Lecciones del Covid 19 en Francia: ¿ fue la mayor operación de ingeniería social de la historia? – por Lucien Cerise
Rivarol: ¿Cree usted que hemos sido testigos, con la
contención global, de la mayor operación de ingeniería social de la
historia?
Lucien Cerise: Según la definición que propongo, basada en el trabajo
de Karl Popper y Kevin Mitnick, la ingeniería social es la
transformación furtiva de un sujeto social, individuo o grupo. El
carácter furtivo, que evoca la noción de piratería informática, en el
sentido de que opera mediante la invisibilidad y el camuflaje, es algo
más o menos marcado según el caso. En este caso, el sigilo está casi
ausente en esta operación global, de la cual el encierro de las
poblaciones es sólo un aspecto, porque casi todo ya está admitido. El
poder globalista apenas oculta sus intenciones y se habla en los medios
de comunicación de una nueva realidad que está emergiendo de la crisis –
porque “nada volverá a ser igual” – haciendo preguntas como “¿Cómo será
el mundo después de Covid-19? “como si hubiera una razón para que el
mundo cambie.
En el mundo real, la epidemia ha terminado y el número de muertes se
ha mantenido dentro del promedio de una gripe estacional. Sin embargo,
Bill Gates, y otros, siguen insistiendo y repitiéndonos: “¡No hay vuelta
a la normalidad sin vacunación y sin rastreo digital de las
poblaciones! »
El programa original de esta operación consistía en un confinamiento
de al menos 18 meses, hasta 2022, nada menos, hay que ver lo que
anunciaban Neil Ferguson o Alain Bauer. Que termine tan rápidamente en
la realidad es, por lo tanto, un fracaso para el gobierno nuestro, pero
no se rinde y trata de perpetuar la crisis a pesar de todo, de manera
virtual, en los medios de comunicación, amenazando con una segunda ola y
un reconfinamiento, y exigiendo que se sigan respetando los gestos
barrera y el uso de máscaras, que muestra el extraño espectáculo de una
pantomima social teatral sin objeto.
Por lo tanto, se trata de un intento de transformar la sociedad, y en
proporciones que no tienen precedentes en cuanto al uso de la ficción.
En comparación, las dos Guerras Mundiales, que no tenían razón objetiva
para desatarse fuera de la propaganda bélica masiva, eran ya operaciones
muy exitosas de ingeniería social, es decir, triangulaban los
conflictos a escala planetaria [o sea, cada pueblo se veía como La
víctima de otro, designado como el verdugo, y se lanzó en brazos de un
tercer poder supuestamente salvador y en realidad manipulador de los dos
bandos a la vez] pero la parte de ficción y virtual era menor porque
muchos acontecimientos tenían lugar, objetivamente, en el mundo real. En
realidad, el coronavirus no produce nada extraordinario por sí mismo en
el mundo real, su peligrosidad excepcional sólo a nivel de la palabra
político-mediática; se supone que debería generar por hipnosis colectiva
una especie de realidad virtual holográfica en la que un virus
abominable amenaza a la humanidad y corre el riesgo de causar millones
de muertes. En esta perspectiva, el principal problema que debe manejar
el gobierno francés [como otros muchos que se dejan llevar por los
objetivos del liberalismo mundialista global] es hasta dónde se extiende
la alucinación colectiva. Como se suele decir, es posible mentir a
mucha gente durante mucho tiempo, pero no se le puede mentir a todo el
mundo por mucho tiempo.
¿Cuáles fueron los mecanismos para poner en marcha esta operación? ¿Qué revelan las reacciones de los franceses a esto?
Para practicar la neuropiratería en un individuo o en un grupo se
necesita una coartada, un pretexto, cuyo papel es hacer que el sujeto
objetivo acepte que un actor externo lo transforme, según el principio
del bombero pirómano. Con el pretexto de un problema, más o menos real o
ficticio, se aprovecha para transformar la sociedad de manera
definitiva. Si Bill Gates y Jerome Salomon nos hubieran dicho: “Vamos a
encerrarte en tu casa, y luego te vacunaremos a la fuerza y te pondrán
un chip para identificarte como el ganado”, todos se habrían negado.
Para fabricar el consentimiento para semejante tratamiento, se
necesitaba un pretexto, aquí una “pandemia”, que Bill Gates llamó
Pandemia 1 en un artículo (“La Primera Pandemia Moderna”), preparando
las mentes para otras pandemias más, una segunda, tercera, etc.
Muchos franceses se han quejado de esta operación, yo soy uno de
ellos, pero en general nos hemos sometido físicamente, yo y todos los
demás, porque el Estado y su policía controlan perfectamente la
situación y no hay posibilidad de escapar de ellos, excepto en la
imaginación.
La alternativa es simple: o controlas al Estado y a la policía, o ellos te controlan a ti, punto.
¿Cómo se ha utilizado la pandemia para reforzar el aparato de
vigilancia de las poblaciones? ¿Qué medidas son las más peligrosas para
el futuro?
En el plano mundial, la crisis ha permitido reforzar la trazabilidad digital de las poblaciones.
En Francia, también estamos viendo el surgimiento de un doble
estándar de control social. Por ejemplo, durante el confinamiento, se
han decretado medidas para reducir la vigilancia de ciertas categorías
de la población y en ciertos barrios. Estamos sólo al principio de este
proceso.
La verdadera naturaleza del proyecto de vigilancia no es la
vigilancia uniforme sino la vigilancia discriminada, mediante la
aplicación de la “discriminación positiva” a las minorías, que se
benefician de privilegios y derogaciones, lo que se traduce en la
práctica en una mayor libertad de circulación que la de la mayoría
silenciosa. La Comisión Europea está trabajando en un pasaporte de
vacunación común para los ciudadanos de la Unión Europea, que permitirá
bloquearlos en las fronteras si no se han vacunado. Por otro lado, los
inmigrantes ilegales podrán seguir cruzando todas las fronteras sin
vacunarse.
El objetivo es la creación de una nueva jerarquía y aristocracia de
personas privilegiadas a nivel internacional y dentro de las naciones,
con una redistribución territorial que requerirá pasaportes internos
para pasar de una región a otra, excepto para ciertas personas y
categorías de personas.
La Internet fue el vehículo para todos los desafíos a las
verdades oficiales. ¿Crees que los GAFAM (Google, Amazon, Facebook,
Apple y Microsoft) reducirán este espacio de libertad?
Ellos lo que buscan es la manera de cortar los segmentos de Internet
que permiten la re-información y la auto-organización horizontal de las
personas. Esto se hará bajo el pretexto de un virus informático que
obligará a mantener exclusivamente las funciones inofensivas del
ciberespacio: la mensajería profesional, los medios de comunicación
convencionales…
El campo de batalla es la mente. La reinformación, la metapolítica y
la disidencia en Internet se preparan para la victoria de los partidos
políticos populistas, lo que preocupa al poder globalista supremo. La
protesta virtual y en línea es impotente por sí sola, pero
inevitablemente un día se convertirá en el campo institucional, a través
de victorias electorales que lleven legalmente a un cambio de régimen.
La llegada al poder a través de las urnas de Putin después de Yeltsin,
de Trump después de Obama, de Victor Orbán o de los conservadores
polacos después de los liberales en sus respectivos países, e incluso de
Salvini aunque no duró, todas estas victorias electorales son
advertencias, recibidas 5/5 por los GAFAM, que trabajan mano a mano en
las redes de George Soros. Incluso a Jair Bolsonaro, el presidente de
Brasil, lograron censurarle su cuenta de Twitter, porque se oponía al
confinamiento masivo. Hay determinadas fuerzas que creen que tienen
mayor autoridad que los representantes elegidos democráticamente en cada
país.
¿Qué opina de la ley francesa Avia, [concebida para censurar sin juicio ciertos contenidos en internet]*?
Un principio básico de la psicología es que la verbalización de las
emociones ayuda a calmarlas. La ira verbal, lo que algunos llaman
“odio”, permite que la gente se desahogue y se calme. La Internet y las
redes sociales sirven así como salida para lo que la corrección política
de habla inglesa llama el Discurso del Odio. Si ya no puedes expresar
tu ira verbalmente, tendrás una fuerte tendencia a expresarte
físicamente a través de actos violentos, contra otros o contra tí mismo.
El objetivo oficial de la ley Avia es luchar contra la expresión de
la ira (lo que ellos llaman el odio) en el mundo virtual, pero el
objetivo no oficial es aumentar la expresión de la ira en el mundo real,
y así amplificar las tensiones y la frecuencia de la violencia física.
Sin embargo, es muy fácil eludir esta ley de dos maneras: utilizando
nombres en clave para designar a los que nos causan indignación, o
compartiendo contenidos de medios de comunicación aceptados por los que
están en el poder, pero que sin embargo dicen la verdad de vez en
cuando, lo que constituye alrededor del 10% de la producción total de
medios de comunicación convencionales. Si el poder empieza a censurar el
contenido de nuestra prensa gráfica aceptada oficialmente, como Libération, Le Figaro, Le Monde, o el canal que difunde noticias las 24 horas BFM TV, imitando a CNN,
etc., le va a salir el tiro por la culata. Así que no dudes en empujar
al poder en esa dirección ayudándolo a golpearse a sí mismo con el
boomerang de la retroalimentación.
Un ejemplo reciente de la reacción al proyecto de ley Avia: los
activistas LGBT vieron censuradas sus cuentas de Facebook por haber
usado el término peyorativo “maricón”. Estos fenómenos se multiplicarán
por sí mismos, pero también podemos dar algunos empujones para ayudar al
sistema a colapsar sobre sí mismo.
La guerra declarada al “dinero en efectivo” es una prioridad de la oligarquía. ¿Por qué es así?
El dinero en efectivo permite la privacidad en el campo económico.
Esto es exactamente lo que aborrece la oligarquía, que sueña con un
manejo panóptico universal omnisciente y omnipotente de la sociedad. La
privacidad crea opacidad, puntos ciegos y áreas grises en el sistema.
Por lo tanto, es lógico que el gobierno le haga una guerra total para
eliminar toda la incertidumbre e imprevisibilidad en el sistema.
Al final, ¿cree que este episodio habrá aumentado la conciencia de las masas?
Para determinar si hay un despertar de las masas o no, es necesario
poder cuantificar este despertar de las masas. Por lo tanto, veremos en
las próximas elecciones,** en base a cifras concretas, si los franceses
empiezan a despertar. Cualquier otro método intuitivo está sujeto a la
arbitrariedad subjetiva y a los rumores sin fundamento.
Una cosa es cierta: si a Macron lo reelegimos en 2022, será la
prueba de que no ha habido un despertar. Para expulsar a Macron del
Palacio del Elíseo, debemos ganar las elecciones contra él. Otras
soluciones son utópicas porque las “fuerzas de la ley y el orden” se
interpondrán en el camino.
La hegemonía cultural y la victoria de las ideas no son suficientes,
debemos llegar hasta el punto de retomar el control de las
instituciones, para que las fuerzas policiales nos obedezcan en lugar de
vernos sometidos a ellas. De esta manera, el pueblo, concienciado y
organizado en partidos políticos, podrá nuevamente “sentar la ley”, es
decir, redactarla e imponerla a la oligarquía globalista.
* El proyecto de ley Avia fue aprobado por la cámara de diputados,
pero rechazado por el Senado, y vetado por el consejo constitucional, el
19 de junio de 2020.
** El 28 de junio, algunas ciudades francesas tuvieron elecciones
municipales; la abstención alcanzó niveles inéditos (61%) pero ganaron
los candidatos del partido ecologista. Esto se suele analizar como
expresión de rechazo al partido del presidente Macron, junto con la
esperanza de que la presión ecologista le ponga un freno al liberalismo
desenfrenado. Tomando en cuenta la compleja significación de este voto,
el presidente Macron ha optado el 3 de julio por un nuevo primer
ministro conservador, como interpretando las reivindicaciones de la
mayoría abstencionista.
Lucien Cerise, 17 junio 2020
*
Publicado originalmente en frances en revista Rivarol numéro 3428 (junio 2020)
Traduccion original: Red Internacional; Traducción y agregados: Maria Poumier
Republicado en : Egalite & Reconciliation
*
Otros artículos de Lucien Cerise : https://redinternacional.net/2020/05/19/la-crisis-del-coronavirus-y-la-ingenieria-social-entrevista-con-lucien-cerise/