Bergoglio facilitó varias fugas de subversivos
05.07.2013 Papa Bergoglio recibe a Víctimas de atentado AMIA. Cuarta desde la derecha: Alicia Beatriz Oliveira
Jorge Fernández Zicavo
La afirmación que titula esta nota se basa en el testimonio de Alicia Beatriz Oliveira. Ex jueza de Menores, ex Defensora del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires y ex Secretaria de Derechos Humanos del Ministerio de Asuntos Exteriores. Amiga personal de Jorge Bergolio desde cuando éste era Cardenal.
Como puede comprobar el lector tras consultar el Link, su testimonio es
inequívoco y concluyente: Jorge Bergoglio facilitaba a subversivos y/o
terroristas la fuga del país. Y con un grado de complicidad que llegó al
extremo de permitirles suplantar su propia identidad. La afirmación que titula esta nota se basa en el testimonio de Alicia Beatriz Oliveira. Ex jueza de Menores, ex Defensora del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires y ex Secretaria de Derechos Humanos del Ministerio de Asuntos Exteriores. Amiga personal de Jorge Bergolio desde cuando éste era Cardenal.
“Él saludaba a la gente y ahí aprovechaba para hablar con gente (sic) para sacar del país. Una vez había un joven que no podía salir porque estaba muy “marcado”. Pero era parecido a él. Le dio su Cédula de Identidad y su clergyman (traje eclesiástico) para que pueda escapar”.
Por su parte, según testimonio de la periodista Claudia Peiró la ex jueza Oliveira facilitaba el retorno clandestino al país de "exiliados" (sic) previamente fugados que regresaban para continuar sus actividades criminales: una deducción obvia, si tenemos en cuenta que lo hacían cuando “la dictadura militar” todavía estaba en el Poder. ¿Con qué otro motivo si no, emprendían ese retorno bajo un régimen que aún en sus últimos años seguía ajusticiando a los pocos terroristas que podía localizar? Recordemos que hasta 1980 la Conducción Nacional en el exterior del Partido-Ejército Montonero seguía mandando comandos al país para realizar operaciones de “contraofensiva”.
“Me consta (escribió la periodista) que puso en riesgo su vida muchas veces, no sólo por su posicionamiento político en aquellos años, sino porque tuvo disposición y coraje para ayudar a quienes eran perseguidos. Como cuando viajaba al Brasil, hacia fines del Proceso, para acompañar a exiliados (sic) que regresaban al país, todavía bajo estado de sitio y por lo tanto todavía en la ilegalidad y con riesgo de ser arrestados o incluso secuestrados. Ella aceptó acompañarlos, cruzar con ellos la frontera, por si eran detectados”.
Finalmente, y aunque el lector ya lo habrá advertido, no puedo dejar de resaltar el cínico truco semántico utilizado por la Sra. Oliveira cuando, para no identificar como "terroristas" o "guerrilleros" a los individuos con los que ella y Bergoglio colaboraban, utiliza la palabra, o mejor dicho la No-Palabra, pues nada nombra, “gente”.
¡Gente!