Enero
fue otro mes de caída de la imagen presidencial y algunos encuestadores
dicen que fue del 6 puntos sumado al 8/10%, lo que significa que la
caída sigue, pero podría recuperase como pasó en marzo del 2017 con el
caso del correo y julio del ese mismo año, cuando recién se venia la
reactivación. Pero esta vez el recorte del aumento semestral que les
toca a los jubilados seguido por el audio del ministro
Triaca y la
designación en cargos en la intervención en el SOMU, que se trató de
tapar con un decreto para que 40 parientes de ministros abandonaran sus
cargos no parece acallar las críticas, porque Triaca sigue en su cargo y
seguramente es apoyado por ser el autor intelectual junto a los
servicios de inteligencia de las caídas del “Pata” Medina, Marcelo
Balcedo y Humberto Monteros, a todos los cuales se les encontraron
millones de dólares en sus domicilios particulares, especialmente en los
dos últimos, que sirvieron para desprestigiar a todo el sindicalismo,
el chivo expiatorio que el presidente Macri encontró para disimular que
no puede bajar la inflación.
En efecto, la inflación es el tema de
la mesa familiar todas las noches y, si bien el gobierno logró algunos
éxitos en el segundo semestre del 2016 y en varios tramos del 2017, el
número final del 24,7% seguido de los aumentos post electorales del gas,
luz, agua, transporte, combustibles, prepagas, etc., que predicen un
primer trimestre del 2018 con un posible 7%, demuestran que no sólo no
era tan fácil bajar la inflación, sino que el gobierno no la puede
bajar, a tal punto que el 27 de diciembre tuvo que cambiar la previsión
del 12 al 15%, aunque todos los economistas dicen que será del 20%. Pero
que los números de este trimestre nos dicen que pude ser igual a la del
2017 y nunca llegaría a un dígito en el 2019, como había prometido el
presidente.
El viernes pasado se le sumó una nueva preocupación al
gobierno que puede ser un punto de inflexión de su hasta ahora marcha
triunfante, como fue la caída de la bolsa de comercio argentina por la
suba de la tasa de los bonos del tesoro americano, que el llegaron al
2.85%, lo cual, si se confirma en los mercados el lunes y martes, puede
ser el comienzo del encarecimiento de la tasa del endeudamiento que
necesita el país, que es del orden de los 30.000 millones por año y que a
este paso durará hasta el 2020. Pero parece ahora que el año clave será
el 2019, cuando habrá elecciones presidenciales.