Solo con el fin de que en esta nación y en el mundo, de una vez por todas se "TERMINE DE IDOLATRAR" a quien ninguna condición mas que delinquir pudo reunir, y hartos de ver y soportar cuerpos con imágenes tatuadas y pintarrajeadas o exhibiendo remeritas en las que sobresale su impresentable figura, que de por sí, no son nada mas que ideales de "FACHEROS ESTUPIDOS", intentamos "tachar" y desmentir lo se agrava con la del "CHE GUEVARA". Fue esa la causas que nos hizo subir al blog, el relato del libro "EL CANALLA" de NICOLAS MARQUEZ. Tratando de influir en algún compatriota, a que evite tan demencial actos, con lo que se demuestra lastimosamente "amor a un asesino" y se conozca al "CHE", quién fue, que pensaba, que hizo o al menos a cuantos mató. Capítulos del libro completo podrá así leer y analizar semanalmente. Nuestro objetivo a la vez se irá formalizado guardado íntegramente y recurrirse cuando el lector desee recordar quién fue y que hizo este deplorable asesino, del cual se ha fabricado un "IDEALISTA", imitado por una buena cantidad de Argentinos para iniciar la Guerra parecida en los 60/70 del siglo pasado. Por el joven abogado NICOLAS MARQUEZ fue escrita esta investigación y mejores explicaciones que las nuestran recibirán de él.PRESIONE A SU IZQUIERDA "MAS INFORMACION" PARA LEER EL ARTICULO
Capítulo
II La mutación revolucionaria
El mochilero despreocupado
Ya en e! verano
de 1952, partiendo de la ciudad balnearia de Miramar con su amigo Alberto Granado (apodado Mial, abreviatura
de "mi Alberto"), estudiante de
medicina y farmacología, el Che se lanzó de nuevo a la aventura, pero esta vez el
pretexto sería más ambicioso: recorrer parte de Latinoamérica.
Al llegar a
Chile, la comida y las provisiones se habían terminado. Guevara, a quien
sus amigos apodaban "el pelao" (a la sazón lucía un corte de pelo al ras),
desde entonces se ufanaría de vivir y comer a costa de los demás,
autodefiniendo al dúo como "mangueros motorizados" .1 Ya en el
país trasandino
los viajeros "¡toman un baño con jabón!, en las aguas tibias del lago chileno Esmeralda 'hasta el pelao
se bañó', anota Granado"? Sin dudas, uno de los episodios
más significativos del periplo que no podía soslayarse en el anccdotarío,
Durante este trayecto aparece en escena un
escrito suyo que pone de manifiesto
nuevamente un odio irreprimible y la ausencia total de paz en su espíritu: "teñiré
en sangre mi arma y, loco de furia, degollaré a cuanto vencido caiga entre mis
manos. Ya siento mis narices dilatadas saboreando el acre olor de pólvora y de
sangre, de muerte enemiga"^ ¿A qué enemigo le dedicaba Guevara
semejantes párrafos si no era más que un vagabundo cuya única pelea era contra
su asma? ¿Acaso el Che tuvo posteriormente que fabricar tales rivales
para poder tener con quien "teñir de sangre su arma''' descomprimiendo su odio
íntimo?
Mientras peregrinaba a la
deriva por América
Latina, Guevara no manifiesta la menor inquietud o preocupación por asuntos
políticos, incluso, ratíficando su condición de vagabundo le escribe a su
padre desde Venezuela "Verdaderamente tengo espíritu de trotamundos y
no sería nada raro que después de este viaje me dé una vuelta por la
India y otra por Europa".*
En resumidas cuentas, el extenso
peregrinar va de Chile hasta Perú recorriendo sus principales ciudades, prosiguiendo luego por
Brasil, Venezuela e incluso, las peripecias
del viaje hicieron que Guevara pasara una estada de casi 20 días en
Miami. La aventura finaliza en agosto de 1952, cuando regresa a la Argentina con el propósito de culminar sus
avanzados estudios de medicina. El Che regresará solo, puesto que
Granado quedará trabajando en un leprosario en Venezuela.
El Che retorna a la Argentina con la
promesa de recibirse cuanto antes y volver al leprosario antedicho
y acoplarse a Granado. Su regreso se dio en el marco de un enrarecido clima político, con motivo del "luto
obligatorio" impuesto por la
dictadura de Juan Domingo Perón para glorificar a su mujer, Eva Duarte, que acababa de morir.
Resulta notable que un sujeto
presumiblemente apasionado por la lucha política
(tal la imagen que se vende popularmente de Guevara), en uno de los momento más
tensos de la trajinada vida política argentina -cuando el peronismo y el antiperonismo dividían con
odio a la sociedad- no tomara la menor
participación aún desenvolviéndose en uno de los ambientes de mayor resistencia a la dictadura de Perón, tal como lo
era la universidad. Jamás haría una
pintada, no repartiría un panfleto, no tendría la menor militancia y no
escribiría un solo renglón al respecto. Sus pasiones eran el aventurerismo, la
pereza, la falta de compromiso. Rasgos por demás extraños en alguien que luego tendría protagonismo político a escala
mundial. El biógrafo Roberto Luque
confiesa ai respecto "Me sorprende y desconcierta la abstención política en un momento como aquel de alguien como
Ernesto Guevara. Es un detalle
incongruente"'.5 Sebreli
agrega que "En su período porteño, el joven Guevara se mantuvo ausente de las discusiones
políticas de los estudiantes, así como de la bohemia literaria de los
cafés de las calles Corrientes o Viamonte de
los años cuarenta. Fue una carencia en la evolución de su pensamiento, ya que permaneció ajeno a los debates en
torno al marxismo, al surgimiento de
una nueva izquierda no estalinista, a la crítica del marxismo dogmático desde un Marx dialéctico y hegeliano
redescubierto desde diversos ángulos
por Lukács, Cramsci, Sartre, Merleau-Ponty y la escuela de Frankfurt... Recién
en la lista de sus últimas lecturas aparecieron algunos de los nuevos autores, pero ya era demasiado
tarde".6 El
biógrafo mexicano Jorge Castañeda alega que por entonces "En las
decenas de cartas escritas a sus
padres a partir de su primer viaje al extranjero... descuella la omisión radical de comentarios o apreciaciones de
cualquier signo frente a la coyuntura del momento. Prevalece en este conjunto
documental un completo vacío de reflexiones críticas o
laudatorias del Che, ya sea en relación con la actualidad
noticiosa -las reformas peronistas, el sufragio de las mujeres, el ascenso de Evita,
la reelección del general, la muerte de Evita, etcétera- o con procesos políticos
más abstractos"' J Su novia de la época, la ya mencionada Chichina alega
"por lo menos a mí no me comentada nada de política".* Su hermana, Ana
María Guevara de la Serna, respecto a la postura del Che ante el peronismo
confirma que "no tomó partido a favor ni en contra. Se mantiene como
al margen".9 Agrega Sebreli que "el joven Guevara
no participó
de la agitación estudiantil a pesar de la efervescencia de esos años, y ni
siquiera estaba afiliado al centro de estudiantes. Lo acercó a ¡a izquierda la
influencia de una compañera de estudios, Tita infante -integrante de la
Juventud Comunista-, pero no consiguió su adhesión, hecho sintomático que
muestra su poca afición por la militando política".™ El biógrafo
californiano John Lee Anderson, por su parte puntualiza: "A pesar de
los intentos posteriores de hallar señales tempranas de sus ideales socialistas
en el adolescente Ernesto Guevara, casi todos sus condiscípulos cordobeses recuerdan
su falta de interés en la política. Según su amigo José María Roque, Ernesto no
tenía 'un ideal político definido' en esa época. 'A todos nos gustaba
discutir de política, pero nunca vi a Guevara (asumir un compromiso) en
ningún sentido'"."
Al parecer, el
despolitizado Guevara era un provocador y un peleador hormonal. Esa era su verdadera política. En
palabras de una compañera: "En realidad no tenía una definición
política en cuanto a Perón... De pronto discutía con un peronista en
contra de Perón, o discutía y defendía a Perón con un
antiperonista".& Siguiendo esta inteligencia, Anderson anota que "Cuando
Ernesto expresaba una posición política, generalmente era una provocación
destinada a escandalizar a sus padres o amigos". 13 Todo indica que el Che llevaba
el conflicto en la sangre, en su alma, en su ser, no se sentía cómodo en el
marco de la concordia sino en la discordia, en el albo-roto, en la pelea. ¿El
motivo para la contienda?, eso era lo de menos.
La incipiente politización
En abril de 1953, Ernesto Guevara se recibe en la Facultad de Medicina de
la Universidad de Buenos Aires. Pero el
flamante médico,
resuelve lanzarse otra vez a las contrías con la pretensión inicial de ir a
trabajar al leprosario en Venezuela (ya visitado en su viaje anterior) en
donde estaba instalado y trabajando su amigo Granado.
Ernesto partió en tren hacia
Bolivia desde la estación de Retiro de la ciudad de Buenos Aires con un
nuevo compañero de viaje, Gálica Ferrer. El novel doctor Ernesto Guevara de
la Serna, de veinticinco años, especialista en piel, presumía dirigirse al
citado leprosorio; pero en el fondo, sabía que no tenía destino previsible ni
rumbo fijo. Ese viaje cambiaría su vida para siempre y acabaría prematuramente
también con ella.
Por entonces, Guevara, se hallaba
tironeado entre su noviazgo con Chichina y
su afición
por el turismo. La especulación no se podía dilatar mucho más y el Che tenía
que tomar una determinación. El espíritu de aventura podía más que cualquier
otra actividad y define tajantemente su posición a Chichina: "Sé
lo que te quiero y cuánto te quiero, pero no puedo sacrificar mi
libertad interior por vos; es sacrificarme a mí, y yo soy lo más importante que
hay en el mundo, ya te lo he dicho".14 Más allá de su
decisión
personal en la que nadie puede entrometerse o hacer algún reproche, puesto que la
misma forma parte de su fuero interno y afectivo, hay un rasgo en la epístola
del Che que contradice totalmente ese espíritu altruista y entregado al
prójimo que le pretenden endilgar sus apologistas al confesar: "yo soy lo
más importante que hay en el mundo ".
La cuestión es que por un
motivo u otro Guevara no se afianzó en Venezuela y de allí viajó a
Ecuador, prosiguiendo por Caracas, Panamá y Costa Rica. Las peripecias de los
viajes, la falta de metodología, las contingencias y el afán aventurero y
trashumante lo llevarán a desembocar sin un centavo en Managua. Su padre,
enterado de la indigencia de su hijo y de que había vendido su único traje para
subsistir, le envió una misiva ofreciéndole dinero. Guevara, ya médico y
acariciando la adultez, se negó a vivir a costa de sus padres y contestó: "Supongo
que a esta altura te darás cuenta de que no te voy a pedir plata aunque
me esté muriendo, y si no llega una carta mía en el momento esperado tendrás
que ser paciente y esperar, a veces ni siquiera tengo para estampillas, pero
siempre me tas arreglo perfectamente para sobrevivir... de ahora en adelante no voy a
contestar un telegrama como ése.. .".|5
Pero Ernesto padre insiste y manda a confeccionar un elegante conjunto de
traje, saco y corbata y se lo envía. La respuesta de su hijo será implacable "¿Qué
poco valor tiene la ropa argentina: me dieron sólo cien dólares por lo que me
enviaste!".^
Si bien Guevara
no era escritor y tan sólo tomaba aficionados apuntes, sus anotaciones
denotan una aguda originalidad. Al respecto Sebreli opina que "Los
aventureros suelen ser escritores que utilizan sus vivencias como materia prima
de sus obras: Lord Byron y la revolución italiana o la emancipación de
Grecia; Thomas Edward Lawrence y la guerra de los árabes; André Malraux y
la guerra civil española o la Segunda Guerra Mundial. El
Che puede
agregarse a esta nómina. Aunque no tuvo tiempo para ser un escritor cabal,
fue un ávido lector, ocasionalmente escribía poemas y cuentos y, sin
descanso, un diario personal desde sus primeros viajes juveniles hasta sus
dramáticas aventuras africana y boliviana. Sentía necesidad de escribir lo que
vivía, tal vez de vivir lo que merecía ser escrito".17 Tras vagabundear por
Centroamérica, finalmente el 24 de diciembre de 1953 Ernesto llega a Guatemala.
Allí se encuentra con su amigo Ricardo Rojo quien le presenta a Hilda
Gadea, su futura esposa, peruana, activista del ala ultraizquierdista del APRA.
Hilda estaba en Guatemala apoyando al régimen fílo-cornunista del dictador Jacobo Arbenz,
bravamente enemistado con sus opositores en
medio de una guerra civil. La joven agitadora no tardará en enamorarse de Ernesto. Éste acusa recibo
y escribe: "Hilda Gadea me
declaró su amor en forma epistolar y en forma práctica. Yo estaba con bastante asma, si no tal vez la hubiese cogido.
Le advertí que todo lo que podía
ofrecerle era un contacto casual, nada definitivo. Pareció muy avergonzada. La carlita que me dejó al irse es muy
buena, lástima que sea tan fea. Tiene
veintisiete años".
Sin embargo, Guevara, carente
de afecto, sin plata, con frecuentes ataques de asma, encuentra como único refugio a Hilda, quien siempre
solucionaba sus
problemas o lo contenía genitalmente. El radicalismo ideológico de Hilda irá forjando la
politización de Guevara hacia el marxismo.
Si bien desde pequeño el Che tuvo
influencias familiares o amigos de cuño izquierdista, en verdad, en sus
años de juventud y facultad, como vimos la política le pasaba inadvertida
y su adhesión a las quimeras marxistas le llegarán de grande y muchos
señalarán que es en Guatemala, en donde Guevara definirá su ideología de
manera concreta. Antes, para el Che, la política le era ajena o de
escaso interés.
El biógrafo cubano
Enrique Ros sostiene que el Che "hasta llegar a Guatemala no
tenía formación ideológica alguna. Era el aventurero aquel al que lo que le
interesaba era el juego de fútbol, la indiferencia y la fotografía. .. Allí
conoce a Hilda Gadea, una muchacha peruana con ideas comunistas, y es ella
quien empieza a formar ideológicamente a Guevara y quien lo presenta a una
serie de figuras del gobierno de Arbenz y hace contactos por ella también con
Nico 'el Flaco' López, el primer cubano que conoce en Guatemala".^
Es
en ese escenario de la convulsionada Guatemala, en donde Guevara es
testigo de la guerra civil que estaba viviendo ese país, el cual además estaba en
conflicto con Estados Unidos, pues Arbenz acababa de robarles a través del
eufemismo de la "expropiación", 84.000 hectáreas (tasadas en 15 millones de
dólares) de la compañía americana United Fruit. Asimismo, para defenderse
de sus opositores el presidente Arbenz había comprado arma
mentos a Europa Oriental20 no para uso decorativo sino para fusilar en masa:
mentos a Europa Oriental20 no para uso decorativo sino para fusilar en masa:
"Solamente
en el último mes del
Gobierno de Arbenz se ha calculado en más de mil los asesinados por la cheka
comunista policial" 21 Sin embargo, son famosos los reproches de Guevara hacia Artrem por
haber fusilado de manera insuficiente.
Lo cierto es que el 18 de junio de 1954 (el Che
acababa de cumplir 27 años), el general
Castillo Armas al frente del Ejército de Liberación Nacional y en medio de un bombardeo aéreo,
entró a Guatemala con el propósito deliberado de derrocar a Arbenz. Guevara lo
presenció todo y así lo describió en carta
a su madre "me divertí como un mono durante esos días. Esa sensación mágica de invulnerabilidad... me hada relamer de
gusto cuando veía la gente correr como
loca apenas venían los aviones... Aquí todo estuvo muy divertido con tiros, bombardeos, discursos y otros
matices"22 En
medio de las muertes, las bombas, los
mutilados, niños masacrados y toda la infelicidad inherente a la guerra, Guevara se sentía el hombre
más feliz y dichoso del mundo. Estos
extraños placeres y divertimentos confesados por el Che, nos permiten
catalogarlo como un sujeto que, en la hipótesis de mínima, raya en la anormalidad,
en el sentido negativo de la palabra.
Además, es también en
ese contexto en donde Guevara comienza a manifestar
su enemistad con la libertad de prensa. Con horror, el Che anota que en Guatemala "Hay cada diario... que si yo
fuera Arbenz lo cierro en cinco minutos, porque son una vergüenza y sin embargo
dicen lo que se les da la gana".23
Lo cierto es que el día que Castillo Armas entró en la ciudad, según anotó
Ernesto Guevara "/a gente lo aplaudió mucho" 24
Finalmente Árbenz huye y se refugia en la
Checoslovaquia comunista hasta que en 1960 muda a la Cuba castrista en donde
se instala definitivamente.
Por los lugares de residencia escogidos, resulta a todas luces evidente que Árbenz no se llevaba bien con la libertad.
Cuenta el biógrafo O'Donnell
que "A comienzos de 1955 la relación con Hilda se había
estabilizado. Ernesto la necesitaba para pedirle dinero de vez en cuando y,
según escribió, para satisfacer su 'necesidad urgente de una mujer dispuesta
a coger'. Para fin de año (e regaló un Martín Fierro con una dedicatoria cruel: A Hilda, para que
en el día de nuestra separación conserves un sentido de mi ambición de nuevos
horizontes y mi fatalismo militante. Ernesto.
20/01/55'. Tal desvalorización tenía que ver, en parte, con haber nacido en una cultura y en una clase social en las
que el ideal de belleza femenina
estaba a años luz de la genética aindiada de Hilda".'25 Un pariente íntimo del Che
sostiene con crudeza: "él se casa con la peruana porque necesitaba una enfermera para el asma. Y
esta mujer sabía algo de enfermería y la tomó. Cuando cierta vez la veo
entrar en una estancia de la familia (en Argentina), yo creí que era una
mucama y la hice entrar por la puerta de servicio. Era como una especie de
momia caminante"26 De Guatemala, Guevara viaja fugazmente a El Salvador
y anota "medio a pata, medio a dedo y medio (que vergüenza)
pagando" 27 Tras breve estadía, regresa a Guatemala no sin antes insistir: "Persiste
en mí el aroma de pasos vagabundos" 28
De Guatemala, el
paso siguiente será
viajar a México donde se relacionará con activistas cubanos, muchos de los
cuales habían participado del famoso Asalto al Cuartel Moneada el 26 de julio
de 1953 en la ciudad de Santiago de Cuba, sitio en que reside la jefatura del
Primer Distrito Militar del país, con el intento de derrocar a Fulgencio
Batista, un presidente-militar de cuño populista y desacreditado.
De turista pelafustán a guerrillero aficionado
Al parecer no
resulta tan cierto que Guevara, quien a la sazón deambulaba por México,
había salido de Guatemala convertido en un "revolucionario
empedernido" tal como suelen resaltar algunos biógrafos. Sí es muy posible
que en Guatemala
haya sido influido y adquirido una mayor politización, pero de ahí a
asignarle al Che una "conversión" nos parece una gran
exageración. Por
ejemplo, el biógrafo comunista Paco Ignacio Taibo II, anota que el Che en ese
momento en México es "esencialmente un vagabundo, un fotógrafo ambulante, un
investigador médico mal pagado, un exiliado permanente y un esposo intrascendente;
en una palabra un aventurero de fin de semana"29
Que en México el Che no
tenía el menor ímpetu revolucionario, lo comprueba el contenido de sus propias
cartas dirigidas a sus padres y redactadas precisamente en las tierras
aztecas: "Mi norte inmediato es Europa y el mediato Asia
¿Cómo? Ese es otro cantar" 30 Pero esta no fue una frase
aislada
extraída de una epístola perdida. Hasta tal punto su anhelo era no hacer revolución alguna
sino marcharse a cualquier parte en calidad de explorador autodidacta, que
"En tas cartas escritas a sus familiares y amigos durante los dos años pasados
en México hay ciento sesenta y una referencias a viajes posibles o
hipotéticos"31
Y ese afán peregrino por
sobre cualquier andanza revolucionaria era tan preponderante, que para
conseguir dinero para cumplir con sus renovados objetivos turísticos, tras
efectuar un desmedido esfuerzo interior, tomó la decisión de trabajar.
Consiguió empleo como fotógrafo para la Agencia Latina, financiada por Perón,
que estaba cubriendo los Juegos Panamericanos. La paga tarda en hacerse. Pero
cuando al fin llegan los honorarios es el que le lleva y trae a Fidel todo el
trajín
nuestro. Es un tipo repugnante: Fidel llega y salía corriendo a
donde estaba él y a Castro le gusta que lo adulen'"'.35 Anécdota
similar recuerda José L. Rasco, abogado que fuera llamado por Castro dada su
antigua amistad estudiantil para colaborar con la revolución cubana en
1959 una vez producida ésta, quien añade que cierto día "llega el Che
Guevara y le dice algo a Fidel, que había que proteger a un señor que estaba
acusado de que podía traicionar a la causa revolucionaria y que había que
fusilarlo. Entonces Fidel lo tomó por la solapa al señor Che Guevara y
le dijo 'Che, no seas idiota, no te acobardes, si tú quieres lo fusilas, si te
parece mejor lo pones en un avión y lo mandas para el exilio o sino lo dejas que se
pudra en la cárcel''. Esta anécdota para mi juicio, retrata como era la
sumisión del Che
Guevara a Fidel Castro en esa época ya. Siempre le tenía pánico... Podían
discutir mucho pero al final el Che siempre agachaba la cabeza"36
El plan de Castro y sus cubanos exiliados en México, consistía
en volver a Cuba y dar guerra
a las tropas de Batista y derrocarlo. El grupo rebelde se autodenominó "Movimiento 26 de julio", en
honor a! 26 de julio de 1953, fecha
del asalto al citado cuartel Moneada. Pero lo singular hasta aquí, es que Guevara
horas atrás añoraba peregrinar por Europa (cosa que no pudo hacer por falta de recursos) y momentos después de
conversar animadamente con Fidel, éste lo persuadió de que se alistara en las
filas guerrilleras rebeldes como
médico. El Che, amante del riesgo y de lo desconocido, no tardó en aceptar.
Guevara no creía en el triunfo
que Castro prometía ni tampoco se enroló en el ejército rebelde por
cuestiones ideológicas, sino por causa de su exaltado espíritu
aventurero y por las posibilidades ciertas de morir de manera absurda, aunque
romántica, justiciera, poética y acribillada por las balas, tal su insistente
anhelo. Todo esto se desprende de una de sus cartas en donde confiesa: "La
veía
(la posibilidad de triunfo) muy dudosa al enrolarme con el comandante rebelde,
al cual me ligaba, desde el principio, un lazo de romántica simpatía aventurera y la
consideración de que valía la pena morir en una playa extranjera por un ideal
tan puro".37 Señala Sebreli que Guevara "Se decidió, de
pronto,
a la acción política cuando surgió, por mero azar, la oportunidad de intervenir en la
excitante aventura de una revolución. Lo impulsó, más que los principios, la
necesidad imperiosa de hacer algo, de estar en el centro del remolino. La política
era demasiado gris y monótona para atraer a ese joven romántico, fascinado,
en cambio, por la turbulencia de la guerra revolucionaria"38 Guevara no era
ni político ni militante, y no tenía en su trajinada vida antecedente alguno de
haber siquiera repartido folletines para defender ninguna consigna. El Che se
suma a esta empresa con motivo de su desmedido e irreflexivo afán de pasar a la
posteridad inmortalizado en el bronce de los héroes. Destaca Sebrelí que "A diferencia del político que subordina su
personalidad a la causa, el aventurero toma la causa a la que se adhiere como
un medio para justificar su
existencia, expresar su personalidad, vivir más intensamente, forjar su propio mito. Lawrence hablaba de la
'elección voluntaria del mal ajeno para
perfeccionar el propio yo "!.39
En el fragor de estas exóticas aventuras
en cierne, Hilda Gadea le confiesa al Che que está embarazada. Este no
puede ocultar su pesar y anota: "Para otro tipo la cosa
sería trascendental, para mí es un episodio incómodo. Voy a tener un hijo y me
casaré con Hilda en estos días. La cosa tuvo momentos dramáticos para ella y
pesados para mí, al final se sale con la suya, según yo por poco tiempo, ella
tiene la esperanza de que sea para toda la vida"40. Al igual que su padre, Ernesto
Guevara se casará de apuro el 18 de agosto de 1955 en el registro de
Tepotzotlán. Meses después nace una nena que se llamará Hilda Guevara. Ernesto le da la
noticia a su madre por medio de una carta fechada el 25 de febrero, en unos
términos a través de los cuales no sólo no manifiesta el menor signo de ternura
para con la bebé, sino que cierra la nota con inusitada arrogancia "Lo descendiente
es realmente fea y no hace falta más que mirarla para darse cuenta de
que no es distinta de todas las niñas de su edad, llora cuando tiene hambre,
hace pis consecuencia, la luz le molesta y duerme todo el tiempo; así y todo
hay una cosa que la diferencia inmediatamente de cualquier otro bebé: su papá se
llama Ernesto Guevara"41 y con dudoso gusto agrega que la niña "Ha salido igualita a Mao
Tse Tung"42
Notas
1 Citado en O'Donnell. Pacho, Che, la vida por un
mundo mejor, Sudamericana, 2a ed.,
2005, pág. 40.
2005, pág. 40.
2
Kalfon, Fierre. Che, Ernesto
Guevara, una leyenda de nuestro siglo. Plaza & Janes
Editores, 1997, pág. 91.
Editores, 1997, pág. 91.
3 Ernesto Che Guevara, Mi primer gran viaje: de la Argentina
a Venezuela en motocicleta, Seix
Barra!, Buenos Aires, 1994, pág. 182, citado en Castañeda, Jorge G. La vida en
rojo, una biografía
del Che Guevara, Espasa, 1997. págs. 79,187.
4 Guevara Lynch, Ernesto, Mi hijo el Che, La Habana, Arte y
Literatura, 1988, pág
407,
citado en Pierre Kalfon, Che, Ernesto Guevara, una leyenda de nuestro siglo. Plaza & Janes
Editores, 1997, pág. 107.
citado en Pierre Kalfon, Che, Ernesto Guevara, una leyenda de nuestro siglo. Plaza & Janes
Editores, 1997, pág. 107.
5 Luquc Escalona, Roberto. Yo, el mejor de todos: Biografía no autorizada
del Che, G,
Ediciones Universal, Miami, 1994, pág, 54, citado en Castañeda, Jorge G. La vida en rojo, una
biografía del Che Guevara, Espasa, 1997, pág. 53.
Ediciones Universal, Miami, 1994, pág, 54, citado en Castañeda, Jorge G. La vida en rojo, una
biografía del Che Guevara, Espasa, 1997, pág. 53.
6
Sebrli Juan José.
Comediantes y mártires. Debate,
2008, págs. 141,142.
7 Castañeda, Jorge G. La
Vida en Rojo, una biografió del Che Guevara, Espasa, 1997, pág. 54.
8 Guevara Lynch, Ernesto, Mí hijo el Che, Planeta, Madrid, 1981, pág.
148, citado
Castañeda, Jorge G. La vida en rojo, una biografía del Che Guevara, Espasa, 1997, pág, 54.
Castañeda, Jorge G. La vida en rojo, una biografía del Che Guevara, Espasa, 1997, pág, 54.
9 Citado por Korol, Claudia, El Che y tos argentinos. Diógenes, Bs.
As., 1989, pág. 67, cita
do en Díaz Araujo, Enrique, Ernesto Guevara de la Serna, Aristócrata, aventurero y comunis
ta, Ediciones del Verbo Encarnado. San Rafael, Mendoza, 2008, pág. 222.
do en Díaz Araujo, Enrique, Ernesto Guevara de la Serna, Aristócrata, aventurero y comunis
ta, Ediciones del Verbo Encarnado. San Rafael, Mendoza, 2008, pág. 222.
10 Scbréli,
Juan José. Comediantes y mártires. Deba!», 2008, pág. 128/129,
11 Anderson, Jon Lee, Che, una vida revolucionaria, Emecé, Bs. As.,
1997, pág. 49.
12 Adys Cupull y Frailan González,
Ernestito, Vivo y Presente, Iconografía testimoniada de
la infancia y la juventud de Ernesto Che Guevara J928-I953, Editora Política, La Habana,
1989, pág. 111, citado en Castañeda, Jorge G. La vida en rojo, una biografía del Che Guevara,
Espasa, 1997, pág. 54.
la infancia y la juventud de Ernesto Che Guevara J928-I953, Editora Política, La Habana,
1989, pág. 111, citado en Castañeda, Jorge G. La vida en rojo, una biografía del Che Guevara,
Espasa, 1997, pág. 54.
13 Anderson, Jon Lee, Che,
una vida revolucionaria, Emecé, Bs. As., 1997, pág. 48.
14 Ernesto Guevara de la Serna a Chichina
Ferreira, 5 de diciembre de 1951, citado en Castañeda,
Jorge G. La vida en rojo, una biografía del Che Guevara, Espasa, 1997,
pág. 61.
15 O'Donnell. Pacho, Che,
la vida por un mundo mejor. Sudamericana, 2" ed., 2005, pág. 73.
16 O'Donnetl. Pacho, Che,
la vida por un mundo mejor, Sudamericana, T ed., 2005, pág. 73.
17 Sebreli, Juan José. Crítica de las ideas
políticas argentinas, Sudamericana, 4*. ed,, 2003, pág. 379.
18 O'Donnell, Pacho. Che,
la vida por un mundo mejor. Sudamericana, 2a ed., 2005, pág. 77.
19 Enrique Ros,
Investigador. Autor de "Ernesto Guevara, mito o realidad. Caimán
Productions, Instituto de la memoria histórica cubana contra el totalitarismo, Guevara:
Anatomía de un mito.
Productions, Instituto de la memoria histórica cubana contra el totalitarismo, Guevara:
Anatomía de un mito.
20 Gott, Richard, Las
guerrillas en América Latina, Santiago de Chile,
Universitaria, !971,
pág, 42, citado en Díaz Araujo, Enrique, Ernesto Guevara de la Serna, Aristócrata, aventure
ro y comunista, Ediciones del Verbo Encarnado. San Rafael, Mendoza, 2008, pág. 310.
pág, 42, citado en Díaz Araujo, Enrique, Ernesto Guevara de la Serna, Aristócrata, aventure
ro y comunista, Ediciones del Verbo Encarnado. San Rafael, Mendoza, 2008, pág. 310.
21 Lautaro, Silva- La herida roja de América, Handicap.
Santiago de Chile, 1959, pág. 484, citado Díaz Araujo, Enrique, Ernesto Guevara de
la Serna, Aristócrata, aventurero y comunista. Ediciones del
Verbo Encamado, San Rafael, Mendoza, 2008, pág. 323.
22 Ernesto Guevara de la Serna a
Celia de la Serna de Guevara, 4 de julio, 1954, cita
do en Castañeda, Jorge G. La vida en rojo, una biografía del Che Guevara, Bspasa, 1997,
pág. 99.
do en Castañeda, Jorge G. La vida en rojo, una biografía del Che Guevara, Bspasa, 1997,
pág. 99.
23 Citado en Kalfon, Pierre. Che,
Ernesto Guevara, una leyenda de nuestro siglo, Plaza &
Janes Editores, 1997, pág. 127.
Janes Editores, 1997, pág. 127.
24 Anderson, Jon Lee, Una
vida revolucionaria, Emecé, Bs. As., 1997, pág.166.
25 O'Donnell, Pacho. Che. la vida por un mundo
mejor. Sudamericana,2* ed.,2005, pág. 84.
26 Documentos y archivos del autor. El testimoniante
quiso preservar su identidad.
27 Kalfon, Pierre. Che, Ernesto Guevara, una leyenda
de nuestro siglo. Plaza & Janes
Editores, 1997, pág. 134.
Editores, 1997, pág. 134.
28 Gadea, Hilda. Años decisivos,
México,
Aguilar, 1972, pág. 226, citada en Pierre Kalfon,
Che. Ernesto Guevara, una leyenda de nuestro siglo. Plaza & Janes Editores, 1997, pág. 134.
Che. Ernesto Guevara, una leyenda de nuestro siglo. Plaza & Janes Editores, 1997, pág. 134.
29 Paco Ignacio Taibo II, "Estaciones
de Paso: El Che Guevara en México", en El
Universal, México, febrero 1996, citado en Castañeda, Jorge G. La vida en rojo, una biogra
fía del Che Guevara, Espasa, 1997, pág. 104.
Universal, México, febrero 1996, citado en Castañeda, Jorge G. La vida en rojo, una biogra
fía del Che Guevara, Espasa, 1997, pág. 104.
30 Kalfon, Pierre. Che,
Ernesto Guevara, una leyenda de nuestro siglo. Plaza & Janes Editores,
1997, pág. 145.
31 Guevara, Ernesto. Obras
Completas, ed. Cit. Sebreli, Juan José. Comediantes y mártires.
Debate, 2008, pág. 134.
32 Kalfon, Pierre. Che,
Ernesto Guevara, una leyenda de nuestro siglo. Plaza & Janes Editores,
1997, pág.
152.
33 Castañeda, Jorge O.
La vida en rojo, una biografía del Che Guevara, Espasa, 1997,
pág. 105.
pág. 105.
34 O'DonnelI, Pacho. Che, la vida por un mundo mejor, Sudamericana.
2" ed., 2005, pág. 85.
35 Lázaro Guerra, militante en los movimientos revolucionarios en Cuba, estuvo exiliado
35 Lázaro Guerra, militante en los movimientos revolucionarios en Cuba, estuvo exiliado
en México,
Sobreviviente de la expedición del Corintia. Caimán Productions, Instituto de
la memoria
histórica cubana contra ei totalitarismo, Guevara: Anatomía de un mito.
36 José L Rasco, abogado, compañero de Fidel Castro
durante 11 años de !a etapa estudian
til. Llamado por éste a colaborar con la revolución en 1959. Caimán Productions, Instituto de
la memoria histérica cubana contra el totalitarismo. Guevara: Anatomía de un mito.
til. Llamado por éste a colaborar con la revolución en 1959. Caimán Productions, Instituto de
la memoria histérica cubana contra el totalitarismo. Guevara: Anatomía de un mito.
37 Ernesto Che Guevara,
Pasajes de la guerra revolucionaria en Obras ¡957-1967, pág.
193, citado en Kalfon, Pierrc, Che, Ernesto Guevara, una leyenda de nuestro siglo, Plaza &
Janes Editores, 1997, pág. 156.
193, citado en Kalfon, Pierrc, Che, Ernesto Guevara, una leyenda de nuestro siglo, Plaza &
Janes Editores, 1997, pág. 156.
38 Sebreli, Juan José. Comediantes y
mártires, Debate, 2008, pág. 130.
39 Lawrence, Thomas Edgard. Seven PiUars of
Wisdom. 1926. Hay trad. Casi: Los siete pilares de
la sabiduría. Sur. Bs. As., 1955, citado en Sebreli, Juan José. Comediantes
y mártires,
Debate,
2008, pág. 128.
40 O'DonnelI, Pacho. Che,
la vida por un mundo mejor, Sudamericana, 2* ed., 2005, pág. 85.
41 O'DonnelI, Pacho. Che,
la vida por un mundo mejor, Sudamericana, 2* ed., 2005, pág. 89.
42 Kalfon, Pierre. Che, Ernesto Guevara, una
leyenda de nuestro siglo. Plaza & Janes Editores, 1997, pág. 165.