domingo, 15 de enero de 2017

EL CANALLA-Capítulo XII -SUICIDIO EN BOLIVIA- Regreso sin gloria


  Capítulo XII
SUICIDIO EN BOLIVIA

Regreso sin gloria
 

Harto de tener por paradero un estado tribal, Guevara logró conseguir traslado y alojamiento en una suntuosa casa en Praga, capital de Checoslovaquia, país en el cual si bien imperaba el sistema comunista, no dejaba de estar habitado por blancos poseedores de costumbres europeas y mejor confort. Cuatro meses más pasará el Che allí haciendo catarsis y tratando de recomponerse de su enorme agujero interior. Pero siempre se puede estar peor: Guevara comenzó a pergeñar un remozado intento suicida consistente en instalar un foco guerrillero en Bolivia.
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En el marco de sus delirios y declarándose virtualmente expulsado de Cuba, el Che tenía in mente un esquema insólito: pretendía desde Praga preparar a una guerrilla que se entrenaría en Cuba, para posteriormente encon-trarse con ella en Bolivia. A distancia (y vía telefónica suponemos), pensaba no sóio preparar a las tropas en Cuba sino planificar la táctica y estrategia que luego se llevaría en el país del Altiplano.
Si bien Castro ya había destruido políticamente a su "amigo", al enterarse de que este aventurero incurable pretendía dar curso a tamaña empresa, intentó al menos convencerlo de que regresara a Cuba para desde allí preparar las milicias que irían a Bolivia. Fidel intentaría darle a su "camarada" un salvavidas más (salvavidas de plomo, dirán luego algunos) y envió emisarios para persuadir al Che de que preparar una expedición guerrillera a distancia era un dislate y se le ofrecía regresar a Cuba para organizarse desde allí. Además, Fidel se garantizaba de esta manera conocer y controlar un poco más de cerca los alcances de este alocado experimento. Entre comisionados que iban y venían, mensajes, contramensajes y vacilaciones, Guevara al fin accede y retoma a Cuba Para el silencioso regreso, el Che viajó e ingresó en la isla con el rostro y fisonomías totalmente transformadas. Su mutación y camuflaje estaban tan bien logrados, que hasta se dio el lujo de portar una profusa calvicie artificial, escoltada por un pelo entrecano y llamativos anteojos, que le brindaban una apariencia física que lo hacía pasar por un hombre 20 años mayor que su edad real. Esto le permitió al infatigable Guevara pasar inadvertido en los aeropuertos recorridos para su retorno. Una vez de regreso en ia tierra de José Martí, comenzó a preparar su aventura (o desventura) final.
El apoyo que no fue
¿Por qué Castro, definitivamente enrolado con los soviéticos, aprobaría una misión guerrillera en Bolivia? Analiza Kalfon al respecto: "Sea cual fuere el final de la operación boliviana, supondría pocos riesgos para Castro. Si tiene éxito, ¡estupendo!, le correspondía la mayor parte de la gloría y algunas Cubas más en el continente americano... Si es un fracaso, le bastará lamentarlo con vehemencia recalcando que su responsabilidad nunca estuvo realmente comprometida en esa aventura personal del camarada Guevara que, como se sabe, rompió todo vinculo oficial con Cuba"1
Con el mencionado camuflaje y en el más estricto secreto de estado, el Che destinó tres meses (entre julio y octubre de 1966) a llevar una hermética vida de riguroso entrenamiento junto a una quincena de guerrilleros meticulosamente seleccionados. El régimen de entrenamiento impuesto por el Che será demoledor para la tropa: "Despertar a las 5 de la madrugada; de 6 a 11, ejercicios de tiro, con la amenaza de ser eliminado si el resultado está por debajo del 90%; de mediodía a las 6 de la tarde, caminata por las colinas con una mochila de más de veinte kilos a la espalda".2
¿Con 15 guerreros -por habilidosos que fueran- se pensaba hacer un golpe de estado en Bolivia y derrocar al carismático presidente constitucional Rene Barrientos que acababa de ser elegido por voto popular en julio de 1966? Visto desde esta perspectiva, el emprendimiento era absurdo del derecho y del revés. Pero el Che suponía que en Bolivia iba a contar con apoyo local y aquí comienza uno de los melodramas y enredos más turbios de esta infeliz historia: Castro le dice al Che que en Bolivia se contaba con el apoyo del Partido Comunista Boliviano (PCB), a la sazón capitaneado por el dirigente Mario Monje. Pero como se sabe, los partidos comunistas de América Latina dependían de la URSS y tenían por política no apoyar los movimientos guerrilleros raarxistas en la región (mucho menos si los encabezaba Guevara). Sin embargo, Castro le dio a entender a Monje que Guevara no pretendía quedarse en Bolivia, sino ir a pelear a la Argentina y que Bolivia sería tan sólo una zona de tránsito para arribar a su país de origen. Lo que se le pidió a Monje, entonces, fue apoyo o facilidades para llevar adelante el traspaso de Guevara de un país al otro. En estos términos, Monje aceptó facilitar ese tránsito, con lo cual no estaba violando de manera abierta las directivas soviéticas y al mismo tiempo conservaba buenas relaciones con Castro. Vale decir, Monje no fue informado de que el verdadero objetivo de Guevara y los suyos era instalarse en Bolivia y afianzar su guerrilla allí mismo. Aquí se le tendió una trampa a Monje. Pero la trampa fue extendida por Castro al propio Guevara, puesto que el Che (quien no sabía que a Monje se le habían dicho las cosas a medias) "tenía entendido" que contaba con la retaguardia provista por el PCB a la vez que se le sumarían combatientes de ese partido, El gran titiritero de este esquema, naturalmente fue Fidel Castro.
Guevara sabía que contaba con la ayuda de un puñado de marxistas bolivianos que no simpatizaban con el PCB y se sumarían a la ínsurgencia. Entre estos últimos, los más destacados fueron los hermanos Guido Inti y Roberto Coco Peredo, anexándose también algunos sectores "pro chinos" bolivianos. Aun con esta insuficiente estructura, Guevara creía que podía dar un golpe de estado al presidente Barrientos, puesto que fantaseaba con sumar el apoyo de todo el campesinado boliviano. Como sabemos, el Che creía en el foquismo a rajatabla y por entonces, esta tesis era apoyada por los influyentes escritos del joven intelectual francés Regís Debray, quien gozaba de prestigio en vastos ambientes comunizantes de la época. Por entonces, Debray había publicado un cuadernillo titulado "¿Revolución en la Revolución?", el cual sostenía que bastaba abrir un foco guerrillero para que la multitud, por generación espontánea, se sumara y lo acompañara. Por ende, la revolución comunista sería inexorable. Una teoría delirante, sin dudas, pero en la cual mucha gente creía en aquellos tiempos, merced al mito exportado por Cuba respecto de su propia revolución de 1959. Incluso, el joven teórico participó fugazmente de la guerrilla boliviana junto al Che partir de marzo de 1967 y pudo comprobar en persona lo absurdo e impracticable de su teoría.
El lugar escogido para instalarse en la selva boliviana sería una extensa granja de 220 hectáreas en la zona de Ñancahuazú, al sur el país, casi limitando con el norte argentino. Coco Peredo fue el encargado de comprar el predio y preparar el aterrizaje de los contingentes entrenados en Cuba.
Ñancahuazú, era una zona despoblada y con características geográficas pésimas para alcanzar los fines propuestos. Anota O'Donell que allí "casi no hay población. La densidad de población es aún hoy, menor a uno por kilómetro cuadrado... los campesinos de la zona del Masicuri estaban separados por distancias de cinco a seis kilómetros".3  El total desacierto en cuanto a la elección del lugar también es señalado por Castañeda quien define a Ñancahuazú como "el peor de los sitios posibles para asentar un foco guerrillero. Faltaban comunicaciones, población y campesinos... Tampoco abundaban la vegetación, la fauna, o el agua, recursos necesarios para la supervivencia de una guerrilla".4  Pero Guevara, siempre marchando paralelo a la realidad, de manera exultante se entusiasmó con la zona debido a la cercanía existente con la frontera de su país natal, que era el lugar al cual él fantaseaba trasladar la guerrilla luego de triunfar en Bolivia.
Los invasores comenzaron a llegar en grupos de dos o tres personas, con pasaporte y documentos falsos y haciendo escala en diferentes países a efectos de no despertar sospechas. De ahora en adelante, Ernesto Guevara tendría por nombre de guerra Ramón.
Tiras avizorar algunos movimientos extraños (como la llegada de colaboradores del Che) y al tomar nota de que seguidamente arribó a Bolivia Régis Debray con tres amigos, a Mario Monje se le prendió la luz de alarma y comenzó a olfatear el engaño al que estaba siendo sometido: "¿Qué está haciendo Régis Debray en Bolivia? Ustedes lo conocen pero nosotros no tenemos ningún contacto con él. Él ha venido a que ustedes comiencen la lucha guerrillera... ustedes están queriendo desarrollar la lucha guerrillera aquí, y el compromiso no lo están cumpliendo".5
Tal como era previsible, cuando ya estaban todos instalados, el primer obstáculo con el que el Che se encontró fue con el desplante de Monje y el PCB. En principio Monje intentó mantener una postura acrobática obedeciendo por un lado los lincamientos moscovitas y al mismo tiempo manifestando su solidaridad con quienes utilizaban las armas para alentar la revolución. Pero tamaño contorsionismo político no podía sostenerse mucho tiempo. El encuentro entre Monje y Guevara se produjo el 31 de diciembre de 1966 y se desarrolló en términos nada amistosos. Allí Monje puso sobre la mesa tres exigencias concretas: 1) Él en persona estaría dispuesto a dimitir a su cargo de secretario de Partido Comunista Boliviano para unirse a la guerrilla. 2) Que la guerrilla debía estar bajo el mando de Monje puesto que se desarrollaría en territorio boliviano y era inaceptable que la dirigiera un extranjero. 3) Que en este marco, se ofrecería para convencer a los demás partidos comunistas para que se unieran y apoyaran el foco insurreccional. Guevara contesta que acepta los puntos 1 y 3, pero el punto 2 no es negociable y él será el conductor de la guerrilla, a lo cual arremete "Bueno, Monje, ha llegado la hora que tanto esperábamos y a ti te toca jugar un gran papel en esta historia: serás el segundo jefe de la guerrilla y el jefe político; siempre aparecerás ante tu pueblo como el jefe. Firmarás todos los comunicados en nombre de nosotros, pero siempre cumpliendo instrucciones mías'. Monje: Mira, Che, yo no permito que ningún extranjero mande la lucha armada en mi patria, si fuera en otro país nomás iría contigo para aunque sea cargarte la mochila'. El Che; 'Monje, tú sabes que yo considero a Fidel mi maestro, y si yo me encontrara en la Argentina y Fidel llegara, inmediatamente me subordinaría a él porque sé que sabe más que yo. En esas condiciones tú te encuentras hoy aquí. Tú sabes que la revolución cubana me ha dado a mí unos conocimientos que tú no tienes. Cuando esta noticia salga al extranjero y digan que aquí están el Che Guevara y Mario Monje, nadie va a creer que Mario Monje está conduciendo al Che Guevara".6  Monje concluye con una sentencia demoledora muy similar a la que Nasser le hizo a Guevara antes de su partida hacia el Congo: "Cuando el pueblo sepa que esta guerrilla está dirigida por un extranjero, le volverá la espalda, le negará su apoyo. Estoy seguro de que fracasará porque no la dirigirá un boliviano sino un extranjero. Ustedes morirán muy heroicamente, pero no tienen perspectiva de triunfo".7  Guevara sostendrá luego que Monje exigió tamaños requisitos para no arribar a ningún acuerdo concreto. Anotará el Che en su diario "Mi impresión es que... se aferró a ese punto para forzar la ruptura". De todos modos, Guevara no se enfadó con Monje pues advirtió "Sí, en cierto modo le hemos engañado".8
¿A qué se redujo el apoyo de Monje y su partido hacia el Che y sus expedicionarios? Esta respuesta la contesta el guerrillero Pombo (que peleó con Guevara en Bolivia) en entrevista concedida al ínter Press Service efectuada en 1968 en Chile a poco de escapar de Bolivia:
-¿No tenían ustedes el apoyo del PCB?
-Teníamos su apoyo moral.
-¿Dé qué les servía?
-De nada".9
Entre otras cosas, Monje no quería verse enredado con Guevara y su aventura golpista, pues temía que su partido fuese declarado ilegal ante eventuales sospechas de vinculaciones del PCB con la insurgencia en la selva (cosa que finalmente ocurrió como medida precautoria el 14 de abril de 1967).
Para paliar esta falta de apoyo, Guevara ya había intentando conseguir refuerzos de contactos provenientes de la Argentina y el 2 de enero, le había encomendado a la guerrillera argentina Támara Bunke (agente comunista adiestrada en Alemania oriental cuyo nombre de guerra era Tañía) viajar a Buenos Aires para convocar a los argentinos Roberto Ciro Bustos (quien ya había luchado junto a Masetti en Salta), y a Eduardo Jozami, a la sazón un joven activista comunista que acababa de romper con el Partido Comunista oficial argentino.10
Narra Gambini que el plan de Guevara y los suyos consistía en que "Una vez que Ñancahuazú estuviese bien pertrechada, los guerrilleros se dirigirían
hacia el norte, cruzando el río Grande, y dominando la zona de Samaipata y Vallegrande, para amenazar desde allí a las ciudades de Cochabamba (al oeste y Santa Cruz (al este). Instalados en ese lugar, al que llegarían escondiendo armas por todo el camino, se iba a establecer la segunda base, junto a las laderas orientales... Inevitablemente, suponían los estrategos, se irán incorporando sectores campesinos y mineros, cautivados por el éxito militar de las guerrillas... El Che confiaba en que, a mediados de 1969, se podía ingresar en territorio argentino".11
Pero ocurre que además del drama que significaba el paupérrimo apoyo local, a poco de recorrer la zona recién ahí Guevara advirtió que las condiciones geográficas eran abominables: "El periplo, inicialmente previsto para durar veinticinco días, se prolonga por más de seis semanas, horriblemente arduas, cansadoras y desgastantes. Recorren cañones, cuencas de arroyos convertidos en ríos, caminos y pequeñas aldeas casi deshabitadas... La vegetación espinosa y tupida, los mosquitos y otros insectos, entre ellos el "boro", una mosca que deposita una larva debajo de la piel, la penuria de fauna para proveer la alimentación de la tropa, las lluvias y los ríos crecidos, conforman un cuadro dramáticamente distinto al de la Sierra Maestra, y al que el Che esperaba. Los exploradores se ven obligados a abrirse paso con machete; al tercer día, lo accidentado del terreno priva a varios combatientes de sus botas. El hambre y la sed los agobian; los reclutas agotan su dotación de alimentos antes de tiempo, y el Che comienza de nuevo a aplicar la madre de todas las sanciones: suspender la comida. Al consumirse las raciones, deciden devorar el caballo que habían comprado días antes... Y, como era de esperarse, las tensiones crecen y las divisiones y pleitos entre los guerrilleros afloran".12
Además de las mencionadas dificultades, existía una condición objetiva fatal: a diferencia de otras latitudes en donde los cubanos fueron en apoyo de guerrillas ya existentes y afianzadas, en Bolivia, en cambio, no existía ningún movimiento insurreccional. O sea, Guevara y sus cubanos constituían la vanguardia, no una fuerza de apoyo, puesto que la supuesta disposición del PCB de lanzarse a la guerrilla (cosa que además no ocurrió) no equivalía a un foco preexistente. Vale decir, el Che y su tropa no llegaron a Bolivia a respaldar una insurrección ya instalada sino a detonar ellos mismos la explosión guerrillera. Pero además, el hecho de que no hubiera ninguna guerrilla local, demostraba que en Bolivia existía una adhesión o por lo menos cierta conformidad de los bolivianos para con sus autoridades.

La última guerrilla
En el mes de marzo, ya todo era fatiga, paludismo, pestes, indiferencia campesina y como si todo esto fuera insuficiente: "Benjamín, un boliviano agotado físicamente, resbala por una pendiente que franquea el río Grande, cae al agua y se ahoga: ¡no sabía nadar! Rolando, que se ha arrojado enseguida al agua, es arrastrado por la corriente y sólo consigue hacer pie seiscientos metros más abajo .'Tenemos ahora nuestro bautismo de muerte a orillas del río Grande, de un modo absurdo'13  escribirá Guevara en su diario.
Los días siguientes fueron peores aún. Llovió sin parar y el estado anímico del Che seguía reflejándose cabalmente en sus anotaciones: "El ánimo de la gente está bajo y el físico se deteriora día a día" (4 de marzo)14,  "La gente está cada vez más desanimada, viendo llegar el fin de las provisiones" (7 de marzo)15.  "Tenía (tengo) un cansancio como si me hubiera caído una peña encima " (14 de marzo)16. "Decidimos comernos el caballo, pues ya era alarmante la hinchazón. Miguel, Inti, Urbano y Alejandro presentaban diversos síntomas; yo una debilidad extrema" (16 de marzo)17, "Otra vez la tragedia antes de probar combate ...No pudieron dominar la balsa y esta siguió Ñacahuasu abajo, hasta que les tomó un remolino que la tumbó... El resultado final fue la pérdida de varias mochilas, casi todas las balas, seis fusiles y un hombre: Carlos" (17 de marzo)'18.
Tres días después, el 20 de marzo, Guevara regresó al campamento. Lo aguardaban desde hacía quince días Debray el pintor argentino Ciro Bustos, "el Chino" (el peruano Juan Pablo Chang), Tañía (la espía capacitada en Alemania oriental), y Moisés Guevara, un minero comunista embaucador, que había prometido un contingente de 20 hombres y apenas reclutó ocho campesinos acobardados, de los cuales cuatro no tardaron en desertar. Guevara, al advertir el nivel de improvisación del cuarteto supérstite, no tardó en llamar al grupo de Moisés como "la resaca".
La escena de la llegada de Guevara y sus compañeros al campamento es descripta por Régis Debray con un notable lenguaje lastimoso "A los lejos. Una procesión de pordioseros jorobados emerge poco a poco de la oscuridad, con rígida lentitud de ciegos... Diríanse sonámbulos enfila india, enjaezados o, mejor, albardados, tambaleantes, harapientos, muy inclinados por el peso de las mochilas (treinta kilos por lo menos)" -18.
Esta percepción tan negativa de Debray no es un detalle menor, pues el francés comenzó a advertir de inmediato que sus sofisticadas teorías sobre las bondades del foquismo no se correspondían con la realidad, y advirtió también que su amado ídolo, el mítico Che Guevara, no era más que un delirante sádico que se empeñaba en destratar a su tropa. Agregará Debray más adelante: "El Che sentía un maligno placer naciendo llorar (de rabia, de humillación, de enojo) al comandante Pinares... Pinares me pidió que le dijera que él no podía más, que aquello era insoportable. El Che no tenía conciencia de ello. Era más bien una cosa de neurótico...para conseguir que reventaran hombres como aquéllos, duros entre los duros, tipos que lo habían dado todo!... el Che no tenía ninguna psicología entendida como compresión del otro, como entrar un poco en los problemas del otro... El mecanismo clásico: soy altruista para la humanidad pero no para el otro. Ahí tenemos, realmente, la estructura del sectario perfecto"'.19 Muerto de miedo y abdicando de su libríto, Debray comenzó a buscar todo tipo de argumentos para persuadir al Che de que lo dejara ir. Anotará Guevara en su diario "El francés planteó con demasiada vehemencia lo útil que podría ser afuera"'.20.
Hasta el momento sólo se habían producido aisladas y esporádicas escaramuzas sin importancia y sin bajas. Pero el 23 de marzo se produjo el primer combate serio, con un balance positivo para Guevara y sus hombres, pues en la misma no sólo no tuvieron bajas sino que el enemigo padeció seis muertos, cuatro heridos y catorce prisioneros. Una buena noticia tras tantos contratiempos.
El 10 de abril, se produjo otro enfremamiento y muere el primer guerrillero. Horas más tarde, en una emboscada tendida por los guerrilleros asestaron otro golpe a las fuerzas legales asesinando siete soldados, ocasionando 5 heridos y tomando 22 prisioneros. Pero estos triunfos primigenios no aplacaron las insistentes peticiones de Debray y Ciro Bustos consistentes en ''ayudar desde afuera". Anota O'Donell que Debray "se transformó en un engorro por su ansiedad en alejarse de la columna. Era muy distinto para ese aristócrata e intelectual europeo escribir sobre la guerrilla en su estudio en París que vivir personalmente sus riesgos y sus privaciones en un humilde país sudamericano".21  Finalmente, Guevara autorizó al atemorizado dúo a salir del contingente: Debray y Bustos no tardaron en caer detenidos por las fuerzas legales proporcionándoles información muy valiosa sobre el contingente guerrillero. Guevara anotará en su cuaderno: "Debray y Bustos cayeron víctimas de su apuro, casi desesperación, por salir y de mi falta de energía para impedírselo".22 Volveremos luego sobre este episodio que ocasionó no pocas polémicas. Cabe señalar que la detención de Debray (quien ya era una personalidad internacional) ocasionó fuertes presiones de la intelectualidad de izquierda al gobierno boliviano en pro de su liberación.
Volviendo a las exitosas escaramuzas antedichas, en verdad estas no eran más que "pobres triunfos pasajeros" al decir del tango, y hasta el propio Guevara empezó a olfatear que el panorama no era nada alentador. En sus infaltables escritos de campaña, aparece nuevamente la muerte a modo de suicidio, pero no ya de una manera ciertamente abstracta, sino concreta e inminente: "En cualquier lugar que nos sorprenda la muerte, bienvenida sea 23  anotará. Pero razones para el pesimismo no faltaban. Ya en el mes de abril un acongojado Guevara escribió en su diario: "No se nos ha unido todavía ni un solo campesino"24 y a fin de mes insistió "Nuestro aislamiento sigue siendo total. La base campesina no se mueve".?5
Señala Sebreli que el fracaso de Guevara en el reclutamiento boliviano fue tal que durante toda la expedición "sólo había logrado reclutar a un agricultor boliviano y resultó ser un traidor".26
En tanto, las prácticas de Guevara consistentes en tomar pueblos y exhortar a los campesinos a efectos de reclutarlos, o que al menos adhirieran o simpatizaran con él eran un verdadero fiasco. Cuando el 6 de julio el Che ocupó tas localidades de Fortaleza y Lima Mansa, arengó sin éxito alguno a los indiferentes lugareños. Guevara anotó "Son tan impenetrables como las rocas. Cuando uno les habla, parece que en el fondo de sus ojos se están burlando de uno"27  Señala O'Donell que las razones de esta absoluta indiferencia "había que buscarlas en la circunstancia de que los campesinos eran dueños de sus tierras, que les fueron otorgadas durante la reforma agraria de Paz Estensoro... También los militares, acaudillados por el carismático Barrientos, que provenía de familia humilde y campesina como la mayoría de ellos, habían desarrollado una inteligente tarea de captación de la simpatía de los sectores agrarios construyendo caminos, escuelas y hospitales"28 y además los campesinos veían a los guerrilleros "como extranjeros, algunos de piel más blanca y otros más oscura que la pigmentación aceitunada de los descendientes de collas, aymarás o guaraníes".29
Todo esto pone de manifiesto una vez más, la ligereza y la improvisación con la que el caprichoso Guevara manejaba sus expediciones. En el caso que nos ocupa, la expedición en Bolivia, el Che prometía al campesinado tierras, -que ya habían obtenido por la reforma agraria de los años 50-, Además Guevara pretendía derrocar a un presidente que acababa de ser elegido con el aplauso, el consenso y el voto de los campesinos. Cuenta Castañeda que "Barrientos hablaba quechua con fluidez y gozaba de una verdadera simpatía entre los campesinos. Poco después de asumir el poder como presidente elegido en las urnas, en 1966, firma el Pacto Militar Campesino que, entre otras cosas, estipulaba: Las Fuerzas Armadas asegurarán que sean aceptadas las conquistas obtenidas por las clases mayoritarias, tales como la reforma agraria, la educación básica, el derecho a la sindicalización... Los campesinos por su parte apoyarán y defenderán firme y leálmente a la institución militar en todas las circunstancias" 30 ¿No estudió Guevara estos "detalles" antes de lanzarse?
Todo indica que Guevara pretendía liberar a ios campesinos de Barrientos y los campesinos querían defender a Barrientos de Guevara y sus invasores
comunistas. El vaticinio de Monje (al igual que el de Nasser respecto a la ventura en el Congo) se estaba cumpliendo de medio a medio. Anotará el Che: "Ahora si ( el ejército está mostrando más efectividad en su acción y la masa campesina no nos ayuda en nada, y se convierten en delatores"31, algo que volverá a anotar en julio "Sigue la falta total de contactos. Sigue sintiéndose ¡a falta de incorporación campesina".32
Los campesinos bolivianos se identificaban con Barrientes, entre otras cosas porque hablaba fluidamente el quechua y Guevara, haciendo uso del ridículo pretendía ganarse la simpatía de los pobladores brindando ¡clases gratuitas de francés!33 No existiendo en el campesinado boliviano mucho interés en perfeccionar la conjugación verbal del passé composé, Guevara cambió de idea y pretendió animar a sus guerrilleros a que perfeccionaran el idioma quechua para poder comunicarse mejor con el pueblo. Craso error: en esa zona de Bolivia no se habla quechua sino guaraní .34
En medio de las ensaladas lingüísticas y las perspectivas lamentables, Guevara aún fantaseaba con alcanzar el apoyo de las masas campesinas y anotará: "El aislamiento sigue siendo total; las enfermedades han minado la salud de algunos compañeros, obligándonos a dividir fuerzas, lo que nos ha quitado mucha efectividad... La base campesina sigue sin desarrollarse; aunque parece que mediante el terror planificado lograremos la neutralidad de los más, el apoyo vendrá después".35 Efectivamente el apoyo campesino vino después: pero a favor de las Fuerzas Armadas Bolivianas y no de la guerrilla guevarista.
'Mientras los problemas se agravaban y las malas noticias caían en plañidero, Guevara proseguía humillando a su tropa y trataba de imponer terror en los campesinos. Fue entonces cuando escribió una de las frases más tenebrosas de su penosa historia "El odio como factor de lucha; el odio intransigente al enemigo, que impulsa más allá de los límites naturales del ser humano y lo convierte en una eficaz, violenta, selectiva y fría máquina de matar... nuestros soldados tienen que ser así"36 a lo que luego agrega "un pueblo sin odio no puede triunfar"37 y a modo de remate dispara "Cada gota derramada en un territorio bajo cuya bandera no se ha nacido es experiencia que recoge quien sobrevive".38
Pero por más odio que predicara y desparramara los resultados no se revertían. Enfermo de ira ante la indiferencia de los lugareños, Guevara descargó nuevamente su racismo el 19 de junio describiendo a los bolivianos del siguiente modo: "son como animalitos"39 ¿Sabrá el guevarista Evo Morales esta clasificación zoológica que el Che hizo sobre su campesinado?
El 26 de junio, en otro enfrentamiento cae herido Pombo y el guerrillero Turna muere de un disparo en el vientre. En julio todo era adverso. Tensionado y hastiado en una de sus innumerables marchas, el Che relata personalmente lo siguiente: "Caminamos algo así como una hora efectiva, que para mí fueron dos por el cansancio de la yeguita; en una de ésas le metí un cuchillazo en el cuello abriéndole una buena herida.. .".40. La yegua murió en el acto. Sería interesante que la anécdota sea dada a conocer a los ruidosos guevaristas que militan en Greenpeace.
El 30 de julio se produce otro combate en el que dos guerrilleros mueren. Las marchas sin rumbo fijo de los insurgentes se tornaban insoportables. Finalizando septiembre, una nueva escaramuza reduce la tropa del Che a tan sólo 17 hombres. Como si los problemas y las debilidades no faltasen, el Che tomó la decisión de dividir el grupo en dos columnas sin considerar que carecían de medios de comunicación para coordinar tareas.
Diarreas, calambres, sed, hambre, somnolencia, todo era improvisación y desánimo. Pensar en un desenlace fatal no era derrotismo sino realismo. El 10 de septiembre, Guevara, ratificando su condición de mugriento irrecuperable anotó "Se me olvidaba recalcar un hecho: hoy, después de algo más de seis meses, me bañé".41
Las malas noticias estaban a la orden del día. El único contacto cubano en La Paz, Renán Montero (nombre de guerra Iván), regresó a Cuba y no será sustituido jamás. ¿Acaso Fidel dejó al Che incomunicado y librado a su suerte? Este enigma será luego analizado.
A lo largo del presente trabajo hemos puesto de manifiesto el espíritu suicida de Guevara. Algo que es señalado por Regís Debray, quien sostiene que el Che "No fue a Bolivia para vencer sino para perder. Así lo exigía su batalla espiritual contra el mundo y contra sí mismo. Cierto, no se mató pero se dejó morir. Tenía esa vocación"42 y agregará "yo necesité veinte años para reconocer esta paradoja, corroborada por cien indicios".43  Hipótesis que parece ser confirmada por el mismo Guevara cuando le dice a Carlos Rafael Rodríguez antes de partir de Cuba "Mi destino es morir como guerrillero y moriré como guerrillero".44
Si ese era su predeterminado destino (tal como se ufanaba Guevara) ¿Por qué no se suicidó en Bolivia ante la inminencia concreta de ser atrapado en lugar de entregarse a sus enemigos? El diario del guerrillero Pacho, una semana antes del final, cuenta "(el Che) me pide un cigarro y que le arme un peine de la pistola. Tiene la pistola en la mano como si estuviera resolviendo matarse antes de caer prisionero...".45 Benigno reflexionará años más tarde "Es obvio que por el fragor del combate o por razón desconocida el Che perdió ese peine que le había preparado Pacho, y eso impidió que cumpliera la decisión de matarse para no caer en manos enemigas, que nadie duda hubiera cumplido conociendo su extraordinario valor tantas veces probado y su desprecio a la muerte".46
Incluso el propio Fidel Castro se hace eco de esta hipótesis "La pistola que (el Che) portaba estaba sin magazine. Estas increíbles circunstancias explican que lo hubiesen podido capturar vivo".47
El desenlace era inminente. La aventura suicida estaba llegando a su final. Relata Sebreli que Guevara "sabía que sólo la muerte los esperaba: las dos columnas en que se había dividido la tropa no se pudieron encontrar mas, estaban desprovistos de alimentos, agua y medicamentos, sin contactos con el exterior por el radiotransmisor roto, perdido todo apoyo de la ciudad y con el ejército boliviano siguiéndoles los pasos. En lugar de tratar de salvar a sus seguidores y a sí mismo, siguió adelante, estaba claro que ya no buscaba la victoria de la guerrilla sino la propia inmolación".48
El 7 de octubre, emboscado en la Quebrada del Yuro con su puñado de fanáticos agotados, el Che se sabía cercado. Escribe en su diario "A las doce y media, una vieja paseando sus chivas entró en el cañón en que habíamos acampado y hubo que apurarla. La mujer no ha dado ninguna noticia fidedigna sobre los soldados, contestando a todo que no sabe. Le dimos cincuenta pesos y le pedimos que no hable, pero no nos hacemos muchas ilusiones".49
Según sostendrán algunos biógrafos, la "vieja" habría sido quien denunció la presencia de los invasores comunistas, aunque el citado general Gary Prado nos dirá que la información provino de "un campesino que nos hizo saber en la madrugada del 8 de octubre que durante la noche habían pasado por su sembradío de papa un grupo de hombres armados, subiendo la quebrada. Con esa información, reuní unos 70 hombres y descendí del Abra del Picacho hasta las quebradas"50
Las fuerzas legales no tardaron en hacerse presentes. Según fidedigno relato de sus captores, el desenlace se desarrolló de la siguiente manera: "Dos formas se movieron detrás de los arbustos que ocultaban a los rebeldes. Un hombre cayó y el otro lo arrastró a través de la vegetación, fuera del alcance de las armas rangers. Los dos se arrastraron a través de la cañada, mientras los otros guerrilleros mantenían a raya a los Rangers. El hombre herido, ayudado por su compañero trató de llegar a uno de los pocos grupos de arbustos de las colinas circundantes, buscando refugio temporario o una vía de escape. Cuando estaban a punto de alcanzar la cumbre de una de las colinas, el capitán Prado y un soldado llamado Ortiz emergieron de los matorrales y les apuntaron con sus armas. El capitán se había instalado en el mismo estratégico grupo de arbustos para dirigir a sus tropas durante la operación. Cuando ellos aparecieron, el guerrillero herido se puso en pie y gritó: 'Deténganse, no disparen. Soy el Che, y valgo más vivo que muerto.'51 ¿Qué quiso lograr Guevara con esta especulación de que "vale más vivo que muerto"?, ¿acaso canjear su libertad por información?, ¿pretender conservarse con vida a efectos de que la presión comunista internacional clamase por su liberación? Quizás su proclama haya sido un mero grito espontáneo, producto del natural instinto de conservación.
Gary Prado, capitán y responsable de la operación, entre eufórico y ansioso por dar la noticia del botín capturado, de inmediato envió un mensaje por radio a la base de Pucará: "Tenemos a papá".
De fusüador a fusilado
De inmediato, Guevara y otro guerrillero (nombre de guerra Willy) son enviados al cercano pueblo de La Higuera. Allí, el Che es interrogado y permanece encerrado en un aula de escuela, provisoriamente convertida en celda para albergar a los invasores. Una vez alojados, a los reos se les da de comer "un plato de pastas con un trozo de carne" según recuerda Prado. El coronel Andrés Selich fue uno de los militares bolivianos que más tiempo permaneció hablando junto al Che. Sus conclusiones fueron lapidarias: "Era un verdadero patán. Un fanático como sólo se los encuentra entre los argentinos y entre los cubanos".52
Cuenta Félix Rodríguez (hombre la Central de Inteligencia Estadounidense) que estaba en Bolivia apoyando la operación, que cuando Willy y Guevara se encontraban detenidos: ".. llega una llamada telefónica y piden por el oficial de más alto rango, yo tenía en ese entonces el grado de capitán y en la Higuera habían dos tenientes más bolivianos, por lo tanto me llamaron a mí. Contesté el teléfono y era del Alto Mando Boliviano en Valle Grande. Eran instrucciones específicas del señor presidente, el señor Comandante de las FFAA., que eran 500, 600. Era un código que teníamos que significaba: 500 el Che Guevara, 600 muerto, 700 vivo. Le pido que me lo repitan y me lo confirman: 500/600. Cuando viene Centeno, lo llamo a un costado y le digo 'mi coronel hay órdenes de su gobierno de eliminar al prisionero' y le doy los códigos, las órdenes de mi gobierno (el americano) son de mantenerlo vivo a toda costa, nosotros teníamos aviones, helicópteros para trasladarlo a Panamá para el interrogatorio. Entonces me mira y me dice 'mira Félix, hemos trabajado empíricamente, te agradecemos mucho pero estas son órdenes del señor presidente, el señor Comandante de las FFAA'... Miró su reloj y me dijo 'tienes hasta las dos de la tarde para interrogarlo'. Nuestro helicóptero va a venir varias veces, va a traer comida y municiones y para llevarse a nuestros heridos y nuestros muertos... Entré a la habitación, él estaba sentado en un banquito, yo le había quitado las amarras al principio de nuestra conversación. Me le paré en frente y le dije 'Comandante, yo lo siento pero son órdenes superiores'. Se puso blanco como un papel pensando que era yo el que le iba a tirar. Sali de la habitación y estaba lleno de soldados afuera escuchando la conversación. Estaba el teniente Pérez al lado del sargento Terán y le dije al sargento 'no le tire de aquí para arriba, sino de aquí para abajo (señala el cuello hacia abajo), son órdenes de su gobierno'.53
Horas después, primero Wilty y seguidamente Guevara señan fusilados por orden del gobierno boliviano. Ironías de la historia, un fusilador consuetudinario como el Che Guevara tomaría de su propia medicina en represalia por querer hacer un golpe de Estado contra un gobierno elegido democráticamente en un país ajeno al suyo. ¿Qué pasó con el resto de los guerrilleros?, algunos fueron abatidos en emboscadas y otros cinco lograron escapar a Chile para volver luego a Cuba.
El 11 de octubre de 1967, dos días después de la muerte de Guevara, el Congreso boliviano a pleno felicitó al presidente de la República por haber defendido la soberanía nacional contra la agresión golpista de inspiración comunista.
El cuerpo del Che fue lavado con agua y jabón por dos monjas alemanas antes de ser presentado a la prensa mundial que lo bombardeó con fotografías, muchas de las cuales, curiosamente presentaban una imagen cristica. En efecto, un hombre de finos rasgos, pelo largo, ciertamente desgarbado o enflaquecido, yaciendo en una cama, dio lugar a las comparaciones más inverosímiles cuando no insolentes o heréticas.
"Morir acribillado por las balas", con "testigos", de manera "heroica". En todos los escritos y poemas que lo acompañaron durante su corta e intensa vida, Guevara fue anunciando el modo en el cual buscaba su muerte. Empero, el Che no terminó de morir exactamente como quiso. Puesto que para su desdicha, su cuerpo fue bañado e higienizado por las monjitas danesas. Ultraje imperdonable para quien hizo de la roña moral y física un culto y un alarde.
¿Quién traicionó al Che?
Sobre esto, existen múltiples teorías apoyadas en diferentes documentos, testimonios, experiencias y conclusiones. Primeramente, vale aclarar que Guevara fue a Bolivia impulsado por sus instintos suicidas. Era prácticamente imposible que lograra salir con vida. Pero también es cierto que diversos personajes empujaron y aceleraron su muerte. Díaz Araujo apunta a muchas cabezas que directa o indirectamente ayudaron al fracaso de Guevara: "las deserciones (17, según Debray) y sus delaciones (entre ellas las del propio Debray, cuando fiíe capturado en Camiri junto con el pintor argentino Ciro Bustos); la falta de apoyo propagandístico por expresa omisión de Fidel Castro... la reticencia primero y la condena después de la empresa guerrillera por los principales dirigentes del PC boliviano, Mario Monje y Jorge Kolle Cueto"54  a lo que Díaz Araujo agrega entre los traidores a Tania: "El 5 de junio de 1967 Tania dejó abandonado el jeep Toyota en la pequeña localidad de Camiri, a la vista de la policía quien encontró en su interior cuatro libretitas con nombres y direcciones de dirigentes y miembros de la organización urbana del Che y de los contactos comunistas de fuera de Bolivia... Tania... le hizo pagar a su amante sus mordaces palabras del 27 de febrero de 1965 en el Segundo Seminario Económico de la Organización de la Solidaridad Afroasiática, de Argel, cuando afirmó que los países socialistas son, en cierta manera, cómplices de la explotación imperialistas".55 Como vemos, Díaz Araujo brinda un cúmulo de personajes que expresa o implícitamente confluyeron en la captura y derrota de Guevara. Sin embargo otras investigaciones apuntan a una cabeza específica: el francés Régis Debray. Tal el caso de Aleida Guevara (hija reconocida del Che) quien enfatiza: "en el diario de mi padre puede leerse 'Debray habló más de la cuenta'... Además coinciden algunos datos ya que hasta entonces nadie sabía quién era el que comandaba la guerrilla y a partir de ese momento sí lo supieron.. .".56 Teoría que confirma el citado agente de la CÍA Félix Rodríguez: "Debray contó de buen grado a los bolivianos y a la CÍA todo lo que sabía sobre las operaciones del Che. Es el testimonio de Debray el que convenció a la CÍA de concentrar sus esfuerzos en la captura del revolucionario escurridizo... el francés pudo haber sido condenado a muerte. En cambio, por su cooperación, fue condenado a sólo treinta años para luego ser perdonado en 1970"'.57 Testimonio muy similar nos lo brindó Gary Prado: "la confirmación de la presencia del Che se obtuvo con las declaraciones de Régis Debray al momento de su captura, cuando quiso encubrir su participación haciéndose pasar por periodista, pues dijo que había venido a Bolivia a hacerle una entrevista, cosa que había realizado en el campamento. Esa noticia fue mantenida en reserva hasta el mes de junio, cuando el abogado defensor de Debray la hizo publica como argumento de defensa, en el juicio que se instauró en Camiri". 58
A Debray, pensador marxista y ex guevarista activo no le aporta muchas flores a su curriculum el estigma que sobre él pesa de ser nada más y nada menos que el delator del Che Guevara. Se defiende generalizando culpas imprecisas alegando: "Ernesto Guevara murió ya antes del 8 de octubre pues estaba vencido por la pavorosa naturaleza de aquella región, por la traición de algunos de los grupos pro soviéticos y pro chinos de Bolivia, y también por la traición de otros que no eran bolivianos...".59
Otros autores, como Kalfon, no reparan en su coterráneo Debray sino que sostienen que el argentino Ciro Bustos, detenido junto al francés, al utilizar sus dotes de eximio dibujante brindó notables identikits de los guerrilleros y fue el principal responsable de la delación de la presencia de Guevara en Bolivia.
Pero más allá de Tania, Bustos o el acorralado Debray, ¿no sería atinado detenemos a analizar también el papel del "camarada" Fidel Castro?
La empresa de Guevara fue un fracaso desde el comienzo. No existían ni remotas posibilidades de triunfo. Fidel ya había traicionado a Guevara cuando éste se hallaba en el Congo, leyendo su carta anticipadamente y liquidándolo políticamente. Castro sabía (y se lo ocultó a Guevara) que el Partido Comunista Boliviano no lo iba a apoyar. Y a sabiendas de que el Che estaba perdido y debilitado, ordenó volver a Cuba a su contacto urbano en Bolivia (sin enviar reemplazante) y no mandó a ninguna expedición de refuerzo ni de rescate al advertir que el Che estaba siendo cercado. Tampoco se registró gestión diplomática alguna para salvarlo. En términos más vulgares, Fidel sabía deliberadamente que "estaba mandando al Che al muere" y no sólo no hizo nada para impedirlo, sino que por acción u omisión llevó adelante maniobras para asegurarse que el fatal desenlace se consumara. Con sutileza Castañeda anota: "Fidel no mandó al Che a morir a Bolivia; tampoco lo traicionó ni lo sacrificó: sencillamente permitió que la historia corriera su curso, con plena conciencia del destino al que conducía. No hizo, dejó hacer".60  ¿Dejó hacer qué cosa? cabe preguntarse. Agrega O'Donnell "Indudablemente llamativo es que no se haya hecho ningún esfuerzo por ayudar el Che y a sus hombres, algunos de los cuales eran miembros del Comité Central del PC cubano y, otros, viceministros. No existe constancia de algún plan o intento en esa dirección. Ciro Bustos me dirá que en esos tiempos, importantes sectores del gobierno castrísta no tomaban en serio a Guevara, no se sentían solidarios con sus locuras. También es indudable que no pocos temerían el regreso del argentino a La Habana y el reinicio de los conflictos intestinos con el sector prosoviético" .61
El ex guerrillero Daniel Alarcón (Benigno), quien acompañó a Guevara desde siempre y participó en la guerrilla en Bolivia, en declaraciones efectuadas al diario italiano Corriere della Sera, afirmó que la muerte del Che "se debió a una maquinación de la que son responsables Fidel Castro y la Unión Soviética... Los soviéticos consideraban a Guevara una personalidad peligrosa para su estrategia imperialista y Fidel se plegó por razones de estado, visto que la supervivencia de Cuba dependía de las ayudas de Moscú. Y eliminó a un compañero de lucha molesto... El Che fue al encuentro de la muerte sabiendo que había sido traicionado... descubrimos que el Partido Comunista boliviano no nos apoyaba tal vez por orden de Moscú"62
 Otro dato por demás sugestivo que confirma la traición de Fidel Castro, es el pésimo equipamiento con que el Che Guevara fuera enviado a Bolivia, tal como lo ratifica el citado agente de la CÍA Félix Rodríguez: "Cuba le había mandado al Che un equipo de transmisión de radio roto. Eso no existe; incluso, la comunicación es lo más importante que tiene una guerrilla; sin comunicación estás muerto. Al único agente de la inteligencia cubana asignado en La Paz, que era el único que le podía dar apoyo directo si no le funcionaban las comunicaciones, Cuba lo retira con el pretexto de que se le había vencido la visa. Y cuando chequeamos, el tipo era un ciudadano boliviano, no necesitaba visa. Lo retiran para dejarlo solo y prácticamente lo mandan a la muerte, porque a los soviéticos no les convenía que el Che triunfara en América latina. Sabían que era una revolución que se iba a desviar para el lado chino. Fidel lo mandó a Bolivia para eliminarlo, para sacárselo de encima definitivamente".62
Como si estos datos no fueran demoledores, Humberto Vázquez Viana (quien por entonces era el encargado de la estación de radio en La Paz) agrega: "En esa época ya existían en el mercado magníficas radios a transistores y con baterías; sin embargo la guerrilla del Che, aunque parezca mentira, estaba equipada con radios anticuadas y en mal estado, con lámparas a corriente eléctrica. ¿Cómo pensarían hacerla funcionar en esas montañas que usted conoce? Con un motor eléctrico, claro. ¿Y éste? A gasolina. ¿Y de dónde obtendrían la gasolina? Nada de esto se previo y si se lo previo, se lo previo muy mal, demasiado mal.64 Sugestivamente mal, agregamos nosotros, ya que estos "descuidos" se tornan de una gravedad mucho más grande, siendo que Bolivia era el país de la región menos propenso para hacer una revolución. Tanto es así que la CÍA en un informe secreto de 1966 catalogaba a Bolivia como "el país en peligro menos susceptible de atestiguar un alzamiento revolucionario"65 y en otro informe fechado en mayo de 1968 la CÍA estimaba que "los cubanos asignaron menos de 500 mil dólares, a toda la empresa boliviana; huelga decir que los analistas de la inteligencia norteamericana consideraban que 'el número de hombres, y el financiamiento y planeación cubana fueron totalmente inadecuadas para la envergadura y los objetivos de la operación cubana".66
¿De qué manera puede explicarse esto sino a través de la existencia de una traición deliberada? si en el lugar más adverso para montar una guerrilla Fidel respaldó a Guevara no con estructura militar sino con palmadas en la espalda. Y que el respaldo de Castro se limitó a las palmadas en la espalda no es una exageración del que suscribe sino que el mismísimo Gary Prado nos confiesa que la estructura de Che "Era insuficiente y sumamente precaria. En su mayor momento los guerrilleros llegaron a 52 componentes de los que luego varios desertaron. No tenían, fuera de los cubanos, la menor preparación militar y su motivación era Imitada. Es evidente que el Che fue abandonado una vez que llegó a Bolivia... Castro se libró de un personaje que ya se había tornado incómodo para el.67
Describiendo la conducta de Castro para con el Che de manera elegante y sutil, Sebreli concluye: "Fidel sabía que la aventura boliviana era un suicidio, pero no hizo nada por disuadirlo y aún lo ayudó un poco, lo suficiente como para que se fuera pero no lo necesario para la victoria".68
Incluso el gobierno boliviano ordenó ejecutar a Guevara contrariando la postura de Washington que lo quería con vida. ¿Cuál era el interés concreto de los Estados Unidos en su captura?, pues precisamente el agente de la CÍA Félix Rodríguez explica que "El Che tenía que saber que Fidel lo había traicionado, y entonces pensaban que eventualmente podía cooperar".69
En suma, todo indica que independientemente de otros factores coadyuvantes, la presencia de Guevara en Bolivia fue delatada por Debray. Pero desde e! inicio, resulta evidente que Castro embaucó a Guevara a sabiendas de que este no tenía posibilidades de regresar, mintiéndole en torno al apoyo del PCB, brindándole una estructura deficiente, enviándole comunicaciones rotas y ordenándole a su contacto urbano en Bolivia a regresar a Cuba. Pero también es cierto que para que se concrete un engaño también tiene que existir quien tenga vocación de ser engañado. Guevara, dada su experiencia, no podía dejar de advertir ligeramente que se lanzaba a la guerrilla en condiciones lastimosas. Es por ello que también le asistía una cuota de razón a Debray cuando afirmó que el Che "No fue a Bolivia para vencer sino para perder. Así lo exigía su batalla espiritual contra el mundo y contra sí mismo. Cierto, no se mató pero se dejó morir. Tenía esa vocación".70

Notas
1                Kalfon, Fierre. Che, Ernesto Guevara, una leyenda de nuestro sigla, Plaza & Janes Editores, 1997, pág. 512.
2                Kalfon, Pierre. Che, Ernesto Guevara, una leyenda de nuestro siglo. Plaza & Janes Editores, 1997, pág. 515.
3    O'Donnell. Pacho, Che, la vida por un mundo mejor. Sudamericana. 2*ed-, 2005, pág. 285.
4    Castañeda, Jorge G. La vida en rojo, una biografía del Che Guevara, Espasa, 1997, pág. 424.
5    Castañeda, Jorge G. La vida en rojo, una biografía del Che Guevara. Espasa. 1997, pág. 412.
6    O'Donnell. Pacho, Che, la vida por un mundo mejor. Sudamericana, T ed., 2005, pág. 296.
7    Castañeda, Jorge G. La vida en rojo, una biografía del Che Guevara, Espasa, 1997, pág. 429.
8               El PCB antes, durante y después, pág. 207, citado en Kalfon, Pierre. Che, Ernesto
Guevara, una leyenda de nuestro siglo, Plaza & Janes Editores, 1997, pág. 644.

9 Kalfon, Pierre. Che, Ernesto Guevara, una leyenda de nuestro siglo. Plaza & Janes Editores, 1997, pág. 534.
10 Muchos años después 2002, Eduardo Jozami fue funcionario de la calamitosa e inconclusa gestión del entonces intendente de Buenos Aires, Aníbal Ibarra. Si bien muchos biógrafos lo men¬cionan como una de las personas que la agente comunista "Tañía" fue a reclutnr para la guerrilla en Bolivia, no hay registros de que este haya viajado a Bolivia ni participado efectivamente en ella.
11            Gambini, Hugo. El Che Guevara. La biografía. Planeta, 19* ed., 2007, págs. 302, 303.
12            Castañeda, Jorge G. La vida en rojo, una biografía del Che Guevara, Espasa, 1997, pág. 430.
13    Kalfon, Pierre. Che. Ernesto Guevara, una leyenda de nuestro siglo, Plaza & Janes
Editores, 1997, pág. 542.
14    Guevara, Ernesto. Obras Completas, Andrómeda, 2002, pág. 583.
15    Guevara, Ernesto. Obras Completas, Andrómeda, 2002, pág. 583.
16             Guevara, Ernesto. Obras Completas, Andrómeda, 2002, pág. 586.
17    Guevara, Ernesto. Obras Completas, Andrómeda, 2002, pág. 587.
18    Guevara, Ernesto. Obras Completas, Andrómeda, 2002, pág. 588.
19    Debray, Regís Entrevista con el autor, París, 1992, citado en Kalfon, Pierre. Che,
Ernesto Guevara, una leyenda de nuestro siglo, Plaza & Janes Editores, 1997, pág. 547.
20    Citado en Kalfon, Pierre. Che, Ernesto Guevara, una leyenda de nuestro siglo. Plaza &
Janes Editores, 1997, pág. 549.
21             O'Donnell. Pacho, Che, la vida por un mundo mejor, Sudamericana, 2*ed., 2005, pág. 308.
22    Guevara, Ernesto. Obras Completas, Andrómeda, 2002, pág. 617.
23    Citado Gambini. Hugo. El Che Guevara. La biografla, Planeta. 19" ed.. 2007, pág. 311.
24    Gambini, Hugo. El Che Guevara. La biografla. Planeta, 19* ed., 2007, pág. 313.
25    Gambini, Hugo. El Che Guevara. La biografía. Planeta, 19a ed., 2007, pág. 317.
26             Sebreli, Juan José. Comediantes y mártires, Debate, 2008, pág. 149.

27    Gambini, Hugo. El Che Guevara. La biografía, Planeta, 19* ed., 2007. pág. 319.
28    O'Donnell. Pacho, Che, la vida por un mundo mejor. Sudamericana, 2* ed., 2005, pág. 326.
29    O'Donnell. Pacho, Che, la vida par un mundo mejor. Sudamericana, 2" ed., 2005, pág. 326.
30    Castañeda, Jorge G. La vida en rojo, una biografía del Che Guevara, Espasa, 1997, pág. 423.
31    O'Donnell. Pacho, Che, la vida por un mundo mejor, Sudamericana, 2* ed., 2005, pág. 327.
32    O'Donnell. Pacho, Che, la vida por un mundo mejor, Sudamericana, 2a ed., 2005,pág. 330.
33    Kalfon, Pierre. Che, Ernesto Guevara, una leyenda de nuestro siglo. Plaza & Janes
Editores, 1997, pág. 537.
34    Ver "Entrevista con el Hombre que atrapó al Che Guevara". Reportaje efectuado por el
autor ai general Gary Prado, publicado en el diario La Nueva Provincia el 15/03/09.
35    Kalfon, Pierre. Che, Ernesto Guevara, una leyenda de nuestro siglo, Plaza & Janes
Editores, 1997, pág. 557.
36             Kalfon, Pierre. Che, Ernesto Guevara, una leyenda de nuestro siglo, Plaza & Janes Editores, 1997, pág. 559.
37    Kalfon, Pierre. Che, Ernesto Guevara, una leyenda de nuestro siglo, Plaza & Janes
Editores, 1997, pág. 559.
38    Kalfon, Pierre. Che, Ernesto Guevara, una leyenda de nuestro siglo, Plaza & Janes
Editores, 1997, pág. 560.
39    Kalfon, Pierre. Che, Ernesto Guevara, una leyenda de nuestro siglo. Plaza & Janes
Editores, 1997, pág. 566.
40    O'Donnell. Pacho, Che, la vida por un mundo mejor. Sudamericana, 2' ed., 2005, pág. 332.
41    Ernesto Guevara, Obras Completas, Andrómeda, 2002 pág. 680.
42    Entrevista a Regís Debray Corriere delta Sera cit. Sebreü, Juan José. Comediantes y
mártires, Debate, 2008, pág. 157.
43             Regís Debray, Loues soient nos seigneurs. Op. Cit. P 194, citado Kalíbn, Fierre. Che, Ernesto Guevara, una leyenda de nuestro siglo. Plaza & Janes Editores, 1997, pág. 578.
44             Herbert Matthews, Fidel Castro, op. cit., pág. 305, citado Kalfon, Fierre. Che, Ernesto Guevara, una leyenda de nuestra siglo, Plaza & Janes Editores, 1997, pág. 580,
45            Citado en O'Donnell. Pacho, Che, la vida por un mundo mejor. Sudamericana, 2* ed., 2005, págs. 353, 354.
46            Citado en O'Donnell. Pacho, Che, la vida por un mundo mejor. Sudamericana, 2' ed., 2005, págs. 353, 354.
47            Citado en O'Donnell. Pacho, Che, la vida por un mundo mejor. Sudamericana, 2" ed., 2005, págs, 353,354.
48            Sebreli, Juan José. Comediantes y mártires, Debate, 2008, págs. 156,157.
49            Gambini, Hugo. El Che Guevara, La biografía. Planeta, 19a ed., 2007, pág. 323.
51            Ver reportaje del autor al general Gary Prado, publicado por el diario La Nueva Provincia, el 14 de marzo de 2009.
52    Gambini, Hugo. El Che Guevara. La biografía. Planeta, 19" ed., 2007, pág. 327.
53    Félix Rodríguez, ex oficial de la Central de Inteligencia Estadounidense. Pije el oficial
que recibió las ordenes de ajusticiar a Ernesto Guevara tras su captura en Bolivia. Caimán
Productions. Instituto de la memoria histórica cubana contra el totalitarismo. Guevara:
Anatomía de un mito.
54    Díaz Araujo, Enrique, La rebelión de la nada, o ideólogos de la subversión cultural, Cruz
y Fierro Editores, 1983, pág. 265.
55    Díaz Araujo, Enrique, la rebelión de la nada, o ideólogos de la subversión cultural,
Cruz y Fierro Editores, 1983, pág. 267.
56    O'Donnell. Pacho, Che, la vida por un mundo mejor, Sudamericana, T ed., 2005, pág. 311.
57    O'Donnell. Pacho, Che, la vida por un mundo mejor. Sudamericana, 2a ed., 2005, pág. 312.
58    Entrevista con el Hombre que atrapó al Che Guevara. Reportaje efectuado por el autor
al hoy general boliviano Gary Prado.
59    Reportaje a Regís Debray a un periodista del diario español Pueblo, el 23 de octubre de
I967\ citado en Díaz Araujo, Enrique, La rebelión de la nada, o ideólogos de la subversión cul¬
tural, Cruz y Fierro Editores, 1983, pág. 351.
60    Castañeda, Jorge G. La vida en rojo, una biografía del Che Guevara, Espasa, 1997, pág. 463.
61    O'Donnell. Pacho, Che, la vida por un mundo mejor, Sudamericana, 2" ed., 2005, pág.
62    El ex guerrillero Benigno acusa a Castro de traicionar al Che por orden de Moscú,
Corriere delta Sera, 07/01/09.
63    El Observador, Perfil, "La cacería del Che", según el enviado de ta CÍA a Bolivia.
Domingo 9 de noviembre de 2008, pág. 2.
64    O'Donnell. Pacho, Che, la vida por un mundo mejor, Sudamericana, 2" ed., 2005, pág. 323.
65    Cental Intelligence Agency, Directorate of Intelligence, "Instability in the Western
Hemisphere", Memorando, Deccmber 9,  1996 secret., The Declassified  Documents
Catalogue, Researt-h Publii-ations, Woodbridge, Conecticut, vol. XXI, 2, marzo/abril 1995,
citado en Castañeda, Jorge G. La vida en rojo, una biografía del Che Guevara, Espasa, 1997,
pág. 424.
66            Cuban Subersive Policy and the Solivian Guerrilla Episode, Intelligence Centra) Intellige Agency, Directorate of Intelligence Report, p, 40 secreto. The Declassified Documents Catalogue, Carrolton Press, file serie number 2408 citado en Castañeda, Jorge G. La vida en rajo, una biografía del Che Guevara, Espasa, 1997, pág. 456.
67           Entrevista con el Hombre que atrapó al Che Guevara, reportaje efectuado por el autor al general boliviano Gary Prado, publicado en La Nueva Provincia , ejemplar del 15/03/09.
68           Sebreli, Juan José. Comediantes y mártires, Debate, 2008, pág. 140.
69           El Observador. Perfil, La cacería del Che, según el enviado de la CÍA a Bolivia. Domingo 9 de noviembre de 2008, pág. 2.
70 Entrevista a Regia Debray Corriere della Sera cit. Sebreli, Juan José. Comediantes y mártires, Debate, 2008, pág