MOVILIZACIÓN DEL NACIONALISMO II
Por Marcos María Esquivel
Sigo con el tema de la nota anterior y sin animo alguno de
pretender pontificar sobre nada sino de emplear mínimamente el sentido común
digo que me alegra sobre manera ver el nacionalismo movilizado detrás de
consignas justas que tienen tanto que ver con la conservación y defensa de
nuestra Patria como del pueblo todo.
Manifestar por el fin
del encierro irracional y contra la ruina de tantos compatriotas sin trabajo es
lo mínimo que se puede hacer como argentino de bien. Manifestar y protestar
contra este gobierno de la cipayeria mundialista que nos impone esta cuarentena
sin fin y este mito de la pandemia no es manifestar en favor de Macri y su
recua de ladrones de guante blanco, tan ladrones como los que gobiernan hoy. No
es manifestar por la constitución de 1853 o en favor de una empresa vaciadora y
evasora que extranjerizo millones de dólares argentinos.
No es manifestar por
la democracia que desde hace cuatro décadas nos viene destruyendo material y
espiritualmente. Ni es llorar por el libre
mercado conculcado por el socialismo,
como lo hace el boludaje liberal. Es decir a voz en cuello que hoy tocamos
fondo, que esto no es un movimiento anticuarentena
como lo llama el periodismo basura por boca de sus payasos de los medios. Es la
necesidad de otra Argentina que se junta primero por imperio de la
circunstancia para luego continuar de
forma orgánica
Es manifestar por la salud de la Argentina (ya que la
apelación a la misma hoy está de moda) es manifestar por los obreros
despedidos, los comerciantes cerrados y fundidos, los chicos sin colegio, los
templos clausurados y los pobres que en cuatro meses recibieron migajas para
subsistir o son confinados con centinela a la vista. Es manifestar contra esa frase insidiosa de la “nueva normalidad que no
es otra cosa que la miseria Francamente enorgullece ver al nacionalismo
como “un ir directo a las cosas” que es lo que necesitamos de forma apremiante.
Lógicamente esa hermandad
de la calle, lugar donde en
definitiva se lucha y se dirime la política puede ser importante para
posteriores acciones al interior del movimiento, como el hecho de estrechar
filas y tender a lo que siempre a tendido fallidamente el nacionalismo, o sea
la unión la conformación de un movimiento con un proyecto político claro que
dará como resultado un programa concreto, creo humildemente que ello debe
descansar sobre principios comunes que nos unen, dejando entre paréntesis otros
que finalmente nos llevan a la ruptura y a divergencias sin fin. Para eso
tendremos que tener en cuenta las palabras de un experto camarada:
"Al nacionalismo
argentino lo mato Perón en los 40 y remató lo que quedaba en los 50...
lamentablemente. Siguen habiendo nacionalitas pero con peso y organización
política de consideración no hay. Yo estuve ahí y lo intente 12 años. Lamentablemente
el peor enemigo del nacionalismo son otros nacionalistas. Normalmente la grieta
Perón Si vs Perón No y Nacionmismo Católico si vs Nacionalismo Católico no...
ni hablar el centralismo porteño... Y hoy los liberales se disfrazan de
patriotas y nacionalistas, confundiendo aún más las cosas. Asi andamos…
perdidos"
Queda bien en claro con
ello que debemos dejar de lado al momento de intentar la unidad posible: el
peronismo, sin hacer antiperonismo tan cerril como ridículo y anacrónico y la religión sin apartarnos de
los principios rectores que alumbraron nuestra nacionalidad e informan nuestra
cultura.
A ello se agrega
marginar a los delirantes y conspiracionistas partidarios de teorizaciones
aberrantes que solo nos desacreditan como ya lo dijimos en el artículo pasado.
Una tarea ardua, difícil pero a todas luces acuciante para
rescatar a una Argentina cautiva