A 61 AÑOS DEL BOMBARDEO DE LA MASÓNICA REVOLUCIÓN "LIBERTADORA"
El bombardeo de Plaza de Mayo, denominado también como Masacre de Plaza
de Mayo, fue un suceso ocurrido un jueves 16 de junio de 1955. Ese día, un
grupo de militares amotinados con el apoyo de comandos civiles arrojó sobre
Plaza de Mayo, Casa Rosada y otras zonas cercanas, más de 10 toneladas de
explosivos.
Tal acontecimiento fue respaldado entre otros, por el socialista
Américo Antonio Ghioldi, hermano de los dirigentes comunistas Rodolfo y Orestes
Ghioldi y funcionario durante la dictadura militar de 1976, el conservador
Oscar Vichi y Miguel Zavala Ortiz, radical, abogado, político y Ministro de
Relaciones Exteriores durante la presidencia de Arturo Umberto Illia (1963-1966).
Sobre este último es interesante agregar que además de participar en los bombardeos personalmente, realizó, mientras era canciller argentino, una serie de
declaraciones para la Agencia Telegráfica Judía. En dicha entrevista dada para el periódico en julio
de 1964, Ortiz negó que en Argentina "existiera alguna campaña antisemita" y dio como
ejemplo entre la relación del gobierno y los ciudadanos judíos “la
participación del Gran Rabino en los eventos oficiales, como invitado especial del gobierno en una misa de una catedral y en la
ceremonia del desfile militar del 9 de julio junto con los ministros de las
comunidades protestantes y católicas". "Les puedo asegurar que, si hay
alguien en contra de los prejuicios en Argentina, son los líderes en el actual
Gobierno", afirmó. Dijo a los judíos que “a lo largo de su vida, él
se ha preocupado en la defensa de las minorías” y que era consciente que “la
Argentina es la concentración judía más importante del mundo fuera de los Estados
Unidos e Israel” y que además “tenía una invitación de larga data para visitar
Israel”. Pero no terminan ahí las expresiones del tira bombas, miembro de la
sinagoga radical. También dijo que Nahum Goldmann, presidente del Congreso
Judío Mundial, "era un gran amigo" y que la situación judía en Argentina “había
sido discutida largamente con él”.
Número de víctimas:
Fuentes de la resistencia
peronista estimaban 400 muertos. En 1965, un periodista de la revista “Extra”,
informa que una vez que los combates habían terminado “en las inmediaciones de
Plaza de Mayo yacían dos mil muertos”.
El comisario Rafael C. Pugliese, autor del Informe Policia, fechado el 22 de junio de 1955 declaró al presidente Juan Domingo Perón que los muertos eran 136, según los muertos que se hallaban en las morgues de los distintos hospitales. Los centros médicos que recibieron los muertos y heridos y ayudaron con la identificación del número de los fallecidos fueron: Asistencia Pública con 62 muertos, Argerich con 45 muertos, Rawson con 3 muertos, Clínicas con 7 muertos, Ramos Mejía con 7 muertos, Alemán con 2 muertos, Fernandez con 3 muertos, Policlínico del Ministerio de Hacienda con 3 muertos, Policlínico Militar con 2 muertos, Policlínico Rivadavia con 1 muerto y Morgue Judicial con 1 muerto.[10]De ese total 5 eran policías: oficial principal Alfredo Aulicino (jefe de la Sección personal del Dirección de Comunicaciones), subinspector Rodolfo Nieto (1a Sección Orden Político), agente José María Bacalja (1a Sección Taller Mecánico y Garage), agente Ramón Alderete (Cuerpo Policía de Tránsito) y el agente retirado César Augusto Puchulu.[11]Además de los policías muertos, hubo 44 militares rebeldes y leales muertos en los enfrentamientos.(Fuente)
En 2003 se publicó finalmente una
lista con los nombres y apellidos de los más de 150 muertos. (Recién en 2003 se dio a conocer
una lista con los nombres y apellidos de alrededor de 150 personas.» Los
Malditos Excluidos de la Historia Oficial, Volumen II, Norberto Galasso, p.
443, Ed. Madres de Plaza de Mayo, 2005)
En su su libro El Último
Peronista – La Cara Oculta de Kirchner (Grupo Editorial Argentina, 2012), el
periodista Walter Curia considera que las víctimas fueron realmente 156 muertos
y 846 heridos.
No obstante, el diario Clarín en 2015, incrementó el número de víctimas de nuevo a más de 350 muertos y 2.000 heridos. (Se cumplen 60 años del bombardeoa la Plaza de Mayo)
A 61 AÑOS DE LA REVOLUCIÓN FUSILADORA ANTINACIONAL Y ANTICRISTIANA
Por: Javi Alessandro- Legión Católica
El punto más oscuro de la historia argentina.Entre los hechos del fatídico 16 de junio de 1955 se cuentan los siguientes delitos tipificados:
Robo de armamento, robo de aeronave, sustracción de
automotor, bombardeo de ciudad abierta, sedición, incitación a la insurrección,
asociación ilícita, sabotaje, terrorismo, ejecuciones, fusilamientos,
profanaciones, subversión, fraticidio, infanticidio, alteración del orden constitucional,
espionaje, traición a la patria, desabastecimiento, coacción, violación de
todas las convenciones y tratados internacionales, fuga y agitación.
Todos y cada uno de los ejecutores civiles y militares,
totalmente impunes. Sin justicia no hay futuro. ¡Gloria a los héroes, patriotas y víctimas de la masacre del
55!
Por Ricardo B. Molina Figueroa
Cuando comentan, para justificar la masacre de unas cuatrocientas
personas (civiles comunes y corrientes que al mediodía estaban o cruzaban la
Plaza de Mayo), aduciendo que Perón se tiró contra la Iglesia, como para
justificar y legitimar ese aberrante hecho, cumplo en informar que la Iglesia
Católica Apostólica y Romana de la Argentina, desde bastante tiempo antes,
estaba en contra de Perón.
Ya cité al .R P. José Antonio Sojo S. I., que llenaba la iglesia
jesuita Del Salvador (Avda. Callao y Tucumán, C. F.), hasta tal punto, que por
su prédica contra Perón, los "fieles católicos" cortaban, la Avda. y
ni hablemos como se gestó (la lindísima) "Marcha de la Libertad", en
los sótanos de la Basílica Nuestra Señora del Socorro (Suipacha y Juncal. C.
F.).
Indudablemente en un mismo territorio se emplearon y se emplean aun
hoy, dos lenguajes radicalmente opuestos: el nacional y el universal,
mundialista, globalizador o del nuevo orden o como quiera llamarse, siendo
expresiones de este último lenguaje: el katholikós, (universal); la masonería;
el sionismo; el capitalismo internacional (llamado estúpidamente, ahora,
neoliberalismo); el marxismo, con todas sus versiones variopintas de
socialismo.
De hecho. la jerarquía eclesiástica argentina, se alineó con la nefasta
"Unión democrática" como debía ser.
Si mal no recuerdo fueron unas nueve iglesias quemadas en el centro de
Bs. As. y pregunto, si tanta fue la furia de los peronistas contra la Iglesia,
¿por qué no se quemaron iglesias en las localidades populosas? y como me dijo
una vez un sacerdote ¿por qué no hubo su sólo curita tratando de apagar, aunque
sea con un baldecito, el incendio de sus propios templos?.
No son dos idiomas distintos (que, por supuesto, es el mismo), sino dos
lenguajes distintos y, repito: el nacional y el internacional.
Por supuesto que así como el lenguaje nacional de los federales, fue
derrotado en el s. XIX, también, hoy, el lenguaje nacional fue derrotado
definitivamente (por ahora), en la gloriosa gesta de Malvinas.
Esperanza: Ya vendrá otra oportunidad más, para que podamos defender
nuestro criollismo, pero, antes, será necesario lavar los trapitos sucios en
casa, tal como lo fuera haciendo Alejandro Magno, antes de enfrentarse y vencer
al mayor imperio de su época, como fue el Imperio Persa.
LA REVOLUCIÓN “LIBERTADORA” Y LA MASONERÍA
A partir del año 1955 el movimiento masónico en
Hispanoamérica toma un vigor inusitado. Existe un plan de vastos alcances. Es
para adueñarse del poder social, político, económico y militar de las
dependencias de servicio (los virreinatos del África Blanca). Y comenzaron por
aquí, por el del Río de la Plata que, como siempre, es el conejillo de indias
de los planes pilotos que fabrica e implementa la Patronal. Pero veámoslo mejor
en esta secuencia cronológica que, con devoto cariño, he preparado:
23 de septiembre de 1955, Lonardi se instala como Jefe de la
Involución Libertadora y pronuncia su Discurso-Programa de la Revolución
Libertadora: allí se condensa, todo lo que no habría de hacer porque no quiso,
no lo dejaron o porque antes lo echaron sin asco. Al cumplirse el 25°
aniversario de este golpe de estado el Almirante Rojas explicó claramente, en
su discurso pronunciado en el acto central llevado a cabo en Córdoba, que
Aramburu y él no tenían ni tuvieron nada que ver con Lonardi, “ni pueden
identificarse por ser antitéticos.” (Véase esta barbaridad en Marta Lonardi, Mi
padre y la revolución del 55, Epílogo, pág. 303, Ed. Cuenca del Plata, Bs. As.,
2 de octubre de 1980).
04 de octubre de 1955, un encumbrado cofrade de la masonería
argentina le escribe a su jefe Fabián Onsari, residente a la sazón en Nueva
York donde se encontraba recibiendo directivas, una curiosa carta que dice: “La
Santa Iglesia Católica, Apostólica, Romana, hizo un trabajo magnífico”,
refiriéndose a la contribución hecha por la Iglesia para la caída de Perón. A
esto no lo digo yo, varias veces tildado de fascista y de agente de la CIA. No.
Lo dice un sacerdote ultra ortodoxo y antiperonista: el Padre Alberto J. Triana
(Historia de la Masonería, pág. 324, Ed. Dedu, Buenos Aires, 11 de febrero de
1960. Aclaro: hay una edición de 1957 y otra de 1959).
07 de noviembre de 1955, Lonardi aprueba los Estatutos de la
Masonería Argentina. Los católicos de aquel entonces dijeron que fue un error
que le hicieron cometer al catolicísimo de don Ernesto. Pero cuando éste,
supuestamente, se dio cuenta del fraude, no se enmendó ni nada parecido. Ni lo
echó a su Ministro del Interior, el masón Busso que lo hizo meter la pata, ni
su cofrade, el marxista y ácrata Muñiz (íntimo también de Lonardi) que entregó
diarios, revistas, radios, escuelas, cooperativas y universidades a la pléyade
bolchevique, porque decía estaban en manos de fascistas). Y los Estatutos
entraron a regir hasta el día de hoy. Ninguno de los que vinieron le quisieron
poner el cascabel a este gato por miedo de que se los coma crudos y sin
aderezos.
13 de noviembre de 1955, después de la vergonzosa noche del
12 al 13 de noviembre y luego del veredicto dado por la Junta Consultiva sobre
la persona de Lonardi, presidida por la británica Alicia Moreau de Justo, que
votó la defenestración del Presidente (según lo cuenta Marta y Ernesto Lonardi
en sendos libros), se instala el gobierno presidido por Aramburu y Rojas, ambos
Grandes Maestres masones del Grado 33° en el REAAM.
17 de noviembre de 1955, La Masonería pide se reconozca su
personería jurídica.
14 de diciembre de 1955, se otorga la Personería Jurídica a
la Masonería Argentina con las firmas de Aramburu y de su ministro Laureano
Landaburu.
15 de diciembre de 1955, Jordán Bruno Genta publica el que
después será un clásico: ¿Democracia Cristiana o Masónica? Este antecedente es
valioso. Porque Genta fue partidario de la Revolución Libertadora. Pero era un
hombre honesto y un cristiano cabal. En dos meses ya había descubierto que la
Revolución era una Involución.
23 de marzo de 1956, el Presidente Aramburu escribía un
documento “comprometiendo su honor” a destruir “todos los vestigios de
totalitarismo para restablecer el imperio de la moral, la justicia, del
derecho, de la libertad y de la democracia”. Unos 106 días después de este
“compromiso de honor”, haría fusilar a 33 personas sin causa formal ni debido
proceso.
27 de julio de 1956, explota una bomba en el Templo Masónico
de la calle Cangallo 1242. El Gran Secretario Alcibíades Lappas lo comunica a
la afligida Gran Logia de Méjico con estas palabras: “Eso (la bomba) nos indica
que estamos en la buena senda y debemos persistir.”
30 de julio de 1956, aparece el segundo trabajo de Jordán B.
Genta intitulado "La masonería y el comunismo en la revolución del 16 de
septiembre de 1955" que, en verdad, no deja títere con cabeza.
30 de agosto de 1956, para trabajar juntos “en la gran Obra”
se suscribe un acuerdo entre la Gran Logia Argentina y el Gran Oriente Federal
(GOFA), se hacen mutuas concesiones para unir la Gran Familia Masónica, ya en
perfecto acuerdo con la Gran Logia Unida de Inglaterra.
12 al 14 de octubre de 1956, en Concepción, Chile, tiene
lugar la Segunda Convención Nacional de la Asociación de Centros Femeninos de
la masonería, a la que concurre una delegación argentina de señoras.
Casualmente entre las enlistadas encontramos a la señora Mirtha Legrand, que un
año atrás se quejaba de haber sido perseguida por el Régimen Depuesto porque no
se quiso poner el luto por Evita. ¿Se acordará de esto doña Mirtha? Porque
están los diarios y las revistas que la pueden ayudar en su desmemoria senil.
12 de diciembre de 1956, el Gran Oriente Federal Argentino
(GOFA) ofrece un banquete fenomenal a la Gran Logia Argentina para sellar
“fraternalmente” esta unión que quedó homologada definitivamente en 1957.
10 de diciembre de 1956, tiene lugar en La Habana, Cuba
(Batista era el Presidente de Cuba y ya llevaba 30 años de masón), la Séptima
Conferencia Internacional de los Supremos Consejos del Rito Escocés de Antiguos
y Aceptados Masones (REAAM). Concurren 18 países; no acuden 7 pero envías
delegados, entre ellos Argentina por la muerte del Gran Comendador Fabián
Onsari que mandó a un jovencito llamado Ernesto Sábato, alias Nunca Más y antes
invitado a las comilonas de mediodía con el dictador Videla; 4 asistieron como
oyentes por no haber sido reconocidos formalmente por la Gran Logia de
Inglaterra y 3 enviaron sus representantes (entre ellos la República Española
en el exilio). Al finalizar se determinó que la próxima Conferencia se
realizaría en 1961. Casualmente en ese año quedaría finiquitado el tema
Frondizi y se iniciaría el de los cohetes de Nokita Kruschev. Una casualidad.
15 de diciembre de 1956, Jordán Bruno Genta publica la
primera parte de "En defensa de la Ley y de la Patria". Evidentemente Genta les
había declarado la guerra.
23 de abril de 1957, en la Tenida de “Confraternidad
Masónica”, declarada en Asamblea, se cumple la incorporación definitiva del
GOFA a la Gran Logia de la Masonería Argentina.
20 de diciembre de 1957, Jordán B. Genta publica la segunda
parte de "En Defensa de la Ley y de la Patria". Con este trabajo Genta termina de
desnudar a los septembrinos de 1955. Pero no es el único que los denuncia;
también lo hicieron Antonio Castro, Fermín Chávez, Atilio García Mellid,
Federico Ibarguren, Julio Meinvielle, Carlos D. Viale, Hugo Wast, José María
Rosa, Pedro de Paoli, etc.
14 al 20 de abril de 1958, en Chile se realiza la Cuarta
Conferencia Interamericana de la Masonería, bajo la Presidencia del Gran
Maestre de la Masonería chilena, Aristóteles Berlendis Sturla, bajo la
Observancia de las Grandes Logias de Inglaterra y los EE. UU. Argentina estuvo
representada por su Gran Maestre Agustín Álvarez (que se suicidaría 60 días
después).
17 de junio de 1958, se suicida el Gran Maestre de la Gran
Logia Argentina, Agustín Álvarez, degollándose con una tijera que su señora
usaba para hacerse los vestidos. Antes de morir había dicho que su muerte no
ocasionaría perjuicios a la secta, porque “otro era el que empuñaba el
mallete”. Pero no dijo quién era ni dónde estaba. Y como don Agustín era la
máxima autoridad masónica en el país, pienso que el Malletero Mayor debía
residir en el extranjero. ¿Tal vez en Inglaterra, en la persona del Príncipe
Consorte y Duque de Edimburgo que la viene manejando desde 1953?
01 de enero de 1959, sale editada la Masonic Guide and
Calender (Distrito Sudamérica) de la masonería inglesa. Por ella nos enteramos
que en 1951 había 26 logias masónicas inglesas en la Argentina, dependientes
directamente de Inglaterra, a cargo del Gran Maestre James William Sharpes. En
1959 estas logias quedaron a cargo del Gran Maestre Reginaldo W. Haxell. La
Logia “enlace” era la George Canning “que mancomuna a los hermanos elegidos de
una y otra jurisdicción”. En esta Guía aparece la lista de todos los argentinos
que servían fielmente a Su Majestad en la logias británicas de 1950 a 1958.
¿Qué papel jugaron estas logias en 1955? ¿Y el 2 de abril de 1982, de qué lado
estaban?
28 de febrero de 1959, en una Pastoral el Episcopado
Argentino condena a la masonería (esta condena de un Episcopado es,
prácticamente, única en el mundo).
08 de marzo de 1959, el Gran Maestre Ian Drysdale publica
como respuesta al Episcopado una lista de próceres argentinos que pertenecieron
a la masonería. En realidad, de la extensa lista (que después hiciera suya
Alcibíades Lappas en su libro La Masonería Argentina a través de sus hombres),
solamente se queja un descendiente de Benjamín Gorostiaga acusándolo de
mentiroso (en una solicitada en el diario La Nación). El resto no. Parece que
don Drysdale tenía razón: decía la verdad. Drysdale también era presidente o
integrante de un centenar de empresas (“La Familia Masónica”), que según la
Guía de Sociedades Anónimas de 1959 tenían un capital que sobrepasada los 5.000
millones de pesos. El 80% de esta inmensa fortuna, según el mismo documento, se
habría hecho a partir de 1956. ¡Qué suerte! Ahora díganme: ¿vale o no vale la
pena ser masón? Si tengo ganas de salir a buscar una logia para afiliarme, ¿no
le parece? Y usted lector, ¿qué dice que está tan callado?
Fuente: Agrupación Aurora. Artículo publicado en 2009 por Respuesta Nacionalista
MATERIAL INÉDITO
El 27 de mayo de 2007, se encontró
una película de medio metraje de 17 minutos de duración, en 16 mm con sonido
óptico, Safety, filmada por un equipo cinematográfico francés. El equipo de
filmación se encontraba en la capital argentina (Buenos Aires), tomando
imágenes que no guardaban relación con este acontecimiento.
La película nunca fue estrenada
ni en la Argentina ni en Francia, y contiene imágenes inéditas del bombardeo de
Plaza de Mayo y permaneció oculta hasta que el periodista argentino Roberto Di
Chiara logró descubrirla y recuperar con ella un testimonio de gran valor
histórico. Mire la película en el siguiente enlace:
"HAY QUE MATAR A PERÓN" FUE LA CONSIGNA