Está fuera de toda duda que S.S. el Papa Francisco no se propone la
instauración de un “gobierno mundial”. Pero debe reconocerse que la idea
es extremadamente confusa, no obstante las limitaciones y
características que la Iglesia establece como condición para su
instalación.
Hay una contradicción entre los buenos deseos e intenciones de S.S. y la realidad, respecto a quiénes serán los responsables de asumir su conducción. En principio se trata de una institución “política” y, en consecuencia, sus responsables serán también “políticos”, que no serán necesariamente santos ni ángeles y, tal vez, ni siquiera creyentes ni respetuosos del Orden Natural.
Por otro lado, la existencia de dicha “Autoridad política mundial”, conlleva en el pensamiento del Papa Francisco la idea – entre otras – de “erradicar la pobreza”. Pero en este tema no se hace mención y se desconoce el rol práctico que juega el “dinero” y su usos, entre ellos, lo relacionado con la “usura”. Ésta hace de concentrador práctico de enormes riquezas en pocas manos, sin embargo se trata de un tema mayormente ajeno a las preocupaciones de los católicos, ya que si en una época fue considerada “pecado” hoy es inexistente como tal para la conciencia generalizada de los pueblos católicos, a pesar de que toda la vida económica está regulada por la “usura”, desde el más humilde de los créditos hasta lo más complejo como es la “creación del dinero de la nada” por los bancos.
Es decir, en la realidad se dan patéticas contradicciones entre lo que se “idealiza” como objetivo a alcanzar y las correspondientes “realidades operantes” en el mundo, que parecieran ser extrañamente ignoradas por los pastores que deben cuidar y conducir espiritualmente a sus ovejas.
Hay una contradicción entre los buenos deseos e intenciones de S.S. y la realidad, respecto a quiénes serán los responsables de asumir su conducción. En principio se trata de una institución “política” y, en consecuencia, sus responsables serán también “políticos”, que no serán necesariamente santos ni ángeles y, tal vez, ni siquiera creyentes ni respetuosos del Orden Natural.
Por otro lado, la existencia de dicha “Autoridad política mundial”, conlleva en el pensamiento del Papa Francisco la idea – entre otras – de “erradicar la pobreza”. Pero en este tema no se hace mención y se desconoce el rol práctico que juega el “dinero” y su usos, entre ellos, lo relacionado con la “usura”. Ésta hace de concentrador práctico de enormes riquezas en pocas manos, sin embargo se trata de un tema mayormente ajeno a las preocupaciones de los católicos, ya que si en una época fue considerada “pecado” hoy es inexistente como tal para la conciencia generalizada de los pueblos católicos, a pesar de que toda la vida económica está regulada por la “usura”, desde el más humilde de los créditos hasta lo más complejo como es la “creación del dinero de la nada” por los bancos.
Es decir, en la realidad se dan patéticas contradicciones entre lo que se “idealiza” como objetivo a alcanzar y las correspondientes “realidades operantes” en el mundo, que parecieran ser extrañamente ignoradas por los pastores que deben cuidar y conducir espiritualmente a sus ovejas.