Dupanloup pero sin mitificaciones
La figura de Félix-AntoineDupanloup (1802-1878) es conocida para quienes de algún modo están
familiarizados con la
Historia de la
Iglesia del siglo XIX.
Dupanloup fue el autor de un
opúsculo que comenta al Syllabus: La Convention du 15 septembre et L’Encyclique du 8
Décembre, publicado en 1865. En su tiempo, el
folleto fue un verdadero éxito editorial, la primera edición se agotó en dos
horas y tres semanas más tarde circularon 100.000 ejemplares, además de las múltiples traducciones. A diferencia del libro de Sardá -que no
tuvo el aval de ningún acto pontificio- el obispo de Orleáns recibió un acto
pontificio favorable a su folleto: el Breve de Pío IX, Ita, Venerabilis Frater (8-II-1865), que puede leerse en este
enlace (en latín y francés). El documento se incluyó en todas las reediciones del folleto y -de modo semejante a lo sucedido con la obra de Sardá- los partidarios del catolicismo liberal hicieron uso y abuso del Breve pontificio.
Además del éxito editorial, el opúsculo de Dupanloup tuvo importante recepción en la Iglesia. El
primer biógrafo del obispo dio gran importancia al Breve de Pío IX y recordó con actitud triunfalista las
630 cartas de felicitación que le enviaran obispos de distintos países. Pero
Yves Chiron señala que está pendiente de estudio el
contenido de esas cartas, muchas de las cuales podrían ser meras respuestas de cortesía.
Algunos ven hoy el Breve del Papa como una especie de
“cheque en blanco” para el liberalismo que profesan. Lo cual nos parece una
mitificación.
Pero también
en los ambientes católicos tradicionales de nuestros días se dan
reacciones extrañas ante un acto del Papa que resulta "indigesto".
Hay autores que omiten mencionar la existencia del Breve cuando trazan
el perfil biográfico de Pío IX o critican el papel del obispo de
Orleáns. Otros silencian los elogios que contiene el documento y
resaltan un párrafo en el cual el Papa habría sugerido que si bien
Dupanloup defiende al Syllabus de las calumnias no expresa su verdadero sentido. Algún
sacerdote
–tal vez prisionero de la camisa de fuerza ultramontana- se mete en un
laberinto psicologista, y termina por forzar los hechos, para dejar bien
parado al Pontífice. Quizás ignore otro Breve de Pío IX en apoyo de un
libro de Mons. Fessler que pone límites al infalibilismo exagerado.
Recomendamos al lector interesado que se lea documento completo. Pero nos parece que hay algunas conclusiones objetivas que se imponen:
1ª. El Breve es un acto
pontificio. El libro de Dupanloup tiene en su favor un Breve; el
opúsculo de Sardá y Salvany no lo tiene. Guste o no, es un hecho.
2ª. No conocemos a
ningún
historiador que sostenga que Pío IX estuviera coaccionado de algún modo
para suscribir el Breve.
El Papa pudo no decir nada, pero lo hizo estampando su firma y sello.
Nunca se retractó públicamente, ni mandó expurgar el libro, ni ordenó
que se lo incluyera en el Índice.
3ª. Hay que atenerse a las palabras
del documento completo, sin sesgos de selección.
¿Qué valor tiene el Breve de Pío
IX? El documento laudatorio no implica
que la interpretación de Dupanloup fuera: oficial, única legítima, exhaustiva, la
más fiel a la letra y el espíritu del Syllabus. Del tenor de
las expresiones empleadas tampoco se puede concluir que el Papa diera
a su acto un peso magisterial importante. Pero implica un juicio general de ortodoxia equivalente a un nihil obstat pontificio.¿Quisiéramos que no existiera este Breve? La primera ley de la historia es no mentir; la segunda es no temer decir la verdad...