jueves, 11 de octubre de 2018
La frase que Goebbels nunca dijo y otras
Nuevamente y casi siempre leemos la famosa
frase. La repiten todos con certeza, convencimiento. El interlocutor
generalmente mira a los ojos a quien la expresa y asiente cerrando sus ojos,
diciendo "seguro, yo también conozco la frase". Luego ingresan ambos
en un estado de pureza tal que conmueve. Sus vidas empequeñecen a la de los
Santos. El auditorio se conmueve ante estos personajes. Ellos dicen: "Es
lo que dice Goebbels: miente, miente, que algo queda"...
Pero vayamos al fondo del asunto: ¿dijo
eso Goebbels? Difícil tarea tratar de demostrar que alguien NO dijo algo,
cuando es mucho más sencillo probar que efectivamente sí lo dijo.
Y seamos
honestos: nadie o casi nadie, bajo la censura imperante en temas relativos al
Tercer Reich, saldrá a defender la memoria de Goebbels.
Pero a nosotros siempre
nos pareció rara la frase, como otras tantas atribuidas a personas que ya no se
pueden defender.
Convengamos algo: Goebbels fue uno de los
integrantes más inteligentes (si no el más) del gobierno de la Alemania
nacionalsocialista. Su responsabilidad principal fue ser ministro de Propaganda
y Educación Popular y, como la gente del gremio sabe, fue uno de los creadores
de la propaganda política moderna. Así que pensar que como anticipo de su
función dijera que la misma se iba a basar en mentir repetidamente para que
algo falso se instalara como verdadero, parece improbable. Porque en el fondo,
quienes repiten la frase dicen dos cosas: que una mentira repetida se convierte
en verdad, y que Goebbels lo hacía.
Ahora bien: ¿cuándo la dijo Goebbels?
Buscamos meses, consultamos a especialistas. Alguna vez esperamos que alguien,
repitiendo la frase, diera con el origen de la misma. Nada. Ni en un libro, ni
en un discurso, ni alguien haciendo pública una conversación privada. Y eso que
Goebbels habló, y mucho.
Una información que nos llegó fue una
frase pronunciada por el susodicho Goebbels en el marco de una conferencia
dictada en 1934 a la gente del Ministerio de Propaganda sobre el tema "Qué
Es la Propaganda Política". En esa conferencia está registrado que habló
de los recursos habituales de los medios de comunicación y, refiriéndose a la prensa
de la República de Weimar, dijo textualmente: “Una mentira, repetida mil veces, al final termina siendo una verdad”
(Eine tausendmal wiederholte Lüge endet als Wahrheit). Pero lo dijo en un
sentido absolutamente técnico para explicar, más que nada, el funcionamiento de
la prensa.
Ese mismo año, durante el congreso
partidario realizado en Núremberg, Goebbels expresó:
“Toda propaganda tiene una orientación. La
calidad de esta orientación determina si la propaganda tiene un efecto positivo
o negativo. La buena propaganda no necesita mentir; de hecho, no debe mentir.
No tiene ninguna razón para temer a la verdad. Es un error creer que la gente
no soporta la verdad. La soporta. Es solo cuestión de presentar esa verdad a la
gente de un modo que la pueda entender. Una propaganda que miente demuestra que
está al servicio de una mala causa. No puede tener éxito en el largo plazo”
Más. Por ejemplo, después de someter a la
figura de Goebbels a un análisis muy crítico, el historiador Helmut Heiber del
actual Institut für Zeitgeschichte (Instituto de Historia Contemporánea) de
Múnich no pudo menos que reconocer en 1982 que
«consecuentemente,
Goebbels fue capaz de jactarse de que su política informativa era no sólo
superior a la del enemigo en su carácter monolítico sino también poseedora de
una "seriedad y credibilidad" que simplemente "no podía ser
superada". La jactancia pudo ser hecha con alguna justificación:
considerando el largo plazo, Goebbels afirmaba que la mejor propaganda es
aquella que se halla exclusivamente al servicio de la verdad. Las verdaderas
mentiras de Goebbels, sus mentiras conscientes, siempre se refirieron a meros
detalles... Las mentiras de Goebbels fueron más de la naturaleza de esos
equívocos y evasivas con las cuales los voceros de los gobiernos de todo el
mundo buscan "proteger" el "interés nacional"» (Helmut
Heiber, "Goebbels", Berlin, 1982).
Para finalizar, el historiador francés
Jacques Ellul (1912-1994), en su ya clásico estudio "Propaganda"
escribió:
«Subsiste el problema de la reputación de
Goebbels. La propaganda anglosajona le adjudicó el título de Gran Mentiroso a
pesar de que Goebbels nunca dejó de batallar para que la propaganda fuese lo
más exacta posible. Prefirió aparecer como cínico y brutal antes de ser
atrapado en una mentira. Constantemente repetía: “Todo el mundo debe saber cuál
es la situación”. Fue siempre el primero en anunciar eventos desastrosos o
situaciones difíciles sin ocultar nada. El resultado fue la opinión general de
que los comunicados alemanes de entre 1939 y 1942 fueron no sólo más concisos,
más claros y menos enmarañados, sino también más veraces que los comunicados de
los Aliados. Todo esto es tan cierto que el adjudicarle a Goebbels el título de
Gran Mentiroso debe ser considerado como un éxito considerable de la propaganda
Aliada"» (Jacques Ellul, "Propagandes", 1962. En inglés,
"Propaganda. The Formation of Men's Attitudes", New York, 1965).
No creemos haber llegado a un punto final
sobre esa frase, pero al menos sabemos que nadie ha podido afirmar que Goebbels
efectivamente la ha dicho.
Lo curioso es que, mientras la cultura
periodística continúa repitiendo como un apotegma aquello de "miente,
miente que algo quedará" adjudicada a Goebbels, la historiografía
académica hace rato que abandonó el mito. Algo que los medios masivos de
comunicación prefieren ignorar, por supuesto.
Pero sí, tangencialmente, hemos podido
comprobar algo: la frase es malditamente VERDADERA. Y su propia existencia es
la prueba de su veracidad. Repetida mil veces, la gente cree que Goebbels
realmente la ha dicho. Quizás, el lector interesado, podrá hurgar e investigar
sobre qué otros falaces temas, a causa de su eterna repetición, se instalan en
el inconsciente de las personas como verdaderos.–
Otras frases falsamente
atribuidas a los "Nazis" y Goebbels
Citas fraudulentas atribuidas a Hitler y a
otros líderes del Tercer Reich han sido ampliamente circuladas por años, estas
citas son de uso frecuente por los polemistas – de la izquierda y la derecha – para
desacreditar a sus adversarios ideológicos, mostrando que los “nazis”[1]
tenían opiniones similares.
Esta táctica funciona porque la gente ha
sido educada para creer que cualquier cosa que Hitler y otros líderes NS
pensaron o dijeron era maligno, equivocada o mal, y que ninguna persona
razonable o ética puede tener opiniones similares. He aquí un vistazo a algunos
de los muchos comentarios falsamente atribuidos a Hitler y a otros altos cargos
NS”.
Goebbels: “La verdad es el enemigo del Estado”
El Jefe de Propaganda de Hitler, Joseph
Goebbels, supuestamente dijo:
“Si dices una mentira suficientemente
grande y la sigues repitiendo, la gente eventualmente llegará a creerla. La
mentira sólo puede mantenerse durante el tiempo que el Estado puede proteger a
las personas de las consecuencias políticas, económicas y/o militares de la
mentira. Así, resulta de vital importancia para el Estado utilizar todos sus
poderes para reprimir la disidencia, porque la verdad es el enemigo mortal de
la mentira, y por extensión, la verdad es el mayor enemigo del Estado”.
Rush Limbaugh, el popular comentarista de
radio estadounidense, es sólo uno de los muchos estadounidenses influyentes que
ha citado a esta cita. Durante una emisión en mayo de 2007 transmitido afirmó
que estas declaraciones son “de sala de guerra de Hitler, El Jefe de Propaganda
nazi, Joseph Goebbels,” que estaba “hablando en nombre de sus camaradas en el
partido Nazi.”
Limbaugh llegó a afirmar que los líderes
del Partido Demócrata estadounidense estaban usando “una versión” de la técnica
de Goebbels para tratar de “reprimir la disidencia.” Y en enero de 2011 el
congresista de EEUU Steve Cohen, un político del Partido Demócrata de
Tennessee, acusó a los republicanos de propagar “una gran mentira, al igual que
Goebbels”, sobre un proyecto de plan nacional de salud.
De hecho, los puntos de vista de Goebbels
eran muy diferentes de lo que sugiere esta cita fraudulenta. Goebbels
consistentemente sostuvo que la propaganda debe ser exacta y veraz.
En un discurso pronunciado en septiembre
de 1934 en Nuremberg, Goebblels dijo:
“La buena propaganda no necesita mentir,
de hecho no tiene por qué mentir. No tiene ninguna razón para temer a la
verdad. Es un error creer que la gente no puede soportar la verdad… si pueden,
es sólo cuestión de presentarles la verdad de una manera en que sean capaces de
entenderla. Una propaganda que miente prueba que tiene una mala causa, y no
podrá tener éxito en el largo plazo.”
En un artículo escrito en 1941, Goebblels
citó ejemplos de declaraciones de guerra falsas de los británicos, e hizo notar
que los propagandistas británicos habían
adoptado la técnica de la “gran mentira”, que el mismo Hitler había
identificado y condenado en su libro Mein Kampf. Goebbels escribió:
“El británico sigue el principio de que
cuando se miente, se debe mentir grande, y se adhieren a sus mentiras, aun a
riesgo de hacer el ridículo.”
Hitler y el Control de Armas
En un discurso, a veces dice que fue dado
en 1935, Hitler supuestamente exclamó:
“Este
año pasará a la historia, por primera vez, una nación civilizada tiene un
registro de armas completo, nuestras calles serán más seguras, nuestra policía
más eficiente, y el mundo seguirá nuestro liderazgo en el futuro!”
Esta cita ha sido popular entre los
estadounidenses que defienden el derecho constitucional de tener y portar
armas. Se citó para desacreditar a los que apoyan las restricciones a la
propiedad y el uso de armas de fuego. También es citado para apoyar a menudo la
supuesta medida que Hitler y su gobierno usaron para reducir la posesión de armas
en Alemania, y confiscar las armas en manos de ciudadanos particulares.
La verdad es bastante diferente. Cuando
Hitler y su Partido Nacional Socialista tomaron el poder a principios de 1933,
heredaron una ley de armas de fuego un tanto restrictiva que el gobierno
liberal-democrática “Weimar” se había promulgado cinco años antes. En 1938 el
gobierno de Hitler revisó la ley anterior, aflojando las restricciones,
reforzando los derechos de los alemanes a poseer armas propias. La confiscación
de armas de fuego más exhaustiva jamás impuesta a los alemanes, se llevó a cabo
al final de la Segunda Guerra Mundial por las fuerzas de ocupación de Estados
Unidos y otras potencias aliadas victoriosas. -qué curioso-
Hitler en ‘La ley y el Orden’
Hitler se supone que dijo durante un
discurso en 1932, poco antes de volverse Canciller:
“Las calles de nuestras ciudades están en
crisis. Las universidades están llenas de estudiantes rebelándose y disturbios.
Los comunistas están tratando de destruir nuestro país. Rusia nos está
amenazando con su fuerza y la República está en peligro. Sí, peligro desde
dentro y desde fuera. Necesitamos la ley y el orden! Sí, sin ley ni orden
nuestra nación no puede sobrevivir… Elíjannos y nosotros vamos a restaurar la
ley y el orden. Haremos, por la ley y el orden, ser respetados por las naciones
del mundo. Sin ley y el orden nuestra República fracasara.”
Esta cita, que tiene la intención de
avergonzar y desacreditar a los que apoyan la “ley y orden”, fue especialmente
popular entre los estadounidenses más jóvenes en la década de 1960 y principios
de 1970. Al parecer, en los carteles de la película de 1971 “Billy Jack”.
En sus muchos discursos de campaña
electoral en 1932 Hitler destacó los temas de la justicia, la libertad, el
empleo y la unidad nacional – no “la ley y el orden.” Las universidades
alemanas en 1932 no estaban “llenas de estudiantes rebelándose y disturbios.”
De hecho, los estudiantes alemanes se encontraban entre los más fervientes
seguidores de Hitler y su movimiento nacionalsocialista.
Goering en la Cultura
Hermann Goering, un alto funcionario del
Tercer Reich, es a menudo citado como habiendo dicho:
“Cuando oigo la palabra cultura, echo mano
a mi revólver”
Reichsmarschall Goering (Göring), quien
era el comandante de la fuerza aérea de Alemania, nunca habría dicho algo así.
Junto con otros líderes de alto nivel del Tercer Reich, el estimaba las artes,
y se enorgullecía de su apreciación de la cultura.
Esta cita es una distorsión de la línea de
un personaje de la obra Schlageter del escritor alemán Hanns Johst. La línea original
(traducida) es:
“Cuando oigo [la palabra] cultura… Le
quito el seguro a mi Browning!”
Una versión de esta cita se presenta en un
escenario montado en “Why We Fight”, una película de propaganda de guerra del
gobierno de los EE.UU., que sugieren que el típico “nazi” era un matón sin
cultura. -completamente falso-
Hitler y la Conciencia
“Yo soy el hombre liberador de la quimera
degradante conocida como conciencia”.
Se supone que Hitler habría dicho. Esta
cita aparece ampliamente repetida, por ejemplo, en “The Great Quotations”, una
colección supuestamente autorizada y compilado por el periodista y escritor
judío estadounidense George Seldes. Es una versión de una frase atribuida a
Hitler por Hermann Rauschning en su libro, The Voice of Destruction
(Conversaciones con Hitler), que es una fuente de muchas citas fraudulentas
supuestamente basadas en conversaciones privadas con Hitler que, en realidad,
nunca tuvieron lugar.
El texto “original” de esta cita,
presentado por Rauschning, es:
“La providencia ha ordenado que debería
ser el mayor liberador de la humanidad, estoy liberando a los hombres de las
restricciones de una inteligencia que se ha robado el cargo, desde la sucias y
degradantes mortificaciones de una quimera llamada conciencia y la moralidad, y
de las exigencias de la libertad y la independencia personal, que sólo unos
pocos pueden soportar”.
De hecho, Hitler insistió repetidamente en
la importancia de actuar con conciencia. Por ejemplo, en al menos tres
discursos públicos diferentes, solo 1941, habló acerca de la actuación de
acuerdo con su conciencia. Rudolf Hess, un amigo cercano y colega de confianza,
dijo una vez que su devoción por Hitler se basaba en gran medida en su sentido
de la firme conciencia de Hitler. En un discurso de 1934 Hess dijo:
“La conciencia de una personalidad moral
es mucho mayor protección contra el uso indebido de una oficina que es la
supervisión del parlamento o de la separación de poderes, no conozco a nadie
que tenga una conciencia más fuerte, o más fiel a su pueblo, que Adolf Hitler…
el más alto tribunal del Führer es su conciencia y su responsabilidad con su
pueblo y con la historia”.
Hitler: “Destruid por todos los medios”
La película de propaganda del gobierno de
los EE.UU., “Why We Fight”, cita a Hitler diciendo:
“Mi lema es: Destruir por todos y
cualquier medio, el nacionalsocialismo re-configurará el mundo”.
Esta es una versión de una observación
atribuida a Hitler por Hermann Rauschning en su influyente libro. El texto
“original”, presentado por Rauschning, es:
“Yo quiero la guerra. Para mí todos
cualquier medio estará bien…” “!Mi lema no es: No lo hagas, cualquier cosa que
hagas, molesta al enemigo!” “!Mi lema es: destrúyelo con todas y todos los
medios¡” “!Yo soy el que va a hacer la guerra!”
Otra versión de esta observación inventada
aparece en el libro de Hitler and Nazism (1961), por el historiador Louis Leo
Snyder, quien fue profesor en el City College de Nueva York.
Hitler sobre el terrorismo:
Hitler a menudo ha sido citado diciendo:
“El terrorismo es la mejor arma política
ya que para las unidades nada más duro que el miedo a la muerte súbita.”
Esta cita se basa en dos palabras
inventadas en el libro de Hermann Rauschning mendaz, “The Voice of Destruction”.
Hitler: “Somos bárbaros”
Hitler ha sido a menudo citado como
diciendo:
“Se
refieren a mí como un bárbaro ignorante. Sí, somos bárbaros. Queremos ser
bárbaros, es un título de honor para nosotros. Vamos a rejuvenecer al mundo.
Este mundo está cerca de su fin”.
Este es otra cita fraudulenta de Hitler de
la obra de fantasía de Hermann Rauschning.
Hitler y la “juventud brutal”
“Una
juventud dominante, intrépida, brutal y violenta – eso es lo que busco… Quiero
ver en sus ojos el brillo del orgullo e independencia, de la presa no tendré
formación intelectual. El conocimiento es la ruina de mis jóvenes”
Esta
observación ampliamente citada se incluye, por ejemplo, en George Seldes “The
Great Quotations”. La fuente citada por Seldes es un elemento de la Nación por
el popular periodista y escritor estadounidense John Gunther (1901/70).
De hecho, esta es una versión de una frase
atribuida a Hitler por Hermann Rauschning, cuya obra imaginaria es una fuente
de muchos falsas “citas”.
Otra observación fraudulenta de Hitler en
este mismo espíritu y de esta misma fuente, igualmente citada por los Seldes,
supuestamente autorizadas, es la siguiente:
“La educación universal es el veneno más
corrosivo y desintegrador que el liberalismo se ha inventado para su propia estrucción.”
Estas observaciones distorsionan los
puntos de vista verdaderos de Hitler. De hecho, la Alemania Nacional Socialista
era un líder mundial en la ciencia, la educación, la tecnología y la medicina.
Hitler fue admirado por algunos de los principales intelectuales de la época,
como Knut Hamsun, Ezra Pound, Louis-Ferdinand Céline y Martin Heidegger.
Para finalizar
Una Frase con Más de Veinte Siglos de
Historia
La expresión “Miente, miente, que algo quedará” circulaba todavía en los años
'50, atribuida alternativamente a Voltaire y a Beaumarchais. El imperativo
verbal no era interpretado, a la sazón, como un dictamen, sino como la
cristalización de una sabiduría refranera. En refranes como “Cría cuervos...”, “Hazte
amigo del juez...”, etc., el imperativo no indica de ninguna manera un mandato
de criar cuervos o hacerse amigo del juez. Tampoco en este caso, el imperativo “miente”
(ritualmente repetido dos veces) era interpretado más como una descripción de
los efectos nefastos de la calumnia, aún después de desmentida. Dicha
observación llevó a Borges en su “Arte de Injuriar”, a proponer directamente el
desmentido como una de las formas más económicas de la calumnia.
Sin embargo, los primeros indicios más o
menos claros de un texto que incluya el imperativo de calumniar y la previsión
de sus irreparables consecuencias se remontan al siglo I. En el capítulo 4º del
libro I de sus Obras Morales, Plutarco evoca a un detestado personaje
histórico, Medius de Larisa, quien cinco siglos antes había sido consejero y
amigo de Alejandro Magno. Plutarco, lo consideraba un halagador mentiroso, y
hasta llegó a atribuirle el envenenamiento de Alejandro. Dice de él: “En efecto, les ordenaba a sus secuaces que
sembraran confiadamente la calumnia, que mordieran con ella, diciéndoles que
cuando la gente hubiera curado su llaga, siempre quedaría la cicatriz”
[Plutarco, Obras Morales, libro I, Biblioteca Clásica Gredos Nº 78, p. 243]. Al
leer este texto, a nadie se le ocurriría atribuir a Plutarco la responsabilidad
enunciativa de la orden de calumniar. Es evidente que se trata del repudio de
un discurso citado como ajeno. Por consiguiente, el calificativo que cuadraría
a quienes repiten una mentira hasta que quede fijada como verdad, sería el de
"medionistas", en alusión a Medius, del cual tampoco se sabe si
pronunció alguna vez la frase que le atribuye pérfidamente Plutarco.
De Plutarco en adelante, la frase va
rodando oscuramente durante toda la Edad Media, hasta quedar pulida, ya en el
siglo XVII, como un “conocido proverbio”. Así lo atestigua Roger Bacon en su
obra latina De la Dignidad y el Desarrollo de la Ciencia. En el capítulo 2 del
libro VIII, hablando de la “jactancia”, dice que se puede adaptar a su
propósito lo que “se suele decir” (quod dici solet) sobre la calumnia: “Como suele decirse de la calumnia:
calumnien con audacia, siempre algo queda”. Como alocución proverbial, la
frase latina siguió vigente por lo menos hasta el siglo XIX. Karl Marx, por
ejemplo, en el capítulo 1, libro VI, de El Capital, exhuma literalmente y en
latín la segunda parte de la expresión evocada por Bacon, “semper aliquid
haeret”, para indicar su esperanza de que “siempre algo quede” de sus hipótesis
sobre la idea del “capital”.
En el siglo XVIII, Rousseau escenifica el
proverbio en el libro I de sus Epístolas, poniendo en boca de un “famoso
delator” la consigna siguiente: “Por más
grosera que sea una mentira, señores, no teman, no dejen de calumniar. Aún
después de que el acusado las haya echado por tierra, ya se habrá hecho la
llaga, y aunque sanase, siempre quedará la cicatriz” (Epístola 1ª, “A las
Musas”).
La ya mentada atribución a Voltaire es, en
cambio, apócrifa. Las prédicas de la Derecha católica en la Francia del siglo
XIX pretendieron amalgamar una anécdota puntual de la vida del filósofo con la
autoría de la impía consigna. En 1736 Voltaire envió una carta a su amigo
Thieriot pidiéndole que le ayudara a difundir el rumor de que su propia obra
L’Enfant Prodigue, representada en ese momento, pertenecía a otro autor. Por un
justificado temor a represalias, Voltaire proponía endilgársela a su colega
Gresset. Ruega, por lo tanto, a sus amigos que difundan la mentira salvadora,
considerando que “una mentira pronunciada por una causa noble es una virtud”. Y
concluye: “Mientan, mientan, amigos, y
algún día les devolveré el servicio”. Como se ve, se trata de un recurso
ocasional a una mentira salvadora, y no de una consigna universal, ni siquiera
bajo la forma de una ironía.
También es falsa la frecuente atribución
de la frase a Beaumarchais. Como los defensores de esta posición dan
referencias precisas (una réplica del organista Don Basile, en el “Le Barbier
de Séville” de Beaumarchais), resulta muy fácil señalar con igual precisión su
inexactitud. Si bien es cierto que en el tercer acto Basile profiere un largo
discurso contra la calumnia, en ningún momento aparece la frase que se le
endosa.
En el siglo XIX el dramaturgo francés
Casimir Delavigne, en su obra Les Enfants d’Édouard, reformulaba como una
simple constatación la frase que había atravesado toda la Era cristiana:
"Mientras más increíble es una calumnia, más memoria tienen los tontos
para recordarla" (réplica de Glocester en el acto I, versos 299-300).
Y así llegamos a Goebbels. Pero este
repaso de la Historia permite ya proponer un esbozo de conclusión. La frase ha
sido acuñada en la Antigüedad entre veinte (Plutarco) y veinticinco (Medius)
siglos antes de Goebbels, y pronto adquirió la forma imperativa de un proverbio
popular, retomada por poetas y pensadores. Pero no se registra ningún caso en
el que haya sido publicada por alguien en discurso directo y en nombre propio
como un mandato de mentir.
[1] Nazi
es un epíteto inventado por los enemigos del Nacional Socialismo (NS),
ni Hitler, ni sus hombres jamás se llamaron a sí mismos “nazis”, siempre
se llamaban Nacional Socialistas.
Visto en: Taringa.net (Gusticasillas)
Fuentes:
Nacionalismo Católico San Juan Bautista