La Corrupción K en la “Década Ganada” (Capítulo XXIII)
CAPÍTULO XXIII
CRISTÓBAL LÓPEZ, EL EMPRESARIO MÁS
CORRUPTO DE LOS 30 AÑOS DE DEMOCRACIA
¡Colgadlos bien alto sobre el pueblo! Quien llore por éstos, llora por la corrupción. Noel Clarasó
1. Complicidades políticas y mediáticas[1]
Sorprendió esta semana que los
matutinos La Nación, Perfil y también Clarín dieran cuenta de los
escandalosos acuerdos por las tragamonedas en la Capital Federal,
Rosario y Chubut, donde el zar del juego Cristóbal López lidera la
corrupción transversal en la que tienen cabida el cristinismo, el
macricaputismo, y el socialismo santafesino. Y también están sus bases
en los medios de comunicación.
López compró el multimedios de
Daniel Hadad y la productora Ideas del Sur de Marcelo Tinelli, aparte de
los pases de jugadores de fútbol del club San Lorenzo de Almagro, más
los negocios petroleros y campos en lugares clave de la zona núcleo.
Pero lo grave de este empresario
polirubro es que todo lo que adquiere lo hace con fondos del Estado
nacional o provincial. Por ejemplo, para comprar la refinería de San
Lorenzo y más de 300 estaciones de servicio de Petrobras, el multimedios
C5N y Radio 10, dejó de pagar durante un año el impuesto a la
transferencia de combustibles.
Después entró en una moratoria
impositiva, en una operatoria muy parecida a lo que pasó en Repsol-YPF,
donde se compró un porcentaje accionario con los dividendos futuros,
hasta que el Estado decidió nacionalizar y ahora indemnizar.
2. Las tragamonedas
El caso es que ahora estalló un
pequeño escandalete. Ya le condonaron una deuda con la Ciudad de 2.000
millones de pesos, que le permitió comprar la productora de contenidos
de espectáculos a Tinelli y el grupo Clarín. Y los doce años de pérdidas
que tendrá la productora se cubrirán gracias al acuerdo con el
macricaputismo, que le permitió ahorrarse 2.000 millones pesos.
Lo que sí tendría que desembolsar
es todo lo que cueste la campaña Macri 2015, que se supone será de 100
millones de dólares, aunque eso no figure en el convenio con el gobierno
de la Ciudad de Buenos Aires.
Dijimos que sorprendió que tres
matutinos denunciaran ese acuerdo escandaloso, porque durante todo el
año Periodismo para Todos, conducido por Jorge Lanata, que denunció la
ruta del dinero K, en ninguna oportunidad habló de los negociados de
Cristóbal López.
Clarín, a través de uno de sus
editores, Ricardo Roa, denunció algún negociado pero por el otro lado el
Canal 13 negoció con Marcelo Tinelli su vuelta al canal de la calle
Constitución, aunque el dueño de la productora es el zar del juego. Pero
lo escrito por Ricardo Roa demuestra que el grupo Clarín no le concede
ningún blanqueo ni se comprometería con López a no investigarlo en el
futuro.
También destacamos en esta
columna la compra de campos en la zona núcleo por parte del zar del
juego, con créditos salidos del fideicomiso del Banco Nación, presidido
por Ignacio Forlon.
Una demostración más de que la
fabricación de plata negra es una característica de los negocios del
empresario chubutense y que en todo su emporio solo son privados la
producción de aceite de oliva y de cordero patagónico.
No se explican tan fácilmente sus
otros negocios rentables, los cuales producen miles de millones de
dólares, mientras la pobreza llegó para quedase y aumentar al 27%.
Este modesto empresario, a
comienzos de los 2000, se convirtió en un magnate durante estos diez
años y medio de cristinato y ofende a la moral republicana que partidos
políticos importantes de la oposición sean cómplices en la formación de
un conglomerado multirubro.
Un holding que se irá
convirtiendo en un peligro para la democracia y el nuevo gobierno que se
instale en el 2015. López sería socio del matrimonio presidencial en
todos los demás negocios fuera de las tragamonedas, con las que tiene
varios socios privados.
Como ya están las cosas, ni el
Estado nacional ni las distintas jurisdicciones locales pueden controlar
las ganancias ilimitadas de este grupo.
3. Compra de Petrobras[2]
a) Impuestos impagos
El empresario patagónico
Cristóbal López compró los activos de Petrobras en la Argentina y fondeó
su holding de compañías con más de $ 1200 millones en impuestos que
dejó de pagar a la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP).
Lo hizo durante más de un año y luego incluyó esta deuda tributaria en
un plan de pagos a 10 años, que licua lo adeudado gracias a una tasa de
interés inferior a la inflación.
La compra de Petrobras Argentina
por parte de López repitió así la estrategia con que la familia
Eskenazi, también de estrecho vínculo con el kirchnerismo, ingresó en
YPF, cuando pagó a Repsol con las utilidades futuras de la propia
petrolera.
En el caso de López, acordó pagar
en cuotas a 30, 60 y 90 días que solventó, no con las ganancias de la
refinería y las estaciones de servicio que recibió el 2 de mayo de 2011,
sino con los impuestos que no giró a la AFIP.
López y su socio Fabián de Sousa
también usaron el fondeo generado por esos impuestos impagos para
financiar empresas del Grupo Indalo, entre otras, la Inversora M&S y
Oil M&S, con las que pagaron los salarios en Paraná Metal y
completaron la llegada al Banco Finansur y a medios que eran del
empresario Daniel Hadad.
La maniobra tributaria quedó
registrada en los balances de Oil Combustibles, según verificó La
Nación. Allí consta que Petrobras entregó la refinería San Lorenzo y sus
estaciones de servicio con sus cuentas fiscales en orden.
Pero en junio de 2011, apenas un
mes después del ingreso de López y De Sousa, el rojo tributario subió a $
179,9 millones, y saltó a $ 1262,9 millones en junio de 2012, cuando la
empresa cerró su último balance.
Desde la compañía confirmaron que
la compra de los activos de Petrobras −que se investiga si se completó
gracias al pago de sobornos a ejecutivos brasileños− se fondeó con esos
impuestos impagos.
Pero indicaron que se trató de
una maniobra legal y que la empresa se acogió de inmediato a sucesivos
regímenes de asistencia financiera (RAF) previstos por la AFIP, para
luego unificar esos regímenes en un único plan de pagos cuando el
organismo abrió esa opción durante los primeros meses de este año.
Expertos energéticos y
tributarios indicaron a La Nación, sin embargo, que la maniobra jugó al
límite de la legalidad y que la cercanía con el poder político tuvo
efectos evidentes: el resultado hubiera sido distinto si cualquier otra
petrolera hubiera retenido los fondos ingresados por el impuesto a la
transferencia de los combustibles (ITC), que debe abonarse en cuatro
anticipos y a mes vencido.
“Digamos que si Shell, que está
enfrentada con el Gobierno, hubiera intentado eso con sus declaraciones
juradas de venta de combustibles, la AFIP habría procedido a embargar
sus cuentas hasta cobrar la deuda y, de no haber sido posible, habría
suspendido su CUIT y radicado una causa penal contra la compañía, sus
directores y representantes legales, empezando por su presidente”,
argumentó uno de los expertos a los que La Nación pidió que analizaran
los balances de Oil Combustibles.
Según el balance que cerró el 30
de junio de 2012, esa petrolera acumuló un pasivo corriente −es decir
que debía abonar en el transcurso de los 12 meses siguientes− por $ 1230
millones en “impuestos sobre los combustibles a pagar”, otros $ 19,5
millones en “retenciones a depositar”, $ 6,3 millones en “impuestos y
tasas municipales” y otros $ 7 millones en otros impuestos, para un
total que superó los 1262,9 millones de pesos.
b) Descalce de liquidez
Al mismo tiempo que acumuló esa
deuda gigantesca con la AFIP, Oil Combustibles comenzó a girar dinero a
otras empresas del grupo. Lo registró como “créditos no corrientes”, o
sea que no cobraría durante los 12 meses posteriores. Es decir, un
multimillonario descalce de liquidez que la firma auditora de sus
cuentas, Deloitte, no señaló en sus notas el balance.
¿Cómo distribuyó ese fondeo? Giró
$1170,5 millones a Inversora M&S (con la que antes había
desembarcado en Paraná Metal y, luego, en el banco Finansur), otros $
251,2 millones a Oil M&S (con la que al fin adquirió la refinería
San Lorenzo) y $ 78,4 millones más a CPC SA (la constructora que utilizó
Cristóbal López para ingresar en la concesionaria vial de las rutas
atlánticas 2 y 11).
Para sortear ese riesgo de
liquidez, De Souza inscribió la petrolera en sucesivos regímenes de
asistencia financiera de la AFIP, con plazos de repago de solo unos
meses y tasas de interés elevadas.
Pero luego se acogió al plan de
facilidades que Ricardo Echegaray anunció el 25 de marzo pasado, con lo
que tanto deudas como créditos de la petrolera quedaron como “no
corrientes”.
El anuncio de Echegaray se plasmó
en la resolución general 3451 de la AFIP, que habilitó un plan de hasta
120 cuotas mensuales, con una tasa del 1,35% también mensual (cerca del
17% anual), cuando la inflación real anualizada ronda el 25 por ciento,
y en pesos en un contexto de paulatina pero constante devaluación.
Ese plan de pagos levantó
críticas entre los tributaristas, entre otras razones por resultar
injusto (para aquellos contribuyentes que sí pagaron sus impuestos en
orden) y arbitrario, ya que se excluyó de manera discrecional a firmas
cerealeras y de medios, como también algunos impuestos, como el de
ganancias y al cigarrillo. Pero sí incluyó al ITC.
c) Cómo funciona el impuesto a los combustibles
El impuesto a la transferencia de
los combustibles (ITC) impone a las firmas petroleras como Oil
Combustibles SA actuar como agentes de recaudación de la Administración
Federal de Ingresos Públicos (AFIP), en ente oficial a cargo de Ricardo
Echegaray.
¿Cómo funciona? En el caso de las
naftas, la empresa debe pagar cuatro anticipos: los días 8,20 y 24 del
mes en curso y el 3 del mes siguiente, abonando el saldo (si es que lo
hay) de lo efectivamente recaudado por el ITC en las estaciones de
servicio el 22 de ese segundo mes.
En el caso del gasoil, en tanto,
se debe pagar un anticipo del 30 por ciento el 24 del mes y el saldo (70
por ciento) el 22 del mes siguiente. En el caso de Oil Combustibles, la
empresa de Cristóbal López, solo se abonaron algunos de esos pagos,
mientras que se retuvo y prestó a otras firmas del grupo otro
porcentaje, hasta acumular un rojo superior a los $ 1200 millones con la
Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP).
Del editor: qué significa.
Las facilidades impositivas para la operatoria de compra de Petrobras
Argentina parecen ser beneficios de pertenecer al club de “empresarios
amigos” del poder.
[1] Fuente de información: Informador Público, 15/12/13, http://site.informadorpublico.com.
[2] Fuente de información: La Nación, 9/9/13, “Cristóbal López financió su compra de Petrobras con impuestos impagos”, http://www.lanacion.com.ar. Más información: La Nación, 9/9/13, “Un ‘riesgo’ que reconocen haber asumido, pero que desapareció gracias a la AFIP”, http://www.lanacion.com.ar.