La Iglesia Católica de Alemania en el abismo
Mathias von Gersdorff
Hacía parte de la preparación del Sínodo sobre la familia de octubre
de 2015 que las diócesis de todo el mundo consultaran la opinión de los
fieles sobre el tema del matrimonio y la familia. Las respuestas de los
laicos alemanes fueron analizadas por la Conferencia Episcopal Alemana
que resumió su evaluación en el documento titulado “La vocación y la
misión de la familia en la Iglesia y en el mundo de hoy”.
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Este documento
fue enviado a Roma y constituyó lo que sería la descripción de la
posición de los alemanes católicos frente al matrimonio y a la familia.
Sobre la base de estas opiniones el Sínodo deberá preparar en el otoño
las perspectivas pastorales.
En lo que respecta a Alemania, la toma de posición de la Conferencia
Episcopal Alemana revela una situación desoladora. Si esta situación
reflejara realmente la realidad nacional, la Iglesia ya no ejerce
ninguna influencia sobre las opiniones de sus fieles sobre el
matrimonio, la familia y la moral sexual. En cuanto al divorcio, de las
familias mixtas, de las parejas homosexuales, a juzgar por el documento
de los obispos alemanes, los fieles han adoptado plenamente las ideas
difundidas por revistas como BRAVO, por las películas y novelas, o por
los partidos políticos de izquierda como Bündnis 90/Die Grünen. De
acuerdo con la Conferencia Episcopal Alemana revolución sexual hizo una
obra devastadora en Alemania y los obispos ya no tienen ninguna
influencia sobre lo que los católicos piensan con relación al matrimonio
y la sexualidad.
Como tal, el documento de la Conferencia Episcopal Alemana es una
confesión del fracaso colosal del episcopado en la defensa de la fe
católica y el Magisterio de la Iglesia en este país .
La delegación alemana para el Sínodo, compuesta por el cardenal
Reinhard Marx (München-Freising) y por los obispos Franz-Josef Bode
(Osnabrück) y Heiner Koch (Dresden-Meissen) debería comparecer ante la
asamblea sinodal y, con ceniza en la cabeza, pedir perdón por su
fracaso. Obispos de Diócesis pobres del interior de Bolivia o Nigeria
sin duda les harían las siguientes preguntas: ¿cómo puede ser que una
iglesia tan rica haya gastado tan poco dinero en la enseñanza de la
verdadera doctrina católica sobre el matrimonio y la sexualidad? ¿Por
qué el contenido de las encíclicas de los Papas Benedicto XVI, Juan
Pablo II (Familiaris Consortio) y Pablo VI (Humanae Vitae) sigue siendo
desconocida o no es tomado en serio? ¿Por qué la encíclica “Humanae
Vitae” fue puesta en cuestión por la “Declaración de Königstein” de los
obispos alemanes? ¿Cuánto dinero la rica Iglesia católica alemana gastó
para combatir las influencias perniciosas de la televisión, de Internet y
otros medios de comunicación sobre las personas? ¿Cuáles fueron las
contramedidas de catequesis que fueron tomadas para mantener viva la
doctrina católica?
Cardenal Reinhard Marx
Podrían hacer incluso preguntas más incómodas, ya que la comprensión
católica del matrimonio y de la sexualidad está estrechamente vinculada a
la cristología católica. Si efectivamente muy pocos alemanes todavía
siguen la moral matrimonial y sexual católicas, hay que preguntarse
hasta qué punto todavía adhieren a la esencia de la fe católica como,
por ejemplo, la divinidad de Cristo, su acción salvífica como víctima
expiatoria y redentora , la resurrección etcétera
Frente a esta catástrofe es para frotarse los ojos cuando obispos
Alemanes tienen el triste coraje de presentar exigencias al Sínodo. La
doctrina debería ser, según ellos, “más desarrollada”; se debería
mostrar “aprecio” as relaciones homosexuales y extramatrimoniales, y así
sucesivamente. Después de todo,¿qué resultados la delegación alemana
puede mostrar, con el fin de atribuirse autoridad para presentar
semejantes exigencias?
No es de extrañar que en muchos países los católicos balanceen su
cabeza con respecto a Alemania. Incluso Daniel Deckers, el periodista
encargado de las cuestiones relacionadas con la Iglesia católica del
Frankfurter Allgemeine Zeitung y lejos de ser un conservador, escribió
el 21 de abril de 2015: “En virtud de la impresión causada por las
respuestas (los obispos alemanes) acentúan ahora su propuesta del año
pasado para permitir, en determinadas condiciones, el acceso de los
católicos divorciados y re-casados a los sacramentos de la penitencia y
de la Eucaristía. Hasta el momento la Conferencia Episcopal Alemana es
la única en el mundo que apoya este punto de vista”.
De hecho, uno tiene que preguntarse qué pretende la Conferencia
Episcopal Alemana, y que quiere con el documento “La vocación y la
misión de la familia en la Iglesia y en el mundo de hoy.” De la diócesis
de Essen -con cerca de 850 mil almas- llegaron 14 respuestas
individuales al cuestionario. De Mainz (740.000 almas) llegó a un total
de 21 respuestas. De Magdeburgo (86.000 almas) vinieron 18. No es
necesario haber estudiado estadística para saber que tal pesquisa de
opinión no vale nada. Lo que la Conferencia Episcopal Alemana debería
haber informado el Vaticano sería: “Por desgracia, no fue posible saber
lo que los fieles piensan con respecto al matrimonio y a la familia, ya
que no participaron de la pesquisa”. Por el contrario, la Conferencia
Episcopal redactó un documento que recomienda la demolición de la
doctrina católica sobre el matrimonio y la sexualidad.
Esperemos para ver lo que el Cardenal Marx y los demás van a producir
hasta el Sínodo de la Familia. En cualquier caso, el cardenal alemán
Walter Brandmüller ha dejado claro: “El que quiera cambiar el dogma es
un hereje – aún cuando lleve la Púrpura.”
Mathias von Gersdorff, desde Alemania