Solo con el fin de que en esta nación y en el mundo, de una vez por todas se "TERMINE DE IDOLATRAR" a quien ninguna condición mas que delinquir pudo reunir, y hartos de ver y soportar cuerpos con imágenes tatuadas y pintarrajeadas o exhibiendo remeritas en las que sobresale su impresentable figura, que de por sí, no son nada mas que ideales de "FACHEROS ESTUPIDOS", intentamos "tachar" y desmentir lo se agrava con la del "CHE GUEVARA". Fue esa la causas que nos hizo subir al blog, el relato del libro "EL CANALLA" de NICOLAS MARQUEZ. Tratando de influir en algún compatriota, a que evite tan demencial acto, con lo que se demuestra lastimosamente "amor a un asesino" y se conozca al "CHE", quién fue, que pensaba, que hizo o al menos a cuantos mató. Capítulos del libro completo podrá así leer y analizar semanalmente. Nuestro objetivo se vaya formalizado y acumulándose junto al banner que identifica su presencia, donde se guardará íntegramente y podrá recurrirse cuando el lector desee recordar quién fue y que hizo este deplorable asesino, del cual se ha fabricado un "IDEALISTA", imitado por una buena cantidad de Argentinos para iniciar la Guerra parecida en los 60/70 del siglo pasado. Por el joven abogado NICOLAS MARQUEZ fue escrita esta investigación y mejores explicaciones que las nuestran recibirán de él.
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“EL CANALLA”
Capítulo 1
Retrato de familia
Prólogo
Ernesto
Guevara de la Serna, "el Che", en tanto objeto de estudio, sin dudas
fue y es un personaje excepcional tanto para apologistas como para detractores.
Decimos que fue excepcional, no como adjetivo calificativo sino como fenómeno
que se aparta de la regla general. Vale decir, guerrilleros hubo (y sigue
habiendo) por miles, pero Che Guevara hay uno sólo.
No
hubo entre sus pares de la época ni entre los que aparecieron después, un solo
guerrillero o revolucionario, por avezado que fuera, que haya disputado su
protagonismo, ni que se le acerque en vigencia, y mucho menos que sea tomado
como referente en proporciones similares.
¿Qué
diferenció al Che de sus análogos? Sin dudas no fue su talento como guerrillero
(su desempeño fue más que modesto) sino un cúmulo de aspectos de su enigmática
personalidad, así como el hecho de que haya participado (muchas veces como
protagonista) en emprendimientos y episodios de relieve mundial, a lo que debe
sumarse el fastuoso marketing contemporáneo que vende su efigie a diestra y
siniestra colocándolo en la categoría de logotipo comercial.
Descendiente
de las aristocracias más distinguidas de la Argentina, la intensa vida pública
del Che se reduce a diez años de acción (1957/1967) en los que alternó como
aventurero, médico, guerrillero (en varias oportunidades y latitudes), jefe
mayor de dos campos de concentración y exterminio a disidentes (La Cabaña y
Guanacahabíbes), ideólogo amateur, Presidente del Banco Nacional de Cuba,
Ministro de Industrias de Cuba, embajador informal y escritor aficionado entre
varías otras incumbencias.
Portador
de una personalidad despótica, desde muy joven forjó un temperamento duro,
cruel, temerario, y acarreó desde siempre una extraña propensión al suicidio
(tendencia que de alguna manera materializó).
Predicó y practicó el
odio como factor de lucha. En sus escritos y alocuciones se advierte un notable
desprecio por los negros, los indios, los bolivianos, los homosexuales (a
quienes confinó en campos de trabajo forzado), los cubanos, sus propias esposas
(se casó dos veces) y hasta por los guerrilleros de su propia tropa, a los que
si por alguna causa no le simpatizaban, sin más, los fusilaba. Combinaba su
desprecio por la vida (propia y ajena) con un humor sarcástico y elegante,
en donde ponía de manifiesto su refinamiento y sólida formación cultural.
Lector voraz, ajedrecista intuitivo,
impaciente en grado extremo, provocador contumaz, comunista tardío y fusilador sistemático
(los muertos en su haber se cuentan por centenas) son algunos de los tantísimos
rasgos de este popular y a la vez desconocido personaje.
Considerado como un inmaculado procer en la
Cuba castrista, el Che contribuyó a instalar en
la isla el más prolongado y brutal totalitarismo de la historia
contemporánea de las Américas. intentando además llevar adelante infructuosos
golpes de estado en el África y Latinoamérica, conspirando contra Presidentes
democráticos de la Argentina (durante el gobierno del Dr. Arturo lllia) y
en Solivia (bajo la administración de Rene Barrientes).
Por su multífacético rol
contó con varios apodos: "El Chancho" (dada su enemistad con la
higiene personal); "El Carnicero de la Cabana" (en honor al campo de
exterminio "La Cabana" que él comandó); "El Canalla" (tal
como se acostumbra a llamar a los hinchas del club de fútbol "Rosario Centrar, al que él
adhería); y "Che Guevara" (tal el apodo con que mundial-meníe se lo
conoce y cuyo origen del mismo sigue siendo discutido).
Muchos de sus apologistas y acólitos lo veneran
alegando que "el Che murió por un idear. Frase que incluso es recogida con indolente aprecio hasta por aquellos que no comparten el ideal de
Guevara, pero indulgentemente le
reconocen "haber entregado su vida por ella1". Argumento
efectista y efectivo aunque falaz,
puesto que lo trascendente en Guevara no es que "haya muerto por sus ideas" sino que haya fusilado a mansalva por imponerlos.
La muerte no es lo relevante en Guevara, dado que él buscó afanosamente ese
final y lo encontró en su ley. No murió "en defensa de la paz" ni
de los "Derechos
Humanos", sino atentando
contra estos valores. Lo esencial en Guevara
no es cómo murió, sino cuánto mató cuando vivió y con qué objetivos postumos llevó adelante tamaña masacre. Pero
ocurre que existe una curiosa tendencia a juzgar a los ídolos de izquierda en
función de sus objetivos
(supuestamente nobles) y no por sus resultados (comprobadamente desastrosos), que en definitiva son lo único
importante.
Hoy su efigie recorre el mundo en postales,
banderas, adornos y remeritas, las cuales son
mostradas como símbolo
de amor universal, tolerancia o libertad. Todos valores que el Che combatió y
despreció con el ejemplo personal. Una cosa es la edulcorada imagen que el marketing
actual y los filmes comerciales construyeron del Che y otra bien distinta es
la verdadera naturaleza que el Guevara real encarnó.
Pero
hay elementos a favor del Che que es necesario poner de manifiesto: jamás escondió
sus valores, ni sus acciones, ni su esencia. Por su condición de
irrefrenable homicida se autodefinió como "una máquina de matar*'; por
su
fanatismo enfermizo consideraba la moderación como una de "las cualidades
más execrables que puede tener un individuo "; se
consideraba a sí mismo "todo la contrario a un cristo"; confesó
sentir un profuso "odio
a la civilización"
y enseñó que "la más fuerte y positiva de las
manifestaciones pacíficas, fs un tiro bien dado a quien se le debe dar".
En el presente trabajo no sólo nos detenemos en
la persona del Che Guevara
y sus diversas acciones (guerrilleras o burocráticas), sino que abordaremos
episodios políticos de vital importancia directamente relacionados con el
protagonista en cuestión.
"El Canalla" constituye un enfoque totalmente
distinto al que estamos acostumbrados a escuchar, leer o mirar en la
cinematografía mercantilista. Algunos
estarán a favor de lo aquí expuesto y otros en contra, lo cual es natural y
sano que así sea, máxime con un personaje que ha despertado tantísimas y
acaloradas discusiones.
No siendo para más,
e invitando al lector a ingresar en e! libro despojado de
todo preconcepto, deseamos que este aporte fomente debate, polémica, consenso
y disenso, praxis enriquecedora y vital para el sano ejercicio intelectual,
el cual hoy podemos llevar adelante precisamente porque los dogmas del
Che Guevara
no triunfaron ni gobiernan la vida en este lugar del planeta.
Génesis
Por
lejana tradición, había en la familia Guevara un fuerte sentimiento
"antiyanqui", animadversión hereditaria a la que no escapó
el protagonista del presente ensayo, Ernesto Guevara de la Serna, personaje
mundialmente conocido como "el Che". Un
íntimo familiar suyo (que nos pidió reserva de su identidad) nos contó que "Los
Guevara se casaron en California porque eran exiliados de Juan Manuel de
Rozas, en el año ]848, más precisamente en la zona del Río Sacramento,
donde iba media Europa a buscar oro. Contrajeron nupcias con mujeres
distinguidas que eran los Castro y Figueroa, descendientes de un Virrey que
gobernó en Nueva España, México, Había en mi familia una bronca especial
contra los Estados Unidos. Porque los yanquis aplicaron sus leyes y fueron
invadiendo el famoso lejano oeste y tomaron California por la fuerza, degollando a un
coronel de la familia de apellido Castro, al que le aplicaron leyes marciales.
Esto creó un ambiente de rechazo familiar a todo lo que podía ser
americano".1
Durante su estada en los Estados Unidos, los
Guevara frecuentaron trato con
los Lynch, otra familia distinguida. Una vez producida la caída
de Rozas
en 18S2, poco después ambas estirpes se
trasladaron a la Argentina. Los Guevara se instalaron en la Provincia de
Mendoza, al límite con Chile, y los Lynch se afincaron en Buenos Aires. A pesar
de la lejanía, sendas familias retoman el trato frecuente cuando los Guevara
comienzan a viajar a Buenos Aires para estudiar en la Universidad y allí se
inaugura el apellido Guevara Lynch: Roberto Guevara (abuelo del Che) se
casa con Ana Isabel Lynch y Guillermo Guevara, se casa con Eloísa Lynch (dos
hermanos con dos hermanos), los casamientos se producen aproximadamente
entre 1888 y 18902. De la unión entre Roberto Guevara y Ana Lynch
nació una extensa prole de doce hijos. E! sexto hijo, Ernesto Guevara Lynch,
fue el padre del Che Guevara.
Por vía materna, el
notable linaje del Che no se quedaba atrás. Su madre, Celia de la
Serna y Llosa, hermosa mujer, culta, refinada e insumisa, era descendiente del
general José de la Serna e Hinojosa, último Virrey del Perú. Celia había
quedado huérfana desde muy jovencita y a pesar de provenir de una familia de
siete hermanos, heredó una importante fortuna. El jurista e historiador Enrique
Díaz Araujo, probablemente el mejor biógrafo argentino de Guevara y que
escribió varios ensayos sobre este personaje, confirma que Celia "era
tan aristocrática como su esposo y, al igual que él, no tenía antecedentes de
pobreza o injusticia de qué quejarse; había nacido en medio de la opulencia y el
prestigio, el último freno a su natural rebeldía desapareció poco después (de
1918), cuando, en rápida sucesión, murieron su padre y su madre y ella
quedó en la más absoluta libertad y con mucho dinero para hacer lo que le
viniera en gana".3 La muchacha era ferviente
católica y comulgaba
diariamente. Su devoción religiosa no era menor. Relata el destacado biógrafo
francés Pierre Kalfon, que Celia fue "graduada del decoroso colegio francés
del Sagrado Corazón, de Buenos Aires, Celia era muy piadosa, hasta el
punto de martirizarse colocando cuentas de vidrio en sus zapatos. Incluso
pensaba tomar los hábitos., .".4 Pero a poco de conocer a
Ernesto Guevara Lynch, se produjo el enamoramiento y el proyecto de tomar los
hábitos
quedó en el olvido.
Ambos iniciaron una relación; a poco andar,
Celia quedó embarazada (en pleno noviazgo). Para tratar de morigerar el
escándalo que este episodio generaría en los ambientes católicos y
aristocráticos de 1927, se forzó y apuró el casamiento prematuro de Ernesto y
Celia (con casi tres meses de embarazo) para el 20 de diciembre de ese año.
Este episodio relatado, el del embarazo prematrimonial, puede
considerarse para la mass media apenas un aspecto anecdótico según
los usos y costumbres del siglo XXI, Pero ochenta años atrás constituía un motivo
grave de vergüenza o ciertamente escandalizante. Muchos sacerdotes, amigos y
personalidades de ambientes que Celia frecuentaba, bien reprobaron su
conducta o directamente le dieron la espalda, episodio
que le produjo un furioso resentimiento contra
la Iglesia. Virulenta animosidad
anticristiana que le fuera transmitida luego al niño que por entonces yacía en su
vientre y al resto de la prole que no tardaría en llegar.
Apenas producido el enlace, el flamante
matrimonio muda a la provincia norteña de Misiones,
en donde Ernesto Guevara Lynch acababa de comprar un yerbatal con unos ahorros
de Celia.
Cuando el parto
era inminente, la pareja viaja a Buenos Aires y en el trayecto efecttían fugaz escala en la ciudad
de Rosario (provincia de Santa Fe) donde Celia da a luz a su primer hijo,
Ernesto, el 14 de junio de 1928. Destaca el biógrafo Mario O'Donell con
respecto al parto, que "todo indica que se produjo un mes
antes, y que falsearon ese dato para ocultar la verdadera fecha del
embarazo"2 Efectivamente, años después, Celia de la Serna le
confió a su amiga Julia Constela "Ernesto (padre) arregló con un primo
médico para
que pariera en Rosario, llegamos justo a tiempo. El 14 de mayo de 1928 nació
nuestro primer hijo y le pusimos el nombre del padre. Lo anotamos un mes después,
siempre hablamos de un parto adelantado, cuestión de salvar las
apariencias.. "f>
Tanto sea por vía paterna como materna, por
las venas del primogénito Ernestito Guevara de la Serna, correría sangre del
más distinguido linaje. Empero, la refinada tradición se vería opacada por
los desmanejos económicos del jefe del hogar, un inconcluso estudiante de
arquitectura y desteñido empresario, quien con motivo de su mala visión para
los negocios fue paulatinamente descapitalizándose, efectuando emprendimientos
a veces con éxitos
modestos y otras incurriendo en fracasos contundentes. Para tales proyectos utilizó
primero su dinero y al agotarse éste, acabó despilfarrando el de Celia, su mujer.
Según el biógrafo
O'Donell, esa doble condición de aristócrata venido a menos, iría
forjando en el niño Ernesto a lo largo de su infancia y adolescencia "la
identidad de ser 'el pobre' en un mundo de ricos" a la vez que "habrá
fomentado
su rencor hacia los propietarios"? Es justo decir que el empobrecimiento paulatino
de la familia, no sólo obedeció a la falta de tacto comercial de Don Ernesto,
sino que como causa concomitante aparece la crisis mundial de 1930. Fue entonces
cuando la familia se vio obligada a vender campos y propiedades, entre ella la
estancia La Celia en Río Quinto, El pueblo actualmente se llama La
Celia.8
Queda claro
entonces que Ernesto Guevara de la Serna, el Che, de los Guevara Lynch heredó el odio a Estados Unidos y de
los de la Serna su rechazo a toda manifestación religiosa. En cuanto a la
primera herencia "el barman de Sierras Hotel (ubicado en Alta
Gracia, Córdoba), que frecuentaba Ernesto padre antes y al que volvía
Ernesto hijo con sus amigos en algunas ocasiones,
recuerda que nunca pedía
Coca-Cola y que cuando se la ofrecía, la rechazaba
de manera vehemente: 'Se ponía frenético9 y siempre
propenso a frases extravagantes agregaba "Prefiero ser indio
analfabeto a millonario norteamericano10. Respecto de lo
segundo, la antirreligiosidad infundida por la madre a todos sus hijos fue tan
aguda, que los niños Guevara de la Serna hacían del deporte y
el juego infantil no una sana distracción sino una cruzada antirreligiosa. El
hermano menor del Che,
Roberto
Guevara precisa que "los partidos de fútbol adquirían a veces su
carácter 'ideológico': La formación
que tuvimos fue de un anticlericalismo total... En el verano, se hacían los equipos de fútbol de los que creían en Dios
contra los que no creían en Dios. Famosos partidos de fútbol. Los
católicos nos llenaban de goles y se solazaban con la derrota de los
infieles".11 Su amiga de la infancia, Dolores Moyano Martín al respecto agrega: "Nunca olvidaré cuando,
siendo adolescentes,
conversábamos sobre Nietzsche y la significación de Cristo como
salvador de tos pobres... Ernesto perdió
la paciencia y dijo, alterado: 'Les aseguro
que si Cristo se cruzara en mi camino haría lo mismo que Nietzsche: no dudaría
en pisotearlo como un gusano baboso12... Nunca olvidaré esa escena porque prefiguraba lo que Ernesto sería más
adelanté".^ Era natural entonces
que el refugio ideológico para canalizar estas fobias (tanto a Estados Unidos
como a Cristo) fueran las posiciones de izquierda, muy enraizadas en su
madre por otra parte. Según el biógrafo Daniel James "Celia de la Serna fue siempre izquierdista, aún por su
propia tradición familiar. Su hermana Carmen y su cuñado 'Policho' (Cayetano
Córdova líurburu) fueron afiliados en otra
época al Partido Comunista".I3
Efectivamente, el tío político del Che, Cayetano
Córdova Iturburu, nos cuenta un familiar íntimo "tenía gran influencia
ideológica sobre él. Fue corresponsal de guerra en la Guerra Civil española, era
rojo y republicano y después fue presidente del Partido Comunista. Era un izquierdista
'paquete'".™ Este
influjo habría sido de tal intensidad, que
su primo Fernando Córdova de la Serna señaló que "Ernestito con su clásica
rebeldía, cuando oyó a sus padres argumentar a favor de la República Española, decidió declararse
partidario de los nacionalistas y de Franco...
hasta que el influjo de las cartas, las fotografías, las revistas, los discos y otros souvenirs enviados desde Madrid por
Cayetano Córdova Iturburu, lo hizo cambiar de posición".*$
Pero además
de la ascendencia familiar, Ernestito Guevara se veía empapado de izquierdismo
en el plano de sus amistades puesto que "entre las influencias detectables
en el Guevara infantil y adolescente, además de las familiares, están tren
amigos,.. Pepe González Aguilar, Fernando Barral y Alberto Granados. Que fueran sus tres amigos
favoritos lo prueba, aparte de otras cosas, el hecho de que los tres se fueron
a vivir a Cuba invitados por el Che,
Pues bien, Pepe y Fernando eran hijos de españoles
republicanos exiliados que se instalaron en Alta Gracia y que naturalmente
entraron a formar parte de un círculo en el que había izquierdistas y comunistas
españoles y también argentinos".1* Otro de los más
destacados biógrafos de Guevara, el mexicano Jorge Castañeda,
sostiene que "La
guerra de España constituyó ¡a experiencia política fundante de la infancia y
adolescencia del Che. Nada lo marcará políticamente en esos años como la
lucha y la derrota de los republicanos" ,n
Cuenta Ernesto Guevara padre que poco antes de que
Ernestito cumpliera dos años,
su mujer, Celia, nadadora de fuste, solía llevar a su hijo al Club Náutico de
San Isidro a las orillas del Río de La Plata y en 1930 "Una fría mañana del mes de mayo y además con
mucho viento, mi mujer fue a bañarse al río
con nuestro hijo Ernesto. Llegué al club en su busca para llevarlos a
almorzar y encontré al pequeño en traje de baño, ya fuera del agua y tiritando. Celia no tenía experiencia y no advirtió
que el cambio de tiempo era peligroso en esa época del año".™ Este episodio
pareció dejar en Ernestito una dramática
secuela que lo acompañaría toda su vida: un asma garrafal que sin dudas marcará a fuego parte de su personalidad.
Sus padres, en búsqueda
desesperada de médicos y tratamientos infructuosos, por
recomendación de su pediatra decidieron marcharse a la ciudad de Alta
Gracia, provincia de Córdoba, en donde abundan la sierra y el clima seco, lo cual fue un
alivio parcial para el asma del niño Ernesto. Allí permanecerá desde los cuatro años y medio (en 1933) y
recién se marchará a los diecinueve
años (1947), para estudiar medicina en la universidad de Buenos Aires.
Por un lado, su madre, sintiendo gran culpa por ei
asma de su hijo (contraído presuntamente por su descuido) lo sobreprotegía
obsesivamente. Su padre, en cambio, lo sometería a riesgos
irresponsables y a los tratos más descabellados a efectos de que el
niño "se fortalezca". Cuenta el biógrafo argentino
Hugo Gambini que "Celia era algo descuidada, es cierto, pero él (su marido)
tenía algunas manías peligrosas. Por ejemplo, cuando bañaban a Ernestito,
él lo ponía a secar al sol. Decía que de esa forma se fortalecía físicamente
y aprendería a soportar el frío... El pobre chico se pescó una pulmonía
que le engendró la bronquitis crónica y los espasmos asmáticos de los que
nunca se pudo liberar... Guevara padre, publicó una de ellas, estaba decidido
a dar a su hijo, prematuro y enfermizo, una crianza rígida, y lo hacía
tomar sol envuelto en un pañal en pleno invierno. El Che soportó baños fríos
de inmersión y duchas heladas".*9 Con
total naturalidad, Ernesto padre narra que "Ernestito comenzaba a caminar.
Como a nosotros nos gustaba tomar mate lo mandábamos hasta la cocina, distante
unos veinte metros de la casa, para que nos lo cebara. Entre la cocina y la
casa cruzaba una pequeña zanjita que ocultaba un caño. Allí
tropezaba el chico y caía con el mate entre sus manilos. Se levantaba enojado y
cuando volvía con otra cebada, volvía a caerse. Empecinado siguió trayendo y
volcando el mate una y otra vez hasta que aprendió a saltar la
zanjá~.z° Esto pone de manifiesto nuevamente, el énfasis que ponía Don
Ernesto en inculcar a su hijo el voluntarismo y la pérdida
del miedo ante episodios riesgosos.
Los
hábitos agresivos e irresponsables de su padre, se habían
generalizado y formaban parte de la convivencia corriente y doméstica
de la familia. Por ejemplo, sus hermanos,
aprovechando el asma de Ernesto "cuando se peleaban con él,
llenaban una jarra con agua para volcársele encima y provocarle un espasmo
bronquial que lo paraliza..."H Nos cuenta un familiar que
compartió su infancia con el Che que este "se vivía
agarrando apiñas. Tenía los ojos como un puma en cautiverio, una mirada
penetrante y agresiva... Era una familia muy violenta, ¿ramos todos muy
educados, pero al primer problema se arreglaba con violencia. Él tenía esa
actitud para demostrar que el asma no lo limitaba en nada. No le tenía miedo a la
muerte, a nada. Te desafiaba a caminar por una cuerda de una casa a otra a
diez metros de altura. Cierta vez ató un cable y fue y vino... Tenía tanta
altanería y autosuficiencia que quería pelear de igual a igual con Jesucristo ".22
Estas alocadas argucias,
fueron forjando un modus vívetídi signado
por la crueldad, la osadía y ei riesgo incausado. Recuerda un
entrañable amigo de Ernestito, José González Aguilar,
que los Guevara "eran
muy audaces en los juegos, en los deportes, en todas esas cosas; nos
tenían un poco atemorizados, a nosotros. A Ernesto le gustaban mucho los
juegos de riesgos y recuerdo también la imagen de su hermano Roberto, en
nuestra casa, saltando de un tercer piso a la casa de al lado, sobre el vacio.
Lo hacia por gusto, riéndose de nosotros porque no lo seguíamos" &
Ei padre, Ernesto Guevara
Lynch, relata cómo fue instigando a sus hijos a la temeridad
en reportaje concedido a la revista Gente (ejemplar
del 16 de octubre de 1967): "Los fui iniciando a mis
hijos en los secretos y peligros de la vida, desde muy temprano. Yo tenía la
firme convicción de que debían ser Ubres, criarse en absoluta libertad"
& El sociólogo de origen marxista Juan José
Sebreli, quien efectuó diversos estudios bibliográficos sobre el Che, destaca
además que "A
los cinco años su padre le enseñó a tirar al blanco; desde entonces el revólver
sería su juguete preferido. La sola visión de las armas le provocaba verdadero
éxtasis".25 El anecdotario del Che Guevara
niño no es baladí. Saben mejor que nadie los psicólogos, que los
primeros años de vida marcan personalidades para siempre. Veremos luego que el Che, a
poco de convertirse en estudiante universitario se graduaría de
trotamundos y aventurero llevando una vida nómada y errática que lo acompañará
hasta su muerte.
Ese espíritu
inestable no será casual. Habrá antecedentes sobrados de inconstancia
geográfica en su niñez: "Tras casarse, los Guevara Lynch-de la Serna, por vocación o por obligación, llevarán
una vida trashumante: Misiones, Rosario, San Isidro, Palermo, Alta Gracia,
Córdoba capital, y finalmente Buenos Aires
otra vez. También en Alta Gracia cambiarán de casa debido a que dejaban de
pagar o a que quienes les facilitaban el alojamiento a precios irrisorios reclamaban su devolución: en un
principio se alojaron en el hotel La Gruta;
en 1933 ocupan Villa Chichita; en 1934 Villa Nydia; en 1937 el chalet de
Fuentes; en 1939 el de Ripamonte y en 1940 otra vez Villa Nydia."& Parafraseando
a Baudelaire, Sebreli sostiene que el Che padecía de "horror al domicilio" y recuerda una frase
suya: "Lo único que
hice fue huir de todo lo que me molestaba". ¿Qué le molestaba? se pregunta
Sebreli, a lo que responde: "No era el
peronismo dada su indiferencia por la política, quizá fuera la situación
familiar".27 El propio Che Guevara
confesará tempranamente: "Yo mismo no sé donde dejaré los huesos".28 Con lenguaje
inelegante, Fernando Córdova de la Sema
concluye que su primo "Tenía hormigas en el culo".29
La
casa de los Guevara se caracterizó por ser un permanente
desorden signado
además por la suciedad. Recuerda Carmen de la Sema (hermana mayor de Celia, la madre del Che):
"Aquella era una casa de dos pisos, tan mal construida que
presentaba grietas por todas partes. Había goteras, y cuando la perrito orinaba
arriba, el pis caía a la planta baja... El desorden gobernaba a todos y sólo
hacían grandes limpiezas cuando se festejaba algo.. .".30
Segiín el biógrafo Daniel James, en la casa de los Guevara no había
normas, ni orden, ni
horarios: "í/n amigo
de la familia que los frecuentó en Buenos Aires, dice que al llegar la hora de comer, Celia se quedaba mirando a los
muchachos y ¡es preguntaba ¿Qué hay
de comer? Uno de ellos iba a alguna parte y en seguida regresaba, por
ejemplo, con un paquetito de macarrones o algo que no necesitaba mucho trabajo de preparación y lo echaba a hervir en una
olla de agua. Los muchachos ponían la
mesa, si es que encontraban alguna superficie libre... un periódico
hace las veces de mantel, Dolores Moyana Martín, que escribe sobre los Guevara con admiración, recuerda:'No había hora
de comer; cada quien comía cuando tenía hambre" Anota Fierre Kalfon
que la niñez de Ernestito en Alta Gracia transcurre "en una familia bohemia, desordenada, libertaria de pies a cabeza y liberal
casi en exceso. Todo el mundo entra o sale de la casa a voluntad. Cada uno se
las arregla, desde muy joven, casi solo, se hace la cama o no se la hace. El ajetreo
es tal que en casa de los primos Córdova, se ha conservado la fórmula de
la vieja criada para designar un completo desorden: 'Es digno de los
Guevara'". Añade la empleada doméstica
de los Guevara, Rosario González que "El horario de la comida nunca era el
mismo. Como el señor y la señora frecuentaban el Sierras Hotel (club exclusivo de Alta Gracia), casi siempre
volvían
de madrugada. Al otro día se levantaban a cualquier hora... En realidad, a la
cocina la dirigía yo porque la señora dormía hasta tarde y no podía
esperar que se levantara y me ordenara qué hacef'.te Sin embargo,
el omnipresente caos era fugazmente acomodado por Celia, quien
en definitiva llevaba la voz cantante. Recuerda un familiar que
"'Había un
gran desorden en su casa, pero Celia comandaba bastante bien. Pegaba tres gritos
y ordenaba todo. Hasta Ernesto padre se acobardaba".
Todos los estudios y
testimonios sobre los padres del Che apuntan a una madre de gran personalidad y a un
padre desdibujado: "Ernesto, el
padre del Che, como papá era 'ni chicha
ni limonada'(un cero a la izquierda)" sentencia
un familiar. Por su parte, Tatiana Quiroga, amiga de los niños Guevara, lo
recuerda como "un mujeriego crónico. El padre tenía pretensiones de
play-boy...
Pero era un playboy escandaloso, porque cuando trabajaba y ganaba dinero, lo
gastaba todo... En salidas con jovencitas, ropa, estupideces, nada concreto... y su
familia no recibía nada".Sebreli agrega que "el
frecuente abandono
del padre, predispuso a Ernesto Guevara a la rebeldía y a la búsqueda de la
autoridad y el orden, contradicción que marcaría luego su trayectoria
política".37 Además de
esa búsqueda de un orden disciplinario del que careció
en su casa (y que luego sustituiría por la rigidez del Castro-comunismo),
agrega Sebreli que el Che, de su padre '''heredaría,
sin embargo, la vocación
por los emprendimientos fabulosos destinados al fracaso". Daniel
James,
adiciona que Ernesto padre "era un inadaptado; sus antecedentes y educación como
aristócrata le inducían a burlarse de la vida burguesa, mientras que la sangre
aventurera de sus antepasados parecía haberse disuelto en él. Se pasaba de
agradable, de simpático"9 La falta de
autoridad de don Ernesto, es confirmada por Dolores Moyano, amiga de la
familia, quien lo recuerda en estos términos: "El padre era un hombre
simpático, bastante distraído, que hablaba con voz tonante y daba órdenes que
olvidaba enseguida, por otra parte, casi nadie las obedecía". En
cuanto al citado espíritu aventurero de Ernestito, vale aclarar que ya de niño
sus lecturas predilectas eran precisamente los libros de aventuras más
clásicos: Julio Veme (autor de La Vuelta al Mundo en 80 Días), Alejandro
Dumas (autor de Los Tres Mosqueteros) o Emilio
Salgan (autor de Sandokán,
el tigre de la Malasia). Este último, se constituyó en ídolo
insustituible. Analiza Sebreli que dicha identificación
con el personaje de Salgan, surge porque "el pirata de la Malasia que
luchaba, a su manera, contra los colonialistas anglosajones...
le transmitió a ese
niño enfermizo el atractivo de Id vida aventurera, el peligro de la jungla
salvaje y la acción al aire libre. El pirata, descendiente como él de una
aristocracia decadente, representó también el primer modelo infantil del bandido, ejemplo de rebelde primitivo. Asimismo tenían en común algunos rasgos personales: Sandokán y él eran
melancólicos, predispuestos tanto a
ser generosos como crueles"*) Otra de las
obras que el Che
niño
levantó como estandarte fue el célebre Don Quijote, de
Miguel de Cervantes Saavedra, a lo que Sebreli dispara
"Don Quijote
es, a su manera, también una novela
del camino y el Che solía identificarse con el personaje. En una carta a sus padres decía: 'Otra vez siento bajo mis
talones el costillar de Rocinante,
vuelvo al camino con mi adarga al brazo'. ¿No advertía acaso que compararse al Quijote era elegir el camino de la
quimera que lo llevaría al fracaso".42
Esta tendencia al divague, también es señalada por Díaz Araujo quien
sostiene que el Che
era
un "Inepto
para reconocer, previo a todo, el universo en que vivimos; pero muy
apto para el desenvolvimiento de las fantasías sin fundamento gnoseológico, y para ensoñar
Utopías febriles e inalcanzables".^
Como
alumno primario, Ernesdto con frecuencia estudiaría en su
casa con la ayuda de su omnipresente madre, puesto que el asma muchas
veces le impedía salir de su hogar. No era un alumno destacado, pero
obíenfa las notas indispensables
para aprobar.
Costumbre característica
de las aristocracias de la época, era el riguroso estudio del idioma francés, que
Ernestito aprendía a pie juntillas gracias a las enseñanzas de su madre, quien lo hablaba con notable destaque. Julia Constela recuerda a Celia en los actos públicos
entonando "fervorosamente
La Marsellesa y también cantaba
fragmentos de La Internacional, pero en francés".**
El Che incorporaría esta elegante lengua
manejándola de manera muy fluida.
Ya
entrando en la pubertad, el joven Ernesto saciaría sus
pulsiones sexuales utilizando los oficios genitales de las mucamas y la
servidumbre. Para más datos: "Su hermano Roberto
confesará a su primo Fernando Córdova que Ernestito había gozado de los favores de todas las
criadas que habían pasado por su
casa".*5 Nos relata un familiar que
si bien el Che
"no era un 'Don Juan', tenía éxito con las mujeres. Sabía quiromancia,
grafología, todos esos 'chiches' que a las mujeres las vuelven locas. Les
tomaba las manos y les decía 'acá en esta línea veo tal cosa'... era un
tipo de buen aspecto... cuando estaba prolijo".6 Su
única novia de la época fue María del Carmen "Chichina" Ferreyra, joven bella y
distinguida, que pertenecía a las familias destacadas
de la época. Según un testimoniante "Chichina coqueteaba con todos, y luego se
puso de novia con Ernesto y creo que fue el cariño más fuerte que tuvo
dentro del mundo social que frecuentaba, porque después nada, andaba con
mucamas y gente de otro nivel. Ya veremos
que Guevara, a lo largo de toda su vida, tanto en su faz afectiva, como
guerrillero o como funcionario público
en Cuba, permanentemente se rodeará de gente de menor estrato
social o intelectual que él. Una forma de llevar la voz cantante y sobresalir
entre su entorno. Probablemente, una reacción o "revancha" tras haber
pasado su infancia y
adolescencia siendo "el pariente pobre" de su ambiente. Es muy
probable que el hecho de frecuentar un clima de familiares y amigos de la más alta sociedad en calidad de pariente
venido a menos, haya generado en el Che una
serie de complejos y resentimientos concientes o inconcientes. Anota
Sebreli sobre Guevara que "Su
adolescencia y primera juventud fue la de
un niño bien; frecuentaba los grupos de chicos ricos que eran sus familiares y amigos. En tanto que pariente
pobre disfrutaba de muchas de las
ventajas de sus familiares en clubes exclusivos -como el Lawn Tennis de Córdoba o el San Isidro Club, dirigido por su tío-,
invitaciones a fiestas exclusivas,
partidas de bridge, práctica de deportes ~tenis, golf, esgrima, equitación- privativos de la clase alta. En esa
despreocupada vida entre paseos, juegos, bailes, noviazgos castos y sexo
con sirvientas, el Che sólo se destacaba de
los otros niños bien por sus salidas sarcásticas, por el escándalo que provocaba su suciedad y desaliño bohemio, a
manera de espantar a los burgueses. Al no poder ser un príncipe, le
quedaba jugar al mendigo romántico". Respecto
a la calificación de "mendigo" endilgada por Sebreli, muy
probablemente el autor se refiere a otro elemento que caracterizó a Guevara
desde siempre, el cual fue su animadversión absoluta a la higiene personal. Era un roñoso del
derecho y del revés, lo que le valió el legítimo y justísimo apodo de "el chancho Guevara".
Su
vestimenta era caricaturesca. Su amigo Figueroa cuenta: "A lo mejor
íbamos a salir con alguna chica y era tal su aspecto que yo le decía 'no
podes salir así, sos un chancho'. En los ambientes de clase
alta, a la que Guevara cukuralmente pertenecía y frecuentaba, él mismo se ufanaba de portar una "infaltable
camisa de nailon originariamente blanca que con el uso se había vuelto gris,
y a la que llamaba 'la semanal'pues
declamaba lavarla sólo una vez por semana, y sus pantalones demasiado anchos y jamás planchados que algunas
veces exhibieron una banda adhesiva
para tapar un corte".50 Su amor inconcluso, la
citada Chichina Ferreyra, recuerda: "su desparpajo en la
vestimenta nos daba risa y, al mismo tiempo, un poco de vergüenza. No se
sacaba de encima una camisa
de nylon transparente que ya estaba tirando al gris, del uso. Se compraba los zapatos en los remates, de modo que sus pies
nunca parecían iguales. Éramos tan sofisticados que Ernesto nos parecía
un oprobio. El aceptaba nuestras bromas
sin inmutarse".si Su gran amigo Alberto Granado
confiesa que el Che
"Alardeaba de no lavarse a menudo... Tenía varios nombres: le decían el loco y también
el chancho (el cerdo). Le gustaba ser un poco el enfant terrible y se
jactaba de las pocas veces que se bañaba. Decía por ejemplo:'Esta camiseta de rugby hace veinticinco
semanas que no la lavo'.52 Incluso, otro de sus
entrañables amigos de viaje, Ricardo Rojo, cuenta que estando en Guatemala,
Guevara andaba con "un pantalón deformado por el uso, una camisa que algún
día había sido blanca, y un saco sport con los bolsillos reventados de cargar
objetos diversos, desde el inhalador contra el asma, hasta los grandes plátanos que
muchas veces eran su único alimento" y agrega
que el Che
"Aseguró que el calzoncillo que llevaba puesto, y que era el único desde
hacía dos meses, estaba tan impregnado de tierra del camino que podía quedarse parado sin necesidad de
sostenerlo. No lo creímos. Guevara se quitó los pantalones y tuvimos que
resignarnos,.. había ganado la apuesta, en medio de nuestras
carcajadas".
Si la fama de Guevara como
un sujeto enemigo de la higiene personal era famosa cuando éste vivía en
el marco de las comodidades urbanas de la aristocracia argentina, mucho más se
acrecentaría como guerrillero en los ambientes rurales
naturalmente antihigiénicos. Uno de los principales combatientes del ejército
rebelde en Cuba, Enrique Oltuski (quien tras la revolución cubana se convertiría
en su mano derecha en el Ministerio que luego presidiría), recuerda que en Sierra
Maestra el Che "Mientras
comía, tomaba la carne con dedos sucios...
Terminó de comer y salimos. El Che repartió
cigarros. Eran toscos, sin duda fabricados por un guajiro de la zona. A mi
lado el Che fumaba y tosía, una tos húmeda como si estuviera mojado por
dentro. Olía mal. Hedía a transpiración putrefacta. Era un olor penetrante,
y lo combatí con humo de tabaco"?* Un familiar
de su círculo íntimo nos cuenta una anécdota estrambótica que ratifica lo ya
expuesto: "en
la pileta de la facultad de derecho de Buenos Aires un individuo peruano
desafía batir el record de permanencia en el agua en la pileta. Estuvo en la pileta sin salir unos 26
días aguantando y batió el récord mundial.
Nosotros que éramos estudiantes íbamos a verlo. Los primeros días algunos se tiraban al agua para charlar y
acompañarlo. A medida que corrían
los días, el agua de la pileta se tornaba un asco porque el peruano orinaba y defecaba allí dentro y eso se iba
acumulando. El agua estaba cada vez más hedionda y sucia. Obviamente ya nadie
se metía en la pileta y ni siquiera se acercaba del olor que expedía. Y el Che
dijo 'a que yo me animo a acompañarlo'
y se tiró de cabeza. Estuvo como dos horas en la pileta junto al tipo. Obviamente que todo el mundo comentaba el
suceso".55 Esta anécdota, además de
mostrar en Guevara el irrefrenable perfil vedetístico, nuevamente pone de manifiesto
lo cómodo y radiante que se sentía con la mugre y la podredumbre. En este caso,
sumergido alegremente en la reconcentrada y acumulada mezcolanza
de orín y estiércol ajeno.
Otro
aspecto que veremos de manera permanente en el Che a lo largo
del presente trabajo será
su obsesión por la muerte. Su voluntarismo y su infancia siempre sometida y expuesta a riesgos
desmedidos, sumándose
a los ataques de asma que siempre lo atormentaron, parecieran haberle quitado
por completo
el miedo a morir. Para los adolescentes, la muerte suele presentarse como algo lejano
y ajeno. Lo raro en el joven Guevara, era que la muerte no sólo era un tema al
que recurría a menudo, sino que parecía que consiente o inconscientemente
esperaba encontrarse con ella cuanto antes. Una impaciente actitud de
tinte suicida. A los diecinueve años, escribirá un extraño poema, impropio para su
corta edad, el cual entre otras cosas rezaba:
"Morir, sí, pero
acribillado
por las balas,
destruido por las bayonetas, si no, no.
Ahogado no... un recuerdo más perdurable que mi nombre
Ahogado no... un recuerdo más perdurable que mi nombre
es luchar, morir
luchando."^
Cotejando el
texto con su muerte acaecida 20 años después, en octubre de 1967 haciendo la
guerrilla en Bolivia, da la impresión de que su vida ha ido siempre en
búsqueda de esa muerte "acribillada por las balas y luchando", tal
la letra de su tenebroso poema.
En 1947, el joven Guevara es citado para la
revisión
previa al servicio militar y por su condición de asmático, de inmediato le
sellaron en su libreta de enrolamiento la sigla DAP. (disminuido en aptitudes
físicas), con lo cual quedaba exento de cumplir dicho servicio. Fue entonces
cuando comentó jubilosamente a sus amigos: "¡Por fin estos pulmones de
mierda me sirvieron para algo57 Cierto verano, había conseguido un trabajo
que, según él creía, le permitiría recorrer el mundo, constituyéndose
en una suerte de turista rentado. Se embarcó en un vapor de la flota mercante
del Estado y salió a conocer otros países. Retomó decepcionado: "Me pasé
un mes viajando, quince días de ida y quince de vuelta, para estar cuatro
horas en una isla inmunda descargando petróleo..."
Pero ninguna mala
vivencia lo detenía
en su afán viajero. Y su primera experiencia como trotamundos, la llevó
adelante recorriendo gran parte de la Argentina en una motocicleta, modo
precario de locomoción no exento de riesgo que le permitió darse confianza a sí
mismo de que podía, a pesar de su asma, recorrer miles de kilómetros sin mayores
inconvenientes. Recorrió así las provincias de Salta, Jujuy, Tucumán, Santiago
del Estero, Chaco, Formosa, Catamarca, La Rioja, San Juan, Mendoza, San
Luis y Córdoba. Sus ansias no pasaban sólo por demostrarse proezas a sí
mismo, sino a sus semejantes. Para este último fin "hacía registrar su
paso en todos los Automóvil Club de los lugares por donde pasaba".
Durante
toda su vida, el Che tuvo el atildado comportamiento propio de un
figurón.
Es en las anotaciones que en su incipiente diario personal efectuaba, donde Guevara confiesa "ha madurado en mi
algo que hace tiempo crecía del bullicio ciudadano: el odio a la
civilización"
.No
es una confesión menor.
Ese odio (al que tantas veces aludirá tal como lo veremos), pone de manifiesto el
resentimiento que yacía en la desordenada y atormentada alma del joven
andarín.
También en sus primigenias notas de
viaje, aparece otra vez la muerte (desde una perspectiva siempre retorcida).
Tras tener un inconveniente con su motocicleta, un motociclista que navegaba en
una ostentosa Harley Davidson que pasaba se ofrece para remolcarlo. Ernesto se
niega y algunos kilómetros más adelante, en Rosario de la Frontera, se entera
de que el piloto de la soberbia moto había muerto en un accidente. Su comentario
es desopilante saber que un
hombre va buscando el peligro, sin tener siguiera ese vago aspecto heroico que
entraña la hazaña pública, y a la vuelta de una curva muere sin
testigos, hace aparecer a este aventurero desconocido como provisto de un vago
fervor suicida".^ De su comentario, surge que el problema para Guevara no era
morir, sino morir "sin testigos" y desprovisto de contenido "heroico".
Nótese que la temprana muerte de Guevara, fue conocida por el mundo entero (o
sea que testigos tuvo por millones), sus partidarios la consideran
"heroica" y fue "acribillado por las balas" (tal como reza
textualmente su poema citado más arriba). Nuevamente, sus cartas ponen de
relieve a un Guevara
que va anunciando su muerte desde edad muy temprana y que siempre fue en
búsqueda de ella. Pero no de una muerte gris, opaca o desapercibida. Sino con las
características señaladas. La muerte que buscaba el Che, como dicen los
italianos, tenía que ser "fuori serie".
Además de sus numerosos escritos
invocatorios de la muerte, aparecen otros datos que parecen menores pero que no
lo son. El Che, que de música no sabía nada y sus amigos
siempre señalaron su carencia total de "oído musical", solía
decir que su tango preferido era aquel cuya letra rezaba "Yo quiero morir conmigo sin
confesión y sin Dios crucificao en mi penas como abrazao a un
rencor..."& No conocía ni la melodía, ni el nombre del tango, ni el autor, pero
su letra apologética del suicido, del rencor y del ateísmo, le despertaba una
curiosa fascinación e identificación.
Cuenta el biógrafo James
Daniel que "cuando estuvo en la Universidad de Buenos Aires,
Ernesto conoció lo que es trabajar para vivir. La desagradable experiencia duró
muy poco; hay que tener presente que el Che rara vez tuvo un empleo de
paga, hasta que prestó sus servicios al gobierno cubano.,, gracias a su amistad
con el intendente de Buenos Aires su padre le consiguió un empleo. Ernesto
Guevara Lynch no dudó en hacer lo que él y su familia condenaron tan
enérgicamente en los demás: recurrir a la influencia política para obtener
puesto en la nómina del odiado gobierno. Y el incorruptible hijo no dudó en
aceptar el empleo así obtenido, a pesar de admitir sin tapujos que era una sinecura" En materia deportiva, vale
mencionar el paso del Che por el rugby, deporte que lo
apasionaba. Tanto es así que además de practicarlo
ofició de periodista amateur escribiendo crónicas para la revista especializada
Tackle. Jocoso
con su merecida fama de roñoso, firmaba sus notículas con un seudónimo
achinado: "Chang-chong".
Su inquietud por el rugby
la atribuimos a dos elementos concretos. Por un lado, era natural en los jóvenes de
clases acomodadas este tipo de deportes. Por el otro,
encontramos siempre su obsesivo afán de probarse a sí mismo sus capacidades
físicas. El Che,
tratando
de doblegarle la apuesta a su asma, casi de manera
masoquista se sometía a actividades que requerían de notable esfuerzo
y desgaste, como practicar rugby nada menos, en donde naturalmente
por sus problemas pulmonares no podía llevar las de ganar y no logró el caro
sueño de alcanzar la primera división. Según James "Estos fracasos fueron los primeros
de una larga serie, que influirían en su vida y que, dado su orgullo, le
producían resentimiento. Es muy probable que hayan contribuido a formar en él
ese amargo sentido del humor que sería un rasgo de su personalidad de hombre
adulto".64
Su
avidez por someterse a esfuerzos imprudentes y desmedidos (algo que hizo durante su vida de
guerrillero), es confirmado por el siguiente testimonio: "Todo
¡o que decía era
desatinado, todas exageraciones, todos extremismos. Quería jugar al rugby con
el asma espantosa que tenía y terminaba tirado a un costado. Fue a jugar
Atalaya. Lo que en realidad le gustaba era la vida del rugby... Tenía un afán
desesperado por competir a todo, íbamos a una pileta por ejemplo,
corremos una carrera entre primos de la misma edad, en la que todos nadábamos con
destaque y él dice:
-Quiero
participar.
-Qué vas a
participar vos si te morís ahogado como un chancho (le digo).
-Callate vos, pituto
de mierda, (siempre decía eso).
Entonces éramos 4 en
carrera. Todos muy parejos y Ernesto venia 10 metros atrás.
Volvemos cabeza
a cabeza y ahí
nomos llegó Ernestito. Había remontado 10 metros!!!... se estaba muriendo, al
llegar, se tiró a un costado de la pileta en un solarium. Estaba azul...
-¿Pero para qué
haces este esfuerzo? -le digo.
-Porque a mino
me van a ganar así
nomás"
Sin embargo, en deportes de
bajo esfuerzo físico se desempeñaba con excelentes
resultados. Del mismo testimoniante rescatamos que en el golf "tenía 8 o
9 puntos de handicap, portaba rasgos rarísimos, geniales, por ejemplo en juegos
de cartas donde las pones dadas vuelta y hay que hacer parejas, él
hacía 80 parejas y nosotros hacíamos 40" y en
su otra gran pasión, el ajedrez "jugaba de tal manera que
empató dos veces con Mieczyslaw Najdorf (eso me lo dijo Najdorf en
persona). Era un gran ajedrecista que jugó en las Olimpíadas de Munich y que
venía a la Argentina, ya murió. Me dijo, que el Che no sabía
absolutamente nada de ajedrez, era un intuitivo... tenía alguna noción de
defensas u otras jugadas pero no sabía nada. Pero el tipo te planteaba
problemas que no eran fáciles de resolver. Una vez empató con él en 10
simultáneas en el casino de Mar del Plata y otra vez empató en La Habana en el
torneo Capablanca. Era un tipo con una mentalidad extrañamente lúcida.
Así como sus sarcasmos. No era fácil polemizar con él En el fútbol,
deporte por antonomasia en la Argentina, Guevara nunca sintió una pasión
especial. Cuando jugaba, lo hacía de arquero y si bien River Plate y
Boca Juniors eran los clubes que dividían al grueso de los hinchas argentinos,
aun habiendo importantes clubes de fútbol en Córdoba (donde el Che residía),
en su ansia por diferenciarse de los demás encontró en este popular
deporte otro motivo para "dar la nota". Como sabemos, por azar nació
en Ja ciudad de Rosario, (a la cual rara vez regresaría -salvo por motivos
fortuitos- y a la que absolutamente nada lo ligaba) pero siempre se sintió
cordobés (a pesar de que en la actualidad rosarina le fabrican monumentos y museos para
entretenimiento de faranduleros como si Guevara fuese un patrimonio
autóctono). El Che advirtió que esta casualidad natal, le brindaba el marco para elegir
ser hincha de un club rosarino y diferenciarse entre sus amigos. En Rosario,
ciudad fervientemente futbolera hay dos equipos destacados que rivalizan
acaloradamente: "Newells Oíd Boys" y "Rosario Centrar. A
los primeros,
se los apoda popularmente "los leprosos", a los segundos "los
canallas".
Y
Guevara, que racionalizaba todo, se sintió fascinado a la par que plenamente
identificado por este último sobrenombre. La definición de "canalla" según la Real
Academia Española es: "hombre ruin" o "persona despreciable y de malos
procederes" Sin vacilar, de ahora en adelante, Ernesto se ufanaría de ser
hincha de Rosario Central (aunque siquiera conocía los colores de su
camiseta). Así como exhibía orgulloso su condición de roñoso, también alardeaba
de ser un canalla.
Compendio de su personalidad
Por aristócrata empobrecido, se le
fomentaría el resentimiento y trataría de diferenciarse convirtiéndose en
el escandalizante bohemio desaliñado y sucio; por vía paterna, heredaría la
xenofobia hacia los Estados Unidos; por vía materna un ateísmo militante; por
su condición de asmático a grandes escalas, incorporaría el voluntarismo y la temeridad;
por su vida de familia enconstantes sobresaltos y mudanzas, anexaría su espíritu
errático y aventurero; de su madre y su tío
Córdova Iturburu, sería influido por incipientes ideas izquierdistas (así como por sus amigos, muchos de
ellos hijos de comunistas españoles del bando republicano exiliados).
A pesar de sus peculiares características, sus nobles
estirpes no le eran ajenas a la hora de
evaluar su personalidad. Quería obrar de soñador desprejuicia-do entre
marginales, pero sabiéndose de otra cuna y un refinamiento superior, cuando
estaba rodeado de lúmenes potenciaría su notable arrogancia y su perfil
autosuficiente. Sentía un notable desprecio hacia sus semejantes, máxime si estos eran negros, indios, homosexuales o formaban
parte de la mestizada América
Latina.
Miguel Sánchez (apodado "el
Coreano"), que fuera reclutado por Fidel Castro corno instructor
militar del grupo de guerrilleros que se preparaba en México, recuerda una
anécdota en la que sindica a Guevara como un racista cabal: "le
decíamos el chancho porque tenía poca afición a bañarse y siempre tenía un
olorcito a riñón hervido... Él despreciaba a los negros, muchísimas veces
tenía problemas con Juan Almeida Bosques que le decía 'el negrito', con Juan
Almeida se insultaban, entonces yo le dije: 'mira Juan, cuando te diga negrito
dile 'chancho' porque tú no te bañas'".69
Pero más allá de los
testimonios directos, el propio Guevara demuestra su desprecio hacia los negros
escribiendo durante su estada en Venezuela: "Los negros, los mismos
magníficos ejemplares de la raza africana que han mantenido su pureza racial
gracias al poco apego que le tienen al bañó", Años después, ya
estando en Cuba se produjo un acalorado diálogo entre Guevara y estudiantes negros de Estados
Unidos que fueron invitados a Cuba para las
festividades del 26 de julio de 1963: "¿Por qué no se ensena en Cuba la
historia de las culturas y la civilización africanas en las escuelas?
¿Por qué hay tan pocos negros en las universidades?... Respuesta tajante del comandante:'¿Qué quieren decir con
historia africana? ¡La historia
africana no existe!. Lo que los negros de Cuba deben estudiar es marxismo-leninismo'". Sobre los indios, el Che no se quedará
atrás y anotará: ".en este
tipo de trenes hay una tercera clase destinada a los indios de la región; el vagón de que se valen es uno
simple de transportar ganado de la
Argentina, solo que es mucho más agradable el olor a excremento de vaca que el de su similar humano, y el concepto,
un tanto animal, que del pudor y la higiene tienen los indígenas... la grey
hedionda y piojosa... nos lanzaba un tufo potente pero calentito"72
En cuanto a los aborígenes de América Latina, se había referido a los
mexicanos autóctonos de manera harto
despectiva: "¿a indiada analfabeta de México De los bolivianos autóctonos escribirá en su cuaderno en 1967:
"son como animalitos".74 Sus descalificaciones eran repartidas de modos tan
abundantes que ni los cubanos se salvaron:
"¡Estos
tipos no tienen cura!... Estos fanfarrones son inaguantables.
¿No podrían hablar más despacio? ¿Cómo aturden!" sin embargo
algunos cubanos se libraron de estos ataques generalizados: "Raúl Castro: 'Me
parece que éste es distinto. Por lo menos habla mucho mejor que los otros y
no aturde; además, piensa'35 De manera similar le manifestó
al "Patojo", su amigo guatemalteco Cáceres Valle "Mira
hermano, los cubanos... además de hablar fuerte y ligero, tienen también otro
defecto; no pueden ver las cosas en orden, tienen una especial devoción por el
quilombo. . ."J6 Más adelante, también veremos el absoluto desprecio con
que tratará a su primera mujer, Hilda Gadea, peruana, sancionada por Guevara
por sus
rasgos autóctonos: "Hilda Gadea me declaró su amor en forma epistolar y en forma
práctica. Yo estaba con bastante asma, si no tal vez la hubiese cogido. Le
advertí que todo lo que podía ofrecerle era un contacto casual, nada
definitivo. Pareció muy avergonzada. La cartita que me dejó al irse es muy
buena, lástima que sea tan fea". Comentarios similares esbozará fuego
sobre la hija que tuvo con ella, puesto que heredaría dichas facciones. Con
respecto a los judíos, Guevara dirá "El Alcalde, un tal Cohén, de quien
nos habían dicho que era judío pero buen tipo". En cuanto a los
homosexuales, el Che los combatirá bravamente confinándolos en los sufridos
campos de concentración que él dirigirá años después en Cuba (esto lo veremos
en detalle más adelante). Por lo pronto, sólo adelantaremos que el homosexual
era definido por Guevara como un "pervertido sexual. Resulta extraño
que los burócratas del INADI (Instituto Nacional Contra la Discriminación
-órgano estatal de Argentina-) levanten insistentemente la banderita del
irrefrenable discriminador.
Notas
1 Documentos y archivos del autor.
2 Documentos y archivos del autor.
J Díaz Araujo. Enrique. La Rebelión de la Nada, o
ideólogos de (a subversión cultural, Cruz y Fierro Editores, 1983, pág.
271.
* Kalfon, Fierre. Che, Ernesto Guevara,
una leyenda de nuestro. Plaza & Janes Editores,1997,pág.21.
s Pacho O'Donnell. Che, la vida por un mundo mejor, Sudamericana,
2" ed., 2005, pág. 15.
6 Constela, Julia. Celia, la madre del Che. T Edición.
Sudamericana, Bs. As., 2005, pág. 21, citado en Ernesto Guevara de la Sema, Aristócrata,
aventurero y comunista. Díaz Araujo, Enrique, Ernesto Guevara de
la Sema, Aristócrata, aventurero y comunista, Ediciones del Verbo Encarnado.
San Rafael, Mendoza, 2008, pág. 16.
Pacho O'Donnell. Che, la vida por un mundo mejor, Sudamericana,
2" ed., 2005, pág. 13.
8 Documentos y archivos del autor,
9 Jorge G. Castañeda.
La Vida en Rojo, Una biografía del Che Guevara, Espasa, 199?, pág. 43.
to Paco Ignacio Taibo 1), Ernesto Guevara también conocido como el Che, 4, ed, Barcelona,
to Paco Ignacio Taibo 1), Ernesto Guevara también conocido como el Che, 4, ed, Barcelona,
Planeta, 2003, p 51, citado
en Guevara de la Serna, Ernesto, Aristócrata,
aventurero y comunista Díaz Araujo. Enrique, Ernesto
Guevara de la Serna, Aristócrata, aventurero y comunista. Ediciones de! Verbo
Encamado. San Rafael, Mendoza, 2008, pág. 225.
11 Adys Cupul) y Froilán
González, Ernestito, vivo y presente. Iconografía testimoniada de
la infancia y la juventud de Ernesto Che Guevara 1928-1953, Editora Política, La Habana,
1989, pág. 72.. Citado en Pierre Kalfon, Che, Ernesto Guevara, una leyenda de nuestro siglo,
Plaza & Janes Editores, 1997, pág. 41.
la infancia y la juventud de Ernesto Che Guevara 1928-1953, Editora Política, La Habana,
1989, pág. 72.. Citado en Pierre Kalfon, Che, Ernesto Guevara, una leyenda de nuestro siglo,
Plaza & Janes Editores, 1997, pág. 41.
12 Citado en Guevara de la Serna,
Ernesto . Aristócrata, aventurera y comunista. Díaz
Araujo, Enrique, Ernesto Guevara de ¡a Serna, Aristócrata, aventurero y comunista. Ediciones
del Verbo Encarnado, San Rafael, Mendoza, 2008, págs. 72/73.
Araujo, Enrique, Ernesto Guevara de ¡a Serna, Aristócrata, aventurero y comunista. Ediciones
del Verbo Encarnado, San Rafael, Mendoza, 2008, págs. 72/73.
13 Che Guevara. Una
biografía, México, Diana, 1973, citado
en La Rebelión de la Nada, o ideólogos
de la subversión cultural. Cruz y Fierro Editores, 1983,
págs, 275,276.
14 Documentas y archivos del autor.
15 Video: Che.
Un argentino del siglo XX (Los anos de Alta Gracia 1932-1943, La Habana,
NTSC, 2001, Cfr.
Dante Vidosa, citado en Díaz Araujo, Ernesto Guevara de la Serna, Aristócrata, aventurero y comunista. Ediciones del Verbo Encarnado. San
Rafael, Mendoza, 2008, pág. 115.
16 Díaz
Araujo, Enrique. La Rebelión de la Nada, o ideólogos de la subversión
cultural. Cruz y Fierro Editores, 1983,
pág. 279.
17
Castañeda, Jorge G. La vida en rojo, una biografía del
Che Guevara, Espasa, 1997, pág. 33.
18 Citado en Castañeda, Jorge G. La vida en
rojo, una biografía del Che Guevara, Espasa. 1997, pág.
25.
19 Gambini. Hugo. El Che Guevara,
La biografía. Planeta. 19" ed., 2007,
pág. 32.
20 "Mi Hijo el Che", Ernesto
Guevara Lynch, citado en Che. la vida por un mundo mejor,
Pacho O'Donnell. Che, la vida por un mundo mejor. Sudamericana, 2a ed., 2005, pág. 15.
Pacho O'Donnell. Che, la vida por un mundo mejor. Sudamericana, 2a ed., 2005, pág. 15.
21 Gambini. Hugo. El Che Guevara.
La biografía. Planeta, 19* ed., 2007,
pág. 35.
22 Documentos y archivos del autor.
23 Gambini. Hugo. El Che Guevara,
La biografía. Planeta, 19" ed., 2007,
pág. 38.
24 Citado en La Rebelión
de la Nada, o ideólogos de la subversión cultural, Enrique
Díaz
Araujo, 1983,Cruz y Fierro Editores pág. 273.
Araujo, 1983,Cruz y Fierro Editores pág. 273.
25 Sebreli, Juan José. Comediantes
y mártires^ Debate, 2008, pág. 131.
26 O'Donnell, Pacho. Che. la vida
por un mundo mejor. Sudamericana, 2* ed., 2005,
pág. 18.
pág. 18.
27 Sebreli, Juan José.
Comediantes y mártires. Editorial Debate. 2008, pág. 123.
28
Guevara Lynch Ernesto, Mi Hijo el Che, Planeta. Barcelona. 1981, pág.
70. Citado en Castañeda, Jorge G. La vida en rojo, una biografía del Che
Guevara, Espasa, 1997, pág. 181.
29 Altamira, Luis, Guión
y edición. Che. Un argentino del siglo XX -
Los años en Alta Gracia 1932-1943, citado
en Díaz Araujo, Enrique. Ernesto Guevara de la Serna, Aristócrata,
aventurero y comunista. Ediciones del Verbo Encarnado.
San Rafael, Mendoza, 2008, pág. 24.
» Gambini, Hugo. El Che
Guevara. La biografía. Planeta, 19* ed., 2007, pág. 35.
31 Che Guevara. Una biografía,
México, Diana, 1973, págs. 266, 267 y 271. Citado en
Díaz Araujo, Enrique, Ernesto Guevara de la Serna, Aristócrata, aventurero y comunista, Cruz
y Fierro Editores, 1983, págs. 273,274.
Díaz Araujo, Enrique, Ernesto Guevara de la Serna, Aristócrata, aventurero y comunista, Cruz
y Fierro Editores, 1983, págs. 273,274.
32 Kalfon, Pierre. Che, Ernesto
Guevara, una leyenda de nuestro siglo, Plaza & Janes
Editores, 1997, pág. 46.
Editores, 1997, pág. 46.
33 López Das
Eiras, Horacio, Ernestito Guevara antes de ser el Che, Córdoba., Del
Boulevard,
2006, p 70 citado en Guevara de la Serna, Ernesto, Aristócrata, aventurero y comunista. Díaz
Araujo, Enrique, Ernesto Guevara de la Serna, Aristócrata, aventurero y comunista. Ediciones
del Verbo Encarnado. San Rafael, Mendoza, 2008, pág. 85.
2006, p 70 citado en Guevara de la Serna, Ernesto, Aristócrata, aventurero y comunista. Díaz
Araujo, Enrique, Ernesto Guevara de la Serna, Aristócrata, aventurero y comunista. Ediciones
del Verbo Encarnado. San Rafael, Mendoza, 2008, pág. 85.
34 Documentos y archivos del autor.
35 Documentos y archivos del autor.
36 Anderson, Jon Lee. Che, Una vida revolucionaria, Emecé, Bs. As.,
1997, pág, 42.
37 Sebreli, Juan José. Comediantes y mártires, Debate, 2008, pág.
123.
3« Sebreli, Juan José. Comediantes y mártires, Debate, 2008, pág. 127.
3« Sebreli, Juan José. Comediantes y mártires, Debate, 2008, pág. 127.
-"" James, Daniel. Che
Guevara. Una biografía. México DF. Diana, 1973, pág. 37 Traducción
del inglés: Che Guevara: A Biography, citado en Díaz Araujo, Enrique, Ernesto
Guevara de la Serna, Aristócrata, aventurero y comunista, Ediciones del
Verbo Encarnado. San Rafael, Mendoza, 2008, pág, 37.
40 Constela Julia, Celia,
la madre del Che. Sudamericana, 2a ed., Bs. As., 2005, pág. 70, citado en
Díaz Araujo. Enrique, Ernesto Guevara de la Serna, Aristócrata, aventurera y
comunista.
Ediciones
del Verbo Encarnado. San Rafael, Mendoza, 2008, pág. 41.
4! Sebreli, Juan José. Comediantes
y mártires. Debate, 2008, pág. 124.
42 Sebreli, Juan José. Comediantes y mártires. Debate, 2008, pág.
124.
43 Díaz Araujo, Enrique. Ernesto Guevara de la Serna,
Aristócrata ,aventurero y comunista, Ediciones del
Verbo Encarnado, San Rafael, Mendoza, 2008. pág. 79.
«
Constela Julia, Celia, la madre del Che. Sudamericana. T Edición.
Bs. As, 2005, pág 73, Ernesto Guevara de la Serna, Díaz Araujo, Enrique,
Ernesto Guevara de la Serna, Aristócrata, aventurero y
comunista. Ediciones
del Verbo Encarnado. San Rafael, Mendoza. 2008, pág. 44.
45 Kalfon, Fierre. Che, Ernesto Guevara, una leyenda
de nuestro siglo. Plaza & Janes
Editores, 1997, pág. 56.
Editores, 1997, pág. 56.
46 Documentos y archivos del autor.
47 Documentos y archivos del autor. Testimonio dado en
reserva de identidad.
4* Sebreli, Juan José- Comediantes y mártires. Debate, 2008, pág. 129.
4* Sebreli, Juan José- Comediantes y mártires. Debate, 2008, pág. 129.
4* Citado en Pacho O'DonnelI. Che, la vida por un mundo mejor. Sudamericana.
2" ed., 2005, pág. 29.
50 O'DonnelI, Pacho. Che, la vida por un mundo
mejor, Sudamericana, 2a ed., 2005, pág. 31.
51 Gambini, Hugo. El Che Guevara, La biografía. Planeta,
19" ed., 2007, pág. 53.
52 Alberto Granado, entrevista con el autor. La Habana
1992, citado en Kalfon, Fierre. Che,
Ernesto Guevara, una leyenda de nuestro siglo, Plaza & Janes Editores, 1997, pág. 57.
Ernesto Guevara, una leyenda de nuestro siglo, Plaza & Janes Editores, 1997, pág. 57.
53 Rojo, Ricardo, Mi amigo el Che, Jorge Álvarcz,
Buenos Aires, 1968, págs. 42,44, cita
do en Kalfon, Pierre. Che, Ernesto Guevara, una leyenda de nuestro siglo, Plaza & Janes
Editores, 1997, pág. 120.
do en Kalfon, Pierre. Che, Ernesto Guevara, una leyenda de nuestro siglo, Plaza & Janes
Editores, 1997, pág. 120.
54 O'DonnelI, Pacho. Che. la vida por un mundo
mejor. Sudamericana, T ed., 2005, pág. 141.
55 Documentos y archivos del autor.
56 O'DonnelI, Pacho. Che, la vida por un mundo
mejor, Sudamericana, 2a ed., 2005, pág. 26.
57 Gambini, Hugo. El Che Guevara. La biografía. Planeta, 19*
ed.. 2007, pág. 46.
58 Gambini, Hugo. El Che Guevara. La biografía, Planeta,
19" ed., 2007. pág. 58.
59 Confesado por su amigo Carlos Figueroa, citado
O'DonnelI. Pacho, Che, la vida por un
mundo mejor, Sudamericana. 2' ed., 2005, pág. 27.
mundo mejor, Sudamericana. 2' ed., 2005, pág. 27.
"O'DonnelI, Pacho. Che,
la vida por un mundo mejor, Sudamericana, 2a ed., 2005, pág. 28
O'DonnelI, Pacho. Che. la vida por un mundo mejor. Sudamericana, 2 ed., 2005, pág. 29. 62 Citado en Kalfon. Pierre. Che, Ernesto
Guevara, una leyenda de nuestro siglo, Plaza & Janes Editores, 1997,
pág. 226.
63 James, Daniel, Che
Guevara, una biografía, México, Diana, 1973. págs. 65 y 66. Citado Díaz Araujo,
Enrique, Ernesto Guevara de la Serna, Aristócrata, aventurero y comunista, Cruz
y
Fierro Editores, 1983, págs. 282/283.
64 James, Daniel, Che Guevara, una biografía, Diana,
México, ,1973, citado en Díaz Araujo, Enrique, La rebelión de la nada, o
ideólogos de la subversión cultural, Cruz y Fierro Editores,
1983, pág. 283.
65 Documentos y archivos del autor. Testimonio dado en
reserva de identidad.
66 Archivos y documentos del autor. Testimonio dado
en reserva de identidad.
67 Archivos y documentos del autor. Testimonio dado en
reserva de identidad.
68 Diccionario de la Lengua Española,
Vigésima segunda edición, R.A.E.
69 Miguel Sánchez El
Coreano, Luchó juntó a las tropas estadounidenses en la Guerra de
Corea. Fidel lo recluta como instructor militar del grupo de guerrilleros que estaban en México.
Caimán Productions. Instituto de la memoria histórica cubana contra e] totalitarismo, Guevara:
Anatomía de un mito.
Corea. Fidel lo recluta como instructor militar del grupo de guerrilleros que estaban en México.
Caimán Productions. Instituto de la memoria histórica cubana contra e] totalitarismo, Guevara:
Anatomía de un mito.
70 Che Guevara, Ernesto. Mi primer gran viaje: de la
Argentina a Venezuela en motocicleta, Seix Barra), Buenos Aires,
1994. pág
182, citado en Castañeda, Jorge G. La vida en rojo,
una biografía del Che Guevara, Espasa, 1997, pág. 77.
una biografía del Che Guevara, Espasa, 1997, pág. 77.
71Moore, Carlos. Le castrisme et África noire,
¡959-1972, op cit., págs. 530-516, Fierre Kalfon, Che, Ernesto
Guevara, una leyenda de nuestro siglo , Plaza & Janes Editores, 1997,
pág. 474.
72
Guevara, Ernesto. Che,
Diarios, etc. 128, 137, 167, 203r 217, citado en Díaz Araujo, Enrique, Ernesto
Guevara de la Serna, Aristócrata, aventurero y comunista, Ediciones del Verbo
Encarnado. San Rafael, Mendoza, 2008, págs. 249,250.
73 Citado por Miguel Sánchez El
Coreano, Luchó juntó a las tropas estadounidenses en la
Guerra de Corea. Fidel lo recluta como instructor militar del grupo de guerrilleros que estaban
en México. Caimán Productions, Instituto de la memoria histórica cubana contra el totalitarismo
mo, Guevara: Anatomía de un mito.
Guerra de Corea. Fidel lo recluta como instructor militar del grupo de guerrilleros que estaban
en México. Caimán Productions, Instituto de la memoria histórica cubana contra el totalitarismo
mo, Guevara: Anatomía de un mito.
74 Kalfon, Pierre. Che,
Ernesto Guevara, una leyenda de nuestro siglo. Plaza & Janes
Editores, pág. 566.
Editores, pág. 566.
75 Intelligence Dígest, marzo
1959, cit por Weyl, N., citado Díaz Araujo, Enrique, Ernesto
Guevara de la Serna, Aristócrata, aventurero y comunista, Cruz y Fierro Editores, 1983, pág. 301.
Guevara de la Serna, Aristócrata, aventurero y comunista, Cruz y Fierro Editores, 1983, pág. 301.
76 Citado en citado Díaz Araujo,
Enrique, La rebelión de la nada, o ideólogos de la sub
versión cultural, Cruz y Fierro Editores, 1983, pág. 337.
versión cultural, Cruz y Fierro Editores, 1983, pág. 337.
77 O'Donnell, Pacho. Che, la vida por un mundo
mejor. Sudamericana, 2" ed., 2005, pág. .
78 Guevara, Ernesto. Che,
Diarios, etc., págs. 128, 137, 167, 203, 217, citado en Díaz
Araujo, Enrique, Ernesto Guevara de la Serna, Aristócrata, aventurero y comunista, Ediciones
del Verbo Encarnado. San Rafael, Mendoza, 2008, págs. 249,250.
Araujo, Enrique, Ernesto Guevara de la Serna, Aristócrata, aventurero y comunista, Ediciones
del Verbo Encarnado. San Rafael, Mendoza, 2008, págs. 249,250.
79 Guevara, Ernesto. Che,
Diarios, etc., págs. 128, 137, 167, 203, 217, citado en Díaz Araujo,
Enrique, Ernesto Guevara de la Serna, Aristócrata, aventurero y comunista,