Un 3 de febrero de 1813 el Regimiento de
Granaderos a Caballo
PRESIONE "MAS INFORMACION" A SU IZQUIERDA PARA LEER ARTICULO(Fundado el 16 de marzo de 1812), creado y organizado por el General San Martín, tuvo su bautismo de fuego derrotando en forma aplastante a una escuadra realista en San Lorenzo, provincia de Santa Fe. El objetivo de la flota española era remontar el río Paraná hasta el Paraguay.
Las orillas del Paraná serían testigo 32 años después de
otros actos heroicos con el mismo objetivo: LA DEFENSA DE LA PATRIA, así con el
mismo espíritu se combatiría en 1845 a la flota Anglo-francesa en Vuelta de
Obligado, Tonelero, Quebracho, Acevedo y también San Lorenzo. En ambas
ocasiones triunfó la PATRIA VERDADERA, la que no se somete, la que responde con
orgullo, coraje y vigor a la prepotencia imperialista.
Pero hay un 3 de febrero que
es funesto y pertenece al año 1852. En la batalla de Caseros se
enfrentaron el “Ejército Grande” del General Justo José de Urquiza, integrado
por veinticuatro mil hombres, de los cuales 3500 eran brasileros, 1500
uruguayos, 3000 mercenarios europeos y el resto argentinos. Por su lado,
el Restaurador General Juan Manuel de Rosas contaba con veintitrés mil
valientes, todos argentinos.
Compleja era la situación política en esa
época. El poder y prestigio de Rosas había alcanzado su cenit, vencidas
Inglaterra y Francia, sólo quedaba el Imperio del Brasil. Este estaba en
una severa crisis, rebeliones en los estados del Sur de negros esclavos
(farrapos), que veían en la próspera Confederación Argentina una tierra de
libertad e igualdad, amenazaba con crear otro “uruguay” pero en Rio Grande do
Sul y haciendo tambalear el régimen despótico de los Braganza. La tensión
entre Argentina y Brasil se venía incrementando por las sucesivas incursiones
del Barón de Yacuhy en territorio uruguayo para saquear y robar ganado.
Verdaderos piratas denominados “Californias” (por su similitud con el “rush”
del oro de la costa pacífica norteamericana) sucesores de los Bandeirantes, que
hacían lo mismo pero en el siglo XVII. En Montevideo la libras francesas
que “mantenían” a los emigrados argentinos a cambio de su traición, comenzaban
a escasear, por ende, el Imperio del Brasil veía como un hecho la caída de la
capital uruguaya en manos del General Oribe (aliado de Rosas), quien sitiaba
dicha ciudad en poder de Fructuoso Rivera, ocupada principalmente por
franceses, ingleses, los piratas de Garibaldi y los unitarios argentinos; los
orientales estaban con Oribe.
El General Urquiza se
manifiesta en contra del Restaurador mediante el Pronunciamiento del 1 de mayo
de 1851. En noviembre de ese año celebra un Tratado entre las provincias
de Entre Ríos, Corrientes, Brasil y Uruguay. En su artículo 6, se hace
referencia al financiamiento de la campaña militar contra Rosas, por la cual el
Emperador Pedro II concedía a título de empréstito 400.000 patacones en total;
el art. 7 prescribe que dicha deuda sea asumida por el gobierno que
inmediatamente suceda al del General Rosas.
La razón que esgrime Urquiza
es la debilitada salud de Rosas y la organización constitucional del País; pero
el verdadero propósito, era que el entrerriano estaba impedido de seguir con el
contrabando a través de los puertos de Entre Ríos. Don Justo José es condecorado por
el Emperador Pedro II con la Orden de Cristo y una renta de 100.000 patacones
(500.000 francos), tal el “premio” por traicionar a la Patria. Años mas
tarde recibiría otro “premio”: la Orden del Cruzeiro y la venta a Brasil de
30.000 caballos (unos 390.000 patacones) dejando neutralizados a los brillantes
jinetes entrerrianos. Con esta “retribución” se aseguraban que
Urquiza no encabezaría un levantamiento federal en contra de la guerra de la
Triple Alianza y del gobierno de Mitre, desairando a caudillos como el
Chacho Peñaloza y López Jordán entre otros. Traición que le valió ser
asesinado en 1870.
Que diferencia con su comprovinciano,
Antonio Rivero, quien con un grupo de gauchos e indios, recuperó por un breve
lapso, en agosto de 1833, nuestras Malvinas de la garra pirata inglesa.
Una vez finalizada la batalla
de Caseros, episodio mas político que militar, el Marqués de Caxias, Jefe de
las tropas brasileras, recuerda a Urquiza: “la victoria de esta campaña es
una victoria de Brasil, y la División Imperial entrará en Buenos Aires con
todas las honras que le son debidas y que han sido convenidas con V.E.”. Los
brasileros hicieron la entrada triunfal el 20 de febrero recién, para tomarse
la revancha de Ituzaingó, donde las armas argentinas vencieron a las brasileras
ese día pero en 1827.
Podemos apreciar como el
mismo día (pero distintos años) son dos polos opuestos en cuanto a lo que
significan. En el de 1813 triunfa LA PATRIA GRANDE y en 1852, LA
PATRIA CHICA, la anti-historia y los pérfidos traidores y vendepatrias.
Actualmente tenemos otros “Caseros”; como los Tratados de Madrid y Londres
firmados en 1990 (L.N. 24.184), los Tratados de Promoción y Protección
Recíproca de Inversiones (TPPI), entre otros.
Nunca es tarde para un Pueblo, despertar
del letargo del sometimiento y alumbrar su existencia con la luz de la
Liberación.