Mientras la población incauta es manipulada, el poder real se apodera de lo queda de soberanía.
Las estrategias de manipulación son utilizados a la luz del día sin mensajes subliminales. Los manipuladores ya no necesitan utilizar el engaño para avanzar y erradicar los derechos adquiridos porque cuentan con la indiferencia y el individualismo que aliena e idiotiza.