Grecia y Argentina: Analogías y diferencias
20/7/2015
La Crisis de Deuda Griega tiene muchas analogías con la Argentina aunque también algunas diferencias relevantes. En ambos casos, los gobiernos están frente al problema de una deuda
impagable y, por ende, metidos en una trampa de Deuda Perpetua dada la
refinanciación integral y permanente de todos sus vencimientos – pagando
Deuda con Deuda – y tomando endeudamiento adicional.
Sin perjuicio de que la enunciación que sigue no sea completa, pueden
identificarse tres grandes analogías centrales en el problema de la
Deuda de Argentina y Grecia: 1. El Sistema de Deuda Perpetua, 2. Las
re-estructuraciones o salvatajes, y 3. La modalidad de negociación.
- SISTEMA DE DEUDA PERPETUA.
La adhesión a la trampa de deuda impagable reside en que el gobierno
Tsipras – como el gobierno Kirchner acá – no cuestiona la legitimidad de
la Deuda sino sólo el aligeramiento de las condicionalidades de su
refinanciación forzosa.
Se habla de los Efectos – esto es, las consecuencias de los planes de
ajuste fiscal para pagar la Deuda – pero no de las Causas – que están
en el origen irregular, ilegal e ilegitimo de las acreencias reclamadas
al Estado – lo que lleva a que los gobiernos de ambos países coincidan
en que la Deuda no se investigue, que los pagos de servicios no se
suspendan mientras se sustancien tales investigaciones y que,
consecuentemente – en Grecia como en la Argentina – nadie fue ni va
preso por las estafas en las deudas del Estado.
Esta impunidad en cuanto a las irregularidades estructurales del
Sistema de la Deuda Perpetua se agrava con la continuidad del Sistema
porque Grecia, como la Argentina, no busca una salida del Sistema sino
su permanencia dentro del mismo:
- Grecia lo hace con su nuevo pedido de “rescate” o re-estructuración – el llamado reperfilamiento o nueva refinanciación de obligaciones impagables – que se realiza y se seguirá realizando cancelando todos los vencimientos con nuevos préstamos de los acreedores.
- Argentina lo hace con su re-endeudamiento sistemático y su aspiración de volver a colocar Deuda en el Mercado Internacional de Capitales, según el objetivo del Megacanje Kirchner-Lavagna de 2005-2010 y la Hoja de Ruta Boudou desde 2008.
Así como en el Mundo nadie pelea realmente “contra la Droga” sino
“por la Droga”, es decir, por el control del negocio de la Droga, así
también nadie pelea contra el Sistema de la Deuda – entendida como
trampa de Deuda Perpetua – sino que todos luchan “por la Deuda”, por
mantenerse dentro del Sistema y obtener más préstamos ya que, más allá
de los discursos grandilocuentes, nunca se trata de una confrontación de
fondo contra el Sistema sino de un discurso de forma dentro del
Sistema.
De allí que episodios como la actual coyuntura de la deuda griega o
la deuda argentina – hoy complicada aún más por la cuestión de los
Holdouts – tienen que ser observados no como excepciones a la normalidad
del Sistema de la Deuda sino como capítulos periódicos dentro de un
esquema de re-endeudamiento permanente.
- RESCATES O SALVATAJES.
Los paquetes de préstamos vía re-estructuraciones de Deuda no son
rescates o ayudas a los países deudores sino salvatajes a los acreedores
de esos países que, caso contrario, se quedarían sin cobrar.
Por ello, el primer punto a considerar cuando se analizan los
periódicos estallidos por inconsistencias del Sistema es ver si los
acreedores originales – culpables y/o responsables directos del
endeudamiento en tándem con los gobiernos corruptos que lo contrajeron –
todavía permanecen como acreedores o si, en cambio, ya han salido del
problema, esto es, si ya se han liberado del riesgo de impago porque ese
riesgo cierto ha sido traspasado a otro.
La gran omisión dentro de la casi infinita masa de informaciones y
comentarios sobre la Crisis de Deuda Griega es que los principales
Acreedores Privados – empezando por los bancos de inversión Goldman
Sachs, JP Morgan-Chase y otros, que fueron fautores o artífices del
endeudamiento griego y cómplices en su ocultamiento – ya se han salvado,
ya han salido del problema porque la enorme deuda que habían colocado y
también tomado ya fue traspasada a terceros, que ahora son
instituciones públicas internacionales.
En 2012, la Deuda Pública de Grecia – que actualmente suma 320.000 M€
(Millones de Euros) ó 342.000 (según algunos cálculos más precisos) –
estaba contraída mayoritariamente con grandes bancos (europeos y
norteamericanos): 193.500 MD (Millones de Dólares, que hoy cotizan a
1.09 US$/€). Ahora esa masa de deuda con bancos se ha reducido a 33.000
MD.
¿Qué ha ocurrido en el interregno? Que Grecia ha recibido grandes
paquetes de rescate por entre 240 y 270.000 M€ del Eurogrupo de Bruselas
– la ex Troika conformada por la Comisión Europea (CE), el Banco
Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) – para
que el país le pudiese cancelar la mayoría de la Deuda a los Bancos y se
quedase debiendo entonces esa suma a organismos financieros estatales,
re-estructuraciones mediante.
En este momento se discuten las condiciones de un tercer rescate, que
es la tercera re-estructuración, y que deviene necesaria porque las dos
anteriores (2010 y 2012) fracasaron, como fracasan todos los paquetes
de refinanciación, que primero se venden a la opinión pública como
supuestos “éxitos de negociación” que sólo sirven para diferir o
“patear” los compromisos próximos para adelante pero luego se demuestran
siempre ineficaces como soluciones de fondo del problema de la Deuda.
Es lo mismo que ha pasado aquí, en la Argentina con las “exitosas”
renegociaciones de Deuda Externa de 1985-87 (Acuerdos de Nueva York del
gobierno Alfonsín), de 1992-93 (Plan Brady, bajo Menem-Cavallo),
Megacanje 2001 (con De la Rúa-Cavallo) y 2005-10 (Megacanje
Kirchner-Lavagna, ya igualmente sujeto a revisión dado que la
administración K no ha tenido ni tiene solvencia fiscal para cumplirlo
como no sea emitiendo continuamente más deuda).
Se trata de una maniobra ya clásica en materia de Deuda Pública:
primero se consintió en el rescate o traspaso del gran paquete de deudas
impagables que Grecia tenía con los acreedores bancarios – básicamente
el grupo citado de grandes bancos y fondos de inversión norteamericanos y
europeos que llevaron al mayúsculo e irresponsable endeudamiento sin
capacidad de repago del país – y luego, cuando estalla la Crisis de
Deuda a partir de 2009, vinieron los rescates o grandes
re-estructuraciones con el traspaso de la gran masa de endeudamiento a
nuevos acreedores oficiales, que cargan así el peso de la refinanciación
para el salvataje de los bancos.
La regla es siempre la misma: 1. Deuda de los Estados con Bancos
Privados, 2. Salvatajes a los Bancos vía estatización directa o
indirecta de esas obligaciones – es decir, pasándole el “fardo” de las
deudas impagables a instituciones oficiales – y 3. Disminución de la
Deuda con Terceros Privados para volver al Mercado Internacional de
Deuda.
En algunos casos – como la Argentina K – este paso intermedio de
descarga de la deuda con terceros se ha cumplido a través del pago
privilegiado de las deudas con privados y organismos financieros
internacionales a costa de aumentar en forma extraordinaria la deuda
impagable intra-Estado (más del 60 % de la Deuda Total) para allanar así
la vuelta a tomar nueva Deuda Externa.
- ESTILO DE NEGOCIACIÓN.
Como ya es usual en estos casos de Crisis de Deuda, algunos países
sumamente endeudados – como Grecia y la Argentina – tienen gobiernos con
discurso muy confrontativo frente a los poderes financieros expuestos
“para la galería” pero realidades muy diferentes cuando las palabras se
bajan a los hechos.
Es el caso del gobierno Kirchner, que se jacta de haberse liberado
del FMI mientras permanece dentro de un Sistema Financiero Internacional
(SFI) que sigue teniendo precisamente como referente técnico al FMI,
que dice haberse des-endeudado cuando la Deuda Pública ha venido y sigue
aumentando bajo su gestión a un ritmo de más de 10.000 MD por año
(19.000 MD en 2014 y otros 18.000 MD previstos para el 2015), que
aparenta resistir los condicionamientos financieros externos pero se
reconoce “pagador serial” con récords históricos de pago de Deuda
Externa, que declara diferenciarse de las anteriores políticas
neo-liberales pero también aumenta la Deuda Pública de su
administración, mantiene un retraso cambiario para poder sostener el
pago de los servicios externos y sigue colocando deuda nueva a través de
otro “festival de bonos” – en moneda local y extranjera – aceptando
tasas de interés usurarias (del 9 % en dólares y el 30 % en pesos); y
que habla contra los planes de austeridad pero practica planes de ajuste
encubiertos por la vía de los ingresos: aumento de la presión
tributaria, emisión inflacionaria para sostén del gasto público
(influido directamente por los servicios de la Deuda) y toma de deudas
adicionales.
El caso de Grecia es más patético porque el gobierno Tsipras tiene
menos elementos para poder ocultar esta realidad que aquí la
administración Kirchner.
Es algo típico de algunos regímenes identificados como
“ultra-izquierdistas”, que tienen discursos duros pero luego terminan
claudicando frente al choque contra la realidad.
La nueva administración del partido Syriza – electo en Enero pasado –
encaró mal las negociaciones con la Troika: desplantes fuera de estilo
diplomático del ex ministro de Finanzas Varufakis (algo parecido a las
informalidades y expresiones aquí del ministro Kicillof),
inconsistencias en el planteo del premier Tsipras al no cuestionar ni
investigar las irregularidades de la Deuda Griega y tratar de resistirse
con argumentos populistas contrarios a los planes de ajuste exigidos
por sus acreedores (como aquí la presidenta CFK), técnica de dilaciones
con posiciones negociadoras totalmente débiles (como aquí con el
desacato del fallo Griesa), intento de desvío del eje de las discusiones
con planteos jurídica e históricamente desubicados como el reclamo de
reparaciones de guerra contra Alemania después de 70 años de terminado
el conflicto y de firmado el Tratado de Londres de 1953 (algo parecido a
la invocación aquí de los efectos de las políticas neoliberales de las
décadas del ´70 y del ´90); y desmentida final de los hechos con la
capitulación post-referéndum del 5.7, que rechazaba las condiciones del
documento del Eurogrupo del 25.6 pero terminó aceptando condiciones
peores después de la consulta popular (punto de contradicción, este
último, que en la Argentina la administración K trata de evitar – como
el caso de los Holdouts y de una nueva reestructuración de Deuda –
traspasándole directamente el problema al futuro gobierno mientras
compra su supervivencia financiera y política a costa de seguir
colocando Deuda Nueva).
El ocultamiento de datos es también un elemento común en el estilo de
manejo de las informaciones de los gobiernos de Grecia y de la
Argentina, particularmente los falseamientos de las cifras de Deuda –
con fuertes sumas de obligaciones no computadas y omisión de la Deuda
Pública Indirecta (Empresas del Estado y Entes Oficiales) – así como la
verdadera magnitud de los déficits presupuestarios.
No es casual que entre las exigencias de saneamiento fiscal para
garantizar el pago de la Deuda el Eurogrupo le obligue ahora al gobierno
griego la reforma de su oficina de estadísticas para blanquear los
datos de sus cuentas nacionales (algo similar a lo planteado por el FMI
contra la Argentina).
En síntesis, que las posturas públicas del gobierno Tsipras (cuyos
planteos – pese a su discurso – durante las negociaciones no estaban en
la práctica tan distantes de sus acreedores) vendieron a la opinión
pública una imagen de resistencia y confrontación que no se correspondía
con los hechos (lo mismo que acá la administración K en materia de
Deuda, cuestión de los Fondos Buitre, situación fiscal o estadísticas
del INDEC).
Tales son las principales analogías entre las Crisis de Deuda de Grecia y la Argentina.
Pasemos ahora – aunque mucho más brevemente – a ciertas diferencias
relevantes en la situación de los dos países, que hacen también a tres
puntos, tocantes a: 1. La pertenencia de Grecia a la Zona del Euro, 2.
Su Sistema Bancario dentro de la Unión Europea (UE) y 3. Cuestiones
políticas de orden internacional en el seno del Viejo Continente.
Se trata de características que se dan en Grecia pero que no tienen
un correlato directo con la Crisis de Deuda de la Argentina (salvo
algunos temas parciales o indirectos, como el giro en las relaciones
globales con Rusia y China, por ejemplo, si bien no llegan al fondo de
las mismas cuestiones planteadas).
- GRECIA Y LA EUROZONA.
Como miembro de la Zona del Euro Grecia tiene un régimen de moneda
común o unidad monetaria que conlleva un sistema institucional del que
el país no puede salir fácilmente porque no tiene facultad de emitir
moneda propia ni vinculada a una tercera (como era aquí bajo la
convertibilidad del peso en la década del `90), porque un intento de
salida bajo la actual crisis de Deuda conlleva el riesgo de una
macro-devaluación peor que la de Argentina en 2002, que puede derivar en
una inflación no controlable y que llevaría a un default o cesación de
pagos generalizada por la brecha euro-dracma o cualquier otra moneda
sustitutiva.
Existe la posibilidad – al menos teórica – que el gobierno de Atenas
pueda intentar poner en circulación una moneda paralela o
“moneda-muleto” (como aquí se enunció la idea del Argentino durante el
efímero gobierno de Rodríguez Saá) pero la administración Tsipras parece
muy distante de adoptar una variante de este tipo ya que su intención y
necesidad inmediata es permanecer en la zona del euro.
La alternativa o amenaza de la línea dura del Eurogrupo – caso del
Ministro alemán de Finanzas, Schäuble – era la posibilidad de una
suspensión “transitoria” de Grecia dentro de la Eurozona pero ello
parece ahora descartado en la medida que el gobierno Tsipras se allana a
las exigencias de los acreedores.
Esta adscripción institucional de Grecia a la Zona del Euro difiere
de la Convertibilidad Argentina de la década del ´90, donde el dólar era
una referencia formal pero modificable por Ley (la 23.928).
- EL SISTEMA BANCARIO.
Dado que el Banco Central (BC) de Grecia no puede emitir moneda
propia debido a su adopción del Euro como Moneda Común los bancos
griegos están sostenidos actualmente contra cualquier corrida de
depositantes por una línea de crédito especial del BCE: el ELA o
programa de Asistencia de Liquidez de Emergencia.
Esta línea – hoy del orden de los 90.000 M€ – es independiente de la
refinanciación o nuevo préstamo negociado de 86.000 M€ para cubrir los
pagos de deuda del Tesoro durante los próximos tres años.
En este último aspecto es muy probable que la presión o chantaje del
Eurogrupo contra el gobierno Tsipras haya pesado más por el lado del
sostenimiento de los bancos locales que por el llamado tercer rescate en
sí mismo.
- FACTORES POLÍTICOS.
Como ocurre inexorablemente en todos los casos de Crisis de Deuda, la
de Grecia está también imbricada en la compleja trama de intereses
zonales de Política Internacional y Geopolítica.
La característica más ostensible y directa es el uso de la crisis
griega como forma de ataque del tándem atlantista Estados Unidos-Gran
Bretaña contra la UE en general y contra Alemania en particular, como
parte de la pugna entre el Dólar y el Euro.
No parece casual que los medios de las dos grandes potencias citadas
se hayan mostrado comparativamente favorables a la resistencia del
gobierno griego contra el Eurogrupo, que conocidos economistas
norteamericanos como Joseph Stiglitz y Paul Krugman – entre otros –
hayan alentado la rebeldía del primer ministro Tsipras, que se haya
azuzado el resentimiento griego por la ocupación alemana durante la
Segunda Guerra Mundial y que se haya exagerado la dureza de la posición
germana hoy – que tiende a defender a rajatabla la disciplina de la
Eurozona, la política común de la UE en materia Monetaria/Fiscal y el
salvataje al Sistema Financiero Europeo (que también incluye obviamente
los intereses de la banca alemana) – mostrándola como forma de
neo-colonialismo económico-financiero dentro de Europa.
Incluso la posición relativamente más benigna frente a Grecia del FMI
– donde los Estados Unidos tiene la primera mayoría de votos – ha sido
mencionada como producto o reflejo de la postura conciliatoria del
gobierno Obama frente a Tsipras en un momento en que se podría temer un
eventual giro de la administración griega hacia Rusia y/o China
(bilateral o vía BRICS)
En síntesis, la Crisis de Deuda Griega no puede dejar de ser vista
también como un subcapítulo de las luchas que se dan en el plano de los
poderes mundiales.
Hasta aquí la interpretación personal acerca de algunos de los
elementos de análisis sobre analogías y diferencias entre las Crisis de
Deuda de Grecia y la Argentina.
Lic. Héctor L. GIULIANO
Buenos Aires, 16.7.2015