viernes, 31 de enero de 2014

EE.UU Y GEORGE SOROS DETRAS DE LAS PROTESTAS DE UCRANIA

La mano negra de Estados Unidos y George Soros en las violentas protestas de Ucrania

El jefe de Inteligencia de Obama, James Clapper, ha preparado el escenario para acentuar la violencia en Ucrania. “Firmemente decidido a mantenerse en el poder, Yanukovy probablemente recurrirá a la coerción, a medios ilegales y otras tácticas para inclinar el campo de juego a su favor y garantizar su reelección, arriesgando una mayor erosión de las normas democráticas”, dijo el director de Inteligencia Nacional, Clapper, en una declaración remitida al Senado.
La autoridad manifestó que el paquete de ayuda financiera enviado por Rusia en diciembre prevendrá el colapso inmediato de la economía ucraniana en el “corto plazo” y aumentará la dependencia del gobierno de Kiev, haciéndolo vulnerable a la presión política rusa. Clapper realizó sus observaciones frente a 16 agencias de inteligencia.
Los comentarios de Clapper ocurrieron mientras Leonid Kravchuk, presidente ucraniano desde 1991 a 1994, advertía al país sobre la eminencia de una “guerra civil” dado el incremento de manifestaciones violentas contra el gobierno del presidente Viktor Yanukovych. “Es una revolución. Es una situación dramática en la cual debemos actuar con gran responsabilidad”, dijo ovacionado en el Parlamento Europeo.
Al menos cinco personas, entre ellas oficiales de la policía, han muerto desde el comienzo de las protestas en noviembre, cuando Yanukovych manifestó su voluntad de estrechar lazos con Rusia. La oposición, en tanto, exige vínculos más estrechos con la Unión Europea. El martes, el presidente ruso Putin reafirmó el compromiso de su país con Ucrania y alertó sobre la interferencia en sus asuntos internos.
Tras la renuncia del primer ministro Mykola Azarov el martes, el Parlamento Ucraniano derogó varias leyes anti-protestas aprobadas el pasado 16 de enero.
Grupos de Soros continúan presionando al gobierno pese a concesiones
El grupo Spilna Spraya, que es apoyado financieramente por el Open Society Institute de George Soros, ha acordado terminar con la toma del Ministerio de Políticas de Agricultura y Alimentación en el centro de Kiev. La ocupación de edificios de gobierno derivó en una declaración de emergencia nacional por parte de la autoridad.
Según el partido nacionalista ucraniano Svoboda, Spilna Spraya ha acordado trasladarse a la Casa Ucraniana, un edificio originalmente erigido como un museo de Lenin en 1978. Según el miembro del Partido Svoboda, Oleksandr Leonov, Spilva Sprava necesita abandonar el ministerio ad portas de la aprobación de una ley de amnistía que se aplicará a los manifestantes arrestados durante las marchas del “Euromaidan”.
Maidan, que significa “independencia” en Ucrania, es el nombre de la plaza donde la oposición continúa enfrentando al gobierno.
“Las conexiones entre la revuelta de Kyiv y manipuladores externos de la Unión Europa son aparentes… La revuelta inicial de la Plaza Tahrir en el Cairo, que derrocó al presidente egipcio Hosni Mubarak, fue manipulada en parte por manifestantes financiados por Soros e influenciados por el agente táctico de la CIA, Gene Sharp, quienes tomaron sus acciones de agitadores políticos profesionales enviados apresuradamente a Egipto desde Estados Unidos y Europa”, escribió en diciembre el ex analista de la NSA, Wayne Madsen.

 El Partido de las Regiones, un partido político descrito como “euroescéptico” por sus detractores, dijo esta semana al Kyiv Post que existe una amplia evidencia de la complicidad de Estados Unidos en las violentas protestas.
“Los americanos lanzaron dinero a ciertos activistas, una vez $50,000 dólares sólo para combustible, justo en el edificio de la Embajada de Estados Unidos”, escribe Katya Gorchinskaya del Kyiv Post. “Algunos manifestantes obtienen ganancias de $500 por día para participar en las protestas, y el pago aumenta más el cocktail de bombas Molotov lanzadas a la policía indefensa, quienes tienen la ley de su lado para usar armas en tales casos, pero actúan con gran freno”.
“Desde que los esfuerzos para manipular la democracia del financista George Soros se unieron a tácticas de revoluciones callejeras artificiales de Gene Sharp para formar la estrategia central del objetivo neoconservador de Estados Unidos e imponer su ‘Nuevo Siglo Americano’ al mundo entero, Ucrania ha servido como presa de la política exterior intervencionista de EEUU”, resumió Madsen a finales del año pasado.
“Ucrania, que resistió los esfuerzos de la Unión Europea para integrarse a la federación de austeridad y pobreza liderada por banqueros, llegó a un conflicto con la UE después de abandonar un pacto de ‘Acuerdo’ con ella. En su lugar, Kyiv optó por una unión económico más lucrativa con Rusia. Dicha decisión gatilló un masivo levantamiento en la Plaza Maydan (Independencia) de Kyiv que exigió la renuncia del presidente democráticamente electo de Ucrania y su gobierno”, escribe Madsen.

Según un estudio conducido por la Fundación de Iniciativas Democráticas y el Centro Razumkov, un número enorme de ucranianos apoya al gobierno de Yanukovych.
“El presidente Viktor Yanukovych aún sacaría el 30% de los votos en una elección presidencial”, escribe Gorchinskaya. “Este es un resultado asombroso que representa cerca de 10 millones de personas. Y el número es verdaderamente sorprendente cuando lees que el 71% de los encuestados dice que la situación del país se ha vuelto peor en el curso del último año. Esto significa que muchos de los que no están felices con el gobierno, aún lo apoyan”.
Sin embargo, esta realidad política no es mostrada adecuadamente en Occidente, donde la cobertura de los medios corporativos dan la impresión de que la mayoría de los ucranianos quieren unirse a la Unión Europea y aceptar un régimen de austeridad y “reformas” impuestas por los banqueros, lo cual, invariablemente, llevará a un estándar de vida más bajo y una miseria incremental.
CNN, Fox, MSNBC y el resto de los medios corporativos continúan prestando atención a los sensacionalistas activistas del Euromaidan vestidos con pasamontañas, exhibiendo a todos los policías como matones y al gobierno como un títere del régimen post-soviético de Moscú. Los evidentes vínculos de los activistas con Soros, el Departamento de Estado, USAID y la pantalla de la CIA, NED, y la Unión Europea, por otra parte, son completamente ignorados.