JUSTICIA PERONIZADA: INDISPENSABLE PARA LA "COMUNIDAD ORGANIZADA"
De la serie de NCNGNP: "La comunidad organizada peronista: La falsa Ciudad de Dios"
PARA IMPONERSE "LA COMUNIDAD ORGANIZADA PERONISTA", NECESITA UNA JUSTICIA ADICTA
El
Poder Judicial -Centinela de la Constitución- comenzó a ser digitado
cuando desde 1946 el Senado negó acuerdo para confirmar a varios
magistrados de carrera ascendidos sin contar con este requisito desde el
43, reemplazándolos por otros más complacientes, sobre todos en los
fueros Federal, Penal y del Trabajo, más proclives a entender en causas
donde el interés del gobierno estuviera comprometido. El correr del
tiempo acentuará la dependencia de muchos Jueces -resulta obvio estampar
que no en su totalidad- , no sólo mediante la aplicación de nuevas
leyes a veces manifiestamente inconstitucionales, sino por actitudes
individuales y colectivas que mostraron esa subordinación.
El
incidente inicial y más resonante consistió en el "juicio político"
-nunca mejor usado el término- instaurado en el año 1946 contra la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, cuyos fallos hacían ver al
régimen que se iniciaba, que su jurisprudencia significaba un grave
obstáculo a su tendencia dominante. Su relato ya ha sido efectuado en
otras obras; baste apuntar dos de las causales invocadas: que la Corte
había convalidado la legalidad de los gobiernos de facto de 1930 y 1943
-lo cual era falso- e "integrar constantemente la lista anual de
conjueces de la Corte Suprema con abogados del capitalismo extranjero o
pertenecientes a la oligarquía dominante". Los demás cargos, carentes de
sustento como estos dos, ceden ante el espíritu que campea en los
transcriptos. El previsible resultado fue la destitución de todos los
miembros del tribunal, con la excepción del doctor Tomás D. Caseres,
posiblemente en virtud de la armoniosa relación mantenida con la
Iglesia.
La
siguiente depuración se dio en 1949, a raíz de la exigencia del nuevo
acuerdo senatorial luego de la entrada en vigencia de la Constitución
reformada. Sin atenerse al derecho adquirido a desempeñar la función,
los miembros del Poder Judicial fueron víctimas de esta interrupción a
la validez de los actos estatales cumplidos.
No
extrañará, en consecuencia, que el presidente del Superior Tribunal de
Justicia de Mendoza enviara el 8 de diciembre de 1949 al general Perón
"su adhesión incondicional "; que el Juez en lo Civil y Comercial de
Gualeguaychú se refiriera el 16 de abril de 1953 a las "luminosas y
rectoras palabras de V.E.", declarándolo "Jefe indiscutido de la Patria"
y ofreciendo su adhesión plena, sin retaceos y sincera, con todo el
esfuerzo de que soy capaz"; que el Fiscal de la Cámara Federal de Bahía
Blanca se pronunciara en igual sentido.
No
fueron los únicos; y el fallecimiento de Eva Duarte de Perón dará
ocasión para que se adopten conductas impropias de la independencia de
los magistrados, incluyendo la Corte Suprema y Cámara de Apelaciones.
El
Poder Judicial convalidó-con honrosas excepciones- los allanamientos,
detenciones, torturas y confiscaciones en donde estaba en juego el
interés oficial, sin observar normas expresas de la Ley Fundamental. En
1952 (mes de julio) habría sido intervenido el de la Provincia de Buenos
Aires para reorganizarlo totalmente.
Esa
pendiente continuó hasta el fin del régimen, que corrigió drásticamente
cualquier desviación a las normas supremas, como cuando se decretó la
intervención del Poder Judicial de la Provincia de Córdoba el 12 de
noviembre de 1954, no sólo por la morosidad que se imputaba a sus
procedimientos, sino principalmente -indicaba sus fundamentos- a "la
parcialidad de sus decisiones y la retrógrada mentalidad que las
inspira", aunque muchas sentencias no observan "los principios de la
Doctrina Justicialista incorporada a la nueva Constitución de la
República". Por similares consideraciones, en febrero del año siguiente
se dispuso intervenir igualmente a los Poderes Judiciales de Santa Fe,
Santiago del Estero y Tucumán.
En este mes del año 55, la Corte Suprema de Justicia de la Nación entronizada un busto del presidente Perón en sus dependencias.