares en la juventud, particularmente aguda entre nosotros y en los últimos años.
La otra forma de acción indirecta a que nos hemos referido, cuyos agentes son activistas emboscados e instrumentos ciegos, consiste en aconsejar, sugerir, estimular, propiciar e intensificar todas aquellas corrientes de pensamiento y de influencia moral que
deforman la mente y envilecen el carácter de los hombres de armas.
De ahí la atención que debe prestarse a las disciplinas formativas y a la vida religiosa en las escuelas donde se preparan los futuros oficiales y suboficiales, a fin de justificar y arraigar, de un modo indeleble, en la mente del cadete o aspirante, su estado militar.
Aquí no existe propaganda ideológica con etiqueta comunista ni tiene nada que ver el Partido directamente; pero sería ingenuo o sospechoso sostener que el Comunismo no prospera día a día como bolchevización progresiva de las Fuerzas Armadas, no sólo por lo que se hace sino también por lo que se deja de hacer.
Síntomas claros e inequívocos de esa bolchevización o desmovilización ética de las Fuerzas Armadas son:
Iº Alejamiento de la juventud de la carrera de las armas y deserción creciente de los que están en filas,… esto es,… lo que hemos llamado crisis de la vocación militar.
2º Crisis del respeto y de la jerarquía que se traduce en la desmoralización del mando y en el relajamiento de la obediencia.
3º Utilización, cada vez más frecuente, de la carrera de las armas como un instrumento para abrirse camino en otras profesiones o actividades civiles.
4º Tendencia visible a disimular el estado militar usando lo menos posible el uniforme, como si ya no fuera un motivo de orgullo estar en filas.
5º Seducción de las libertades civiles en los militares que los aleja interiormente de la disciplina y de la profesión.
Pero el síntoma más grave de esa desmovilización ética de los hombres de Armas,…. es la mentalidad civilista, jacobina y burguesa que ha llegado a prevalecer en los jefes y oficiales argentinos…. Esta deformación dirigida, los aparta de su misión
específica que es el servicio de la Iglesia de Cristo y de la Patria,… para disminuirlos en el servicio de la Democracia y de la libertad abstractas. Llegan hasta olvidar que la Patria ha sido obra de la espada bajo el signo de la Cruz de Jesucristo ; y que es anterior a la Constitución del Estado.
La Patria es una esencia fija e inmutable en el tiempo histórico,… como la bandera de guerra que es su símbolo y que los soldados — sus guardianes naturales—, juran seguir constantemente hasta perder la vida…. La Constitución Nacional es una regla accidental, una ley de circunstancias que puede ser modificada en todas y en cada una de sus partes.
Es la gloria del soldado morir por la Patria y su Bandera,… por la soberanía nacional; pero es ridículo morir por la custodia de las urnas y de la soberanía popular…. El cuidado de las Armas es la Patria, no es la Democracia. La Democracia nos lleva, quieras que no, al Comunismo, porque es la anarquía hecha institución.
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LIBRE EXAMEN Y COMUNISMO
CAPÍTULO VII
EL COMUNISMO MARXISTA EN LA CULTURA Y EN LA EDUCACIÓN NACIONALES
Subraya Lenín que:.,.,., "la filosofía de Marx es el materialismo filosófico acabado que ha dado a la humanidad y, en particular, a la clase obrera, una formidable arma de conocimiento".,.,.(Así se expresa en: "Tres Fuentes y Tres Partes integrantes del Marxismo".)
El comunismo que ha llegado a ser una conspiración mundial al servicio del Imperialismo soviético, tiene su fundamento en la llamada filosofía de Marx; esto es, tiene su origen ideológico en ese materialismo acabado a que se refiere Lenín, cuyo contenido y alcance para la Cultura y la Educación, debemos analizar.
Para una adecuada inteligencia de esta cuestión en sus proyecciones universales y nacionales, debe tenerse siempre presente que el comunismo es tan inseparable del materialismo filosófico en el plano ideológico, como del Poder soviético en el plano político.
Moscú pretende ser una nueva Roma pero con el poder de las dos Romas —el poder espiritual y el poder temporal reunidos— en la férrea, despótica y absorbente voluntad de su Zar Rojo.
El imperialismo soviético no aspira solamente a dominar sobre los bienes exteriores y materiales de las otras naciones del mundo,.,.,. sino que quiere al hombre entero, también su alma con todo su ser y todas sus potencias.
Y por esto es que le interesa,.,.,., en primero y principal término, adueñarse de la mente y del corazón de los hombres y de las naciones; los bienes exteriores y corporales los tendrá por añadidura, una vez que asegure su predominio en las almas.
¿Cuál es el instrumento ideológico que utiliza la conspiración mundial del comunismo, dirigida desde Moscú, para preparar la servidumbre de las almas y de las Naciones?.,.,.
Precisamente ese materialismo filosófico acabado de Marx,.,.,. cuyo efecto es el ablandamiento y el desmoronamiento final de las inteligencias y de los caracteres; esto es la bolchevización de las almas y de la plaza pública en la medida de su infiltración en la cultura y en la educación nacionales.
¿Cuáles son las consecuencias espirituales y sociales de esa bolchevización de la cultura y de la educación?
Nada menos que la crisis de la Religión y de las jerarquías sociales, cuyo término final es la confusión de todo con todo en las ideas, en las costumbres y en las instituciones: nivelación de todas las creencias y opiniones, de la sensibilidad y del gusto, de las diversas categorías y condiciones humanas, siempre en beneficio de lo ordinario, de lo vulgar, de lo subalterno.
Pero mientras la acción comunista va preparando esta bolchevización de la cultura y de la educación en las otras naciones, levanta en la Unión Soviética, los altares de una nueva
religión civil: la mística comunista con su idolatría del Zar rojo, nacido para redimir al mundo de la injusticia y de los males sociales que lo afligen.
Y junto con esta religión del Comunismo, su mesías rojo y sus santos sociales, el Poder Soviético, ha restablecido la jerarquía, con su clase dirigente de comisarios del pueblo, jefes de la economía y de la industria, escritores, artistas y hombres de ciencia; esto aparte de la nueva jerarquía militar con sus mariscales soviéticos, héroes de la última guerra mundial que se presentan como continuadores de los grandes generales rusos del pasado y cuyas condecoraciones no parecen ofender al igualitarismo comunista.
Y esta vuelta a la jerarquía, dentro del molde aparente de un nacionalismo panteísta y esclavista se traduce actualmente en las rigurosas consignas del Partido Comunista Ruso,.,.,. a los escritores y artistas soviéticos: en el Oktiabr, órgano de la Unión de Escritores Soviéticos, apareció en el número de agosto de 1949, un artículo titulado: "por el patriotismo soviético en la literatura y en la crítica literaria", donde se fijan estas sorprendentes directivas para el lector ingenuo que hace abstracción del imperialismo soviético y de su ideología satánica en la cuestión actual del Comunismo:
"Si tomamos la historia de la literatura soviética, observamos que el partido bolchevique ha debido desde los primeros días de la Revolución de octubre combatir contra diversos grupos y tendencias de carácter formalista o cosmopolita. . . la literatura ha sido siempre uno de los instrumentos más importantes para la educación de las masas. La literatura soviética se encuentra en el momento actual frente a un objetivo de particular responsabilidad: el de presentar en formas luminosas, artísticas y nuevas a los hombres soviéticos... y de influir con el ejemplo de los hombres de
vanguardia en las grandes masas del pueblo, formando en éste el orgullo patriótico hacia su Patria Socialista".
Quiere decir que la literatura soviética que no es más que propaganda pura, retórica de partido, debe ser en todas sus expresiones ultra patriótica y un himno a la grandeza nacional de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.,.,. a sus fundadores, conductores, comisarios,.,.,. jefes y directores en todos los órdenes de su actividad. El humanitarismo cosmopolita, internacionalista, formalista y abstractamente genérico,.,.,., debe ser suprimido de raíz como una tendencia decadente y una mimesis bastarda de la literatura occidental.
Es notorio que la política de la Unión Soviética, se esfuerza por consolidar y extender su Poder, restableciendo la majestad de la autoridad y la distancia de la jerarquía en todas las funciones del Estado.
Los medios que el Poder Soviético emplea para esta empresa reaccionaria en el orden interno, son la propaganda y el terror;… por otra parte, los únicos medios prácticamente eficaces allí donde se mantiene el teatro del comunismo; esto es, la farsa pública de la patria socialista del proletariado universal.
El terror en la autoridad política divinizada es la consecuencia inevitable de la destitución en las almas del temor de Dios como principio de la sabiduría y del gobierno. La propaganda es la falsificación de la cultura y de la educación del ciudadano para montar una mentalidad engañosa, ficticia, uniforme y dirigida en todo lo que atañe a su alma y a su destino personal y colectivo, a su psicología, a su conciencia histórica, a su moral y a su fe. Tan solo se respeta y se cultiva la verdad útil de las ciencias exactas y experimentales de la, naturaleza exterior para la eficiencia de la técnica y de la industria, indispensable para aumentar el Poder.
Quiere decir que tan sólo en el saber de lo que es exterior al hombre (el mundo físico) y que es para lisar; esto es, tan sólo en lo que respecta a la preparación profesional y técnica —aspecto informativo pero no formativo de la educación— se interesan por el saber y la verdad, por los métodos de investigación científica y por los resultados objetivos, empeñándose en descubrimientos e invenciones económica o militarmente aprovechables.
Se comprende que así sea puesto que en el terreno material, físico, exterior y moralmente indiferente, no podemos prescindir del conocimiento de las leyes exactas que rigen las series fenoménicas y de las circunstancias exigidas para su experimentación, si queremos dominar prácticamente su proceso. …..No hay aprendiz de brujo que pueda reemplazar el conocimiento de la verdad científica,… del cálculo verificado por el experimento, con ningún juego de ficción, ni con un mero producto de la imaginación al margen de la experiencia y de la exactitud en la medida…. En otros términos, no se puede ejercitar el ilusionismo, ni intervenir eficazmente en los resultados experimentales, en los efectos aprovechables del mundo físico, por medio de mitos o de "místicas".
Pero en el mundo moral,.. en la conducta voluntaria del hombre y en los hechos individuales, sociales e históricos de esa conducta,… la situación cambia fundamentalmente. Aquí el error es eficaz, obra resultados y tiene consecuencias que pueden ser irreparables para el destino personal o nacional.
No sólo la verdad, el bien y la justicia; también el error, el mal y la injusticia obran efectos reales y gravitan decisivamente en los acontecimientos sociales, políticos e históricos. El error, la falsedad, la injusticia, la perversión, pueden presentarse con la apariencia de la verdad, de la sinceridad, de la justicia y de la bondad, y obtener asentimiento no en base a fundadas razones ni a la evidencia de los hechos, sino al placer y al dolor, al deseo y al
temor; esto es, en base a las impresiones y a las pasiones que dominan subjetivamente a las almas ignorantes, débiles o pervertidas, haciéndolas propicias a la sugestión,… a la credulidad, al engaño, a la superstición, etc.
La propaganda absorbiendo la cultura y la educación en el comunismo; la propaganda como literatura y arte de Partido, como ideología de clase, como educación socialista…. y escuela del trabajo, como economía socializada y comunidad de bienes,… como dictadura del proletariado y como redención social de la humanidad, no es más que una fábrica de mitos y de "místicas"… que toman el lugar de la verdad y de la fe en la administración de los entusiasmos y de las desmoralizaciones,…. de las elevaciones y de las depresiones, de las fidelidades y de las traiciones, en los individuos y en las colectividades.
Moscú es el centro mundial de la Propaganda del Comunismo —"su mística y sus mitos"—, tanto para uso interno como para uso externo;…. este último a cargo de los partidos comunistas locales, de las asociaciones culturales, deportivas y sociales comunizantes, y, sobre todo, de los activistas infiltrados en las instituciones del Estado.
La propaganda comunista para el exterior tiene la doble finalidad de formar sus cuadros de dirigentes obreros, universitarios, estudiantiles, etc., y la bolchevización de las almas y de las naciones.
Claro está que la propaganda bolchevique en sus efectos de confusión de la mente y de subversión social, no es una invención original del comunismo marxista, sino que continúa la obra destructora que venía realizando el liberalismo y, en rigor, no es más que su lógico desenlace. Tal como subrayaba el Papa Pío XI, en su Encíclica "Quadragésimo ano", (año 1931) :
"Tengamos presente que el pariente de este socialismo cultural ha sido el liberalismo, y que su descendiente será el bolchevismo".
El Libre Examen es, pues, el verdadero principio del Comunismo.
Ha llegado el momento de examinar el contenido y la significación de la ideología que sirve de fundamento tanto a la "mística" como a los mitos de que se vale la propaganda comunista:… el materialismo filosófico acabado.
Lenín dice acabado, porque es el materialismo llevado a todos los terrenos y a todos los extremas en sus consecuencias para el conocimiento y para la vida.
"La filosofía del marxismo es el materialismo. A lo largo de toda la Historia Moderna de Europa,…. y especialmente a fines del Siglo 18,… en Francia, donde se libró la batalla decisiva... el materialismo se acreditó como la única filosofía consecuente,… fiel a todas las teorías de las ciencias naturales,…. hostil a la superstición, a la beatería, etc. . . pero Marx no se detuvo en el materialismo del siglo 18..... lo enriquecía con las adquisiciones de la filosofía clásica alemana, especialmente del sistema de Hegel que, a su vez condujo al materialismo de Feuerbach….. La más importante de estas adquisiciones es la dialéctica,…. es decir, la doctrina del desarrollo en su forma más completa, más profunda y más libre de unilateralidad, la doctrina de la relatividad del conocimiento humano que nos da un reflejo de la materia en constante desarrollo.
Profundizando y desarrollando el materialismo filosófico,…. Marx los llevó a su término e hizo extensivo su conocimiento de la naturaleza al conocimiento de la sociedad humana. Exactamente igual que el conocimiento físico del hombre refleja la naturaleza exterior que existe independientemente de él, es decir, la materia que se desarrolla, el conocimiento social del hombre… (las diversas doctrinas filosóficas,…. religiones,… políticas, etc.) refleja el régimen económico de la sociedad…. Las instituciones políticas
son las superestructuras que se levantan sobre la base económica". Lenín: "Tres Fuentes y Tres Partes Integrantes del Marxismo año 1913.
"Materialismo filosófico acabado" quiere decir, pues, un materialismo integral,… extremo,… absoluto… que abarca tanto el mundo físico como el mundo moral; que es una explicación dialéctica (desarrollo por oposiciones y contradicciones que se anulan sucesiva e infinitamente) del mundo exterior, de la vida biológica, de la Sociedad y de la Historia.
Así como el conocimiento exacto y experimental —físicomatemático— es el reflejo del proceso de los fenómenos exteriores cuyo curso es independiente de la voluntad humana;… ocurre también que la religión…, la filosofía…, la moral…, el derecho,…. el arte y la educación son el reflejo en la conciencia de los hombres, ….de las condiciones materiales (económicas) de su existencia en cada momento histórico…. Tal es lo que Marx, por otra parte, sostenía ya en sus primeras obras;… por ejemplo, en la "Ideología Alemana", escrita antes que el "Manifiesto Comunista" de 1848:
"La religión, la moral, la metafísica y el resto de la ideología, así como las formas que revisten en la conciencia carecen de desarrollo e historias propias. Conforme a la evolución de la producción…. y de las relaciones materiales de los hombres, evolucionan los pensamientos y las ideas".
En otros términos, este materialismo acabado pretende enseñar como verdad científica que todo lo que llamamos alma, espíritu, conciencia, idea, ideal, sentimiento elevado, creencia religiosa; en fin, todo lo que constituye el mundo de la cultura y de la educación no es más que un reflejo de lo material:… necesidades materiales (animales, instintivas e inmediatas del hombre,… del sexo…, del poder),… medios materiales de producción y relaciones materiales o económicas entre los hombres.
La conclusión del materialismo marxista que es "La base del Socialismo y del Comunismo"… (dice Plejanov), se puede resumir:
Así como el alma es una mera traducción de los procesos corporales, la cultura y la educación en un Estado no son más que una mera traducción de las necesidades y de las relaciones económicas dominantes.
He aquí la cartilla que la propaganda comunista y comunizante viene imponiendo de memoria, a las masas obreras y al personal subalterno de todas las naciones, por intermedio de sus dirigentes intelectuales, gremiales y partidistas…. Desde hace un siglo ésta es la pedagogía elemental del proletariado que prepara el terreno en las almas para el cultivo de la mística y de los mitos comunistas.
La "mística" del proletariado que ahora se hace coincidir absolutamente con el imperialismo soviético, es la fe en Khrushchev y en la Revolución Comunista Mundial que nos hará desembocar fatalmente en una Sociedad sin supersticiones ni prejuicios, sin fronteras y sin clases,… rica y feliz, donde todos los hombres sin distinción serán libres,… iguales y fraternos de verdad. Se trata, pues, de la visión del paraíso terrenal, cuya utópica y vana esperanza "mística" solo puede arraigar en una tierra abonada por el materialismo filosófico acabado.
Y como la moral,…. lo mismo que todos los productos de la cultura… y de la educación, es el reflejo de la economía,… "se habrá llegado a la conquista de una moral realmente humana, sustraída a los antagonismos de clases y al recuerdo de ellos, cuando lleguemos a un tipo de sociedad (comunista) en la que no sólo se habrá abolido el antagonismo de clases, sino que, además de abolido, se habrá olvidado y desarraigado de las prácticas de la vida".(Federico Engels: "Antidüring").
Junto a la "mística" del proletariado mundial que ahora se confunde en una sola fe y en una misma esperanza con el mesianismo ruso y su orgullo nacionalista más exaltado, proliferan los mitos del materialismo filosófico acabado…. Su infiltración y predominio creciente en la mentalidad de las clases dirigentes de las Naciones cristianas —no ya solamente en las masas de obreros y personal subalterno— y, por lo tanto, en todas las manifestaciones de cultura y en todos los grados de la educación, va sembrando la confusión mental y el nihilismo moral; y va extendiendo la subversión de los valores, de las funciones y de las categorías sociales, hasta la inminencias de la propia liquidación como clase rectora y como nación que depende de sus principales. Es lo que hemos llamado bolchevización de las almas y de los pueblos o desmovilización intelectual y ética de las naciones.
La crítica despiadada del materialismo marxista con sus mitos ideológicos —la religión como reflejo fantástico de un estado material en que el hombre necesita de las ilusiones para vivir; la filosofía como una concepción del mundo que traduce los intereses de la clase social a que pertenece el autor; el arte como expresión de la sensibilidad y del gusto de la clase dominante; la política como instrumento de los intereses económicos en auge, etc.; esta crítica materialista, repetimos, que pone bajo un signo de negación y de crisis irremediable a la Religión, a todos los contenidos de la cultura y a los ideales educativos de la Sociedad contemporánea — como productos de la odiosa burguesía— no sólo confunde y envenena a las masas, sino que va ganando las inteligencias y los caracteres dirigentes, lo mismo que se va adueñando del espíritu de la educación nacional. Esto, claro está, en la medida en que las clases rectoras —estadistas, magistrados, educadores, militares, profesionales, etc.— van cediendo al empuje de esa gigantesca propaganda, directa o indirecta, declarada o disimulada, que el comunismo desarrolla desde hace un siglo, sobre los profundos
cauces abiertos por su antecesor y pariente próximo, la cultura y la educación liberales.
Se relativizan las inteligencias y disminuyen las verdades; se ablandan los caracteres; se relajan las disciplinas y se facilitan los estudios; se acortan las distancias jerárquicas y se achica la autoridad; cuando el escepticismo y la falta de respeto en todos los órdenes de la vida, hasta en los más sagrados.
El materialismo filosófico acabado se acusa invariablemente como subversión del orden espiritual o natural…. Allí donde lo superior,… lo dirigente,… lo que es principio tanto en la vida del pensamiento como en la conducta, aparece rebajado o pospuesto a lo que es superior, dirigido, subordinado, allí está el materialismo.
No es posible equivocar el diagnóstico del mal bolchevique, cuando ataca la cultura, la educación, las instituciones de una Nación, por ejemplo, la nuestra: donde el orden debido está subvertido y en la medida de la subversión, se acusa la infección y la gravedad del proceso comunista.
Al principio de todas estas especies de subversión materialista o bolchevización, se las llama airosamente, liberalismo, tolerancia, humanitarismo, igualdad democrática, libertad popular, espíritu progresista de vanguardia, etc.
Vemos algunos ejemplos en nuestro país que han gravitado y gravitan sobre el destino nacional:
A partir, sobre todo, de la Organización Nacional (año 1853) se va eliminando progresivamente la teología y la metafísica en la formación intelectual de nuestra clase dirigente;… esto es, se va dejando de lado el estudio de Dios, del alma inmortal y de todo lo que es eterno en los seres. Quiere decir que con el magisterio normalista de Sarmiento, la reforma laicista de la educación común en el 80…. y principalmente, con la Reforma universitaria del 18 (netamente comunista),… ha dejado de existir en la clase dirigente,
el espíritu que medita en la esencia… y en el fin último de las cosas, salvo las excepciones que confirman las reglas.
A esta progresiva eliminación de las disciplinas del humanismo clásico y cristiano en la formación media y universitaria de los profesionales argentinos, se ha llamado, des aristotelización de la educación.
Con el fin de que pueda apreciarse debidamente el proceso de bolchevización de nuestra Universidad que culminó con la reforma del 18, vamos a demorarnos en algunas precisiones: Si la Universidad es el lugar natural de la vida de la inteligencia objetiva, su régimen de gobierno no puede ser la copia ni el remedo de los regímenes múltiples y variables de las ciudades.
La ley de la Universidad debe ser invariable como toda ley natural; debe ser inmóvil como la verdad que constituye la razón de ser y el fin de su existencia. El Estatuto de la universidad no puede incluir un artículo que diga: esta constitución puede: modificarse en todas o cada una de sus partes.
La Reforma Universitaria del 18 es la negación y la destrucción de la Universidad Argentina, por cuanto hace de la Universidad un remedo y una caricatura de la ciudad democrática.
La Reforma Universitaria del 18 es una adulación de la juventud. La Universidad debe ser, en cambio, una exigencia y un rigor para la juventud.
A los que no saben y deben someterse a la disciplina de aprender, se los reviste con una máscara de fingida autoridad para dirigir y mandar (Federaciones y centros estudiantiles análogos a los comités de obreros, campesinos y soldados)….. Los maestros tienen que ser, cada vez más, hechuras de los aprendices y todo su empeño estará dedicado a halagar a los jóvenes..
La libertad de pensamiento deja de ser la autoridad en la verdad, para convertirse en la libertad ilimitada de opinión cuyo verdadero fundamento es "el pretendido derecho de la ignorancia a cualquier problema y a discutirlo todo".
El Dr. José Ingenieros que escribió con ligereza y profusión inagotables, sobre todos los temas imaginables,… personifica al maestro de la juventud surgido de dicha Reforma Universitaria. No olvidemos que encabezó un movimiento universitario de adhesión a la Revolución Rusa.,.,. Más tarde, la Reforma Universitaria del 18 fue la proyección inmediata en nuestro país de la Revolución Comunista en Rusia.
Hemos señalado la destitución en la inteligencia argentina del hábito metafísico de las esencias y del fin de lo que existe; esto es, del sentido de lo eterno. Agreguemos, todavía, que está de moda tanto en ciertos círculos académicos como en los ambientes populares de la cultura y la educación, la crítica de la inteligencia y el elogio del sentimiento o del instinto,…. hasta el punto de hablar con desprecio de la lógica y de sus principios inmutables. Incluso es corriente juzgar como espíritu retrógrado, dogmático y cerrado a todo aquel que reconoce la existencia de verdades absolutas y de normas eternas.
Esto nos explica que la subversión intelectual y ética de las almas haya producido una crisis de la clase dirigente y el auge de las masas proletarias y del personal subalterno.
El menosprecio de la actividad teórica y contemplativa junto con la exaltación de las actividades prácticas y manuales; el olvido de la santidad del vínculo matrimonial y el aumento constante de los divorcios; la emancipación de los hijos, la libertad y la inversión sexuales y la coeducación, son otras tantas manifestaciones de esa subversión materialista de las almas y de las costumbres, que la Propaganda Comunista estimula y sostiene por medio de sus mitos ideológicos, con etiqueta de origen o sin ella.
No interesa fundamentalmente averiguar si la difusión pavorosa de la literatura pornográfica (no hay más que detenerse en cualquiera de los kioskos que venden libros y revistas en las estaciones del subterráneo porteño), teratológica, fronteriza o simplemente estúpida y chabacana, es iniciativa o explotación del Comunismo. Lo que interesa es saber su participación directa o indirecta en todo lo que tiende a la destrucción moral de las almas y de las Naciones; y además, el partido que Moscú obtiene en el campo adversario para la Revolución Comunista Mundial.
Es evidente que el materialismo filosófico acabado con todo su repertorio mitológico domina tanto en los círculos culturales académicos como en los populares de nuestro país. La interpretación económica de la historia; la resolución de las jerarquías naturales en clases antagónicas extremas; la "teoría de la explotación" con su clase explotadora y su clase víctima; la posición de la religión, de la filosofía, de la moral, del derecho, del arte como instrumentos ideológicos de la clase dominante; la "idea" de las masas creadoras y redentoras de la humanidad; todos estos mitos y otros más que utiliza, en gran escala, la Propaganda Comunista, casi han conseguido ya su objetivo de convertir cada alma en una Babel,…. cuyo espejo ampliado y objetivado sea la gran urbe. El fuego devorador del resentimiento nihilista tiene que consumir igualmente a dirigentes y dirigidos, a los unos por desclasados y a los otros por ser las "eternas víctimas".
El hombre convertido en un sin Dios y sin Patria no más que de derechos, de facilidades y de la paz a todo trance. He aquí el producto puro del bolchevismo completando la obra del libre examen; y preparando la esclavitud de las naciones.
El proceso va llegando a su fin tanto en la acción directa como en la que opera por vía indirecta…. El síntoma más claro de acción colateral en el terreno de la cultura popular, al servicio del Comunismo, es la extraordinaria publicidad que desarrollan los judíos,…. los protestantes,…. los espiritistas,…. los teósofos y toda suerte de empresarios de herejías supersticiones e idolatrías;… bajo cuya propaganda de confusionismo espiritual se disimula el propósito derrotista o subversivo.
Reparemos finalmente que todas estas influencias ideológicas sobre nuestra cultura y educación, tienen en común la más cuidadosa exclusión del lenguaje de los deberes hacia Dios, hacia la Patria y hacia las jerarquías espirituales y naturales. Tratan por el contrario de inculcar una ética de la traición hacia todo lo que debemos servir y hacer respetar en la vida y con la vida. 
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LIBRE EXAMEN Y COMUNISMO. . .
CAPÍTULO VIII. . .
¡O CRISTO Y SU IGLESIA CATÓLICA!. . LA ÚNICA SOLUCIÓN. . .
 Después de haber examinado la acción desintegradora y el avance arrollador del Comunismo Marxista . . —apenas un siglo de desarrollo y ya parece dominar al mundo entero—, . . debemos reconocer que toda reacción anticomunista demasiado humana,. . exclusivamente humana, está condenada al fracaso. . .
La experiencia reciente del Fascismo y del Nazismo documenta con su trágico epílogo,. . que no basta el genio de los conductores ni el patriotismo inquebrantable, ni la capacidad de sacrificio de grandes pueblos para enfrentar al Poder Comunista,. . . sostenido por todos los secuaces del Anticristo: Judaísmo, . . Masonería, . . Poder Financiero; es decir, todas las fuerzas reguladoras de las Democracias contemporáneas. . Es que esas magnas reacciones nacionalistas se promovieron sobre los mismos supuestos anti teológicos y anti metafísicos en que se fundan tanto la Democracia
Jacobina como el Comunismo Marxista:. . . el Libre Examen y el idealismo filosófico, radicalmente subjetivista e inmanentista.
El Materialismo no se contrapone al Idealismo como una crítica superficial pretende hacernos creer. . . El llamado materialismo francés del siglo 18 que los marxistas reconocen como antecedente del materialismo dialéctico, es una construcción mental sin fundamento en la esencia ni en el orden esencial de la realidad;. . un esquema idealista, o mejor, ideológico,. . sin más apoyo que la apariencia sensible, el hecho bruto, imponente pero pasajero y mudable, como todo lo accidental. . . El materialismo dialéctico e histórico elaborado por Marx y Engels,. . a pesar de su aparato científico y de su abrumadora ilustración en los hechos sociales, es también una mera ficción ideológica y un verdadero atentado contra la esencia o naturaleza de las cosas. . .
El Libre examen es el origen de todas las variaciones del idealismo moderno,. . incluso materialistas, . . con su posición fiel yo y su libertad como punto de partida, como comienzo absoluto. . . Lo mismo da que ese idealismo radical se denomine racionalismo o empirismo,. . . idealismo crítico o idealismo absoluto, materialismo abstracto o materialismo dialéctico,. . . historicismo o positivismo, fenomenología de las esencias o de la existencia. Por más diversidad de niveles intelectuales que se registren en estas concepciones anti teológicas y anti metafísicas, . . . en todos los casos nos encontramos con la misma negación de la, trascendencia del ser y de la verdad y, por lo tanto, de Dios; y con la misma exclusión de la fe y de la revelación en lo que se pretende discurso objetivo de la razón. . .Todos parten de la división obrada por el Libre Examen entre la Fe y la Razón; han olvidado o desconocen que la Fe es para entender como enseñaba San Agustín, comentando la sentencia de Isaías. . "Si no creyereis no entenderéis". . Es así que los filósofos y científicos modernos prescinden absolutamente de Dios, de la Santísima Trinidad, de la Encarnación, del Pecado Original, de la Redención, de la Gracia, de
la Caridad, de la Iglesia de Cristo y de María, de los Sacramentos, . . . cuando estudian al hombre interior, su obra, su conducta, su vida temporal y su fin último,. . la sociedad, la política, el derecho, la educación, la economía. El criterio naturalista sostiene que para entender los problemas humanos, para conocerlos objetiva y científicamente, proyectar sobre ellos la luz de la Fe sería oscurecerlos, confundirlos, subjetivarlos, conforme a un sectarismo incompatible con la seriedad científica. . . Hasta los católicos han abandonado el Cristocentrismo para caer en el antropocentrismo o naturalismo científico imperantes. . . Hasta los católicos arrastrados por un lamentable conformismo burgués, dividen a Cristo; dividen lo humano de lo divino, lo natural de lo sobrenatural, la libertad de la Gracia, cuando hacen ciencia del hombre, política, educación o cultura. También ellos hacen girar al hombre alrededor del hombre como si fuera su propio sol, para decirlo con una imagen de Marx.
Lo mismo es que se pretenda suprimir la Religión de Cristo o que se le convierta en una cuestión privada; en ambos casos, la Religión se separa de la ciencia, de la Cultura y de la Política,. . . las que fuera de la Fe, se hacen anti religiosas, o más precisamente, anticristianas. Es lo que se llama actualmente, laicismo integral. . .
La Democracia jacobina, liberal, mayoritaria que consagra la soberanía popular en contra de la Realeza política de Cristo,. . . tiene su fundamento idealista o ideológico en el materialismo abstracto, mecanicista, cuantitativo que procede de Descartes,. . . empresario del Libre Examen con su Duda Metódica y padre del idealismo moderno. A favor de la libertad del Yo individual, la Religión de Cristo se reduce a una cuestión estrictamente privada que se ha de plantear y resolver en el fuero de la conciencia y no debe gravitar públicamente para nada en aras de la paz social. . . Así es como el filósofo católico Maritain nos habla de una ciudad democrática "vitalmente cristiana",. . . fundada en el pluralismo religioso. Cristo y su Iglesia Católica, que es todo uno, se
encuentran mediatizados por la libertad del individuo y su vigencia social depende de los sufragios de la multitud. . .
Hemos demostrado en el primer capítulo que el comunismo marxista sale de esta democracia jacobina como el fruto de la flor. . . Del mismo modo ocurre que el comunismo marxista tiene su fundamento ideológico en el materialismo dialéctico que procede del materialismo francés del siglo 18. . . En la lógica interna de este proceso, se comprende que al desplazamiento de Cristo hacía la vida privada, siga su completa eliminación de la existencia humana que plantea expresamente el comunismo marxista. . . Aunque contrario en principio a toda religión, el comunismo marxista es implacable en su odio al Catolicismo romano y en un grado apenas menor al ortodoxo ruso;. . . y los combate con virulencia extrema, con saña feroz, incluso favoreciendo creencias "cristianas" vagas, difusas, subjetivas que han disuelto a Cristo y se prestan para con fundir su Santo Nombre. Insistimos, una vez más, que el objetivo final del comunismo marxista es la descristianización absoluta de las almas y de las sociedades;. . . nihilismo puro.
El Nazismo y el Fascismo tenían su filiación ideológica en el idealismo panteísta de Fichte y de Hegel respectivamente. . . En el pensamiento de ambos, . .Cristo y su Iglesia son mediatizados por la Nación o el Estado:. . . "Dios en el mundo" según la expresión de Hegel.
Las fuerzas morales y materiales de la Nación, aún llevadas a la dimensión del sacrificio y del heroísmo, de la donación entera de sí mismo, no son suficientes para dominar y prevalecer sobre las fuerzas diabólicas del nihilismo comunista. . . Y la razón es que sus maestros y sus jefes dejaron de oír la palabra que dice:
"¿Qué tienes que no hayas recibido?" (Corintios).
"¡Sin Mi nada podéis hacer?" (San Juan).
El cristianismo sabe que el libre albedrío, la libertad del hombre,. . . no pereció en la naturaleza humana por el pecado de Adán, sino que tiene potencia para el mal;. . . pero para hacer el bien y piadosamente, no tiene potencia si la misma voluntad no fuese liberada por la gracia de Dios y auxiliada en toda obra buena de acción, de palabra y de pensamiento. . . Así que no está en que uno quiera ni en que uno corra» sino en que Dios se compadezca" (Romanos) . . . Así, pues, la ley hace oidores de la justicia y la gracia cumplidores"). . .
Prescindimos aquí de las concesiones y de las transacciones circunstanciales en la práctica,. . . para atenernos estrictamente a las consecuencias necesarias de los principios teóricos que constituyen el punto de partida de una posición filosófica o de un programa político. . .
Cuando Lutero se proclama a sí mismo "Evangelista por la gracia de Dios" y concluye que "ni el Papa, ni un Obispo, ni hombre alguno, tiene el derecho de imponer a un cristiano una sola sílaba sin su consentimiento". . . Cuando Descartes plantea la duda metódica y propone una práctica en lugar de las ciencias especulativas;. . . cuando Rousseau recomienda que para encontrar la Verdad no debemos "atribuir nada al derecho de nacimiento, ni a la autoridad de nuestros padres y pastores;. . . pero sí hemos de someter el examen de la conciencia y de la razón todo cuanto nos enseñaron en la niñez";. . . cuando Marx insiste que es en la práctica donde el hombre debe demostrar la Verdad. . . y que los filósofos no han hecho más que interpretar el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo;. . . cuando W. James concluye que "la verdad es una construcción como la salud y riqueza, fabricada en el curso de la experiencia"; . . . cuando Lenín declara que no tienen cura "los que todavía no saben que todos los límites en la naturaleza y en la historia son variables y hasta cierto punto convencionales";. . . cuando Einstein arguye que "el hombre penetrado de las leyes causales que rigen los acontecimientos, no puede admitir la idea
de un ser interviniendo en la marcha del mundo"; cuando Sartre sentencia que "el hombre es una pasión inútil"; en todos estos alardes de suficiencia humana, resalta la figura del Pecado, esa posición de la propia autonomía, de la independencia absoluta que es el Libre Examen. El hombre del pecado, enamorado de su libertad y de su poder, convertido en el avaro que quiere todo para sí, se lanza a la conquista del Universo para terminar estrellándose contra su nada, contra lo único que es realmente suyo. . .
Se comprende este resultado inevitable, porque partir del propio yo significa poner la nada como principio. El desarrollo lógico de ese principio tiene su fin necesario en la nada, ya que el discurso procede de lo mismo a lo mismo.
La dedicación del yo individual o colectivo —individuo, persona, clase, pueblo, raza, Estado—, termina en subversión y confusión, en expropiación y exterminio; esto es, en nihilismo comunista.
Es la nueva Babel que se levanta sobre la anarquía democrática para culminar en el terror bolchevique. El delirio panteísta del idealismo acaba inexorablemente en materialismo nihilista.
El cristiano no puede renegar impunemente de Cristo y de su Iglesia Romana que es todo uno. No puede desconocer ni repudiar impunemente a su divino Redentor.
La vida del cristiano, su persona, su ciudad y su civilización,. . . se fueron edificando lentamente alrededor de la Iglesia. . . El hombre caído y contrahecho por el pecado, fue levantando y rehaciendo su humanidad en Cristo; . . adhiriéndose, aferrándose y alimentándose de Cristo. . . Después de mil quinientos años de edificar en la Unidad —integración de la razón en la Fe,. . . de la política en la Religión, de la libertad en la gracia—, . . .la herejía abrió una profunda brecha en las almas y en las naciones del Occidente
cristiano; pudo hacerlo entonces porque poderosos príncipes abrazaron la rebelión de Lutero. . .
La división de Cristo, la negación de la Encarnación y de la acción redentora, que había comenzado a manifestarse en el pensamiento, . . .en la conducta y en la vida temporal del cristiano reformado, no pudo ser contenida por la contra reforma ni por la inmensa obra de restauración disciplinaria que llevó a cabo el Concilio de Trento. Los reformadores unidos a los judíos de la Kábala en la negación de Cristo y de su Iglesia,. . . se valieron del Poder Oculto —la Masonería— para penetrar furtivamente en el seno de las naciones católicas de Europa y de sus dominios de ultramar. . . Es así que príncipes, nobles, intelectuales, artistas y hasta sacerdotes fueron seducidos por el espíritu del Anticristo: . . . disminuyeron las verdades y las monarquías que habían hecho la grandeza de las naciones europeas fueron socavadas por sus propios hijos. . . Lo mismo ocurrió en la Rusia Ortodoxa e Imperial, agravado por su Iglesia cismática,. . . aislada e indefensa frente a la prepotencia del Zar reformador.
Todo comienza en la inteligencia, también la revolución comunista. . . ."En el principio existía el verbo... y todo fue hecho por El y se hizo carne para rehacer lo que el pecado había deshecho. . . La negación del Verbo encarnado —la unidad hipostática de lo divino y de lo humano—, . . . es todavía un acto intelectual; un verbo que rechaza a su Creador y Redentor; una libertad demasiado humana que reniega de la verdad para afirmar su derecho de juzgarlo todo, de elegir en todo y de permitírselo todo.
El Libre Examen sutilmente propagado por la Masonería, . . . fue debilitando primero y luego disolviendo a Cristo en el pensamiento de los filósofos y en la política de los príncipes católicos. . .Y por esta pendiente de secularización de la vida humana (laicismo integral), . . .se precipitó la Revolución Francesa que los masones reivindican con razón como obra suya y es la antesala del
Comunismo marxista: . . . la soberanía divina fue sustituida por la soberanía popular.
Lo más grave para el Cuerpo Místico de la Iglesia,. . . inconmovible en su cabeza y en su Cátedra infalible, es esa división de Cristo en la conciencia y en la conducta de muchísimos católicos laicos y de cierto clero desprevenido o aburguesado. . . Dividen el cielo de la tierra, lo sobrenatural de lo natural, la gracia de la libertad, en la filosofía, en las ciencias y en la política; . . .incluso pretenden levantar una nueva cristianidad sobre esa pavorosa impiedad.
Son innumerables los fieles observantes del Culto, de los Sacramentos,. . . de la obediencia a la Jerarquía;. . . pero anti confesionales en filosofía, en ciencias y,. . . sobre todo en política. Aquí el magisterio del Papa no hace mella ni siquiera inquieta a los católicos que claman con los masones, judíos y comunistas: . . . ¡Fuera la Religión de la Política!
Desde hace más de doscientos años los Papas vienen denunciando y previniendo a los fieles contra lo ponzoña masónica;. . . pero estos católicos que limitan a Cristo, arguyen que la Masonería no existe o es inofensiva. . .
Son cristianos en el negocio de la salvación personal y de la vida eterna;. . . pero son judíos en el negocio de la política y de la vida temporal.
Medítese el caso de nuestra Argentina de hoy. La Iglesia Católica reúne impresionantes multitudes en sus actos del Culto, procesiones, misiones, congresos eucarísticos; pero el gobierno republicano y representativo es enteramente izquierdista, laicista y marxista. . . El Catolicismo no tiene representación ni gravitación en la Argentina oficial, regulada por la Masonería desde Caseros.
No influye lo más mínimo en esta constante masónica que el SEÑOR presidente deba ser católico según la Constitución Nacional;. . . ni tampoco el hecho de que no falten nunca ministros
ni legisladores que son católicos en privado,. . . pero se prestan a servir la obligada línea liberal y marxista de la política oficial.
¿Cómo no vamos a ser arrastrados implacablemente hacia el Comunismo,. . . si se entrega el gobierno de la Sociedad a sus aliados y a sus cómplices?
¿Comprenderán algún día los católicos hostiles a la realeza política de Cristo que son los idiotas útiles del Comunismo?
Una comprensión más esclarecida y acabada de la cuestión teológica que está en el fondo del Libre Examen,. . . de la democracia Liberal y del Comunismo ateo, exige demorarnos en la consideración del Pecado Original y del misterio de la Encamación del Verbo que constituyen el eje de la Historia Universal.
El hombre creado a imagen y semejanza de Dios, estaba unido al Creador por la Gracia de la Visión: "en Tu Luz veremos la Luz". Si quería hubiese podido permanecer unido hasta merecer no poder separarse más que es la suma libertad. . . Pero no supo resistir el halago del gran seductor y quiso ser como Dios, separándose de El: así perdió la Visión,. . . desfiguró su imagen y cayó en la desemejanza.
El Pecado Original consistió, pues, en la avaricia de estar sólo, de ser para sí. . .Y la justicia de Dios condenó al hombre a continuar sólo y herido de muerte, rodando en un vivir temporalizado hasta la caducidad inexorable,. . . aferrado a las cosas efímeras que se le entregan para despojarlo finalmente. . .
Pero el Dios justiciero es, a la vez, misericordioso. . . Desde el principio dispuso descender en su Hijo —el Verbo de Dios—, hasta el fondo de la Creación, viniendo en la carne. . . Acaso prefirió al hombre por ser la más ínfima de las inteligencias creadas, tanto que necesita de la materia para existir, obrar y expresarse y porque se compadeció al verlo tan desvalido e impotente en manos del príncipe de este mundo. . . Acaso el buen Dios se propuso también
aleccionar en la humildad a las jerarquías angélicas,. . . recordándoles que todo lo que son y valen, les ha sido dado y no sólo para sí mismas.
El Amor de Dios es infinito y lo prodiga en una medida igual al mismo Dios. . . Tan delicado es este Amor que a la criatura que se perdió sin Él, no la salva sin ella (San Agustín). . .
La separación fue una falta de amor; pero la unión es una plenitud de amor. . .
El trato de honor incomparable del Creador hacia la criatura, se manifestó desde el instante en que Dios solicitó el consentimiento de la Santísima Virgen. . . La Creación entera respondió en el sí de María, . . excepto el Ángel envidioso que no pudo soportar esa preferencia de Dios por la última de las inteligencias. . . Olvidó su origen y dependencia, negándose a obedecer al último que no había dejado de ser el primero. . .
El Verbo encarnado —verdadero Dios y hombre verdadero—, renovó la alianza entre el Creador y la criatura por medio del Agua, de la Sangre y del Espíritu Santo. La Justicia de Dios se consumó en la Pasión y Muerte de Cristo que saldó la deuda del hombre caído.
Y como en esta vida temporalizada y mortal,. . . persisten las consecuencias penales del Pecado Original, Cristo fundó la Iglesia para que el Verbo permaneciera entre los hombres;. . . para seguir alimentándolos con su propio Cuerpo y llenando con la abundancia de su Amor toda indigencia.
"En Cristo somos, vivimos y nos movemos". . ., dice San Pablo para significar esa Presencia Soberana del Verbo encarnado sobre las flaquezas humanas: potenciando su razón con la Fe,. . . sosteniendo su voluntad con la Esperanza y perfeccionando su justicia con la Caridad.
Así es como el hombre asistido y realzado sobrenaturalmente,. . . fue construyendo su vida, su hogar, su Patria y su Civilización en Cristo Nuestro Señor. Nos lo recuerda León XIII en la Encíclica "Inmortale Dei". . . la influencia de la Sabiduría cristiana y su Virtud divina penetraba en las leyes, en las instituciones, en las costumbres de los pueblos, en todas las categorías y relaciones de la Sociedad Civil. En aquel entonces,. . . la Religión fundada por Jesucristo, instituida sólidamente en el grado de dignidad que le es debida, era floreciente en todas partes,. . . gracias al favor de los príncipes y a la protección legítima de los magistrados. . . En aquel tiempo, el sacerdocio y el imperio estaban unidos entre sí para una feliz concordancia y por la permuta amistosas de sus buenos oficios".
Europa, las naciones del Occidente Cristiano, fueron, pues, obra de la Fe.
Y cuando los reformadores, los filósofos y los príncipes cristianos bajo la seducción satánica del Libre Examen, comenzaron a dividir al Verbo encarnado, separando la doctrina de la Verdad de la Cátedra de la Unidad instituida por el mismo Cristo; cuando la Sabiduría y las virtudes sobrenaturales fueron excluidas de la filosofía, de las ciencias,. . de las leyes,. . de las instituciones y del gobierno de las sociedades, disminuyeron también las verdades,. . . las virtudes y las potestades humanas. Una vez que se permitió sustituir la autoridad divina del Papa por la pretendida suficiencia del juicio de cualquiera, todas las autoridades y jerarquías humanas fueron arrasadas por la crítica y la acción revolucionarias.
Este proceso de descristianización de la humanidad que se viene operando desde la Reforma, se evidencia en el vacío pavoroso que soporta el hombre contemporáneo en su alma y en su ciudad terrenal. Su poder formidable sobre la materia y el espacio exterior, contrasta con su impotencia sobre el espíritu y el espacio interior.
Un rey hacia afuera y un esclavo por dentro, no hacen en verdad más que "una pasión inútil", como dice Sartre.
Es el vacío irremediable que se ha ido haciendo a medida que los cristianos apartaban lo sobrenatural de su conciencia y de su vida; esto es, a medida que dividían lo que es uno en el Verbo Encarnado y lo que la divina Redención ha unido en el hombre, por el vínculo sacramental del Agua, de la Sangre y del Espíritu Santo (San Juan). . .
La criatura humana sostenida y sobrellevada en su debilidad,. . . por la Fortaleza divina, cuando se suelta cae por debajo de sí misma, con el rostro vuelto hacia las bestias. . . Esto nos explica el auge del evolucionismo naturalista, del transformismo y de otras hipótesis darwinistas en que los "sabios" de la época, se complacen en resaltar el parecido que hemos alcanzado con los irracionales de tanto mirarnos en ellos. . .
Los ídolos, mitos, ideologías y utopías, . .los prodigios y trucos de los magos de la Tecnocracia, no hacen más que ahondar el vacío de la única Palabra y del único Amor que pueden llenar con su abundancia.
El Nihilismo Comunista no es más que la expresión final de ese Vacío, de esa Nada hacía la cual se precipita la criatura humana en su alejamiento de Cristo y de su Iglesia.
No hay, no puede haber salida humana. No queda más que el socorro de María —la Omnipotencia Suplicante—, para mover el Corazón de su divino Hijo hacia nosotros y para que reunidos en El y desde El,. . . podamos remontar la pendiente de dispersión hacia la Unidad alzada sobre las almas y sobre las Naciones.
Las más nobles y puras aspiraciones individuales o colectivas están condenadas al fracaso,. . . porque desviadas del Fin último y trascendente declinan hacia la Avaricia que es la figura del Pecado. . . .Así, por ejemplo, cuando la Nación es erigida en algo absoluto y
se pretende resolver la eternidad en su tiempo histórico y la Universidad en su particularidad (subvirtiendo el orden real),. . . la virtud nobilísima del patriotismo degenera en una forma de avaricia que todo lo juzga en vista de su nación y los demás existen para la propia y exclusiva afirmación de ella. . .
No cabe duda de que en los "Discursos a la Nación Alemana" del filósofo idealista Fichte, hay un sentido de heroica grandeza en la exaltación del amor y de la fidelidad a la Patria hasta el sacrificio voluntario y extremo. . .
No se puede dudar tampoco que la educación nacional propuesta por Fichte, . . ha logrado con su invencible obstinación, forjar el carácter alemán sobre el molde previsto en sus Discursos: "es aquel en quien la llama del patriotismo es abrasadora; y que ve en la Nación, la depositaría de la vida eterna, . . sacrificándose gozosamente por ella; sea noble o villano, . . solo existe para esto y así debe sacrificarse". . .
Superar el egoísmo individual que todo lo divide y disgrega, en aras de una entrega lúcida y fervorosa a la Nación,. . es cosa digna de alabanza;. . pero divinizar a la Nación hasta hacer de ella "la vida eterna que dura aquí abajo más allá de la vida terrenal",. . es cosa vituperable porque significa caer en una funesta idolatría y en una ceguera irremediable. . . En lugar del egoísmo individual,. . . el corazón se cierra en un egoísmo colectivo tan avaro de si como el primero. . . No reconoce, ni comprende, no sabe estimar ni respetar a las otras naciones;. . . o yerra gravemente en su discriminación de valores. . .Se propone a sí mismo como una mónada sin ventanas hacia afuera, cuando declara que "todo alemán verdadero debe querer vivir solamente para ser y permanecer alemán y preparar los suyos a lo mismo". . .
En este matiz que hemos subrayado —solamente—, radica toda la cuestión. . . Nada de lo que somos y sabemos, individual o colectivamente, lo hemos recibido para nosotros solos. . . Lo
afirmaba Platón en su carta a Arquitas y lo perfecciona el Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo. . .
En esta exageración, o mejor, exasperación del Nacionalismo alemán;. . en este demasiado humano, está la verdadera razón para nosotros, de su fracaso en la lucha gigantesca que emprendió contra el Poder Comunista y sus aliados judíos y masones.
Hítler buscó entenderse, a todo trance, con los ingleses que padecían su misma avaricia y no soportaban la existencia de una Gran Alemania. . . Y no supo entender ni valorar la grandeza del pueblo ruso,. . . la obra universal y civilizadora realizada por la antigua Rusia Ortodoxa, Monárquica e Imperial. . . Tampoco entendió el significado de los dos millones de rusos blancos que integraron los Ejércitos Alemanes.
Hitler no invadió a Rusia como un libertador, sino como conquistador. . . No pensó en ningún momento en el resurgimiento del antiguo Imperio, sino en la disgregación de las diversas nacionalidades y en la incorporación de Ucrania como granero del Tercer Reich. Provocó así la inevitable y extrema reacción del patriotismo ruso, . . . del nacionalismo ruso contra el invasor extranjero que fue hábilmente aprovechada por Stalin;. . el resultado fue no sólo la derrota, de Alemania, sino la expansión mundial del Comunismo gracias al decisivo apoyo de las grandes Democracias masónicas y plutocráticas.
A pesar de todo, la Nación alemana arrasada, masacrada, ocupada y dividida, no podía perecer en manos de sus implacables vencedores. . No podía perecer porque la Divina Providencia le tiene reservada una gran misión ecuménica y libertadora como la espada fiel de Cristo y de su Iglesia Católica, en la lucha contra el Comunismo y sus aliados.
Claro está que esa misión no la podía cumplir con la bandera de un nacionalismo avaro; pero lo hará ahora victoriamente con la
bandera de un nacionalismo generoso al servicio de la Cristianidad Católica. .
. Son las proféticas palabras de Pío XI, al finalizar valerosa y tajante Encíclica "Mit Brenender Sorge", condenando los errores teóricos y prácticos del Nazismo, el 14 de marzo de 1937. . .Son las palabras que ya están en plena ejecución, en medio de los prematuros himnos de triunfo de los enemigos de Cristo y de los hombres.
Está próximo el día en el cual "se elevará al Cielo desde los corazones y labios de los fieles, él Te Deum de la libertad, un Te Deum de Acción de gracias al Altísimo, un Te Deum de júbilo, porque el pueblo alemán, . . aún en sus miembros extraviados, habrá encontrado el camino de retorno a la religión, con una fe purificada por el dolor; doblará nuevamente la rodilla ante Jesucristo, el Rey del tiempo y de la eternidad, y se ceñirá para la lucha contra los renegados y destructores del Occidente Cristiano, en unión con todos los hombres honestos de las demás naciones, cumpliendo así la misión que le ha sido señalada en los planes del Eterno".
Y esta nueva Cruzada traerá,. . por fin, la Paz entre los hombres, "porque la Paz verdadera no puede venir sino de Dios; tiene un solo nombre: Pax Christi"; tiene un solo rostro : el que Cristo imprimió. (Juan XXIII, Mensaje de Navidad, 1960).