In memoriam
BLAS PIÑAR
En la madrugada de este 28 de enero, se nos ha muerto Blas Piñar.
De cuanto pudiéramos decir en su homenaje, hoy nos lo impide el llanto y la congoja. Postergaremos, pues, las palabras propias. Hablarán las oraciones, que elevamos al Dios de los Ejércitos.
De cuanto debiéramos proferir en honor a su trayectoria límpida, hoy nos lo impiden estos labios sellados por la sensibilidad lacerada y herida. Hablarán los cánticos litúrgicos en la Santa Misa.
De cuanto estamos obligados a narrar, en testimonio de su catolicidad impar, de su amor singular a la Hispanidad Eterna, de su varonía probada, de su elocuencia magnífica, hoy nos lo impiden estas manos nuestras, crispadas aún por la noticia, y que han tomado el gesto de un nudo elevado hacia el altar. Hablarán los recuerdos, que se encabalgan solos por el alma.
Blas maestro, camarada, amigo, hermano: Dios te ha dado el merecido descanso perpetuo. Nos mande a nosotros la fatiga,cada mañana y cada noche. Para que seamos dignos, algún día, de encontrarnos Allí -tú ya lo sabes- ante cuya entrada, sobre ambas y celestes jambas, los ángeles con espadas siguen montando la guardia.
De cuanto pudiéramos decir en su homenaje, hoy nos lo impide el llanto y la congoja. Postergaremos, pues, las palabras propias. Hablarán las oraciones, que elevamos al Dios de los Ejércitos.
De cuanto debiéramos proferir en honor a su trayectoria límpida, hoy nos lo impiden estos labios sellados por la sensibilidad lacerada y herida. Hablarán los cánticos litúrgicos en la Santa Misa.
De cuanto estamos obligados a narrar, en testimonio de su catolicidad impar, de su amor singular a la Hispanidad Eterna, de su varonía probada, de su elocuencia magnífica, hoy nos lo impiden estas manos nuestras, crispadas aún por la noticia, y que han tomado el gesto de un nudo elevado hacia el altar. Hablarán los recuerdos, que se encabalgan solos por el alma.
Blas maestro, camarada, amigo, hermano: Dios te ha dado el merecido descanso perpetuo. Nos mande a nosotros la fatiga,cada mañana y cada noche. Para que seamos dignos, algún día, de encontrarnos Allí -tú ya lo sabes- ante cuya entrada, sobre ambas y celestes jambas, los ángeles con espadas siguen montando la guardia.
Blas Piñar:
¡PRESENTE!
¡Arriba España! ¡Viva
Cristo Rey!