domingo, 15 de enero de 2017

"EL CANALLA" Capítulo 3 y 4


 
Solo con el fin de que en esta nación y en el mundo, de una vez por todas se "TERMINE DE IDOLATRAR" a quien ninguna  condición mas que delinquir pudo reunir, y hartos de ver y soportar cuerpos con imágenes tatuadas y pintarrajeadas o exhibiendo remeritas en las que sobresale su impresentable figura, que de por sí, no son nada mas que ideales de "FACHEROS ESTUPIDOS", intentamos "tachar" y desmentir lo se agrava con la del "CHE GUEVARA". Fue  esa la causas que nos hizo subir al blog, el relato del libro "EL CANALLA" de NICOLAS MARQUEZ. Tratando de influir en algún compatriota, a que evite tan demencial actos, con lo que se demuestra lastimosamente "amor a un asesino" y se conozca al "CHE", quién fue, que pensaba, que hizo o al menos a cuantos mató. Capítulos del libro completo podrá así leer y analizar semanalmente. Nuestro objetivo a la vez se irá formalizado guardado íntegramente y recurrirse cuando el lector desee recordar quién fue y que hizo este deplorable asesino, del cual se ha fabricado un "IDEALISTA", imitado por una buena cantidad de Argentinos para iniciar la Guerra parecida en los 60/70 del siglo pasado. Por el joven abogado NICOLAS MARQUEZ fue escrita esta investigación y mejores explicaciones que las nuestran recibirán de él.
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Capítulo III

La Cuba prerrevolucionaria de Fulgencio Batista
Situación instituciona
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Tras años de sobresaltos, recién en 1940 se sanciona en Cuba una nueva Constitución que, aunque con sesgos dirigistas en lo económico, logró brindar estabilidad a la isla en un marco más o menos institucionalizado. Los mandatos presidenciales duraban cuatro años sin reelección y eran elegidos por medio del sufragio popular. De este modo, surgieron tres presidentes elec¬tos. El primero de ellos fue precisamente Fulgencio Batista (1940/1944), quien entregó el poder al doctor Ramón Grau San Martín (1944/1948) y éste a su vez al doctor Frío Socarras (del partido de los "Auténticos"). Faltaban menos de tres meses para las nuevas elecciones en Cuba (previstas para junio de 1952) y Batista, quien otra vez se presentaba como candidato, temeroso porque las encuestas no le aseguraban una victoria (el favorito parecía ser el candidato del Partido "Ortodoxo"), pegó el zarpazo con un golpe de estado que no tuvo apoyo popular, pero tampoco defensa alguna del presidente depuesto.
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Al año del golpe, en 1953, se produjo el famoso asalto insurreccional al cuartel Moneada, el cual estuvo comandado por un abogado llamado Fidel Castro (militante del Partido Ortodoxo), quien tras el episodio fue detenido y condenado a 15 años de prisión. Su alegato durante el juicio que se le efectuó, fue popularmente conocido y publicado bajo el título "La historia me absolverá", cuyo contenido fue una férrea defensa de la Constitución demo¬crática de 1940. Estos y otros episodios que iremos viendo, forjarán en la opinión pública la imagen de un Fidel Castro rebelde que luchaba contra Batista en pro de una democracia republicana y anticomunista. Es más, el Partido Socialista Popular -PSP- (nombre que tenía el Partido Comunista cubano dependiente de la URSS), repudió el asalto al cuartel Moneada y Castro por entonces aclaró: "Todo el país sabe quién organizó, inspiró y dirigió la acción contra los cuarteles y sabe que los comunistas no tienen nada que ver".'
Batista (hombre demonizado por la historiografía comunista a pesar de que su nivel de autoritarismo fue por lejos inferior al que vino después de su gestión) el 15 de mayo de 1955 indultó a su enemigo Fidel Castro y sus compañeros. De su condena de 15 años, Castro cumplió sólo uno y medio. Los indultados marcharon a Estados Unidos y luego a México, donde Fidel anunció públicamente que continuaría la lucha hasta el derrocamiento de su indultador.
Exceptuando el golpe de 1952 (en donde Batista gobernó ilegítimamente hasta 1954), el propio Batista siendo presidente de tacto convocó a elecciones para presidente y se consagró como tal el 24 de febrero de 1955 (su man¬dato vencería en febrero de 1959). Durante estas últimas elecciones surge una polémica, puesto que Grau San Martín, el candidato de la oposición, al advertir que no ganaba se retiró de los comicios antes de que estos se celebrasen, pretextando que Batista no brindaba garantías en cuanto a la pureza del acto electoral. Lo cierto es que Batista gobernó legítimamente entre 1940 y 1944 e ilegítimamente dos años (entre 1952 y 1954). Luego, sobre las elecciones de 1955, la ausencia de candidato opositor ensombreció la elección y despertó polémicas acerca de la legitimidad de este último período gubernamental que vencería en 4 años. En noviembre de 1958 se llamó nuevamente a elecciones sin la participación de Batista (ya que la reelección era impedida por la constitución cubana) y el Dr. Andrés Rivero Agüero sería entonces el ganador de los comicios, aunque no llegaría a asumir la presidencia precisamente por la revolución castro-guevarista del 1 de enero de 1959.
El sistema imperante en la Cuba pre-revolucionaria, aunque arbitrario y corrupto, era, sin lugar a la más mínima duda, extremadamente mejor que el terrorismo de estado de inspiración esclavista que imperó (e impera) en Cuba tras la estafa de la revolución de 1959. Un ejemplo doméstico: Batista indultó a sus conspiradores. El castrismo se cansó no de indultar sino de fusilar disidentes por miles, incluyendo famélicos cubanos que escapaban de la isla en balsas tan arte sánales como desvencijadas.
Pero más allá de que Batista haya sido gobernante ilegítimo durante dos años, luego llamaría a elecciones, aunque polémicas, eran elecciones al fin, con mandato limitado a 4 años y sin posibilidad de reelección. Inversamente, Fidel Castro es gobernante ilegítimo desde hace más de 50 años y la única elección que hubo en Cuba desde entonces, la hizo él mismo con su dedo, al designar a su hermanito Raúl como presidente de Cuba en el año 2008 a efectos de prolongar la dinastía detentada por la familia Castro Ruz.
Sin embargo, los detractores de Batista alegarán que desde 1933 (año en que Batista se consagraba jefe militar), él tenía más poder que el presidente formal. Puede ser que esto sea cierto y forma parte del penoso panorama polí¬tico que desde siempre vivió el grueso de la des institucionalizada América latina. Empero, durante esos 17 años en los cuales presumiblemente Batista ejercería un poder en las sombras, abolió la pena de muerte (reinstaurada por el castro-guevarismo a partir de 1959) y en mayo de 1955 se decretó una amplia amnistía en favor de todos los presos políticos que habían intentado derrocarlo un año atrás en el asalto a la Moneada. Batista no fue bueno para Cuba. Pero siempre se puede estar peor.
Situación económica
¿Y cuál era la situación económica de Cuba al momento de producirse la Revolución? Esta pregunta resulta más que interesante puesto que el mito promovido por la progresía latinoamericana pretende hacer creer que en 1959 Cuba era una región compuesta por una paupérrima aldea habitada por menesterosos, cuyas miserables chozas sólo contrastaban con suntuosos casinos y hoteles para que los americanos ricos disfrutaran del juego y la prostitución. Este embuste, desmentido del derecho y del revés por un sinfín de datos objetivos, no es más que otra de las tantísimas engañifas fabricadas por el castro-guevarismo Tanto es así que "El Atlas de Economía Mundial de Ginsburg", colocaba al finalizar la década de los cincuenta a Cuba en el lugar 22 entre las 122 naciones escrutadas2 constituyéndose en el tercer país con mayor ingreso per cápita de Latinoamérica (después de Argentina y Uruguay). Según lo señalaba el economista H. T. Oshima, de la Universidad de Stanford, en 1953 el ingreso per cápita de los cubanos era semejante al de Italia?, aunque las oportunidades personales parecían ser más generosas en la isla de) Caribe que en la península Europea. ¿Cómo demostrarlo?, pues en 1959 "en la embajada cubana en Roma había doce mil solicitudes de otros tantos italianos deseosos de instalarse en Cuba"4 situación que en la actualidad se torna inimaginable. Castañeda por su parte nos agrega que "la cubana era una sociedad con una clase media urbana relativamente amplia.,, y, en términos latinoamericanos, más bien próspera"5 y esto es tan cierto, que la capacidad de importación per cápita de los cubanos en 1958 era un 66% más elevada que en 1946 a lo que cabe agregar que según "La Misión Económica y Técnica del Banco Internacional para la Reconstrucción y el Desarrollo" (dependiente de la Secretaría de Comercio de los EE.UU.) en 1951 informaba que en Cuba "los niveles de vida de los campesinos, trabajadores agrícolas, obreros industriales, pequeños comerciantes e individuos de otras categorías, son todos ellos más elevados que los de los grupos similares de otros países tropicales y de casi todos los demás países de Latinoamérica" y "El sistema de transportes y los mercados nacionales de Cuba eran los más desarrollados de Hispanoamérica. En 1956 Cuba poseía tres veces más líneas de ferrocarriles por kilómetro cuadrado que los Estados Unidos"7 Asimismo, cabe destacar las estadísticas publicadas por la Organización Internacional del Trabajo en Ginebra que informaban que en la Cuba de 1958 "el salario medio por jornada de ocho horas era de 3 dólares... equivalía a 2,70 en Bélgica, 2,86 en Dinamarca, 1,74 en Francia, 1,73 en Alemania Occidental y 4,06 en los Estados Unidos. Las mismas estadísticas de la OTT mostraban que los trabajadores cubanos percibían un 66,6% del producto nacional bruto, comparado con el 57,2% en la Argentina, el 47,9% en el Brasil y el 70,1% en los Estados Unidos".8
En cuanto al divulgado mito de que antes de 1959 Cuba era un mero "satélite financiero de EE.UU." y que la isla estaba "asfixiada por inversiones americanas" (como si dichas inversiones fuesen algo negativo) basta con enunciar que en 1958 "sólo el 5% del capital invertido en Cuba era norteamericano y, de una fuerza de trabajo de aproximadamente dos millones de individuos, sólo poco más de setenta mil eran obreros y empleados permanentes de empresas norteamericanas"9 Incluso, la tendencia hegemónica que iban teniendo los capitales autóctonos venía creciendo a toda marcha desde antaño: "El control estadounidense de la industria azucarera cubana descendió de un 70% aproximadamente, en 1928, al 35% en 1958".10 Con idéntica directriz "En 1935, de 161 centrales azucareras sólo 40 eran de propiedad cubana. En 1958,121 ya estaban en poder de los criollos. En ese mismo año apenas el 14% del capital (y con síntomas de reducirse paulatinamente) estaba en manos norteamericanas. En 1939 los bancos cubemos sólo manejaban el 23% de los depósitos privados. En 1958 ese porcentaje había aumentando al 61".11 En 1957 "El conjunto de la pequeña burguesía se amplió hasta pasar a ser uno de los mayores de Hispanoamérica" y "Entre mediados de 1952 y 1957 el ahorro y depósitos a plazo fijo de los bancos se elevaron de 140 a 385.5 millones de dólares".12 El crecimiento era tan auspicioso que en 1952 "la construcción privada sumaba 53 millones de dólares anuales y la pública 76 millones. En 1957 las cifras correspondientes eran 77y 195 millones".13
En materia alimentaria, desde 1953 "Cuba había acusado un superávit en la exportación de maíz, legumbres y hortalizas de invierno, cítricos, café y otros productos, y se autoabastecía en carnes de res y de cerdo, aves de corral, leche fresca, leche en polvo y condensada, queso y mantequilla. El arroz y los frijoles habían registrado incrementos sustanciales".14 En mayo de 1962 la publicación del gobierno norteamericano "Agr¡cultural and Food Situation in Cuba" afirmaba que en 1959 "los cubanos se contaban entre los pueblos mejor alimentados del mundo"15 Incluso, el posicionamiento alimentario era tan auspicioso que "Antes de 1959 la ingestión de calorías en Cuba, de acuerdo con el citado libro de Ginsburg, sobrepasaba en un 10% los límites mínimos que marcaba la FAO: 2.500 calorías per cápita al dia".16
Situación sanitaria y educacional
"La gran victoria de la revolución cubana fue en los sectores de educación y salud"17 arengó Fidel Castro durante su estada en Río de Janeiro en marzo de 1990. Sin dudas, este es el mito más exitoso que todavía se animan a defender los apologistas del castro-guevarismo. Sin embargo esto es absolutamente falso. En 1959 los números en ambas materias eran descollantes: "del porcentaje de personas que sabían leer y escribir, Cuba figuraba en el primer lugar de los países hispanoamericanos. Era el primero en cuanto al porcentaje del ingreso nacional invertido en instrucción''18 contando con la formidable cifra de un 80% de población alfabetizada (índice envidiable para la época).19 En otras áreas de gran importancia relacionadas con la educación, tal como lo son las letras, el citado Anuario Estadístico de América latina en 1984 nos informa que "Cuba en el año 1959 estaba entre los cinco primeros países de Iberoamérica en publicaciones de prensa con una circulación diaria de 101 ejemplares por cada mil habitantes".20 En materia de comunicaciones, antes de la revolución la situación era sobresaliente: "Había un aparato de radio por cada cinco habitantes, un televisor por cada veinte, un automóvil por cada veintisiete y un teléfono por cada veintiocho. Irónicamente el elemento de la antigua prosperidad de Cuba heredado por Castro le ayudó a mantener su dominio sobre el pueblo. Ninguna otra nación, a excepción de los Estados Unidos, tenía tantos televisores per cápita como Cuba. En comparación, la Rusia Soviética tiene uno por cada mil habitantes y China sólo uno por cada diez mil 21 En el campo de la sanidad pública, Cuba contaba con "el doble de médicos y cirujanos en relación con la población (y el doble de maestros) y una tasa de mortalidad infantil y general inferior a la de los Estados Unidos. La tasa de mortalidad anual, de sólo el 15 por 1000, era excepcionalmente baja... Cuba tenía una proporción de médicos y dentistas -entre ellos algunos de los mejores del mundo- más elevada que la de ningún otro país de la zona del Caribe"22 a la vez que en 1953 "países como Holanda, Francia, Reino Unido y Finlandia contaban proporcionalmente con menos médicos y dentistas que Cuba, circunstancia que en gran medida explica la alta longevidad de los cubanos de entonces y el bajísimo promedio de niños muertos durante el parto o los primeros treinta dios".23 Según informe de las Naciones Unidas, la cantidad de médicos por habitantes en la Cuba de 1958 (con una población de 6,6 millones) duplicaba el número de médicos existentes en e! conjunto de las demás naciones del Caribe con notable escala ascendente, aumentando de 3.100 en 1948 a 6.400 en 1958: más del doble en diez años. Otro dato: la esperanza de vida en Cuba, antes de Castro, era de 62 años superando a principios de la década del 50, a España, Portugal, Grecia y Japón y al de la mayoría de las naciones latinoamericanas .25 A modo de parangón, la expectativa de vida en Brasil era entonces de 55 años.26 ¿Qué demuestra todo esto?, que la salud y la educación en Cuba eran dos institutos que ya antes de 1959 destacaban por su excelencia. No fue la revolución de 1959 artífice de esos "logros". Su único mérito (en el caso de existir tal cosa) consistió en haber conservado esos excelentes guarismos preexistentes al experimento revolucionario. Vale decir, en la hipótesis de máxima la revolución de 1959 se encargó de no destruir el buen posicionamiento que ya se tenía en estas dos materias. Algo que además es discutible tal como lo veremos más adelante.
Pero queda claro que el problema de la Cuba batistiana no era de orden económico, ni educacional, ni tecnológico ni de sanidad: sino de tinte institucional.
Cuba gozaba de gran prosperidad, sin dudas, pero estaba manejada por un gobierno corrupto con inequívocos rasgos autoritarios (sobre todo en la segunda administración de Batista) los cuales irritaban, con razón, a gran parte de la población.
Notas
1 Daily Worker, Nueva York, 5 y 10 (fe agosto de 1953, citado en La vida en rojo, una biografía del Che Guevara, Jorge O. Castañeda, Espasa, 1997, pág. 111.
2 Apuleyo Mendoza. Plinio; Montaner, Carlos Alberto; Vargas Llosa, Alvaro, Manual del
Perfecto Idiota Latinoamericano, Ed. Ailántida. Mendoza, 1996, pág. ISO.
3 Apuleyo Mendoza. Plinto; Montaner, Carlos Alberto; Vargas Llosa, Alvaro. Manual del
Perfecto Idiota Latinoamericano, Ed. Atlántida. Mendoza, 1996, pág. ISO.
4 Apuleyo Mendoza, Pimío; Montaner. Carlos Alberto; Vargas Llosa, Alvaro. Manual del
Perfecto Idiota Latinoamericano, Ed. Atlántida. Mendoza, 1996, pág. 150.
5 Castañeda, Jorge G. La vida en rojo, una biografía del Che Guevara, Espasa,1997, págs. 108,109,
6 Apuleyo Mendoza, Plinio: Montaner, Carlos Alberto; Vargas Llosa. Alvaro. Manual del Perfecto Idiota Latinoamericano, Ed. Atlántida. Mendoza, 1996, pág. 150.
7 (Secretaría de Comercio de los Estados Unidos, Investment in Coba -Washington, D.C.: Government Pringtin Ofice, 1956, pág. 184, citado en Daga en el corazón, Cuba traicionada. Mario Lazo, Minerva Books, Ltd.,1972, pág. 86.
8 Ernest Schwartz. "Sorne Observatios on Labor Organizaron in the Caribbean". en The
Caríbbean: hs Economy (Gainesville, Florida: üniversity of Florida Press, 1954), pág. 167. citado en Daga en el corazón. Cuba traicionada. Mario Lazo, Minerva Books, Ltd., 1972, pág. 87.
9Alvarez Díaz, José R. Trayectoria de Castro: encumbramiento y derrumbe. Editorial
A.I.P., Miami, 1964, pág. 11, Secretaria de Comercio de los Estados Unidos, US. Investments
in the Latín American Economy, Washington, DC. Government Printing Office, 1957 pág.75,
citado en Daga en el corazón, Cuba traicionada. Mario Lazo, Minerva Books, Ltd., 1972,
pág. 88.
10 Secretaría de Comercio de lo» Estados Unidos. Investment in Cuba p. 37, Theodore
Draper, Castroism: Theory and Practice. NY: Frederíck A. Praeger, 1965, pág. 109, citado en
Daga en el corazón, Cuba traicionada. Mario Lazo, Minerva Books, Ltd., 1972, pág. 89.
111 Apuleyo Mendoza, Plinio; Montaner, Carlos Alberto; Vargas Llosa, Alvaro. Manual del
Perfecto Idiota Latinoamericano, Ed. Atlántida. Mendoza, 1996, pág, 152.
122 MacGaffey y Bamett, Twentieth Century Cuba p.225. citado en Daga en el corazón,
Cuba traicionada. Mario Lazo, Minerva Books, Ltd., 1972, pág. 90.
13 MacGaffey y Barnett, Twentieth Century Cuba, p. 100, citado en Daga en el corazón,
Cuba traicionada. Mario Lazo, Minerva Books, Ltd., 1972, pág. 91.
W4Lazo, Mario. Daga en el corazón. Cuba traicionada, Minerva Books, Ltd., 1972, págs. 406,407,408.
15 Lazo, Mario. Daga en el corazón, Cuba traicionada, Minerva Books, Ltd., 1972, págs. 406,407,408.
16 Apuleyo Mendoza, Plinio; Montaner, Carlos Alberto; Vargas Llosa, Alvaro. Manual del Perfecto idiota Latinoamericano, Ed. Atlántida. Mendoza, 1996, pág. 156.
17 Últimas Noticias, 20 de marzo de 1990.9. 24, citado en Torres Mega, Atexander, prof. En las puertas del infierno cubano. Ediciones Flashes Culturales, Uruguay. 1990, pág. 59.
18 Secretaría de Comercio de los Estados Unidos, Investemnt in Cuba, pág. 183, citado en Daga en el corazón, Cuba traicionada, Mario Lazo, Minerva Books, Ltd., 1972, pág. 97.
19 Apuleyo Mendoza, Plinio; Montaner, Carlos Alberto; Vargas Liosa, Alvaro. Manual del Perfecto Idiota Latinoamericano, Ed. Atlántida. Mendoza, 1996, pág. 150.
20 Citado en "En las puertas del infierno cubano". Prof. Alexander Torres Mega. Ediciones
Flashes Culturales, Uruguay, 1990, págs. 42/44.
21 Lazo, Mario. Daga en el corazón, Cuba traicionada, Minerva Books, Ltd., 1972, pág.
100.
22 Lazo, Mario. Daga en el corazón. Cuta traicionada, Minerva Books. Ltd., 1972, págs.
97,100.
23 Conforme el Atlas de Guinzburg citado en Manual del Perfecto idiota Latinoamericano.
Apuleyo Mendoza, Plinio; Mendoza, Carlos Alberto Montaner, Alvaro Vargas Llosa, Ed.
Atlántida, 1996, pág. 150.
24 Ver Tendencias políticas de la Población Mundial de la ONU 1977. Vol 1, tabla 75, cita¬
do Torres Mega, Alexander, prof. En las puertas del infierno cubano, Ediciones Flashes
Culturales, Uruguay, 1990, pág. 60.
25 Luxemburg 2-3, citado en Torres Mega, Alexander, prof. En las puertas del infierno cubano. Ediciones Flashes Culturales. Uruguay, 1990, pág. 60.
26 Conjuntura Económica, Fnndacao Getulio Vargas, diciembre de 1987, pág. 128, citado en Torres Mega, Alexander, prof. En las puertas del infierno cubana, Ediciones Flashes Culturales, Uruguay, 1990, pág. 60.
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 Capítulo IV
Sed de sangre en Sierra Maestra
Los preparativos en México
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En México, en medio de los preparativos y reuniones conspirativas para llevar adelante la embestida, Castro a fin de conseguir fondos para financiar la guerrilla, partió de las tierras aztecas en octubre no hacia la URSS, sino al demonizado "imperio" estadounidense en "donde la colonia de refugiados cubanos es importante, para llevar a cabo una colecta de fondos de casi dos meses de duración. El 80 por ciento de las sumas obtenidas servirán para comprar armas, el resto se destinará afines de organización y propaganda. Filadelfia, Nueva Jersey, Connecticut y, antes de Florida, Nueva York. Allí, el 30 de octubre de 1955, Fidel Castro se compromete públicamente a desembarcar en Cuba antes de que finalice 1956".1
Una vez obtenido el acaudalado esponsoreo en el país del norte, Fidel se encargó de organizar durante meses los entrenamientos de las milicias rebeldes en México, cuya instrucción estuvo a cargo del experimentado coronel Alberto Bayo quien gozaba de un extenso curriculum militar. Bayo, residente en México, había nacido en Cuba pero criado en España, fue graduado en la Academia de Infantería primero y en la Escuela Militar de Aviación después; además había sido capitán de la Legión Extranjera en la lucha española contra los moros africanos y durante la Guerra Civil había formado parte de las milicias republicanas. Este capacitado coronel fue el instructor de la Academia Militar castrista en Guadalajara.
Para llevar adelante el adoctrinamiento, se alquiló una finca en el distrito de Chalco con una extensión de nueve kilómetros de largo por quince de ancho sobre las montañas cubiertas de espesa vegetación, alejada de la urbanidad y la civilización para despejar sospechas y avistamientos. Allí fueron a instalarse cerca de cíen guerrilleros para recibir rígidas clases teórico-prácticas por el lapso de tres intensivos meses, en donde se enseñaron y practicaron todos los dogmas de la guerra de guerrillas. Las armas compradas eran buenas y suficientes. Los alumnos aprendieron a usar pistolas, rifles, ametralladoras. También se los instruyó en el arte de fabricar bombas para volar barricadas, aviones o tanques. El ánimo de las milicias era de euforia y excitación. Guevara, a pesar del asma, marchaba y se entrenaba con destaque a la par de sus cantaradas o incluso de un modo más aguerrido. Según el jefe instructor, el citado coronel Bayo, Guevara era el que más empeño ponía.
La incomodidad, el ascetismo, la dureza, eran para Guevara más que un sacrificio o un fastidio, una motivación. ¿A qué obedece esta simpatía por la incomodidad y la falta de confort? Por un lado a ese mencionado afán de probarse y desafiarse a sí mismo, por otro, anota Sebreli que esta tendencia hay que buscarla en su niñez: "Parte de su infancia transcurrió en la selva de Misiones, región cercana a la que habría de morir. Las sierras de Córdoba, donde pasó gran parte de sus adolescencia, y las temporadas de vacaciones en las estancias de los abuelos, lo habituaron a los paisajes agrestes; en las ciudades se sentía un extraño".2 En cuanto a la incipiente instrucción de los milicianos, relata Castañeda que los entrenamientos, al principio eran "algo rudimentarios y frívolos -caminatas por la Avenida Insurgentes, remar en el lago de Chapultepec; reducción de peso y ejercicio bajo la conducción de un practicante de lucha libre, Arsacio Venegas, luego más serios en las afueras de la capital de la República, en el rancho Santa Rosa, municipio de Chuleo, donde se monta todo un campamento".3 A mediados de enero, el Movimiento 26 de julio alquila "seis pequeñas casas donde se impone un régimen cuartelario, tan monástico como compartimentados. Estudios de temas militares o revolucionarios, salidas vigiladas, siempre en pareja, comidas a horas fijas. Nada de alcohol, nada de llamadas telefónicas4 Progresivamente el entrenamiento se tornaba cada vez más rígido: "Toque de diana a las cinco de la mañana e intensas actividades teóricas y prácticas hasta el anochecer. Todo el mundo duerme sobre suelo duro, cuando duerme, pues las marchas nocturnas se multiplican, con cargas cada vez más pesadas a la espalda. A veces la tropa se separa de dos bandos que fingen enfrentarse, para reproducir mejor las condiciones de los combates que pueden esperarlos en la sierra cubana" 5
El 24 de junio el Che y varios de sus camaradas, acusados de pergeñar una conspiración comunista para llevar adelante en Cuba, caerían presos en una redada policial, aunque saldrían a los pocos días sin mayores sobresaltos. Castro contestaría la imputación de "comunistas" que sobre ellos recala alegando que era una "acusación absurda" y envía al semanario Bohemia (de mayor tirada en la Cuba de entonces), publicado el 15 de julio de 1956 un largo artículo donde recuerda que, por el contrario, "fue Batista quien en las elecciones de 1940 fue candidato oficial del partido comunista y que su gobierno actual incluye numerosos comunistas".6 Como vemos, Castro en todo momento intenta despegarse de la etiqueta comunista. Esta será una conducta reiterada en él, no sólo durante la lucha contra Batista sino durante los primeros meses de su gobierno, una vez triunfada la revolución.
Batista, como todo populista, era ambivalente. Si bien algunos lo sindican como un militar derechista, lo cierto es que como bien lo denunciara Castro, en su estructura de poder colaboraban muchos comunistas. En verdad, Batista era un intervencionista con rasgos autoritarios sin demasiada carga ideológica. En cambio, los rebeldes comandados por Castro que habían intentado derrocarlo en 1953 y ahora renovaban la apuesta, se presentaban públicamente como demócratas antimarxistas que pretendían reinstaurar la Constitución de 1940, el mecanismo republicano y el sistema electoral sin sospechas de fraude.
En tanto Guevara, el 15 de julio, escribe una carta muy sincera a su madre, en donde brinda una autodefinición de su persona "No soy Cristo ni un filántropo, vieja, soy todo lo contrario de un Cristo... Lucho por las cosas en las que creo, con todas las armas de que dispongo, y trato de dejar muerto al otro... Lo que más me aterra es tu falta de comprensión de todo esto y tus consejos de moderación... es decir las cualidades más execrables que puede tener un individuo. No sólo no soy moderado sino que trataré de no serlo nunca, y cuando reconozca que la llama sagrada en mi interior se ha convertido en una tímida lucecita votiva lo menos que puedo hacer es vomitar sobre mi propia mierda".7 Nuevamente se desprenden del tenor de la carta su notable intransigencia, su grandilocuente capacidad de odiar, su irresistible deseo de matar y como si esto fuera poco, confiesa ser un anticristo. Sus epístolas poseen un contenido por momentos repugnante. Dicha repugnancia sólo será superada por las criminales felonías que cometerá más adelante, cuando ya no sea un ignoto terrorista epistolar sino un conspicuo terrorista fáctico.
Rumbo a Cuba en el "Gramna"
Tras 16 agitados meses de entrenamiento y preparativos en México (obrantes entre julio de 1955 a noviembre de 1956), Fidel, Raúl, el Che y 79 hombres más (eran 82 en total), en la madrugada del 25 de noviembre de 1956, parten desde el muelle de Tuxpan hacia Cuba. Lo hacen en un pequeño yate llamado "Granma" comprado con dinero proveniente de la CÍA -que ya por entonces simpatizaba con la oposición a Batista- a través de un intermediario, el ex presidente de Cuba Carlos Prío Socarras (exiliado en Miami). Cincuenta guerrilleros más quedarán en México (no cabían en el yate) y llegarán más adelante.
Los contratiempos fueron múltiples pues el motor andaba mal, patinaba el embrague y la embarcación era cuatro veces más pequeña de lo necesario para semejante contingente. En el barco, durante el trayecto, además de los problemas técnicos antedichos debieron pasar las mil y una peripecias. Tormentas, descomposturas, motores del navío que se rompían y navegación por debajo de la línea de flotación. Guevara describe imágenes del viaje en estos términos: "La ruta elegida comprendía una vuelta grande por el sur de Cuba, bordeando Jamaica, las islas del Gran Caimán, hasta el desembarco en algún lugar cercano al pueblo Niquero, en la provincia de Oriente...".8 En otro pasaje de sus escritos Guevara narra el clima humano que se vivía dentro de la embarcación: "El barco entero presentaba un aspecto ridículamente trágico; hombres con la angustia reflejada en el rostro, agarrándose el estómago. Unos con la cabeza metida dentro de un cubo y otros tumbados en las más extrañas posiciones, inmóviles y con las ropas sucias por el vómito"9 Estos y otros contratiempos provocaron que se llegara a destino dos días después de lo previsto y en vez de desembarcar en Niquero (provincia de Oriente) tuvieron que desviar el rumbo a playa Las Coloradas, a varios kilómetros del destino prefijado. El Che definió la llegada anotando: "Más que un desembarco fue un naufragio"10
" Los guerrilleros debían llegar a destino el 30 de noviembre para unirse a Crescencio Pérez, un campesino que los esperaba con cien hombres y algunos camiones para marchar hasta Manzanillo. Cuenta el biógrafo Gambini que el plan previsto tras desembarcar, incluía unirse "a otros contingentes rebeldes y juntos atacarían por primera vez al ejército regular cubano. Simultáneamente, los sublevados escondidos en otras zonas harían estallar bombas en Holguín, Matanzas y Santiago, para despistar a los soldados de Batista. Una vez concluida, la operación y requisados los pertrechos del destacamento de Manzanillo, Pérez guiaría a los rebeldes hasta un escondite en la Sierra Maestra, la cadena montañosa que crece en dirección paralela a la costa cubana, en la provincia de Oriente. La huelga general que los grupos opositores desatarían en La Habana y extenderían a toda la isla iba a conducir, creía Castro, a la caída inevitable de Batista".11 A primera vista, la empresa parecía absurda desde el punto de vista militar, puesto que dos o tres centenas de guerrilleros precariamente preparados jamás podrían vencer a Batista, quien contaba con treinta y cinco mil hombres, centenares de tanques, diez navios de guerra, quince guardacostas y setenta y ocho aviones de combate y transporte.12 Pero lo ocurrido en Cuba, ha tenido un sinfín de connotaciones excepcionales que hoy se silencian por completo, pero que de no haber existido, Castro y su puñado de hombres (por audaces que fueran) jamás podrían haber resistido más que un par de escaramuzas. El mito del manojo de guerrilleros que con sólo aferrarse a la voluntad le pueden ganar a un ejército profesional (que será analizado más adelante), es la cabal versión histo-rietística que se ha exportado desde La Habana tras la revolución y que han comprado a libro cerrado las guerrillas de toda Latinoamérica en los fatídicos años 70 con resultados catastróficos.
En Santiago de Cuba (segunda ciudad del país), capital de ese oriente mulato empapado de influencias africanas, haitianas y dominicanas, el líder rebelde que operaba en el Llano (zona urbana), el joven maestro Prank País y sus hombres, no imaginaron que Castro arribaría con dos días de demora y tal como estaba pactado, al amanecer del 30 de noviembre de 1956, centenares de jóvenes vestidos con uniforme verde olivo y portando un brazalete que los identifica como miembros del "Movimiento 26 de Julio", se lanzaron a tomar la ciudad atacando distintas posiciones de la fuerza pública,13 poniendo en marcha un levantamiento que debía coincidir con el desembarco. Los guerrilleros incendiaron el cuartel de la policía nacional, se apoderan de armas de la sede de la policía marítima y llevaron adelante una prosecución de combates callejeros, que obligaron a Batista a decretar el estado de sitio en Oriente. En esa fecha, lista para recibir a tos combatientes del "Granma" en las playas de Niquero. Celia Sánchez (quien más adelante seria una de las mujeres de Fidel), movilizó camiones, guías, expertos y milicias rurales formadas por el citado líder campesino del "Movimiento 26 de Julio" Crescencio Pérez. De haber llegado en tiempo y forma Castro y sus hombres, hubiesen podido coordinar las acciones previstas con la organización urbana que los apoyaba y esperaba.
En tanto, Batista ya estaba alertado desde hacía varios días del eventual desembarco del yate. Tanto es así que cuando ai fin tocan tierra los rebeldes al mando de Castro, un feroz ataque de las fuerzas batistianas genera un caos en las tropas casuistas. La desbandada fue generalizada, los guerrilleros caían como moscas. El Che, recuerda este revés en su diario, apelando otra vez a la muerte (de la cual estuvo realmente cerca): "Inmediatamente me puse a pensar en la mejor manera de morir en ese minuto en que parecía todo perdido. Recordé un viejo cuento de Jack London donde el protagonista, apoyado en un tronco de árbol, se dispone a acabar con dignidad su vida al saberse condenado a muerte por congelación en las zonas heladas de Alaska"14
Las columnas rebeldes se habían perdido en el desordenado repliegue tratando de ocultarse entre los cañaverales. Relata Castañeda que "El Che, ya para entonces en condiciones físicas lastimosas, emprende la marcha hacia la Sierra Maestra con cuatro compañeros, a los cuales se unirán tres más al día siguiente. Sin agua, prácticamente sin comida, con armas raquíticas y poco parque, se dirigen hacia las montañas para reunirse con los demás -si existían todavía— y esquivar una nueva ofensiva del ejército. Entre los colegas del Che figuran Ramiro Valdez, Camilo Cienfuegos y Juan Almeida, todos destinados a cumplir Junciones cruciales en los meses y años por venir. Dieciséis días después, al cabo de tormentas inenarrables, de sed, hambre, cansancio y depresión, arriban a la finca de un campesino de nombre Mongo Pérez, en las inmediaciones de la cordillera del oriente cubano, donde se reencuentran con los demás sobrevivientes".15 Anota Guevara que "En la madrugada del día 5 de diciembre de 1956), eran pocos los que podían dar un paso más... después de una marcha nocturna interrumpida por los desmayos y las fatigas y los descansos de la tropa, alcanzamos un punto conocido paradójicamente por el nombre de Alearla del Pío" 16
Recién el 21 diciembre lograron reunirse con Fidel, y advirtieron que las fuerzas de Batista les habían dado una paliza demoledora: del total de ochenta y dos tripulantes del Granma habían sobrevivido sólo doce y pudieron recuperarse apenas nueve fusiles. Entre los pocos guerrilleros que formaban la tropa, había vacilaciones, dudas y desánimo. El golpe había sido fulminante. Pero Castro, debutó en Sierra Maestra con sus dotes de conductor, de motivador, pero también de dictador: "¡Quiero disciplina!...porque sin disciplina no vamos a ninguna parte. El primero que sea sorprendido en estado de insubordinación, deserción o derrotismo, será fusilado inmediatamente. ¿Entendido? 17
Los alicaídos casuistas se reorganizaron, reclutaron cinco campesinos, se distribuyeron los cargos y montaron campamento en Sierra Maestra. Las arengas de Castro eran complementadas con ese voluntarismo irracional de Guevara: "Somos dieciocho bolados encaprichados en hacer una revolución. ¡Y la vamos a hacer, carajo!18
Sed de sangre en Sierra Maestra
Sierra Maestra era la zona más pobre de toda Cuba y muchos apologistas del castro-guevarismo se han encargado de concentrar la descripción de la pobreza imperante en esa región marginal y periférica, tratando de inducir al lector a creer que Cuba era una suerte de Sierra Maestra gigante. Pero tal como acertadamente relata el abogado y escritor cubano Mario Lazo: "en la zona de la Sierra Maestra, que abarca una superficie de poco menos de 10.000  kilómetros cuadrados, vivían unos cincuenta mil campesinos, sin duda los más pobres de Cuba... Para nadie era un secreto que constituían la colectividad guajira más ignorante y atrasada del país, ajena a los adelantos de la sociedad. No tenían radios, ni periódicos, ni electricidad, ni medios de transporte, a excepción de mulos. No había más caminos que aquellos que pasaban por las primeras estribaciones de la sierra, donde vivían la mayoría" 19. Recordemos que Cuba tenía más de 6 millones de habitantes y constituía el tercer ingreso per cápita del continente. Sierra Maestra componía una triste y despoblada aldea a la que había que asistir, sin dudas, pero ese no era el sentir ni el modo de vivir del cubano promedio. Con tomar la decisión política de emplear una acción social concreta, hubiese sido más que suficiente para mejorar la calidad de vida de ese sector minoritario de una población cubana que, por entonces, en su mayoría, gozaba de prosperidad y movilidad social ascendente.
En tanto, la minúscula guerrilla rural había puesto manos a la obra para su reconstrucción. El guerrillero Faustino López fue el encargado de reanudar contactos con las milicias rebeldes que estaban en el Llano (zonas urbanas) para recibir abastecimiento. Guevara por su parte, para ganar simpatía entre los campesinos, oficiaba de médico y revisaba eventuales dolencias de los pobladores. A pesar de no tener conocimientos sólidos en medicina, la presencia de un "doctor" en aldeas pobres ocasionaba adhesión entre los baquianos. Un ex combatiente de la Sierra, recuerda cómo las prácticas de higiene de Guevara obrando de médico eran lamentables: "Ni siquiera se lavaba las manos"20 recuerda. Confirmando esto, en el año 2009 Raúl Castro (devenido en presidente de Cuba por designio de su hermano), le confesó a Cristina Kirchner (devenida en presidente de Argentina por designio de su marido) que "A Ernesto, como guerrillero, no hay quien lo discuta. Pero como médico, yo no me dejaba poner ni una inyección por el"21.
Además de médico precario, el Che nunca abandonaba sus escritos, y en carta Hilda Gadea, su mujer, fechada el 28 de enero de 1957 expone: "Querida vieja: aquí en la selva vivo sediento de sangre".22 ¿Qué episodios llevarían a un flamante médico a vivir "sediento de sangre"?, ¿qué retorcidos conflictos internos arrastrarían a un argentino a tomar las armas (para lo cual no estaba preparado) en un país ajeno y lejano al suyo en pro de una repenti¬na causa difusa? Estos interrogantes se tornan más complicados si tenemos en cuenta que el Che estaba allí de casualidad; es decir, por no haber podido comprar los anhelados boletos a España por razones económicas, lo que retrasó su estada en México y casi concomí tan temente conoció a Fidel y lo embarcó de inmediato en esta aventura.
Los enigmas son difíciles de resolver. Según la óptica de Castañeda, el amor por la guerra y la intransigencia ideológica del Che, son atribuibles a su tortuoso asma: "La vinculación entre la dilatación de los bronquios contraídos y la adrenalina implica que situaciones que generan descargas endóge¬nas de adrenalina -como el combate, por ejemplo- pueden disuadir ataques. .. pueden desatar episodios justamente por la ausencia de descargas endógenas de adrenalina. De resultar acertada esta disquisición, coadyuvaría en gran medida a dilucidar la futura inhabilitación del Che para aceptar la coexistencia simultánea de contrarios en su vida" 23 Lo cierto es que Guevara jamás tuvo ataques de asma en combates y nunca aceptó posiciones intermedias de ninguna naturaleza. Recordemos lo que escribió a su madre el 15 de julio de 1956: "No sólo no soy moderado sino que trataré de no serlo nunca"24, o su confesión "mis amigos son amigos mientras piensen políticamente como yo"25 en otra carta a su progenitora fechada en julio de 1959.
Complementando el interesante enfoque de Castañeda, otros autores sostienen que para Guevara la ideología era un pretexto para ir al combate, sea éste al servicio del marxismo o de una causa justa. Lo que imperaba en el Che era el deseo de "dejar muerto al otro" tal como rezan sus notas. La guerra no era un lamentable medio para un fin noble ulterior, sino que la guerra era un fin en sí mismo. Anota Sebreli al respecto que "Al Che le interesaba la acción sin preocuparse demasiado por llevar a buen fin sus convicciones. Se podría suponer que la acción en sí misma hubiera justificado en circunstancias diferentes cualquier tipo de valores, una ideología de otro signo"26 Y para reforzar su análisis, Sebreli acude a confesiones escritas por el mismísimo Guevara: "Todos esperábamos el combate como una liberación,,, todo el mundo ansia ya de una vez la llegada de ese momento estelar de la guerra que es el combate. La que lleva al paroxismo de la alegría es el combate, climax de la vida guerrillera".27 Como vemos, de las notas de Guevara no surge que la guerra sea un medio horrible pero necesario, sino "el paroxismo de la alegría".
En carta que fuera dirigida al escritor argentino Ernesto Sábato (fechada el 12 de abril de 1960), Guevara anota: "No hay experiencia más profunda para un revolucionario que el acto de guerra"28 Notamos por momentos que la relación del Che con la guerra parecieran tener una extraña y morbosa connotación erótica: habla de "climax", de "experiencia profunda", de "paroxismo", de "alegría". Incluso, en carta a su segunda esposa, Aleida March, nuevamente hace una insólita alusión amorosa al narrar recordarla "bajo la renovada caricia de las balas 29. Añade Sebreli que "La embriaguez por el olor a pól¬vora, por las armas, por los uniformes y el combate lo acercaban a aquellos intelectuales fascistas. La reducción de los hombres a amigos y enemigos respondía, por otra parte, al modelo nacionalsocialista de Cari Schmit"30.* Esta interesante reflexión no puede suscribirse a libro cerrado, porque hay un sin fin de detalles en la atormentada y enfermiza psicología del Che que obviamente desconocemos. Empero hay un dato que rescatamos y que nos resulta inobjetable: Guevara era un sujeto entristecido, torturado, doliente, notablemente resentido. Sus escritos siempre remiten al odio, a la muerte, al éxtasis por la pólvora, a la sed de sangre, a exterminar al prójimo. Las únicas notas de alegría concreta y distendida que podemos rescatar de sus inacabables epístolas, datan de cuando el Che se ve envuelto en un combate, o cuando en calidad de testigo se halla en medio de un bombardeo aéreo, tal el caso de su carta en Guatemala, fragmento que ya expusimos pero que vale la pena reiterar: "Me divertí como mono durante esos días. Esa sensación mágica de invulnerabilidad... me hacía relamer de gusto cuando veía la gente correr como loca apenas venían los aviones... Aquí todo estuvo muy divertido con tiros, bombardeos, discursos y otros matices"31
Por lo hasta aquí expuesto, todo indica que el Che era una suerte de suicida indirecto. Vale decir, no se inmolaba al estilo "talibán" ni se pegaba un tiro a secas, pero incurría en aventuras en donde morir sería más que probable. Pero como dijimos al principio, la muerte debería tener un velo romántico o heroico.
Guevara fue a buscar la muerte a Cuba, al Congo y a Bolivia. Como quien juega a la ruleta rusa, los dos primeros disparos fueron fallidos. En el tercero, salió la bala.
De médico a fusilador
Con el correr de los trajinados días en la Sierra Maestra, se produjo un episodio que marcará el bautismo de Guevara como incurable fusilador. El guerrillero Eutimio Guerra no resultaba del todo fiable para el Che, quien lo acusaba de ser informante del ejército. Sin más, basándose solamente en su falible intuición, Guevara le destrozó la cabeza de un disparo.
Su ex compañero Jaime Costa (asaltante del Cuartel Moneada en 1953, expedicionario del yate Granma y luego comandante del Ejército Rebelde), respecto del guerrillero asesinado por Guevara afirma: "no había una seguridad concreta... entonces se forma el tribunal y acordamos que no había una seguridad de que el haya sido un delator, por lo tanto no se podía quitarle la vida, entonces el Che dice 'bueno si no se la quitan ustedes se la quito yo, entonces todo el mundo le dice '¿por qué tú le vas a matar? Si tú no eres cubano. Él es un cubano y no ha confesado que es delator. Y Ramiro dice que no se puede fusilar, como presidente de ese tribunal, y en ese momento es el que más grado tiene, y él Che sacó la pistola y lo mató ahí32 Guevara brindó su versión de los hechos: "la situación era incómoda para la gente y para él, de modo que acabé el problema dándole en la sien derecha un tiro de pistola 32, con orificio de salida en el temporal derecho. Boqueó un rato y quedó muerto33. Seguidamente el Che procedió a apropiarse de sus pertenencias. Le interesaba sobremanera el reloj. El objeto estaba fuertemente amarrado a la cadena del cinturón de la víctima. Según el propio Che relatara, el moribundo le dijo "con una voz sin temblar, muy lejos del miedo: 'Arráncala, chico, total'... eso hice y sus pertenencias pasaron a mi poder34
Este macabro episodio no forma parte de un hecho aislado. A partir de entonces fueron constantes los indiscriminados fusilamientos de Guevara a gente de su propia tropa por el sólo hecho de no caerles en gracia o resultarles desconfiables. Relata Castañeda que poco después, se produce el caso de "un campesino de nombre Aristidio, un semibandido que se había incorpora¬do a la guerrilla sin saber muy bien por qué, y que presumía de su intención de desertar en cuanto se desplazaran las fuerzas insurrectas. Guevara lo manda fusilar 'tras una investigación sumarísima35 El Che justifica este homicidio en los siguientes términos: "En mi carácter de jefe del sector realizamos una investigación muy sumaria y Aristidio fue ejecutado"36
Para Guevara, la práctica del fusilamiento comenzaba a transformarse en un simple hobbie de tinte tenebroso. De hecho, no hay casi registros en sus diarios de haber matado a enemigos en combate y por el contrario, él confiesa haber fusilado en persona a 14 guerrilleros que peleaban en su grupo, pero que a él no les inspiraban confianza o simpatía.37 Señala Sebreli que el Che sentía un profundo desprecio por la individualidad de los demás: "A los trabajadores cubanos los consideraba 'dientes de una rueda y a los guerrilleros, 'abejas de un colmenar'. Los seres humanos por sí mismos no tenían valor: 'Importa poco que el guerrillero individuo salga vivo o no38 alegaba el Che.
Guevara fusilaba o mandaba fusilar por terceros a todo aquel con quien no simpatizara. En cambio, cuando la antipatía no era muy aguda, el Che se entretenía efectuando simulacros de fusilamiento. Así lo relata Castañeda: "Finalmente diseca el caso -ultrajante por cruel e innecesario- de los ajusticiamientos simbólicos: los simulacros de fusilamiento, sin que las víctimas sospecharan el carácter exclusivamente ceremonial del paredón contra el cual se les colocaba. El Che comenta que podría parecer un ejercicio 'bárbaro' cuya justificación residía de nuevo en la falta de alternativas. Por un lado, no merecían morir; por el otro, se carecía de castigos alternativos"39. El criterio utilizado por Guevara para discriminar quién viviría y quién no, o a quién había que humillar y a quién tratar con dignidad, según Sebreli, se basaba en que "La idea del bien y el mal se traducía en su pensamiento en
coraje y cobardía; así, trataba a sus propios compañeros con toda crueldad y los humillaba si catan en la selva vencidos por el hambre, la sed, la fatiga y las enfermedades; no había piedad para el débil40 Testimonio muy similar nos relatará más adelante el pensador marxista Regís Debray, quien pasa¬ría varios días enrolado en la guerrilla con el Che en Bolivia.
En cuanto a la naturalidad con la que Guevara fusilaba a los suyos por no resultarles amables, cuenta otro de sus ex compañeros, Roberto Bismarck (capitán del Ejército Rebelde) "Guevara llega a Las Villas... a hablar con nosotros... fuimos a la reunión aquella... no tenía ninguna intención idealista ni remotamente... un hecho que me provocó mucho rechazo, hubo una pequeña operación militar en la cual se logró apresar a algunas personas, algunos de ellos guajiros que supuestamente habían estado colaborando a mí no me constaba pero eso era lo que se le adjudicaba, con el régimen de Batista. En forma arbitraria, yo fui testigo, de que el Che Guevara... sin juicio previo (incluso contra el juicio nuestro de que no debía acelerarse ningún tipo de acción contra la persona porque no había garantías para quienes supuestamente estaban acusados), él Che Guevara dijo que no, que a esos había que matarlos. Ya dos de ellos, fui testigo visual, de que con su pistola los mató"'.41
Otro testimonio sombrío, es manifestado por Luciano Medina, capitán del Ejército Rebelde, quien estuvo bajo las órdenes del comandante Camilo Cienfuegos: "Llevábamos tres días sin comer y acampamos en la finca La Otilia, y el Che nos mandó a buscar un puerco y yo fui a lo de Carlos Socolombo que tenía una finquita cerca, y compré un puerco que me costó 70 pesos, entonces toda la tropa estaba comiendo y llega un señor y le dice al Che Guevara que tenía un chivato, que hay que ver como se saca de ese hombre que se llama Juan Pérez, dueño de la Finca Rancho Claro, cosechero de café. Entonces fueron a buscar al nombre, quien tenía tres hijos chiquitos de 4, 5 y 6 años y los fusilaron a todos. Eso nos cayó mal a toda la tropa"42 Estos fusilamientos efectuados por el Che que estamos rescatando, se cuentan a borbotones y sólo hemos seleccionado algunos a modo de muestra. Más adelante (sobre todo con el triunfo de la revolución), podremos apreciar de forma más acabada el grado enfermizo de crueldad de quien hoy es presentado engañosamente a las nuevas generaciones como "un pacifista que se inmoló en aras del amor universal".
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Notas
1 Kalfon, Fierre. Che, Ernesto Guevara, una leyenda de nuestro siglo. Plaza & Janes Editores, 1997, pág. 158.
2 Sebreli. Juan José . Comediantes y mártires, Debate, 2008, pág. 124.
Notas
1               Kalfon, Fierre. Che, Ernesto Guevara, una leyenda de nuestro siglo. Plaza & Janes Editores,                     1997,pág. 158.
2               Sebreli. Juan José . Comediantes y mártires, Debate, 2008, pág. 124.

3               Castañeda, Jorge G. la vida en rojo, una biografió del Che Guevara, Espasa, 1997, pág. 117. *                   Kalfon,
 4              Fierre. Che, Ernesto Guevara, una leyenda de nuestro siglo, Plaza & Janes Editores, 1997,                        pág. 163.
5    Kalfon, Fierre. Che, Ernesto Guevara, una leyenda de nuestro siglo. Plaza & Janes
                 Editores, 1997, pág. 166.
6    Kalfon, Fierre, Che, Ernesto Guevara, una leyenda de nuestro siglo, Plaza & Janes
                  Editores, 1997, pág. 168.
7    O'Donnell. Pacho, Che, la vida por un ñauído mejor, Sudamericana, 2° ed., 2005, pág. 91.

8    Kalfon, Fierre. Che, Ernesto Guevara, ana leyenda de nuestro siglo, Plaza & Janes
                  Editores, 1997, pág. 178.
9    Ernesto Che Guevara, Obras 1957-1967, pág. 194,citado en Kalfon, Fierre. Che, Ernesto
                Guevara, una leyenda de nuestro siglo, Plaza & Janes Editores, 1997, pág. 177.
10            O'Donnell. Pacho, Che, la vida por un mundo mejor. Sudamericana, 2* ed., 2005, pág. 96.
11            Gambini, Hugo. El Che Guevara, La biografía. Planeta, 19* ed., 2007, pág. 101.
12             O'Donnell. Pacho, Che, la vida por un mando mejor, Sudamericana, 2* ed., 2005, pág. 95.
13            Ver Matos, Hnber. Cómo llegó la noche (Fábula), Tusquets Editores, 5* ed., 2004, pág. 54.
14           O'Donnell. Pacho, Che, la vida por un mundo mejor, Sudamericana, 2* ed., 2005, pág. 98.
15           Castañeda, Jorge G. La vida en rojo, una biografía del Che Guevara. Espasa, 1997, pág. 132.
16            Kalfon, Fierre. Che, Ernesto Guevara, una leyenda de nuestro siglo, Plaza & Janes Editores,                      1997,                  pág. 183.
17            Gambini, Hugo. El Che Guevara, La biografía. Planeta, 19" ed., 2007, pág. 112/113.
18            Gambini, Hugo. El Che Guevara, La biografía, Planeta, 19" ed., 2007, pág. 114.
19    Lazo, Mario. Daga en el corazón, Cuba traicionada. Minerva Books Ltd., 1972, pág. 116.
20    Francisco Rodríguez, citado en Marvin Resnick. The Black Beret: The Life and Meaning
                 of Che Guevara, Ballantine Books, Nueva York, 1969,9.88, citado en Castañeda, Jorge G. La
                 vida en rojo, una biografía del Che Guevara, Espasa, 1997, pág. 137.
21             Raúl Castro nunca quiso que el " Che" lo atendiera, diario La Nación, Buenos Aires, Sección                        política, publicado en edición impresa, lunes 9 de febrero de 2009.
22    O'Donnell. Pacho, Che, la vida por un mundo mejor, Sudamericana, 2* ed., 2005, pág. 101.
23    Castañeda, Jorge G. La vida en rojo, una biografía del Che Guevara, Espasa, 1997, págs.
                  37/38.
24             O'Donnell. Pacho, Che, la vida por un mundo mejor, Sudamericana, 2' ed, 2005, pág. 91. 25 25              Castañeda, Jorge G. La vida en rojo, una biografía del Che Guevara, Espasa, 1997, pág.

26                       Sebreli, Juan José. Comediantes y mártires, Debate, 2008, pág. 130.
27    Ernesto Guevara, La guerra de guerrillas. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana,
                 1985; Obras Completas, Casa de las Américas. La Habana 1970, citado en Sebreli, Juan José.
                  Comediantes y mártires, Debate, 2008, pág. 131.
28    Citado por Claudia Korol, El Che y los argentinos. Diógenes. Bs. As., 1989. Sebreli,
                  Juan José. Comediantes y mártires. Debate, 2008, pág. 131.
29    Aleida March, Evocación: Mi vida al todo del Che, Espasa, Bs. As., 2008, Sebreli, Juan
                  José, Comediantes y mártires. Debate, 2008, pág. 132.
30    Sebreli, Juan José. Comediantes y mártires, Debate, 2008, pág. 131.
31    Ernesto Guevara de la Serna a Celia Delia Sema de Guevara, 4 de julio, 1954, citado en
                  Castañeda, Jorge G. La vida en rojo, una biografía del Che Guevara, Espasa, 1997, pág. 99.
32    Jaime Costa, asaltante del Cuartel Mocada, expedicionario del yate Graruna,
                  Comandante del Ejército Rebelde. Enviado por Castro a reagmpar a los miembros del "26 de
                  julio" en Centroamérica. Caimán Productions, Instituto de la memoria histórica cubana contra
                  el totalitarismo. Guevara: Anatomía de un mito.
 33    O'Donnell. Pacho, Ote, la vida por un mundo mejor, Sudamericana, 2* ed., 2005
34    O'Donnell. Pacho, Che, la vida por un mundo mejor, Sudamericana, 2* ed., 2005,
35    Castañeda, Jorge G. La vida en rojo, una biografía del Che Guevara, Espasa,139.
36    O'Donnefl. Pacho, Che, la vida por ¡inmundo mejor. Sudamericana, 2a ed., 2005,
37    Sebreii, Juan José. Comediantes y mártires. Debate, 2008, pág. 132.
38    Ernesto Guevara, Notas para el estudio de la revolución comunista, 1960,
         Sebreli, Juan José. Comediantes y mártires, Debate, 2008, pág. 153.
39    Castañeda, Jorge G. La vida en rojo, una biografía del Che Guevara, Espasa, 1
40    Sebreli, Juan José. Comediantes y mártires. Debate, 2008, págs. 132/133.
41    Roberto Bismarck, capitán del Ejército Rebelde, miembro del segundo frente
        del Escambray. Participó en el pacto o reunión de "El Pedrero". Caimán                     Productions de la memoria histórica cubana contra et totalitarismo. Guevara: Anatomía de un mito
42   Luciano Medina, Capitán del Ejército Rebelde, hombre de confianza y correo    
    Castro. En la invasión de oriente a occidente estuvo bajo las órdenes de Camilo   Cienfuegos  Caimán Productions, Instituto de la memoria histórica cubana contra el totalitarismo.  Anatomía de un mito.