jueves, 28 de mayo de 2015

La Iglesia Católica de Alemania en el abismo


La Iglesia Católica de Alemania en el abismo

Mathias von Gersdorff

                         
Hacía parte de la preparación del Sínodo sobre la familia de octubre de 2015 que las diócesis de todo el mundo consultaran la opinión de los fieles sobre el tema del matrimonio y la familia. Las respuestas de los laicos alemanes fueron analizadas por la Conferencia Episcopal Alemana que resumió su evaluación en el documento titulado “La vocación y la misión de la familia en la Iglesia y en el mundo de hoy”. 
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 Este documento fue enviado a Roma y constituyó lo que sería la descripción de la posición de los alemanes católicos frente al matrimonio y a la familia. Sobre la base de estas opiniones el Sínodo deberá preparar en el otoño las perspectivas pastorales.
En lo que respecta a Alemania, la toma de posición de la Conferencia Episcopal Alemana revela una situación desoladora. Si esta situación reflejara realmente la realidad nacional, la Iglesia ya no ejerce ninguna influencia sobre las opiniones de sus fieles sobre el matrimonio, la familia y la moral sexual. En cuanto al divorcio, de las familias mixtas, de las parejas homosexuales, a juzgar por el documento de los obispos alemanes, los fieles han adoptado plenamente las ideas difundidas por revistas como BRAVO, por las películas y novelas, o por los partidos políticos de izquierda como Bündnis 90/Die Grünen. De acuerdo con la Conferencia Episcopal Alemana revolución sexual hizo una obra devastadora en Alemania y los obispos ya no tienen ninguna influencia sobre lo que los católicos piensan con relación al matrimonio y la sexualidad.
Como tal, el documento de la Conferencia Episcopal Alemana es una confesión del fracaso colosal del episcopado en la defensa de la fe católica y el Magisterio de la Iglesia en este país .
La delegación alemana para el Sínodo, compuesta por el cardenal Reinhard Marx (München-Freising) y por los obispos Franz-Josef Bode (Osnabrück) y Heiner Koch (Dresden-Meissen) debería comparecer ante la asamblea sinodal y, con ceniza en la cabeza, pedir perdón por su fracaso. Obispos de Diócesis pobres del interior de Bolivia o Nigeria sin duda les harían las siguientes preguntas: ¿cómo puede ser que una iglesia tan rica haya gastado tan poco dinero en la enseñanza de la verdadera doctrina católica sobre el matrimonio y la sexualidad? ¿Por qué el contenido de las encíclicas de los Papas Benedicto XVI, Juan Pablo II (Familiaris Consortio) y Pablo VI (Humanae Vitae) sigue siendo desconocida o no es tomado en serio? ¿Por qué la encíclica “Humanae Vitae” fue puesta en cuestión por la “Declaración de Königstein” de los obispos alemanes? ¿Cuánto dinero la rica Iglesia católica alemana gastó para combatir las influencias perniciosas de la televisión, de Internet y otros medios de comunicación sobre las personas? ¿Cuáles fueron las contramedidas de catequesis que fueron tomadas para mantener viva la doctrina católica?
 
Cardenal Reinhard Marx 

Podrían hacer incluso preguntas más incómodas, ya que la comprensión católica del matrimonio y de la sexualidad está estrechamente vinculada a la cristología católica. Si efectivamente muy pocos alemanes todavía siguen la moral matrimonial y sexual católicas, hay que preguntarse hasta qué punto todavía adhieren a la esencia de la fe católica como, por ejemplo, la divinidad de Cristo, su acción salvífica como víctima expiatoria y redentora , la resurrección etcétera
Frente a esta catástrofe es para frotarse los ojos cuando obispos Alemanes tienen el triste coraje de presentar exigencias al Sínodo. La doctrina debería ser, según ellos, “más desarrollada”; se debería mostrar “aprecio” as relaciones homosexuales y extramatrimoniales, y así sucesivamente. Después de todo,¿qué resultados la delegación alemana puede mostrar, con el fin de atribuirse autoridad para presentar semejantes exigencias?
No es de extrañar que en muchos países los católicos balanceen su cabeza con respecto a Alemania. Incluso Daniel Deckers, el periodista encargado de las cuestiones relacionadas con la Iglesia católica del Frankfurter Allgemeine Zeitung y lejos de ser un conservador, escribió el 21 de abril de 2015: “En virtud de la impresión causada por las respuestas (los obispos alemanes) acentúan ahora su propuesta del año pasado para permitir, en determinadas condiciones, el acceso de los católicos divorciados y re-casados a los sacramentos de la penitencia y de la Eucaristía. Hasta el momento la Conferencia Episcopal Alemana es la única en el mundo que apoya este punto de vista”.
De hecho, uno tiene que preguntarse qué pretende la Conferencia Episcopal Alemana, y que quiere con el documento “La vocación y la misión de la familia en la Iglesia y en el mundo de hoy.” De la diócesis de Essen -con cerca de 850 mil almas- llegaron 14 respuestas individuales al cuestionario. De Mainz (740.000 almas) llegó a un total de 21 respuestas. De Magdeburgo (86.000 almas) vinieron 18. No es necesario haber estudiado estadística para saber que tal pesquisa de opinión no vale nada. Lo que la Conferencia Episcopal Alemana debería haber informado el Vaticano sería: “Por desgracia, no fue posible saber lo que los fieles piensan con respecto al matrimonio y a la familia, ya que no participaron de la pesquisa”. Por el contrario, la Conferencia Episcopal redactó un documento que recomienda la demolición de la doctrina católica sobre el matrimonio y la sexualidad.
Esperemos para ver lo que el Cardenal Marx y los demás van a producir hasta el Sínodo de la Familia. En cualquier caso, el cardenal alemán Walter Brandmüller ha dejado claro: “El que quiera cambiar el dogma es un hereje – aún cuando lleve la Púrpura.”
Mathias von Gersdorff, desde Alemania